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La fiesta griega por Miquel Amorós

La bancarrota del Estado griego, en tanto que acelerador de la crisis financiera mundial, ha de despertar todas las simpatías de quienes deseen el fin del capitalismo. La importancia del hecho resulta patente al apuntar otras posibles quiebras estatales de mayor repercusión, concretamente en Portugal, Irlanda y España, pero sobre todo, al transcurrir inmerso en una crisis social que no ha cesado de profundizarse. La revuelta griega que arrancó en diciembre de 2008 con tan buenos augurios, camina a buen paso sin que los intentos de pacificación o reconducción hayan podido detenerla, y eso que su fin es la condición sine qua non de la recomposición del Estado y de la salud de los mercados financieros mundiales (y si nos apuran, del funcionamiento correcto de los ordenadores que los dirigen). La aplicación de un severo plan de austeridad diseñado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, dos de las más altas instancias del capitalismo, depende de la pacificación de la sociedad griega, a fin de que las deudas del Estado, en poder de los grandes bancos europeos, puedan ser traspasadas a los trabajadores, los funcionarios y los pensionistas griegos. Pero, además, el mayor peligro de la revuelta no reposa en sí misma, en las dificultades que ofrezca al restablecimiento del orden económico en un lugar concreto de la geografía capitalista, aunque sean considerables, sino en el mal ejemplo que ofrece a las poblaciones amenazadas por medidas similares, en su capacidad de contagio, en su efecto dominó. Máxime cuando la siguiente ficha que amenaza en caer es el Estado español. Y es que el triunfo de la revuelta griega se halla suspendido a su expansión, depende de su internacionalización. Los males griegos encontrarán solución cuando dejen de ser precisamente eso, griegos.

