SANTIAGO DE CHILE.- El primero de los dos días de paro convocado por sindicatos, opositores y estudiantes para exigir cambios profundos en el gobierno fue empañado por choques entre manifestantes y policías que al final de la jornada dejaron 348 detenidos, 17 civiles heridos y 19 policías, según cifras oficiales.
Sin embargo, el gobierno aseguró que la convocatoria no paralizó el país.
El presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), Raúl de la Puente, sostuvo que el 80% de los funcionaros fiscales se solidarizó con la convocatoria.
El dirigente denunció presiones oficiales para frenar el paro.
En algunos servicios públicos, con el propósito de evitar sanciones o descuentos en sus salarios, funcionarios acudieron a sus labores, pero no trabajaron efectivamente.
En otros la atención al público fue escasa, mientras que en hospitales y consultorios la recomendación al público fue que sólo acudiera en caso de emergencias graves.
El subsecretario del Trabajo, Bruno Baranda, dijo que sólo el 14,3% de los funcionarios públicos paralizó. El funcionario no negó un instructivo, que según los dirigentes era una forma de delación, mediante el cual las autoridades debían designar personas que registraran a quienes adhirieran al paro.
Por la noche, tal como en anteriores protestas contra el gobierno, se sintió en esta capital y en ciudades del interior un extendido “caceroleo”, protesta con golpes de cacerolas u ollas que se ha hecho frecuente desde que hace casi tres meses comenzaron protestas estudiantiles en demanda de mejoras y reformas a la educación.
A pesar de ello, el ministro secretario general de gobierno y portavoz oficial, Andrés Chadwick, reflejó la satisfacción gubernamental por la poca acogida que habría tenido la convocatoria a paro.
“Como gobierno, sentimos una alegría profunda de que ese objetivo (de paralizar el país) no se haya cumplido”, dijo.
Al mediodía el presidente Sebastián Piñera había también manifestado su satisfacción porque el país estaba funcionando “con bastante normalidad”.
En un acto en la sede de gobierno, Piñera, quien enfrenta desde hace tres meses masivas protestas estudiantiles y tiene una desaprobación de 53%, según los últimos sondeos, dijo que “el gobierno tiene las puertas abiertas y le digo al presidente de la CUT, a los dirigentes estudiantiles, (que) siempre tienen abiertas las puertas del diálogo.
El gobierno está dispuesto a dialogar directamente con ellos”.
Pero el presidente de la CUT refutó la disposición a dialogar del gobierno señalando que hace más de un año le entregaron un petitorio y nunca lo han discutido con las autoridades.
Entre las personas heridas, según el informe policial, hubo un efectivo que recibió un impacto de bala en una mano durante disturbios en la madrugada en el suburbio popular de La Pincoya.
En el mismo sector una joven recibió un impacto en un brazo, que según denunció sería de un polícía, que negó ese hecho.
Durante gran parte del día se registraron disturbios que comenzaron desde la madrugada con barricadas de fuego. También hubo escaramuzas de encapuchados con efectivos antimotines en el centro capitalino y en sectores aledaños a algunas universidades.
Aunque el transporte público y el metro funcionaron casi con normalidad, el flujo vehicular era notoriamente inferior a un día normal y en el centro capitalino se observaba también un menor desplazamiento de personas.
El gobierno informó que el transporte público funcionó normalmente, a excepción de algunos suburbios donde el apedreo a autobuses obligó a cancelar recorridos por precaución.
Martínez criticó al gobierno por afirmar que la situación era normal. “El país no está normal hoy día, la locomoción no está normal”, dijo a periodistas.
Agregó que “la autoridad no es capaz de hablar con la verdad”.
También en las provincias se registraron protestas e incidentes.
Este jueves la CUT convocó a cuatro marchas, pero el gobierno prohibió que los manifestantes marchen por un sector de la avenida Bernardo O’Higgins que pasa por detrás de la sede de gobierno, como desean los sindicalistas.