Tras estimar el recurso interpuesto por una interna de la cárcel de Langraitz, el T.S. ha condenado a dos años de cárcel al ex subdirector de Seguridad del centro. El funcionario, denunciado por varias reclusas, ya fue condenado por la Audiencia de Araba por el caso de otra de ellas. El Tribunal Supremo español ha elevado a dos años de prisión la condena que la Audiencia Provincial de Araba impuso en diciembre de 2009 al ex subdirector de Seguridad de la cárcel de Langraitz entre 2004 y 2005, por solicitar favores sexuales a dos internas del centro. El subdirector fue denunciado por varias reclusas, pero la Audiencia de Araba le condenó únicamente por el caso de una de ellas a un año de prisión y seis de inhabilitación. Ahora, la sentencia del tribunal español reconoce que los hechos son de «extrema gravedad» y que deben ser merecedores de «un duro reproche penal». Al mismo tiempo, considera que el acusado, M.M. conminó a una de las víctimas a aceptar favores sexuales «de forma explícita, contundente, inequívoca y abrumadora».
Los hechos se remontan a las navidades de 2004 cuando el acusado, que ocupaba el cargo de subdirector de seguridad en la prisión, citó en su despacho a la reclusa con el objeto de mantener una «conversación» con ella. En el transcurso de la entrevista, en funcionario se dirigió a la interna con expresiones como que «tenía la boca hecha para besar» o que «si quería y no se tenía por tonta podía tener privilegios y salir antes como había hecho con otras mujeres, entrando en su juego».
Ante su negativo, el funcionario llegó a amenazarla con hacer su condena «muy dura» y ordenar el traslado de su marido a una prisión de alta seguridad en Puerto de Santa María (Cádiz). El TS concluye que esta conducta produjo a la víctima un trastorno ansioso-depresivo, depresión leve y aislamiento acentuado.
El Supremo ha estimado el recurso de casación de otra de las denunciantes condenando al acusado a un año depresión y fijando una indemnización de 3.000 euros por daños morales.
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Gara