Para evitar mimetismos incongruentes, hemos de acercarnos a la realidad griega actual y hacernos una idea del país. Lo primero que llama la atención es que de los 11’2 millones de habitantes, cinco pertenecen a la conurbación de Atenas y algo más de uno a la de Salónica. Patras, la tercera conurbación griega, apenas tiene 250.000 habitantes, con lo cual la situación queda bastante simplificada por el enorme desequilibrio territorial: lo que sucede en Grecia, sucede ante todo en Atenas y Salónica. El resto es campo y turismo. En efecto, las dos metrópolis concentran toda la industria y la mayoría de los negocios, así como la mayor parte de la administración y el empleo. También en ellas discurren las maniobras políticas y se dirimen las luchas sociales. Sorprenderá menos pues, la pasividad del gobierno ante los incendios del verano de 2007 que devastaron la tercera parte del territorio, y su atolondramiento cuando el humo llegó a la capital. Pero eso no fue siempre así, y hasta 1970 la producción agraria superó a la industrial. El territorio griego no se hallaba tan descompensado, pero en los 25 años siguientes la población campesina emigró a las ciudades, no a cualquiera de ellas, sino a las dos mencionadas, verdaderos sumideros de mano de obra descalificada. Con todo la población campesina residual es proporcionalmente el triple de la de cualquier otro país europeo. Ese proceso particular de concentración poblacional fue dirigido desde el Estado, y esa es la segunda característica especial de Grecia, el enorme peso del sector público. La tercera parte de la masa asalariada son funcionarios y el Estado controla buena parte de la industria y las finanzas. De ahí que los partidos que se alternan en el gobierno, la socialdemocracia y los conservadores, el PASOK y la ND, no sean simples partidos, sino verdaderas maquinarias de gestión, extremadamente jerarquizadas, con un concepto patrimonial de la política y de la propiedad pública propio de otros continentes. Las mismas jefaturas partidistas han pasado de padres a hijos. Las exigencias de la Comunidad Económica Europea, a la que Grecia pertenecía desde 1981, obligaron a desmontar una parte del aparato, por lo que a partir de 1990 se realizaron privatizaciones y en 1998 se liberalizó la Banca. Precisamente los primeros conflictos de envergadura sucedieron en torno a la privatización de la enseñanza. Las fondos europeos de ayuda no bastaron para modernizar el país, ni mucho menos para disminuir la plutocracia, lo que se tradujo en una descapitalización de los servicios públicos y unos menguados salarios. Un sentimiento de frustración se apoderó de la población trabajadora.
A partir de 1996 debutó la época de las vacas gordas y la clase dirigente griega pudo beneficiarse de la bonanza económica de la globalización. Se produjo un boom turístico y financiero, florecieron los negocios inmobiliarios y la marina mercante, cayó la natalidad en picado, se multiplicaron las hipotecas y la oferta de trabajo atrajo a miles de inmigrantes. Grecia entraba en la modernidad, acentuando las divisiones sociales. La clase dirigente usaba al Estado para reforzarse y enriquecerse, mientras que los pactos con los potentes sindicatos GSEE y ADEDY, la Confederación General de Trabajadores y la Unión de Empleados Civiles, lograban la paz social a costa de un proletariado no sindicado, precario y marginado, en buena parte inmigrante, que sobrevivía en el comercio, la construcción y el turismo. La sanidad, la enseñanza, la asistencia social y la justicia, seguían deteriorándose inexorablemente, en un intento estatal por forzar su privatización, mientras el contrapunto de todo ello, la seguridad, experimentaba un auge importante. De siempre es sabido que las desigualdades inaceptables se sostienen mediante la fuerza y las prisiones. En Grecia hay en la actualidad 13.000 presos; es la tasa de encierro más alta de Europa. También tiene Grecia el privilegio ciudadano de disfrutar de una brutalidad policial sin parangón europeo y de contemplar un apreciable número de crímenes de Estado. En ningún otro país pues, la lucha contra el capitalismo, contra la clase dirigente, es de forma tan evidente una lucha contra la policía, tanto la oficial como la paramilitar. Porque en ningún otro país, cualquier conflicto, por nimio que sea, es tan fundamentalmente, una cuestión de orden, y, por lo tanto, un conflicto contra el Estado. Estas condiciones tan especiales hacen de Grecia un hervidero de anarquistas.
En Grecia hay anarquistas de todos los colores –reformistas, reaccionarios y revolucionarios– como en todas partes, con la salvedad de que allí no forman un gueto autocomplaciente y acomodado, sino que gozan de una cierta influencia, bien que minoritaria, y de un cierto prestigio social, que han sabido ganarse a pulso en los últimos años. No nos detendremos en el movimiento anarquista, pues lo que interesa no son sus distintas formaciones o sus alambicadas diferencias, sino el peso creciente de las ideas libertarias en las luchas contra el capital internacional y el Estado griego. La agitación anarquista ha sido el detonante de la crisis social presente. De algún modo, en el marco de un consumismo fallido, las denuncias de injusticia y desigualdad social, el odio a la policía y a las vedettes de los medios de comunicación, la burla del lujo y de la autoridad, el rechazo de la corrupción, calaron en la juventud rebelde y abrieron una brecha en el conformismo de la población, justo cuando se avecinaba la época de las vacas flacas. La revuelta de diciembre hizo visible lo ya era evidente, y todas las mentiras de la prensa y la televisión no fueron capaces de ocultar el inicio de una crisis social que desbordaba todas las barreras habituales: sindicatos, partidos, militantes… 2009 fue el año de los debates ideológicos y de las tentativas por conectar con los trabajadores. Como de costumbre, la realidad adelantaba a la reflexión y la novedad era explicada las más de las veces con fórmulas pretéritas, obrerismo ramplón y consignas abstractas vanguardistas. La revuelta tenía que crear su propio lenguaje con el que ilustrar políticamente sus propias acciones y los libertarios eran los únicos que podrían hacerlo.
En toda crisis social se desencadena un proceso contrarrevolucionario, acto reflejo con el que la dominación intenta defender sus posiciones. Sus primeras manifestaciones son el endurecimiento represivo y el progreso de la extrema derecha, pero hay que mirar también al otro lado, el de los últimos cartuchos, para el caso, el Partido Comunista Griego, KKE, y la coalición SYRIZA. Ambos representan la alternativa ultraestatalista, el capitalismo burocrático de Estado, bien en la clásica versión totalitaria estalinista, bien en la moderna versión keynesiana ciudadanista. La existencia del KKE es un arcaísmo típicamente griego, pues el partido ha sobrevivido al derrumbe de la Unión Soviética y conservado un mínimo ascendiente entre los asalariados a través de su sindicato PAME, el Frente Militante de Todos los Trabajadores. La política del KKE ha sido errática, pues igual ha apoyado a la derecha contra sus rivales del PASOK, que ha tanteado a los izquierdistas de Synaspismos. En política exterior, ha terminado por alinearse con la Rusia de Putin frente al “imperialismo europeo”. Pero en lo que nunca ha variado es en presentarse como un partido del orden. Como tal, se ha unido, cuando no encabezado, al coro de voces que tachaban a los rebeldes de delincuentes, criminales y fascistas. La existencia de SYRIZA obedece precisamente a la de la antigualla inmovilista y autoritaria del KKE; es el equivalente a lo que en otros estados es Izquierda Unida, el PCF, Bloco Portugués, Die Linke o Rifundazione Comunista, a saber, el post estalinismo ciudadanista. Aunque los fines que persigue, un Estado que gestione la crisis fuera de la Unión Europea, son los mismos que los del KKE, sus tácticas difieren, en cuanto que SYRIZA se inclina a infiltrar y recuperar el movimiento de protesta, y el KKE prefiere fabricar otro paralelo, totalmente controlado y blindado.
