A construirla y darle continuidad
El 14 de noviembre los trabajadores estamos llamados a una huelga a escala europea, la primera señal de una respuesta a nivel internacional ante los ataques efectuados contra la clase trabajadora de todo el continente, de diferente dureza pero con similares características, por parte de la burguesía europea y sus gobiernos. Los trabajadores debemos debemos mantener en alto nuestra dignidad en la lucha, lucha que será radical en la medida en que los trabajadores seamos capaces de construirla y hacernos protagonistas.
Al tiempo que continúa la ofensiva a fondo del capital, que se sirve de la crisis y de la política económica para achicar espacios y acabar con conquistas y con derechos adquiridos por los trabajadores, se hace patente lo extremadamente difícil que está siendo en esta coyuntura activar la organización y la praxis colectiva surgida del antagonismo de los trabajadores.
En esta coyuntura difícil y aparentemente sin esperanza estamos empeñados en impulsar mayores espacios para dar la pelea política, de cara a salir del pozo en el que nos ha metido la restructuración del capital. Una restructuración que se está operando en varios planos y que continúa valiéndose de la crisis para avanzar, no sólo en el terreno económico, sino también en el normativo y en el social. De hecho, el capitalismo ha conseguido desregular el trabajo, contribuyendo a arrinconar cualquier atisbo de sindicalismo combativo y de base. Continúa reduciendo los servicios públicos tales como la enseñanza y la sanidad y nos introduce en un escenario de dos velocidades, con niveles de acceso diferenciados en base a la renta. También busca destruir toda solidaridad de clase atacando metódicamente la negociación colectiva nacional y por sector.
Es evidente la incompatibilidad con los intereses de los trabajadores del nuevo marco autoritario, que abarca la actividad laboral tanto pública como privada, y cuyo eje central es el dominio jerárquico sobre la fuerza de trabajo en términos de derechos y de salarios, tanto directos como indirectos.
Aun cuando este camino se ha andado con la complicidad de sindicatos y de partidos, está destinado a ser cuestionado por quienes se ven destinados a sufrir sus desastrosas consecuencias. En toda Europa, la dictadura financiera consistente en el autoritarismo patronal y recortes presupuestarios es un ataque directo contra las condiciones de vida del proletariado europeo. Una vez más, es el turno de que los trabajadores tomemos en nuestras manos nuestro destino, tanto social como político.
El 14 de noviembre los trabajadores estamos llamados a una huelga a escala europea, la primera señal de una respuesta a nivel internacional ante los ataques efectuados contra la clase trabajadora de todo el continente, de diferente dureza pero con similares características, por parte de la burguesía europea y sus gobiernos. Los trabajadores debemos debemos mantener en alto nuestra dignidad en la lucha, lucha que será radical en la medida en que los trabajadores seamos capaces de construirla y hacernos protagonistas.
Debemos mantener en alto nuestra dignidad, por encima del sindicato al que pertenezcamos, unificando nuestras demandas y nuestro descontento, superando la fragmentación existente, superando tanto la lógica de “cada uno por su lado” como la lógica de ciertos sindicatos que piensan más en sus propios intereses mezquinos que en los del pueblo, en una muestra de subordinación política y cultural de buena parte de nuestros dirigentes sindicales y también confirmando los diferentes intereses y apoyos necesarios para combatir los efectos sociales de la restructuración del capital.
Los trabajadores debemos liberarnos de la subordinación que nos impone la ideología del capital y el colaboracionismo de clase, residuo de 20 años de derrotas como consecuencia de un sistema de relaciones sociales hoy periclitado, incapaz de ser un marco para la lucha.
Hagámoslo con una huelga general de los trabajadores y no solamente de nuestros diversos sindicatos, una huelga donde se involucren también trabajadores en precario y estudiantes, con la que también se sientan identificados los desempleados, los trabajadores por cuenta propia y los inmigrantes.
Una huelga que se construya localidad a localidad, en asambleas. Una huelga que no termine sin más, sino con un plan de luchas definido, para seguir construyendo la movilización.
Una huelga planteada para ganar demandas laborales y políticas, dentro y fuera del lugar de trabajo, exigiendo mejores sueldos, horarios, derechos, pensiones, servicios, educación pública y laica para todos.
Todo esto parece a día de hoy una utopía. Pero sólo de este modo podemos evitar una guerra entre pobres, entre nativos y extranjeros, en un marco de precariedad cada vez mayor en donde cada vez aparecen más signos de la barbarie que se avecina y donde la solidaridad de clase es rara avis.
Nuestra tarea es como siempre estar codo a codo con nuestros compañeros, en el lugar de trabajo y en las calles, porque somos trabajadores y trabajadoras: maestros, campesinos, pensionistas, estudiantes, precarios, desempleados, trabajadores en negro, despedidos, autónomos… y nuestro estatus es el estatus cambiante de todas estas categorías de explotados, que son los que están pagando el coste de lo que comúnmente se llama la crisis, para definir el gigantesco saqueo de recursos económicos y ambientales, de derechos y de civilización, que se está efectuando actualmente.
Consejo de Delegados
Federazione dei Comunisti Anarchici
31 de Octubre de 2012
Traducido al castellano por Manu García para Anarkismo.net