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[Grècia] La represión y la respuesta del movimiento anarquista

Texto publicado en el blog http://anthostoukakou.blogspot.gr/

Análisis y acción contra la oleada represiva, y la respuesta del movimiento anarquista

Es, o debería ser ampliamente conocido, el hecho de que al terminar, por diversas razones, el proceso del regreso de una parte de las ganancias del Capital a su base, entonces de manera simultánea empieza la anulación del proceso de la adquisición del consenso de los súbditos por parte del Régimen, en favor del proceso de la identificación absoluta con él, a través de una intervención represiva vertical.

En circunstancias de crisis, la gestión del poder político es de facto “derechista”, independientemente de la raíz ideológica de la formación que se encarga de tal gestión. En esta fase el poder político pone en marcha dos procesos, a través de los cuales se busca conseguir un nuevo campo de consenso, elíptico  pero “capaz” respecto de su funcionalidad (siempre dando por hecha la situación en este estado de emergencia), de los que permanecen “intra muros”: tótem de estos procesos es por una parte el concepto de la legitimidad y por otra parte la dinámica de la Nación.

En Grecia, últimamente, nos podemos imaginar, entre otros, que es posible un colapso del centro político, tal y como lo hemos conocido hasta hoy. En otras palabras, en realidad el mundo burgués se va transformando y reconstruyendo. Teniendo como base de su planificación la voluntad de su supervivencia y su futuro desarrollo a costa de los explotados, el bloque de Poder burgués está revisando sus posibilidades de salvación, está re-estructurando los componentes que lo constituyen, está organizando metódicamente los golpes que va a dar, y está re-terminando, bajo nuevos términos verticales, sus nuevos enemigos, amigos y “público”, al cual va a llamar a ponerse de su lado en la nueva cruzada.

En este proceso que se está realizando en el bloque de Poder de la burguesía, del Estado y del Capital, podemos vislumbrar (entrever) los varios guiones de su salvación.

En el primero de ellos, el cual es el que está en pleno desarrollo en la actualidad, la coalición gubernamental, por dos razones, considera como autoridad suprema el concepto de la legitimidad. Primero, a través de dicho concepto cubre con un simple esquema teórico el proceso represivo contra el conjunto de los movimientos sociales combativos. Al mismo tiempo, este esquema, que está completamente integrado, como dialéctica y retórica, en la coalición constitucional-política, fácilmente puede ser apoyado por las fuerzas centristas que están a la zaga y en todo caso apoyan las obras del pilar principal de la política de los burgueses, o sea del partido derechista Nueva Democracia. La orientación europea, que es el segundo factor del seguimiento masivo del bloque burgués re-estructurado, se refuerza a través de esta invocación a la legalidad. El nivel y la dureza de la represión, así como sus consecuencias, ya no tienen importancia. Todo ese proceso constituye un reflejo de la concepción política principal acerca de cuestiones de la “calle”, es decir, de intervención directa en los centros de resistencia y en las anti-estructuras. De todos modos, el “coste político” es un concepto que ya ha sido abolido de la esfera política pública por la Democracia totalitaria y por el capitalismo furioso en embestida.

El Poder se ha retirado definitivamente de la mesa del diálogo. Si lo ha hecho en los temas que conciernen a la gran mayoría de la sociedad, sin mirar atrás, no podría haber hecho algo diferente en las cuestiones que a primera vista parecen tener menos importancia o conciernen a una parte menor de la sociedad,  sobre todo si los movimientos sociales no han conseguido demostrar, hasta un cierto grado deseado, el sentido común de la resistencia que inspira las ocupaciones, y en general no han podido vincular las anti-estructuras con los intereses y necesidades sociales.

En el segundo guion, que presupone el colapso de las “fuerzas centristas” (PASOK, Izquierda Democrática), el único socio que le queda al bloque burgués es el partido neonazi Jrisí Avgí (Aurora Dorada). Esta opción, algo incómoda para la fuerzas de orientación europea, puede que enfrente algunas dificultades, sin embargo, no puede ser ignorada. La dificultad de esta posibilidad estriba actualmente en la dinámica de la integración (del partido neonazi en una coalición), más que en la lógica de una alianza abierta. El oscuro pozo de pensamiento (think tank) de la Derecha ha dado el pistoletazo de salida. El fascista gubernamental Failos Kranidiotis ha transmitido el siguiente mensaje: “Ya es hora de extendernos hacia  la base de los partidos “Griegos Independientes” y “Aurora Dorada”, sin insultos ni consignas de enfrentamiento, sino con prácticas políticas”, añadiendo: ” la razón principal de mi actitud es que en la gente que compone la base del partido “Griegos Independientes”, así como la de “Aurora Dorada” es en su mayoría gente nuestra”. Desde hace tiempo es conocido el truco de invocar a la base cuando se supone que no uno no desea hacerse responsable de las decisiones de su liderazgo. Sin embargo, lo que nos interesa aquí es otra cosa. Ya se ha señalado que la coalición gubernamental ha adoptado la agenda de los nazis. Ahora lo que falta es pasar a las “prácticas políticas”. La coalición está aguardando, y entre los tres partidos sobre todo la Nueva Democracia fascista, que podrá incluir a Aurora Dorada en estos planes, a través de la aplicación de esta práctica política ¨en la calle¨. ¿Además, qué banda es más potente que la propia Policía? Esta táctica tiene por objeto evitar la perplejidad que pudiera conllevar una alianza abierta y/o una coalición con los nazis. Por otro lado, eso no quiere decir que dicha opción no vaya a ser priorizada en el futuro próximo, en el ámbito del estado de emergencia (que estamos viviendo). El “tótem” de la Nación recibirá el relevo de la pobre y llena de “adornos democráticos” «legitimidad», con el fin de que el estado de emergencia pueda aplastar, no sobre la base de “¿a quién elegimos que se salve?”, sino “quién se tiene que ser exterminado de inmediato”.

La manera más posible para que la coalición gubernamental, obviamente fascista, sea viable, es dar una “contraprestación humana” a los nazis. La contra-revolución tiene que ocupar la “calle”, y a través de su terrorismo tiene que organizar aquellas fuerzas plebeyas que consistirán la base de la nueva gestión. Un requisito básico para este guion es la gestión de la “política económica”, y de la política en general, por el mundo burgués. Sin embargo, este proceso es una condición sine que non, ya que los neo-nazis, al contrario que sus prototipos históricos, no tienen nada que plantear, ni siquiera una teoría falsa diferente de la dominante sobre la gestión de la relación entre Capital y Trabajo.

El ejemplo más próximo a la perspectiva que estamos analizando ya ha tenido lugar bajo el título “Zeus Xenios”. Si pudiéramos pensar en un plan gubernamental que pudiera de manera arbitraria detener preventivamente a 100.000 ciudadanos griegos para comprobar si han violado la ley de alguna manera, para arrestar luego a los 4.000  y dejar en “libertad” al resto de los detenidos (con el recuerdo de los calabozos de las comisarías después de ser dejados en libertad, y con la impresión de que van a estar constantemente en el punto de mira de las fuerzas represivas del Poder bien arraigada), tendríamos la imagen más pura de fascismo del futuro.

El mismo guion que está relacionado con la precisión del ejemplo anterior, se desarrolló en los recientes desalojos de los espacios ocupados. Lo que fue atacado ante los ojos del pueblo, fue el ánimo de la resistencia firme, que es –y siempre ha sido- la manera y el proceso de supervivencia de “los de abajo”. En tiempos de prosperidad era una opción, en circunstancias de crisis es imprescindible (vía única). El Poder lo sabe, y hará todo lo posible para que no lo sepan las clases subordinadas.

La Izquierda

Haciendo una pequeña desviación del cuerpo principal del artículo, debemos -desgraciadamente- hacer una mención, por una vez más, a las fuerzas de la Izquierda. Vamos a intentar ser breves, porque realmente la vida está en otra parte en este momento. De todos modos, lo que nos interesa en relación con la Izquierda, es el donde pone el límite entre la auto-humillación y la dignidad social. Esto es lo que necesitamos para poder hacer política.

Sobre el Partido Comunista (KKE) la cosa es más bien simple. Su relación con la auto-humillación parece ser irrompible. La jovialidad e hilaridad que provoca, se basa en dos o tres posiciones básicas suyas. Por un lado, los partidos son obviamente unas vacas sagradas y sus oficinas “establos” sagrados, así que parece lógica la condena de la ocupación de las oficinas del “partido socio” del gobierno “Izquierda Democrática”. No merece la pena destacar que todos los partidos, incluso sus oficinas, son sagrados antes de la revolución, porque después de ella no lo serán para nada, con la excepción del Partido Comunista. No nos cuesta pensar en Lenin condenando la ocupación simbólica de las oficinas de Kerensky. Al contrario, nos centraremos en dos puntos clave: en el comunicado que sacó este partido, que habla de la intensificación de la represión por parte de los anarquistas, lo que demuestra lo lejos que está de esa misma represión el KKE, como si para ellos no fuera lo suficiente “represivo” contra la población activa todo lo que había ocurrido durante el periodo anterior. La esencia de su pensamiento, sin embargo, se manifiesta en su segundo comunicado, con el cual expresa la posición de que los edificios vacíos tienen que ser gestionados por las autoridades municipales.

Sin embargo, esto es exactamente lo que ocurre en este momento. Con una orden del alcalde de Atenas Kaminis se ha llevó a cabo todo el plan de los desalojos. Así que los edificios deberían pertenecer a los Municipios, los cuales serán “rojos”. Sin embargo, durante los varios años que el KKE se hizo con el Poder en varios municipios a través de las elecciones, ninguna obra notable fue grabada (registrado) en la conciencia colectiva. En este caso, la respuesta constante ha sido las quejas permanentes acerca de la financiación gubernamental insuficiente. Pero aquí se plantean dos cuestiones nuevas. ¿Cómo consiguen los movimientos sociales y anarquistas “desorganizados y sin orientación”, si no “provocadores y desorientativos”, crear hoy día clínicas de primeros auxilios sociales, mercados sociales, cafeterías y guarderías sociales, radios libres e.tc.? ¿Estarán subvencionados por Soros? No. Están “subvencionados” por la necesidad social, la solidaridad y la lealtad al derrocamiento de lo existente, aquí y ahora mismo. La respuesta del KKE será otra vez el Poder popular. Algún día vendrá el Estado rojo y dará dinero a los municipios rojos y se crearán nuevas y hermosas escuelas rojas. Estas son meras chorradas. La posición del KKE que los edificios vacíos tienen que ser gestionados por las autoridades municipales, para nosotros, que somos partidarios del materialismo dialéctico, es simplemente la declaración más honesta y concisa que se pudiera hacer: “Alcalde Kaminis sigue con tu tarea buena, primer ministro Samarás quítales las capuchas (imaginarias). La Quinta Columna está aquí”.

Concluyendo, debemos señalar que el burgués, ya sea de Derecha o de Izquierda, puede cambiar el contexto de su discurso para reforzar (señalar) u ocultar la estética política común de la contrarrevolución.

En cuanto al partido SYRIZA, sin dejar de seguir la política de dos caras, basada en su nueva estructura, la condena acrítica de los anarquistas puede ser que sea colectiva y política, sin embargo el apoyo crítico (a ellos) se hace a nivel individual y por lo tanto es a-político, algo como si fuera un brinco emocional. Estas son cosas inútiles. La verdad es que, mientras el mayor ataque contra las resistencias sociales se lleva a cabo en nombre de la “legalidad”, entonces la identificación de la lógica (que tiene que ver con las declaraciones programáticas fundamentales) que se condensa en la frase “les vamos a volver locos con la legalidad”, y todo tipo de análisis, no son nada más que desviaciones del problema y preocupaciones personales, y no se relacionan con nuestro tema. No queda mucho por decir, aparte de la conclusión de que el bloque autoritario hace muy bien su labor en la carrera de “quien va a volver loco a quien”, valiéndose siempre de la legalidad.

Concluyendo, queremos señalar que puede que las declaraciones gubernamentales de que el SYRIZA apoya (respalda) a los anarquistas, tengan como objetivo que sea golpeado SYRIZA, sin embargo, sobre todo pretenden atacar a los anarquistas.

Por último, no vamos a dedicar mucho tiempo a los componentes extra-parlamentarios de la Izquierda. No por cualquier otro motivo, sino por las condiciones objetivas. La imagen general nos ofrece las herramientas para ver (discernir) la más pequeña. Nuestra creencia que la formación de la coalición de partidos izquierdistas extraparlamentarios ANTARSYA ya no tiene ninguna razón de existencia autónoma a nivel político central, nos hace creer lo mismo con respecto a cuestiones de lucha y resistencia inmediatas, y con respecto a temas de base. El partidismo de los espacios sociales de intervención de la Izquierda extra-parlamentaria hace de ella inútil e ineficaz en espacios donde históricamente había tenido una cierta influencia, por ejemplo en las universidades. Dicha intervención podría ser útil hasta cierto punto, para crear nuevas conexiones de legitimidad del movimiento revolucionario (con otros espacios sociales). Por otro lado, la contribución teórica al movimiento revolucionario no sólo ha sido muy por debajo de las expectativas, sino fuera de toda realidad.

La consideración del ataque estatal como un ataque contra los “derechos democráticos”, por un lado ignora las premisas básicas de la integración capitalista, y por otro lado traiciona la voluntad de que el marco (contexto) de la lucha se oriente hacia la vuelta a la normalidad, una normalidad que ya no existe. Esto es lo que compone el marco de lucha de ANTARSYA sobre cuestiones macro-políticas. Desafortunadamente, los extra-parlamentarios no pueden jugar ni el papel del coco para los “rebeldes incontrolados”, ni el papel del polo de la incorporación (integración) como si fuera otro SYRIZA. No puede generar una política colectiva, por lo tanto generará una política individual. Los elementos vulgares de la tendencia derechista lo sabotearán, sosteniendo que es una cuestión de menor importancia, algo como un KKE extra-parlamentario transgénico, y la gente sincera se alineará detrás de las banderas anarquistas en las marchas de solidaridad.

El movimiento anarquista

El movimiento anarquista se está enfrentando, una vez más en su larga trayectoria, con el riesgo de la extinción, a causa de un ataque político, ideológico y represivo bien coordinado que ha estado recibiendo desde 1995. Nuestro objetivo es al final de este artículo delinear una estrategia eficaz para la superación de este ataque, el fortalecimiento de nuestras posiciones y un mayor desarrollo del movimiento.

El primer componente principal de esta estrategia es continuar produciendo acción política autónoma desde abajo. A través de su acción política y social, el movimiento anarquista ha puesto en relieve dos grandes acontecimientos. El primero tiene que ver con el campo de la lucha contra el fascismo, con las patrullas motorizadas. El segundo tiene que ver con la resistencia contra el Estado, que se activó a través de la “reocupación” de la okupa “Villa Amalías”. Con estas dos acciones heroicas el movimiento anarquista salió del dilema violencia-no violencia, respondiendo con la dialéctica que lleva en sí el concepto de la responsabilidad. Salió del dilema activismo o política, respondiendo con el activismo político, es decir con un activismo que tiene un objetivo político concreto. Al mismo tiempo muestra el camino de cómo la base de la sociedad puede crear hechos políticos  centrales, anulando la agenda de la ultraderecha, o por lo menos el monólogo que tiene sobre ellos. También, indica el camino de la lucha firme. Las imágenes de las furgonetas policiales llenas de personas detenidas durante los desalojos son también imágenes del futuro, y de hecho son las únicas imágenes del futuro que tienen los oprimidos, de no percibir como tales –o sea como imágenes del futuro- las de la rebelión de diciembre de 2008.

La producción de política autónoma suelta las manos del movimiento –hasta cierto punto- en cuanto al caso de alianzas políticas y sociales. La Izquierda y las instituciones políticas se ven obligadas a posicionarse, y ya no pueden apropiarse de los procesos autónomos, porque ya no pueden defender el núcleo de la política revolucionaria. Las coronas sobre la incorporación (integración) socialdemócrata del movimiento en otros países, por ejemplo en Alemania, ignoran el estado del capitalismo en los países citados como ejemplos de integración exitosa, en comparación con el ambiente griego en la coyuntura de la crisis. En realidad es como alguien dijera en 1939: “mira que bien se han integrado los judíos en la sociedad de Estados Unidos, ¿por qué no ocurre lo mismo en Alemania? ”. Ingenuidad o estupidez, nos da igual. Lo que tenemos que hacer, para nosotros, se sitúa en el marco de la dialéctica, entre la defensa y la respuesta, entre la defensa y el ataque.

La reocupación de “Villa Amalias” formó la dinámica del ataque. La cuestión ya está planteada. Ahora queda poner en marcha la dinámica de la resistencia.  Salvaguardar no significa enfrentarse a la Policía ya. La estrategia de la tensión es casi siempre devastadora, sobre todo si no se vincula con acciones macro-sociales de resistencia y de subversión. La responsabilidad cae en la planificación de nuevo de los modos de conseguir la legitimidad social. Así pues la socialización de las ocupaciones, la propaganda, las alianzas sociales que se construyen a través de las intervenciones de los espacios sociales en las reivindicaciones que plantean las necesidades sociales actuales, es un desafío. También la dinámica de los procesos de auto-organización  y auto-gestión –la sombra de los cuales llega más allá del espacio político que los introdujo en la esfera social-, constituye la inversión política fundamental que le queda por recapitular al movimiento anarquista, para agotar las reservas de las alianzas sociales y resistir al ataque. Porque necesitamos saber lo que ya sabe el enemigo. Si este ataque no consigue disolver al movimiento anarquista, entonces es seguro que éste se va a fortalecer de una manera insoportable para los soberanos.

Por último, la mejora del contenido de discurso del movimiento anarquista, implica de manera inevitable su reestructuración organizativa. En un tiempo muy limitado habrá que superarse muchas obsesiones y habrá que surgir algún tipo de convergencia organizativa. Porque si el ataque lo organizan los fascistas, nosotros podemos responder con las estructuras antifascistas, las patrullas, las milicias. Si el ataque lo organiza el Estado, ¿qué fuerza organizada y coordinada se enfrentará a él?

El primer paso para una mayor participación y coordinación, aparte de la organización, la cual puede ser compuesta por los sectores políticos más avanzados del movimiento anarquista, podría ser una coordinadora de autodefensa, propaganda, resistencia y acción populares, cuyo marco político será la lucha contra el Estado y el fascismo, y cuyos deberes inmediatos serán la defensa (salvaguardia) de los espacios ocupados, la organización de eventos y festivales, la organización de manifestaciones y marchas, la formación de patrullas para hacer intervenciones en los barrios y en zonas donde se puedan crean conexiones sociales, y que se relacionan con bienes públicos que van siendo cada vez más escasos.

Por otro lado, para corresponder con la faceta pesimista de la realidad, nuestra respuesta, en el caso de que lleguemos a situaciones de guerra real, siempre debe tener en cuenta por un lado la realidad social, y por lo tanto su acción tiene que estar a favor de los interés del proletariado, y por otro lado dar el ejemplo a nuestra clase, formando nuestro contraataque sobre la base del discurso de Malatesta: “quizás sea necesario que caigamos. Entonces nuestro deber será sujetar nuestras banderas en alto, porque si sujetas la bandera en alto, siempre aparecerá el siguiente que continuará, porque si sujetamos nuestras banderas en alto, entonces podemos estar seguros de que habremos ganado”.

El texto en griego.

Cuadernillos de explotación, nº1: Trabajar es una cosa horrorosa

nmTrabajar es una cosa horrorosa. Todxs lxs que se rompen el lomo delante de las máquinas de coser, se embrutecen el cerebro delante de los ordenadores, sudan en los call-center, se mutilan cargando cajas cuyo contenido ni conocen, lloran en el meadero para borrar esa horrible sonrisa que tienen que poner delante del cliente y todxs lxs demás que pierden parte de su fuerza realizando repetitivamente esos movimientos que no les aportan nada más que algo de dinero que pasará de la cuenta bancaria del patrón a la del propietario, todxs aquellxs que, al menos, son capaces de admitirlo. El trabajo es una mezcla de tristeza, aburrimiento, dolor, frustración, encierro y caras falsas. Es una acción en contra de nuestros cuerpos, nuestro desarrollo, nuestra subsistencia y, contrariamente a los lugares comunes, de nuestra supervivencia. Así que sí, el trabajo es una cosa horrorosa. Quizá, algunxs ejecutivxs, empresarixs, artistas, científicxs o demás, me contradigan en esta afirmación, pero la verdad es, ¿hay algo más que esclavxs felices por tener en cuenta sus objeciones en su vida diaria?

Dicho esto, hace años que trabajo algo menos de quince horas a la semana. No trabajo porque piense que hay que trabajar, trabajo porque, por el momento, es la obligación que me encontré ante el chantaje del dinero. Más exactamente, soy camarero en un restaurante de un barrio rico de París con una clientela de esnobs de todo tipo (menos pobres, quizá), es decir, van lxs fans de la vida a lo nuevx ricx con ganas de exhibir unos cuantos fajos delante de sus congéneres. Cada jornada de trabajo es la misma repetición de gestos funcionales, son cientos de personas con las que hay que intercambiar sonrisas crispadas y diálogos sin sinceridad ni interés (mutuo) en los que se nos considera simples medios, no fines. Para el cliente, solo somos un medio para obtener comida, somos lxs intermediarixs (entre tantxs otrxs) entre sus carteras y el banco del patrón restaurador. Está claro que es difícil, a la larga, jugar al juego que consiste en aceptar que no somos nada, que solo somos siervxs que hacen aparecer con un silbido (solo esperamos eso) o un chasquido de dedos y a lxs que se les da órdenes y mandatos que disimulan en forma de pregunta, porque en el fondo la idea de tener esclavxs es insoportable para muchxs cuando se presenta de forma demasiado evidente. Cuando el cliente pide pan, no pide, exige, y nosotrxs tenemos que obedecer en el acto. Imaginaos, pues, que un/a camarerx responda: “no, no tengo ganas de servirle” o bien “no, nada me inspira las ganas de prestarle servicio”.

Pero, ¿qué es un cliente? Para ser sincerxs, no tengo ni idea. Me es imposible definir esta nueva clase, ese estado de ser tan absurdo y, por lo tanto, tan integrado. El cliente es una persona que cambia una cierta cantidad de dinero (o no sé qué otro valor de cambio) y tiene el derecho de obtener, con el apoyo de las leyes, un servicio cualquiera. El cliente debe obtener este servicio, no hay condiciones ni negociaciones posibles. Cuando un cliente ha pagado o va a pagar, una creencia mucho más enraizada que cualquier otra creencia supersticiosa, quiere decir que obtendrá lo que se le debe. Por ejemplo, un cliente me pide una tarta, por los pelos, porque solo queda un trozo. En el momento de servirla, esta se resbala de unas manos cansadas por una jornada agotadora repitiendo los mismos movimientos, antes de caerse redondo. Yo me disculpo como es costumbre y me pongo a cuatro patas para limpiar mientras este, desde arriba, me echa pestes sobre hasta qué punto tiene prisa y hasta qué punto lo que tiene que hacer es importante, incluso primordial. Le vuelvo a dar la carta para que elija otro plato, pero él quiere una tarta, le vuelvo a explicar que era la última, pero no hay nada que hacer, él quiere una tarta y es un restaurante que sirve tartas, así que él tiene que tener su tarta, es así. El cliente pide y exige, está en su derecho de tener una tarta, el contrato social se lo garantiza, la ley lo enmarca. El patrón nos explica que “el cliente es el rey”, justo ese es el tema, el tema de toda una vida, un tema que lleva en sí la invariabilidad de la autoridad: desde que hay un rey, hay que servirle, entonces, si el cliente es el rey, hay que servir al cliente.

Con lxs compañerxs de trabajo menos verdes en este juego de la explotación y lxs más desengañadxs, solemos hacer la observación de que lxs clientes podrían vernos soltar chorros de sangre por todos los poros de nuestro cuerpo, llorar, sufrir, caer y aun así no harían nada, están condenadxs a comer, tienen que tener de comer. Es su derecho, es nuestro deber. De hecho, la primera cosa que tiene que saber hacer un/a camarerx es callarse la boca, tragarse cualquier orgullo, cualquier imagen de sí mismx que muestre algo de dignidad, dominar sus impulsos violentos y agresivos, pues.

¿Toda esta mierda para conservar un trabajo que no soportamos? La paradoja es gigantesca, es la de la dominación. De hecho, no guardamos la compostura porque queramos conservar el empleo, sino por conservar el salario, por muy miserable que sea, y esa es otra más de las capas de obligaciones, justo después de la que consiste en aceptar que hay que tener dinero para vivir bajo la dominación capitalista omnipresente.

Estas líneas no quieren ser importantes, ni se publicarán con regularidad, sino según el grado de necesidad de publicarlas del autor, no son más que las líneas de un individuo frustrado hasta la médula que se dedica a refrenar su violencia, que soñaría con tirarle el plato al careto de todxs esxs capullxs pero que todavía no tiene nada que perder, en todo caso, el salario. Hay que conservar el empleo porque hay que conservar el salario y conservar el empleo no tiene gran cosa. Tirarle un plato al careto chorreante de esxs infames gozques de lxs clientes reyes no forma parte de esas cosas.

Pero, ¿quién sabe? Quizá algún día…

Non serviam

colaboración con vozcomoarma

[Creta] Foro de Inmigrantes de Creta: Por qué no apoyamos la manifestación antifascista del 19 de enero

Texto publicado en la página web del Foro de Inmigrantes de Creta el 17 de enero, unas horas después del asesinato a sangre fría de un inmigrante por dos neonazis en un barrio de Atenas y la convocatoria de una manifestación antifascista en el centro de la misma ciudad para el 19 de enero.

Teníamos la intención de “saludar” una manifestación antifascista más, celebrada el sábado 19 de enero de 2013 en Atenas.

Teníamos la intención de decir (de nuevo) unas palabras sobre la verdadera razón del apoyo de los neonazis mafiosos por el Régimen a todos los niveles, sobre todo a nivel comunicativo, con la difusión del delirio motivado por la intolerancia en todas partes, en el ejercicio del Poder, así como a un nivel puramente “operativo”, con la tolerancia y la inmunidad de las que gozan los asesinos que están libres y siembran el terror. Esta razón no es otra que la restricción de las libertades, y por consiguiente de las resistencias contra la barbarie de la política económica que deja detrás de ella tierra quemada. Esta razón no es otra que la manipulación de la gente y la canalización de su rabia lejos de los verdaderos culpables que ejercen esta política, dirigiéndola contra los inocentes y los indefensos, masivamente contra las comunidades de los inmigrantes y ya contra los y las que resisten al Régimen.

Teníamos la intención de estar tan sólo mentalmente presentes en esta movilización, la cual se titula “Atenas-ciudad antifascista”, ya que, por supuesto, no tenemos la oportunidad de irnos a Atenas para presenciarla.

Desde luego, unos días como estos, unos días en los que contamos muertos, por muy buenas (bienintencionadas) que sean las intenciones de los organizadores y por muy poco trabajo que nos cueste apoyarlas, aunque sea así, sabemos que no son suficientes. Unos días como estos, las manifestaciones amenizadas con música nos parecen terriblemente “pocas”, hasta inapropiadas. Unos días como estos, las fanfarronerías nos aplastan aún más que los cuchillos de los neonazis. Unos días como estos nos dan ganas de gritar que están asustando a vosotros asesinando a nosotros.

El 17 de enero por la mañana apuñalaron a muerte a Sajtzát Lukmán, a un inmigrante de 26 años.

Canea, 17 de enero de 2013,

Fóro de Inmigrantes de Creta

El texto en griego y en inglés aquí.

[Textos] Para una crítica radical del estado social de derecho

Pedro García Olivo

(El estado del bienestar según sus críticos y victimados)

“Si tuviera la sartén por el mango ni siquiera me molestaría en construir un edificio como éste [la cárcel]
para meter en él a todos los polis, directores, putas de lujo, chupatintas, militares y diputados.
No, los pondría en el paredón y acabaría con ellos,
igual que ellos hubieran hecho ya hace años con los tíos como yo;
quiero decir, lo habrían hecho si supieran lo que significa ser honesto”.
Alan Sillitoe, “La soledad del corredor de fondo”

1)El Estado

Que el Estado sobrevino para “sostener” un orden económico y social fracturado, una dominación de clase, una modalidad específica de división del trabajo, resultantes del desarrollo de las fuerzas productivas, es una idea vieja y sólida que nos recuerda enseguida a Engels. Que el Estado fue, en la historia de la iniquidad, lo primero; y debe concebirse como “premisa” de aquella rotura, “requisito” de la desigualdad y de la explotación social, factor constituyente y nunca mero derivado, como argumentó Clastres apoyándose en informes de la antropología, es una hipótesis que seduce porque trastorna. Pero, causa o efecto, apenas puede discutirse que solo hay Estado donde hay opresión y que los aparatos administrativos tienen por objeto la “reproducción” de la forma de injusticia social imperante.

El “monopolio de la violencia legítima”, la creación de una fuerza pública armada, distingue al Estado desde sus inicios, como subrayó el autor de El origen de la familia… De un modo sustancialmente acabado bajo la Modernidad, Leviatán se dotará asimismo de un armazón estrictamente bífido: el cielo de un entramado de leyes (normas de obligado cumplimiento) y el suelo de un repertorio de procedimientos para sancionar las desobediencias y castigar a los transgresores -el Derecho. Desde esta perspectiva, hablar de “Estado de Derecho” constituye casi una redundancia: sin la policía moral del Derecho no hay Estado Moderno, como tampoco subsistiría sin la policía física de sus esbirros armados.

Desde el siglo XIX, y conforme se municiona y asienta el Liberalismo, al “Estado de Derecho” incumbirá la salvaguarda de la máquina productiva y de las relaciones sociales definidoras del Capitalismo. Marx lo señaló con toda claridad: “El Estado de una sociedad dividida en clases es siempre el Estado de la clase dominante”. Cambiando de lenguaje, podría decirse que el Estado burgués se especifica por su implicación en la invención del Proletariado: forja “legal” y “caracteriológica” (político-jurídica y psico-moral) de la clase obrera típica, regeneración incesante de ese objeto de la explotación material y de esa forma sometida de subjetividad sin la cual no es pensable la figura entronizada del empresario, o del banquero, como tampoco el perfil parasitario del funcionario y del político.

2) El Estado del Bienestar

Nicos Poulantzas consideró que “fascismo” y “democracia” eran las dos cartas que, para defender sus intereses, la burguesía podía poner encima de la mesa, en función de la coyuntura económico-social y de las relaciones de fuerza. Yo me distancié de esa teoría al estimar que el “demofascismo” es ya la carta única de los grupos sociales dominantes, su carta exclusiva, que hoy por fin ponen boca arriba. Pero recupero a Poulantzas en segundo plano para sugerir que, por un lado, el “Estado Social de Derecho” (en mi acepción: un Estado que esgrime demagógicamente la causa de la cohesión social, de la “integración” de la población, de la “atención” a las necesidades de los ciudadanos, de la “dignificación” de las condiciones de vida de la masa laboral, etc.) y, por otro, un “Estado de Derecho” que ya no valida el término “social” (afín a la doctrina liberal crasa, instauradora de una guerra de todos contra todos, de todos los individuos contra todos los individuos, solo regida por el deus ex machina del Mercado, guerra entre desiguales y mercado subrepticiamente “gestionado”) sí son las dos piezas que el Demofascismo, con las clases y fracciones de clase que mantiene en la supremacía socio-económica y en la prevalencia política, puede hacer tocar, como música de fondo, en este baile absurdo y suicida de los hombres y mujeres de las sociedades democráticas occidentales. Estado Social de Derecho y Estado Mercantil de Derecho: dos maneras, que admiten mixturas, de reproducir el status quo social general; dos composiciones que cabe alternar y en ocasiones “fusionar” (el Estado social no deja de ser un estado mercantil y el Estado mercantil no se desentiende sin más de la cuestión social) para dictar los movimientos corporales de esos enloquecidos danzantes del Capitalismo tardío. Estado de Derecho, social o mercantil, que sanciona y blinda la propiedad privada, la economía del Capital, las clases sociales en su oposición regulada, la tiranía de la democracia representativa y el fundamentalismo ideológico liberal.

La forma menos vaporosa del Estado Social de Derecho ha recibido el nombre de “Estado del Bienestar”, que no señala un bienestar de todos en el área de las potencias hegemónicas y que se funda en el malestar de casi todos en el ámbito de los países dependientes, como han denunciado tantos críticos del neo-imperialismo y de la globalización. Esta modalidad del Estado no aparece como un “telos” de la lógica política del Capitalismo: puede venir y puede irse, se acerca y se aleja. Hoy tiende a difuminarse, en lo que atañe a los países del sur de Europa; pero persevera y hasta se fortalece en otros, europeos y no europeos. Pretendo contribuir a su crítica, pues la percibo como la mayor engañifa, como la mentira más descarnada, como el engendro más falsario, más venenoso, que cabe disponer para la justificación (legitimación) de la coerción gubernamental y de la explotación social, para la perpetuación de la casta política y del canon de vida de los sectores burgueses y “aburguesados” (de un lado, empresarios, banqueros, funcionarios,…; de otro, empleados y trabajadores que comparten la psicología, la mentalidad, lo que Horkheimer llamó el “carácter social”, de la clase dominante: la mayor parte de la población en las naciones del Norte, por tanto).

Desde un punto de vista genealógico, el “Estado Social de Derecho”, análogo en sus categorías fundamentales al “Estado del Bienestar”, halla “astillas proféticas” de lo que ha devenido en la contemporaneidad, un “lugar de procedencia”, en el subsuelo filosófico, epistemológico, del Despotismo Ilustrado (“Todo para el Pueblo, pero sin el Pueblo”: administración de las necesidades “postuladas” del Pueblo en beneficio de las oligarquías). Desde ese momento, la estatalización del Bienestar queda soldada al despotismo, al autoritarismo, a la coacción política; y queda atada, también, a la Ilustración y a sus conceptos rectores -noción “cósica” de la verdad, elitismo, misionerismo social, racionalismo desalmado, finalismo,… La política de Federico II el Grande, monarca de Prusia, es citada a menudo como exponente de esta síntesis y augurio del “Estado Social”.

En segundo lugar, el “Estado del Bienestar” se prefigura, al nivel de la expresión ideológica, de la cuasi-doctrina, en las postrimerías del siglo XVIII y a lo largo del XIX, de la mano del liberalismo en ascenso, de los nacionalismos, de la axiomática constituyente del Estado-Nación (forma capitalista de gestión del espacio social). En el gran laboratorio político-ideológico de la Modernidad, proceso que se ha denominado “Revolución Francesa”, Antonelle, en su discusión “amistosa” con Babeuf (y partiendo de Rousseau: “que todos tengan lo necesario y nadie posea en demasía”), esboza la aspiración nuclear de la posterior socialdemocracia y también del Estado Social, del Estado del Bienestar: “mantener un grado soportable de desigualdad en las fortunas”.

“Hemos llegado un poco tarde, tanto el uno como el otro, si hemos venido al mundo con la misión de desengañar a los hombres sobre el derecho de propiedad. Las raíces de esta institución fatal son demasiado profundas y dominan todo; ya no se pueden extirpar en los grandes y viejos pueblos…
La eventual posibilidad del retorno a ese orden de cosas tan simple y tan bueno (el estado de comunidad) quizá no es más que un sueño…
Todo lo más que cabría esperar sería un grado soportable de desigualdad en las fortunas…”.