A menudo se acusa a la plutocracia griega de haber arruinado el país, despilfarrado el erario público y favorecido la especulación. Por la mala imagen de la corrupción, los dirigentes aparecen como malos administradores, cuando la verdad es muy otra: hicieron bien sus deberes, puesto que no eran otros que los de financiar el despilfarro con una burbuja especulativa. Toda la economía mundial funciona así, a base de gastar sin mesura y especular con el crédito, a la baja o a la alta (en este caso, con la deuda del Estado). De no ser por ello, el Estado hubiera caído en barrena mucho antes. El problema vino de la crisis americana del verano de 2007, cuando las hipotecas basura se vinieron abajo, desencadenando la serie de acontecimientos que bloqueó la financiación y pinchó las burbujas. El riesgo asociado a la deuda estatal griega aumentó exponencialmente y las reformas administrativas no llegaron a buen puerto, resintiéndose los servicios públicos y las infraestructuras; la economía entraba en recesión y los salarios disminuían; ante ese panorama el gobierno conservador se quitó de en medio y pasó el testigo a los socialdemócratas. El PASOK ganó las elecciones anticipadas de octubre de 2009 (con un tercio de abstenciones) porque era el único partido con posibilidades de trasladar la deuda fiscal del Estado a la población, salvando así a los bancos europeos que guardaban sus títulos. Ni se molestó en investigar fortunas sospechosas o en encarcelar a unos cuantos políticos y empresarios corruptos del partido ND, puesto que eso nunca fue su objetivo. La decepción de quienes depositaron sus esperanzas en un cambio político fue monumental; además, todos los proyectos estatales fueron abandonados por falta de dinero, mientras el paro y la morosidad crecían más aprisa de lo esperado, con lo que hasta los mismos sindicatos comprometidos en el “cambio de rumbo”, la CSEE y la ADEDY, tuvieron que marcar distancias con la política del gobierno. Desde enero del año en curso hasta mayo, se fueron sucediendo huelgas, cuatro de ellas generales, y celebrando asambleas y manifestaciones, con el común denominador del rechazo de todos los partidos y de la política en bloque. La agitación descansaba sobre todo en los funcionarios y empleados públicos, menos expuestos a los despidos. Ha sido el momento de la gran maniobra del KKE, presentándose como el “partido de la clase obrera”, mostrándose adalid del antieuropeismo, y haciéndose eco del antiparlamentarismo generalizado, sin que por otra parte le tiemble la voz al denunciar como violentos y provocadores a los verdaderos antiparlamentarios.
En Grecia emergen enfrentados dos conceptos diferentes de proletariado, el viejo y el nuevo. Los estalinistas y los izquierdistas, cuando hablan de clase obrera, se refieren a la masa asalariada encuadrada en sindicatos, políticamente manipulable por partidos o vanguardias, a los que debe votar en tanto que “ciudadanía”. Pero ocurre que la contradicción fundamental del capitalismo no reside en la oposición capital-trabajo, sino en el sometimiento de cualquier actividad a la lógica capitalista, con lo que la lucha por el salario o el empleo es un conflicto menor que no cuestiona al sistema. Eso significa que no se puede constituir una clase ligada por el exclusivo hecho del trabajo. La verdadera lucha consiste en la liberación de la vida cotidiana colonizada por la mercancía, así pues, en el rechazo del trabajo asalariado y del consumo. Trabajador, en el sentido actual, es aquél rehén del capitalismo en todos los aspectos de su vida, no simplemente aquél que cobra un salario. Solamente a partir de una voluntad de descolonización de la vida cotidiana puede formarse una comunidad de lucha auténtica. La cuestión es importante puesto que el concepto reduccionista de proletariado nos devuelve a la perspectiva obrerista de los aspirantes a líderes e impone una estrategia capituladora. En las formas de lucha obrerista prevalecen las reivindicaciones laborales y la indiferencia política; el centro del conflicto permanece en el lugar de trabajo y la organización resultante es sindical o parasindical. En las formas de lucha revolucionaria dominan las reivindicaciones sociales y la negación decidida de la política; el centro del conflicto es territorial y la organización consecuente son asambleas de barrio y comités de base. Propias del sindicalismo son las huelgas seguidas de negociación; típicas del radicalismo son las ocupaciones innegociables. En las primeras fases del combate social ambas luchas se confunden, puesto que en principio no se contradicen, ya que la principal tarea consiste en la demolición del edificio social clasista. Pero en la medida en que el combate progresa surgen dos posiciones: la que regresa al lugar de trabajo y la que permanece en la calle; la que se conforma con gestionar su miseria y la que pretende sabotear sus mecanismos; la que pretende revalorizar la mercancía-trabajo y la que quiere derrocar el régimen mercantil. Entonces se echa en falta o se agradece la presencia de un proyecto revolucionario coherente.
Cuando hablamos de clase obrera y de capitalismo griego, no aludimos a abstracciones irreales, a referentes de la imaginación, sino de formaciones sociales concretas, contemporáneas. Los proletarios griegos conforman una variopinta masa de empleados, funcionarios, pensionistas, precarios, parados, trabajadores de servicios y obreros de la industria, con intereses sectoriales específicos que habrán de superarse para que el capitalismo se desplome. Solamente entonces, cuando coloquen un pie fuera del capitalismo, cuando sus intereses como colonizados prevalezcan sobre sus intereses como asalariados, formarán una clase, un sujeto histórico. En caso contrario, la ruina del capitalismo llevaría a su recomposición sobre bases diferentes, es decir, se irá de un tipo de capitalismo a otro. El capitalismo griego es un fenómeno casi enteramente subsidiario del Estado. Por consiguiente, la condición previa de cualquier proceso liberalizador en Grecia sería su desmoronamiento, cosa que sucedería si quedara cortado de los flujos económicos mundiales, debido a su propia incapacidad o por la resistencia de la población a someterse. Entonces entraría en juego la segunda opción del orden, a saber, la dictadura, militar o de partido, de derechas o de izquierdas, moderada o terrorista. Todo depende de las fuerzas en presencia y de sus movimientos estratégicos o tácticos. La represión es pues el común denominador de todo el periodo de descomposición capitalista, al que los revolucionarios habrán de hacer frente con las armas de que dispongan. Si triunfan, se dará la ocasión histórica para desarrollar su proyecto. Al cesar el dominio del capital, el proletariado tendrá que abolirse en tanto que polo de una relación acabada. En el caso griego, con tantos funcionarios de por medio, no faltarán quienes propongan la autogestión del aparato estatal en lugar de su desmantelamiento. No obstante, la autogestión de la producción y de los servicios orientada a la satisfacción de necesidades básicas podrá ser una medida de transición, puesto que la dispersión de las conurbaciones y la repoblación racional del territorio griego no será algo que ocurrirá de la noche a la mañana. Eso sí, las formas igualitarias de convivencia social, cada vez más descentralizadas y horizontales, habrán de impedir la reaparición de mecanismos de poder separado, desde donde el orden abolido pueda volver a recomponerse.
La mejor forma de ayudar a la revuelta griega en la península ibérica sería imitar su ejemplo, pero aquí el desclasamiento es tan grande que el endeudamiento general, la debilidad financiera del Estado y los cuatro millones y medio de parados no son suficientes para impulsar una crisis social. La solidaridad con Grecia, en consecuencia, no ha podido ser más que simbólica y no ha salido de los guetos, padeciendo todas las incongruencias de aquellos. Ya hemos visto las diferencias que existen entre ambos países, lo que determinará procesos sin duda bien diferentes. La verdad es que la clase dirigente española ya sabe que los tiempos por venir serán convulsos y se prepara. Olvida la “economía sostenible” y recluta efectivos para el mantenimiento del orden. Ha de escoger entre el sacrificio de las masas o la quiebra, y sabemos que no escogerá la quiebra. Un arsenal represivo imponente está ya a disposición de los gobiernos para cuando fallen las maniobras políticas, sindicales y ciudadanas, pero nadie se da por enterado. La inconsciencia de la población que va a sufrir las medidas de rescate económico del Estado al tiempo que sigue pagando su hipoteca, es signo preocupante de los malos tiempos que se avecinan. La conciencia de lo que es y de lo que debe ser, de lo que se está haciendo y de lo que hay que hacer, es por lo tanto el problema y el objetivo. Pues las masas han de dejar de dormir y empezar a soñar.
Miguel Amorós
9 de mayo de 2010

