Con motivo del 60 aniversario de la Guerra de Corea, estamos presentando una serie de artículos que nos permitan rescatar la historia libertaria de Corea, y a la vez, comprender mejor la realidad coreana y el momento histórico de la guerra, clave para entender muchos hechos de la Guerra Fría y el cual sigue teniendo impacto hasta el presente. A siguiente, es una charla de Alan McSimoin para la sección de Dublín del Workers Solidarity Movement, en septiembre de 1991, en base a la “Historia del Movimiento Anarquista Coreano” de Ha Ki- Rak, publicada en 1986 por la Federación Anarquista de Corea.
Guerrillero Anti-Japonés de Shimin
Historia del movimiento anarquista coreano
En los 3000 años de historia coreana se levantaron movimientos que lucharon por los derechos de los campesinos y por la independencia nacional. En algunos de esos movimientos se pueden apreciar tendencias que tienen ciertas semejanzas con formas de anarquismo moderno, en la misma forma que se observa en los Diggers de la revolución inglesa.
En 1894 Japón invadió el país, bajo el pretexto de proteger Corea de China. La lucha por la independencia nacional se convirtió en el punto central de toda política y actividad radical.
El movimiento anarquista en Corea comenzó a tomar forma entre los exiliados que fueron a China después de la lucha independentista de 1919 y los estudiantes y obreros que fueron al Japón. Esta lucha, el Movimiento del 1 de Marzo en la que destacaron los anarquistas, llegó a implicar a 2 millones de personas; hubo 1500 manifestaciones; 7.500 muertos; 16.000 heridos y más de 700 casas y 47 templos destruidos.
En el periodo que va hasta el final de la 2ª Guerra Mundial la Federación Anarquista de Corea tuvo tres etapas.
La primera etapa cubrió la primera parte de los años 20 y es descrita por la FAC como periodo de gestación.
En los primeros años del siglo XX no sólo la clase alta de Japón comenzó su expansión imperialista por otros países asiáticos sino que también aplastó toda oposición en su casa. Los anarquistas japoneses fueron la punta de lanza de la lucha anti-imperialista. En 1910 Kotoku Shusui, un dirigente anarquista japonés, fue ejecutado por traición. El Periódico de los Plebeyos había dirigido la oposición a la guerra Ruso-Japonesa y a la ocupación de Corea. La clase dirigente japonesa estaba preocupada por las revoluciones rusas de 1905 y de 1917, los disturbios del arroz de 1918 y el levantamiento de las masas de Corea en 1919.
Después de la sangrienta represión del movimiento de Corea y el aumento en el nivel de la lucha de clases en el propio Japón, los dirigentes Japoneses culparon a los anarquistas y a los coreanos del terremoto de Tokyo de 1923 (*). Más de 6.000 trabajadores coreanos en Japón fueron apaleados con palos y cañas de bambú. Todos los anarquistas conocidos de Japón y Corea fueron arrestados. Park Yeol y su mujer Kaneko Fumiko, anarquistas coreanos, veteranos de la lucha independentista y organizadores de la “Sociedad Negra de los Trabajadores”, fueron sentenciados a muerte. Como los cargos de causar un terremoto le parecían a algunos sectores de la clase dirigente algo embarazosos, sus sentencias fueron conmutadas por cadena perpetua. Kaneko murió en prisión y Park no fue puesto en libertad hasta el fin de la II Guerra Mundial. Muchos coreanos encarcelados en el conocido como “el caso de la Alta Traición” se convirtieron en los líderes del movimiento anarquista en su propio país.
La Federación Anarquista de Corea en China, formada en abril de 1924, publicó el “Manifiesto de la Revolución Coreana”. Era militantemente anti-imperialista: “declaramos que los políticos ladrones del Japón son el enemigo para la existencia de nuestra nación y que es nuestro legítimo derecho el derrotar al imperialista Japón por los medios revolucionarios”. Pusieron énfasis en la necesidad de no cambiar simplemente de gobierno y señalaron la diferencia entre una revolución política y una revolución social. No había dudas en el papel de los anarquistas, hacían hincapié en guiar al país a una situación revolucionaria. La Federación comenzó a producir periódicos como “Recaptura” y “Boletín de Justicia”.
Para 1928 la expansión de la política libertaria les permitió a los anarquistas coreanos organizar la Federación Anarquista del Este con camaradas de China, Vietnam, Taiwan y Japón – que publicaron un boletín, Dong-Bang (“El Este”). El “Manifiesto” fue adoptado por la Federación del Este como programa formal.
