Madrid, 18 Mar. 11. Amecopress. El lunes 7 de marzo, a las 19 horas se inició una redada policial contra inmigrantes en la Estación del Norte de Valencia. Una integrante de la ONG Psicólogos sin Fronteras que estaba presente en las inmediaciones intentó preguntar a los agentes del cuerpo nacional de policía sobre el motivo de la actuación, informándoles que no es legal en el estado español realizar controles basados en criterios étnicos (color de piel, rasgos, etc). De forma inmediata los agentes detuvieron la redada, demandando la identificación a la miembro de la ONG y multándola por “menosprecio a las labores de los agentes”
José María Toribio, presidente de Psicólogos sin Fronteras en Valencia, ha insistido, en entrevista con AmecoPress, en que “es importante visibilizar que esto está ocurriendo”. La organización forma parte de la Campaña por el Cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs) que desde hace un año une esfuerzos para manifestar el “rechazo a las actuaciones policiales contra inmigrantes que tienen lugar día a día, en las que se atiende a criterios raciales y xenófobos para pedir identificación, hecho en sí mismo indignante y denigrante, pues se discrimina a las personas únicamente por su etnia, color o aspecto físico”.
Esta práctica es ilegal en el estado español como indica el art. 19.2 de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana. Estas personas son perseguidas por cometer sólo una falta administrativa, ya que no tener el permiso de residencia vigente, es equivalente a una multa (por ejemplo de estacionamiento).Esto no supone haber cometido delito alguno.
Además, las redadas contravienen, el art 19.2 en la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, y el artículo 13º de los DD.HH que se refleja en la Constitución Española: “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”.
Entre otras acciones, José María explica que “estamos llevando a cabo movilizaciones en los CIEs, que son centros en los que no se respetan los derechos humanos, trabajando para visibilizar que existen y cuál es su estado; hacemos también acompañamiento a las personas inmigrantes que no tienen familia ni redes sociales y también contamos con un equipo jurídico que se asegura de que los abogados acudan, estén informados y se ocupen de la defensa de estas personas”.
“El acoso a las personas inmigrantes que suponen estas redadas a pie de calle, y en lugares como locutorios, estaciones de autobuses o, en este caso en la estación de trenes de Valencia, fomenta el miedo entre la población extranjera impidiendo su participación activa, limitando su actividad social y su integración en la sociedad española”, afirma el presidente de la ONG.
“Muchas de las demandas de asistencia psicológica por parte de las personas inmigrantes se dan tras sufrir una redada o ser llevada a los calabozos de forma preventiva, para luego ser puesto inmediatamente en libertad a las pocas horas, ya que no había cometido delito alguno”, añade.
Vigilar la vigilancia
La organización entiende que “las redadas o cualquier otra acción discriminatoria son actuaciones que atentan contra la realidad de de una sociedad intercultural como la que tenemos, contra el respeto a la libertad, la igualdad y los derechos de todo ser humano vigentes en nuestra sociedad”.
Insiste: “la acción civil ante la violación de derechos humanos, como hizo nuestra compañera, no es un delito”, y anima a la ciudadanía a denunciar las actuaciones desmesuradas contra las personas inmigrantes de las que sea testigo a través de la asociaciones de apoyo a las inmigrantes.
“A veces es complicado, porque jueces y policía se escudan en que las redadas tienen el interés de protegernos contra el terrorismo, especialmente el terrorismo islámico, pero esto no es verdad, no buscan a alguien concreto, son redadas masivas, detienen a inmigrantes de todas las nacionalidades y culturas”.
José María Toribio finaliza lanzando un mensaje claro: “necesitamos visibilizar lo que está pasando, que la gente se entere. Necesitamos ser conscientes de lo que ocurre, de nada sirve mirar para otro lado. Tenemos derecho a vivir en paz”.