(NO QUIERO QUE EL 22-M ME DEJE RESACA)
Por Marat
Sé, de antemano, que este artículo no es precisamente de los que hacen amigos sino de los que los pierden.
Pero no creo que deba ser éste el primer criterio a considerar para fijar una posición política, salvo que lo que se pretenda sea el aplauso ajeno, sosteniendo públicamente lo contrario de lo que en realidad se piensa. Dejo esta forma de actuar para los políticos profesionales o aspirantes a serlo.
Tampoco creo que elegir la posición más cómoda, el silencio, frente al riesgo de sostener un punto de vista opuesto a la inmensa mayoría de quienes han dado a conocer la suya, sea el comportamiento más honesto política, intelectual y humanamente. Cuando el cálculo interesado ante lo que se cree que ha de decirse se impone sobre la palabra y la convicción personal, se abre el camino a la mentira, la conveniencia y el peor de los “politiqueos”: el del oportunista que se orienta en función de las voces dominantes que escucha por ahí.
Nadie dijo que defender la posición que uno cree correcta, y arriesgarse públicamente a equivocarse, deba de ser algo fácil y cómodo. No lo es y no tiene porqué serlo.
La importancia de los planteamientos:
Todo proyecto político, y una plataforma y sus movilizaciones lo son, requiere de unos planteamientos políticos. Estos son los que le dan su identidad, su carácter y su orientación concretas.
En tiempos de confusión y de crisis de las identidades y las estrategias políticas transformadoras pareciera ser una virtud que los planteamientos políticos no sean muy definidos, tengan un carácter más bien difuso e integren contenidos lo bastante amplios para que casi “cualquiera” pueda identificarse con ellos. Quienes así piensan aducen que se trata de buscar la convergencia más amplia de sensibilidades, puntos de vista, ideas políticas y orientaciones en pro de un objetivo común. Nada que objetar si ello no conllevase la dificultad más que evidente de clarificar cuál es ese objetivo común real, más allá de protestar por un estado de cosas, o estado del malestar del que hablan algunos. Y si, a su vez, la mezcolanza de planteamientos fuese realmente capaz de apuntar a unos objetivos comunes.
La dificultad de conciliar perspectivas a menudo contrapuestas y hasta antagónicas tiene siempre un vuelo corto: se acaba cuando la dinámica social e histórica de los acontecimientos obliga a definir mucho más las posiciones ideológicas y el proyecto.
Toda esta introducción viene a colación de las ya archifamosas, sin haberse aún celebrado, manifestaciones estatales del próximo 15 de Mayo. Nadie ni nada como la Plataforma de Coordinación de Grupos Pro-Movilización Ciudadana (sic), ahora Democracia Real Ya, para aportarnos su propio relato de los motivos de las manifestaciones del próximo domingo en el Estado español. Acudamos a su Manifiesto, para entender de qué estoy hablando cuando me refiero a la vaguedad de sus postulados políticos: “Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos” (1) Como carta de presentación, el Manifiesto “Democracia Real Ya” parece, en su segundo párrafo, bastante ambiguo.
La cuestión es que cuando hablas con los miembros de “Democracia Real Ya”, todos ellos se declaran de izquierda, progresistas y ninguno de ellos dice ser “conservador”, una vez que se produjo la salida de la misma de militantes y cargos públicos del PP y hasta parece que alguno también de FAES.
¿De verdad cree alguien que personas de derecha van a marchar juntos manifestándose contra “la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros” (2)?. Estoy convencido de que algún sector de la extrema derecha aprovecharía gustoso el “totum revolutum” de “políticos, empresarios, banqueros”, con el fin de llevar el agua a su molino de la antipolítica pero ¿es esa la compañía que debe buscarse en una manifestación que, entre otros motivos, se convoca contra “el obsoleto y antinatural modelo económico vigente –que- bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto”? (3) No seamos ingenuos. Ya no es que haya mezclas que desnaturalizan los motivos de una convocatoria cuando izquierda y derecha son como el agua y el aceite respecto a que el “modelo económico vigente”(buen eufemismo) sea “obsoleto” y “antinatural”. Es que la idea de hacer marchar juntos el 15 de Mayo a progresistas y conservadores no funciona. Las únicas veces que lo hizo fue en las manifestaciones contra el 23-F y el 12 de Marzo de 2004 (al día siguiente de los atentados terroristas de Atocha), tras dos episodios que conmocionaron a la sociedad española. Y para eso hubo de ser el Estado el primer impulsor de las mismas.
