La madrugada del 31 de agosto explotó una bomba en las manos de un 33añero fascista que estaba caminando por el centro de Esparta. La bomba tenía un mecanismo incendiario confeccionado probablemente por él mismo o por algún colaborador suyo. El incendiador fascista falleció diez días después en un hospital de Atenas.
Cuando la Policía buscó el listín telefónico y las últimas llamadas de su teléfono móvil, apareció el nombre de uno de sus colaboradores, otro fascista bien conocido en la ciudad de Esparta. La Policía investigó las casas del fascista muerto y de su colaborador. En esta última encontró 60 bombas improvisadas, con mecanismos incendiarios parecidos al de la bomba explotada. El dueño de la casa y colaborador del fascista muerto había desaparecido cuando la Policía llegó a su domicilio.
Unos días más tarde, esta persona, en cuya casa se descubrieron 60 bombas incendiarias listas para usar, apareció… Compareció por voluntad propia ante el fiscal de la ciudad. La “Justicia” puso al fascista en libertad bajo condiciones restrictivas. Con 60 bombas incendiarias en su posesión… Es bien conocido en la pequeña sociedad de Esparta que tanto el muerto como su colaborador pertenecen a la banda neonazi Jrisí Avgí (Aurora Dorada). Leer el resto de esta entrada »