La segunda etapa que cubre los años 1925-30 estuvo marcada por la organización del movimiento. Pertrechados con la teoría de la revolución anarquista del “Manifiesto” y las experiencias prácticas esbozadas en el Movimiento del 1 de Marzo, las organizaciones obreras en Japón y los grupos del “caso de la Alta Tración” se organizaron en Seul, Taegu, Pyongyang y otras áreas. Para noviembre de 1929 la Federación Anarquista Comunista de Corea había experimentado un enorme crecimiento y se formó como organización nacional. Como parte de la resistencia anti japonesa era un cuerpo completamente clandestino. Esto no debe llevar a nadie a pensar que era pequeño o carente de apoyo popular.
Para dar una idea de cómo había crecido el movimiento observemos el crecimiento experimentado desde 1920. En la provincia de Kiho el periódico diario “Dong-a Ilbo” informaba en octubre de 1925 que 10 miembros de la Liga de la Bandera Negra habían sido condenados a un año cada uno. El año siguiente el mismo diario informaba de que 5 jóvenes obreros habían sido encarcelados por distribuir un manifiesto en un estilo muy similar al “Manifiesto de la Revolución Coreana”. En 1929 “Dong -a Ilbo” cuenta que una sociedad secreta de anarquistas organizada por Lee Eun-Song tenía 100 miembros en la ciudad de Icheon en la provincia de Kwangwon. En ese año se supo que la Sociedad de Artesanos de Chunju, anarquista, consiguió sacar de escena a la policía japonesa. En respuesta a esto la pena de muerte se restableció en el país con el objetivo de “cambiar la estructura nacional”.
En Taegu, la Liga de la Verdad y la Fraternidad fue fundada en 1925 por exiliados que volvieron de Japón. También nació otro grupo llamado Liga Revolucionaria, ambas ligas tuvieron contactos regulares entre sí y con la Sociedad Juvenil Negra de Tokio. También me he encontrado con grupos anarquistas en Anui, Mesan, la Liga de la Amistad Negra de Changwon, el grupo de Ayuda Mutua de la isla de Jeju. El último mencionado solía, por su alejamiento del gobierno central, organizar colectividades y cooperativas de campesinos y artesanos. No hace falta decir que los organizadores pronto encontraron que no estaban lo suficientemente alejados y se vieron pronto entre rejas.
En las provincias de Kwanseo y Kwanbul he encontrado menciones de al menos 8 grupos. Casi todos los grupos del país estaban ocupados en producir propaganda y prensa, en organizar sindicatos y en animar la resistencia a la ocupación.
Por lo que sabemos casi todas las regiones de Corea podían presumir de contar con al menos un grupo organizado. Había también organizaciones en Manchuria y entre los exiliados en China y Japón.
La siguiente etapa fue el periodo de lucha que va hasta 1945.
Entre los 2 millones de coreanos de Manchuria la FAC fue capaz de extender sus raíces inmediatamente después de su formación en 1929. El principal organizador de la Federación, Kim Jong-Jin, trazó un plan en el que organizó guerillas anti-japonesas. Cubría colectividades voluntarias para campesinos, educación gratuita hasta los 18 años y con educación para adultos y entrenamiento en armas para todos los adultos responsables.
Las discusiones continuaron y eventualmente se eligió un plan anarquista que fue descrito como “un acuerdo para una federación libre basada en la libertad espontánea de personas”.
La dificultad que no se esperaba realmente fue el cómo tratar con los estalinistas que también se estaban organizando en la región y estaban calificando a los anarquistas de “tiranos”. Los jóvenes anarquistas del entorno de Yu-Rim querían confrontar ideología con ideología y demostrar la superioridad de sus ideas. Los guerrilleros veteranos anti-japoneses del entorno de Kim Jwa-Jin (a veces llamado “el Makhno coreano”) pensaban que sería suficiente con apoyar el anarquismo e ignorar a los estalinistas hasta lograr la independencia nacional porque sólo entonces se debería hacer política. ¡No muy diferente de las etapas teorizadas por elementos del Sinn Fein! [ie., partido republicano irlandés]
Para agosto de 1929 los libertarios habían formado una administración en Shinmin (una de las tres provincias manchurianas). Aunque se trataba de un gobierno, tenía puntos en común con las concepciones anarquistas. Organizados como la Asociación del Pueblo Coreano en Manchuria declararon que sus objetivos serían el formar “un sistema independiente formado por cooperativas auto-gobernadas que tendrían poder total para salvar nuestra nación en la lucha contra Japón”. La estructura era federal, yendo desde asambleas en las aldeas hasta congresos en los distritos y en las regiones. La asociación general estaba compuesta por delegados de los distritos y regiones. La asociación general instaló departamentos ejecutivos para tratar de agricultura, educación, propaganda, finanzas, asuntos militares, salud pública, juventud y temas generales. La plantilla de los departamentos no recibió más del salario medio.