¿Quién manda que se diga Lleida y que se escriba tod@s?

Eso no es nada invisible, como el sentido común o el pueblo-que-no-existe: por el contrario, es bien visible: son unos señores que se creen que pueden mandar en la lengua de la gente como si fuera suya.

Harto triste es ya que tengamos que cargar con una Real Academia de la Lengua Española, por ejemplo, destinada al intento de unificar y determinar lo que es español y lo que no, que, como ve que en la escritura puede mandar y dictar normas, se creen que también puede mandar en la lengua y enseñar a la gente cómo hablar bien en español. Los resultados puede el lector, y aun mero oyente, topárselos por doquiera; unas reglas de ortografía insensatas, que arrastran un lastre de pedanterías desde el siglo XVII hasta el presente, como mandar que se escriba con h ‘hombre’ y los imperfectos en ‘-ba-’con b, porque en latín, nada menos, (no en castellano viejo, cuando h- era un fonema y la oposición ‘b/v’ regía, y así se escribía omre o dava) sabían, los ignorantones de ellos, que en latín se escribía homo o dabat, mientras permite graciosamente la Academia y sin más motivo que algún descuido de viejos cultos consagrado, que escribamos sin h- ‘armonía’ o ‘endecasílabo’. Todas las cuales pejigueras, si se limitaran a la escritura, no serían mayor crimen, pero amenazan con serlo (contra lengua, que no es de nadie, y pueblo, que no es nadie) cuando a partir de ahí, pueden llegar locutores concienciados a obedecer y, en vez de escribir como se habla, hablar como se escribe, soltando cosas como oBstáculos, eXtraños o traNsportes . Y se topan igualmente los lectores con Diccionarios de la Lengua, que intentan esplicarle a la gente, con una culta ignorancia heredada de tres o cuatro siglos o, peor todavía, actualizada, el significado de las palabras, que ya de por sí no puede nunca definirse, pero que, con la inepcia académica, da lugar a una serie de embrollos y de errores que hasta le sonarían al sentido común ridículos, si no fueran los súbditos del poder tan obedientes. Harto triste y penosa es ya esa carga de sentir cómo la Cultura quiere poner la lengua al servicio de los ideales o necesidades del Estado y el Capital. Pero la cosa se vuelve más triste todavía cuando se encuentra uno encima con feminist@s, o con catalanist@as o galleguist@s, que reproducen la misma inepcia culta y académica, queriendo que la lengua que no es de nadie se ponga al servicio de sus banderas respectivas, y, al hacerlo, demuestran la misma espesa ignorancia de lo que sea lengua o pueblo; que tal vez sea común el no saberlo (la gente habla así de bien como habla gracias a que no sabe a conciencia la gramática de su lengua); pero se vuelve en ellos ignorancia monumental porque creen que sí lo saben. Sólo por hoy un par de ejemplos. Cuando se empeñan en que al menos todos los españolitos digan , en vez de Lérida, Lleida (que como la mayoría de ellos yeízan, será más bien Yeida) o Girona (con una g- catalana, algo como sy-) o , para no ser menos, Ourense y A Coruña, revelan la insipiencia más elemental en que ni siquiera se dan cuenta de que justamente los Nombres Propios son elementos que no pertenecen a una lengua, de manera que, al poner en ellos su patriotismo lingüístico, destapan lo mal que saben lo que son los mecanismos de su propia lengua; y en su ceguedad, se vuelven así en contra de su propio patriotismo, al no recapacitar siquiera en que eso de que a ciudades se las llamara en el estranjero Londres o Burdeos o Varsovia o Pekín lo que mostraba era el renombre y fama de que gozaban fuera de las fronteras de un Estado y de su idioma oficial. Asímismo, cuando los feminist@s, se revuelven contra su propia lengua porque, en español, cuando hay en una reunión chicos y chicas haya que decir “todos” y si una familia tiene niñas y niños, se hable en conjunto de sus “niños”, es que se toman a lo sexual la oposición ‘masculino/femenino’, olvidando que cuchillos y cuchillas, ni pozas y pozos, tampoco almendros almendras tienen sexo, y (en inglés no hay tal cosa como Géneros de nombres, pero eso no va a quitarles a los feminist@s de equivocarse también en inglés contra la lengua), lo que hacen con eso es desconocer los mecanismos más elementales de la lengua, como el de las oposiciones privativas, que al tenerse que anular en ciertas situaciones, es el término no-marcado (en este caso el Género Masculino) el que aparece como representante de la oposición anulada ( “son necesarios ollas y pucheros” ); y al echar a la lengua, que no es de nadie, ni sabe nada de sexo ni ordenaciones sociales de uno y otro, la culpa de lo que no le corresponde, están luciendo una confusión desastrosa de la lengua (que no sabe de sexos como no sabe de dinero , siendo la sola cosa humana que se la da a cualquiera gratuitamente) con la Cultura, que ésa sí que es machista, como que el Poder es, desde el principio de la Historia patriarcal y masculino, hasta el punto de que, cuando las mujeres se ponen a ocupar puestos en la escala o cuadros sociales, siendo esos puestos costitutivamente masculinos (presidente, juez, guardia civil, ministro, etc.), no pueden menos de hacer traición a su propio sexo, sometido y sumiso desde el comienzo de estos 10.000 años de Historia más o menos, casi nada al pie de la Lengua, que se hunde más allá de la Prehistoria, y así le echan a la lengua, que no conocen, pero, ¡ay! que se creen que sí, culpas que son de las reglas sociales, de buena y de mala educación, de usos políticamente (in)correctos de la lengua, normas que sí que son con frecuencia machistas o señoriales, como que se establecen y funcionan a nivel cosciente , donde está ordenado que en sitios, al casarse, tomen las mujeres el apellido del marido, o igualmente se prescribe que se les ceda el paso de la puerta a las señoras; todo lo cual no tiene nada que ver con la máquina de la lengua, donde nadie manda más que el pueblo -que-no-existe, el sentido común o subconciencia, y que los señores (o señoras) no sólo no conocen, sino que, al pretender conocerla, no pueden menos de estropearla y hacerla chirriar de esas maneras. Más les valía a esos malos rebeldes contra Estados o machismos que dirigieran los tiros a donde deben, y dejaran en paz a la lengua, que es el solo sitio donde pueden encontrar algo de común y pueblo sin sexos ni fronteras, que es lo que podría levantarse contra el Poder y desmentir sus falsedades.

