En vistas de toda la histeria mediática que ha rodeado al anarquismo en Portugal desde la manifestación del 25 de abril de 2007 [las presuntas amenazas de muerte por los anarquistas a Cavaco Silva y José Sócrates (Morning Post, 05/07/2010) la fantasiosa trampa tendida a la PSP en las inmediaciones de Bairro Alto (Daily News, 31/05/2010) o la equiparación de los anarquistas con Al-Qaeda como las principales amenazas a la cumbre de la OTAN en Lisboa (Daily News, 05/06/2010 )] no podemos dejar de reaccionar. No hacerlo sería otorgarle la razón a un periodismo parcial y declarado nuestro enemigo. Puesto que los objetivos y la intención consciente detrás de estas historias son transparentes:denigrar nuestra imagen a los ojos de aquellos que sólo saben del anarquismo lo que leen en los periódicos y alentar una posterior caza de brujas en contra de nosotros. De manera que respondemos a nuestra propia pregunta. ¿Quién teme a los anarquistas? ¿Y cuáles son las razones de este miedo?
La situación actual de crisis del capitalismo y sus consecuencias, son sentidas por todos nosotros en nuestra propia piel en forma de aumento de la desigualdad social y el deterioro constante de las condiciones de vida, tampoco podemos olvidar la atención del Estado y sus órganos represivos, preocupados por las posibles repercusiones que todo esto podría traer. Aunque por ahora reine la paz social,temen que, tarde o temprano, la paciencia del pueblo entero se agote y, por último, estalle la revuelta social. Visto esto, la cuestión que el poder se plantea es: “¿Qué (o quién) podría servir de catalizador para la revuelta?” Dados los recientes acontecimientos en Grecia, la atención mediático-policial es dirigida hacia nosotros.
Observando el movimiento anarquista en Portugal, las autoridades están considerando maneras de neutralizarlo con rapidez, antes de que éste se escape de su control. Los medios de comunicación,se han sumado a la campaña de criminalización del anarquismo. Así nos explicamos el interés que algunos medios de comunicación tienen en presentarnos colectivamente como un grupo de “radicales” con una ideología “extremista” que sólo trata de sembrar la violencia y la confrontación a toda consta. Si nos llaman “radicales” y “extremistas” esto es debido a nuestro rechazo de todo un sistema basado en la opresión y la explotación, que no queremos suavizar a través de reformas, cambiando apenas algunas cosas para que lo esencial permanezca. Pretendemos una verdadera igualdad social, donde no haya privilegiados, y donde el individuo pueda tener autonomía y libertad para decidir sobre su vida. No tememos la confrontación, del mismo modo que no la vemos como un fin en sí mismo.
Lo urgente es resistir! Debemos superar la pasividad, el miedo, la manipulación de los partidos políticos y sindicatos, y actuar! Necesitamos que los explotados y oprimidos se unan, piensen en sus problemas comunes y actúen sin intermediarios.
Dicho esto, es fácil entender quien tiene miedo de los anarquistas.
Por mucho que lo intenten, no nos van a silenciar!
Julio del 2010