Introducción
Las luchas a las que se hace mención en este artículo se refieren a una época en la que campesinos y obreros empiezan a organizarse de manera masiva en el territorio griego. En muchas ciudades hay corporaciones obreras: se ha fundado la GSEE (Confederación General de Trabajadores de Grecia), como también la SEKE, que más tarde se transformará en KKE (Partido Comunista Griego). La Tercera Internacional intenta, y en la mayoría de los casos lo consigue, controlar la homogeneidad de las tendencias socialistas, pero también marginar las más antiautoritarias y radicales, algo que ha jugado un papel importante en la formación de la realidad helénica. Merece la pena intentar hacer un repaso histórico en el movimiento, en busca de los procesos de fermentación de la lucha obrera durante los años anteriores, y concretamente de 1860 a 1900. Este período se caracteriza por una gran cantidad de tendencias radicales, y también por una presencia anarquista muy rica, con una intensidad en propaganda y acción que será constante hasta 1910, cuando comienza a debilitarse. Las primeras ideas radicales se importan a Grecia del resto de Europa durante la década de 1870 a 1880. Aunque hay referencias a la Primera Internacional y a C. Marx, sin embargo parece ser que las ideas de Proudhon, Bakunin, Blanqui y Kropotkin tienen más influencia entre los campesinos y los burgueses rebeldes. Era la época de la Comuna parisina, cuyo eco llegó a través de los internacionalistas griegos que habían participado en ella –como María Daidoglu–, o que vivieron los acontecimientos posteriores, como el abogado P. Argiriadis, defensor de varios anarquistas en los juicios que siguieron a la represión de la Comuna. Hay que hacer una mención especial a Plotinos Rodokanitis. Influenciado por los ideales de Proudhon, tras el intento de crear un «Círculo Anarquista » en Atenas, huye a España. Allí, las persecuciones de anarquistas lo obligan a autoexiliarse a México, adonde llevará las ideas anarquistas cooperativistas. Rodokanitis fue el primer traductor de Proudhon en América latina y en México (allí podemos encontrar una estatua en su honor). Al mismo tiempo que los griegos se dispersaban por toda Europa, una gran afluencia de refugiados llegaban a Grecia. La mayoría eran radicales y formaban parte de movimientos sociales «vencidos» de aquella época. Así, para evitar la persecución, se vieron obligados al autoexilio. Uno de ellos fue el anarquista italiano Cipriani. Muchos obreros franceses e italianos se establecen en la isla de Siros en 1871, y numerosos anarquistas italianos llegan a Patras en 1848 y se dispersan por las ciudades de Pirgos y Corinto. Estos últimos, sobre todo, no se relacionaron directamente con las luchas locales ni con la sociedad; sin embargo, sus ideales tuvieron una gran influencia. Asimismo, ayudaron a que los radicales locales se pusieran en contacto con grupos anarquistas de Italia y también con la Internacional de Bakunin. Así, en 1875 se funda en la ciudad de Pátra la «Asociación Demócrata» orientada hacia el anarquismo de aquella época. Dos años más tarde, la Asociación publica su propio diario y entra en la AIT (Asociación Internacional de Trabajadors). Desde el primer momento, la Asociación fue duramente criticada por la prensa local, que ridiculizará y minimizará su acción. El diario será perseguido con la excusa de conspiración, peligrosidad e intento de levantamiento con el objetivo de provocar una guerra civil. El resultado de dicha persecución fue el cierre del diario y la encarcelación de un miembro de la Asociación. Este primer intento terminó «sin éxito», con persecuciones sistemáticas que llevaron a la disolución del núcleo anarquista. Sin embargo, resurgen en 1896 participando activamente en las movilizaciones y levantamientos de los micro productores locales de pasas. En ese mismo período se forma un grupo de anarcosindicalistas representados por el periódico Epí ta Proso. Durante esos años (1895, 1896,1898 y 1903-1905) se producen manifestaciones de campesinos armados que muchas veces acabarán en enfrentamientos con el Ejército, con el consiguiente reguero de muertes. Se ocupan pueblos enteros y los duros enfrentamientos acaban con detenciones, ejecuciones y largos juicios. Los campesinos, promovidos por anarquistas griegos e italianos refugiados, llegan a tomar posturas claramente contra el Estado, anti-burguesas y antiautoritarias, y aplican de manera concienciada la «violencia por violencia » («golpe por golpe»), armados con pistolas, hachas, picos, etcétera…
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