Los guardias provinciales y activistas animalistas Elvio Fichera, de 72 años, miembro de la asociación de los Amigos de los animales abandonados de Génova y Paola Quartini, de 55 años, guardia voluntaria y miembro de la Liga italiana para la Protección de las aves de Génova, fueron asesinados por un cazador, Renzo Castagnola, a quien acababan de mostrar la orden judicial que les autorizaba a requisar sus nueve perros, por presunto maltrato.
Tras leer la orden y discutir brevemente con los guardias, Castagnola fue a buscar un lápiz para firmar y regresó con armas de caza de jabalíes. Tras la masacre de los activistas, el hombre se suicidó.
Hechos como este, más los accidentes de caza que tristemente se suceden todos los años, vienen a demostrar la necesidad de endurecer las condiciones exigibles para portar un arma. También pone en evidencia esa escuela de violencia que es la caza.
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http://www.pacma.es/noticia.php?id=4bf4534e39235