Por Robin Hahnel
Escrito para la Conferencia de Conmemoración del Centenario de la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) celebrada en Barcelona, Cataluña, el 10 de abril de 2010
Introducción
No soy capaz de imaginar ninguna conferencia, en ningún otro lugar del mundo, en la que mi participación pudiera honrarme y emocionarme más que ésta que conmemora los 100 años de la fundación de la CNT, la más importante organización obrera que el mundo haya visto jamás, aquí en Barcelona, La Meca que todo socialista libertario debiera visitar antes de morir.
Ante todo estoy aquí para escuchar y aprender más acerca de la historia de la CNT. Pero se me ha pedido que comparta algunos pensamientos sobre un tema en el que he invertido más tiempo en los últimos cuarenta años que en ningún otro: cómo mejoran los trabajadores y consumidores sus vidas autogestionando e interrelacionando las actividades económicas por sí mismos.
Como a muchos de vosotros, estoy seguro de ello, se me ha preguntado muchas veces por qué creo que esto es posible. En vista de la elasticidad y resistencia del capitalismo globlal, y en vista del fracaso que todas las economías del siglo veinte llamadas “socialistas” sufrieron al intentar poner en marcha algo siquiera parecido a la autogestión de los trabajadores, ¿por qué continúo creyendo en una alternativa al sistema de mercado y a la planificación desde arriba? Los socialistas libertarios responden a esta cuestión de distintas maneras:
- Algunos señalan que el impulso hacia la autogestión ha tenido lugar en cada insurrección revolucionaria y que éste ha sido reprimido invariablemente por medio de la violencia. A pesar de ser cierto, me cuesta basar mi argumento en este razonamiento, ya que a pesar de existir esta tendencia a la autogestión cuando los regímenes autoritarios se vienen abajo, esto no demuestra que dicho impulso inicial pueda sostenerse en el tiempo, incluso en ausencia de violencia, que es al fin y al cabo a lo que nuestro interlocutor se refiere. Además los debates sobre la fortaleza de ese impulso hacia la autogestión y la magnitud de la represión en determinados momentos históricos, se convierten rápidamente en debates sobre las credenciales de los distintos historiadores.
- Otros hacen énfasis en que la capacidad y el deseo de alcanzar la autogestión económica son componentes de la naturaleza humana en su búsqueda de la libertad, de lo cual se han dado muchas evidencias a lo largo de la historia de la humanidad. Como persona que suele utilizar este argumento en primer lugar, suelo señalar posteriormente que el punto de vista contrario (que nosotros los seres humanos somos, para nuestra desesperación, tan deficientes en términos sociales, que somos incapaces de coordinar conscientemente nuestras economías de una manera eficiente y justa) es un mito que favorece la propagación de las élites que quieren gobernarnos.
- Por último, aquéllos que son capaces de dejar atrás sus sentimientos sobre nuestras potencialidades, y que están más familiarizados con la historia reciente del socialismo libertario argumentan que es posible porque ya pasó una vez. Ocurrió en España cuando las poderosas organizaciones libertarias, siendo la CNT la más importante de todas, engendraron una economía autogestionada por los trabajadores que funcionó bastante bien bajo las circunstancias acaecidas entre 1936 y 1939, cuando fueron aplacadas manu militari por el ataque violento del fascismo europeo.
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