Italy Calling
Una segunda oleada de detenciones entre los círculos radicales ha golpeado a Italia nuevamente esta mañana. La operación, que fue llevada por la policía y los departamentos de servicio secreto, ha concluido con 22 órdenes de prohibición y un total de 78 personas bajo investigación en Florencia, 5 bajo detención domiciliaria.
Todos ellos se creen que están conectados con el centro social local Spazio Liberato 400 colpi (espacio liberado 400 golpes), que desempeñó un papel enorme en las protestas estudiantiles del otoño pasado. Los cargos son en algunos casos similares a los que hizo contra los detenidos de Bolonia el mes pasado, de asociación subversiva y Penal, pero algunos son más específicos: daños a la propiedad privada o pública, la ocupación ilegal de edificios públicos, violencia contra policías, interrupción de servicios públicos. Todo esto se refiere a las acciones directas y protestas que grupos de estudiantes realizaron en toda Italia entre noviembre y diciembre de 2010 en particular, cuando grandes grupos de manifestantes ocuparon trenes y estaciones de autobuses, monumentos y otros lugares públicos.
Las 78 personas bajo investigación se cree que han participado en acciones que tuvieron lugar durante esos meses en Florencia, como daños a bancos y cajeros automáticos, sabotaje de instalaciones CCTV, daños y ataques contra la sede de partidos políticos y empresas internacionales, ocupaciones de edificios públicos y privados y la interrupción del transporte público por la ocupación de estaciones de tren y principales carreteras. Una vez más, la policía y los medios de comunicación han afirmado que han sido encontradas armas en el centro social. Echa un vistazo aquí para ver las peligrosas armas de destrucción masiva, para reír por no llorar…) Anteriormente, en enero, el mismo centro social había anunciado on line el descubrimiento de dos agujeros en el edificio.
En una repetición de los métodos utilizados en otras circunstancias históricas, las autoridades italianas una vez más se dedican a una represión brutal y despiadada de cualquier forma de disidencia radical (y menos radical, para el caso). Se deben haber asombrado y casi paralizado por el tamaño y la creatividad de las protestas, pero su intención ahora está clara: atemorizar a los miles de personas salieron a las calles durante los últimos meses mediante el castigo de algunos, los que creen que son los instigadores y dirigentes; causar fricción y división entre grupos y personas con diferentes tácticas y estrategias y, en última instancia, reafirmar su poder y tener su venganza. Pero no podrán detener las semillas del cambio esparcidas, como tampoco podrán parar los vientos de cambio.