* Agustín García Calvo (Zamora, 1926). Catedrático emérito de Filología Clásica de la Universidad Complutense de Madrid. Fue Premio Nacional de Ensayo en 1990 y de Literatura Dramática en 1999. En 2006 se reconoció su labor como traductor con un nuevo Premio Nacional. Es autor de numerosas libros de gramática, filosofía, teatro, poesía y narrativa. El último de ellos, Cosas de la vida, 17 cuentos (Ed. Lucina, 2009).

[Grècia] Huelga Salvaje en Grecia. Atenas

La manifestación del día de hoy, 5 de mayo ha sido de las más multitudinarias que se habían visto en los últimos veinte años. La presencia policial, pese a ser masiva, no pudo controlar en ningún momento los ánimos de protesta. Los manifestantes se concentraron frente al parlamento por varias horas, a pesar de que el aire estaba colapsado de gases lacrimógenos.

Pese a ello, lo que se respiraba en las calles era la voluntad de tomar el parlamento, donde se estaba celebrando un pleno para aprobar, en los próximos días, las nuevas medidas económicas a las órdenes del FMI. En la manifestación tuvieron lugar numerosos enfrentamientos y ataques a los bancos internacionales.

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Militancia anarquista

La situación actual socio-económica del mundo capitalista está muy deteriorada por la situación de crisis que se está produciendo. Por las condiciones del mercado, los capitalistas no ven factible conseguir el nivel de beneficio alcanzado hasta el momento con sus empresas y bancos. Desean darle una vuelta de rosca a las relaciones socio-económicas y serán los diferentes gobiernos de turno quienes faciliten las condiciones necesarias, ya sea por las reformas laborales, de pensiones o de la Seguridad Social. Los trabajadores y el pueblo en general son los principales afectados por estas medidas y, de nuevo, los que van a sufrir las consecuencias. Por lo tanto, se hace más necesario aun que los trabajadores se organicen para resistir a sus intenciones, proteger sus derechos y no permitir que sean recortados.