Es decir, se preconiza la intangibilidad de la propiedad privada, de la división en clases, de la plusvalía capitalista, del libre mercado (base material de la “representación” política, con su juego de partidos y de elecciones). Trascurridas unas décadas, Von Stein vindicará precisamente el “Estado Social” (se le considera uno de los “padres” del concepto) como expediente para atenuar los desórdenes y las violencias suscitadas por el conflicto de clases y conjurar así el peligro de la revolución…

La deriva “socialdemócrata” del marxismo, con la aceptación de las reglas del juego de la democracia burguesa, que desemboca en una ruptura explícita con su matriz y una convergencia con las posiciones clásicas del radicalismo liberal, termina de aportar los ingredientes para el compuesto movedizo del Estado del Bienestar (reformismo socio-laboral, productivismo, mística del Progreso, ideología de la reconciliación de las clases, codificación de “derechos humanos”, “progresismo” ético-jurídico,…).

Se ha sostenido que la noción “Estado Social de Derecho” designa un principio, mientras que “Estado del Bienestar” se refiere a una práctica. Yo estimo que, en la actualidad, ambas expresiones remiten a un mismo objeto; y las utilizo como sinónimas. El “Estado Social de Derecho” ostenta, sin embargo, como término, un prestigio y un aura superior al del “Estado del Bienestar”: los adversarios de este último, por ejemplo, tienen más miramientos a la hora de extender sus críticas a la noción de “Estado Social”. Por utilizar una analogía fácil, diría que estamos ante la misma “letra”, solo que una aparece con mayúscula (“Estado Social de Derecho”) y la otra con minúscula (“Estado del Bienestar”). También cabría sugerir que el “Estado Social de Derecho” aparece como el continente del “Estado del Bienestar”; y el “Estado del Bienestar” deviene como el único contenido del “Estado Social de Derecho”.

3) Los críticos

La gama de aprensiones, repulsas, reconvenciones, repudios y rechazos teoréticos que ha merecido el Estado, incluida la especie que mentimos “del Bienestar”, es casi inabarcable. Pero cabría destacar seis figuras, seis posiciones cardinales de crítica en gran medida todavía vigentes:

1.La denegación anarquista “clásica” del Estado, desde Bakunin y Kropotkin hasta Stirner.

2.La concepción marxista “ortodoxa” del Estado, tal y como se configura en los textos de Engels, Marx y Lenin; y el modo en que es “leída” por Althusser y otros estructuralistas.

3.La crítica de la socialdemocracia como instancia de “desmovilización” e “integración” de las masas populares en el orden capitalista, desde la perspectiva que inaugura Graco Babeuf, antes de la cristalización del “Estado social”, y que, de algún modo, retoma W. Benjamin. Lo que, a mediados del siglo XIX, Lorenz Von Stein marcaba como un propósito insoslayable del Estado “social” (desplegar reformas que conjuren el enfrentamiento de clases y eviten los daños de la subversión) se vislumbra ya un logro, un objetivo cumplido, cuando Benjamin, cien años más tarde, concibe las “Tesis de Filosofía de la Historia”.

4.Los efectos “toxicológicos” (adición, dependencia) de la protección estatal, según I. Illich. En sus obras sobre la educación, la sanidad, los transportes,… este autor denuncia incansablemente el modo en que las “burocracias del bienestar social” acaban con la capacidad de auto-organización del individuo y con la cooperación comunitaria, generando impotencia psicológica ente los ciudadanos, en una suerte de auténtica “toxicomanía” de la asistencia estatal.

5.La revisión de la problemática del Estado por los autores que analizan las relaciones de poder y de saber en el marco de la “biopolítica” moderna. Partiendo sobre todo del “último Foucault” y aprovechando los estudios de Agamben, cabe desplazar los acentos en la crítica del Estado del Bienestar, abriendo campos de investigación y de resistencia que no se percibían desde las tradiciones anticapitalistas precedentes.

6.El cinismo constituyente de todo Estado Social, tal y como se insinuaba en sus categorías y prácticas fundacionales (Girardin, Maffesoli, Sloterdijk,…). La forma de racionalidad de que se asiste la literatura del Estado del Bienestar, los conceptos filosóficos que determinan su desenvolvimiento político, arrastran la mácula de la onto-teo-teleología moderna y del productivismo burgués, incapacitándose por tanto para una praxis que no se revele genuinamente “anti-social”, preservadora de la desigualdad y de la explotación.

4) Los resistentes y victimados

Pero el Estado del Bienestar halla también una poderosa “fuente de impugnación” en la realidad histórico-social. Y cabe hablar de “islotes de ausencia de Estado”, de “huecos”, de “oasis de desestatalización”: formaciones que han subsistido, y en menor medida subsisten, “sin Estado”, para la sorpresa de tantos politólogos occidentales. “Resistentes” a Leviatán, que se convierten a pasos agigantados también en sus “víctimas”….

Se encargaba el imperialismo de arrasar culturas y desmantelar estructuras económico-políticas en África cuando “chocó” con una realidad que nuestros antropólogos no han podido ocultar: la existencia de “pueblos sin gobernantes”, de “anarquías organizadas” (H. Barclay, J. Middleton y D. Tait), etnias y comunidades que englobaban en ocasiones a millones de personas y que se desenvolvían en ausencia del Estado, lejos de la subordinación a una máquina burocrática, a un aparato gubernamental. Mbah e Igariwey nos han proporcionado la “lista” de los pueblos que “carecen de autoridad centralizada, maquinaria administrativa e instituciones judiciales, en resumen, que carecen de gobierno y de dirigentes, y en los que no existen divisiones acusadas de rango, estatus o riqueza, es decir sociedades sin Estado”: “Entre las sociedades sin estado que existieron en el continente se encontraban los Igbo, Birom, Angas, Idoma, Ekoi, Ndembe, los pueblos del delta del Níger, Tiv de Nigeria, Shona de Zimbabwe, Lodogea, Lowihi, Bobo, Dogón, Konkomba, Birifor (Burkina Faso, Níger), Bate, Kissi, Dan, Logoli, Gagu y Kru, Mano, Bassa Grebo y Kwanko (Costa de Marfíl, Guinea, Togo), Tallensi, Mamprusi, Kusaasi (Ghana) y los Nuer (al sur del Sudán), etc., contabilizándose hoy en día casi doscientos millones de personas en total”.

América Latina había surtido y sigue surtiendo, asimismo, testimonios de ese fenómeno: la proliferación de “pueblos sin Estado”, de etnias y comunidades ajenas a la ley positiva de la Administración. Levi-Strauss habló, a propósito, de “la sociedad de la naturaleza”; y Pierre Clastres analizó un aspecto de estas formaciones casi incomprensible para un europeo “cívico”: que los Jefes, los Líderes de muchas tribus, en absoluto actuaban como “dirigentes” y podían estar al frente sin mandar, sin ejercer el poder, renunciando a la autoridad. Pero no solo en las selvas tropicales, y entre grupos nómadas de cazadores y recolectores, se dio el vacío del Estado. Las comunidades mesoamericanas “en usos y costumbres”, que fechan su esplendor en los siglos XVIII y XIX y, combatidas por el liberalismo y la globalización, subsisten hoy, por ejemplo, en vastas regiones de México y en no pocas localidades de Guatemala, descritas por Carmen Cordero para el caso de Oaxaca y por Lapierre, entre otros, en lo concerniente a Chiapas, estructuralmente semejantes al “sistema de aldeas” del África Negra (aún vivo allí donde desfallece la influencia de la ciudad, nos recuerdan los investigadores africanistas), han alcanzado un grado importante de cristalización organizativa y reivindicativa, y ondean con entusiasmo la bandera de la autonomía indígena, de la tradicional “ley del pueblo” (que significa la supresión “local” de la gobernanza y la imposibilidad de incorporarse a un proyecto moderno de “Estado-Nación”), como atestiguan la lucha zapatista del FZLN y la resistencia magonista del CIPO-RFM, dos meros botones de muestra.

En América del Sur se repite este escenario, este conflicto entre el anhelo anti-estatal indígena y los proyectos “modernizadores” de las autoridades, como se ha evidenciado dramáticamente en Bolivia, en Perú, en Ecuador,… En “La bala y la escuela” denuncié cómo la idea del autogobierno local, la llamada “democracia india” (directa, basada en la asamblea, con cargos rotativos, electos y no remunerados, sin “representantes”, sin “partidos”, sin “fuerza pública”, sin “código jurídico escrito”, etc.), sigue pagando cuotas de sangre solo por resolverse en práctica; sigue siendo sofocada por las armas, lo reiteraba Pablo Cingolani, incluso allí donde un indígena corona el poder del Estado…

Al lado de las comunidades indígenas “sin Estado”, documentadas también en Asia, en Oceanía, en las zonas frías próximas a los casquetes polares,… encontramos asimismo la “anti-política” de muchos pueblos nómadas, que se han desenvuelto libremente por las tierras, manifestando un orgulloso “desinterés” hacia las leyes de las Naciones que las acreditaban como propias. Paradigmático es el caso gitano, que analicé en “Del pogrom al programa. Hipocresía del interculturalismo y aniquilación de la gitaneidad”. Enfrentados y perseguidos por las leyes de los países que habitaban temporalmente, los gitanos han conservado, hasta anteayer, unas pautas de organización interna, una conformación social y de la vida cotidiana, vueltas contra las pretensiones homogeneizadoras de las burocracias, “al margen” y “en contra” de los usos jurídicos sancionados por los Estados. Así lo subrayaron, con fuerza inusitada, Félix Grande y Bernard Leblond, entre otros. Habiendo sobrevivido al “pogrom”, a la detención y al encarcelamiento masivos, los gitanos sucumben, como diferencia, como idiosincrasia, a la insidia integradora del “programa” (asimilacionismo de nuevo cuño, “multiculturalista”) e incrementan la lista de los victimados por la Administración.

Por último, en el corazón mismo de Occidente, en lo que hemos denominado “mundo rural- marginal”, en las aldeas recónditas, a menudo de montaña, pastoriles o agrícolas de subsistencia, el Estado fue “puesto a raya”, “silenciado” o “aplazado”, en beneficio de prácticas asamblearias y cooperativistas, de fórmulas de autogestión y de apoyo mutuo. Pueblos donde el Estado “apenas llegaba” se han organizado de un modo autónomo durante décadas, indiferentes a los decretos de los gobiernos y a los edictos de las alcaldías, discursos lejanos de gentes desconocidas. “Diferencia amenazada que nos cuestiona”, como sostuve en el ensayo publicado por la revista “Raíces”, hoy se baten en retirada, ante la acometida circunstancial de la modernización capitalista, de la que forman parte los proyectos agro-eco-turísticos alentados por los gobiernos.

Es importante señalar que, en los tres casos (indígena, nómada, rural-marginal), la “ausencia de Estado” se acompaña de la pervivencia de órdenes sociales igualitarios, sin escisión, sin dominio de clase, sin asalarización de una parte del colectivo; y de una disposición de la vida cotidiana regida por las formas diversas de la ayuda mutua, de la colaboración entre compañeros. Democracia directa, comunalismo y ayuda mutua constituyen la respuesta simétrica (anti-estatal) al elaborado altericida (filo-estatal) de la democracia representativa, el trabajo alienado que emana de la propiedad privada y el individualismo avasallador…

Contra el Estado del Bienestar, pues, cabe disponer, al lado de las palabras de sus “críticos”, la praxis de sus “resistentes-victimados”.

5) Los mercenarios

Al calor del Estado Social de Derecho ha surgido una retícula de “profesionales”, generadores a sueldo del supuesto “bienestar”, galería de “mercenarios” desencadenante de la “adición” a la protección institucional. Médicos y enfermeros, profesores y maestros, jueces y abogados, periodistas,… se acercan al individuo tal “misioneros” y “catequistas” de la nueva religión del Estado, dosificando el despotismo y el paternalismo, la ideología del experto y los discursos del altruismo. Desposeen progresivamente al sujeto de su capacidad de autogestión: autocontrol de la salud, aprendizaje automotivado, autonomía en las relaciones con los demás, elaboración personal de la propia opinión,… Pero acaban también con la comunidad como ámbito organizativo y de resistencia, pasando a cuchillo sus logros: medicina tradicional, educación comunitaria (local, clánica, familiar,…), derecho consuetudinario, ámbitos de reflexión colectiva,…

“Administrados”, la salud, la educación, la justicia y la opinión pública se erigen en los tentáculos del Estado, al mismo tiempo valedores del aparato y garantía de su poder omnívoro. El Estado llega a casi todos los rincones de la sociedad y de la vida cotidiana gracias a esa tropa cínica de empleados. Reclutados para el buen gobierno del territorio social y para el control de las subjetividades (ya aparezcan como “funcionarios”, “para-funcionarios” o embaucadores “liberales), segregando “ideologías específicas” (“laborales”, “corporativas”) y un particular “verosímil profesional” (“sentido común sectorial” de quienes comparten un desempeño o una función), se aplican todos los días a la preservación de la hegemonía burguesa y de la coerción democrática liberal.

www.pedrogarciaolivoliteratura.com

[Debat] Lugares comunes en los prejuicios sobre el anarquismo

bandera

Son muchas las opiniones vertidas sobre el anarquismo y yo mismo entro en un tópico si digo que, gran parte de ellas, desvirtuadas bien por ignorancia, bien por manipulación ideológica o, directamente, claros intereses políticos. Tampoco quisiera caer en un victimismo, también demasiado habitual, sobre el constante ninguneo que sufre por la mayor parte de la historiografía oficial o la negación del papel que le corresponde en los estudios sobre los movimientos sociales. A nosotros nos corresponde, desde la honestidad y el trabajo, arrojar luz sobre un movimiento esforzado, como ningún otro, en dar respuesta a los problemas sociales y en profundizar en los diferentes ámbitos que abarca la capacidad humana. Voy a comentar a continuación, sin una profundización científica de la que adolezco y con el filtro añadido de mis propias experiencias que también hay que tener muy en cuenta, algunas opiniones claramente ligeras y esquemáticas, pero hechas por personas corrientes, creo que sin demasiados ánimos de desprestigiar pero con todos los prejuicios que se quiera, y que puede corresponder a gran parte de las nuevas generaciones. Es por esto que pienso que, lejos de acusar o despreciar lo que sólo conduce a la marginalidad, merece la pena seguir combatiendo los numerosos prejuicios que existen sobre el anarquismo; si una de las premisas fundamentales del mismo es el culto al conocimiento y cómo conduciría a la autoconsciencia y a la emancipación, es nuestra obligación ser coherentes y establecer una dinámica de aprendizaje mutuo con todos y cada uno de los seres humanos. De esta manera, con un conocimiento sólido de la materia que nos ocupe y con el añadido de nuestras continuas experiencias personales, es imposible mantenerse inmóviles en opiniones que pronto quedarán atrás.

Hace poco, en un chat con Irene Lozano, autora de una biografía reciente sobre Federica Montseny, alguien le preguntó qué opinaba sobre el anarquismo, “una ideología que resultaba ridícula hoy día” (sic). Especialmente triste resulta el comentario, para empezar este modesto recorrido por el imaginario colectivo, y difícil es encontrar el lugar por dónde empezar a refutarlo. Diré que existe un indudable triunfo moral -que se va reafirmando a medida que avanza la sociedad- para el anarquismo y los anarquistas y son los que han demostrado mayor justeza en sus juicios y acciones. Su búsqueda de la libertad, de la justicia y del conocimiento, profundizando y superando el dogma y los convencionalismos hace que, al menos, merezcan un respeto a la hora de establecer un juicio serio.

Otro comentario muy extendido, aquí tal vez más habitual en personas de mentalidad progresista -aunque habría que tratar de dar una definición sólida a dicho término-, es el de que “el anarquismo es un ideal bello pero resulta una utopía”. El argumento, quizás contaminado por lo habitual que resulta, no da lugar a una conversación demasiado seria; históricamente, no hay un solo anarquismo y, así, se puede opinar e incluso tener una bonita discusión científica o económica sobre que, por ejemplo, una concreción anarquista como es el colectivismo bakuniniano resulta irrealizable -que es el significado que se le quiere dar a la palabra utopía la mayor parte de las veces- o anacrónica pero hablar, así en general, sobre si una sociedad sin Estado es posible, y que tenga continuidad en el tiempo, requiere una preparación que nos sobrepasa -incluso, probablemente estando dotado de precognitivas que no tenemos las personas normales-. Una sociedad sin Estado pero, claro está, mucho más. Las sociedades sin Estado han existido durante gran parte de la historia de la humanidad pero la cuestión estriba en la construcción de una sociedad donde no exista una clase dirigente y el mínimo de delegación, una sociedad libertaria con todo lo que conlleva la tradición ácrata -aquí, el cientificismo y heterodoxia del anarquismo resulta de vital importancia- sujeto, por supuesto, a una constante evolución, a nuevas respuestas que da la misma experiencia -otro punto de vista importantísimo en el anarquismo es su negación de una teoría cerrada dejando un campo libre para lo empírico-. ¿Resulta esto una utopía? Está claro que no es esa la cuestión sino el grado de dificultad que suponga su construcción y no creo que nadie afirme que resulte sencillo incluso ante un supuesto vacío de Estado; y no se trata sólo de lamentarse por las circunstancias actuales y los numerosos enemigos que tiene el anarquismo sino, también, tratar de confirmar que la forma de ser más libres y más felices, de asentar la base de la sociedad libertaria, es combatiendo las instituciones y superestructuras con sus diferentes formas de dominación, sí, pero también huyendo, a nivel personal, del tutelaje, buscando el máximo de autonomía y aceptando que esa capacidad de progreso es posible en cada persona, sean cuales fueren sus circunstancias. Esto deben ser más que palabras bonitas y quizá pueda calar algo en todas esas personas prejuiciosas con el anarquismo que lo niegan como algo ridículo o irrealizable; si tratamos de no verlo como una ideología o, mucho menos, una doctrina y más como una filosofía o una moral, con su praxis cotidiana, el campo puede estar abonado para una sociedad mejor.

“Anacrónico”, es otra palabra atribuida con frecuencia al ideal ácrata y, sin embargo, no puede estar, en mi opinión, más cargado de futuro; su búsqueda de justicia social y conciliación con la máxima libertad individual no tiene parangón con ninguna otra forma de organización social. Todo lo bueno que tiene nuestra democracia liberal -entendiendo esta palabra como una actitud de libertad y tolerancia en las relaciones humanas y dejando a un lado el sistema económico del que hablaré más adelante- ya lo propugnó el anarquismo décadas antes de que los elementos reaccionarios fueran cediendo lentamente ante el progreso. ¿Dónde reside, pues, la extemporaneidad del anarquismo? Quizá vaya demasiado lejos al pensar que las teorías del milenarismo o de los rebeldes primitivos -como explicación a la fuerza del movimiento libertario, por ejemplo, en España- puede que tengan algo de culpa de esta nueva caricaturización o reduccionismo en la que se entra sin demasiada dificultad por parte de la opinión popular. La explicación más sencilla puede estar en ese razonamiento, al que se llega vía pensamiento único, de “el fin de la historia y de las ideologías”; es decir, no hay otra respuesta a la cuestión social o económica, vivimos en el mejor de los mundos posibles. Afortunadamente, el tiempo actúa como un perfecto erosionador de la estulticia y quiero percibir ya un soplo de aire fresco para estos nuevos dogmas que produce la adoración al llamado mercado libre. El anarcosindicalismo puede ser objeto también de este juicio negativo al considerarse el proletariado un concepto difuso en la modernidad; discutible es esto, por supuesto, pero de nuevo tomamos una parte por el todo. La sindical es otra forma más de emancipación que traslada las herramientas de lucha del anarquismo -plena autonomía, asambleísmo, acción directa…- a la organización obrera y cuyo afán revolucionario es incuestionable sobre el papel pero que, en la práctica, ha dado lugar a conflictos y polémicas a los que no ha sido ajena la historia; se puede confiar, actualmente, en la fuerza o viabilidad de la opción anarcosindicalista pero contemplo el anarquismo como liberador de una manera más amplia superando la visión histórica de que una clase social concreta será la protagonista de la deseada revolución. No obstante, resultan indudables la precariedad laboral -que marca la plenitud de la vida de una persona- y la indefensión del trabajador frente al sistema capitalista por lo que resulta primordial la labor de un sindicato combativo y transformador.

Otro lugar común en las opiniones populares sobre anarquismo es considerarlo algo similar a otras ideologías “radicales” como el comunismo -o, concretando, a la praxis marxista ya que existe un comunismo libertario-, confirmado en muchas ocasiones por movimientos sociales que utilizan con alegría una iconografía perfectamente intercambiable a gusto del consumidor. Hay que decir que los anarquistas ya denunciaron y combatieron los regímenes totalitarios mucho antes de su caída definitiva; si la acción libertaria es la lucha contra el poder y su meta la destrucción definitiva del Estado, con mayor motivo se va a abominar de sistemas donde se confía en un poder totalizador magnánimo, por mucho que asegurara Marx que la perfección del Estado haría innecesaria su existencia. La historia esta ahí, y dejando a un lado las perversiones o desviaciones en las que algunos insisten todavía, es para pensar en el germen autoritario que puede llevar en su seno la doctrina marxista y en el despotismo al que conduce su concreción política, cosa que ya vislumbró Bakunin en la I Internacional dando lugar a la corriente antiautoritaria del socialismo. Como se ve, desde un principio resulta imposible confundir ideas que son antitéticas y que dieron lugar a una bifurcación difícil de reconciliar; si algunos pensadores han hablado de un “marxismo libertario” es, quizá, por apertura y acercamiento de una doctrina cerrada y científica al anarquismo que siempre tendió al análisis y a hacerse preguntas antes que a dar respuestas definitivas. Hoy en día, insisto, el anarquismo posee un indiscutible -aunque resulte difuso y pocos lo acepten- triunfo moral al haber colocado la libertad como valor primordial y puede mirar con orgullo hacia adelante; el comunismo, agoniza patéticamente con la mirada puesta en referencias como la Revolución cubana que constituye, todavía, una triste realidad.

Superado el desastre que supusieron los sistemas totalitarios, el anarquismo debe dar respuestas en su afán socializador antiestatalista; otra gran preocupación en las personas es la de una propuesta sólida y moderna de economía que garantice el bienestar -las propuestas históricas libertarias pueden resultar un estupendo referente pero sería bueno estudiar las complejidades de la actual globalización capitalista para combatirla en profundidad, cosa que también realizaron los grandes pensadores libertarios en su momento-. Esto constituye, quizás, una gran asignatura pendiente para convencer de que es posible una alternativa liberadora frente a un sistema que, entre sus grandes capacidades, además de mantener las relaciones de poder, está la inculcación de que no es posible cuestionar el estado de las cosas. Es fácil denunciar que seguimos siendo, en gran medida, esclavos de un sistema económico desigualitario, depredador, alienante, capaz de fabricar mentes sumisas gracias a constantes “opios del pueblo” y “pan y circo” que han demostrado tener muchos más recursos y lugares que los tradicionales de la iglesia y la taberna, gracias, en gran medida, a una revolución tecnológica que, lejos de desestimarla como alienadora como manifiestan algunos, debe ser puesta al servicio de las premisas libertarias.

Lugares comunes en el anarquismo

La caricatura o el desprestigio se han volcado en la tesis y el prurito anarquistas pero, como ya he mencionado en el texto, hay que tratar de superar esta actitud de lamentación constante, siempre apoyada en las perversidades del sistema y de tantas personas, que no es más que otra forma de aceptar una derrota que puede que, técnicamente, se haya dado en la historia pero que resulta inasumible a efectos morales. El anarquismo, para seguir resultando coherente consigo mismo, debe mirar hacia delante y someterse a una renovación constante en su, supuesto, armazón teórico -ya he mencionado mi rechazo a la palabra ideología pero es indudable que resulta un conjunto de ideas y valores, con unas premisas antiautoritarias básicas y todo lo flexible que se quiera-. Yo pediría que, si bien la tradición ácrata es de una riqueza incuestionable a la que se puede acudir por muchos motivos, tratáramos de ser críticos también con la visión anarquista clásica, que nace y se desarrolla en el siglo XIX, debido, no a su anacronismo, sino a la necesidad de nuevos análisis y respuestas. El estudio y la divulgación histórica me parece fundamental pero hay que eludir el peligro de que ello suponga un obstáculo para el progreso dentro de la heterodoxia del anarquismo.

Jose María Fernández Paniagua
Artículo publicado en el periódico anarquista Tierra y libertad núm.206
Fuente: http://acracia.org/Acracia/Lugares_comunes.html

[Llibres] El anarquismo y la política del resentimiento

EL ANARQUISMO Y LA POLITICA DEL RESENTIMIENTO

SAUL NEWMAN*

Traducción propia.

Folleto.

Formato Académico.

Resumen:
Este ensayo expone una crítica al anarquismo clásico, utilizando el concepto nietzscheano de “resentimiento” y las ideas de Michel Foucault sobre el poder. Aunque las críticas de Newman al anarquismo clásico, en su intención de definir su concepto de “post-anarquismo”, tienden a favorecer la identidad individual sobre la acción revolucionaria colectiva, tiene entre sus aspectos más importantes, la necesidad de establecer que el anarquismo es más que una simple reacción contra el Estado, y el hecho de que “nacemos en un mundo diseñado por el poder, no en un mundo <natural> escindido del poder”.

* Saul Newman (nacido en 1972) recibió su Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Nueva Gales del Sur en 1998, y actualmente es profesor de posdoctorado en la Universidad Macquarie. Sus investigaciones se centran en el área de la filosofía política contemporánea, en las teorías particulares del poder, la identidad, la ideología, el psicoanálisis y las posibilidades de la teoría  radical y la acción política en la actualidad.

Algunas de las últimas publicaciones de Newman giran en torno a Max Stirner, un filósofo alemán de mediados del siglo XIX, autor del famoso libro El único y su propiedad (1844, esp. trad. 1901). Newman ve en Stirner una figura clave en el desarrollo de una nueva crítica radical a la sociedad occidental. Considera a Stirner un protoposestructuralista que se anticipó a los modernos posestructuralistas como Foucault, Lacan, Deleuze,y Derrida.

Artículos
“Fantasmas de Stirner: una crítica de la ideología contemporánea” En: Journal of Political Ideologies, 6,3(2001), pp. 309-330
-“Max Stirner y las políticas del Post- Humanismo” En: Contemporary Political Theory, 1,2(2002), pp. 221-238.
-“Stirner y Foulcault. Hacia una libertad Post- kantiana” En: Postmodern Culture, 13,2(2003), s.p. (e-journal).
-“Empirismo, Pluralismo y Politica en Deleuze y Stirner” En: Idealistic Studies, 33,1(2003), pp. 9-24

Libros
-“De Bakunin a Lacan. Anti- autoritarismo y  dislocación del poder” Lanham MD: Lexington Books 2001.
-“Poder y política en el pensamiento Pos-estructuralista. Nuevas teorías para la política” Londres: Routledge 2005
-“Universos inestables: Pos-modernidad y política radical” Manchester: Manchester University Press 2007

[Grècia] El auge del nazismo en Grecia

Texto publicado en https://athens.indymedia.org, reeditado con algunos cambios de estilo.

1. Introducción:

Antes de tratar el fenómeno del nazismo que convulsiona actualmente la sociedad griega es importante resumir de manera breve un fondo político e histórico.

El movimiento social griego también perdió la guerra civil (1946-1949) y fue sujeto a una férrea persecución y opresión, siendo el vencido de los dos bandos. Sin embargo en las décadas siguientes continuó la lucha por salir de la pobreza extrema, restringir la fuerza de la Corte Real, hacer frente al terrorismo blanco y consolidar sus derechos fundamentales.

Todo este proceso se congeló tras el golpe del estado de los coroneles en el 21 de abril del 1967. A lo largo de los 7 años de la dictadura militar, el movimiento social radicalizó sus métodos y perspectivas de lucha. El pueblo griego, y en particular los estudiantes, optó por la posibilidad del enfrentamiento directo con el régimen fascista, en unos momentos en que la junta militar intentaba imponer una transición política controlada y conservadora. Esa realidad fue la que condujo a la rebelión estudiantil del 14 al 17 de noviembre de 1973. El 17 de noviembre el régimen militar tomó la decisión de invadir la Escuela Politécnica con un tanque, y con francotiradores, uniformados y secretas asesinó a decenas de estudiantes.

La rebelión de la Escuela Politécnica quedó en la conciencia colectiva como la expresión máxima de resistencia popular y a pesar de que la masacre se consolidó como una victoria contra la Dictadura. Unos meses después, el régimen militar organizó un golpe de estado en Chipre, acontecimiento que fue utilizado por el ejército turco como pretexto para invadir el país y ocupar, hasta hoy, el 37% de su terreno. Después de la catástrofe de Chipre la dictadura colapsó en 48 horas y los coroneles fueron juzgados y condenados a muerte. El gobierno de derechas que se implantó inmediatamente después decidió cambiar la pena de muerte por la cadena perpetua y los dos “caudillos”, Papadópulos e Ioannidis murieron en la cárcel.

Desde la transición del ‘ 74, cada año se convocan actos y concentraciones en memoria de los estudiantes asesinados y de la lucha popular contra el régimen fascista, que culminan el 17 de noviembre con una masiva manifestación de decenas de miles de personas. No sería erróneo decir que se trata de una manifestación tradicionalmente combativa que en ocasiones ha sufrido tal represión que ha acabado con manifestantes asesinados (1980, 1985).

Es importante comentar que estos acontecimientos históricos (la lucha del pueblo contra los nazis, el terrorismo blanco tras la perdida de la guerra civil y la rebelión estudiantil de 1973) fueron elementales en la construcción de la memoria colectiva de la gente y de sus reflejos políticos antifascistas.

Hasta hace muy poco era absolutamente impensable que los nietos de los colaboradores de los nazis y los hijos de los chivatos, los chulos y la escoria del régimen de los coroneles, pudieran tener cualquier tipo de expresión política masiva en la calle. Si alguien hubiera dicho antes de las elecciones del 6 de mayo de 2012 que los nazis iban a recibir casi medio millón de votos, habría sido tratado de ignorante e incapaz de entender los procesos históricos y políticos de la sociedad griega. Desafortunadamente la realidad ha sido diferente.

2. Racismo Institucional:

Tras la caída de la Dictadura hubo un fuerte impulso popular para la eliminación o la marginalización de los componentes sociales que formaban el régimen militar. Una sola institución permaneció intocable: La Policía griega.

En la década pasada paralelamente al aumento de la llegada de personas extranjeras, hubo un auge importante de la violencia racista. La Policía no protegía solamente a los neonazis que atacaban inmigrantes, sino ella misma estaba constantemente acusada de haber realizado torturas dentro de las comisarías. Durante todos esos años se hicieron públicos muchos videos sádicos que ellos mismos grababan para su diversión.

Casos de maltratos y torturas policiales:

1. http://www.youtube.com/watch?v=7UatW_cEqqw

2. http://www.youtube.com/watch?v=RG4Cf1T8bR4

3. http://www.youtube.com/watch?v=EbbDXUjMoDw

4. http://www.youtube.com/watch?v=VHxKhWp1wbs

5. http://www.youtube.com/watch?v=S8QMy4Yfd7s

6. http://www.youtube.com/watch?v=LgTREwHpsFA

7. http://www.youtube.com/watch?v=4Mu0aGwmkzY

8. http://www.youtube.com/watch?v=FIyZ-7b9x7U

Casos de colaboración de la Policía con los nazis (mucho antes de que la sociedad griega llegara a conocer el partido Aurora Dorada):

1. http://www.youtube.com/watch?v=njgRrqOMpAE

2.http://www.youtube.com/watch?v=5UVagyapmLI&playnext=1&list=PL0B46BE67442A81AB&feature=results_videoç

3.http://www.youtube.com/watch?v=KfzWDKnAxCM

4. http://www.youtube.com/watch?v=uLP_9E9nKFM

5. https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=1218742

6 https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=822986

Tras las elecciones del 6 de mayo de 2012, el periódico To Vima investigó y pudo hacer unas estimaciones en cuanto al voto del cuerpo de la Policía griega. Se calcula que la mitad de ellos votó al partido neonazi Aurora Dorada…

3. Regulación de Dublín II.

En 2003 es firmado por la Unión Europea un tratado en el que se decide que el país a la que llega por primera vez un inmigrante tiene la obligación de procesar su solicitud de asilo. Este acuerdo crea una situación explosiva en el interior de la sociedad griega ya que esta última carece de las infraestructuras necesarias para asimilar e integrar al casi un millón de personas que han entrado en el país. Dicho acuerdo prácticamente establece que los inmigrantes no pueden salir de Grecia hacia el resto de Europa occidental. Si estas personas logran salir ilegalmente del país y son detenidas luego en otro estado de la UE son retornadas al país por el cual hicieron su ingreso en la UE. La crisis económica de los últimos cinco años, la falta de estructuras y mecanismos institucionales y la corrupción, crean un escenario de miseria profunda, especialmente en los grandes núcleos urbanos, donde los inmigrantes son el primer escalón de la pirámide social, los mas vulnerables y el colectivo más idóneo para ser explotado por el crimen organizado. La violencia y el sentimiento de inseguridad crecen geométricamente.

4. El nazismo busca su barrio

Allí donde mas éxito tuvo el veneno racista de Aurora Dorada ha sido en un barrio de Atenas que antes de la llegada de la crisis se podía considerar de clase media. El barrio de Agios Panteleímonas, situado alrededor de la iglesia de dicho nombre, es intentado convertirse por lo nazis en algo equivalente al barrio de Exarjia (de los libertarios y la Izquierda radical). En este caso la policromía de las ideas, las iniciativas de auto-organización y la sensación de la libertad se sustituye por cabezas rapadas y cacerías de inmigrantes. En diciembre del 2004 el barrio de Agios Panteleímonas  sale en las noticias debido a la conducta criminal de los policías de la comisaría del barrio. En pleno ambiente navideño la Policía decide invadir el edifico donde se encuentran decenas de refugiados Afganos quienes sufren palizas y malos tratos.

https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=302336

https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=302850#302923

La noticia impacta a la sociedad griega. Se organizan manifestaciones y 10 días después un centenar de anarquistas ataca la comisaría.

https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=304642

A lo largo de los años esa comisaría va a ser acusada en numerosas ocasiones de prácticas parecidas. En el 2008 algunos vecinos van a empezar a organizarse en contra de los inmigrantes. Aurora Dorada inmediatamente construye vínculos con ellos y está presente en cualquier tipo de concentración o protesta. Pronto, las concentraciones de los vecinos empiezan a agredir a inmigrantes.

Imágenes reveladoras de un documental de la televisión noruega:

http://www.youtube.com/watch?v=BYZS_Y4plTE

En el apartado del Racismo Institucional se comparten diferentes enlaces de la colaboración de los nazis con las fuerzas de represión. Es importante abrir un pequeño paréntesis y comentar este último tema.

