Hoy el mare nostrum es más nuestro que nunca. Nueve barcos y más de 600 personas van a colocar la utopía en ese “es posible si somos muchos”. Cuando el “esto es lo que hay” es la ética mayoritaria de una depresión colectiva construida con la cal, la arena y el duro cemento armado de cobardes silencios y de crueles y hasta depresivos agotamientos… van estos 600, y se juntan en varios buques y rompen la pared gruesa de esta oscuridad social. Y la derriban destino a Gaza. Son gente viva de Suecia, Reino Unido, Irlanda, Argelia, Bélgica, Grecia, España… Llevan 10.000 toneladas de víveres. 10.000 toneladas de bocanadas de aire fresco, a un pueblo torturado. Dicen los viajantes que intentarán romper el bloqueo israelí sobre la Franja. Y mientras surcan el mar nuestro, el ejército sionista recrudece su genocidio. Esta flota navega con el pecio de cada barco lleno de ayuda y de material para sobrevivir. No saben si llegarán, ni siquiera tienen la certeza de que la paz que llevan se llene de metralla porque las autoridades israelíes, esas bestias que mandan, llevan días amenazando con bloquear estas naves.
Son seiscientos y no van armados militarmente. Su alianza mutua se llena de utopía pura porque sabemos que Israel tiene el mayor arsenal atómico del mundo. Con un soplido de estos asesinos, acabaría su viaje.
Dice el del pelotazo multimillonario, el capo Florentino Pérez, que la estabilidad es ganar. Estos seiscientos no se han enterado, para su suerte, de este ladrido del dueño del ladrillo. Pero cuando haya más buques en esta mar tan rizada, su estabilidad les estallará debajo de sus cimientos, esos que nos hacen la vida imposible. Seiscientas luces, mil doscientas manos entrelazadas para llenarnos el pecio oscuro de nuestra esperanza agotada.
x Gonzalo Romero*
*Gonzalo Romero es miembro de la Asociación Cultural Candela
(Botón de muestra emitido el 29 de mayo de 2010 en El Candelero, RVK, 107.5 FM)
www.nodo50.org/candela