Texto llegado al correo de Infopunt acerca de las movilizaciones estudiantiles y la necesidad de que se hagan autónomas de partidos, sindicatos y líderes varios. Fue repartido durante las diferentes movilizaciones de este mes de octubre.
¡PELIGRO!
Diversos grupúsculos de charlatanes demagogos compiten por acaparar el protagonismo de la lucha estudiantil y captar prosélitos. Su máximo interés, que es aumentar su lista de afiliados , sea para justificar su sueldo de liberado sindical o simplemente para hinchar su ego, nubla completamente las intenciones reflejadas en su programa político. Estas corrientes reformistas le están haciendo la papeleta al Estado en su afán por controlar y dividir el movimiento estudiantil bajo organizaciones dirigistas centradas en la lucha contra los recortes, la defensa de la escuela, la universidad pública y el retorno al estado de bienestar. Enmascarando o dejando de lado el hecho de que la defensa de “la pública” no es más que otra forma de Estatofilia, y por tanto está condenada al fracaso, pues es el Estado quien sostiene la espada que nos oprime contra la pared.
Somos conscientes de que estas organizaciones buscan afiliar a las más jóvenes, y que a menudo gente muy válida, que ingresa en ellas con ganas de actuar, acaba quemándose y abandonando la lucha, cansada de vender una ideología impropia y prefabricada, y de pelear por erigirse protagonistas de la lucha estudiantil, de dirigirla con fines partidistas, de recuperar para su organización la lucha de todas nosotras, en lugar de participar de ella de forma crítica y honrada.
El movimiento estudiantil solo tendrá éxito cuando rompa con las vanguardias dirigistas (representadas por sindicatos de estudiantes y juventudes de partidos políticos) y se reafirme en la decisión de desarrollar su propia organización autónoma, al margen y en contra de cualquier tipo de organización vertical que trate de representar el movimiento estudiantil, imponer sus consignas y desvirtuar el carácter de la lucha hasta hacerla desembocar en el condenado “Sí a la pública”.
Por tanto, chavales, chavalas, no hagamos caso a los “mesías de la revolución”, no hagamos caso ni a los sindicatos, ni a los partidos políticos, ni a las banderas, ni a las siglas. Pensemos por nosotras mismas y apostemos por la auto-organización y la autogestión. Marquemos nuestros propios objetivos sin dejar que otros nos impongan su agenda, sin miedo a ir demasiado lejos. Rompamos con la doctrina y el aborregamiento. Ni siquiera hagamos caso a este puto texto.