En enero del 1996 hubo tensión bélica entre Turquía y Grecia por la soberanía de unos islotes del mar Egeo. Finalmente y tras la intervención del gobierno estadounidense la tensión desapareció. Durante esos acontecimientos un helicóptero del ejército griego cayó y tres oficiales murieron. La versión oficial hablaba de un accidente, sin embargo ampliamente en la sociedad griega existía la creencia de que los tres militares fueron asesinados por el ejército turco y que los gobiernos luego lo camuflaron para eliminar la posibilidad de una confrontación armada entre los dos países.

La organización nazi a lo largo de los años consiguió, con el invento de una comisión de memoria, convertir ese hecho en su máxima posibilidad de expresión política y de  propaganda. En febrero de 2008 convocó una marcha en memoria de los tres oficiales, en unos momentos en los que la violencia racista se estaba aumentando significativamente. Organizaciones antifascistas, anarquistas e izquierdistas convocaron una contra-manifestación para cortar el camino al fascismo. Lo que sucedió creó un antes y un después en la conciencia del movimiento social. La presencia de la ideología fascista en las fuerzas de la Policía griega tiene raíces en todos los regímenes totalitaristas del siglo pasado. En general, se conocía que en ocasiones seguidores de organizaciones de extrema Derecha, como los nazis de Aurora Dorada, colaboraban con los antidisturbios en contra de manifestantes, sindicalistas, estudiantes en lucha e.tc.

Sin embargo lo que pasó el 2 de febrero de 2008 introducía la represión estatal en un nuevo nivel. Nuevo, por lo menos para nuestra generación. Las filas de los antidisturbios dejaban huecos de donde salían los nazis para atacar. En dos ocasiones antifascistas fueron acuchillados ante la mirada de los protectores del orden y la ley. Los nazis tras atacar se volvían a esconder detrás de los antidisturbios. Estas imágenes chocaron e impactaron violentamente la conciencia democrática y progresista de buena parte de la sociedad griega.

1. https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=824978

2. https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=824925

3. https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=824629

4. https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=823982

5. https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=822697

6. https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=822986

Volviendo al bario de Agios Panteleímonas, en el julio de 2009 se organiza una manifestación antifascista que pasa por las calles de dicho barrio. La manifestación de nuevo recibe una carga de nazis y antidisturbios. En la foto que se encuentra en el enlace de la noticia en castellano se puede ver un neonazi que lanza un cóctel molotov. A su alrededor se mueven uniformados. Todos contra el enemigo común.

Noticia en castellano:

https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=1055092

5. La transformación de la bandilla nazi en un partido legal

Mijaloliakos, el fírer de Amanecer Dorado, era conocido desde los finales de la década de los ´70. En el diciembre del 76 fue detenido por participar en las agresiones a periodistas que cubrían el funeral del torturador del régimen militar, E. Malios, quien había sido asesinado por la organización armada 17 de noviembre (17N). En el año 1979 fue condenado a 13 meses de prisión militar por posesión de armas y explosivos, pero pronto fue puesto en libertad. Participaba en una organización fascista que hacia ataques con explosivos en lugares donde se reunía gente de izquierdas. Nuca fue condenado por su colaboración con la Policía y sus relaciones con los servicios secretos griegos (KYP). En 1980 empezó a circular el periódico Aurora Dorada y en 1984 fue elegido por el encarcelado dictador Papadópulos como líder de las juventudes de su partido. En 1987 escribió un artículo que publicó en dicho periódico con titulo “Hitler por 1000 años” donde respaldó y apoyó el nazismo. El texto se cierra con la frase “Heil Hitler”. En el mismo año Rudolf Hess, figura nuclear del nazismo, se suicida. Al día siguiente Amanecer Dorado hace circular unos panfletos por las calles de Atenas donde ponía “RUDOLF HESS-INMORTAL-AURORA DORADA”.

http://www.tovima.gr/politics/article/?aid=476667

En 1990, año del primer congreso de la organización nazi, detrás del fírer griego se puede ver la esvástica.

http://www.ethnos.gr/article.asp?catid=22767&subid=2&pubid=63715105

En 1994 miembros de Aurora Dorada participaron voluntariamente en la guerra de Bosnia. Los nazis griegos se juntaron con paramilitares serbios en las atrocidades que sufrió la población civil. Los crímenes cometidos fueron en nombre de la “hermandad cristiana ortodoxa”.

http://en.wikipedia.org/wiki/Greek_Volunteer_Guard

Hasta 2007 que la organización nazi va a intentar considerarse como un partido legal que puede participar en las elecciones, sus seguidores estaban moviéndose en el margen de la sociedad, actuando como una bandilla mafiosa. En el mayo de 2009, tomó parte en las elecciones europeas y recibió 23.564 votos (0,46%). En las elecciones municipales del 2010 obtuvo un 5,3% el municipio de Atenas (10.222 votos), ganando un escaño en el Consejo Municipal. En el barrio de Agios Panteleímonas recibió casi un 20% de los votos.

6. La crisis económica saca a los nazis de su aislamiento político

El partido socialista griego (PASOK) es el principal responsable de la ruina actual de la estructura social en Grecia. No hay duda de que si en su lugar hubiese estado el otro gran partido hegemónico (Nueva Democracia) haría exactamente lo mismo. Es decir, imponer las medidas de austeridad más violentas y antisociales posible y esclavizar al pueblo bajos las directrices del FMI. El partido socialista aguantó dos años en el poder con un esfuerzo extraordinario. Sin embargo el 28 de octubre del 2011, día que se celebra la fiesta nacional por la entrada de Grecia en la segunda guerra mundial, los desfiles militares y estudiantiles que se hacen tradicionalmente fueron bloqueados por manifestantes, que además intentaron atacar a los políticos que asistieron a los desfiles. Este acontecimiento provocó una gran inestabilidad política y obligó a Papandreu a plantear la idea de un referéndum, en el que se consultaría al pueblo griego si quería seguir con lo mismo o no. La posibilidad del referéndum condujo a una caída de las bolsas europeas. Merkel y Sarkozí esquivando la soberanía nacional determinaron la pregunta y la fecha del referéndum. Después de esto Papandreu se vio obligado a dimitir. Pasok, Nueva  Democracia, el partido de la Derecha, y Laos, el partido de la extrema Derecha, crearon un gobierno provisional negando la posibilidad de elecciones inmediatas.

Laos era en Grecia lo equivalente de Lepén en Francia o de la Liga de Norte en Italia. Populismo fascista con un discurso violento pero que no necesariamente se llevaba a cabo en la calle o en la vida social. Por lo menos no de manera generalizada. Tras la entrada de este partido de extrema Derecha en el gobierno, sus seguidores se sintieron traicionados. Esa coalición de los tres partidos estaba contando sus días ya que era más que obvio que su tiempo de caducidad estaba cada vez más cerca. Tras la caída del gobierno de la coalición y de los tecnócratas y la convocatoria de las elecciones del 6 de mayo de 2012, apareció un fenómeno de radicalización de los votantes del partido de extrema Derecha, quienes pasaron masivamente a las filas del partido nazi. Los líderes de la Juventud de Laos se dimitieron voluntariamente y hay por lo menos un caso en el que el conjunto de la organización juvenil de una zona pasó entera a Aurora Dorada.  Por otra parte los políticos más reconocidos de Laos abandonaron su partido y se adhirieron al partido Nueva Democracia. Laos ha desaparecido del mapa político. En las elecciones de junio consiguió un porcentaje cerca del 1,5% y no consiguió entrar en el Parlamento. Por otra parte, el 6,92% (425.990 votos) que obtuvo el partido nazi, en buena parte se debe al fenómeno tratado en este párrafo.

7. El activismo nazi

Desde luego, los primeros resultados electorales de las elecciones del 6 de mayo dieron escalofríos. Una banda de asesinos, nostálgicos de las páginas más repugnantes de la historia humana contemporánea recibió 440.894 votos, un 6,97% del cuerpo electoral. Es importante entender que el partido nazi griego esta nutrido políticamente por los métodos propagandísticos de Goebbels. Están tratando de defender su carácter nacionalista esquivando con destreza todos los elementos que les conecte con su  identidad verdadera. En el caso por ejemplo de la resistencia contra los nazis en la II Guerra Mundial siempre comentan que son ellos, los nacionalistas, los que lucharon contra los alemanes, si esto es una mentira, porque ellos fueron exactamente quienes colaboraban con el ejército alemán, matando y delatando a los guerrilleros. Aurora Dorada ha conseguido aprovecharse del terreno político que había conquistado el movimiento social en sus constantes luchas de estos últimos años. Especialmente desde la imposición de la oscuridad del FMI una importante parte de  población ha experimentado una violencia extrema por parte del Estado y la clase burguesa. Es inevitable que pronto o tarde los que sufren y pierden todo tipo de esperanza armen su conciencia y opten por métodos más radicales y revolucionarios. Se incrementa cada vez más la sensación de que la miseria y la esclavitud no desaparecerán con métodos pacíficos. Aurora Dorada es el único partido dentro del Parlamento que aprovecha esta realidad. Los inmigrantes son el chivo expiatorio. Con esta táctica el partido nazi ha conseguido confundir a decenas de miles de personas, o quizás a muchos más, de que en realidad es un partido antisistema (en griego la palabra antisistema tiene una connotación más bien positiva).

En este ultimo año, pues, los nazis griegos han optado por una serie de instrumentos populistas para crear una sensación de activismo social. En primer lugar han penetrado mucho en el tema de las ocupaciones de edificios por parte de inmigrantes. Cuando el dueño de una casa iba a la Policía para denunciar, había muchas posibilidades de que no fuese atendido realmente por los maderos. No obstante, saliendo de la Comisaría, los uniformados le proporcionaban teléfonos de neonazis “que solucionan este tipo de problemas”. Entonces, los nazis, tras la llamada recibida, invadían el espacio, y con métodos mafiosos sacaban fuera a los inquilinos, pintaban y arreglaban la casa, cambiaban la puerta y ofrecían luego las llaves al dueño. Hay ocasiones que junto con las llaves dejaban también en un sobre el dinero de los meses no pagados. Todo esto por un miserable voto.

También hacen tareas típicas de scouts. Acompañan a los abuelos y las abuelas a donde ellos van a cobrar sus pensiones, les hacen la compra, les llevan medicamentos… Han organizado clases de artes marciales para las griegas, así cada ellas puedan defenderse cuando el sucio inmigrante venga a violarla. Han creado una unidad de donación de sangre solo para griegos y una agencia de empleo donde si eres griego te apuntas, ellos te aseguran que te conseguirán trabajo. Lo que suelen hacer en estos casos es ir por ejemplo a una gasolinera y decirle al dueño que si en 3 días no ha despedido a los inmigrantes que trabajan y contrata a quien/es le indiquen ellos, van a quemar su negocio. Los dueños suelen ser colaborativos.

Prácticamente Aurora Dorada está empleando, y esto ya es poco cuestionable, el método de la “tensión constante”. Intentan estar en el centro de la atención cada semana, siendo conscientes de que en las circunstancias presentes no hay mala publicidad.

Sobra decir que en los últimos meses hay centenares de ataques contra los inmigrantes en todo el país. Los “batallones de asalto” del partido entran en las casas de los inmigrantes y siembran el terror. Ya hay casos de asesinatos insondables pero desafortunadamente la sangre de los inmigrantes parece tener un precio inferior.

Para concluir, cada vez esta más presente la posibilidad de enfrentamientos violentos propios de una fase previa a una guerra civil. El fascismo en Grecia ha levantado su cabeza y ahora ya es demasiado tarde para las medidas reformistas que propone la Izquierda griega. Lamentablemente, estas medidas propuestas son el reflejo de su profundo miedo. La respuesta más seria ante dicho fenómeno es la auto-organización de la clase obrera y la acción directa contra la ideología y las practicas podridas del nazismo.

Las últimas semanas han aparecido patrullas antifascistas en Atenas que circulan por las calles en búsqueda de nazis. La 3ª patrulla antifascista fue brutalmente atacada por parte de la Policía y los detenidos sufrieron torturas. En una carta expresaron que el estado griego ha declarado la guerra civil.

Nuestras abuelas, abuelos, padres y madres lucharon y demolieron el fascismo. Ahora nos toca a nosotr@s.

Notas:

Mijaloliakos negando el holocausto nazi:

http://www.youtube.com/watch?v=yXy7f17GXtQ&feature=related

Kasidiaris (no 2 en la jerarquía y portavoz del partido nazi) atacando a una diputada del partido comunista griego.

http://www.youtube.com/watch?v=Y3N5G9EwAik&feature=plcp

Aquí el articulo en el periódico ingles The Guardian, de los 15 detenidos antifascistas que sufrieron abusos y torturas.

http://www.guardian.co.uk/world/2012/oct/09/greek-antifascist-protesters-torture-police

En español:

http://verba-volant.info/es/texto-de-los-detenidos-en-la-marcha-antifascista-motorizada/.

[Textos] A crear grupos de afinidad (ligera invitación)

AnarquismoUn anarquista en su arrojo individual puede hacer bastante, pero aunado con otro, puede hacer mucho más. Hoy como ayer esa vieja expresión sigue siendo cierta, y para nosotros, urgente. No estamos obligados a unirnos, pero entendemos que reuniendo diversas capacidades individuales podemos llegar más lejos o bien solucionar problemas más complejos. La unión entre anarquistas no nos debe espantar, aunque es claro que debemos combatir las formas autoritarias de conexión. La organización es simplemente un medio, jamás el fin donde concentrar todas nuestras energías, es un espacio de relaciones en donde diversas individualidades se citan para actuar coordinadamente, un nodo que nos puede ser de gran utilidad, pero nada mas.

¿Unidad por la unidad? –ciertamente no. Pues no debiera, creo, ser nuestro el fetiche del número, de la “organización única del anarquismo”, de las grandes y pomposas siglas, de las miles de banderas en las marchas. La unidad que proponemos es la unidad para la acción, no es la unidad para que nuestra organización sea más numerosa. Nos unimos para hacer, no para parecer. Y ese hacer está condicionado por los intereses de cada grupo particular. Podemos agruparnos para auto-educarnos, para difundir la propaganda anárquica, para crear situaciones de tensión, para levantar instancias de economía no capitalista, para generar, en fin, una gama muy diversa de expresiones. Eso es lo urgente: hacer.

¿Qué es un grupo de afinidad? Básicamente es un tipo de organización que ha sido rescatado y utilizado con prolijidad desde el anarquismo. Es el núcleo, en ocasiones la unidad política primera tras el individuo, la coordinación elemental. Puede estar compuesto a partir de 2 personas y hasta donde alcancen los afines, o hasta donde cada grupo quiera llegar. Es una organización horizontal, sin jerarquías: así se relacionan sus miembros y así toman sus decisiones. Desde un prisma libertario puede estar orientado a satisfacer diversos intereses (difusión, cultura, economía, etcétera). Aunque en este punto quisiéramos agregar una necesaria crítica elaborada por algunos compas de Iberia, de la FIJA, al respecto:

“Creemos que es necesario diferenciar grupos de afinidad y grupos que abogan por luchas parciales. Pues mientras éstos se centran en un único campo de actuación, aquellos, los grupos de afinidad, encuentran en el antiautoritarismo su campo de batalla. La afinidad no es una cercanía a la hora de encontrar un campo o problema concreto, sino a la hora de analizar el autoritarismo y enfrentarse a él. Desde nuestro punto de vista, no nos parecen eficaces las propuestas parciales, una organización anarquista debe, en nuestra opinión, tender a eliminar todas las manifestaciones de la autoridad y no sólo aquellas que en contextos adecuados aparezcan como más agresivas o incluso socialmente aceptadas (presismo, veganismo, okupación, etc.)”

Un grupo de afinidad por no permitir burocracias y jerarquías en su interior y por ser primordialmente autónomo, puede actuar de forma muy dinámica pues sus componentes no están obligados a esperar órdenes ajenas, a menos que previamente se hayan concertado acciones coordinadas.

Allí cada personalidad aporta al colectivo permitiendo la creación de un acervo de experiencias y saberes muy diversos y complejos, disponibles de forma sistematizada o informal, para el momento de planificar y actuar.

Debe existir la confianza plena y dado que es un grupo autónomo, y no un partido o un aparato “político-militar”, no ha de existir compartimentaciones de conocimientos. Todos deben estar informados de aquellas cosas que afectan a todos. Claramente la diversidad de saberes es algo que en un primer momento está fuera de nuestras capacidades de control y es hasta un beneficio para un colectivo,  pero no hay que dejar espacio para que esa diversidad se traduzca en relaciones de dependencia, y por extensión, de dominio.

Los grupos anarquistas, los grupos de afines, no deben dar lugar a jerarquías, ni a mandones, y si bien es cierto que en muchas ocasiones la diversidad de temperamentos (Lo que se traduce en la facilidad o dificultad de “hablar” en público, por ejemplo) decantan en una especie de “protagonismo” de algunos compañeros sobre otros, tanto estos como aquellos deben hacer todo lo posible para conjurar dicha situación, dado que allí está presente el germen de la jerarquía, hoy en estado pasivo, pero quien sabe mañana.

Por lo anterior es importante que cada individuo del grupo sea plenamente activo, según sus capacidades y ánimos, y permanentemente crítico de las características, relaciones creadas y acciones desarrolladas en la organización. Insistimos, no hay que fetichizar nuestras instancias de coordinación. No vale aquí el tiempo de vida de la sigla, ni la nostalgia por los tiempos idos, no vale cuando ya la organización no nos sirve y no nos sentimos plenos en su interior.

Las decisiones que se tomen dentro de la organización, creo, deben utilizar al mínimo la democracia. Aun entendiendo que aquella es útil en ciertas ocasiones para resolver algunos asuntos, es plausible razonar que la misma no deja de responder a la tiranía de la mayoría sobre las minorías. El número no garantiza nada. 99 pueden votar en favor de que la tierra es cuadrada, 1 puede decir lo contrario ¿Quién está en lo correcto?. Demás está decir que quien esté en contra de la decisión de la mayoría del grupo, no tiene porqué secundar a los mismos. Si las diferencias son muy graves es porque la afinidad ya no existe, y el vínculo con la organización puede voluntariamente desaparecer.

Hay quienes proponen trabajar con la idea del consenso, es decir, en lugar de hacer competir opciones por votos, se genera una informada y participativa discusión en que se llega a un acuerdo común. Esto claramente es un avance, sin embargo hay que tener cuidado con anular nuestras voluntades por una unión forzada. La discusión se debe hacer y sobretodo porque con ella es posible llegar a conocimientos mas complejos de la situación en tanto se incluyen mas perspectivas sobre el mismo problema, pero si después de “agotar” el debate no hay acuerdo ¿Cuál es el problema?. El grupo debe fomentar la crítica y la coincidencia de intereses en lugar de la anulación de las voces contrarias. Y si bien el consenso no quiere decir acuerdo total y armónico, y se constituye como una salida deseable, aquel método también debe tratarse con cuidado.  El grupo no debe absorber al individuo, debe proyectarlo, y si eso no se da, hay que marginarse de la decisión de las mayorías, y si las diferencias son irreconciliables y la convivencia posterior imposible, no tenemos por qué seguir ahí. No hay que sacralizar a la organización.

Las formas en que se distribuyen las responsabilidades dentro del grupo dependerán exclusivamente de la voluntad de sus componentes. Serán ellos quienes decidirán si les sirve más dividirse todas las funciones o solo algunas o ninguna. Pero hay que tener presente que generalmente delegar en otros las responsabilidades, puede inhibir la actividad de los demás en torno al tema particular del que se encargará el primero. La delegación puede ser operativamente útil, pero es un peligro cuando una responsabilidad específica permanece permanentemente en manos de alguien, o cuando se generan relaciones de dependencia, o bien cuando delegar en otro se traduce en desentenderse de aquel tema.

Así como en muchas ocasiones aunar fuerzas individuales en esfuerzos colectivos ayuda a proyectar nuestras energías, lo que se supone se podría dar con la creación de un grupo de afinidad, de igual forma en ciertos momentos nos puede ser de utilidad mancomunarnos con otros nodos de actividad anárquica, con otros grupos de afines, o bien con entidades organizadas de forma distinta a la nuestra (coordinadora, sindicato, asambleas, escuelas libres, cooperativas). Lo importante es nuevamente que aquella unidad sea real y sobretodo útil, y que no nos anule, analizar si para los objetivos que nos estamos fijando podemos efectivamente o no lograr más y mejores cosas unidos, que  permaneciendo aislados. Y es que, una vez mas se presenta necesario destacar y problematizar el hecho de que no todas las actividades se ven beneficiadas con la unión.

La propaganda impresa, por ejemplo, se beneficia del aislamiento en tanto aquel obliga a ejercer más energías en cada proyecto y sobre todo porque la atomización posibilita la generación de iniciativas editoriales muy diversas (en características de soporte y en diversidad de intereses) y en distintos puntos espaciales. La fusión de múltiples expresiones impresas, creo, resta –entre otras cosas- la “riqueza” de la diversidad.

En otras ocasiones ese mismo aislamiento nos imposibilita para coordinar campañas o para elaborar acciones que requieren más voluntades y recursos, o que están pensadas para desarrollarse mas allá de los espacios territoriales en que nos desenvolvemos cotidianamente. En fin, es un tema complejo. Lo importante es ser sumamente críticos de las ventajas y dificultades que nos puede presentar la coordinación con otros grupos, entendiendo que para cierto tipo de actividades la unión es útil, y para otras no.

Indudablemente hay diversas formas de organizarse, esta es solo una de ellas. Cada cual tiene sus ventajas y desventajas. Los grupos de afinidad no son la última panacea, pero vaya que nos pueden servir para la difusión y concreción de discursos y prácticas libertarias. Y por supuesto, no son excluyentes de la actividad individual o de la participación en otras instancias organizativas.

Por último, una breve “arenga”. Los grupos de afinidad no solo pueden ser espacios operativos, pues también –y tal vez con mayor prioridad- constituyen nodos de relaciones anárquicas, de encuentros en libertad y sin coerción. En los grupos, por muy minúsculos que sean, germinan las realidades nuevas que buscamos. Formas de sociabilidad, cultura, economía y política libertaria se difundirán y expresarán en cada grupo que pueda surgir en todos los pueblos y barrios a lo largo y ancho de esta región y de otras. Si es nuestra la voluntad de expandir la idea, sus contenidos y sus prácticas, sin duda, hay mucho por hacer.

Manuel de la Tierra

Algunos textos de referencia:

Willful Disobedience, “Desarrollar relaciones de afinidad”
Notes from Nowhere, “Grupos de afinidad”
Federación Ibérica de Juventudes Libertarias, “Los grupos de afinidad anarquista”
Manuel Lagos, ’Viva la Anarquía’: Sociabilidad, vida y prácticas culturales anarquistas. Santiago, Valparaíso, 1890-1927”, Tesis Magíster en Historia, USACH, 2009.
Dolores del Rio, “Organizándose para la acción”, El Libertario, Caracas, septiembre 2011

** Publicado en El Surco Nº32, enero/febrero 2012
http://periodicoelsurco.wordpress.com/2012/02/13/a-crear-grupos-de-afinidad-ligera-invitacion/

[Barcelona] Jornades “Anarquisme i pobles”

Dissabte 27 d’octubre
Xerrada: presentació llibre “Dias rebeldes”

A càrrec d’un dels autors. El llibre mostra com al llarg dels temps i en tota la geografia del planeta Terra s’han succeït esdeveniments, fets rebels contra l’ordre establert. Homes i dones es rebel·len contra l’esclavitud, es revolten contra el poder, afirmen la seva llibertat i la seva dignitat individual i col·lectiva. Dies rebels que fan visible el més humà que hi ha en nosaltres. Cròniques d’insubmissió que testifiquen que no hi ha poder sense rebel·lia i que ens retornen l’orgull i la bellesa de la nostra condició humana.

18:00h Pintxos i servei de bar. 19:30h Xerrada
A l’Espai obert (c/Violant d’Hongria 71)

Dissabte 10 de novembre
Xerrada: “El moviment anarquista: entre el catalanisme i l’internacionalisme”

A càrrec de Teresa Abelló , Doctora en Geografia i Història i Professora Titular a la Universitat de Barcelona, autora de la tesi “Les relacions internacionals de l’anarquisme català (1881-1914)”, “El moviment anarquista (1874-1914): entre el catalanisme i l’internacionalisme” i de diversos llibres i articles referents a l’anarquisme. La xerrada vol ser un repàs per la història de les relacions viscudes entre l’anarquisme, el fet nacional català i l’internacionalisme.

18:00h Pintxos i servei de bar. 19:30h Xerrada
A l’Espai obert (c/Violant d’Hongria 71)

Diumenge 11 de novembre
Passi del documental: “El retorno de los Weichafe”
Amb la presència del director Gonzalo Mateos. El documental narra l’expansió  del capitalisme en territori maputxe (forestals, empreses de cel·lulosa, pesca  industrial…) i la creació de megaprojectes com aeroports, preses, centrals elèctriques, etc, les comunitats maputxe en conflicte reivindiquen l’Autonomia i el Territori com a eines per preservar o recuperar la seva cultura. El documental intenta acostar-se als processos de recuperació territorial i a la lluita que estan duent a terme les comunitats maputxe.

19:30h en el CSA Can Vies (c/Jocs Florals, 42)

[Estat espanyol] La reforma del Código Penal: Una vuelta de tuerca más a la represión

Bajo un gobierno que encarcela injustamente a las personas, el lugar de una persona justa es la cárcel” – Henry David Thoreau.
El viernes, 14 de septiembre, el Consejo de Ministros recibió un informe del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, previo al Anteproyecto de reforma del Código Penal, norma con la que se procede a la revisión del sistema penal “para dar respuesta a las nuevas formas de delincuencia, a la multirreincidencia y a los delitos más graves”, en sus propias palabras. La reforma, en definitiva, supondrá un endurecimiento generalizado de las penas, a pesar de que España tiene uno de los Código Penales más duros de Europa y más de 76.000 presos (una de las mayores medias por habitante de Occidente).

La cadena perpetua ya está aquí

La mayor novedad de esta reforma es la introducción de la cadena perpetua, llamada de forma eufemística “prisión permanente revisable”. Su propósito es, según el ministro, endurecer el castigo en delitos “especialmente reprochables” como son los casos de magnicidio del jefe del Estado español o de jefes de Estado extranjeros que se encuentren en España, algunos casos de genocidio con resultado de muerte o violaciones masivas, delitos de terrorismo con resultado de muerte, o determinados actos de tal “brutalidad” en los que las víctimas sean menores de 16 años, o personas con discapacidad especialmente vulnerables y que tras la agresión sexual se produzca el asesinato.
En la rueda de prensa tras la aprobación del informe, el ministro apeló a casos que “han ocurrido en España” y que “en la mente de todos están”, refiriéndose a casos como el de Marta del Castillo, el de José y Ruth Bretón o la reciente excarcelación del preso enfermo Iosu Uribetxeberria Bolinaga, aunque negó tajantemente el carácter populista de la reforma.
Tampoco perdió en tiempo en asegurar que la aprobación de la cadena perpetua es perfectamente constitucional, ya que al ser revisable la condena (en una horquilla de 25 a 35 años, según la “brutalidad” del acto por el que fue condenado) “no se ve vulnerado el principio de la reinserción y reeducación del reo”.
Lo que más choca de esta modificación no es la adecuación del proyecto a la Constitución o no. Al fin y al cabo, las constituciones son modificables (como nos demostró el anterior gobierno hace un año) y la nuestra fue elaborada por muchos de los partidos políticos que ahora están llevando a cabo la reforma penal. Para quienes ostentan el poder, si resulta necesario realizar algún que otro cambio en el texto constitucional en un momento dado para que sea constitucionalmente aceptable, se puede hacer. Lo más impactante ha sido la ausencia en los medios, en las calles y entre la clase política de un discurso crítico con esta idea, de un debate con un posicionamiento claramente opuesto a encerrar a una persona de por vida en una celda. Las voces más disidentes se han encontrado entre las filas de profesionales del Derecho – como Jueces por la Democracia o la Asociación Progresista de Fiscales -, que han tachado la propuesta de “populista”, ya que han “legislado a golpe de titular” y la consideran contraria a Derecho porque “todo el mundo tiene derecho a saber cuánto tiempo va a estar en la cárcel”. Al margen de esta leve oposición – que no ha sido compartida por las asociaciones de jueces y fiscales mayoritarias, las cuales son de un corte más conservador -, nos encontramos con la aprobación del público o, en su defecto, una gran indiferencia en lo que a este tema se refiere.

 

Los delitos contra el orden público

Otra decisión polémica es la de la tipificación como delito de la difusión de mensajes que inciten a la comisión de algún delito de alteración del orden público (como pueden ser las “manifestaciones violentas”). Sobre este nuevo delito, Ruiz-Gallardón dijo en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que sólo se castigará la difusión de mensajes que inciten a la comisión de algún delito de alteración del orden público, pero “de ninguna manera la convocatoria a espacios o tiempos donde se pueden producir esos delitos”: no se penará la convocatoria a movilizaciones, sino la incitación a cometer actos de violencia.
Además, se amplía la definición del delito de atentado a la autoridad, que incluye todos los supuestos de acometimiento, agresión, empleo de violencia o amenazas graves de violencia sobre la policía y otras figuras de autoridad.
Pese a todo lo que se dijo meses atrás, Gallardón ha confirmado que la resistencia pasiva se mantiene igual que ahora[1]: no se equipara al atentado, pero se coloca junto a la desobediencia, penada con entre seis meses y un año de cárcel.
Y este nuevo ‘Código’ es el que Gallardón dice que “no es más represivo”, porque el orden público garantiza el ejercicio de derechos fundamentales, y quien garantiza a los españoles el ejercicio de sus libertades “son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en primer lugar, todo lo que sea protegerlas es garantizar el ejercicio derechos fundamentales por parte ciudadanos”. Según el ministro, “no puede preocupar a nadie que no agreda directamente a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con la novedad de que se hace extensivo a los servicios de rescate”, como el SAMUR.
A pesar de las bonitas palabras del ministro, la única conclusión a la que nos lleva una reforma de este tipo es que el Código Penal está pensado para ejercer un fuerte control sobre la población disidente, sobre los movimientos sociales, con el fin de sofocar toda respuesta en la calle a los recortes sociales que se llevan aprobando desde hace dos años.
En el contexto en el que nos encontramos en la actualidad, los mercados han impuesto la liquidación de la educación y sanidad públicas y gratuitas, imponiéndose la privatización, lo que implica un enriquecimiento de una minoría a costa de la salud de la mayoría. El paro ha alcanzado máximos históricos[2], el trabajo se ha precarizado más que nunca y el acceso a una vivienda se torna prácticamente imposible. Son momentos de tensión, movilizaciones y enfrentamientos y el Estado propone adoptar su faceta más represiva para acabar con todo ello.
Al igual que con las distintas reformas laborales aprobadas recientemente (siendo la última la de febrero de 2012[3]), una de las finalidades de la reforma del Código Penal es la de conseguir atemorizar a la población. La reforma laboral infunde el miedo en los trabajadores, a fin de limitar su capacidad reivindicativa ante los empresarios por miedo a perder sus puestos de trabajo. La reforma penal busca atemorizar a las personas que desean reivindicar mejoras sociales en las calles, a través del miedo a perder su libertad[4].
Esto se consigue, primeramente, mediante la hiper-protección de la “autoridad”[5], a costa del absoluto desprecio de derechos fundamentales, como los derechos de reunión, libertad de expresión o manifestación.
Posteriormente, una vez que se ha hecho un Código Penal a medida en el que se criminalice cualquier acto que se salga – mínimamente – de los cauces naturales de participación política (es decir, ejercer la responsabilidad política única y exclusivamente a través del voto cada cuatro años), se define como “enemigo”[6] a cualquier persona que se salga de los mismos y se busca encerrarle en una prisión.
En definitiva, esta reforma penal, al igual que las laborales, ha sido impuesta por los mercados. Los mercados imponen a los Estados reformas laborales y recortes sociales de gran envergadura, y a su vez acuerdan reformas penales para cortar toda protesta. Y para ello utilizan la seguridad como excusa, pese a que la ciudadanía no se va a sentir más segura porque el Código Penal sea más grueso y las cárceles se encuentren más llenas, si nos despojan de todo lo que necesitamos para sobrevivir.

 

La cárcel después de la cárcel

Otra novedad del nuevo “Código Gallardón” es la aprobación de la Custodia de seguridad. Se trata de una medida de seguridad, no una pena, pero en la práctica significa añadir hasta 10 años más de prisión (o de internamiento en algún tipo de centro) a un preso que haya cumplido ya su condena. Se aplicará cuando el tribunal sentenciador (la medida debe establecerla en el momento de dictar sentencia, no a posteriori) crea que hay “especial peligrosidad”. Y podrá revocarse en cualquier momento si desaparece esa peligrosidad. Se aplicará a delitos “de especial gravedad”: asesinatos, homicidios, secuestros, agresiones sexuales, delitos con violencia, terrorismo o tráfico de drogas.
A diferencia de la prisión permanente revisable (que será obligatoria en los delitos para los que está pensada), esta medida será discrecional: el tribunal podrá dictarla o no. Fuentes de Justicia explican que habrá dos supuestos: para los delitos más graves, la custodia de seguridad podrá dictarse en la primera condena; para el resto habrá que esperar a que el delincuente reincida para aplicarle esa medida — si el juez quiere — en la segunda condena.
A su vez, se amplía la figura de la libertad vigilada. Esta medida ya se incluyó en el Código Penal aprobado por el Gobierno socialista en 2010[7], para delitos sexuales y de terrorismo. Ahora se amplía a otros delitos, como los patrimoniales, robos o delitos violentos (por ejemplo con resultado de lesiones). Consiste en que el preso, una vez cumplida su condena en prisión y puesto en libertad, debe someterse a control o vigilancia judicial (con distintos mecanismos, como la obligación de presentarse en el juzgado o la colocación de dispositivos electrónicos) durante un plazo de 10 años. Debe imponerse también en el momento de dictar la sentencia, y puede ser revisada y retirada.
Tanto la custodia de seguridad como la libertad vigilada son medidas “basadas en pronósticos [de peligrosidad], no en hechos”, admiten desde el ministerio. “Pero el pronóstico se hace sobre una situación objetiva previa”, añaden.

 

Endurecimiento de penas

 

A pesar de que el Código Penal es uno de “los más severos de Europa[8], de que cada vez que se ha reformado en el pasado ha sido para endurecerlo más, de que las cárceles españolas se encuentran hacinadas y que los índices de delincuencia en España son de los más bajos de Europa, el gobierno ahora tiene a bien endurecer las penas por varios delitos.
Los casos de detención ilegal con desaparición de la víctima (ahora, penados con hasta diez años de prisión) serán equiparados a los homicidios (de 10 a 15 años) cuando el autor no diga qué ha hecho con la víctima, pudiendo llegar “hasta a 20 años si las víctimas son menores de 16 años o la detención está relacionada con una agresión sexual”, según Justicia.
En los casos de delitos sexuales, dejarán de considerarse como delitos continuados, sino que cada agresión sexual computará como un delito independiente, lo que hará “que vean incrementada la pena”.
También se endurecen las penas para quienes provoquen incendios forestales: hasta seis años de cárcel (en lugar de cinco años) en casos muy graves, y hasta nueve años si el incendio afecta a espacios naturales protegidos.
Por último, en lo que a delitos económicos se refiere, habrá una nueva regulación de la malversación y una persecución “más eficaz” del fraude y la ocultación de bienes en procesos de quiebras societarias.

