Desde hace poco más de 11 meses, Carabineros y la PDI buscan sin éxito a Diego Ríos, un anarquista de 23 años sospechoso de varios de los atentados explosivos ocurridos en Santiago. Trascendió que en las últimas semanas se maneja información de que el prófugo se encontraría en Argentina, posiblemente en las ciudades de Buenos Aires, Neuquén o Cipolletti.
Tres equipos de detectives se encuentran realizando los preparativos para viajar al país transandino, en coordinación con el Ministerio Público. La pista se obtuvo del análisis de mensajes electrónicos del sospechoso.
Ríos es rastreado por la policía desde mediados del año pasado, luego de que su familia denunciara ante Carabineros que tenía un maletín con cuatro kilos de pólvora oculto en su casa, ubicada en la comuna de Santiago. La denuncia fue realizada pocas semanas después de la muerte de Mauricio Morales, el anarquista al que le explotó un artefacto que llevaba en su mochila.
El nombre de Diego Ríos se ha propagado en casas okupa y centros “contraculturales”. Su nombre aparece esporádicamente en rayados y carteles en protestas. Ríos solía acudir a una casa ubicada en Pudahuel, llamada Centro Social Autónomo y Biblioteca Libertaria Jhonny Cariqueo. El lugar fue allanado por Carabineros en busca de material para fabricar explosivos y estuvo bajo vigilancia policial.
En las páginas web antisistémicas, Ríos ha enviado cuatro comunicados, en los que se jacta de su condición de prófugo. En uno de éstos, escrito en noviembre del año pasado, el anarquista escribió: “No conozco la prisión; jamás he estado en una y no llego a imaginar los olores que allí se respiran, ni los agobiantes paseos por sus pasillos, ni muchos menos la soledad de sus celdas. Hoy camino libre, sigiloso, sin huellas”. Ríos tiene una orden de detención y en diciembre el gobierno se querelló contra él por Ley Antiterrorista.