Los dos agentes habían sido amigos hasta hace 4 meses, cuando dejaron de hablarse por un asunto personal – El agresor está en estado crítico
El policía municipal de Bétera Enrique Moreno Tamarit, de 32 años de edad, encontró la muerte en la madrugada de ayer después de que el también agente Nicolás D. le descerrajara presuntamente un tiro en la cabeza. Tras el disparo, el tirador intentó suicidarse con su arma reglamentaria, la misma que supuestamente empleó para disparar contra su compañero, según informaron fuentes consultadas por este periódico.
Los hechos ocurrieron en el cambio de turno, sobre las seis de la madrugada de ayer, cuando ambos agentes se encontraron en el vestuario del retén policial. Enrique Moreno, natural de Bétera, había terminado su jornada, así que entró a los vestuarios para quitarse el uniforme, y ya había depositado su arma en la taquilla, con lo cual no tuvo posibilidad de defensa.
Justo en ese momento entraba a trabajar Nicolás D., de 31 años y residente en Valencia. Fuentes conocedoras del caso aseguraron que el supuesto agresor “se dirigió directamente” a la taquilla para coger la pistola, del calibre 9 mm Parabellum y, sin mediar palabra, presuntamente disparó a la cabeza de Enrique Moreno.
Aunque ayer sólo se confirmaron los tiros en la mandíbula y en la cabeza, al parecer, Nicolás D. llegó a disparar en dos o tres ocasiones, según fuentes conocedoras de los hechos, aunque esto es un extremo que está por confirmar.
Al parecer, otros dos compañeros se encontraban en ese momento en los vestuarios, quienes “se abalanzaron contra Nicolás para intentar evitar que disparara contra sí mismo”. Aún así, el supuesto agresor logró pegarse un tiro en la mandíbula, informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Emergencias (CICU).
El caso está en manos de la Guardia Civil. Los investigadores tratan ahora de averiguar qué pudo mover al agente Nicolás a actuar presuntamente contra su compañero.
Según las fuentes consultadas, Enrique y Nicolás “eran muy amigos” y “habían viajado juntos”. Sin embargo, la relación se habría enfriado hace unos cuatro meses, coincidiendo con el momento en el que Nicolás había finalizado la relación con su novia, indicaron las mismas fuentes.
El presunto autor de los disparos, Nicolás D., vivía con su padre en Valencia hasta hace un par de meses, cuando el padre murió, señalaron fuentes oficiales.
El alcalde de la localidad, José Manuel Aloy Martínez, se mostró muy afectado por lo sucedido y afirmó que “todo esto ha sido insospechable por completo”.
El teniente alcalde de Bétera, Germán Cotandas, expresó también su sorpresa ante los hechos. “Ha sido una mañana muy dura de asimilar y muy desagradable”, apuntó. La plantilla, compuesta por unos cincuenta y dos agentes según confirmó Cotandas, “no ha dejado de cumplir con sus funciones desde que conocen lo que ha pasado, pero evidentemente están muy afectados”, insistió.
El teniente alcalde del municipio resaltó como “acto de nobleza” que “fueran los propios compañeros los que limpiaron el retén después del tiroteo”. “El colectivo ha asumido ese mal trago y creo que es destacable”.
Por su parte, la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ana Botella, se refirió al asunto como “trágico suceso” al ser preguntada por los periodistas tras asistir ayer a la última “mascletà” de Fallas desde el balcón del Ayuntamiento de Valencia. Además, pidió “el mayor rigor” para “ver cómo se suceden los acontecimientos” porque “ha sido un hecho muy impactante”, reiteró.
Banderas a media asta
El tiroteo con resultado de muerte ha teñido de negro el último día Fallas, especialmente en Bétera, de donde era natural la víctima. A pesar de la gravedad de lo ocurrido en la madrugada de ayer, los actos falleros programados para el sábado -la tradicional ofrenda al “xiquet de Bétera” a las cinco de la tarde y la “cremà” de los monumentos por la noche-se desarrollaron con normalidad.
No obstante, el ayuntamiento ha decretado tres días de luto y las banderas ondean a media asta en señal de duelo y respeto.
Entre la vida
y la muerte
El presunto autor de los disparos efectuados contra el agente Enrique Moreno Tamarit, el también policía local de Bétera Nicolás D., intentó suicidarse después de que hubiera disparado contra la víctima. Fuentes conocedoras del caso indicaron que varios compañeros intentaron impedir que Nicolás se auotolesionase, sin éxito. El presunto agresor se colocó la pistola bajo el mentón y accionó el gatillo. La bala hirió al hombre, de 31 años de edad, en la mandíbula. La importante herida de bala también le hizo perder masa encefálica, según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Emergencias (CICU). Una ambulancia lo trasladó al hospital La Fe de Valencia, donde fue operado “de vida o muerte”. Al cierre de esta edición su estado era “crítico”.