Limitación de la libertad condicional

Si un preso recibe la libertad condicional y, ya en la calle, vuelve a cometer un delito, al regresar a prisión tendrá que cumplir todo lo que le quedaba de pena cuando salió en libertad condicional; mientras que con el Código actual, el tiempo que ha pasado fuera de la cárcel se le descuenta de la pena. Por otra parte, los condenados por primera vez a penas de hasta tres años y que muestren una conducta irreprochable tendrán más fácil acceder a la libertad condicional: podrán hacerlo a mitad de condena, frente a los dos tercios actuales.
Por otro lado, para agilizar la satisfacción de la responsabilidad civil, se podrá acordar o revocar la libertad condicional, al tenerse en cuenta si el reo ha ocultado bienes o no ha aportado información sobre los que dispone para no hacer frente a ese pago.

Nuevas faltas y delitos

Entre otras novedades, el nuevo Código Penal suprimirá las faltas, que se convertirán en delitos penados con multa o serán perseguibles administrativamente, con el objetivo de reducir la sobrecarga en los juzgados y de lograr un mayor índice de sanciones, ya que en los procedimientos de faltas es necesario ir a juicio, en el que se puede ganar o no. En cambio, en los procedimientos administrativos, la sanción de multa se impone directamente, notificándola al interesado, el cual puede presentar alegaciones contra la misma, pero siempre desde una posición de inferioridad, ya que en estos casos los agentes de policía gozan de presunción de veracidad, lo cual no ocurre en los juicios de faltas.
Entre otras cosas, se suprimirá la falta de hurto para sustituirla por un delito leve que castigará los casos en los que lo sustraído no supere lo mil euros, aunque para fijar este límite se tendrá en cuenta la capacidad económica de la víctima. Para ofrecer una respuesta adecuada a la multirreincidencia y la delincuencia grave, se prevé que en el caso de delincuencia “profesional” y organizada se les pueda condenar con el tipo agravado a penas de uno a tres años de prisión e, incluso, en los casos más graves, de entre dos y cuatro años.

 

Conclusiones

En definitiva, podemos resumir esta reforma en dos puntos: (1) por un lado busca dar respuesta y cortar las cada vez más presentes movilizaciones sociales en la calle, mediante el endurecimiento de penas relacionadas con el mantenimiento de la paz social y, (2) por otro lado, busca “solucionar” el problema de determinados delitos que crean malestar social. Un malestar generado por los medios de comunicación de masas y por la clase política que, mediante coberturas y debates populistas y demagogos, hacen que el público reclame una mayor represión contra terroristas, asesinos, violadores y carteristas. La imagen creada en el imaginario público es la de la impunidad absoluta de los criminales (lo cual se encuentra totalmente alejado de la realidad), por lo que el gobierno, para calmar los ánimos de indignación reinantes, endurece las penas como solución fácil y claramente disuasoria.
Esa es su solución para todo: represión y más represión.

[1] Véase “La que se avecina: la reforma del Código Penal y la estrategia del miedo”, en http://www.todoporhacer.org/la-que-se-avecina-la-reforma-del-codigo-penal-y-la-estrategia-del-miedo Como ya se dijo en otra número de esta publicación, un primer momento el ministro del Interior, Fernández Díaz, preveía incluir la resistencia “pasiva o activa” como un “atentado a la autoridad” (penado de 2 a 4 años).  Sin embargo, una semana más tarde, el ministro de Justicia explicó que finalmente este cambio no tendría lugar. Parece ser que las declaraciones de Fernández Díaz no eran más que un globo sonda hábilmente dirigido para observar la reacción que provocarían.
[2] Superaba el 23% en el momento en que escribimos estas líneas.
[3] Véase Todo Por Hacer: número especial sobre la reforma laboral, febrero 2012, en http://www.todoporhacer.org/monografico-sobre-la-reforma-laboral
[4]Hay que endurecer las penas por delitos de violencia callejera […] para que haya más gente que tenga más miedo al sistema y que no sea tan osada” dijo Felip Puig, conseller d’Interior de Catalunya (CiU), el 3 de abril de 2012.
[5]Según el Gobierno, el objetivo es ‘robustecer la autoridad’ y garantizar el orden público” – Todo Por Hacer nº 16, mayo 2012.
[6] Como lo hizo el director de la policía valenciana en referencia a estudiantes que se manifestaban de forma pacífica.
[7] Véase “Un breve análisis de la reforma del Código Penal por la Ley Orgánica 5/2010”, en http://www.todoporhacer.org/un-breve-analisis-de-la-reforma-del-codigo-penal-por-la-ley-organica-52010

[8] Véase El País, 14 de septiembre de 2012, en http://politica.elpais.com/politica/2012/09/14/actualidad/1347618555_361491.html

Extraído del nº 21 de la publicación anarquista Todo por Hacer
www.todoporhacer.org

Pamflet aparegut a la Universitat de València

MÉS ENLLÀ DE LES RETALLADES

 

No som ningú i a la volta som molts, no ens sentim en condició d’estudiant, però cursem estudis universitaris. No pretenem respondre a les retallades, sinó actuar contra la institució universitària. Sentim rebuig a tota educació autoritària, elitista i especialitzada, apostem pel coneixement popular.
Des de sempre la transmissió de sabers s’ha compartit de manera popular, sense professionalització, mitjançant relacions de proximitat. Per respondre a les exigències del model econòmic, s’institucionalitza el saber, és a dir, el coneixement queda a mans del capital. Baix aquesta conjuntura les institucions educatives tecnificaren i especialitzaren l’entramat socioeconòmic. Posteriorment, s’aconsegueixen universalitzar mitjançant la transmissió dogmàtica del saber però, aquest procés havia de tindre rendibilitat comercial intrínseca. Aleshores, apareix la universitat com a negoci, arribant a l’actualitat.

Ens trobem en un punt on l’educació acadèmica marca el ritme de vida de molts joves, l’estatus social en el que viuràs. Ens exigeixen uns estudis obligatoris, base de la seva educació, per poder entrar en la seva cadena productiva. Creant la necessitat de títols acadèmics per tenir un treball “més digne”, i així una vida “còmoda” i un reconeixement social. Aquesta necessitat esdevé una especialització en l’aprenentatge acadèmic: no coneixem més que el que hem estudiat, del que ens han ensenyat, de la resta som ignorants. Aquesta ignorància és la que ens fa que siguem productius per a l’Estat; que sols siguem un engranatge dins d’un sistema.

El sistema capitalista es troba estancat en el seu progressiu creixement, per tant, en crisi interna. Aquesta s’ha de pal·liar i equilibrar retallant els drets laborals i precaritzant la vida. És aleshores, quan la majoria, responent a les retallades, busca recuperar l’estat de benestar. La seguretat laboral i la solvència econòmica són les ferramentes d’autocontrol del sistema, que amaguen l’explotació i l’esclavisme amb luxes i “drets”.

Amb tot açò, observem que la solució a la crisi no és acabar amb les retallades, sinó anar més enllà, és a dir, no deixar-nos vendre per la quimera de l’estat del benestar i buscar l’arrel del problema. No podem quedar-nos satisfets en demanar una part dels nostres drets i seguir sotmesos a la dominació. Lluitant únicament contra les retallades seguirem sent persones oprimides. Per tant, no volem reformar el sistema capitalista, volem acabar amb ell i amb tot el que ajuda a perpetuar-lo.

Pensem que el problema no són les retallades, sinó l’Estat capitalista que les crea. Ens van vendre l’estat del benestar com una situació bona per a totes, però tan sols intenten amagar tot el que ens imposen. Actualment, estem en un moment delicat, cada vegada més precari per a la gran majoria; cal que aprofitem aquest moment de conflicte social per crear assemblees de proximitat sense dirigents ni sindicats que ens guien, per eixir al carrer i demanar l’abolició del capital. Ens han arravatat tant que ara no tenim res a perdre. Hi ha inseguretat però no tenim por. No ens quedem amb el discurs simplista de defensa de l’educació pública, obrim els ulls i creem un futur nou entre totes. No deixem el demà en les seves mans, abolim les seves institucions i construïm els nostres espais.

[Textos] Las elecciones del 20-N y el desarrollo del factor consciente

Las elecciones del 20 de noviembre de 2011 tienen lugar en una situación singular, cuando los cimientos de “España” y Europa crujen y se agrietan. Lo que madura es una crisis global de Occidente que va mucho más allá de la economía y que, por tanto, demanda una respuesta múltiple y compleja, esto es, integral, más allá de las obsesiones economicistas de una izquierda que sigue siendo el instrumento político principal del capitalismo y del artefacto estatal, por delante de la derecha.

La izquierda en el gobierno, el PSOE secundado por el PCE-IU en todo lo importante, ha destruido la sociedad y ha envilecido a la persona. En 2004-2011 el gobierno izquierdista ha promovido con furor todas las formas imaginables de no-pensamiento, docilidad, incivilidad, amoralidad, embrutecimiento, inespiritualidad, deshumanización, neo-ignorancia, aculturación, chabacanería, egocentrismo, hedonismo, auto-destrucción del individuo, culto por lo degradado, zafiedad, enfrentamiento entre las personas, feísmo y barbarie, por medio de sus muchas religiones políticas y operaciones de ingeniería social. De ello ha salido una sociedad en descomposición, agónica, y un sujeto nulificado en trance de dejar de ser humano.

Además, ha devastado la economía, creando un sistema productivo imposible por parasitario, endeudado, despilfarrador, hiper-consumista, entregado al gran capital y a la banca, hiper-intervenido por el Estado, corrupto y supeditado al imperialismo alemán. Así, tenemos 5 millones de parados, una situación sin salida y el hambre a punto de ser una lúgubre realidad en cientos de miles de hogares.

Tal es la obra de la izquierda en todas sus manifestaciones, del progresismo, de la intelectualidad y estetocracia mega-subsidiadas, de los miles de grupos, tinglados, ONGs y sujetos que han medrado a lo grande en estos años aciagos con las suculentas subvenciones otorgadas por el gobierno del PSOE a fin de que hicieran la loa del Estado.

Desde antes incluso de la muerte de Franco la izquierda ha hegemonizado la vida política del país. Con el final del fascismo se hizo la fuerza política más influyente, en la que el capitalismo y el Estado se apoyaron para realizar sus fines en las nuevas condiciones. La infame Constitución actual, de 1978 (actualización de la no menos infame de 1812), proviene sobre todo de un pacto entre el Estado fascista reconvertido, representado por Adolfo Suarez, y el Partido Comunista de España (PCE), a las órdenes de Santiago Carrillo. De ese atroz texto político-jurídico han salido los males que nos devastan.

El PCE, secundado por el PSOE y la extrema izquierda, frustró en 1974-1978 la posibilidad de una salida revolucionaria a la crisis general del régimen franquista que permitiera la regeneración de la sociedad tras 40 años de barbarie. Para ello otorgó un respaldo total al régimen de dictadura constitucional, partitocrática y parlamentarista como solución de recambio. Al mismo tiempo destruyó los movimientos populares, para crear una sociedad de la docilidad y el servilismo, de la atomización y el individualismo. Desgastado en tan rufianescos quehaceres sufrió una regresión como partido, siendo sustituido por el PSOE.

El triunfo electoral del PSOE en 1982 abre un periodo de rápido crecimiento del capitalismo español, que es promovido a las mil maravillas por la política e ideología de la izquierda. La acumulación y concentración de capital progresó a un ritmo vertiginoso y de ello surgió la empresa multinacional española, que antes no existía. Ésta, la expresión más temible del capital, fue creada bajo la dirección de los gobiernos de la izquierda en los años 80 y 90 de la pasada centuria. Hoy su número rebasa las 2.500. Particularmente cordiales fueron, y son, las relaciones entre el PSOE y la gran banca.

Por tanto, quienes identifican izquierda con anticapitalismo se engañan y engañan. Los hechos prueban que la izquierda, en todas sus manifestaciones, ha sido desde el final del franquismo, y lo sigue siendo, la expresión más perfecta de los intereses estratégicos del gran capital multinacional español, más aún que la derecha.

En el presente, declinante el PSOE a causa de los catastróficos efectos de sus políticas, el gran capital y el Estado están promoviendo para las elecciones del 20-N al PCE-IU, en tanto que fuerza política “anticapitalista” destinada a controlar los movimientos populares, para llevarlos a un pacto con el Estado y el capital y luego destruirlos, como hizo en 1974-1978. El PCE-IU ha recibido de la banca, que se sepa, 1,8 millones de euros para la campaña electoral.

Además, sobre todo desde la privilegiada posición que tiene en las Cajas de Ahorro, esa peculiar manifestación del capitalismo estatal-empresarial, como PCE-IU y como CCOO, se ha hecho parte sustantiva de la burguesía de Estado, que incrementa su cuota de capital con el auge del capitalismo estatal y de la explotación de las clases populares por vía fiscal. Desde las Cajas, algunas de las cuales están entre las mayores entidades financieras del país, realiza un sinnúmero de negocios, partidistas y privados, de muy variada naturaleza.

Es intolerable, por ejemplo, que mientras por un lado sale a la calle a arrastrar pancartas con el lema “No a los desahucios”, por otro, desde las poltronas de los consejos de administración de las Cajas, el PCE-IU ordena la ejecución de un número notable de desahucios cada día. Su mundo es el de la mentira, la amoralidad y la demagogia. Se llama “anticapitalista” cuando es el mejor promotor del capitalismo entre las clases populares.

Dentro del Movimiento 15-M soporta a duras penas las asambleas con un único propósito, destruirlas para imponer un nuevo régimen de dictadura parlamentarista y partitocrática, para hacer que las y los políticos profesionales nos manejen como muñecos. Si no lo lograse, su objetivo será destruir el 15-M como hizo con los movimientos populares genuinos en 1974-1978.

Dado que el PCE-IU vive deliciosamente del Estado a través del régimen de subvenciones y fundaciones, se lucra con las Cajas y es parte sustantiva del capitalismo de Estado, lo mejor de su política se centra ahora en defender “lo público”, esto es, sus negocios. Al presentar lo estatal como “público” está fomentando sus intereses como organismo parasitario y explotador, sirviendo a su amo principal, el Estado.

Para amontonar votos, por tanto dinero del Estado, en sus arcas, promueve la especie de que la derecha va a desmontar el Estado de bienestar. Al aterrorizar a las clases populares con formulaciones absurdas y mentirosas pretende aparecer como paladín del pueblo.

Los fundamentos del Estado de bienestar los creó Franco, con su famosa ley de 1963, de modo que no se entiende por qué va a deshacer la derecha lo que hizo aquel fascista para organizar de la mejor manera posible al capitalismo y al ente estatal. En las actuales condiciones de desastre y naufragio económico el Estado de bienestar menguará pero se mantendrá, pues lo exige el conservar una mano de obra con un mínimo de eficacia productiva, y un Estado con unos ingresos suplementarios de naturaleza colosal, que ahora le son más necesarios que nunca por la mengua de los tributos y la crisis de la deuda soberana.

Quienes alborotan a favor del Estado de bienestar son herederos de la política del franquismo, son izquierdistas con camisa azul. Quienes dicen que el Estado es “lo público” están afirmando que el ejército es parte sustantiva de “lo público”, que es pueblo en definitiva, como decía Franco. Son, pues, unos militaristas, por tanto unos fascistoides.

En las actuales condiciones de progresivo desplome de Europa, de acumulación de crisis de toda naturaleza (política, cultural, educativa, demográfica, medioambiental, intelectiva, relacional, de construcción del sujeto, estética y otras varias además de la económica), centrarse en la economía para mendigar más dinero y más servicios del Estado asistencial es hacer lo que el capital espera y desea. Ahora, ante la crisis múltiple, general y universal en desarrollo lo que se adecua a la realidad es promover la idea de revolución integral.

En efecto, sólo una revolución integral que transforme sustantivamente la sociedad, el individuo y el sistema de valores, que cree una nueva organización de la vida colectiva y una nueva persona, es capaz de elevarse a cosmovisión inspiradora de soluciones a los muchos y colosales problemas de nuestro tiempo. La economía es sólo parte, lo humano es lo más decisivo, y resolver el problema de su destrucción planeada desde arriba demanda una revolución total, regeneradora y restauradora. Ésta ha de reinventar y reformular la vida en sociedad a la vez que la condición del sujeto en tanto que ser humano que se afirma como tal, y no como consumidor, fuerza de trabajo, adoctrinado múltiple, hedonista ultra-degradado y siervo del par Estado-capital, primando lo espiritual sin desatender lo material.

El gran caos y declive en que se precipita Europa, en particular sus países más débiles, es un acontecimiento histórico que demanda una respuesta integral. Sucede tras 500 años de hegemonía planetaria europea y sólo puede ser respondida con una grandiosa concepción sobre cómo ha de ser el futuro, con un desarrollado sistema de propuestas y soluciones, con una interpretación del presente y del porvenir realizada con altura de miras y visión estratégica, con valentía y clarividencia, con creatividad y responsabilidad, que se proponga dejar atrás el orden social actual, una atroz dictadura de las elites del poder político, militar, funcionarial, académico, mediático, tecnocrático, religioso y económico.

En los turbulentos tiempos que corren se ha de tener en cuenta el refrán, “A grandes males, grandes remedios” y alejarse de la mediocridad, el posibilismo, la añoranza del pasado de hiper-consumo con aniquilación de lo humano y devastación medioambiental, el economicismo, la cobardía, las visiones parciales, la ruindad vital y las “soluciones” fáciles.

Eso llevará bastante tiempo realizarlo por todas y todos. Crear y popularizar la gran y magnífica idea de la revolución integral es la tarea más importante en los próximos años.

En las actuales elecciones la izquierda y la derecha son lo mismo, y sólo se diferencian en sus miserables grescas verbales por poder y dinero. Igual es el PP que el PSOE, lo mismo representa Esperanza Aguirre que el PCE-IU o UPD, o que el PNV, CiU o el BNG. Además, son unas elecciones que, como todas ellas, son no libres, al estar realizadas en condiciones de inexistencia de libertad de conciencia y con un aparato partitocrático que todo lo manipula. Asimismo se basan en un elaborado sistema de engaño, pues se elige lo que no tiene el poder real, el parlamento y el gobierno, mientras que no se elige lo que sí posee la totalidad del poder, el Estado y el gran capital.

Las elecciones legitiman una situación de dictadura, en la que el Estado, el tirano colectivo, gobierna al pueblo, impidiendo que el pueblo se gobierne a sí mismo, de la única forma posible, con una gran red de asambleas omnisoberanas que, con base en lo local, se eleven al plano de lo comarcal, regional y nacional múltiple. En ellas y sólo en ellas puede hacerse real la libertad política para todas y todos pues cualquier forma de parlamentarismo, monárquico o republicano, con estos o los otros procedimientos, es un régimen tiránico que debe ser rechazado y resistido. Por tanto, la abstención se impone.

La Europa de los vividores, gozadores, triperos y pancistas que creían poderse permitir todos los excesos y, en efecto, se los permitían, está acabándose en buena hora. Sobre sus ruinas hemos de edificar una Europa que recupere lo mejor de la herencia clásica, lo más sustantivo del saber, la civilización, el arte y la cultura, que sea una sociedad de la libertad y la pluralidad, de la convivencia y la ayuda mutua por amor, de la limitación drástica del consumo y la auto-contención, del esfuerzo y el servicio desinteresados, ni agresora ni agredida, ni explotadora ni explotada, respetuosa y atenta con el individuo a la vez que colectivista y comunal. La izquierda, con sólo una idea fija, que todas y todos llevemos una vida de cerdos con el estómago como único órgano a satisfacer, es el obstáculo principal para avanzar en esa dirección. De ahí dimana su descomunal mediocridad, deshumanización, espíritu reaccionario y zafiedad.

Lo importante no es preguntarnos qué va a pasar sino qué vamos a hacer, a qué nos vamos a atrever, con qué nos vamos a comprometer cada uno y una de nosotras. Se aproxima el momento en que cada cual habrá de hacer elección de su destino.

Triunfante el PP, las acciones populares se han de dirigir contra el Estado y el capital tanto como contra el PP, el PSOE y el PCE-IU. No se puede admitir que resurja la política de división y enfrentamiento popular izquierda/derecha. Hay que promover una línea de integración de todo el pueblo en torno a la idea de revolución integral contra la derecha y la izquierda, que son la misma cosa.

Por la revolución integral, pues, abstención el 20-N

Félix Rodrigo Mora

[Logofobia | València] Llistat de llibres per a la distribució

GRILLO LIBERTARIO
V de veganismo 4€

CONSPIRACCIÓN Ed.
Días de guerra, noches de amor. Crimethinc SA 9e

JUANX MUTURREKU
Vivir en el alambre (1) 6€

TRAFICANTES DE SUEÑOS
Software libre para una sociedad libre. Richard M.Stallman 2ª edición 18€

VIRUS
Huye, hombre, huye. Xosé Tarrío 12e
Pels Drets a les Llibertats 14e
Los pasos (in)visibles de la prostitución. VVAA. 12e
Contra el fundamentalismo escolar. Enrique Santamaría 8e
Panóptico, nueva época. 1-7. 7e c/u

BIBLIOTECA SOCIAL HERMANOS QUERO
Retablo de la devastación. Álvaro García 2e

BIBLIOTECA FRACASO ESCOLAR
Caminando hacia el abismo. Historia de una generación. José M. Botana Cao. 4e

BARDO EDICIONES
Anna y las otras 1e
La Ciencia Socialista. Jan Vaclav Majaiski. 4e
Ejércitos en las calles
Errico Malatesta y la violencia revolucionaria. Alfredo M.Bonanno 2e

ANAGAL
Modelo para desarmar. Loreta Fracassi 4.3e

JUCAR
La capacidad política de la clase obrera. P.J. Proudhon. 5e
Campos, fábricas y talleres. Koprotkin 5e

BIBLIOTECA Ed. GALEANO
Memorias del fuego, los nacimientos. Eduardo Galeano 16e

SOROLL
Galeria de gente victoriosa. VVAA 7e

AZOTES CALIGRAFICOS
Frío en los alrededores de la palabra. Vicente Ponce. 8e
El debut del chico tatuado. David González 11e

LOGOFOBIA
El Eco y sus fluctuaciones. Jose j. Domenech. 3.5e

URGENTES
Soma. Terapia libertaria. Roberto Freire & Joao da Mata 4.50e
Sin tesao no hay solución. Roberto Freire. 12e
Amar sin verguenza. Roberto Freire 12 e

ED. MADRE TIERRA
La intervención extranjera en la guerra civil. Francisco Olaya. 16e
La caída de la casa Lenin. Antonio López Campillo. 4,8e

ED. ANOMIA
Anarquisme i pobles. VVAA 3e

…MÁS LIBROS:
Anarcosindicalisme basic 5e
Perspectivas antidesarrollistas. Miquel Amorós. 8e
Los niños y las niñas primero. Christiane Rochefort. 7e

LIBELOS Y REVISTAS
Los límites del ecologismo. Felix Rodrigo Mora. 0.70e
Ekintza Zuzena 38. 2010 4.5e

OTROS
Directo para la Anarquía.VVAA. Apoyo a la guerra social en Chile. 4.50e
DVD Bcn 29s 2010, Encenent la Ràbia + subscripció a Okupem la Tele. 15e
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Pots trobar-nos a la Iniciativa Dàhlia de Mislata.
c\ Camí Vell de Xirivella, 23 Mislata
logofobia-valencia (at) riseup.net

[Textos] ¿Ya se volvió obsoleto el dinero?-Anselm Jappe

Los medios y las instancias oficiales ya nos están preparando: muy pronto, va a desencadenarse una nueva crisis financiera mundial, y será peor que la de 2008. Se habla abiertamente de «catástrofes» y de «desastres». Pero, ¿qué pasará después? ¿Cómo viviremos después del derrumbe a amplia escala de los bancos y las finanzas públicas? Argentina ya vivió esto en 2002. Posteriormente, pagando el precio de un empobrecimiento en masa, la economía argentina pudo recuperarse un tanto : pero, en este caso, se trataba de un solo país. Actualmente, todas las finanzas europeas y norteamericanas se encuentran a punto de hundirse juntas, sin salvador posible.
¿En qué momento el crack de las bolsas dejará de ser una noticia que descubrimos en los medios para volverse perceptible al pasear en la calle? Respuesta : cuando el dinero haya perdido su función habitual. O bien haciéndose raro (deflación), o bien circulando en cantidades enormes pero desvalorizadas (inflación). En ambos casos, la circulación de mercancías y servicios se hará más lenta, quizás hasta pararse por completo. Quienes poseen mercancías u ofrecen servicios ya no encontrarán a nadie con capacidad de pagarlos con dinero creíble, lo que les permitiría comprar a su vez otras mercancías o servicios. Por lo tanto, los conservarán para ellos mismos. Veremos tiendas llenas, pero sin clientes, fábricas en perfectas condiciones pero sin nadie para trabajar, y también escuelas donde los profesores dejarán de presentarse, después de llevar meses sin recibir sueldos. Entonces, nos daremos cuenta de una verdad tan evidente que ya no la veíamos : no existe ninguna crisis en la producción misma. La productividad en todos los sectores aumenta continuamente. Las superficies cultivables de la tierra pueden alimentar a toda la población del mundo, mientras los talleres y las fábricas producen incluso mucho más de lo que es necesario, deseable y sustentable. Las miserias del mundo no se deben, como en la Edad Media, a catástrofes naturales, sino más bien a una especie de hechizo que separa a los hombres de sus productos.
Lo que ya dejó de funcionar, es la “interfaz” que se impuso entre los hombres y lo que producen: el dinero. En la modernidad, el dinero se volvió la “mediación universal” (Marx). La crisis nos confronta con la paradoja fundadora de la sociedad capitalista: en ella, la producción de bienes y servicios no es un fin, sino sólo un medio. El único fin es la multiplicación del dinero, es invertir un euro o un dólar para conseguir dos. Y cuando este mecanismo se descompone, es toda la producción “real” que sufre y hasta puede bloquearse por completo. Así que, como el Tántalo del mito griego, nos encontramos frente a riquezas que, al momento de querer agarrarlas, se alejan: sólo, porque no podemos pagarlas. Esta renuncia forzada siempre ha sido el destino del pobre. Pero ahora, y es algo inédito, nos puede pasar a todos, o casi. La última palabra del mercado es dejarnos morir de hambre en medio de montañas de alimentos que se pudren, sin que nadie pueda tocarlas.
Quizás no lleguemos a estos extremos. Pero, incluso un derrumbe parcial del sistema financiero nos confrontaría con las consecuencias de este hecho : nos encontramos atados de pies y manos con el dinero, ya que se le encomendó la tarea exclusiva de asegurar el funcionamiento de la sociedad. Dicen que el dinero existió desde los primeros momentos de la historia. Pero, en las sociedades precapitalistas, tenía un papel meramente marginal. Sólo en las décadas más recientes hemos llegado al punto de que cada manifestación de la vida (o casi) pasa por el dinero. Ahora, este se ha infiltrado en los rincones más profundos de la existencia individual y colectiva. Sin el dinero que hace circular las cosas, somos como un cuerpo privado de sangre.
Pero el dinero sólo es “real” cuando es la expresión de un trabajo efectivamente realizado y del valor en el cual se representa este trabajo. Por lo demás, el dinero no es más que una ficción, basada exclusivamente en la confianza mutua de los actores – una confianza que puede llegar a evaporarse, tal como lo estamos viendo actualmente. Asistimos a un fenómeno que la ciencia económica no había previsto: no la crisis de una moneda y de la economía que esta representa, creando así una ventaja para otra moneda más fuerte. El euro, el dólar y el yen están todos en crisis, y los pocos países a los cuales las agencias evaluadoras todavía atribuyen un AAA, no tendrán la capacidad suficiente como para salvar a la economía mundial. Ninguna de las recetas económicas propuestas está funcionando. En ninguna parte. El mercado libre no funciona mejor que el Estado, la austeridad no sirve más que la reactivación mediante la demanda, el keynesianismo no más que el monetarismo. El problema se ubica en un nivel más profundo. Asistimos a una desvalorización del dinero en cuanto tal, a la perdida de su papel, a su obsolescencia. No por una decisión consciente por parte de una humanidad por fin cansada de lo que ya Sófocles llamaba “la más funesta de las invenciones humanas”. Sino en un proceso no controlado, caótico y extremadamente peligroso. Es algo como quitarle su silla de ruedas a alguien después de haberlo privado del uso de sus piernas durante mucho tiempo. El dinero es nuestro fetiche: un dios que nosotros mismos hemos creado, del cual creemos que dependemos y al cual estamos dispuestos a sacrificar todo con tal de aplacar su ira.
¿Qué hacer? No hacen falta los vendedores de recetas alternativas: economía social y solidaria, sistemas de intercambios locales, monedas alternativas (como monedas fundantes), ayuda mutua ciudadana… En el mejor de los casos, esto sólo podría funcionar en algunos pequeños nichos, mientras alrededor lo demás sigue funcionando. Por lo menos, hay algo seguro: no es suficiente “indignarse” frente a los “excesos” de las finanzas y la “codicia” de los banqueros. Aunque ésta existe efectivamente, no es la causa, sino la consecuencia del agotamiento de la dinámica capitalista. La sustitución del trabajo vivo – única fuente de valor que, bajo la forma-dinero, es la finalidad exclusiva de la producción capitalista – por tecnologías que no crean valor, llegó a secar casi por completo la fuente de la producción de valor. Obligado por la presión de la competencia a desarrollar nuevas tecnologías, el capitalismo ha cortado la rama sobre la cual estaba sentado. Este proceso, que desde un principio es parte de su lógica fundamental, ha rebasado en las últimas décadas un umbral crítico. La no rentabilidad del uso del capital no ha podido ser ocultada sino a través de una expansión cada vez más masiva del crédito, que es un consumo anticipado de las ganancias esperadas para el futuro. Ahora, hasta esta prolongación artificial de la vida del capital parece haber agotado todas sus posibilidades.
Por lo tanto, debemos plantearnos la necesidad – pero al mismo tiempo constatar la posibilidad, la oportunidad – de salir de un sistema basado en el valor y el trabajo abstracto, el dinero y la mercancía, el capital y el salario. Este salto hacia lo desconocido puede asustar, incluso a quienes no dejan de denunciar los crímenes de los “capitalistas”. Por el momento, prevalece la cacería de los malos especuladores. Aunque no podamos sino compartir la indignación frente a las ganancias de los bancos, hay que subrayar que dicha actitud se queda muy por debajo de una crítica del capitalismo como sistema. No es de sorprenderse si Obama y Georg Soros dicen entender esta indignación. La verdad es mucho más trágica : si los bancos caen y empiezan a darse quiebras en cadena, si dejan de distribuir dinero, estamos en peligro de hundirnos todos con ellos, pues desde hace mucho tiempo se nos ha privado de la posibilidad de vivir de una forma que no sea gastando dinero. Sería bueno volver a aprenderlo. Pero, ¡quien sabe a que “precio” esto ocurrirá!
Nadie puede decir honestamente que sabe cómo organizar la vida de decenas de millones de personas cuando el dinero habrá perdido su función. Por lo menos sería bueno admitir que ahí está el problema. Quizás, así como se perfila un después del petróleo, es tiempo de prepararnos para lo que vendrá después del dinero.
* * *
Anselm Jappe es autor de varios libros, entre los cuales Guy Debord (Barcelona, Anagrama, 1998), Les aventures de la marchandise (París, Denoël, 2003) y últimamente Crédito a muerte : la descomposición del capitalismo y sus críticos (Logroño, Pepitas de calabaza, 2011). Ha sido miembro del Grupo Krisis, al cual se debe el Manifiesto contra el trabajo (http://www.globalizacion.org/ciudadania/ManifiestoTrabajoKrisis.htm).

Descargar texto en PDF (de Comunización)

[Textos] Textos para afilar las luchas iniciadas el 15M

En torno al movimiento que se ha venido desarrollando desde el 15 de mayo de este año se ha escrito muchísimo. Como cualquier mivimiento masivo ha generado muchas contradicciones y ambivalencia, además de dinámicas, tendencias, medios y fines distintos. No puede ser de otra forma cuando tanta gente politizada se reúne, aunque algunos sigan queriendo homogeneizar bajo sus consignas programáticas. Han llegado a mis manos un par de textos que me parecen interesantes para compartir. El primero es un fanzine publicado por ‘Espai en blanc‘ con un contenido más filosófico y que trata de generar conceptos (muy próximos a los del colectivo Tiqqun) para pensar la realidad e intervenir en y desde ella. Y el segundo es un fanzine extraído de la web de la distribuidora Josep Gardenyes, que realiza una profunda crítica práctica al modo de organización central que ha llevado a cabo el movimiento 15M y que hace algunas propuestas para no caer en dinámicas autoritarias y paralizantes.


[Ara o Mai] Primer número des de València, d’Ara o Mai

Ja està al carrer el primer número de la publicació d’anàlisi i crítica actual de caire antiautoritària “Ara o Mai”. A aquest número trobaràs un anàlisi sobre la situació política actual de cara a les eleccions i la seua relació amb les lluites socials, com també una aposta per trencar amb les seues normes des de l’autooganització i l’acció directa. Per altra banda es troben a aquest número diferents textos d’arreu de l’Estat i el món als que hem donat un espai pel seu interès i els paral·lelismes amb la nostra realitat (la rebel·lió a Xile, educació i sanitat, CIE’s, Alta Tensió a les comarques centrals, etc)

La publicació, evidenment, és gratuïta i es pot trobar al carrer així com als diferents espais antiautoritaris de València. Així com també es pot consultar a internet. En breus penjarem els textos més interessants a la nostra web en castellà// En breves colgaremos los textos más interesantes en castellano en la web.

Descarregat el primer número d’Ara o Mai

http://araomaivlc.wordpress.com/

[Textos] No nos parece bien la defensa del “estado de bienestar”

Grup Antimilitarista Tortuga – http://www.grupotortuga.com/No-nos-parece-bien-la-defensa-del

¿Estado de bienestar, o revolución?

Algunos partidos políticos, organizaciones y sindicatos del estado español que dicen ser “de izquierda” aúnan en estos tiempos voces y esfuerzos para defender aquello que llaman “estado de bienestar”. Ello lo hacen en medio del aplauso de gran parte de la sociedad, la cual se entiende beneficiaria de dicho estado de bienestar y por ello partidaria de su pervivencia.

En Tortuga tenemos otra perspectiva.

Asociamos “estado de bienestar” a otros términos mucho menos halagüeños: “sociedad de consumo”, “primer mundo”, “Europa rica”… Tras la pertinente comprobación histórica, concluimos que en general esta forma política y social tal como la conocemos hoy no es tanto la conquista de las luchas del movimiento obrero como se afirma de forma exagerada, sino que obedece en mucho mayor medida a las necesidades e intereses de las instituciones estatales liberales y capitalistas, intereses que se agudizan sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial. Estas élites, en plena mundialización de la economía y de la guerra fría contra el comunismo, optaron por generar en determinadas zonas del planeta una cierta redistribución de la riqueza allí acumulada, parte de la cual se repartió entre amplias capas sociales en forma de servicios y subsidios, siempre administrados y dosificados por los aparatos estatales. Este tipo de políticas contaban ya con pequeños antecedentes desde principios del siglo XIX, pero fue en este momento, coincidiendo con la acuñación del término “estado de bienestar”, cuando se apostó fuertemente por ellas.

