El pasado jueves 7 de octubre estaba convocada una concentración contra la violencia policial desatada durante la huelga general. Dicha concentración no se pudo realizar debido al exagerado dispositivo policial que se desplegó alrededor del lugar de convocatoria.
La policía amenazó a algun@s de los asistentes con multas si había algún atisbo de concentración que no fuera la que se estaba realizando en ese momento y que hacía referencia a la solidaridad con las resistencías indígenas en Sudamérica.
Las identificaciones y retenciones fueron numerosas. Dado que la policía estaba allí para la seguridad de los asistentes, ejercitaron sus habilidades para proporcionar seguridad al ciudadano, como por ejemplo meterse por el medio del grupo de gente, acercarse a las personas más de lo que su conocida cortesía les permite cuando no quieren escuchar conversaciones ajenas, requisar pancartas sin saber lo que ponía en ellas, ponerse material antidisturbios, etc.
Finalmente se pudo leer un comunicado en un megáfono gracias a l@s convocantes de la concentración anterior y se disolvió la concentración.