[Cortes de Baza | Granada] Estado de Sitio

El 15 de diciembre de 2006, valiéndose de un Real Decreto anterior que autorizaba “medidas administrativas excepcionales para la gestión de los recursos hidráulicos”, el Consejo de Ministros aprobó por vía de urgencia la construcción de una conducción de abastecimiento desde el embalse del Portillo hasta Baza: 25 kilómetros de tubería paralela al río Castril, 220 litros por segundo bombeados a una estación potabilizadora en las faldas del Cerro de Jabalcón para hacerla llegar a distintas localidades de la comarca. Después de dos siglos de proyectos delirantes (canal navegable Castril-Cartagena en el siglo XVIII, trasvase Castril-San Clemente en los años 80, etc., etc.), la razón de Estado encontraba al fin la excusa y los medios con que vencer la tenaz insumisión del río y sus gentes. Lo que no logró ni el absolutismo ilustrado ni el liberalismo desamortizador, y tampoco el fascismo tecnocrático de sendas dictaduras, está a punto de consumarlo, con el pretexto de una sequía y un Decreto ambos caducados, esta moderna adminsitración del desastre que ha encontrado en el estado de excepción ecológico la técnica de gobierno definitiva: la que le permite aplastar cualquier disidencia, proseguir la devastación en nombre del interés general y ocultar, bajo capas aún más densas de falsa conciencia, las verdaderas causas históricas de un desastre que ella misma produce y planifica.

Por supuesto, y a pesar de la guerra sucia vivida meses atrás en Castril, la oposición popular se ha organizado una vez más. Pero esta vez la administración está dispuesta a llegar hasta el final, cueste lo que cueste; la represión no se está ahorrando ninguno de sus medios: teléfonos intervenidos, amenazas, calumnias periodísticas, seguimientos, controles policiales permanentes, militarización de la zona; alrededor de cuarenta vecinos denunciados por vía administrativa (tendrán que hacer frente a multas de 3.000 y 4.000 euros, acumulables, por participar en manifestaciones pacíficas) y varios de ellos, considerados “cabecillas” por los mandos policiales, imputados además por vía penal. De lo que se trata, naturalmente, es de infundir cuanto antes en quienes protestan un sentimiento agudo de impotencia, de miedo y desánimo, objetivo principal de los amos cuando comprueban que un movimiento de oposición está encontrando sus verdaderas razones y está acertando a expresar la voluntad popular con respecto a un asunto público. Una voluntad semejante ha de ser quebrantada cuanto antes y, para ello, ningún medio de coacción, ningún recurso a la mentira o a la manipulación está descartado. Pronto empezarán a aparecer los “polis buenos”, que vendrán a rematar con las podridas zanahorias que suelen poner al final de sus palos (nuevos precios de expropiación, mejores plazos de pago, etc.), el trabajo que el terror ha dejado casi terminado.

Esto es lo que el Estado de derecho, con todas sus garantías jurídicas, tiene preparado para quienes se atrevan a intervenir directamente en el gobierno de sí mismos y no estén dispuestos a que la razón de Estado y la sinrazón de la economía aniquilen sus medios de vida. Así serán tratados quienes pretendan torcer en algún punto el curso de esta devastación planificada y sostenible en que consiste el actual programa de gobierno, que, por muy actual que sea, sabe no obstante aplicar sin reparos aquel viejo principio, bien conocido por todos los despotismos, según el cual un lugar devastado es un lugar sometido.

Pues allí donde no queda nada que conservar, no quedará nadie que resista.

Pero Cortes de Baza resiste. Porque la gente de Cortes no ha perdido la
dignidad, y tampoco la inteligencia de las verdaderas causas de este abuso y de las consecuencias irreparables que tendría su ejecución: “arrastrar la vida del país hacia la capital y no dejar en el resto del territorio más que una existencia muerta, monóntona y estéril”.

El pueblo de Cortes todavía sabe lo que es un paisaje hermoso, un río vivo y una tierra que consiente en rendirle sus frutos; tiene, por lo tanto, una noción muy clara de qué cosas no deben tolerar quienes aspiren a llamarse libres. Por eso está luchando: porque sabe que la libertad no está en las leyes que dicen salvaguardarla, sino en los hombres y en las mujeres que tengan el valor de actuar libremente. Por eso se ha tomado la libertad de decir NO:

NO al autoritarismo de las medidas de emergencia

NO a las falsas necesidades que conducen al expolio de los ríos

NO a la destrucción del pasado y el porvenir de todo un pueblo

¡CORTES NO SERÁ DOBLEGADA! ¡CORTES RESISTE!

GRUPO SOLIDARIO DE APOYO A CORTES DE BAZA Y EN DEFENSA DEL RÍO CASTRIL

MANIFESTACIÓN EN DEFENSA DEL RÍO CASTRIL

Domingo 26 de septiembre en Granada

Salida:
Plaza del Carmen, 12 h.