Con estas políticas las clases dominantes a nivel mundial obtuvieron durante toda la segunda mitad del siglo XX y casi hasta nuestros días, la desactivación de las luchas obreristas revolucionarias en el primer mundo, conjurando así la amenaza socialista. Dichas élites se rodearon de un amplio y cómodo colchón amortiguador de “ciudadanos” conformistas con el orden liberal establecido, beneficiarios de cierta capacidad adquisitiva o de consumo, acostumbrados a depender cada vez en mayor medida y para más cosas de la institución estatal y, en el mejor de los casos, partidarios sólo de cambios políticos y sociales de carácter superficial.

Este análisis se complementa con razones económicas, de tanta, y quizá incluso de mayor relevancia que las anteriores, que tienen que ver con la teoría del economista John Keynes: la redistribución de servicios y subsidios entre la población de nuestros países occidentales también pretendió en su día la implantación de fuertes mercados internos que sirvieran de motor al desarrollismo económico capitalista.

En el caso español es revelador que, a pesar de la existencia de numerosos hitos de legislación y política laboral y social que se veían dando desde principios del siglo XIX, de la mano, justamente, del desarrollo del aparato estatal liberal, la implantación de una parte fundamental del estado de bienestar tal como ha llegado a nuestros días (Seguridad Social entendida como asistencia sanitaria gratuita universal, sistema estatal de pensiones y coberturas de desempleo cercanas al salario bruto) se la debemos principalmente a la dictadura franquista, y en concreto a leyes como la de Desempleo (1961) o la de Bases de la Seguridad Social (1963), promulgadas en tiempos de escasa o nula conflictividad obrera pero de fuerte impulso estatal al desarrollismo industrial. En esta implantación profundizaron posteriormente diferentes gobiernos de la dictadura, y se completó hacia 1978.

Éste es el marco que se defiende hoy desde estos partidos, organizaciones y sindicatos citados.

Frente a la defensa de un modelo económico totalmente incluido en el capitalismo y diseñado y promovido por las élites liberal-burguesas que vienen acaparando el poder político, desde Tortuga apostamos por una revolución integral superadora del capitalismo y del sistema no libre de gobierno que le es inseparable acompañante. Desarrollaremos en este escrito las características principales de nuestro concepto de “revolución” así como del tipo de sociedad y relaciones humanas a las que aspiramos. Pero antes nos detendremos en una crítica más pormenorizada acerca del estado de bienestar y en un sucinto análisis del momento de crisis que actualmente parece atravesar este modelo.

El estado de bienestar es contrarrevolucionario

En realidad, éste viene a ser un modo de soborno o de compra material de lo que llaman la “paz social”, esto es, la ausencia de conflictos. De esta forma se logra que amplias capas de población de las sociedades en las que el estado de bienestar se da acaben viviendo con actitudes conformistas y con nulos deseos de cambio social. El miedo a perder lo que se tiene impide, o vuelve muy complicado, analizar en profundidad las causas y consecuencias del orden político y social y evita que se tengan oídos receptivos hacia quien lo cuestiona. Aborta, en definitiva, la posibilidad de que la sociedad tome conciencia de las contradicciones en las que vive y se organice con voluntad y determinación de obtener cambios sustanciales, es decir, revolucionarios.

El estado de bienestar es injusto

Porque no es ni puede ser universalizable. Se da, como decimos arriba, en virtud de una cierta redistribución de riqueza acumulada en una porción minoritaria del planeta denominada “primer mundo”. Una importante porción de esta riqueza no se genera en nuestros países sino que es expoliada del resto del mundo, o sea, de los países llamados (a causa de ello) empobrecidos, y depositada aquí. Tal cosa se consigue empleando multitud de fórmulas: colonialismo-imperialismo económico, multinacionales, deuda externa, reglas comerciales impuestas por el primer mundo, instituciones como el FMI, la OMC, etc. Llegado el caso, la maquinaria militar primermundista se convierte también en herramienta del robo de riqueza de esos países del tercer mundo, como podemos comprobar en los casos de Iraq, Libia o la República Democrática del Congo, por citar algunos de los más paradigmáticos en ese sentido.

Las grandes corporaciones expoliadoras emplean buena parte del capital que obtienen con dichas operaciones de colonialismo económico en realizar inversiones en los países del primer mundo donde están radicadas, dinamizando su economía y generando empleo. La tributación directa al estado de las grandes corporaciones, e indirecta a través de la economía subsidiaria que generan, es la que permite a éste recaudar el dinero “suplementario” con el que ofrecer a la ciudadanía los bienes y servicios que definen el estado del bienestar y de los que por supuesto no pueden gozar los habitantes de los estados expoliados, los cuales además sufren grandes daños en su propia economía doméstica. Un ejemplo menor pero muy clarificador podría ser la pesca del atún en las costas del Cuerno de África. Como puede apreciarse, el estado de bienestar es un producto resultante de las peores dinámicas del sistema económico capitalista, y su existencia guarda relación directa con la pobreza extrema de una parte mayoritaria de la humanidad.

El estado de bienestar es antidemocrático

De forma harto paradójica, la palabra “democracia” ha llegado a ser la más comúnmente utilizada para definir sistemas políticos que en realidad son de dominación. Nos cuesta hallar en la historia de los estados un orden de gobierno que en los hechos se haya correspondido con lo que intenta significar el vocablo. Es por ello por lo que tenemos ciertas reservas a la hora de emplearlo. A nuestro juicio solo cabe hablar de “democracia” cuando cada persona puede participar libre y directamente en la decisión de aquellas cuestiones que le afectan. En consecuencia solo será “democrática” una sociedad que garantice tal principio a pequeñas y grandes escalas y ninguna otra.

El estado de bienestar es la concreción más pura y acabada del estado-nación liberal y burgués diseñado en el siglo XIX. Su existencia es el formidable logro de una situación en la que una pequeña élite acapara todo el poder de gobernar y dispone de la mayor parte de riqueza y medios para producirla, mientras que la mayoría desposeída completamente de poder y de la parte principal de la riqueza vive conformándose con su situación, satisfecha con los servicios materiales que recibe del estado y convencida de que pertenece a una sociedad libre y democrática.

Aunque el sistema de elecciones cada cierto número de años trata de dar carta de naturaleza a una pretendida “soberanía del pueblo”, la realidad es que la alianza entre una pequeña oligarquía de políticos profesionales, la alta burocracia del estado, los poderes económicos y los medios de comunicación mantiene bien controlado el acceso a los centros de poder en todos los países donde se da el estado de bienestar. Los votantes en todos estos estados, entre los que se encuentra el nuestro, están irremisiblemente abocados a optar solo entre opciones políticas continuistas. En cualquier caso, incluso aunque se diesen fórmulas electorales más abiertas, el resultado práctico seguiría a años luz de la democracia, ya que ésta, como decimos, supone la participación decisoria de las personas en aquellas cuestiones que les afectan. Nada de eso sucede en las sociedades del estado de bienestar, en las cuales las personas, denominadas “ciudadanos”, no tienen ninguna forma de decidir tales cosas y sólo reciben el dudoso derecho de votar cada cierto número de años para elegir a los miembros de la élite burocrática que han de regir irremisiblemente su vida y destino durante la siguiente temporada.

En el supuesto, cada día más inverosímil, de que fallase alguno de estos mecanismos de control, el aparato estatal-capitalista tiene otra carta guardada en la manga: la policía, el ejército y la cárcel. Estos órganos del aparato estatal son la definitiva negación de la democracia y el anuncio de viva voz de que nadie puede evitar obedecer las decisiones de las élites gobernantes ni muchísimo menos cuestionarlas en su esencia.

Es paradigmático el papel que juega la institución militar, que, como decíamos antes, es un elemento de primer orden como garante armado del expolio comercial del Norte sobre el Sur. Pero de puertas adentro, y en compañía de su institución vicaria, la policía, desempeña una función igualmente trascendente como última y determinante barrera defensiva de los intereses de la minoría en el poder. Desgraciadamente en el estado español disponemos de abundante experiencia al respecto en los últimos 200 años. Desde los habituales pronunciamientos militares decimonónicos hasta las facultades que la misma Constitución vigente concede al ejército (pone los pelos de punta leer todo lo referido a estados de excepción, de alarma, a situaciones bélicas y más cosas) pasando por una ominosa y no tan lejana dictadura militar de casi 40 años.

El estado de bienestar es antiecológico

Estado de bienestar y sociedad de consumo vienen a ser sinónimos. El alto desarrollo industrial y tecnológico, así como los mecanismos capitalistas de expolio y concentración de la riqueza, han puesto en manos de amplias capas poblacionales de los países ricos una capacidad inédita de adquirir y consumir alimentos, productos manufacturados y servicios (por citar un ejemplo, los viajes en avión). Palabras como “crecimiento”, “desarrollo” y su eufemismo progre “desarrollo sostenible” o “de calidad” han sido y son mágicas consignas que han despertado maravillas en los oídos aburguesados de tanta gente. No pensamos que sea necesario extendernos para alertar de los efectos de tanto “desarrollo” y tanta capacidad de consumir y sus consecuencias a niveles medioambientales y de salud pública. Pocos dudan de la imposibilidad material de exportar a más lugares del planeta el modelo despilfarrador e irresponsable en lo material que caracteriza a todos los estados de bienestar (lo cual lo hace doblemente injusto), puesto que el colapso medioambiental sería casi inmediato. Pero es que ni siquiera es preciso llegar a formular dicha hipótesis. Incluso circunscribiéndonos a los lugares del mundo en los que se da ahora, la consecuencia del consumismo practicado en el estado de bienestar estaría ya causando daños irreversibles al planeta (destrucción de la atmósfera, de la biodiversidad…). Daños que, de no corregirse a corto plazo, amenazan con ser devastadores.

El estado de bienestar es antihumano

Otro sinónimo de estado de bienestar podría ser “sociedad del espectáculo”. Nosotros iríamos más allá y emplearíamos el término “sociedad del adoctrinamiento”. La apuesta decididamente material y furibundamente antiespiritual y antimoral de este modelo de sociedad, unida a los mecanismos adoctrinadores que posee la institución que está en su centro —el estado— también están generando un tipo de persona en permanente regresión.

Sistema educativo, cultura de masas, medios de información y comunicación… todo ello navega en una misma dirección —desde el poder hacia los individuos de la sociedad— generando una forma de concebir la realidad que ha sido definida como “pensamiento único”.

La apuesta del citado pensamiento único por el materialismo y el utilitarismo en todas sus expresiones, así como por una manera relativista y no ética de vivir en sociedad están logrando poco a poco la desaparición de formas relacionales populares tradicionales, de realidades de apoyo mutuo a diferentes niveles y de imbricación de unas personas con otras. Los valores cooperativos y solidarios que existieron tradicionalmente en numerosas colectividades van siendo sustituidos por actitudes egoístas e individualistas de darwinismo social, las espiritualidades se permutan por comportamientos hedonista-vacacionales, y la moral de las sociedades y la ética de las personas van siendo usurpadas en todos los casos por “lo que digan las leyes” y los tribunales del estado. A esto último le han puesto el nombre de “estado de derecho”.

Cualquier revolución, cualquier sociedad que valga la pena requerirá personas capaces de vivirla, seres humanos que realmente deseen la justicia, amen la libertad y estén dispuestos a luchar y sacrificarse para su consecución. El estado de bienestar, podemos afirmarlo, no contribuye a que exista ese tipo de personas. Más bien a todo lo contrario.

¿Por qué ahora el estado de bienestar está en crisis?

En nuestra opinión, por varias causas.

En primer lugar, las élites que controlan el poder político y económico en el primer mundo, a partir de la caída del Muro de Berlín y del derrumbe del bloque leninista, han ido paulatinamente perdiendo interés por un modelo que ya no les es tan imprescindible como antes. Una vez conjurada la “amenaza comunista” y lograda la garantía de que la población del primer mundo ha perdido cualquier tipo de deseo revolucionario, no necesitan invertir-repartir tanta riqueza en sobornar a la sociedad primermundista para apagar la llama insurreccional. Una vez los mecanismos adoctrinadores han dado su fruto y la inmensa mayoría de la población no cuestiona la ficción democrática del parlamentarismo, es posible aumentar la cuenta de beneficios —deseo permanente del gran capital por su propia naturaleza— a costa de algunas prestaciones estatales. Ese es el camino que se ha recorrido desde los años 90 hasta aquí, si bien en los últimos años se ha acelerado por causa de la crisis económica.

Una crisis que constituye un factor añadido. La burguesía —entonces clase social—, desde el siglo XIX organizada en torno a la institución del estado-nación liberal, es quien ha estado hasta hoy al mando de política y economía, tratando de mantenerse erguida a lomos de una bestia más bien poco controlable: el sistema económico capitalista. Dicho sistema, como es sabido, tiene sus ciclos largos y cortos, sus crisis financieras y sistémicas, sus recesiones e incluso una serie de contradicciones en las que podría estar escrito su derrumbe final. Hasta ahora la burguesía, luego convertida en oligarquía dominante, ha sabido cabalgar la bestia adaptándose a todos sus movimientos. Según han ido sucediendo unas y otras crisis, estas personas, desde la institución estatal, auténtica torre de control también de la economía, han ido tomando las decisiones convenientes para mutar y adaptarse a la nueva situación. Así, el sistema económico, según momentos y zonas, ha sido librecambista, proteccionista, keynesiano o ultraliberal (entre otras formas). El modelo económico ligado al estado de bienestar, el keynesianismo, ha venido siendo útil en momentos de fuerte desarrollismo. Los gurús de la economía han decidido que no es el más conveniente para capear momentos de crisis, y en consecuencia los gobiernos de los estados proceden hoy a recoger algunas de esas velas.

La crisis, que es productiva tanto como financiera, ha descuadrado el balance contable de los estados occidentales, los cuales se ven obligados a adoptar medidas de ahorro en su propia administración, así como ajustes diversos en las economías “nacionales” por una cuestión de “competitividad” ante otras economías emergentes. A ambos tipos de medidas responden los llamados “recortes sociales” que tanto rechazo generan en la población. Como la otra de las causas del “estado de bienestar” es la generación de mercados internos de consumidores, cabe interpretar que las autoridades de los estados occidentales tratarán de practicar los mínimos recortes que juzguen suficientes y cuya cuantía va a depender de la dimensión y duración de la crisis. Al menos en teoría. Como la citada crisis económica no solo afecta a los estados, sino también a las empresas privadas estamos asistiendo en numerosos países occidentales —en el estado español, por ahora, en pequeña medida— al “rescate” o adquisición por parte de los estados de empresas en crisis, bancos principalmente. Este trasvase de propiedad y de recursos económicos entre grandes empresas y estados (se privatiza, se nacionaliza, se vuelve a privatizar, se emite deuda, se “rescata” al banco que compró la deuda… moviendo fondos existentes e inexistentes de aquí para allá, pero siempre en manos de las minorías dominantes) es una patente demostración de que la institución estatal y el sistema económico capitalista son la misma realidad. Ni siquiera esos “mercados” a los que se invoca como una oscura mano que actúa contra los intereses de los estados, ergo contra los intereses de los ciudadanos, son otra cosa que una suma de entidades financieras y terceros estados “compradores” de deuda, es decir, prestamistas.

Resulta curioso que los agentes de “la izquierda”, que claman contra lo que juzgan “desmantelamiento del estado de bienestar”, apenas incluyan en sus peticiones conservadoras análisis económicos que avalen la viablidad de sus propuestas dentro del propio sistema liberal-capitalista, que es donde al parecer desean permanecer.

¿Cuál es la propuesta entonces?

Por si alguien venía entendiendo algo en esa línea, no estamos proponiendo pasar del bienestar al “malestar”. No se trata de derribar todo lo existente para volver a crear partiendo de cero. Por mucho que comprendamos al estado como una institución en manos de las élites y no del pueblo, no tendría sentido alguno renunciar “de golpe y porrazo” a todo lo que dicha institución hoy administra. Por ejemplo, mientras tomamos y no conciencia como sociedad y nos vamos autoorganizando en lo político y en lo económico, necesitamos un sistema de sanidad, entre otras cosas. Pero ello no quiere decir que no debamos a aspirar a dar los pasos necesarios para que el actual sistema sanitario esté, en un futuro, organizado y administrado democráticamente por las personas que son sus trabajadoras y usuarias, y no por dirigentes políticos y empresariales, como sucede hoy.

“La solución es la revolución” es un viejo eslogan recurrente en tiempos de crisis. Y es bien cierto. Pero una revolución que se ha de hacer paso a paso y con los pies en el suelo.

En primer lugar hay que despertar y tomar conciencia del engaño en que vivimos para no seguir defendiendo y apostando por aquello que nos destruye como sociedad y como personas, y que además es catastrófico para el medio ambiente… A continuación tendremos que comprometernos y empezar a generar alternativas auténticas a aquello que criticamos.

Frente a la dimensión contrarrevolucionaria del estado de bienestar habremos de crear grupos organizados y coordinados, movimientos sociales y espacios en los que reflexionar juntos en un primer momento para después salir al encuentro de la sociedad y de las instituciones, denunciando y enfrentándonos a los aspectos más inmorales y las consecuencias más nocivas del sistema, sin caer en el llamado reformismo burgués y, por ello, apuntando en cada acto a la superación de dicho sistema en toda su extensión.

Ante su dimensión de injusticia social y de grave atentado contra el medio ambiente, habremos de aprender a renunciar a aquellos elementos materiales de nuestra forma de vida que son superfluos, prescindibles, antiecológicos y comparativamente injustos, aprendiendo a vivir con menos y a ser más felices así. Desde ahí nos apoyaremos mutuamente e interpelaremos a la sociedad invitándola a seguir nuestro ejemplo. Ante perversos sofismas como el “desarrollo sostenible”, reivindicaremos el decrecimiento y la autogestión, abriendo caminos para experimentar fórmulas concretas de alternativa y superación del sistema económico capitalista.

Con respecto al déficit total de democracia, nos esforzaremos primero en denunciar tal situación con el fin de que sea conocida por el mayor número de personas. Evidentemente, dejaremos de participar y colaborar con cualquiera de los mecanismos que perpetúan la opresión (instrumentos coercitivos del estado) o sustentan la ficción democrática (elecciones). En su lugar desarrollaremos espacios asamblearios de participación horizontal y directa donde aprender primero a funcionar colectivamente con fórmulas realmente participativas, corresponsables y democráticas, para después extender estos espacios reclamando, disputando y arrebatando al sistema la potestad de decidir sobre las cosas que nos afectan. Asimismo, nos esforzaremos en crear alternativas tangibles y crecientes a todos los sistemas de adoctrinamiento vigentes: educativas, culturales y mediáticas.

Por último nos enfrentaremos a la destrucción que se está llevando a cabo actualmente de muchas de las características que a los seres humanos nos hacen ser tales, esforzándonos en recrear relaciones interpersonales y grupales verdaderas, de apoyo mutuo en lo económico, lo político y lo personal, tejiendo redes y alianzas de intereses e identidades comunes, generando sistemas amplios de participación en la gestión de la sociedad… Trabajaremos y tendremos en cuenta en nuestros grupos y movimientos sociales nuestras dimensiones humanas y psicoafectivas, las relaciones entre sexos, las necesidades de tipo cultural, espiritual, artístico… Reivindicaremos y tendremos muy presente la necesidad de una ética individual afirmada en valores positivos y de una moralidad social que ayude a mantener y desarrollar aquellos elementos comunes que se juzgan beneficiosos y necesarios, que además garantice la libertad de cada individuo en lo que se refiere a conciencia y opciones.

[Textos] En democràcia tu elegeixes: explotació o misèria

El pròxim 20N tornem a tindre una cita davant les urnes. El govern del PSOE, davant les diferents pressions, ha acabat cedint i avançant les eleccions. Durant tot el mes de novembre ens trobarem amb el circ de les campanyes electorals, on la demagògia barata i els discursos buits estaran presents als millors titulars dels mitjans de comunicació.

Pareix ser que el debat al voltant del vot comença novament a sorgir, els diferents partits no estan disposats a que reflexionem res més enllà de a qui votar. Però nosaltres estem disposades a obrir un nou debat, a qüestionar les diferents opcions que tenim i així pensem que cal reflexionar sobre el que implica votar. ¿No caldria analitzar la utilitat d’emetre’l, i saber el que implica realment participar a les eleccions?

En aquest escrit volem exposar algunes idees que poden ajudar a repensar les nostres opcions, obrir el debat a una reflexió seriosa, sense fanatismes, ni dogmes que ens porten a conclusions profitoses, que després puguem dur a la pràctica. Aquest text no pretén ser un manual, ni donar solucions, sinó simplement incitar al debat i la reflexió, siga personal o col·lectiva.

Sembla que l’única opció que se’ns planteja és el vot i la participació ciutadana. Però, què implica realment participar?

Aproximació històrica, la història de la traïció

Des de la transició s’han imposat unes regles del joc on els únics interlocutors vàlids són els partits i sindicats. La imposició d’aquest sistema va significar, per a moltes, el renunciar a un canvi real; de ruptura amb el règim anterior. La transició va assegurar el sistema capitalista amb la desactivació dels sectors més revolucionaris, on sindicats reformistes (CCOO i UGT) i patronal decidiren en nom de totes, baixar el nivell de conflictivitat. A partir de la claudicació que va significar el signar els Pactes de la Moncloa s’imposa el model del Pacte Social, imitant els règims democràtics europeus, on la reestructuració capitalista necessita via lliure per tal de seguir avançant cap a la implantació d’un model neoliberal, on la major part de la població es converteix en mà d’obra qualificada i barata. Una mostra d’açò, és com la reestructuració del sistema socioeconòmic no ha tingut una resposta real i contundent per part de la població afectada. En tots els llocs, partits i sindicats han lluitat per desactivar mètodes i reivindicacions que van més enllà d’una simple reforma de caire social.

Només a Grècia, on molts col·lectius i organitzacions han lluitat de manera autònoma, superant les institucions, és on s’han aconseguit canvis reals. Alguns exemples són les victòries com la paralització del Pla Bolonya, així com els diferents conflictes socials accentuats per l’actual conjuntura econòmica. També a Xile, si bé la CONFECH ha intentat asseure’s a negociar amb el govern, els sectors més autònoms del moviment estudiantil han plantejat una ruptura real amb el sistema polític.

A l’Estat espanyol, l’entrada a Europa per a evitar l’aïllament econòmic exigia una sèrie de reestructuracions i externalitzacions per poder ser eficients en un marc de globalització econòmica. Europa necessitava fer-se un lloc en el món i per això es va dotar d’una unitat econòmica que exigia també una unitat política, la Unió Europea.

L’Estat espanyol va tindre que readaptar-se a les exigències externes que no eren més que: una major flexibilitat laboral, externalització de certs sectors, privatitzacions d’altres, etc. Tot això va suposar una derrota del moviment obrer, ja que els sindicats majoritaris els havien venut als interessos de la patronal. Les úniques lluites possibles havien d’acceptar unes normes de joc alienes als interessos dels col·lectius explotats, obligant a que tots els conflictes es resolgueren per la via de la negociació entre les de dalt i les de baix. El problema de la negociació és que parteix d’un desequilibri estructural que amb cada pacte es fa més latent, i és que mentre unes cedien uns pocs beneficis, les altres negociaven amb els drets de les treballadores.
Les institucions actuals s’han encarregat de vetllar per a que existisca una implantació neoliberal sense una resposta real per part de la gent. I el problema s’agreuja encara més quan s’observa com les lluites que s’han deixat institucionalitzar han acabat sense assolir els objectius que es plantejaven. Un clar exemple van ser les lluites contra les ETT’s, on des de l’esquerra institucional només es criticava el marc alegal de les empreses de treball temporal i no es denunciava l’arrel del problema (que era una nova forma d’esclavitud assalariada). El aleshores govern del PP va respondre de manera oportunista, en lloc de prohibir les ETT’s com es plantejava des d’un principi des dels sectors més combatius, les va regularitzar, desactivant la lluita al quedar-se sense arguments i presentant-la per part de partits i sindicats com una petita victòria.

De la situació actual: Parlamentarisme,
representativitat i estat del benestar

La democràcia actual es basa en un sistema de representació parlamentària. En aquest no sols es cedeix la sobirania als polítics mitjançant l’emissió d’un vot cada quatre anys, sinó que també s’accepta que la capacitat de legislar, d’aprovar les “regles” que marquen la societat, resideix al parlament, per tant als polítics elegits. Ambdues coses ens lleven la possibilitat de decidir sobre les nostres vides. Acceptar que la societat ha de ser legislada per part d’aquestos professionals de la política i en els parlaments (on mai podran estar representats realment els interessos de les treballadores) suposa reconèixer, no sols la necessitat de que algun especialista represente els nostres suposats interessos, sinó també d’una autoritat en tots els àmbits de la nostra vida. La major part de la població viu, aleshores, sense una capacitat de decisió real sobre el seu dia a dia, es a dir, no sols trobem les institucions separades de la gent, sinó per damunt. Ens posen el nom de ciutadans i ens donen una sèrie de drets i deures. Aquestos drets van ser, majoritàriament conquestes que costaren sang i suor, concedits amb l’interès de baixar el nivell de conflictivitat i mantindre la pau social. El concepte de ciutadà ens fa creure que totes som iguals, però a simple vista s’adonem que no totes tenim els mateixos drets i deures, i molt menys les mateixes oportunitats. Totes sabem que no és així, les que estem baix i les que estan dalt. En un món que roda gràcies als diners i el benefici que aquestos generen la igualtat és impossible, i menys encara en moments de crisi econòmica.

Davant les desigualtats socials podem parlar de dues vies principals d’acció: en primer lloc, tenim el discurs predominant (ara més present que mai, en el que profunditzarem més avant “Minoritaris i 15-M”), insistint-nos en que hem d’apropar-se a les institucions, emprant tots els mecanismes de “participació ciutadana” que ens facilita la democràcia. Considerem de la lògica més bàsica que el régim actual no ens facilitarà les ferramentes per transformar-lo, simplement ens dóna la possibilitat de fer petits canvis en els que ens fa creure que realment tenim capacitat de decisió, de canvi, dins del “joc democràtic”. La segona opció per la que apostem sense dubtes és la ruptura total amb les institucions i l’organització de la gent al marge d’aquestes. Pensem que és necessari crear teixits que no depenguen dels que s’autodenominen com a representants de la nostra voluntat. Apostem per l’autoorganització en assemblees horitzontals als barris, llocs de treball, espais d’estudi, etc. Aquest teixit social no es pot entendre com un complement dels espais institucionals actuals, sinó com al nucli d’un poder propi de les classes subordinades. És la posada en pràctica d’una praxis llibertària, que amb les lluites puga ser una alternativa d’organització social des de baix. Sols entenem la delegació quan aquesta no té marge de decisió fora del consens de l’assemblea. Qualsevol altre tipus de delegació suposaria la pèrdua d’autonomia, perquè les persones elegits com a representants estaran sempre sotmesos a pressions i interessos individuals (com ara els mercats o els clàssics casos de concessions fraudulentes). Creguem que som les úniques capacitades per resoldre els nostres problemes, de gestionar les nostres vides.

El sistema té diverses formes de blindar-se davant les lluites transformadores que en alguns moments adquireixen la força necessària per a destrui-lo des de l’arrel. L’Estat és l’únic legitimat per a exercir la força. No podem deixar de recordar (encara que semble lògic i molta gent tindrà records recents) el paper repressiu que juguen els “Cossos i Forces de Seguretat de l’Estat” i la presó. En aquest punt, ens agradaria fer alguns aclariments al respecte: quan observem casos de repressió cap als que decideixen lluitar per canviar l’ordre de les coses, sempre s’intenten justificar amb el grau de violència que empren aquests, deixant de banda com de violentament s’imposa aquest sistema dia rere dia, ací i arreu del món. Considerem important tindre present que l’Estat no reprimeix per frenar la violència, sinó que intenta acabar amb qualsevol amenaça de canvi real en la societat. En aquest sentit també juguen un paper important, d’una banda l’educació i d’altra els mitjans de comunicació; aquests són dos factors que influeixen en gran mesura en l’acceptació de l’autoritat de l’Estat i l’ordre capitalista, ara no els analitzarem en profunditat, però considerem important tindre’ls presents. Aquestos factors (i alguns més) afavoreixen la implantació d’un “marc legal” que, com a suposats ciutadans, hem de complir. Però tenim que saber quina es l’altra cara de la moneda: no tothom compleix amb les seues “responsabilitats”. Cada vegada hi ha més gent que es bota les lleis sistemàticament, una major part per necessitat i altres moltes per una qüestió d’enfrontament amb el sistema. Com deia Xosé Tarrio: “Si me preguntarais qué es la carcel, os repondería sin dudar que es el basurero de un proyecto socio-economico determinado, al cual arrojan a todas aquellas personas que molestan dentro de la sociedad… por eso la carcel alberga principalmente pobres”. Hem de tindre present que dins d’aquest marc de convivència suposadament idíl·lic no cabem totes, i per suposat no cap la dissidència política.

Com dèiem al principi, l’Estat té una altra forma més subtil de blindar-se anomenada Estat del benestar. Podríem dir que aquest va arribar a l’Estat espanyol amb la transició, però va ser el govern socialdemòcrata de Felipe Gonzalez l’encarregat d’articular aquesta forma de control social. La funció principal d’aquest model polític és, per una banda el manteniment de l’Estat i per altra, assegurar les bases per a que l’economia capitalista es desenvolupe sense cap impediment. És amb la creació de l’Estat del benestar quan totes les demandes històriques per les quals s’havia estat lluitant (educació, sanitat, drets laborals, etc.) són assumides per l’Estat. Davant d’aquesta situació és el Govern qui gestiona els recursos públics, mentre les treballadores gaudeixen de més drets, així com d’unes remuneracions més elevades. És en aquest moment quan comencem a endinsar-nos en el consumisme. Les empreses per a les quals treballem ens donen més temps i diners per a gastar en els mateixos béns de consum que nosaltres produïm. Així doncs, el mercat comença a crear-nos noves necessitats: televisió, cotxe, rentadora, rentaplats, mòbils, ordinadors, etc. Tot un conjunt de innovacions tecnològiques que “faciliten” la nostra vida diària i que fan possible que dediquem més temps al nostre treball, ja que treballant més encara podrem comprar més d’aquestos productes. I és així com comença el cercle viciós en el que estem estancades (famílies endeutades, hipotecades, etc.), construint-nos les “cadenes” que ens lliguen encara més al treball assalariat. El que intentem evidenciar, és la relació que hi ha entre l’Estat i el sistema capitalista, ja que és el primer qui ajuda al segon a mantindre’s i assentar-se. Però és més evident en un període de crisi econòmica com l’actual, quan és l’Estat qui s’encarrega d’injectar els nostres diners en tots aquells bancs que ho necessiten, per seguir mantenint aquest sistema.

A més, l’Estat del benestar ha sigut un dels encarregats de generar a la població una forta dependència social, no sols del treball assalariat, sinó també del propi Estat del benestar i de tots els serveis que gestiona. Ens hem acostumat a viure demanant-li que s’encarregue de l’educació dels nostres fills, que ens facilite una jubilació, que mantinga la ciutat neta, que ens cobrisca medicament, etc. Hem perdut tota capacitat d’assumir cap tipus de gestió de les nostres vides, relegant-les totes elles a l’Estat. D’aquesta manera ha aconseguit un dels seus reptes més importants: la desactivació de les diferents lluites socials i l’autogestió de la pròpia vida; creant a un imaginari col·lectiu en el que és només l’Estat qui ha de gestionar aquestos recursos, convertint-nos de nou en simples consumidores.

El concepte d’Estat del benestar es troba molt present avui en dia En l’actual crisi econòmica ens trobem amb dos discursos imperants que polaritzen i redueixen la profunditat del problema: unes ens diuen que l’única manera d’eixir de la crisi és reforçar l’Estat i així, suposadament, els drets de la ciutadani; les altres diuen que cal desarticular algunes parts de l’Estat que generen moltes despeses, concretament els serveis públics (sanitat, educació, pensions, etc.). En aquest punt no podem evitar fer referència a les actuals retallades socials. En primer lloc, cal aclarir que considerem les retallades com a una agressió directa cap a la població, especialment dirigida a les persones amb menys recursos, no cap a l’estructura de l’Estat. De fet, considerem que les retallades suposen una agressió organitzada pel capitalisme i perpetrada des de l’Estat.
Minoritaris i 15M
La mentida dels partits minoritaris i la seua relació amb els moviments socials

Al principi d’aquest text hem analitzat l’actual funcionament del sistema, és a dir: el parlamentarisme i la democràcia representativa. Hem intentat descriure el seu funcionament i alhora entendre com està estructurat. Clarament es veu que aquest sistema respon a uns interessos particulars, que res tenen a veure amb els de la majoria de la gent que vivim sota ell. A partir del denominat Moviment 15-M pareix ser que s’ha impulsat una dinàmica de mitificació dels partits minoritaris, afirmant que donant el nostre vot a aquestes opcions es van a solucionar tots els nostres mals, que el problema està en el bipartidisme i no en el propi sistema. Fins aquest moment no havíem entrat en aquest tema, però ens pareix que és un bon moment per parar-nos a reflexionar un poc més profundament al voltant dels partits minoritaris.

Dir que un partit és minoritari no ens dóna cap informació sobre ell, ja que el fet de ser minoritari solament representa una característica transitòria del partit. Partits minoritaris hi han de totes les ideologies. Per donar un exemple clar, podríem parlar de UPyD, partit amb reivindicacions semblants a les del 15-M (reforma de la llei electoral, crítica al bipartidisme, participació ciutadana, etc.), o inclús de partits d’extrema dreta escampats arreu de l’Estat espanyol. El que intentem transmetre és que el fet de que un partit siga minoritari no significa res i, és més, quan es vota a un partit de forma massiva deixarà de ser minoritari.

Pensar que els partits minoritaris, pel simple fet de ser-ho són millors que els majoritaris, és una idea sense trellat que ningú amb una mínima capacitat reflexiva s’atreveix a defensar. Ara bé, sí que és cert que hi ha un discurs que cala en una part de la població, i és precisament el que defensa que votar a un partit minoritari significa una distribució equitativa del poder, que impedeix la creació de majories absolutes i per tant, fa la política més transparent i participativa. Aquesta idea és clarament errònia i un bon exemple per comprovar-ho és el cas del Govern de Catalunya, on estant el tripartit al poder (amb Iniciativa per Catalunya-Verds a la Conselleria d’Interior) és quan s’han van produït les mobilitzacions contra el Pla Bolonya. Davant la impossibilitat d’aconseguir desmobilitzar als estudiants, el Govern de la Generalitat va passar a l’acció comportant-se igual que ho faria qualsevol dels partits majoritaris. El desallotjament del Rectorat de la UB ens va deixar imatges de persecucions, detencions i càrregues policials dirigides des dels despatxos dels partits “minoritaris”. Iniciativa, un partit que havia volgut lligar-se des de sempre amb els moviments socials va acabar reprimint amb la mateixa brutalitat que el govern anterior (CiU). Altres molts exemples són les tortures per part dels Mossos D’Esquadra a comissaries, l’ús del Kubotan a les manifestacions, el cas del forat de la vergonya, la repressió contra l’acampada anti-MAT, etc.

