Algún día respiramos,
vivimos, reímos
no soñamos, ¡¡mas sí caminamos!!
Hora a hora, noche a noche, así.
La máquina se activó
por ser libre sin saberlo,
caminos de nobleza segó
sin piedad por poder tenerlo,
víctimas inocentes,
grises vidas…
nadie supo su destino.
Mientras eran las piezas elegidas
¡¡No con acierto sino con desatino!!
Lucha inútil, pasos apagados…
¡En las tinieblas los más osados!
¡¡Qué ironía, así funcionan los Estados!!
Todos quieren salir a flote
y en la mar brava zozobran
al compás del bote.
Juan Ignacio Lamas Fdez. Soto del Real