En un momento en el que la que la crisis capitalista golpea de forma dura a amplios sectores de los trabajadores, ocupados y en paro, y de las clases medias, lo que se echa en falta es un rearme político de la izquierda (por esto alguno me acusará de izquierdista sectario y trasnochado) que le permita recuperar la iniciativa y pasar a la ofensiva y no convocatorias calculadamente ambiguas y abiertas a quienes, desde sus ideologías, defienden al “obsoleto y antinatural modelo económico vigente” (capitalismo).
Habrá quien proponga solventar esto bajo el argumento del “movilicémonos, que ya iremos viendo a donde nos lleva nuestra movilización”. Luego daremos el siguiente paso.
Ese paso es muy poco claro cuando se mezcla por igual el populista discurso antipolítico con el que pretende el “derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación” (4)
Es comprensible y lógica la crítica contra una falsa democracia que se subordina al poder económico, contra una falsa democracia que ha convertido el uso del voto en ritual de perpetuación de una casta parlamentaria que busca más su supervivencia que la representación de los intereses de cada fracción del pueblo, contra una falsa democracia que convierte la indignación social en la caricatura de un falso “dueto” entre las dos caras más conocidas del sistema político.
Pero el slogan de la manifestación “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” tiene un trasfondo que se desvela en la campaña de agitación pro 15-M de buena parte de los componentes de “Democracia Real Ya” y que merece la pena analizar con algún detalle.
Analicemos en primer lugar dicho slogan: “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”:
El protagonismo, por primera mención, le corresponde en el lema de la manifestación a los “políticos”, no a quienes provocaron la crisis que ahora nos golpea (el capital). Como si los políticos fueran, antes que los banqueros, los responsables de la destrucción de millones de puestos de trabajo en España, de los desahucios de familias hipotecadas, de las políticas impuestas por el FMI, el Banco Mundial o el BCE. Es el gran capital, los plutócratas, los especuladores, las agencias de calificación de riesgo y los campeones de las finanzas mundiales y nacionales quienes marcan el paso que los políticos han de dar. Quien tenga dudas que repase las noticias sobre la reunión de Zapatero con los grandes empresarios de este país, la CEOE y los principales banqueros (5). Y si aún le queda alguna duda a alguien que relea la petición en esos días de Emilio Botín al Presidente de Gobierno para que agotase la legislatura (6) Se necesitan peones de brega obedientes y eso son los políticos y los partidos del sistema.
Pero lo cierto es que el genérico “los políticos” del slogan de la convocatoria no distingue entre políticos y partidos del sistema y aquellos que no los son. Por el contrario, cuando se siguen los twitteos (de Twitter) en Internet de las organizaciones integrantes de “Democracia Real Ya”, convocantes de la movilización del próximo 15-M, se observa una obsesiva redundancia sobre “los políticos” como culpables de la actual situación de crisis global que padece el país, en detrimento del protagonismo que debiera corresponder en el origen de dichos males a la casta empresarial y financiera.