A més, a partir del 15-M i amb l’ajuda dels mitjans de comunicació, ha augmentat la criminalització sobre la resta de mobilitzacions que van més enllà de millorar el propi sistema i que intenten trencar amb una participació orquestrada pels que estan dalt. D’aquesta manera se’ns ven com a única solució la participació a través de les institucions mitjançant més referèndums, més lleis, més polítics i si és necessari més policia contra qui no respecta el sistema. Seguint aquestes consignes caminem cap a la uniformització del individus i la desaparició de la capacitat de pensament i acció. No podem tolerar la falta de respecte que hi ha cap a idees diferents a les que ens venen els mitjans d’informació de masses.

Per últim, ens agradaria acabar parlant dels diferents partits minoritaris d’esquerres que a València han sigut els principals receptors dels vots canalitzats pel 15-M: Coalició Compromís i Esquerra Unida (encara que UPyD també podria estar inclòs). Aquestos partits també estan involucrats en la corrupció urbanística, la falta de participació ciutadana, la nul·la transparència als contrats, el clientelisme, etc. Hi han clars exemples, com és el cas de la Mancomunitat de Bunyol amb EU a l’ajuntament, on s’està posant en marxa el projecte d’energia eòlica en una ZEPA (Zona d’Especial Protecció per a les Aus), o el cas del BLOC de Segart on tota la llista d’aquest partit, es va canviar al PP a les últimes eleccions. Però el més important és que aquestos partits es creuen amb l’autoritat de decidir per nosaltres, es pensen que saben millor que nosaltres el que ens fa falta i volen gestionar les nostres reivindicacions cap a objectius electorals amb un oportunisme patètic. I quan aquest comportament es denúncia utilitzen a la policia, com qualsevol altre partit majoritari, i actuen com a agents repressors de tots aquells moviments socials que diuen representar.

Els neonazis també són minoritaris
España 2000, el feixisme que ens ha tocat patir

Silla, Alcalá de Henares, Onda i Dosaigües tenen alguna cosa en comú: la presència de l’extrema dreta dins de les seues institucions, en aquest cas, del partit Espanya 2000. Podem pensar que és un cas anecdòtic dins de l’àmbit polític, però si seguim mirant podem veure altres casos, per exemple Massamagrell i Albal que tenen regidors de Coalició Valenciana, i si pugem cap al nord trobem Plataforma per Catalunya (PxC) de Josep Anglada en pobles com: Vic, Manresa o L’Hospitalet de Llobregat. I així podríem continuar enumerant ciutats, més o menys grans, que tinguen als seus ajuntaments representants d’algun dels partits minoritaris d’extrema dreta que cada quatre anys es presenten a les eleccions. Açò evidència que aquestos partits tenen el suport d’una part important de la població. Així podem veure el creixement d’aquestes organitzacions arreu d’Europa: Àustria, Dinamarca, Finlàndia, Hongria, Sèrbia i Suècia són alguns dels que tenen representants als seus parlaments nacionals, sense oblidar-nos de la Lliga Nord a Itàlia i el SVP de Suïssa, tots dos formant part de la coalició de govern.

Totes aquestes organitzacions s’autodefineixen com a democràtiques perquè, sinó com es presentarien a les eleccions?. La seua participació en aquestes serveix com a altaveu per la seua ideologia, així com per a finançar-se a través de l’Estat. Tot açò sense deixar de banda el seus principis basats en la discriminació i l’exaltació de l’autoritat. Però aquest és un discurs buit de continguts amb el qual pretenen aprofitar-se de l’actual conjuntura social i econòmica, que afavoreix la utilització de la demagògia i l’odi a la diferència. Açò permet descarregar la ràbia acumulada, després de tants abusos causats per aquest sistema injust i opressiu, contra les persones migrants. I és la justícia i les polítiques contra la immigració les que fomenten aquests comportaments xenòfobs, criminalitzant a les persones migrants i justificant la seua expulsió.

Molts dels seus dirigents són grans empresaris. Sobretot a España 2000 venen lligats a negocis tan “legítims” i “espanyols” com la tracta de blanques (prostitució). Jose Luís Roberto, líder del partit, va ser president de l’associació de “clubs d’alterne” on treballen de manera irregular moltes dones vingudes dels països de l’est, Amèrica Llatina, etc. Aquest tipus d’explotació laboral deixa entreveure la idea de “immigració legal” que tenen ells, és a dir; volen immigració que els servisca per als seus negocis. Volen, al cap i a la fi, noves esclaves que els empresaris espanyols puguen explotar quan els convinga. A més d’açò és el secretari de la patronal valenciana de seguretat i propietat entre d’altres, de l’empresa Levantina de Seguridad i de diferents negocis que comercialitzen amb roba militar.

Durant anys han anat guanyat força, aprofitant-se dels espais queel sistema els dóna. “Els cossos i forces de seguretat” de l’Estat, que actuen amb brutalitat contra moviments socials de tot tipus des de fa anys, estan plens d’individus que participen en aquestos partits feixistes. Són estranys els casos en els que la premsa o la resta de mitjans de comunicació es fan ressò de les agressions de l’extrema dreta, les quals es produeixen de forma reiterada contra persones migrants, moviments socials,etc. i són consentides per la justícia governamental. Fins i tot els partits minoritaris d’esquerres semblen haver oblidat la seua tasca contra aquestes agressions i discursos, ja que últimament treballen només per a augmentar la seua presència en les institucions de l’Estat.

Malgrat la seua màscara democràtica, mai oblidarem als companys i companyes que han patit, fins i tot mort, a les mans d’aquestos individus. Per açò no deixarem de combatre’ls allà on vagen, sense treva ni mitges tintes. Cada vot és una mostra de suport a un sistema que permet la intolerància, la violència indiscriminada, la segregació i l’odi racial a les seues institucions. Considerem que és important destacar que aquestes institucions no es poden considerar ni legítimes, ni representatives de la població.

Per Concloure; trencar amb les seues normes per
recuperar les nostres vides

Pel que realment apostem és per l’autogestió i la autoorganització de les nostres vides. Són molts anys de submissió al sistema, d’acomodament i aïllament social, propaganda política i mentires sobre la nostra llibertat per a decidir. I és ara més que mai, quan hem de recuperar el control de les nostres vides. Cal començar des de baix, des del principi, dotant-nos d’autonomia. Sabem que la transició fou una mentira, que el sistema ens discrimina i aïlla, ens explota. Sempre ens han venut que la democràcia és el tipus d’organització política més justa. Però hem de creure’ls també en açò? Perquè hauríem de col·laborar amb ell?

La gran diferència entre el vot i l’abstenció és que amb el primer es dóna legitimitat al sistema mitjançant la participació en ell. Així que la millor opció per seguir mantenint l’actual sistema és el vot. Cert és que resulta difícil el diferenciar entre una abstenció de caire polític i aquella que es dóna per desídia o indiferència. Hem de tindre present, doncs, que el sistema necessita de la nostra participació, no sols el dia de les eleccions, sinó també requereix de l’anomenada “participació ciutadana” per a legitimar-se. L’Estat democràtic es sustenta sobre l’obediència i submissió de la major part de la població, però també té la necessitat de que la ciutadania s’involucre, utilitzant els mecanismes donats pel propi sistema. És a dir, s’ha de tindre en compte que la maquinària política no actua per si mateixa, sinó que necessita de l’anomenada societat civil per a funcionar i desenvolupar-se. D’aquesta manera l’Estat es veu amb la possibilitat de fer veure que la població té una capacitat de decisió que en cap cas és real.

Les lleis que ens imposen l’Estat i el capitalisme són les seues regles i, si volem plantejar una lluita real per tal de recuperar el control de les nostres vides, no podem acceptar-les com a límit de les nostres lluites. L’Estat ja fa prou per tal de mantindre la pau social, el nostre paper és trencar amb ell i augmentar la conflictivitat sobrepassant allò que aquest pot assumir. Hem de fer saber als polítics i sindicalistes que no demanarem res, que resoldrem els nostres problemes i lluitarem per ser lliures. Hem de dir-los ben clar que no els necessitem i, sobre tot, que ningú ens representa.

No volem parlament, no volem representants i rebutgem l’autoritat, lluitem contra l’Estat i el capitalisme.

Publiació “Ara o Mai”

Des de València, contra tota explotació contra tota autoritat!

http://araomaivlc.wordpress.com

[Debat] Zombies anarquistas; la represión que elegimos nososotr@s mism@s.

Hablemos de drogas, hablemos ya; marihuana, hachis, opio, alcohol, tripis, anfetas, cocaína, extasis, ghb, ketamina, pastillas, poppe, caballo y los nuevos combinados. Todo un menú al alcance de nuestras tristes vidas, para vivir en nuestras mentes; aquello que no logramos experimentar en la realidad.
Cada vez hay mas clases de drogas, cada vez mas jóvenes que la consumen y cada vez mas presentes en nuestro ámbito. Yo me drogo; nos drogamos…Es urgente hablar, debatir, reflexionar…
Las drogas son malas o buenas… según las usemos. Evadirse, alcanzar un placer inmediato…ese refugio a donde huir, o ese efecto calmante, que apaga nuestras ansiedades o nos distrae de la aburrida realidad, te da risas, te desinibe…

Podriamos adentrarnos en el mundo de las drogas y sus efectos sobre la salud, el cerebro y la conciencia…pero se nos haría muy largo este escrito y no es el tema principal a donde se quiere llegar con estas letras. Si me gustaría abordar el tema social, las consecuencias que empezamos a vivir y el papel de estas como control social. Y sobre todo la falta de alerta existente ante este tipo de engaño del sistema.

Nos drogamos; es raro encontrar a quien no fume porros o beba alcohol. No es muy difícil encontrar a quien se toma extasis, coca o anfetas los fines de semana. Y sobre el caballo y la ketamina, no es frecuente, pero siempre hay quienes se atreven.
En paralelo; no es difícil conocer hoy en dia a un amig@ que se tomo un tripi y no volvió, tampoco empieza a serlo encontrar a amig@s con ataques de ansiedad, problemas de sueño, estado transitorios de paranoia, pánico, esquizos… y es ya demasiado habitual encontrarnos falta de concentración, dispersión mental, problemas de memoria, apatía, falta de voluntad y dificultar de organización cotidiana.

Quienes están encargad@s de controlar las revueltas deben estar contentísim@s.” Una sustancia que nos da dinero, nos controla a la juventud y que no solo no es difícil introducirla en las estructuras y ámbitos revolucionarios sino que además son ellos mismos quienes las demandan e incluso a veces, hasta las venden.”

Y para que; nuestra preocupación por los toxicos en los alimentos, los transgénicos, la medicación masiva y a veces involuntaria, los medicamentos antidepresivos, los chentrails que rocían químicos, los sistemas electrónicos de control social, las herramientas de borreguismo como la tv; estamos preocupadísim@s por todo ello y preferimos ignorar que cuando nos metemos una droga estamos mandando a tomar por culo todas estas preocupaciones; no es incoherente? –las drogas engloban todos estos problemas en uno y encima nadie nos esta obligando a tomarla…

Las drogas despersonalizan completamente al individu@, este deja de ser ella mism@ y la droga pasa a apoderarse de todo su ser, lo termina suplantando.
Por otro lado ejercen bien la funcion para la que fueron diseñadas; desmovilizar a la población de sus tradicionales luchas sociales frente a los abusos de las oligarquías, para quedar así sumida en un mensaje vacío e infantil.

Las drogas han servido como sedante para la sociedad ya que desvía la atención de los verdaderos problemas, lo que ha otorgado poder un mayor control sobre esta proveyéndole de una válvula de escape, evitando así contestaciones sociales que pudieran terminar teniendo efectos indeseables y desestabilizadores. El sistema nos quiere drogados y pasivos para poder continuar con su opresión.

Pero este cuestionamiento existe vagamente entre nuestr@s compañer@s… De una manera ajena; lo sabemos, pero no lo queremos saber, no queremos mirarnos a nosotr@s mism@s y hacernos responsables de una verdad a la que nos enfrentamos cada fin de semana, cada fiesta, incluso cada dia encendiéndote un porro.

Hemos caído y estamos en su trampa… en su jaula; cuando apaguemos el porro y el humo se disperse podremos visualizar con claridad las rejas que nos rodean. Pero la coherencia es dura…sobretodo para nosotros; que hem@s sido domesticad@s con drogas para hacernos vag@s y dispers@s… Acaso no lo habéis notado?…todos tenemos esa voluntad; pero se dispersa, se diluye…se apaga…una calada al porro y quedaremos felizmente desconectados de nosotr@s mism@s, de nuestros pensamientos, nuestra vida deja de ser nuestra… Estamos renunciando a lo que amamos. Y es nuestro enemigo el que nos lo esta facilitando.
Debido a la gran importancia que las drogas han adquirido dentro de la estrategia política y social de las oligarquías, se ha hecho fundamental el control de las principales rutas de tráfico de drogas, las mismas que conectan los centros de producción con los inmensos mercados occidentales. Por esto, muchos conflictos armados que se han presentado bajo un prisma equivocado respondían, en realidad, a las pretensiones por parte de las potencias económicas mundiales de hacerse con el control de dichas rutas, o de mantener la producción de estupefacientes en determinados países (como es el caso de Afganistán).

Se asume públicamente que la sociedad, o buena parte de ella, consume drogas y que ello no se puede ni evitar ni cambiar, por lo que la única posibilidad es intentar evitar que su consumo no genere importante malestar social ni conflictos que puedan hacer peligrar la estabilidad. No se combate, sino que únicamente se pretende gestionar sus consecuencias.

El sistema comprende que la naturaleza del tipo humano actual, el burgués, no quiere otra cosa más que estabilidad, seguridad y que nadie ponga en peligro su estrecha parcela de individualismo. Por esta razón se ponen en marcha proyectos orientados a enseñar a la gente, especialmente a las jóvenes, a cómo consumir drogas de manera que los efectos negativos sean lo menores posibles. Así surgen las narcosalas, los programas de prevención de riesgos, etc… Se busca minimizar daños, como: evitar que alguien se encuentre jeringuillas en un parque, altercados en lugares públicos y de ocio, delincuencia, etc…

Actualmente se confunde todo, se justifica todo y como siempre nos mienten a todos, nos desunen, nos venden conceptos de rebeldía “química” para que no existan cambios de pensamiento reales que lleven a cambios sociales reales. Pero que el sistema emplee una estrategia mas en su lucha por el control mundial e individual, no es de extrañar. Pero que nosotr@s que conocemos bien sus intenciones, que sabemos bien esa estrategia, que combatimos su represión y su control sobre nosotr@s; estamos inmers@s en la trampa de cabo a rabo. Las drogas rodean nuestro ámbito de una manera completamente exaltada y no es entendible…

Y mucho menos entendible es que sigamos en esta carrera cuando nuestros mas queridos amigos están descendiendo por pendientes peligrosas en las que la “realidad” que nos ofrecen las drogas sea por siempre su realidad. No es entendible que cuando alguien intente salir de la “jaula” deba dejar a sus compañeros detrás y no poder volver a estar con ellos sin correr el peligro de volver a verte encerrado. No es entendible que tengas que huir del entorno social al que te uniste en una lucha ; para poder seguir luchando.

Piensa en que es lo que deseas, porqué eso será para lo que servirá tu existencia.

Yo me drogo; y es tristemente posible que lo vuelva a hacer, porque soy victima de un enganche psicológico a ellas. Pero como rebelde, como anarquista me veo ahora en la contradicción de fumar un porro o rechazar el consumo de las drogas, y juntamente con ello a rechazar también la moral de esclav@s inducida por el hedonismo exacerbado.

Estamos hipotecando nuestro futuro, como individuos y como lucha. Vendemos nuestra libertad a cambio de efímeros momentos de placer artificial. Y estamos ya tan inmersos es esta jaula; que los jóvenes que queden por venir tendrán muchas posibilidades de quedar en ella… y no continuaran nada de nada. Y no habrá sido el estado que nos haya encerrado, ni tiroteado, ni detenido, ni perseguido, ni criminalizado. Habremos sido nosotros mismos los que habremos elegido seguir siendo esclavos.

Desde Galicia con amor y rabia

[Textos] Violencia antagonista: Aproximaciones a la vía armada en entornos urbanos desde la perspectiva anarquista

La violencia es justificable solo cuando es necesaria para defenderse a uno mismo o a los demás de la violencia […] El esclavo siempre está en un estado de legítima defensa, así que su violencia contra su patrón, contra el opresor, está siempre moralmente justificada y tiene que ser regulada sólo con el criterio de su utilidad y de la economía del esfuerzo humano y de los sufrimientos humanos.”

Enrico Malatesta, «Umanità Nova»

25 de agosto de 1921

Antes de comenzar –por una cuestión de principios–, consideramos necesario emitir un posicionamiento; una suerte de “declaración”, donde quede sentado nuestro compromiso con las luchas antagonistas, con la guerra antisistémica. Por lo que vale reafirmar, que en el tema de la “vía armada”–a propósito del título de esta charla–, no somos ni podemos ser neutrales porque tampoco es neutral la “Historia oficial” ni lo son los medios de alienación masiva. No existe la pretendida “objetividad histórica” ni la “objetividad periodística”. Es un mito de la dominación. La “Historia oficial” es, invariablemente, la manipulación de los hechos a favor de los vencedores, el acomodo de la realidad a beneficio del Poder, sin importar quién esté en el poder.

En el caso particular de la lucha anarquista, la distorsión de los medios masivos de alienación y de los historiadores es una constante. Es realmente inmaterial si se trata de historiadores conservadores y de derecha o de historiadores izquierdistas y “progresistas”, la resultante es la misma: la distorsión premeditada, el manoseo de los hechos y el reduccionismo. En una palabra: mentiras. Eso es lo que se produce de manera “neutral” y “objetiva” en torno al anarquismo. Por eso no debe sorprendernos que el accionar anarquista de nuestros días sea abordado desde la misma óptica con que se trató en el pasado. Es la obra premeditada con claros fines propagandísticos, que aspira a presentar al anarquismo como una “ideología”, en el sentido de Gobel, es decir, como falsa consciencia, como distorsión de la realidad y corrupción de la verdad. Reduciendo la teoría y la práctica ácrata a la arquitectura futurista y a la ensoñación utópica, ya sea a través de la “violencia irracional” o de la mano de la “no violencia” baladí, es decir, mediante esa dicotomía irreal –prefabricada desde el Poder– que presenta las ideas y la práctica anarquista como “nihilismo inocuo” y/o “pacifismo estéril”; cuando en realidad ninguna de las dos etiquetas corresponden a la ética ácrata. Lo que no quiere decir que no existan admiradores del anarquismo ubicados en ambas categorías y hasta “presuntos” anarquistas que se identifiquen con esas posiciones completamente ajenas al anarquismo. Mismas que hemos señalado en repetidas ocasiones como desviaciones, producto de la constate intoxicación liberal y marxiana. Por tal razón, aquí evitaremos las ambigüedades intentando tomar partido por lo que entendemos justo y necesario: la violencia antagonista. Eso no significa que no seamos críticos con nuestros errores –históricos y presentes– Precisamente, entendemos la crítica como un arma imprescindible, como componente ineludible de la lucha. Por eso nuestro hincapié en el impostergable balance que haga “corte” histórico y contextualice la teoría y la práctica anárquica. Asignatura pendiente desde la derrota del anarcosindicalismo en el Estado español en 1939.

Para nosotros, la crítica que no aterriza en propuesta concreta no es una crítica antagonista. Con esta afirmación, no nos encuadramos en la lógica positivista y, mucho menos, nos alineamos con la retórica del “activista revolucionario” con su típico ¡hay que hacer algo! Tan emparentado con aquél ¿Qué hacer? que en la práctica se traduce en el acostumbrado “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”. Muy al contrario, nos posicionamos en el contexto de la crítica contribuyendo con nuestros modestos aportes a la crítica armada libertaria. Por eso, cuando afirmamos que la crítica que no aterriza en propuesta concreta no es una crítica antagonista, ansiamos conjugar teoría y práctica. Tratamos de instalarnos en la praxis –echando mano de la jerga marxiana a propósito de intoxicaciones. Sin dudas, la crítica continúa siendo insustituible a la hora de abrir brecha en la senda antisistémica. Pero no sólo nos referimos a la evaluación crítica del pasado. La crítica a nuestra cotidianidad combativa, al día a día de la conflictividad, también es imprescindible. Lo que le otorga peso específico a la crítica armada son las enseñanzas concretas que ésta nos aporta. Aprender de la crítica armada es la vía para no repetir errores, es el vehículo que alimenta el proyecto antagonista, es la ruta que nos permitirá el desarrollo de la consciencia refractaria mediante la transformación de la apatía en rabia antagonista. Sólo así, concretaremos la autogestión de las luchas y la insurrección generalizada.

Alcanzada esta tesitura, iniciemos, entonces, con nuestra defensa consecuente de la vía armada, de la violencia antagonista, de la acción directa, como medio efectivo de lucha. Como señaláramos anteriormente, la “no-violencia” estéril –esa militancia inocua del pacifismo idílico–, no sólo es ajena al anarquismo sino que no corresponde con nuestros principios generales. Esta postura proviene de la intoxicación cristiana, en primer término, y de cierto liberalismo “radical” que le apuesta a la ideología ciudadana, a esa masa amorfa súbdita del Estado que reclama un nivel más elevado de interlocución con papá Estado. Nos referimos a eso que los ideólogos del liberalismo denominan “sociedad civil”. Desde luego, esta intoxicación ha alcanzado –particularmente en las décadas del 70 y 80– proporciones de “tendencia” al interior de nuestras tiendas, al confundir conceptos completamente diferentes e identificando “pacifismo” con “antibelicismo” y “antimilitarismo”. Los anarquistas, por principio, somos “antimilitaristas” y, consecuentemente, somos “antibelicistas”. O sea, nos oponemos abiertamente y con todas nuestras fuerzas, a la institución militar, identificándola junto a las diferentes corporaciones policiacas, como los agentes represivos del sistema de dominación. Y, lógicamente, somos “antibelicistas” porque nos oponemos a la guerra. No a la guerra antisistémica sino a las guerras del capital, a las guerras inter Estados, sean estas entre potencias o entre los Estados desarrollados del centro contra la Estados periféricos, o las que se suscitan entre los Estados periféricos, por cuestiones fronterizas, por el control de los “recursos naturales” o por puro chauvinismo.

Entonces –retomando el discurso de la “vía armada”–, decíamos que defendemos la “vía armada”. Defendemos su efectividad como vehículo necesario para combatir la dominación y lo hacemos desde nuestros fundamentos éticos, es decir, desde la ética de la libertad y la crítica radical del poder. Lo que no equivale –insistiendo en los planteamientos anteriores– como acostumbran etiquetarnos los poderosos de todos los colores, a una apología a la violencia “irracional”, expresión con la que suelen calificar los hechos violentos “inexplicables” desde la falsa dicotomía “inseguridad-seguridad”, “violencia-no violencia”, tan en boga en estos días de imposición a ultranza de la ideología ciudadana.

Aquí –con el afán de evitar distorsiones–, habría que subrayar que los anarquistas luchamos por la eliminación de la violencia. Es decir, luchamos contra la fuerza bruta presente en las relaciones sociales. Luchamos contra la violencia sistémica, o lo que es igual, luchamos por la erradicación de la violencia capitalista y del terrorismo de Estado. Lógicamente, la única manera de combatir la violencia sistémica es recurriendo a la violencia antagonista.

Con esto, intentamos dejar en claro que nuestra crítica no es a la armas en sí, nuestra crítica es al culto que se le hace a las armas desde la perspectiva de ciertos grupos armados. Por tal motivo, nuestra discusión no se centra en el empleo de las armas sino lo que se pretende alcanzar mediante su utilización. Las armas no son el problema sino quién las porta y para qué las usa. De igual forma, nuestra crítica se enfoca en el tipo de organización armada. O sea, establece la diferencia entre la organización de estructura partidista de vanguardia y por ende, autoritaria-dirigente y, la configuración informal, horizontal y autónoma, por lo tanto antiautoritaria. Claro está, el tema no se limita a una cuestión de formas. En esta discusión subyace un problema de fondo. Es una cuestión de principios, es un dilema ético. Es la cuestión entre medios y fin. Esa contradicción que, lógicamente, queda saldada por los grupos autoritarios al justificar la “necesidad” de cualquier medio para alcanzar el fin. Mismo que, por regla general, es la toma del poder del Estado o la imposición de un Orden ya sea ideológico o religioso (perdón por la redundancia).

Para nosotros, el tema es mucho más complejo porque se trata de una lucha antiautoritaria. Nosotros no luchamos por tomar el poder del Estado ni por imponer un orden ideológico y/o religioso. Nosotros luchamos por la liberación total, luchamos contra todo lo que nos domina. Nuestra lucha es radical, es decir, vamos a la raíz de los males: la dominación, el poder. Por eso hacemos marcado hincapié en que el fin no es otro que no sea la destrucción del sistema de dominación.Planteamos la destrucción total de todo el complejo entramado de la dominación contemporánea. No luchamos por “otro capitalismo posible, como pregona el izquierdismo del nuevo milenio, retomando las viejas tesis leninistas del fin del “comunismo de guerra” y la implementación de la NED, con las que diera inicio el capitalismo de Estado en la extinta URSS. Tampoco luchamos por la imposición del Estado “proletario” o la “dictadura del proletariado”, eufemismos con los que se hace referencia a la dictadura de partido único, generalmente encabezada por una suerte de mesías omnipresente que de forma absolutista ejerce su mandato de “gran timonel”. Verdaderos regímenes autoritarios que en la práctica han demostrado ser un gigantesco retroceso para las luchas emancipadoras.

Sin dudas, todo este cuestionamiento ético, siempre ha impedido alianzas “tácticas” y ha limitado nuestra coordinación con otros agrupamientos políticos, con los que nos hemos visto obligados a “acompañarnos” en muy breves recorridos, en calidad de “compañeros de viaje”. Pero –insisto– han sido “viajes” muy cortos y, por lo general, en “vehículos” diferentes. Naturalmente, esto ha traído consigo la condena de estos grupos políticos que regularmente nos acusan de “sectarismo” al estar imposibilitados para comprender esta postura inmutable del anarquismo. Y es normal que caigan en ese “razonamiento” desde sus posiciones oportunistas. No puede ser de otra manera al perseguir fines diferentes, en primer lugar y, en segundo término, al tener principios éticos definitivamente opuestos. No olvidemos, en el caso de las guerrillas urbanas que proliferaron en la década del setenta y ochenta en Europa occidental, como muchas de ellas, por ejemplo, en Alemania, la Fracción del Ejército Rojo (RAF, por sus siglas en alemán) y las Revolutionäre Zellen (Células Revolucionarias), operaron con apoyo de la Stassi –la policía secreta de la RDA– y de la KGB rusa y hasta llegaron a actuar como mercenarios bajo las órdenes de Saddam Hussein y de Al-Fatah. Evidenciando lo que planteábamos en torno a las diferencias éticas y las incompatibilidades en el tema de los medios y los fines. Indudablemente para estas agrupaciones leninistas no había contradicción en colaborar y coordinarse con los esbirros de la policía secreta alemana y rusa. Desde su perspectiva, encaminada a la toma del poder del Estado, todas estas agencias represivas eran aliados “tácticos”. Con esa visión bipolar de la “confrontación” Este-Oeste y el enfrentamiento ideológico entre el “imperialismo yankee” y el “modelo ruso”, todo se reducía al esquema simplista de “buenos” y “malos”, donde los “buenos” eran el imperialismo ruso y sus Estados satélites con sus cuerpos represivos al servicio del “Comunismo”. Esa lógica todavía persiste y la corroboramos con las acostumbradas excepciones que se hacen con los denominados “gobiernos progresistas”, haciendo la falsa diferencia entre Estados “buenos” y “malos” y, por lo tanto, silenciando los atropellos cometidos por estos “gobiernos progresistas” y justificándolos con la retórica anti-imperialista, las concepciones maquiavélicas de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” y la apuesta socialdemócrata por “el mal menor”

Retomando el tema que nos ocupa. Como bien señala Txema Bofill, ex integrante de los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista (GARI), el gran mérito de los grupos de acción armada radica en no tragarse el viejo cuento del sistema de dominación que afirma que «No se puede hacer nada contra el Estado, y menos desde una minoría rebelde». Efectivamente, los grupos de acción antagonista no creen en la invulnerabilidad del sistema de dominación El enemigo contra el que se lucha está frente a nosotros, en nuestras narices. En este mismo instante planea las condiciones de dominación de hoy, de mañana y de pasado mañana, que le permitirán continuar ostentando el poder o, en este preciso momento, está diseñando los nuevos modelos represivos que le permitirán perfeccionar la dominación cuando tome el poder, cuando detente el poder del Estado. Sin dudas, esa es la mayor diferencia que tenemos los anarquistas con el resto de los grupos políticos que muchas veces también optan por la vía armada. Nuestra lucha no es por la toma del poder del Estado sino por la destrucción total del Estado, no es por la implementación de “otro capitalismo posible” sino por la destrucción del Capital. Por eso identificamos en la lucha contra el poder institucional un poder instituyente que engendra en su seno los mismos males que combatimos y que, por ende, tendremos que continuar combatiendo una vez que queden instituidos por muy “revolucionarios” que se digan y pese a la verborrea –con pretensiones libertarias– de sus discursos.

Y bueno, después de este intento por destrabar esos nudos teórico-prácticos donde radican las diferencias éticas en torno a la violencia antagonista, vale comenzarnos a adentrar en el tema de la “vía armada en entornos urbanos”. Para empezar, habría que destacar que el origen de la denominada “guerrilla urbana” –muy a pesar de muchos de los que le han echado mano a lo largo de la historia–, es ciento por ciento anarquista, como concepto, como modelo organizativo y como estrategia de lucha. Hay que subrayar que el primer manual donde se teoriza en torno a la guerrilla urbana, fue elaborado en 1964 y publicado en 1965, por el anarquista Abraham Guillén, durante su exilio en Uruguay, con el título “Estrategia de la guerrilla urbana” –cuatro años antes de que Carlos Marighella, escribiera el “Minimanual del guerrillero urbano”, inspirado en los trabajos de Guillén. En ese mismo año, publicaría “Teoría de la violencia”.

También habría que recordar que los más remotos balbuceos de la “guerrilla urbana” se remontan a esa redundancia que se denomina “anarquismo ilegalista” y que hemos abordado en otras ocasiones. Con este término despectivo, se marcaban las diferencias entre la práctica anarquista y un pretendido “anarquismo” legalista, concretamente inmovilista e ideológicamente platónico, que le apostaba –y apuesta– a la evolución humana. Fueron los anarquistas “ilegalistas” del siglo XIX, quienes en su incansable y consecuente accionar contra la dominación, construyeron las bases para el desarrollo de la denominada “guerrilla urbana”. Entre los principios básicos de estos compañeros destacan la “acción directa” y la “autonomía”, es decir, la actuación sin intermediarios ni jerarquías y la absoluta libertad e independencia de los grupos e individuos. Desde esta perspectiva, se desarrollaron métodos de actuación consecuentes con tales principios éticos, atendiendo de manera puntual la correspondencia entre medios y fines. Entre estos métodos se reconocen tanto la “propaganda por el hecho”, las “represalias” (o atentados contra representantes y personeros de la dominación) y la “expropiación”. La mayoría de las veces, estas acciones se interrelacionaban y eran y son –porque los anarquistas también existimos en el siglo XXI– complementarias. Además, casi siempre estas acciones se realizaban (y realizan) por los mismos grupos de afinidad, aunque no necesariamente todos los grupos incurren en todas las practicas. A veces hay grupos más dedicados a la expropiación o a la propagando por los hechos o a los atentados. Sin embargo –ahondando un poco más en la interacción de estos métodos de lucha–, hay grupos de afinidad y/o individuos que, aunque se dediquen únicamente a las actividades expropiatorias, se solidarizan con los grupos de acción armada mediante la donación del producto de sus expropiaciones, destinadas a la compra de materias primas requeridas en la fabricación de explosivos o para la adquisición de municiones, etc.

Tendríamos que insistir, además, que este accionar no quedó suscrito al siglo XIX sino que continuó como modus operandi a lo largo del siglo XX y continúa como práctica anarquista en el siglo XXI. La profusión de grupos armados anarquistas tuvo su cenit en los albores del siglo XX en Europa, Estados Unidos y a lo largo y ancho de América Latina, destacando Argentina, Chile, Cuba, Uruguay y México, por la recurrencia a las “represalias”, la propaganda por los hechos y las expropiaciones, en entornos urbanos. A finales del siglo XIX. las grandes urbes se habían convertido en el centro natural del desarrollo capitalista, concentrando las industrias, la banca, así como las diferentes instituciones del poder. En su fauces.se incrementaban las contradicciones entre la opulenta burguesía y los obreros explotados y oprimidos, lo que ofrecía un conjunto de condiciones que facilitaban el enfrentamiento social. Esto permitió el desarrollo de estructuras antagonistas conformadas por pequeñas células de acción nucleadas en base a la afinidad entre compañeros. Los pequeños núcleos, de entre cinco y diez compañeros, a su vez, se coordinaban de manera informal con otros grupos de afinidad a la hora de realizar acciones conjuntas, alcanzado cierta fuerza irregular sin sacrificar su autonomía. Tal accionar les otorgaba movilidad y les permitía asegurar un máximo de efectividad con un mínimo de riesgos, como señalaran recientemente los grupos anarquistas insurreccionalistas y ecoanarquistas de México, en un pronunciamiento conjunto. Lo que imposibilita una represión “eficaz” por parte de la dominación. Esta manera de actuar y organizarse serviría de paradigma a la Federación Anarquista Ibérica. Agrupación que precipitara las condiciones que concluyeron en los intentos de Revolución Social durante la instauración de la segunda República en el Estado español.

La derrota del anarcosindicalismo en 1939, daría paso nuevamente a la puesta en práctica de la estrategia de la guerrilla urbana contra la dictadura militar nacionalista. Los anarquistas en el Estado español enfrentarían al franquismo, organizando las primeras guerrillas urbanas en Madrid, Barcelona, Málaga, Granada, Valencia y Zaragoza. Durante casi dos décadas, desde 1939 a 1957, los núcleos de la guerrilla urbana anarquista mantendrían en jaque a la dictadura franquista. En Cataluña destacarían las células coordinadas por Quico Sabaté, y José Luís Facerías. En Málaga, Córdova e incluso Madrid, daría batalla el grupo anarquista de Antonio Raya, quienes se habían refugiado en la Sierra pero operaban en las ciudades utilizando los más impredecibles disfraces llegando incluso a pasar por militares y curas en repetidas ocasiones. En Granada, el grupo de los hermanos Quero, destacaría por la espectacularidad de sus acciones. El cese del hostigamiento a la dictadura franquista y la pronunciada disminución del accionar revolucionario anarquista, no sólo sería la consecuencia lógica de la represión fascista sino también sería producto de las obscenas negociaciones de los “anarco”-sindicalistas de la CNT de Madrid con los Sindicatos Verticales, lo que aunado al inmovilismo de la CNT en el exilio –que, paradójicamente, se encontraba en manos de representantes de la FAI– , provocaría una fuerte división interna desatando una lucha fraccional que acarrearía la profunda decadencia del Movimiento Libertario Español.