El problema al que nos enfrentamos es la falta de movilización de la mayor parte de la clase trabajadora debido al propio funcionamiento de las relaciones laborales entre trabajadores y empresarios, ya que la mayor parte de los trabajadores están excluidos de esta relación por las formas de representación aceptadas en el marco laboral. La clase trabajadora se ve empujada a delegar en profesionales del sindicalismo para solucionar sus problemas laborales mediando con la patronal. Además hay que tener en cuenta la propia naturaleza de estos sindicatos de profesionales, vacíos de trabajadores militantes y que son mantenidos por el propio Estado. Razones por las que no son válidos para un verdadero enfrentamiento con el Estado y la patronal en defensa de los derechos de los trabajadores. De momento, los anarquistas tenemos mucho trabajo para hacer ver a los trabajadores y al pueblo en general la necesidad de organizarse para defender sus derechos y aspirar a una vida mejor para todos, sin delegaciones e involucrándose en la solución de sus propios problemas.

El advenimiento de la revolución social dependerá de diversos factores que han de confluir en el convencimiento de la sociedad de que es necesario vivir bajo otros parámetros diferentes a los de la sociedad capitalista. Sustituir la competitividad por la solidaridad, el individualismo por el apoyo mutuo; conseguir una nueva sociedad con la igualdad como base, la libertad como medio y la fraternidad como fin.

El trabajo de los grupos para llevar las ideas y las formas de organización anarquista a todos los rincones de la sociedad actual es muy grande. Necesitamos de esta actividad para ir confeccionando el tejido social anarquista que nos servirá de base para la próxima organización social que surgirá después del estallido revolucionario necesario para finiquitar el sistema capitalista. Debemos incidir con nuestra actividad anarquista en diferentes campos dentro de la sociedad actual. Las relaciones personales, las relaciones sociales, la economía y el mundo laboral, la educación, la ecología,la medicina, la nutrición… El movimiento libertario tiene recetas válidas para todos estos campos, por lo que debemos ser capaces de articularnos en las diferentes actividades necesarias para conseguir ampliar nuestros horizontes.

Se hace necesaria la organización de los trabajadores para defender sus derechos y resistir a las imposiciones del capital hasta conseguir más altas cotas de bienestar y libertad, hasta acabar con la explotación del hombre por el hombre, que es la mayor injusticia que sustenta el sistema capitalista. Nuestra meta ha de ser el control de los medios de producción por parte de los trabajadores para orientar dicha producción en beneficio de la clase trabajadora y el pueblo en general, para que todos tengamos cubiertas nuestras necesidades físicas e intelectuales y no para el beneficio económico de unos pocos capitalistas.

Nuestra principal herramienta ha de ser la huelga general revolucionaria. Para ello es indispensable la presencia de trabajadores convencidos y articulados en una organización obrera que nos de la fuerza necesaria para enfrentarnos al Capital. Por supuesto, esta organización ha de ser un sindicato de trabajadores y para los trabajadores. Totalmente libre, independiente y autónomo. Sin las ataduras que imponen las subvenciones o los privilegios otorgados por el Estado. Un sindicato que se financie solamente con sus afiliados y donde estos mismos afiliados decidan el camino a seguir de manera horizontal en las asambleas de los sindicatos. La lucha en el terreno laboral, la organización de los trabajadores dentro de las empresas, es necesaria tanto para defender nuestros derechos presentes como para, en el futuro, organizar los medios de producción y la distribución de los propios productos. Los conflictos con la patronal han de tratarse mediante la acción directa con los propios patronos, sin intermediarios señalados por el Estado. Haciendo uso de la solidaridad como principal baza de los trabajadores y teniendo en cuenta que no debemos permitir la represión sobre ningún compañero ya sea de nuestro sindicato de ramo o de otro ramo de la producción.

Nosotros, trabajadores anarquistas, hemos de trabajar codo con codo con el resto de trabajadores en el sindicato anarcosindicalista, además de tener la actividad propia de nuestros grupos. No debemos conformarnos con conseguir mejoras dentro de las relaciones propias del sistema capitalista entre trabajadores y explotadores del trabajo ajeno, sino que debemos hacer ver al resto de trabajadores la necesidad de acabar con el propio sistema y organizarlo sobre parámetros más racionales.

Muchos compañeros militan en sus grupos y en la anarcosindical porque lo consideran necesario para alcanzar nuestro ideal, que no ha de ser otro que la anarquía. El camino será largo, pero es necesario andarlo. Viva la anarquía.

Periódico Tierra y Libertad (FAI)

http://www.nodo50.org/tierraylibertad/4articulo.html#inicio

[Grecia] Esta es la guerra que daban por muerta

Si en 2009 los acontecimientos que se sucedieron en Grecia tras el asesinato policial de un joven anarquista nos decian que las revueltas no eran parte del pasado en la vieja europa, el 2010 nos esta diciendo que la guerra de clases sigue igual de vigente que siempre, y que es posible comenzarla y desarrollarla aquí, en este mismo instante. La huelga general salvaje de ayer en el país griego evidencia la posibilidad y necesidad que se abre tras la deslegitimación de un orden mundial capitalista, que es la de recuperar la conciencia y rescatar la que dicen vieja lucha de clases. Pues es esta guerra, la que muchos daban por muerta, la única capaz de liberar de la opresión económica y social.

El gobierno griego era muy consciente de lo que iba a ocurrir si anunciaba el programa de recortes propuesto por el FMI y avalado por la maltrecha zona euro, pues el presidente Papandreu sabe bien del nivel organizativo y crispación que existe entre la clase trabajadora de su país. Pero parece que no le ha quedado más que aceptar con buena gana el chantaje capitalista mundial, aun sabiendo de las consecuencias. Al fin y al cabo las marionetas solo obedecen a los estimulos de sus hilos, son otros quienes los mueven.

