“Encuadrar todo el ejército de los lúcidos, los críticos, los comprometidos, y encomendarle las tareas decisivas de la Vieja Represión”
Acampadas: Hemos conocido lo que da de sí la revuelta (aplaudida) de los buenos. Si se subleva mañana la gente mala, yo estaré ahí. Lo Dado ha querido “recuperar”, “asimilar”, el 15-M. Tal vez lo incorporó como un momento travieso de la Organización. Yo creo que sí. Pronto se sacarán los cuchillos en legítima defensa, entonces se manifestarán los peores, los insobornables, los imprescindibles. ¿Quedamos?
¿No hemos aprendido nada de los modos en que se gestiona nuestro malestar? ¿No reconocemos en la reciente publicística de “la indignación” la misma trampa de siempre: invitación a quemarnos en luchas “educadas”, para que se prorrogue el Más Indignante de los Sistemas?
¿Todo esto no es obvio? ¿No lo han respirado, hasta extremos de asfixia, en primer lugar las excelentes personas que, estando contra el Sistema, quisieron acudir allí donde algo se movía, o parecía que se movía?
Aceptando mi impopularidad en muchos medios; separándome, a este respecto, de Galeano, Fabretti, Boron, García Calvo y otros autores dignos de estima por lo que escribieron, pero susceptibles de reserva por lo que no han sabido leer en este “aquí y ahora”; tras haber padecido insultos y desavenencias por parte de algunos “indignados”, solo digo esto:
Pronto se manifestarán los insobornables, los que no admiten cantos de sirena, los que están mal porque todo está mal, y saben que hay muchísimos (aparte de los especuladores, los banqueros, los políticos,…) que están mejor porque todo va mal.
Se manifestarán y no cosecharán aplausos en la prensa, ni recaudarán espacios en los otros medios de comunicación. Se pasarán por el culo toda LEY ELECTORAL, porque verán la misma miseria en los partidos pequeños que en los grandes; y no reclamarán lo que no tienen (trabajo, vivienda, futuro, democracia real) para no apestar.
Pero harán cosas y nombrarán la verdad.
¿Estamos con ellos o jugamos a celebrar lo integrado?