A comienzos de la década del 60, una nueva generación de anarquistas residentes en el Estado español y en el exilio, sustituirían a los caídos, continuando con la estrategia de la guerrilla urbana, desarrollando la lucha clandestina y poniendo punto final al inmovilismo de la CNT y la FAI en el exilio y al cobarde entreguismo del “cenetismo” madrileño. En julio de 1965 la FIJL , lanzaría un comunicado donde se afirma:«Consideramos que los objetivos supremos de la “oposición tolerada”, secundada por la “oposición clásica”, limitados a la simple petición de “LIBERTAD SINDICAL” y “DERECHO DE HUELGA”, deben ser desbordados por una exigencia más general, más concreta, más urgente y más positiva: LA LIBERTAD DE TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS». Los jóvenes libertarios, consecuentes con sus principios, se pronunciarían por la “autonomía de los grupos de acción” y daban por definitiva «la ruptura de contactos con el sector inmovilista representado por el Secretariado intercontinental de la CNT», convencidos que el inmovilismo era un «fenómeno inseparable de la existencia legal de las organizaciones libertarias».

El 30 de abril de 1966, la prensa italiana daría cuenta de la «misteriosa desaparición de monseñor Marcos Ussía, consejero eclesiástico de la embajada española ante el Vaticano». El primero de mayo, Luis A. Edo, reivindicaría el secuestro del cura-diplomático por un grupo anarquista que exigía a cambio la liberación de los presos políticos recluidos en las cárceles franquistas. El 3 de mayo, sería publicada en el periódico Avanti, un comunicado firmado por el Grupo Primero de Mayo (Sacco y Vanzetti), donde se lee: «Somos un grupo de anarquistas españoles que nos hemos visto obligados a utilizar esta forma de acción para que el embajador de España ante la Santa Sede envíe una petición al papa, para que éste a su vez, solicite públicamente al gobierno del general Franco, la libertad de todos los demócratas españoles (obreros, intelectuales y jóvenes estudiantes, condenados a diferentes penas en las cárceles franquistas […]» Con esta acción del Grupo Primero de Mayo, los anarquistas reanudarían el accionar antagonista en el Estado español, bajo el signo de la solidaridad directa con los compañeros presos. Según Telesforo Tajuelo, más allá de las diferencias teóricas, esta insistencia en la solidaridad sería, años más tarde, el punto de identificación y conexión entre el Grupo Primero de Mayo y los GARI.

El Grupo Primero de Mayo, desde sus inicios, abogó por la coordinación entre los grupos de acción antiautoritaria alrededor del mundo, haciendo énfasis en la autonomía de los grupos antagonistas. De tal forma, el 20 de agosto de 1967, haría su presentación pública el Movimiento de Solidaridad Revolucionaria Internacional (MSRI), donde el Grupo Primero de Mayo era uno de sus componentes más activos. Ese día, sería ametrallada la embajada norteamericana en Londres, acción reivindicada por el MSRI. El 12 de noviembre de 1967, ocho embajadas y 2 oficinas gubernamentales fueron totalmente destruidas por potentes artefactos dinamiteros, en una acción coordinada en diferentes ciudades de Europa. Los 10 atentados con bombas fueron reivindicados por el MSRI. En Bonn, Alemania, fueron atacadas las embajadas de Grecia, España y Bolivia; en Roma, Italia, la embajada de Venezuela; en La Haya, Holanda, las embajadas de Estados Unidos, Grecia y España, en Madrid, Estado español, la embajada norteamericana, en Milán, Italia y Ginebra, Suiza, las correspondientes oficinas de turismo del gobierno español.

Para finales de 1967, el Movimiento 22 de Marzo, emite en París una serie de consideraciones estableciendo las bases teóricas que diferencian el accionar antiautoritario del “foquismo” que se imponía como moda entre los grupos izquierdistas, aclarando que: «Es imperativo abandonar la teoría de la “vanguardia dirigente” y adoptar la concepción –mucho más honesta– de minoría actuante, que desempeña una función de fermento permanente, promoviendo la acción sin pretender dirigirla. La fuerza de nuestro movimiento radica, justamente, en que se apoya en una espontaneidad “incontrolable,” que impulsa, sin pretender canalizarla, sin pretender utilizar en beneficio propio la acción que ha puesto en marcha ». De estas premisas tomarían puntual nota el MSRI y las configuraciones posteriores: el Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), los GARI y, en la década del 80, los Comandos Autónomos Anticapitalistas.

En los primeros días de abril de 1968, en vísperas del arrasador “mayo francés”, el Grupo Primero de Mayo, envió un documento a todos los grupos anarquistas, intitulado “Para una práctica anarquista internacional” donde señala la existencia de un «statu quo» impuesto por los Estados que se pretendían “irreconciliables” (Estados Unidos, China y URSS) que contaban con un amplio espectro de países súbditos conformando circuitos satelitales, por lo que a partir de este hecho, los anarquistas debían no sólo reafirmar su consecuente antiestatismo sino, además, asumir una actitud de rebelión, de conflictividad permanente, de la mano de la crítica al autoritarismo.

Con estas proposiciones, florecerían incontables grupos de acción antiautoritaria en contextos urbanos, no sólo en Europa sino también en Estados Unidos y América Latina. Destacando en Alemania el Consejo Central de los Rebeldes Nómadas del Hachís, agrupación que año y medio después del asesinato de un estudiante a manos de la policía, durante las protestas por la visita del Sha en 1967, se radicalizará, conformando junto a otros colectivos antiautoritarios, el Movimiento 2 de Junio (M2J), la “guerrilla anarquista” más terminante de Alemania Federal. En Gran Bretaña, entraría en escena por esas fechas la popular Angry Brigade (Brigada de la Cólera). Esta agrupación armada anarquista mantendría el hostigamiento al sistema de dominación por casi una década, realizando acciones antagonistas desde 1969 a 1984. Sería mundialmente conocida, en 1972 con el juicio a 8 de sus integrantes en la Audiencia Nacional. Estos aguerridos anarquistas no sólo obtuvieron largas sentencias por parte del enemigo sino también la condena de la denominada izquierda amplia. El repudio a esta estructura libertaria no se limitaba a los círculos de la típica oposición tolerada, incluso desde el llamado “anarquismo organizado”, es decir, desde los membretes y las siglas legales, se les condenaba por “terroristas”, “aventureros” e “individualistas”.

Esta visión populista que condena a priori la acción de las minorías conscientes, apostándole a la evolución “revolucionaria” de los grandes rebaños, en lugar de comprender la función de “fermento permanente” que desempeña la minoría actuante en el desarrollo de la consciencia antiautoritaria, aún persiste en ciertos sectores anarquistas. Los problemas que enfrentaron la Brigada de la Cólera, fueron los mismos que presentaron los grupos antagonistas actuantes en su época; sin importar mucho los posicionamientos teóricos. Todos los grupos que rechazaban los límites que impone el Estado y optaban por superar la legalidad, radicalizando las luchas, eran –y son– condenados por las organizaciones sociales extraparlamentarias, encasilladas en el legalismo, desde el denominado “movimiento obrero” –aún con vida por aquellos años– hasta el anarquismo legalista, pasando, desde luego, por los partidos comunistas. Naturalmente, este fenómeno se repetía en todas las latitudes sin establecer mayores diferencias entre leninistas y anarquistas. Quienes optaban por la vía armada, los que daban vida a la violencia antagonista, recibían la condena unánime de las organizaciones sociales y de la izquierda organizada en general.

En Estados Unidos, se repetía la historia, con grupos como The Weather Underground (Los Temperarios) y el Symbionese Liberation Army (SLA) o Ejército Simbiótico de Liberación. Estas agrupaciones armadas también fueron aisladas por las organizaciones sociales “revolucionarias” y condenadas por “provocadores” y “terroristas individualistas” que acarreaban la represión y por tanto, eran una amenaza para el crecimiento del “movimiento de masas” y la “organización militante”. En la compilación de la compañera Jean Weir, sobre La Brigada de la Cólera, están recogidas las declaraciones al respecto de Martin Sostre del ESL, quien afirma que la condena al ESL, por parte de la prensa de izquierda era idéntica a la de la clase dominante. Según Sostre «La prensa del movimiento de izquierda nos quiere hacer creer que para derrocar a la criminal clase dominante, simplemente tenemos que organizar movimientos de masas, manifestaciones de protesta y repetir consignas revolucionarias.»

La condena de las organizaciones sociales, de los sindicatos y de los partidos “comunistas”, quedaba argumentada en lo que denominaron el “Síndrome anarquista”. Efectivamente, al seguir al pié de la letra las sugerencias del Manual de Guillén, como hicieron incluso las guerrillas urbanas de signo “anti.-imperialista”, inscribían su actuación en la lógica anarquista, es decir, se centraban en el hostigamiento constante al sistema de dominación atacando a sus representantes más destacados y a sus fieles guardianes. Recurrían a la expropiación, a la falsificación de documentos, a la represalia, a la propaganda por los hechos, a la ejecución de policías, etc. Por lo que grupos como la RAF, las Brigadas Rojas, el ESL, incluso –aquí en México– la Liga Comunista 23 Septiembre, serían catalogados como grupos “anarquistas”, por los “expertos” en el tema.

De este lado del charco, por esos mismos años, destacaría en Uruguay la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales (OPR-33), brazo armado de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU) que se diera a conocer en 1966 como contrapeso al foquismo del Movimiento de Liberación Nacional –Tupamaros (MLN-T). Sin embargo, la contaminación leninista y las inclinaciones nacionalistas, no sólo provocarían la debacle de la FAU sino que con el tiempo darían paso a la formación de una estructura partidista de vanguardia: el Partido de la Victoria del Pueblo (PVP), como consecuencia lógica de su desviación bolchevique, para concluir en nuestros días como partido electorero. Algo similar, sucedería con la guerrilla urbana anarquista en Alemania. El legendario Movimiento 2 de Junio (M2J), terminaría sus días en 1980 con muchos de sus miembros sumándose a la Fracción del Ejército Rojo (RAF). Si bien es cierto que su presencia impuso un sello ligeramente libertario que llevaría a la RAF a un prolongado replanteo que concluyera en su autodisolución, la fusión con este grupo leninista cerró todas las posibilidades de reproducción de grupos armados anarquistas en Alemania.

Aunque es innegable, como señaláramos anteriormente, la etimología ácrata de la “guerrilla urbana”. En nuestros días, entre los grupos anarquistas de acción antagonista, se desarrolla un profundo debate en torno al concepto mismo de “guerrilla” y a la metodología que le es propia. En los últimos años de la década del 70 y comienzos de los 80 del pasado siglo, se registró un declive de la guerrilla urbana “clásica”, dando origen a un “nuevo tipo” de guerrilla urbana que se cuestiona hasta la pertenencia de esta estrategia de guerra irregular. El año de 1976 y sobre todo, la primavera del 77 italiana y los denominados “días de reflexión” de enero de 1978, marcaron la profundización de la crítica en torno al tema de la guerrilla. La irrupción de “Azione Rivoluzionaria” (A.R.) y de su estructura feminista: “Acción Revolucionaria-Autonomía Feminista” (ARAF), recontextualizaría en Italia el tema de la guerrilla urbana anarquista. Si bien estas estructuras reconocen en su “Primer documento teórico”, fechado en enero de 1978, que nacían con un ojo puesto en la experiencia de la RAF y el desarrollo de las luchas en Alemania Federal y, el otro, centrado en las particularidades del movimiento antiautoritario italiano que no encontraba identificación alguna con las diferentes vanguardias armadas que conducían la guerra de guerrillas por aquellos días.

Continúa en: http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/18754

http://centrodeinformacionanarquista.blogspot.com/

[Ressenya] Profundizando en el diván reichiano. La Vegetoterapia en la Psicoterapia Caracteroanalítica

Reseña del libro de Xavier Serrano,
“El problema no es qué podríamos o deberíamos hacer; el problema es cómo empezar a hacerlo”.
Wilhelm Reich.
¿Qué es el diván reichiano? Podríamos decir que es al mismo tiempo un lugar físico y una metáfora: el punto de encuentro entre lo individual y lo universal, el espacio privilegiado en el que se manifiesta la conexión biofísica entre el animal humano y la energía cósmica que Wilhelm Reich descubrió y a la que denominó Orgón, el lugar en el que se evidencian los efectos de poder de la máquina social sobre el individuo.
Pero el diván es también una trinchera desde la que combatir la enfermedad social en un doble sentido: por un lado ayudando a los que sufren, a romper la coraza creada por los mecanismos de dominación de la sociedad, y por otro, cambiando esa sociedad enferma gracias a las iniciativas de esas personas que recuperan su capacidad emocional, su lucidez y su conexión con el mundo que las rodea.
Por eso puedo decir que el libro de Xavier Serrano me gusta literalmente desde la primera palabra hasta la última.
En efecto, el libro se abre con la palabra “Profundizando”, y desde mi punto de vista no hay mejor forma de abrir la puerta a un libro que describe una estrategia –rotunda donde las haya- de acción sobre el mundo que con un gerundio. Y es que, frente al discurso vacío de los infinitivos y la idea de algo terminado que trasmiten los participios, el gerundio simboliza lo que se está viviendo, construyendo, sintiendo, comunicando… y en este caso, la búsqueda en las profundidades.
Por otro lado, el libro se cierra con la palabra “biopsicosocial”, que no es sino otra forma de decir “holístico”. Y esa es precisamente la idea fundamental que recorre todo el texto y me atrevo a decir que incluso todo el trabajo de Xavier Serrano: la idea de globalidad, de estructuración, de sinergia.
Desde esta doble perspectiva voy a describir mi lectura de este manual de descenso a los infiernos.

Continúa llegint la ressenya en aquest enllaç.

Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 2011 [1].
Jesús García Blanca
keffet@gmail.com

[Inglaterra] Declaracion de un grupo FAI / Seccion UK

Lluvia y fuego

Este texto se ha escrito durante el auge de la guerra social europea, y nuestros intentos de posicionarnos dentro de su contexto, asi es dentro de el fascismo creciente, la complicidad de gran parte de la sociedad y un “movimiento” anti-capitalista dividido y fragmentado. Estas breves páginas no pueden expresar la complejidad de las diversas situaciones en modo profundo, pero nosotros escribimos para que otros rebeldes puedan entender cómo es para nosotros desde aquí. Mientras estabamos haciendo los últimos retoques al texto, las ciudades en inglaterra han explotado y se han mantenido inestables. Sin embargo, este no es un análisis de los enfrentamientos – este es un texto desde el interior de las condiciones sociales que han dado origen a la insurrección.

Este texto ha sido escrito colectivamente por diferentes personas de nuestra red después de un período de discusión, planificación y ataque. Hasta ahora hemos sido breves en nuestros comunicados, pero creemos que es tiempo de escribir algo más largo.

“¿Por qué escribimos?” Porque sabemos lo importante que era para nosotros escuchar pegar en las paredes de otros renegados en otras celdas, y porque también queremos llegar a la gente que no conocemos, más allá de las realidades que hemos vivido, creado, abandonado, o a las que todavía nos unen. Como revolucionarios, somos muy críticos de estas realidades y de nosotros mismos, y escribimos porque sólo, como individuos, nos esforzamos por ser “mejores” de cuanto lo somos, también queremos que este mundo sea mejor de lo que es. Estamos abiertos a los errores de nuestras opiniones y queremos superar nuestras expectativas, tal como son. Además tratamos de comunicarse con personas fuera de nuestras circulos, y tratamos de detener la tendencia auto-referencial que es endemica en muchas formas de comunicación. Al final, tenemos que aceptar que este texto ha sido escrito por desconocidos y que donde quiera que lo si lea y a cualquiera que llege, habrá aquellos que entenderan aquello que está escrito aquí – y esto es para ellos.

Ya no hay ninguna declaración segura que puede hacerse acerca de este mundo que cambia, que coge siempre más y más fuego, todos los días.

En la actualidad, el Reino Unido es un parque infantil vigilado, cubierto de cámaras de vigilancia, control de vehículos, casas idénticas, zonas post-industriales y de intrincados caminos y ferrocarriles.Virtualmente no hay más vida silvestre, los poderosos y los ricos controlan “el campo”, así como, o más las ciudades, y hay poca libertad fuera del mainstream, a menos que no se tomen – lo mismo como en otros lugares. La prisión de la vida diaria es asi de total aquí que la única opción que queda es su completa destrucción.

Damos la bienvenida a la nueva llamada de la Conspiración de las Células del Fuego / Federación Anarquista Informal para una estructura anarquista informal mundial basada sobre la solidaridad revolucionaria y la acción directa: el Frente Revolucionario Internacional. A medida que continuamos desarrollando nuestro plan de organización revolucionaria, afirmamos que la “red” global informal o la “federación” de los grupos revolucionarios existentes que están en desarrollo, fomentando y participando en la lucha incontrolable contra el Estado y de Capital, mientras se organizan y se desarrollan las propias iniciativas de ataque: este es nuestro señal de cooperación.

Ha Habido un significativo aumento de los ataques contra las prisiones, las financias, la policía y la comunicación en el Reino Unido, pero la verdad evidente es que estos ataques son pocos en relación con la tarea que hay que tener, y el nivel de confrontación con el enemigo se encuentra todavía en las primeras etapas de su desarrollo.

En los últimos dos años hemos iniciado un nuevo proyecto de coordinación revolucionaria. Es nuestra manera de empezar algo nuevo. Algo que no desaparecera como las palabras arrojadas al viento. Somos algunos de aquellos que piensan que la posibilidad de una consciente, coherente revolución social que implique una masa crítica de la población total del Reino Unido es francamente remota. Sin embargo, creemos – y hemos visto – que el caos social generalizado y la insurgencia social es inevitable, y de esto, nuevas y mejores formas de los valores humanos pueden surgir.

Si reflexionamos sobre la experiencia de la vida humana – tanto individual como colectiva – tal vez entendamos la sabiduría que a veces causa una ruptura total hasta que las cosas cambien. Obviamente, algunas personas tienen miedo del cambio, de lo desconocido. La la gente se arrastra miserablemente en todo tipo de condiciones disfuncionales por años – relaciones, trabajos, ciudades, etc – en vez de afrontar el cambio necesario y radical de esas condiciones en un futuro que aún no pueden imaginar. Y visto que la sociedad se compone de individuos humanos, entonces la sociedad no es diferente. La gente disfruta de los espectáculos ofrecidos – TV, consumo, cultura de masas, drogas, subcultura, acciones, concentraciones, remedios espirituales, todo … para no tener que confrontarse con el vacío esencial de la vida cotidiana. Estamos viviendo en el interior de una cultura donde el uso sistemático de los antidepresivos, por ejemplo – como Aldous Huxley habia previsto en Brave New World – mantienen a la gente lejos de cambiar aquello que les hace infelices y lo hacen aceptar. Cuando los individuos en una sociedad estan luchando solo para levantarse por la mañana porque el sistema los explota cada minuto, estas personas no tienen la energía para rebelarse contra el sistema. Están ya capturados entre sus garras. Nisiquiera los han reconocido. La totalidad de esta sociedad tecno-industrial los esclaviza en esquemas de repetición, dañando ellos y a otros, oprimidos fuera y reprimidos dentro. La distinción fundamental entre la carcel dentro y fuera ya no parece esistir en algun modo: la vida cotidiana vusca de someternos en todos los aspectos a un regimen de control y a una rutina.

En las entradas de los supermercados y de los centros comerciales,en los pubs y en los bares, lugares de trabajo y en las estaciones de transporte, muchas veces, aquellos que la democracia del consumo ha comprado con el capital robado a aquellos menos afortunados. Regularmente, estamos en presencia de prisioneros disponibles, de una sociedad enferma, de un acaparar reaccionario de los medios de subsistencia – los explotados contra los explotados. La gente ha hecho un pacto estúpido y ha cedido su propia salud, inteligencia, curiosidad, solidaridad, autoridad personal, y la tierra y todo lo que vive y crece en ella, a cambio de la tecnología mas nueva, fast food, coches rápidos o las redes sociales.

Si bien la realidad de hoy nos muestra una intensificación del conflicto social con algunas características prometedoras, no nos vemos ya resistir entre una potencial masa revolucionaria. Parecemos resistir de rodillas en el cadáver hinchado de una civilización agonizante.

Alrededor de siete mil millones de personas en el mundo están sometidas a un sistema de genocidio y tiranía que se ha insinuado como una máquina vital. La civilización da la impresión de que su destrucción significaría el fin de toda la vida, sin embargo, una extinción esta ya sucediendo y, si continuara, tendrá exactamente el mismo resultado, acompañado por la casi total victoria para el sistema capitalista militar techno industrial y el poder económico que lo sustenta.

La catastrofe ambiental ruge entre los continentes sangrado, tsunamis, la desertificación extensa, y los bosques diezmados. Los modernos Estados-nación totalitarios y sus grupos imperialistas como el G8, el G20, la OTAN y así sucesivamente, están sujetas al sistema asesino terrorista capitalista así como su versión del futuro. Un futuro donde todo y todos es un bien valorado y registrado en un mundo mecánico, sin ninguna posibilidad de salvajismo y de libertad. Un mundo de control perfecto y domesticación. Un mundo imposible. Un mundo que cada saludable ser humano y criatura salvaje ya combate – desde cualquier zona sin distinción de raza, religión, o especie.

Estamos en medio de un colapso ecológico sin precedentes. Varias tendencias en las comunidades científicas y políticas han pasado varios años discutiendo si el calentamiento global es o no el resultado de la conducta humana, citando desastres naturales y muertos en masa en la prehistória. Estos argumentos ahora son irrelevantes. Es cierto que la grotesca extinción de especies, la pérdida de hábitats, luz / ruido y la contaminación del aire / tierra / océano son un resultado directo de la actitud humana y de la avaricia económica. Durante décadas, este cambio era una posibilidad, ahora ya es demasiado tarde.

Estamos observando nuestra especie, que se contamina en modo suicida y que destruye su propio hábitat y de todas las otras especies sobre el planeta: una población creciente que da prioridad a sí mismo y al propio estilo de vida fortalecido y previsto sobre cualquier otra consideración, viviendo en completa desarmonía con el mundo natural y destruyendo el frágil ecosistema del cual dependemos.

El ambiente construido en el que vivimos no son adecuados incluso para los seres humanos. La tierra que antes cubrian los bosques, soportando un amplia gama de especies, se hace cada vez más cubierta de cemento. Cada trozo disponible de “desierto” viene desvendido para el desarrollo. La civilización es genocidio, homicidio, ecocidio y suicidio. Desde la pobreza, el abuso y la infelicidad domestica, al riesgo de conducción temeraria con el peligro de golpear a algien para llegar pocos minutos antes a casa, a las regulares limpiezas étnicas y al robo total del medio ambiente a cambio de dinero y control através de los recursos naturales para explotar.
Este es un sistema violento, y millones están muriendo mientras hablamos, aquí y en todas partes: de obesidad y malnutrición, accidentes de carretera, enfermedades profesionales, guerra, el abuso de sustancias, depresión y soledad. Mientras tanto, los cómodos preparan sus cuchillos y tenedores delante de la televisión; con sus vacias, conversaciones sin sentido que se pierden en un silencioso vacío.

Estas sociedades modernas han llegado a decir que los sueños y los deseos son dictados y predeterminados desde el nacimiento (ética de trabajo, conformes a los roles, competicion, separación, celos, deferencia de clases y social hacia la autoridad, la familia nuclear, la domesticación); tan profundamente que es difícil incluso saber cómo nuestras vidas se vería sin restricciones cuando los proyectos del Estado y del capital son finalmente rechazada en masa.

En Gran Bretaña, hay una gran dosis de odio de clase todos los días, pero hasta el 07 de agosto 2011, cuando estallaron los disturbios en Londres y luego se difunden en el país, no habia habido casi ninguna manifestación de esta rabia contra el sistema capitalista o del gobierno.

Hay un tímido terror entre la gente de aqui que entra hasta en los huesos, y aunque si hay el deseo de destruir y atacar, también hay un profundo miedo que paraliza. Una censura con consenso existe, entre casi todas las capas y estructuras de la sociedad, que previene tambien la posibilidad de expresar y manifestar el disenso sin que esto sea permitido dentro de los parámetros. En una asi avanzada sociedad vigilada, cuando el riesgo de ser capturados tambien por escribir palabras rebeldes en la pared se ve tan grande, es fácil caer en el miedo y imaginar que es un hecho que tu puedas ser detenido. La tecnología de vigilancia es amplia y se adentra en el profundo – si tu les permetes de hacerlo. Es por eso que amamos al “lumpen salvaje” que políticos y policías desprecian, aquellos que han perdido el propio miedo de crecer en un estado policial – porque esto es la Gran Bretaña, un estado policial.

Y como cualquier estado de policia, que existe sólo a causa del grande consenso a someterse por parte de la sociedad. ¿Quién ha dejado que el terreno social se cubriese de vigilancia tecnológica?;¿Quien se ha convertido en los ojos y oídos del Estado?;¿Quien ha dirigido a sus hijos hacia las autoridades?;¿Quién ha visto a los inmigrantes musulmanes ser vilipendiado, y no ha hecho nada?;¿Quién ha dejado que la policía participe en todos los aspectos de la “comunidad”?;¿quien ha aceptado su impotencia y se ha tragado el anzuelo de las mentiras de los medios de comunicación, permitiendo a los políticos de manipularlos y a los banqueros robar?. Han sido los “ciudadanos” mismos.

La masa reaccionaria de gente de aquí esta perdida en ilusiones cómodas, vendidas por las luces del consumismo. Han eliminado de la mente toda la realidad actual de opresión o explotación. Por supuesto, sienten profundamente la miseria de su vida cotidiana, pero aqui hacen la elección de los patrones, culpar a los inmigrantes, los pobres y los marginados, miestras se divierten con los deportes, la lotería, el espectáculo de rivalidad y competencia de los medios de televisión. Beneficiando y perpetuando un sistema de violencia global, tenemos poco más que desprecio por los residuos que estas personas hacen de sus vidas.

Al mismo tiempo, aumenta el precio de los alimentos, sube el precio de la gasolina, caen los salarios, prestaciones y pensiones se cortan, se hacen despidos masivos (algunos trabajadores son cogidos en su antiguo puesto de trabajo, pero sólo a un salario más bajo). No habrá mas herencia. No habrá más seguridad, incluso para las familias nucleares que creían en el sueño del imperio decaido, podriendose en casas por debajo de la media rodeados de degradación y malestar. Vemos que el sistema tecno-capitalista junta a las personas con la “necesidad” de los ordenadores, teléfonos móviles, coches, tv, por qué dejar de lado estas cosas significa el aislamiento social y cultural y no opiáceos para enterrar la alienación, miseria y desesperación. No hay nada más que una estela de estilos de vida prometidos a una elite. La mayoría vive en la deuda, y / o al día; los privilegiados viven en sus reservas, y muy pocos viven de los demás, disfrutando el presente y asegurandose el futuro.

Nosotros actuamos en contra del Estado y los símbolos del Estado por diferentes razones. Y por supuesto, uno de ellos es el deseo de salir de nuestros pequeños circulos. Esperamos que estos ataques se pondrán en armonía con los demás y se extenderán, y de hecho lo hacen.

No somos tan estúpidos como para pensar que nuestros ataques – por cuanto seán dignos los objetivos – ,solos van a derribar este sistema. Entendemos que hay otros factores sociales que se necesitan. Sabemos que el proceso de planificación y ejecución de los ataques cambia nuestras inmediatas relaciones sociales y nuestra relación con nuestro ser y poder personal, de manera que gradualmente nuestras acciones se harán más fuertes, salvajes y difícil de ignorar. Este proceso cambia tambien la atmósfera general, creando un ambiente donde el más se hace posible por que es menos imposible. Hemos contribuido al entero conjunto de actividades antisistema, de las cuales los repetidos ataques de grupos más pequeños y más grandes en el último año contra las infraestructuras, bancos y instituciones penitenciarias.

Con todos los miles de millones de personas que viven en el mundo, nunca habrá un momento donde un particular acto contra el Estado y el Capital sera percibido por todos, o incluso por la mayoría como apropiado, “bueno”, o deseable. Nuestros pequeños grupos de afinidad – de dos, tres o más personas autoorganizadas en una estructura informal mas grande -, actúan simplemente de acuerdo a su propia ira, análisis, decisiones y riesgos. Fingir ser otro respecto a quien somos es inútil, deshonesto y peca de integridad, un comportamiento que puede solo lentamente destruirnos a nosotros y a cualquier proyecto colectivo que deriva de este.

Dando publicidad a nuestros ataques, esperamos inspirar a luchadores desconocidos y de diseminar estos métodos de manera que sean reproducibles por otros. Es por esto que siempre estámos seguros de comunicarnos con ellos a través de los medios de comunicación independientes, mientras hay un apagón de los medios de comunicación para informar sobre reivindicaciones de sabotajes y la voluntad de cubrir las actividades subversivas en este país, prefiriendo, como pasa, historias centradas en las personalidades y sobre las actuales estructuras políticas, aparentemente designadas a no cambiar. Es importante para nosotros que queremos luchar y tirar el Capital conocer que otros están atacando al enemigo con el fin de desmantelar cualquier sensación de aislamiento y impotencia. Es vital organizarse, comunicar y coordinar los ataques.

Estamos muy orgullosos de las relaciones que hemos construido juntos como individuos a través de nuestro proyecto de destrucción, asi como lo somos por cada una de nuestras acciones, incluso aquellas que no han cumplido con nuestras expectativas.Cada uno de nosotros es un individuo que cree que la base fundamental de un estilo de vida fuerte y sano esta hecho por los propios individuos, sus decisiones, opciones y valores que van hacia la libertad y la responsabilidad.

Nuestro proyecto es acelerar la destrucción de la sociedad. Como revolucionarios, somos una minoría – pero que no diga que somos pocos -. No hacemos predicciones sobre cómo la sociedad se reformara después de la destruccion, aunque, por supuesto, como anarquistas, hay algunas cosas básicas que queremos que cambien. Y esos sueños coinciden con aquellos de los revolucionarios atraves de la historia humana, y de hecho ya se están realizando en todo el mundo.

Estamos cansados de riflexiones, declaraciones y opiniones – y incluso de este analisis – sobre la situación de esta sociedad. Tenemos sólo que atacar y destruir – esto significa utilizar la violencia revolucionaria, en nuestros corazones y en nuestras manos, hasta que nuestra libertad sera permanente. Este continuado proyecto de ataque esta finalizado tambien para romper nuestros miedos y aumentar la tensión que existe, para darla una expresión. Para entender que en un estado policial y en una sociedad vigilada donde el miedo y la parálisis son condiciones de todos los días, es aún posible rebelarse y atacar, para derrotar a aquellos que se han metido en posiciones de poder que se basan en la obediencia de la multitud.

Estamos en un momento historico emocionante, tambien si parece al mismo tiempo como uno de los más deprimentes. A medida que la base material de la vida de las personas está sujeta a un creciente fragilidad y la sensacion de inseguridad cotidiana y desigualdad crece día a día, los resultados son del todo imprevisibles (como hemos visto aquí en agosto con el estallido de la revuelta y su propagación) y esto pasa por que tambien pequeñas acciones pueden tener los efectos más imprevisibles.

Queremos ayudar a abrir nuevas posibilidades. En una cultura y forma de vida altamente simbólico, abstracta y post-moderna, y en una situación donde incluso el trabajo ahora mismo consiste en proporcionar servicios y informaciones, parece no tener fin los objetivos de atacar – nuestras mismas acciones son una exploración. De aquello que conviene atacar y qué cosa no.

Corporation y objetivos del gobierno están siendo atacados en todo el mundo con coordinadas y costantes acciones directas. Tierras y propiedades son ocupadas a expensas de los especuladores y los poseedores de de la tierra. Los animales son liberados, los laboratorios de biociencias se queman. Los campos transgénicos son destruidos y los empresarios intimididós. Bancos y tribunales vienen hechos saltar, jueces golpeados y apuñalados. La policía y sus estaciones vienen atacadas con molotov, palos, dinamita y armas de fuego. Suministro de energía se interrumpen, se atacan la infraestructura de televisión, cables Internet y torres de los telefonos móviles son saboteados. Supermercados y tiendas son robados y sus productos distribuidos. Las personas hacen huelgas, bloquea la economía y ocupa sus puestos de esclavitud asalariada: el “trabajo” desaparece en la insurrección generalizada.

Prisioneros rebeldes que se enfrentan a sus guardias, algunos escapan o son liberados por sus compatriotas al “exterior”. Comunicados de solidaridad revolucionaria internacional circulan entre los grupos antiautoritarios, anticapitalistas y anarquistas de la nueva guerrilla urbana, objetivos vienen discutidos, se intercambian ideas, se prueban métodos, tácticas definidas y palabras de alegría armada y amor vienen dichas. Un aparato economico y tecnologico tentacular de control social se fragmenta en fragmentación y bloqueo.

Un mensaje para todos aquellos que aún no han comenzado a librar la batalla pero ven la lucha que asoma en el horizonte: Prepáraos, porque hay un conflicto salvaje para el futuro de nuestro cambiamento en el mundo. Y este planeta es nuestro. Nuestro, como las calles de las ciudades donde hacemos nuestras barricadas. Nuestro, como las casas, ángulos y bares, donde encontramos nuestros amigos y cómplices. Nuestro, como la piedra que lanzamos y los fuegos que encendemos. Nuestro, como el infinito sueño anarquista que escribe a si mismo en la existencia.

Este es un nuevo periodo de guerra urbana internacional a baja intensidad, y nuestro proyecto de insurgencia se ha forjado con los numerosos intentos por parte de tantos grupos combatientes autónomos y independientes, que desarrollan nuevas líneas de ataque y coordinación, mientras mantienen el carácter individualista de los propios principios y objetivos.

No es suficiente hacer podrir nuestros sueños con la incontinencia de la pasividad. El futuro es vuestro con todos los sueños que quereis realizar, y todo rechazo que quereis concretizar. Que seais encerrados en la cárcel, por la calle, o preso en la familia o en el trabajo, cada momento de vuestra vida depende de vuestra capacidad de actuar y rebelaros contra todos y cual quier cosa trate de poner la autoridad por encima de vosotros,vosotros sois el futuro y el mundo es vuestro.

Consideramos nuestra red una sección de la Federación Anarquista Informal / Frente de Liberación de la Tierra / Frente Revolucionario Internacional

Enviamos nuestras solidaridad y nuestro respeto a todos aquellos que están luchando contra el sistema en el mundo y aquí en el Reino Unido. Nuestro amor y compromiso con la libertad de todos los compañeros en la cárcel y todos los presos con dignidad que se rebelan.

Federacion Anarquista Informal Internacional / FAI

Traducción extraida de BarcelonaIndymedia.

