La noche del lunes 14 de junio cargamos nuestras mochilas con una decena de bombillas de pintura con las cuales a un rato de andar nos dispusimos a lanzar. Nuestros objetivos fueron 3 grandes pancartas publicitarias: una de la campaña “Yo Tomo Leche”, otra del Ejército y la última de la empresa asesina de pollos Ariztia. Aunque varias de nuestras bombas de pintura no lograron su objetivo porque rebotaron, otras si pudieron dar con el propósito, que era sabotear el mensaje que estas publicitaban.
La industria de la leche no es como la pintan las empresas con vacas contentas, por que les roban la alimentación de sus terneros. Mediante la violación sistemática y periódica son preñadas para luego arrebatarles sus bebes que a la ves son asesinados para hacer subproductos de terneros. Mediante hormonas incrementan en demasía la producción de leche, la cual será para alimentar bebes humanos. Después de esto cuando las vacas ya no son útiles son asesinadas y reemplazadas, como un objeto. Misma lógica existe en la producción de huevos y carne.
Militares, policías, vigilantes (privados y municipales) y gendarmes, todos funcionales a las lógicas del poder imperante y dispuestos para defender con su vida cada arista de este sistema de explotación. Sicarios del Estado que vigilando, golpeando, encerrando, torturando y asesinando en beneficio de unos pocos. Claro ejemplo de esto son las golpizas y muertes a manos de militares tras el terremoto o la reciente golpiza por manos de gendarmería a un prisionero político. Por estas razones y más es que nuestra elección fue realizar sabotajes contra estas propagandas de la explotación humana y animal. Esta acción es nuestra forma de adherir a la Semana Internacional por la Liberación Animal.
F.L.A.