En tiempos en los que la excesiva simplificación del mensaje, el slogan por encima de la reflexión y la “necesidad” de encontrar comodines cercanos y a mano para la focalización de la frustración y la rabia colectivas, los políticos y, más en concreto la política, pueden convertirse en el muñeco del “pim pam pum” en el que se depositen los desahogos sociales, quedando en un segundo plano los auténticos y poderosos culpables de la situación que vivimos: los poderes económicos. No son los principales partidos del sistema ingenuas e inocentes doncellas precisamente pero éste es un peligroso camino hacia un populismo que abre la vía hacia una deslegitimación no del actual sistema de representación política y de sus organizaciones (lo que no sería negativo) sino de la política en general y de la democracia como sistema, por mucha “democracia real” que se reivindique. Esto es lo que subyace detrás de la mayoría de los mensajes de la convocatoria del 15-M. Y esto no mejora cuando estas opiniones se expresan en la calle por parte de sus miembros: “Da igual qué partido gobierne. Los políticos sólo se preocupan de sacar dinero para mantener sus privilegios y no les importa recortar en política social para hacerlo”, señaló un miembro de la Plataforma Democracia Real Ya en la manifestación contra la privatización de la sanidad y la educación públicas en la Comunidad de Madrid (7) del pasado 5 de Mayo. Nada que decir de la presión de los sectores privados de la economía (mutualidades privadas de salud, enseñanza privada, gran patronal, sector financiero,…) auténticos poderes reales que determinan, digo determinan, no condicionan, la pérdida de los valores democráticos de nuestra sociedad y su deslegitimación. Sí, es cierto que en el Manifiesto de esta Plataforma se exponen 9 puntos sobre derechos económicos y sociales (bastante progresistas) de los “ciudadanos”, mencionados 6 veces en él, sin una sola apelación a los trabajadores, cuando la agresión a esos derechos económicos y sociales es sobre todo un atentado contra las clases trabajadoras y medias, asalariadas y autónomas; es decir, es una agresión de clase del capital contra quienes sólo tienen su fuerza de trabajo como vía de obtención de sus rentas. Esta moda de la apelación a los “ciudadanos” (¿no lo son Botín, Amancio Ortega, las Koplowitz, Juan Abelló o Alberto Alcocer, por citar sólo algunos de los españoles de la lista Forbes de multimillonarios de 2011?) sirve de descafeinamiento de las contradicciones esenciales entre trabajo y capital, supongo que con la intención de evitar de ser tildados los convocantes de la manifestación del 15-M de “izquierdistas trasnochados”, que es lo que se nos llama a los que llamamos a las cosas por su nombre. Warren Buffett, el archimillonario nº 3 de la lista Forbes mundial tiene las cosas mucho más claras al respecto: “Hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y estamos ganando” (8). Este “ciudadano” sí que sabe y no parece un izquierdista trasnochado. Antes bien, estoy seguro de que Warren Buffet, como Amancio Ortega o Emilio Botín están a favor de todo tipo de crítica colectiva que ponga por delante al espantajo de los políticos para resguardarles a ellos.
Se me ha argumentado en más de una ocasión: “Con un discurso militante se atrae a muy pocos. Es preferible un discurso más difuso capaz de movilizar tanto a los concienciados como a los que no lo están”. Nada que objetar si no fuera porque puede que el discurso que prioriza las culpas de los políticos sobre las consecuencias sociales de esta crisis (en su creación y exigencia de recetas de austeridad), que pagan los trabajadores y clases medias, sobre el que le corresponde a los plutócratas y financieros, acabe finalmente haciendo el caldo gordo a la extrema derecha. Su discurso antisistema lo es contra el sistema democrático y no contra el sistema capitalista. Al fin y al cabo, el logro de la vertiginosamente rampante extrema derecha europea pasa por la descalificación de los políticos de forma global para presentarse, finalmente, ellos como solución. ¡El lenguaje jamás fue neutro! Y hay fórmulas del mismo que acaban socavando, no la legitimidad de un falso bipartidismo (mismas “soluciones” con diferentes siglas) corrupto sino de la propia política y sus organizaciones partidarias como soberanía por encima de los mercados.
No pretendo en absoluto acallar la crítica contra este sistema de partidos de la Segunda Restauración borbónica, todo lo contrario. Creo que es uno de los principales males que aqueja al país. Pero lo cierto y verdad es que en la casi práctica totalidad de los países golpeados por la crisis capitalista mundial las recetas aplicadas por los gobiernos son comunes, ergo parece que no sean estos la causa real de esas medidas económicas antisociales sino su brazo ejecutor. ¿Alguien cree de verdad que defenderemos los derechos sociales históricos de los trabajadores (perdón, de los “ciudadanos”) enfrentándonos antes contra sus esbirros políticos, contra sus chicos de los recados, que contra el capital? Entonces, la solución sería muy fácil. Bastaría con votar a otro partido. Pero ¿a cuál? ¿De verdad alguien piensa que sin un reequilibrio de fuerzas, derivado de un incremento de la lucha social contra las grandes corporaciones empresariales y los bancos, sin la reactivación de un movimiento sindical, de consumidores, de los barrios,…combativo se va a lograr algo con esa obsesión de ir contra “los políticos” en genérico?