Reflexiones sobre los hechos acaecidos durante los ultimos meses en el estado e$pañol

Análisis sobre los hechos acaecidos en el estado español en las últimas semanas:

Con la muerte de nuestra compañera Patricia Heras muchxs de sus compañerxs, amigxs y afines , decidieron dar una respuesta al sistema explotador llevando a cabo innumerables sabotajes, cortes de calle y acciones. Esto hizo aumentar la combatividad de lxs revolucionarixs que desde el 29-S se llevaba viendo, la cual dicha combatividad es ya una larga tradición en ciudades como Karcelona. Tras esto y ante la coyuntura de gran crisis económica y recortes, en el 1 de mayo, lxs compañerxs más combativxs que conocemos junto a la gran masa de manifestantes, dieron una contundente respuesta en la zona alta de Karcelona, rompiendo la tranquilidad (fruto de la desigualdad y segregación) de muchas familias elitistas y los bienes de estas, así como sucursales, coches de lujo y sedes del capitalismo. La clase precaria demostró que estaba viva y que sin ningún miedo demostraría su enfado en los barrios de jefazxs, politicxs, futbolistas profesionales, etc.
Después de la criminalización en los medios, de detenidxs y de represión llegó un verano en la que los montajes policiales estaban a la última. Con el auge del movimiento 15-m y la cobertura mediática que se le dio, se intentó criminalizar nuestra lucha, tildándola de violenta, cuando la verdadera violencia es la violencia cuotidiana que el sistema nos impone día tras día, lo que ellxs llaman no violencia y pacifismo no es otra cosa que monopolio de la violencia por el estado, lo que ellxs llaman paz, es monopolio de la represión por el estado. Después del verano y de una alagama de sensaciones, el estado ha reprimido con fuerza la lucha libertaria y antiautoritaria, después de los dolorosos casos de Patricia y sus compañerxs, el sistema capitalista vuelve a atacar a nuestrxs compañerxs, condenando a Tamara a 8 años y deteniendo a un compañero en Madrid (esperamos más informaciones sobre este caso) a la par que escuchábamos y leíamos la represión en el Estado $hileno y en Grecia. Pero una vez más y como no sería sorpresa, la solidaridad vuelve a ser el arma. Se han llevado a cabo numerosas acciones desde la fecha en la que conocimos la condena de nuestra compañera Tamara. Tras su juicio y la concentración que hubo, se hicieron varias acciones en Sevilla: http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/430128/index.php

Así como en Karcelona: http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/430217/index.php

Valencia: http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/430401/index.php

Valles occidental: http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/430383/index.php

Y en otros puntos de Karcelona: http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/430421/index.php

Esto no se acaba aquí ni mucho menos. Tenemos todo por ganar y nada por perder. ¡Lucha tu también!

Lucha subversiva.

Extraido de BarcelonaIndymedia.

Ocupación y abusos en Haití… y Uruguay.

Compañeros/as, personas con un poco de sensible mirada, inteligencia y sinceridad: es tiempo de redoblar nuestros esfuerzos en la denuncia y la acción antimilitarista para que las tropas de ocupación salgan de Haití. A la vez denunciar su implicancia en nuestras vidas. En estos tiempos infames en donde los mercenarios de verde y gris mantienen violentas ocupaciones en nombre de paz y de seguridad por todo el mundo, tenemos cada uno en lo que pueda y según sus fuerzas que atacar la escoria que defiende y sustenta tanta porquería.

Si bien una medusa no muere porque uno de sus tentáculos sea cortado, el herirla nos da fuerzas para matarla por fin. Y por fin acabar el militarismo, sustento del capital y su división del mundo. Hace mucho unas consignas aunaban la lucha anticapitalista con la denuncia y la acción sobre los atropellos de los que hacían mandados a los capitalistas robando los recursos de las personas. Esas consignas decían: “si el Estado lleva guerra a algún lugar, hay que traer la guerra a casa”, si los soldados estatales están allá matando y abusando de la gente, nuestra responsabilidad es que defendamos, que seamos parte de la resistencia.
Como anarquistas nos alejamos de la práctica de la lástima o el uso sensacionalista que de los hechos se pueden hacer, pero es claro que nos inundan de bronca los últimos abusos de los mercenarios del Estado, sus defensores y los que quieren disimular siempre las cosas hablando de hechos aislados. Es, puede ser aislada la violación (aunque se ha repetido ya infinidad de veces y es un correlato de toda ocupación militar) pero no pueden ocultar el hecho de la dominación descarada e infame por la fuerza del pueblo haitiano, imposición de un orden jerárquico, preparación para el buen transcurrir del capitalismo dándole las garantías por la fuerza a nuevos políticos para convertirse en la casta del orden Democrático.
Potenciemos nuestros actos resistiendo a tanta mierda organizada, démosle caricias de libertad a este mundo del autoritarismo del policía bueno y el malo al cual juegan los Estados y los capitalistas. No tenemos que estar o conocer a un haitiano para sentirnos ultrajados nosotros también y devolverles nuestra bronca y rabia a su militar cara. Creemos, tenemos que continuar la denuncia siempre constante a la ocupación de las tropas de mercenarios del Estado uruguayo porque además es parte de la ocupación que todos sufrimos acá por las mismas fuerzas que intentan negarnos las tierras y la libertad. Personalmente trabajé un día en una obra (en la construcción) con un imbécil, que contaba con gracia como cambiaban a haitianos (él había sido ocupante de verde) galletitas por ropa “de marca” que algunos tenían porque las ONG les daban. El milico se burlaba de esos negros sin comida a los que cagaban recibiendo de ellos Nikes nuevos. Esa cabecita es la misma cabecita de los que mantienen el negocio de la pasta en nuestros barrios, las razzias a los más pobres y el cinismo político que tenemos que soportar día a día.
Las ocupaciones, la violencia de los Estados, así como los bombardeos a pueblos enteros son parte de su lógica de explotación y reparto mundial. Hay que seguir y por supuesto reproducir y acrecentar la resistencia al orden capitalista. Todos los medios que nuestras conciencias y valores reclaman son nuestra muestra inequívoca de solidaridad. Estén seguros que pelear acá es pelear allá. A la dominación la contrarresta la autonomía y la fuerza de nuestra libertad, de nuestra acción. Combatamos al capital, sus mercenarios y el negocio que han hecho de la vida.
Frente a la violencia de los Estados y el capital, nuestra más fuerte y decidida resistencia.
¡Nuestro antimilitarismo surge de nuestra más decidida libertad, ni dios ni amo, ni nacionalismos ni Estados y frente a su mundo de esclavos, acción directa!
Círculo anárquico Villa Española – Malvín Norte y afines.

periódico Anarquía

[TExtos] Ni evasión, ni escapismo, por una felicidad construida en libertad

Lo que hoy se practica bajo el nombre de fiesta es una de las opciones mayoritarias en esta sociedad para evadirse de una realidad aciaga y destruir, de paso, todo lo que pueda convertirnos en personas libres. Para empezar, toda la fiesta está dirigida al consumo de drogas (legales o ilegales), sobre todo alcohol y cannabis, pero también cocaína, speed, anfetaminas, drogas de diseño, alucinógenos, etc. Siendo, por lo general, el alcohol y el cannabis las puertas de entrada hacia el policonsumo de otras sustancias. No hay más que probar a “ir de fiesta” sin tomar ningún tipo de droga, ni siquiera alcohol; la mayoría de las personas encontrarán que la denominada fiesta no es para nada divertida.
Al estar todo dirigido hacia el consumo de drogas, la persona se encuentra con una percepción alterada de la realidad, por lo tanto, su conciencia se ve alterada. Esto es importante en tanto en cuanto es una forma de control: si la realidad no me gusta, en lugar de afrontarla y hacerme consciente de cómo funciona el mundo que me rodea para transformarlo (lo cual resultaría doloroso), altero mi conciencia tomando sustancias que, por un lado me hacen sentir placer o eliminan el displacer y, por otro, me alejan de esa realidad que no me gusta. Así, se puede soportar de nuevo otra semana más de explotación laboral, de pedagogía autoritaria, de control social, etc. Por otro lado se convierte en una práctica totalmente individualista, que nos aleja de las demás personas. No hay más que ver lo que es una discoteca: una enorme sala en la cual la gente se apelotona, pero la música está a un volumen tal que no se puede hablar si no es gritando, por lo tanto, las relaciones se reducen a bailar en solitario, a pesar de estar rodeade de gente. Es decir, por un lado se altera la percepción de la realidad, y, por el otro, las capacidades relacionales. En este estado, difícilmente podrán las personas identificar los problemas de esta sociedad y trabajar colectivamente para construir una sociedad nueva; además, como hemos dicho anteriormente, tampoco lo necesitarían ya que escapan durante el fin de semana de la realidad, liberando así toda la tensión que les pueda producir un mundo que no gusta a nadie y pudiendo afrontar otros cinco días más de realidad institucionalizada.
Sin embargo, abogar por la desaparición de la diversión sería absurdo, ya que el ser humano necesita divertirse. Por otro lado, si la diversión concebida tal y como se concibe hoy, es un potente instrumento de adormecimiento de masas, sería interesante redefinir el concepto de diversión convirtiéndola en algo autoconstruido, consciente, agradable, relacional, creativo y activo. Y, llegando a este punto, creado un nuevo concepto de diversión basado en una actividad creativa y consciente, surge otra cuestión: ¿Dónde está la línea que delimita a estas actividades de las actividades que consideramos “trabajo”? ¿Qué es, para nosotres, el trabajo y qué es la diversión?
Actualmente vivimos en una dinámica social en la que estos conceptos están claramente separados: lo que se conoce como trabajo es esclavitud asalariada, algo alienante, duro, sacrificado y muy poco gratificante; en contraposición a este concepto de “trabajo = esclavitud” aparece el concepto del “ocio” como tranquilidad, evasión y distensión, para poder, precisamente, continuar soportando lo insoportable. Sin embargo, ¿corresponde esta noción capitalista de “trabajo” al sentido que cobra el trabajo en el ámbito libre y consciente propio de una lucha libertaria? ¿o incluso al sentido que cobraría en una sociedad verdaderamente libre?
Nosotres, contraries a la alienación del individue, que luchamos y abogamos por la capacidad de auto-gobernarnos en el día a día, entendemos el trabajo como una actividad creativa y gratificante: a lo que se denomina trabajo nosotres lo llamamos esclavitud. Es este nuevo concepto de trabajo lo que realizamos en nuestra lucha del día a día. Un trabajo que, si bien conlleva momentos de mucho esfuerzo, agotadores y no exentos de frustración (en manifestaciones y piquetes, en toda lucha que emprendemos para combatir situaciones opresivas, injustas y totalmente indeseadas), también aporta momentos constructivos, edificantes y gratificantes (en cada acto que culmina con éxito, en cada jornada de encuentro que realizamos en la que compartimos nuestros conocimientos, nuestros intereses, nuestras inquietudes y nuestros posibles proyectos, etc.). En un entorno así, en el que el trabajo ya no es un antónimo obligado de la felicidad, ¿qué espacio merece ocupar el ocio, y la evasión?
Como anarquistas, consideramos la lucha por la libertad como parte de nuestra esencia, de nuestra propia vida. No la relegamos a un “hobby ocasional” con el que desahogarnos después del trabajo, ni tampoco la categorizamos como un “trabajo necesario, pero duro y fatigoso” del que necesitemos desconectar con jornadas intensivas de ocio despolitizado que nos haga la vida más llevadera.
Nuestra lucha, nuestras ideas, son algo nuestro, algo auto-construido e intrínseco a nosotres, algo que nos enriquece y nos hace crecer como personas: no queremos evadirnos de ellas sino permitir que se hagan cada vez más fuertes y ganen terreno al Estado. Por ello, en contraposición al ocio despolitizado y vacío de contenido, abogamos por la necesidad de aumentar los espacios de lucha, de libertad y creatividad. Espacios ideologizados que nos permitan seguir creciendo individual y socialmente. Consideramos que la felicidad ha de residir en esa libertad conquistada día a día y no en la evasión.
Es por esto que no queremos crear ni promover la ilusión de un ocio falsamente alternativo que siga reproduciendo los mismos esquemas del ocio capitalista, que siga siendo la diversión por la diversión y que no tenga en la práctica pretensiones más allá de la evasión y el desahogo. No queremos crear espacios de alienación y consumo que nos hagan más soportable la vida dentro de este sistema: queremos espacios de reflexión, conciencia y convivenciales que nos permitan avanzar en la lucha contra lo que nos oprime y por nuestra libertad y no nos cabe duda de que es en este marco de solidaridad, de creación y de conquista de nuestras libertades en el que encontramos y disfrutamos realmente de una verdadera felicidad, una solidaridad y una lucha que no consideramos en absoluto agotadora, sino liberadora y esperanzadora y de la que, por tanto, no queremos ni necesitamos evasión ni descanso.
Porque no necesitamos ocio cuando convertimos nuestra vida en algo creativo y gratificante, cuando ganamos terreno a la esclavitud.
Grupo Anarquista Pirexia

Abriendo brecha. Reflexiones entorno al 15-M

Desde que el movimiento de las acampadas de Sol se descentralizó a los barrios y pueblos de Madrid, en las plazas se respira un aire distinto. Un aire que despide asamblearismo por los cuatro costados y le devuelve a la plaza su función olvidada de autogobierno. Un aire que, en un contexto de posible despertar de la conciencia colectiva y de crisis sistémica, nos traslada al “comicio”, al “concejo abierto” y al “ayuntamiento general”, que son algunos de los nombres que recibía la práctica de la democracia no-delegada en la península.

Esta primera ruptura con la apatía, este “embrión de consciencia”, supone un empoderamiento de los ciudadanos, además de un intento de resucitar los lazos sociales diluidos por el reino de la mercancía. Pero una vez disipado el entusiasmo de los primeros meses, toca hacer balance crítico y estar preparados para lo que venga. Teniendo muy presente que el sistema intentará cooptar, domesticar o reconducir la disidencia hacia su tradicional agenda política. No podemos renunciar a la estrategia, a desbordar los cauces de lo previsible para que, una vez hayamos recuperado las capacidades organizativas que teníamos atrofiadas, hacer uso de ellas golpeando donde duele.

Lo prioritario ahora es trazar de forma clara la línea divisoria entre el “nosotros” y el “ellos”. El corsé que representan los medios de comunicación y su intoxicación cotidiana, nos lo pone muy difícil. Cuando Malcom X dijo que nos harían amar al opresor y odiar al oprimido, no iba muy desencaminado. Ahora ser no-violento o pacifista es compatible con gritar: “policía únete” en las manifestaciones al día siguiente de que las cargas de los Mossos en Plaza Cataluña se saldaran con 121 heridos. Ahora un Estado que golpea a gente sentada mientras aniquila los derechos sociales por los que lucharon nuestros padres, se puede permitir el lujo de dar lecciones de moralidad y pedirnos que nos posicionemos frente a la violencia.

Estamos de acuerdo en que los medios de comunicación están al servicio de las élites, pero lo realmente peligroso es dejar que marquen el debate político y sus ritmos. El debate sobre la violencia, por ejemplo, es una agenda impuesta desde arriba, que no ha surgido de forma natural en las asambleas por la sencilla razón de que no es el momento de “elegir entre Islandia o Grecia”, ya que sabemos de qué fuentes bebe el respaldo social del que gozamos.

La ficción del malvado “antisistema”, que buscaría acabar con la protesta desde dentro, es otra tentativa desesperada de acabar con un movimiento heterogéneo y horizontal; un revival cutre del clásico “divide y vencerás” que busca marginar al sector revolucionario. ¿Porqué en vez de quedarse en la etiqueta facilona de “antisistema”, no se mojan y nos cuentan anti-qué sistema?

La crítica a los medios de comunicación no puede reducirse a una simple denuncia de las salidas de tono de tal o cual canal de televisión. Debe poner sobre la mesa la cuestión de la libertad de conciencia en un mundo que, reduciéndola a mercancía moldeable, la ha aniquilado. Pero sobre todo debe ponernos en guardia permanente para que seamos capaces de discernir entre sus intereses y los nuestros, los cuales además de distintos, son antagónicos. Es una cuestión estratégica en la que nos jugamos la autonomía de un movimiento que, con sus limitaciones y contradicciones, ha sido capaz de articular una propuesta de masas desde la democracia directa.

La insurrección de la subclase inglesa

Artículo publicado originalmente en The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 2 (Summer 2011)
Introducción: el significado del término “subclase”
El levantamiento espontáneo de la “subclase” británica fue, por supuesto, fácilmente aplastado por la enorme fuerza que el Estado acumuló contra ésta, ilustrando una vez más una de las principales lecciones de la historia: que los levantamientos espontáneos nunca pueden derrocar un sistema socio-económico (aunque sí su personal político) si no están respaldados por un movimiento político organizado con su propio proyecto antisistémico, su propia visión de la sociedad futura y una estrategia de transición para pasar de aquí a allí.
Sin embargo, es importante evaluar la importancia de esta insurrección –que no es la primera (véase, por ejemplo, las insurrecciones similares en Francia[1] y Grecia[2] hace un par de años) ni será, por supuesto, la última, como reconoce incluso una revista sistémica como Spiegel[3]- y, en el proceso, tratar de interpretar sus causas y efectos. De hecho, todas estas insurrecciones por parte de lo que podemos denominar la “subclase” representan, en mi opinión, la tardía reacción de las principales víctimas de la globalización neoliberal y particularmente de aquellas que aún no han sido integradas en esta, a pesar de los buenos esfuerzos de la izquierda reformista, o lo que yo denomino la “izquierda” degenerada[4].


Pero, primero, es necesario aclarar el significado de “subclase”, ya que aquí, obviamente, no es un término utilizado en el sentido peyorativo habitual de “pobres” o “Lumpen” (proletariado) –el significado que vemos tan a menudo en los diferentes análisis de los medios de comunicación sistémicos. En cambio, deberíamos entender por “subclase” las víctimas por excelencia de la globalización neoliberal, es decir, los desempleados y los marginados, aquellos que viven cerca del nivel de subsistencia y particularmente los jóvenes sin futuro: en una palabra, los sans culottes de hoy, que no pertenecen a ninguna de las clases sociales establecidas ya que no han sido integrados (aún) en el sistema social de la economía de mercado internacionalizada y su complemento político, la “democracia” representativa –a diferencia de la clase trabajadora, por ejemplo, que ha sido integrada en éste en diversos grados. Así pues, la subclase es muy peligrosa para las élites, no porque pueda derrocar el sistema sino porque les fuerza a contraatacar inevitablemente para aplastar sus frecuentes insurrecciones, revelando así la verdadera naturaleza de lo que se hace pasar por “democracia” hoy en día –un sistema político basado en última instancia en la violencia física para reproducir la violencia económica sobre la que está fundado. Además, la reacción de las élites podría llevar a otros grupos sociales que actualmente sólo están parcialmente integrados en el sistema (personas con ingresos bajos, trabajadores temporales o a tiempo parcial, etc.) a participar en las insurrecciones del futuro y/o –aún peor para las élites- a organizarse “desde abajo” con el objetivo de trascender los sindicatos y partidos controlados por el sistema y crear un movimiento antisistémico.

Las insurrecciones del futuro, si están motivadas por un proyecto antisistémico como el proyecto de la Democracia Inclusiva, podrían a su vez establecer las condiciones para una sociedad futura con una distribución igualitaria de todas las formas de poder, es decir, sin relaciones o estructuras de poder –la causa última de cada aspecto de la crisis multidimensional actual [5].
La “criminalidad” de los insurrectos frente a la criminalidad real de las élites
La insurrección de la subclase británica fue considerada por todo el establishment británico y sus seguidores –la clase burguesa y, particularmente, la pequeña burguesía- como un caso de “pura criminalidad”. En otras palabras, los verdaderos criminales de las élites políticas, económicas y culturales han condenado las víctimas de su propia criminalidad y han estado pidiendo y tomando el peor tipo de venganza contra ellas por rebelarse contra un sistema que ha estado destruyendo sus vidas desde el día en que nacieron. Por supuesto, esto no es sorprendente considerando que, a lo largo de la historia, las élites dirigentes y los grupos sociales privilegiados han etiquetado las personas que se han rebelado contra ellas como criminales, desde las revoluciones francesa y rusa hasta las guerras civiles española y griega. Así:
  • todo el sistema político británico, es decir, los criminales de guerra del Partido Laborista que no vacilaron en destruir al pueblo iraquí[6], entre otros, o los correspondientes criminales del Partido Conservador, que de manera similar fueron entusiastas en destruir al pueblo libio[7] –siendo el objetivo, en ambos casos, integrar completamente los respectivos países ricos en petróleo en la economía de mercado internacionalizada- desempeñaron un papel primordial en crear una histeria tremenda contra la subclase, presumiblemente porque ¡deberían haber estado contentos con su suerte! Esto, a pesar del hecho de que, bajo la actual parodia de democracia llamada “democracia” representativa, la subclase no tiene ningún modo efectivo de expresar su descontento, dado que los dos partidos principales que se suceden el uno al otro en el poder implementan exactamente el mismo tipo de políticas (con variaciones mínimas), es decir, aquellas que la globalización neoliberal requiere;
  • los verdaderos criminales económicos (banqueros, financieros, etc.) que crearon la crisis financiera de 2007-08, así como la recesión actual[8] bajo la cual los Estados intervinieron para salvar la banca privada a expensas del gasto social y los restos de los estados de bienestar (mientras los beneficios de las élites económicas y las primas de los banqueros y demás han seguido incrementándose), ahora se vuelven contra los ladrones de poca monta que han estado robando para satisfacer las necesidades que el propio sistema ha creado. Los actuales “Misérables” son llamados “criminales” y consecuentemente son condenados a largas penas de prisión por parte de un sistema económico que no da a cada ciudadano los medios para satisfacer las necesidades que crea sino que, en cambio, privilegia unos y condena otros a una vida de mera supervivencia y anomia, no por culpa suya o de sus padres;
  • los medios de comunicación de masas sistémicos (que ya han sido conquistados por enormes conglomerados financieros[9]), cuyo papel en promover las guerras criminales de las élites políticas y la necesidad de medidas de “austeridad” que golpean duramente los grupos de bajos ingresos –supuestamente para “salvar la economía”- es bien conocido. No es de extrañar que hoy todos los medios de comunicación sistémicos promuevan de forma masiva el argumento de que las insurrecciones representan “pura criminalidad”, mientras que sus verdaderas causas sistémicas ni siquiera se mencionan e incluso los medios más liberales sólo remarcan las consecuencias de la globalización neoliberal (¡en términos de recortes en el gasto social o en efectivos policiales!) y nunca la propia globalización neoliberal!
Así que no hay sorpresas, aunque la despreciable posición del Partido Laborista muestra hasta que punto este partido ex-socialdemócrata se ha desplazado hacia el social-fascismo[10]. No es sorprendente que incluso un periódico liberal como el Independent necesitara recalcar en un artículo principal que:
Menos predecible, quizás, fue la casi-unanimidad que se puso en escena en el Parlamento el jueves, donde los parlamentarios de todos los partidos compitieron para identificar un malestar que deriva, según ellos, de una destructiva laxitud moral que domina Gran Bretaña. Desde los padres, a la educación y a la policía, un consenso entre partidos pidió disciplina, dureza y el restablecimiento y imposición de límites.[11]
Sin embargo, lo que fue aún más sorprendente fue la postura de “neutralidad”, si no de “tolerancia”, que mostraron los sindicatos y la clase trabajadora en general hacia esta posición del Partido Laborista y la tendencia relacionada de la sociedad británica hacia el pleno totalitarismo, el cuál es promovido por el establishment británico. Particularmente cuando este establishment, no contento con los arrestos masivos de miles de miembros de la subclase que participaron en la insurrección y la esperada imposición de las penas de prisión más duras posibles a la mayoría de ellos por parte del sistema de justicia burgués (creando la necesidad de aún más prisiones para alojarlos y siguiendo así fielmente el ejemplo de Estados Unidos, la nación con la tasa de encarcelamientos más alta en del mundo[12]), han procedido ahora a imponer castigos sociales, además de los duros castigos ya impuestos, que incluyen la privación del derecho de las familias de los insurgentes a la vivienda social, dejándolas sin hogar una vez más![13] ¡Claramente, “Les Misérables” del siglo XVIII se está repitiendo con venganza a comienzos del siglo XXI![14]
El movimiento “de las plazas” y el retorno de las insurrecciones tradicionales con venganza
A pesar de todo, la insurrección de la “subclase” inglesa también ha revelado un hecho de gran importancia en cuánto a la resistencia a la globalización neoliberal capitalista. En los últimos seis meses aproximadamente, la “izquierda” degenerada ha estado promoviendo sistemáticamente la concepción desorientadora de que manifestaciones pacíficas como las de los indignados en España o los aganaktismenoi en Grecia [15] representan un nuevo amanecer del radicalismo social que incluso podría conducir al derrocamiento de la globalización neoliberal, similar al derrocamiento de los regímenes tunecino y egipcio.
Sin embargo, ésta es una visión de los hechos totalmente distorsionada, diseñada para justificar la integración, inicialmente, de los pueblos tunecino y egipcio en el nuevo orden mundial de la globalización neoliberal y la “democracia” representativa[16] a través de su “liberación” de los regímenes tiránicos y, actualmente, la similar integración de los pueblos español y griego a través del esfuerzo sistemático de la “izquierda” para desactivar la granada que representa el desempleo masivo y la pobreza que conlleva su integración en el nuevo orden mundial. Claramente, el movimiento de las plazas en el marco de la “primavera árabe” no tiene nada que ver con derrocar el sistema en sí mismo, ya que el enemigo principal de este movimiento fue sólo una versión tiránica del sistema y los pueblos de esos países todavía aspiran a la “democracia” representativa, dado que nunca la han experimentado realmente. En otras palabras, el derrocamiento de Mubarak y Ben Alí (con la ayuda decisiva de los ejércitos egipcio y tunecino que están completamente controlados por la élite internacional) fue exactamente posible porque los intereses de las élites extranjeras y locales coincidieron con los de los manifestantes en las plazas. Por otro lado, los pueblos de España y Grecia están directa o indirectamente contra la globalización neoliberal en sí misma, y por tanto cualquier intento de engañarlos reemplazando los pseudo-socialistas, Papandreou y Zapatero, por otros miembros del personal político del sistema está condenado al fracaso, dada la larga experiencia de “democracia” representativa que estos pueblos han tenido.
La insurrección de la subclase británica, sin embargo, ha mostrado claramente que los pueblos desesperados están recurriendo otra vez a formas de rebelión históricas. La razón de esto es que saben perfectamente que estos levantamientos nunca pueden ser ignorados por las élites, como sí pueden serlo las manifestaciones pacíficas en las plazas –que son alabadas por las élites y los medios de comunicación sistémicos y que ahora incluso incluyen la manifestación pacífica de la clase media israelí sionista “progresista” en el Boulevard Rothschild del centro de Tel Aviv[17], ignorando (¡por supuesto!) incluso los derechos fundamentales, no sólo de los palestinos, sino también de los árabe-israelíes que constituyen el 20% de la población de Israel. Tal alabanza de las élites y sus medios por esas manifestaciones pacíficas no es sorprendente dado que, como vimos más arriba, los levantamientos son mucho más perjudiciales para ellas de lo que las manifestaciones pacíficas en las plazas podrán ser jamás.
¿Cómo puede ser derrocada la globalización neoliberal?
Es la violencia económica lo que empujó la subclase inglesa a la violencia física y al saqueo en la era de la globalización neoliberal, dado que su rabia, indirectamente si no directamente, tenía como objetivo la terrible desigualdad creada por la globalización capitalista. Una desigualdad que actualmente en Gran Bretaña ha asumido dimensiones victorianas, como mostró un informe reciente según el cuál la riqueza doméstica (incluyendo coches y otras posesiones) del 10% más rico de la población es ¡100 veces más alta que la riqueza del 10% más pobre![18] Los miembros de la subclase perciben correctamente –aunque a menudo inconscientemente- la naturaleza de la globalización neoliberal, que es resumida con precisión por Charles Moore, el editor de High Tory, antes Daily Telegraph, y biógrafo oficial de la baronesa Thatcher:[19]
Los ricos dirigen un sistema global que les permite acumular capital y pagar el precio más bajo posible por el trabajo. La libertad resultante sólo se aplica a ellos. La mayoría simplemente tiene que trabajar más duramente, en condiciones de inseguridad creciente, para enriquecer la minoría.
En otras palabras, la subclase se da cuenta implícitamente de que el derrocamiento de la globalización capitalista neoliberal no es una cuestión de derrocar a unos malvados conspiradores y sus catastróficas políticas que, supuestamente, reflejan simplemente algún “dogma” criminal basado en una nueva “estrategia” capitalista, sino que en realidad es una cuestión de derrocar el propio sistema de la economía de mercado, ¡cuyas dinámicas han conducido inevitablemente a la globalización actual! Así que la globalización neoliberal no es el resultado ni de una conspiración ni de algún dogma adoptado por economistas y políticos “malos”, como afirma engañosamente la izquierda reformista a través de canales como el best-seller de Naomi Klein[20], proponiendo una “teoría” de la conspiración sobre la globalización neoliberal, que es intensamente promovida por los medios de comunicación sistémicos y que (¡no por casualidad!) ganó el premio sistémico Warwick Prize for Writing (2008-09). En cambio, puede mostrarse que la globalización neoliberal es el resultado de las dinámicas de la economía de mercado capitalista, la cuál es ahora institucionalizada a escala global por la élite transnacional, ya sea “pacíficamente”, a través de las instituciones internacionales que controla (el FMI, el Banco Mundial, la UE, etc.), o a la fuerza (Iraq, Afganistán, Libia), con el objetivo obvio de integrar todos los países en la economía de mercado internacionalizada. Así pues, contrariamente a esas concepciones absolutamente ingenuas (si no también peligrosamente desorientadoras), como he tratado de mostrar en otras partes[21], la globalización es un fenómeno SISTÉMICO y sólo puede ser revertida mediante el derrocamiento de las instituciones en las que se fundamenta –particularmente los mercados abiertos y “liberalizados” de capital, trabajo, bienes y servicios (¡las “cuatro libertades”, como son eufemísticamente denominadas en el Tratado de Maastricht en el que se basa la UE!).
Esto, a su vez, sólo puede suceder cuando la economía de mercado capitalista sea reemplazada por un nuevo sistema de asignación de los recursos que no esté basado ni en la economía de mercado ni en la planificación central, las cuales están históricamente fracasadas. En cambio, debería basarse en una democracia económica, como parte de una democracia inclusiva en la cual las asambleas ciudadanas determinarían la asignación de recursos escasos de un modo que asegurara tanto la satisfacción de las necesidades básicas de todos los ciudadanos según la necesidad como la de sus necesidades no-básicas según el principio de libertad de elección[22].
La conclusión obvia es que el primer paso hacia dicha sociedad es la ruptura de los vínculos económicos de cada país con la economía de mercado internacional y la creación de las condiciones previas necesarias para una economía auto-dependiente (¡que no autárquica!) que dependería básicamente de los recursos económicos autóctonos para satisfacer las necesidades de su propio pueblo, mientras que participaría en relaciones bilaterales o multilaterales (en el seno de una unión económica de países con niveles de desarrollo económico similares) para satisfacer aquellas necesidades que no se pudieran cubrir localmente. Esto no es localismo, por supuesto, sino un nuevo internacionalismo genuino basado en los principios de solidaridad y autonomía colectiva, y no en el individualismo y la codicia por los beneficios, como en la actualidad[23]. Son las confederaciones de democracias inclusivas auto-dependientes las que podrían realmente derrocar el presente sistema catastrófico de globalización neoliberal y conducir a una nueva sociedad internacional basada en la autodeterminación, que conllevaría la desaparición de la explotación, la pobreza, el desempleo masivo o las guerras para imponer el poder de élites transnacionales o locales.
[1] T. Fotopoulos, “France: The revolt of the victims of neoliberal globalisation”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 2, No. 4, (November 2006).
[2] T. Fotopoulos, “A systemic crisis in Greece”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 5, No. 2, (Spring 2009)
[3] SPIEGEL ONLINE Staff, “Flash Points Across the Continent”, SPIEGEL, 12/08/2011.
[4] Ver la parte II de mi artículo largo sobre Libia, “The role of the degenerate ‘Left’”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No.1, (Winter-Spring 2011).
[5] T. Fotopoulos, Hacia una democracia inclusiva (1997); ver también La crisis multidimensional y la Democracia Inclusiva (2005).
[6] T. Fotopoulos, “Iraq: the new criminal “war” of the transnational elite”, Democracy & Nature, Vol.9, No. 2, (July 2003).
[7] T. Fotopoulos, “The pseudo-revolution in Libya and the Degenerate ‘Left’”, partes I y II, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 1 (Winter-Spring 2011)
[8] T. Fotopoulos, “The ‘new world order’ hype and the new version of social-liberalism”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 5, No. 2, (Spring 2009);
y “The myths about the economic crisis, the reformist Left and economic democracy,” The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 4, No. 4, (October 2008).
[9] T. Fotopoulos, “The conquest of speech by media conglomerates”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 4, No.2, (April 2008).
[10] T. Fotopoulos, “From Social-Democracy to Social-Fascism” The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 2, No. 4, (November 2006).
[11] Artículo principal “Liberalism has improved Britain – its defenders must speak up”, Independent, 11/8/2011.
[12] Ver The Sentencing Project, “U.S. PRISON POPULATIONS – TRENDS AND IMPLICATIONS “ (May 2003).
[13] Alistair Keely, “Councils set to evict rioters” y Kevin Rawlinson y Genevieve Roberts, “Mother of man arrested in riots is served with eviction notice”, Independent, 11/8/2011.
[14] Ver, por ejemplo, Matt Blake, “On the rap sheet: ‘looter’ who pocketed £1, and a suspect caught with an empty box”, Independent, 11/8/2011.
[15] T. Fotopoulos, “Greece: The myth of the revival of classical democracy in Athens”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 1, (April 2011).
[16] T. Fotopoulos, “The pseudo-revolution in Libya and the Degenerate ‘Left’”, partes I y II, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 1 (Winter-Spring 2011).
[17] Tobias Buck, “Israel’s middle-class revolt hits fresh peak”, Financial Times, 12/8/2011.
[18] National Equality Panel Report (John Hill’s Report), An Anatomy of Economic Inequality in the UK, (2010); ver también el informe de Amelia Gentleman “Unequal Britain: richest 10% are now 100 times better off than the poorest”, (Guardian, 27/1/2010).
[19] Citado por Stefan Stern (profesor professor of gestión práctica en Cass Business School, London), “Marx was right about change”,Independent, 16/8/2011.
[20] Naomi Klein, La Doctrina del Shock: El auge del capitalismo del desastre (2007) o ver, por ejemplo, Φώτη Τερζάκη, “Ο νεοφιλελευθερισμός ως έγκλημα κατά της ανθρωπότητας”, (Βιβλιοθήκη, “Ε”, 21/5/2011).
[21] T. Fotopoulos, “Globalisation, the reformist Left and the Anti-Globalisation ‘Movement’”, Democracy & Nature, Vol. 7, No. 2, (July 2001).
[22] T. Fotopoulos, Hacia una democracia inclusiva, capítulo 6, o La crisis multidimensional y la Democracia Inclusiva, capítulo 14.
[23] T. Fotopoulos, “The Latin-Americanization of Greece and the lessons for the European South”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 6, No. 2/3, (Spring-Summer 2010);
ver también “The transition to an Inclusive Democracy”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 6, No. 2/3, (Spring-Summer 2010) o “Estrategias de transición y el proyecto de la Democracia Inclusiva”, Democracy & Nature, Vol. 8, No. 1 (March 2002).
Publicado por GADI Catalunya