Invasión de un grupo anarquista en supermercado en el centro de Thessalonica, Grecia. Tomaron alimentos esenciales (leche, cereales, aceites, etc), y destruyeron los sistemas anti-robo y dos camaras de seguridad, rompieron las registradoras y procedieron a quemar el dinero que estas contenian dejando el siguiente mensaje:
“La quema de billetes es un acto simbólico, que habla por sí solo. Estos papelitos, que en segundos se trasformaron en ceniza, han conseguido destruir, incluso en menos tiempo, vidas y relaciones convirtiendo la vida en índices, digitalizando las sensaciones y las experiencias, limitando la sensación de la felicidad y de la desgracia al dipolo “tengo/ no tengo dinero”