El centro de la lucha es de clase y no “ciudadana”, el centro de la lucha es social y económica y no antipolítica. Y el convocar las manifestaciones del 15 de Mayo, dentro de una campaña electoral, no parece indicar que preocupe tanto ser “mercancía en manos de banqueros” como de políticos. ¿No creen que es a ellos, antes que a otros, a quienes se dirige el slogan de la futura manifestación y la manifestación misma?
Diversidad no es lo mismo que maraña:
La pluralidad es siempre un signo positivo en política. Abre el abanico de alternativas, opciones, posibles estrategias y caminos hacia las luchas entre las que encontrar aquellas que permitan hallar salidas con una orientación más clara y susceptible de éxito.
Para ello se necesita que dichas propuestas se expliciten de manera reconocible e identificar las líneas del discurso, su proyección política y la oferta que plantean. Pero esto es especialmente difícil cuando las posiciones, los presupuestos políticos y las corrientes ideológicas (porque todo el mundo las tiene, explícitas o implícitas, estructuradas o difusas) son más subterráneas que manifiestas, toda vez que la orientación partidaria, no ya de organizaciones formales (que están excluidas de “Democracia Real Ya”, aunque no sus militantes), sino de orientaciones y tendencias que expresan corrientes de pensamiento e interés, son complejas y un tanto inextricables, aunque no imposibles de intuir y detectar.
Se me dirá que pienso con categorías del siglo XX, o del XIX (ya saben, izquierdista trasnochado), cuando los conceptos izquierda-derecha vertebraban corrientes ideológicas definidas y sus organizaciones representaban intereses de clases bien delimitadas y diferenciables, que esto hoy no es así y que la virtualidad de lo nuevo es representar la riqueza de lo emergente, de un nuevo discurso que empodera al “ciudadano” por encima de una visión simplista y estanca de la dinámica social. Lo aceptaría en parte si esa emergencia de lo que llaman nuevo aportase mayor claridad y comprensión del presente y no caos, confusión y un cierto regusto a “gato encerrado”.
Vayamos a los ejemplos, que la teoría es muy bonita pero demasiado abstracta.
ADESORG (Asociación Nacional de Desempleados) es una de las organizaciones base del núcleo inicial de la Plataforma de Coordinación de Grupos Pro-Movilización Ciudadana, ahora “Democracia Real Ya”. Es interesante conocer cuál fue su postura respecto a la Huelga General del 29-S de 2010 contra la Reforma Laboral. Consultar el link que se adjunta (9) puede que aclare algo al respecto. El enlace al vídeo de la rueda de prensa para dar a conocer su no apoyo a dicha Huelga General es también explícito (10). Con el argumento de no sentirse representados en sus intereses de parados por los dos sindicatos mayoritarios convocantes, como muchos de quienes en cambio sí apoyamos dicha huelga, lo que hacían era echar tierra contra la misma y, por omisión, contribuir a desactivar la protesta contra una Reforma Laboral que ha supuesto mayor precarización del empleo y despido más fácil y barato. Mucho más interesante es conocer el apoyo mediático que ADESORG ha recibido. Libertad Digital e Intereconomía sobre todo parecen haber sido sus mejores difusores en los mass media, aunque Telemadrid, Veo7 (El Mundo) y Popular TV (el mismo grupo de la COPE), también les han dado cobertura (11). ¿Ya no recuerdan a aquella Brunete Mediática, a aquel piquete antihuelga de los medios de la derecha y la extrema derecha y el papel que jugaron en las semanas previas a aquella Huelga General, en el mismo día de ella e incluso en días posteriores? Aclaro, para quien desconozca mis preferencias sindicales que no soy precisamente de los que simpatizan con los dos sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, sino todo lo contrario. Pero jamás iría a una manifestación con quienes pusieron su granito de arena para desacreditar la Huelga General del 29-S contra una reforma laboral absolutamente antisocial y antiobrera.
