En Reino Unido siguen haciendo lo posible por crear nuevas formas de represión contra el movimiento animalista.Las personas que han conocido de primera mano las nuevas medidas llevan a cabo una campaña contra una enorme granja de cerdos en construcción en la que serían encerrados alrededor de unos 25.000 animales.
Un grupo de abogados les ha advertido de que, o bien dejan de exponer sus argumentos en contra de la construcción de la granja o podrían enfrentarse a un carísimo proceso legal.
El proceso legal también sería comprometido para el secretario de justicia Ken Clarke, y le llevaría a una posición controvertida, ya que su ministerio tiene gran interés en la construcción de la granja, puesto que también será usada para producir electricidad para una cercana cárcel de mujeres.
Quienes se oponían a la construcción de la granja manifestaron su preocupación por las enfermedades que podría producir el hecho de la masificación porcina de la granja, a lo que los abogados respondieron que eran “afirmaciones inapropiadas que no debían ser difundidas ni promulgadas”.
No es el primer caso en Reino Unido en que un equipo legal amenaza de esta manera a quien protesta contra grandes empresas.