Podríamos esperar que la organización comenzara en el nivel local para luego ir federándose en niveles superiores. Sin embargo la APCM estimaba que la situación de la guerra hacía imposible aplicar este principio inmediatamente. En las reuniones nombraron las plantillas de la organización de arriba a abajo. Se enviaron equipos de organización y propaganda para apoyar y crear asambleas populares y comités. En una aldea se construyó un molino de arroz capaz de moler más de 1000 tm para permitir a la cooperativa local dejar de depender de los mercaderes. Aparentemente todos aquellos equipos tuvieron buena respuesta y fueron bienvenidos por dondequiera que iban.
La administración local de los combatientes anti-japoneses en Shimin se disolvió voluntariamente y prestó su apoyo a la APCM. Como los anarquistas estaban creciendo tanto en número como en apoyo los elementos estalinistas y los pro-japoneses en Manchuria sintieron sus bases de poder amenazadas.
El 20 de enero el general libertario Kim Jwa-Jin fue asesinado mientras estaba trabajando para la reparación del molino de arroz que acabo de mencionar. El asesino escapó pero su cómplice fue atrapado y ejecutado.
En una reunión en junio de la FACK, celebrada en Pekín, se decidió desviar todos las los recursos de Corea a Manchuria y la mayoría de los miembros de la FACK se trasladaron a la zona anarquista del norte de Manchuria. Debería señalarse que también las mujeres estuvieron activas como agitadoras y contrabandistas de armas.
Desde el final de 1930 se sufrieron oleadas de ataques de los japoneses desde el sur y de los estalinistas, apoyados por la URSS, desde el norte. A principios de 1931 los estalinistas enviaron equipos de asesinos y secuestradores a la zona anarquista para eliminar a los activistas libertarios destacados. Creían que si aniquilaban a la FACK la APCM se debilitaría y desaparecería. Para el verano de 1931 muchos líderes anarquistas estaban muertos y la guerra en dos frentes estaba devastando la región. Se decidió volver a la clandestinidad. Ya no volvió a existir un Shimin anarquista.
Hay mucho que decir sobre las actividades en China y Japón y también en Corea en los años cercanos a la 2ª GM, sobre su actitud frente a la partición de su país y sobre su posición actual. Nos llevaría mucho tiempo tratar de todo. Lo que debe quedar claro es que el anarquismo en Asia tiene una historia muy real. Necesitamos más información para tener un conocimiento más acabado de su anterior desarrollo político, de sus logros y sus errores. Mientras tanto podemos afianzarnos en la idea de que el anarquismo fue, y puede ser otra vez, la principal fuerza de la región.
Charla de Alan McSimoin para la sección de Dublín del Workers Solidarity Movement, septiembre de 1991, en base a la “Historia del Movimiento Anarquista Coreano” de Ha Ki- Rak, publicada en 1986 por la Federación Anarquista de Corea.
(*) El 1 de septiembre de 1923, un gran terremoto sacudió al este de Japón (la región de Kantô). Más de 90.000 de personas murieron y se destruyeron cerca de medio millón de edificios, en parte por los efectos iniciales del terremoto pero principalmente por los fuegos posteriores que ardieron sin control durante días. Cuando los frentes de fuego barrieron a Tokio, Yokohama y otras ciudades, los rumores de que estaban provocados por los revolucionarios causaron tanto miedo como las mismas llamas. La histeria llevó a los linchamientos, y muchas de las víctimas eran inmigrantes coreanos. En esta situación de pánico y caos, las autoridades vieron una oportunidad dorada para eliminar a sus enemigos, arrestando y encarcelando a todos los anarquistas japoneses y coreanos conocidos. Esto fue el principio de lo que los anarquistas japoneses llaman su “época de invierno”, que duró hasta el final de la segunda guerra mundial (nota del traductor).