Hablar en cambio de Juventud en Acción (no confundir con Juventud Sin Futuro), la otra entidad a partir de la que se inicia el núcleo original de esta plataforma, resulta mucho más difícil porque no parece haber información previa del grupo a la creación de la Plataforma de Coordinación de Grupos Pro-Movilización Ciudadana. Parece como si el grupo hubiera nacido ex profeso para crear la Plataforma. Su denominación es homónima de la del programa de la UE y del Injuve (Instituto de la Juventud) dedicado a la juventud pero su discurso es mucho más progresista en su orientación social, económica e incluso ideológica.
A ambos les acompañan como activos propagandistas
- Estado del Malestar, una coordinadora de grupos muy heterogéneos en su composición ideológica (siempre de adscripción personal), incluso en cuanto a apoyar las manifestaciones del 15-M (hay grupos locales que las apoyan y otros que no). Parece unirles el “malestar” ante la situación actual
- “niPPniPSOE” (no deja mucho a la imaginación de qué opción entonces, sobre todo si mira la orientación de muchos de sus componentes),
- #Nolesvotes (http://www.nolesvotes.com/), que ya aclaran más a quiénes no votar: PP, PSOE, CíU (y también de los que si votar, por exclusión, al menos entre los parlamentarios).
- ATTAC España, que a través de su Presidente Carlos Martínez ya ha dejado clara su opción política el 22-M, al ser un fundador de las Mesas de Convergencia Ciudadana de IU.
Pero si hubiera dudas respecto a cuáles son los partidos que no hay que votar el 22-M y a la centralidad de lo electoral en esta convocatoria del 15-M el vídeo de “Democracia Real Ya” en youtube que llama a la manifestación lo aclara un poco más (12). Del minuto 1:06 al minuto 1:12 los partidos que encadenan al ciudadano (sus logos aparecen encadenados) son: PSOE, PP, CiU, PNV y Coalición Canaria. ¿Qué partido a nivel estatal piensa un votante que falta? Puede que sea una de las múltiples candidaturas de los Verdes o el Partido del Cannabis pero lo cierto es que en la mente del votante seguro que aparece antes uno parlamentario. ¿Adivinan cuál?
El batiburrillo no es sinónimo de pluralismo. Es, por el contrario, una mezcolanza de factura y resultados –y no me refiero a cuántos acudan a las manifestaciones del 15-M pues, de ser así, más numerosos serán los votos al PP y el PSOE que los asistentes a las mismas- y un campo abonado al oportunismo de colarnos un gato (22-M y alguna candidatura potenciada “sotto voce”) por una liebre (15-M), después de haber desacreditado la representación política en genérico, difuminando las responsabilidades de los banqueros. Allá los partidos que convoquen a sus militancias a asistir a una manifestaciones con estos presupuestos. La desinformación o el oportunismo que hacen el caldo gordo a tales planteamientos no sólo no darán los resultados pretendidos sino que serán pedradas contra sus propios tejados.
Hablemos claro: si después de centrar el asunto en el pim pam pum de los políticos antes que de los banqueros y de los plutócratas, lo que se pretende es vender, una manifestación como acto de campaña para entronizar a una fuerza política que no ha tenido escrúpulos de gobernar en ayuntamientos y Comunidades Autónomas con un PSOE que ha hecho en dichas instituciones políticas liberales y de recortes sociales, dígase de entrada. Y así sabremos todos a qué atenernos.
Hablemos claro: si después de fomentar un discurso antipolítico y antipartidos en genérico, lo que se pretende es decirnos que hay que desconfiar de la política porque está podrida y corrupta pero que hay políticos limpios, puros y excepciones a la generalidad, dígase de entrada. Y así nos evitaremos la satanización global de la política y nos centraremos en los políticos del sistema a la hora de afirmar ese “no somos mercancía en manos de políticos”.
Hablemos claro: si al final de todo la denuncia de los beneficios empresariales y de los banqueros, de los recortes sociales y del pago de la crisis económica por los más débiles es sólo el excipiente (la coartada) para vendernos un nuevo producto partidario en el supermercado electoral, dígase de entrada y nos ahorraremos el deslegitimar no ya a este podrido bipartidismo sino a la democracia como concepto a defender, potenciar y lograr.
