Comunnicado:

Existe la necesidad de explicar lo acontecido la madrugada del sábado pasado en la plaza de Agustin Lara, situada en el barrio de Lavapiés, por considerar la actuación policial desmesurada, amenazante y peligrosa.

Muy probablemente se repita esta conducta y es importante conocer qué herramientas utilizan los miembros de seguridad del estado para ejercer la represión y de qué manera actúan ignorando sus propias leyes.

Habitualmente, para llevar a cabo el desalojo de dicha plaza, aún habiendo en ella más de ochenta personas, basta con una patrulla o dos de municipales para cumplir su objetivo sin violencia.

PERO… La pasada madrugada aparecieron por sorpresa 30 miembros de la policía nacional sin mediar palabra, con escudos y porras alzadas en mano, más que dispuestos a utilizarlas contra las 20 personas que celebraban las fiestas del barrio en ese momento. Varios perros fueron golpeados, al igual que cualquiera que se acercara a recogerlos.

Estas personas fueron perseguidas por varias calles, terminando algunas de ellas rodeadas por la policía. Al preguntar el porqué de su identificación obtuvieron respuestas como “porque me sale de los cojones”.



Cuando comprobaban los datos, un miembro de la policía nacional, con actitud eufórica y aparentemente incontrolable, comenzó a dar porrazos a 10cm de la cara de las personas inmovilizadas mientras gritaba “la siguiente va a tu cara zorra”. Al preguntar si eso era una amenaza, respondieron: “qué quieres, que te folle por detrás?”.

Este comunicado no es una indignación, ni una excepción al comportamiento de los cuerpos represivos del estado. Es un grito de alerta ante una agresión que no será la última. Es un aviso más ante la impunidad que les protege. Es, a fin de cuentas, un llamamiento a la reflexión y a la preparación ante sus constantes amenazas. Cada cual verá lo que hace.