La zona universitaria de Rabat, capital marroquí, se ha convertido este viernes por la mañana en escenario de enfrentamientos entre estudiantes saharauis y efectivos antidisturbios, que han tenido que intervenir para frenar a un grupo de universitarios enfurecidos tras la muerte la noche del jueves del joven Hamadi Ladat.
Fuentes policiales han confirmado a ELMUNDO.es el fallecimiento del chico (de unos 25 años), procedente de la zona saharaui de Assa, que se encuentra fuera de los límites del Sahara Occidental.
“A las siete de la mañana hemos recibido la noticia de que nuestro compañero perdió la vida, y hemos convocado esta manifestación como reacción a su muerte y por la fuerte discriminación que sufrimos por parte de estudiantes y profesores marroquíes”, ha confiado a este periódico Mahjouba, una saharaui estudiante en Rabat y original de El Aaiún, capital administrativa del Sahara Occidental.
El gobernador civil de Rabat, Mohamed Ragraga, ha explicado a los periodistas desplazados hasta la Universidad Mohamed V que a las nueve de la mañana “un grupo de estudiantes de las provincias del Sur (como denominan en Marruecos al Sahara Occidental) han incendiado la administración de la Universidad y han retenido al director de la residencia universitaria Suisi 2; además, han provocado destrozos en el mobiliario del tranvía, aún sin estrenar, y en tiendas de los alrededores”.
Ante la actuación “violenta” de los jóvenes, ha destacado, “hemos tenido que intervenir para cortar el fuego y poner orden”. Según su testimonio, no ha habido ni cargas policiales ni detenciones.
Según el gobernador, “anoche un joven de Assa fue asesinado, pero no sabemos cuáles fueron las causas, fue acuchillado; esta gente (en relación a los saharauis) siempre buscan algo para pasar a la acción y provocar“.
Fuentes del Comité de apoyo a presos saharauis, sin embargo, aseguraron que “cuatro saharauis resultaron heridos y otros diez, detenidos” tras los disturbios.
‘Siempre somos objeto de la violencia’
Sobre las doce del mediodía, la manifestación ha sido dispersada. Este periódico ha podido comprobar cómo han participado en las protestas algunos manifestantes encapuchados que portaban hachas rudimentarias y otros objetos. “Siempre somos objeto de la violencia, si había jóvenes armados era para poder protegernos”, ha justificado Mahjouba.
Al mediodía, el caos se había apoderado de la zona –donde se encuentran también algunos ministerios-. Un fuerte olor a quemado impregnaba toda la ciudad universitaria y sus alrededores después de que los manifestantes incendiaran un par de edificios de la administración y colchones de las residencias de las facultades.
Ventanas rotas y semáforos; papeleras, ordenadores y mesas destrozadas han sido otros de los desperfectos materiales resultantes de la protesta. Los manifestantes, además, han cargado contra las estructuras del nuevo tranvía de Rabat, que se encuentra en fase de prueba y que ha sufrido hoy pérdidas por valor de 265.000 euros, según fuentes oficiales.
Más de una veintena de vehículos de las fuerzas auxiliares y unidades de los antidisturbios tomaron la ciudad universitaria, mientras un elevado número de camiones de bomberos trataba de apagar pequeños incendios locales. Según la agencia de prensa marroquí Maghreb Arabe Presse (MAP), la policía judicial ha puesto en marcha una investigación para esclarecer los motivos de la muerte del joven estudiante y poder dar con el asesino.