Las consecuencias no han hecho más que comenzar y una mayoría social avanza con fuerza contra la imposición de las penurias que genera el sistema de la mercancia y el pensamiento único. La clase trabajadora griega salió a la calle masivamente, una clase que permanece unida con cada uno de los nuevos y viejos sujetos que la componen como los inmigrantes, los millones de parados o una juventud que ha demostrado con creces la valentia y el esfuerzo por plantear en la calle la guerra social.

Ayer, la clase oprimida organizada de Atenas, Salónica y otras muchas ciudades gritó, expuso sus reivindicaciones, sacó sus banderas y se defendió con piedras y molotovs porque hace tiempo ya que han perdido el miedo, el miedo paralizante y que mantiene a la mayoría de las personas del planeta bajo el imperio del dinero. Y esta es la única y sencilla razón por la que España no es Grecia, tal y como apresuran hoy a decir los “agentes sociales” de aquí. El miedo no desaparece, solo ha cambiado de bando, y eso hace de la protesta un proceso imparable.

Hemos vuelto a ser miles

La prensa y los manifestantes coinciden esta vez en considerar las protestas de ayer en las más numerosas y potentes desde hace más de veinte años. Fueron miles, millones quienes abandonaron sus puestos de trabajo en el comercio, la hosteleria, los trasportes o la agricultura para echarse a la calle y participar en las manifestaciones, que lejos de parecerse a los domesticados paseos que realizan los sindicatos oficiales en el Estado español, son buena muestra de la furia y las ganas de cambiar el actual estado de cosas, donde son los pobres quienes pagan un alto precio por los desmanes monetarios de su gobierno.

Fueron miles y estaban organizados. Se mostraron tan convincentes que contagiaron la ilusión de prenderle fuego al parlamento, para que alrededor del medio día se agolparán ya más de cien mil obreros que se disponian a ello. Este simbólico gesto , aunque por un momento real, es un mensaje a los millones de oprimidos del mundo y en concreto su principal destinatario debe de ser la clase trabajadora de Europa, que a diferencia de Grecia, permanece en el más absoluto silencio y letargo, aun encontrandose en situaciones muy parecidas, como es nuestro caso.

Han ido demasiado lejos podría decir el presidente. Pero los de abajo, los protagonistas de las portadas de hoy, tendrán que escupirle en este mismo instante todo lo contrario. Que no acaban más que de resucitar una guerra que se ha mantenido durante decadas en lo más profundo del abismo, aletargada por la brutalidad del pensamiento único y el miedo desesperado de la mayoría.

Cuando anoche las principales calles de Atenas aun eran pasto de las llamas, decenas de detenidos eran esposados a sus celdas, muchos heridos se lamentaban por el dolor y la criminalización se ponia en marcha mediante la prensa internacional. A última hora, La Haine informaba a sus lectores de que los regimientos militares de los alrededores de Atenas se encontraban en alerta máxima lo que lleva a pensar que el gobierno planea mover a las altas esferas de la represión para intentar aplacar la fuerza demostrada ayer por los obreros. Son las clásicas medidas que cualquier gobierno pondria en marcha ante la radicalidad y decisión mostrada, aunque sin duda serán muy duras de sufrir por los rebeldes griegos, a los que les esperan palos, carcel y censura. Es a esta represión a la que deberan hacer frente, a la mano de hierro que se desprende del guante de seda.

Los obreros griegos, los jóvenes o los inmigrantes tienen una tarea que realizar más allá del 5 de Mayo, día de huelga general, que es el fortalecimiento de sus organizaciones autónomas y radicales, la puesta en marcha de los mecanismos que hagan falta para comenzar a sustituir al estado en sus funciones y que devuelva a los productores lo que es suyo y el trabajo por una sociedad habitable y sostenible de igual derechos y deberes para todos, bajo sistemas verdaderamente democraticos donde la decisión sea gestionada por sus propios implicados. Deben continuar con esta guerra que han comenzado y que tiene por destino una revolución social. Con su palabra, y si es necesario con las armas en la mano.

Carla del Valle

Primavera 2010

[Grecia] “A todas las personas que utilizan la muerte de tres personas para expresar su odio contra los anarquistas”

Acabo de enterarme de la terrible tragedia y me he quedado perplejo. Creo que es muy bueno que el blog After the Greek Riots publiqué rectificaciones.

Para todas las personas, especialmente los que comentan aquí, que utilizan la muerte de tres personas para expresar su odio contra los anarquistas, pregúntese lo siguiente: ¿ha reaccionado de esa manera cuando algún inmigrante es golpeado y/o incluso asesinado por la policía en Atenas? ¿Usted ha reaccionado así cuando otra decena o centenar de civiles mueren en Irak, Afganistán o en cualquier otro lugar en este mundo? ¿envías comentarios llenos de odio en las páginas de los principales medios, por las decenas de cientos de personas que mueren a manos de un sistema de poder económico mundial en una cuenta diaria irracional?

¿No? Así que tal vez debería callarme y empezar a pensar … Al menos que realmente apruebes el mundo tal y como se ve, pues te proporciona una televisión a color, un coche, casa propia y los plátanos baratos. ¡Y todo esto sólo por el precio de tener que mirar a todos los seres humanos como competidores y las amenazas potenciales!

