La cara combativa de la lucha verdaderamente anarquista se sintió de nueva cuenta en las movilizaciones en recuerdo a la matanza de Tlatelolco del 68.
Después de que la lucha en contra de toda autoridad se dejara sentir cada vez más latente con los bombazos, los ataques incendiarios y los disturbios desde hace ya varios años en diferentes ciudades de la república mexicana, la llama no se ha apagado y sigue su camino.
Ejemplo de esto fue en la marcha del 2 de octubre en el Distrito Federal, en donde el contingente anarquista mas que comenzar con los enfrentamientos con granaderos se defendieron de estos cuando quisieron encapsularlos en dos ocasiones, en las inmediaciones de Garibaldi, individuxs vetidxs de negro y cubiertxs con capuchas y pasamontañas romperían el cerco policiaco que los quería acorralar para luego suscitarse un pequeño enfrentamiento con granaderos. Después de esto las vidrieras de una sucursal bancaria quedarían hechas trizas como las de un hotel de lujo sobre 5 de mayo, también las muchas paredes fueron pintadas con consignas en contra del estado, de la policía y de la iglesia.
A pesar de que la marcha estaba vigilada por más de 6 mil policías con escudos, macanas y gas pimienta, por policías vestidxs de civil, más de 400 vehículos de la policía judicial, cámaras de vigilancia en cada esquina, no pudieron detener las acciones que se implementaron sobre la marcha y sobre todo, lo mas importante, no lograron detener a nadie que se relacionara con la movida anarca, como en anteriores movilizaciones del 2 de octubre que lxs detenidxs suman mas de 20.
En Oaxaca, un grupo de por lo menos 50 encapuchadxs de negro y anarco punks, realizarían pintas contra inmuebles históricos. Comercios y autos fueron destrozados por el contingente de negro, un grupo que se desprendió de la marcha intento asaltar una tienda de pintura, la policía estatal intervino lo cual derivo en un enfrentamiento, durante la marcha se registraron al menos 90 detenidos, lxs cuales no se sebe por ahora su situación legal.
En Chilpancingo, Guerrero, también hubo presencia radical de anarquistas. La marcha que la había convocado la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero se salió de su control, tanto de lxs convocadorxs como de las autoridades. Grupos de jóvenes encapuchadxs, harían pintas en diferentes inmuebles públicos e instituciones gubernamentales, también pintaron el palacio de cultura estatal. Sobre la marcha, lxs encapuchadxs también saquearon tres tiendas oxxos y destrozaron sus fachadas con bates de beisbol y patinetas, corretearon a los policías que custodiaban una tienda en el zócalo de la ciudad y golpes fue lo que recibió uno de los sirvientes del estado cuando estxs lo alcanzaron, luego le quitaron todo lo que traía. Después de esto se registro un incidente durante un mitin frente a la cede del poder ejecutivo, cuando estudiantes volearon un carro estacionado en frente de la institución gubernamental.
Con esto queda más que claro que la necesidad y el deseo de ver este mundo convertido en cenizas esta más presente en la realidad de lxs jóvenes que se radicalizan en las movilizaciones de este tipo. Muchxs anarco tradicionalistas se asustan y se persignan ante estos hechos dejando ver su cobardía que tienen frente a la realidad, masturbándose frente al recuerdo de la guerra civil del 36 e incluso muchxs de estxs payasxs hacen tratos con la policía antes de estas movilizaciones para que no lxs repriman y “repeten” su “derecho” a manifestarse pacíficamente, hacen a un lado a lxs compas que ahora están en la cárcel tachándolos de vandalxs y “culpables”, lo cual les hace merecedorxs de nuestro repudio total.
Si el estado es violento contra nosotrxs, debemos de responderle con el mismo (o peor) trato.
Se acabaron las victimizaciones, ahora hay muchxs de lxs que queremos iluminar la oscuridad con el fuego que libera.
Texto mandado por la publicación Rabia y Acción