Salir a la calle para luchar contra el capital lo hemos hecho muchos el 27 de Enero pasado, cuando los sindicatos burocráticos se negaron a secundar una segunda Huelga General y pactaron el recorte de las pensiones y la ampliación de la edad de la jubilación, también en nuestras comunidades autónomas contra las políticas de privatización de los servicios públicos y en acciones anteriores contra la reforma laboral, cosa que algunos de los fundadores e impulsores de esta Plataforma no hicieron. En la agudización de las luchas sociales, sindicales y de los movimientos populares está la línea a seguir, no en un enredo de voluntades anónimo, contradictorio y ajeno a las organizaciones sociales, sindicales y políticas que se enfrentan desde hace tiempo a las consecuencias de la crisis capitalista sobre las espaldas de los trabajadores.
Para la lucha social siempre estaré. Para que me digan qué papeleta debo coger para meter en la urna, con la disculpa de una denuncia contra la precariedad que acaba quedando en menos que un según do plano, no salgo a “tomar ninguna calle”. Me parece un verbo demasiado irredento para algo tan pacífico como usarlo en una urna.
Epílogo: sobre Juventud Sin Futuro y su papel en dichas manifestaciones:
Si hasta ahora las bofetadas sobre artículo y autor garantizaban que serían lluvia intensa, esta coletilla servirá para que el torrente sea ahora diluvio y llegue hasta de las filas más próximas. Pero cada palo debe aguantar su vela (el autor del texto y quienes se sientan aludidos en el mismo) y ser responsable de sus palabras y de sus actos. De mis coherencias/ incoherencias me ocupo yo. Ocúpense los demás de las propias.
Juventud Sin Futuro, nacida desde el ámbito universitario y juvenil, me pareció desde el primer momento un polo de referencia claro en las movilizaciones contra el recorte de los derechos sociales y la precariedad, contempladas y respondidas desde un sector de los jóvenes de izquierda.
Su manifiesto (12), la composición interna de sus convocantes, y el contenido de su movilización en Madrid el pasado 7 de Abril afirmaban esa confianza. Juventud Sin Futuro hubiera podido ser, y puede llegar a serlo, el germen de algo mucho más amplio y fiable en la elevación de las luchas en el Estado español y su orientación política coherente contra los recortes y la precariedad sociales y por otro modelo social y económico, si fuese capaz de superar un espacio concreto de lo generacional para integrar en un movimiento más global al conjunto de los golpeados por el sistema capitalista y su crisis. Es algo especialmente difícil porque lo sindical (del mundo adulto) está siendo más un espacio de contención que de movilización y porque habría de encontrarse con una izquierda social y organizada combativa pero muy débil y que frente a la unidad de las luchas acusa aún tics de sectarismo. Pero no parece haber otros muchos caminos para hacer crecer este movimiento.
Pero su apoyo a la manifestación del 15 de Mayo, derivada del acuciante ¿qué hacer? (cuál es el siguiente paso tras su manifestación del pasado 7 de Abril) (13) puede dañar su coherencia y su autonomía a ojos públicos:
- Acude a una manifestación que no fue convocada inicialmente por ella sino a la que se ha sumado, a pesar de sus contenidos y orientaciones.
- Que lleve o no cortejo propio en ella es secundario cuando lo que la sociedad está visibilizando mayoritariamente es que la del 15-M es la manifestación de Democracia Real Ya con su propio lema ““No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” (y no con otro orden de factores de aquellos de los que se afirma que no se es mercancía), con su propio sublema (“Toma la calle”), que Juventud Sin Futuro hace suyos, con lo que su identidad propia se desvanece públicamente.
- Tampoco adquiere relevante audiencia, en su apoyo a esta manifestación, cuáles son los puntos propios que definen su sumatoria a esta convocatoria. Aunque lo expresa en su editorial ¡Sin Miedo! (15), lo cierto es que la resonancia de la “agitprop” de “Democracia Real Ya” es mucho más poderosa y tapa la percepción de cualquier mensaje diferenciado.
Y todo ello sin que resuelva el acuciante ¿qué hacer?, pues no hace otra cosa que derivarlo al 15-M, tras el que tampoco sus convocantes iniciales parecen ofrecer mucho más. ¿Quizá porque la “Estación Termini” (14) de estos esté en el 22-M?
NOTAS:
(2) Idem
(3) Idem
(4) Idem
(14) Alusión al film de Vittorio De Sica (1953), del mismo título