A todos los compañeros anarquistas, gentes de izquierda y radicales:

Si bien no se sabe quién arrojó el molotov, definitivamente debemos luchar contra la campaña política y mediática que apunta con el dedo a gente que está luchando contra la miseria, también debemos ser lo suficientemente valientes como para admitir que probablemente fue “uno de nosotros.”

Todos los que están involucrados en luchas militantes de masa saben que siempre hay la posibilidad de una tragedia pueda suceder. Puesto que no somos un partido ni ninguna institución – y un levantamiento popular nunca será – nunca puede controlar totalmente la situación. Cualquier persona puede causar esos daños con una manifestación violenta: agentes provocadores de la policía, los fascistas, vándalos, o un anarquista exaltado.

Incluso si hubiera sido obra de agentes del Estado o desde las clases pudientes, nosotros, ¡como anarquistas propiciamos los medios necesarios! No lo vamos a negar. Exactamente porque aprendemos mientras luchamos, exacamente porque no queremos ser como un partido, como el Estado y la clase dominante, como los fascistas, tenemos que ser honestos, humanos, autocríticos y aún así determinantes.

Entonces es tiempo para considerar lo que podemos hacer para minimizar el riesgo y prevenir el daño e incluso, como ocurrió ahora trágicamente, la muerte de personas ajenas.

Para mí está bien usar molotovs contra la policía o las acciones planeadas, debe haber un consenso en no utilizarlos contra edificios en que:

a) hay personas;

b) El fuego podría propagarse a otros edificios que no tienen nada que ver, como casas residenciales. Y todos sabemos que las tiendas con apartamentos residenciales encima son atacadas en acciones, en la Grecia de hoy y la de siempre;

Atacar a un banco, la tienda de una gran empresa, etc. Siempre es un acto simbólico y debe considerarse como tal.

Utilizar piedras, pinturas, entrar y destruir todo lo que se pueda. Si usamos fuego, que no podemos controlar, y los medios de comunicación y los políticos estarán encantados de poder presentarnos como psicópatas hooligans y el simbolismo es el mismo de todos modos.

Añadir a eso el poder de fuego no vale la pena arriesgar la salud de los seres humanos.

Dicho esto, todas mis condolencias a amigos y compañeros anarquistas y radicales de izquierda en Grecia y todos los pueblos que luchan ¡por un mundo libre del capitalismo y lleno de ayuda mutua, en el que la libertad individual y colectiva son un sólo, lleno de vida para todos, es la meta de la sociedad!

L.

Tradução > Filipe Ferrari > O Neto do Caldeireiro (Gz)

agência de notícias anarquistas-ana

[Euskal Herria] La autoorganización y la lucha continúan el 1º de mayo y todos los días.

Gran parte de la clase obrera vasca no

estuvo en el 1º de mayo CAPITALISTA.

Por : Idoia Mendizabal.

La clase obrera vasca no se manifestará con los sindicatos de acompañamiento al sistema.
Sindicatos que pretenden protestar y luchar, pero que no quieren o pueden oponerse a la política del capital, enmascarada por su presunta crisis. Cuando nunca ha estado tan ofensivo y despiadado en tiempo de paz.

Sin embargo, algunos sectores trabajadores de la clase obrera, sobre todos los sindicalizados, es comprensible que vayan a manifestarse con esos sindicatos que dicen representarles. O que afirman defenderles, a pesar de que hoy los empleados fijos y sindicalizados del capitalismo y de sus instituciones, saben que se trata únicamente de luchas defensivas y sectoriales. Divididas en todos los sentidos, empezando por los estados de capital, que al contrario tiene una estrategia global, internacional.
Por supuesto, todos estamos bajo ese chantaje general y brutal que ahora llaman crisis, pero las que se dicen organizaciones de la clase trabajadora, sin organizar de verdad una respuesta social general a todo lo que nos están imponiendo, y que planean imponernos aún más, tienen más responsabilidad social.

Naturalmente, también ese 10% de parados oficiales de las estadísticas del sistema, y los menos oficiales que son muchos más, no ven en absoluto en los sindicatos algo que les pueda proteger o defender. Tampoco la juventud en paro no cree para nada que esas organizaciones ya casi totalmente integradas en el sistema la vayan a sacar del chantaje patronal y estudiantil. Más integradas aún aquí, bajo dos estados ilegítimos que dominan el país, como lo es a toda vista la mayoría del sindicalismo francés y español. Los colonialistas de CCOO y UGT en primera línea del combate nacionalista madrileño en el Sur.

También las mujeres totalmente o en parte dependientes de las entradas de la familia, que son igualmente potenciales paradas que las estadísticas no reconocen, como no reconocen la mayoría de los compañeros y compañeras que llegan desde otros continentes, han dejado de ver en el sindicalismo algo que responda aunque sea en mínima parte a su situación.

Los obreros vascos (ekileak), son muchos más que ese sector trabajador (langile) que los sindicatos pretenden defender, a pesar de que la precariedad, los autónomos y todos los subcontratados, los jóvenes en formación y bajo superexplotación, los becarios de toda clase, aparecen también – algunas veces – como puro eslogan en los manifiestos, discursos, entrevistas y rueda de prensa para la galería.

Aquí, una gran parte del sindicalismo ya se ha encerrado definitivamente en su papel de reformismo muy defensivo y de acompañamiento a las instituciones y al capitalismo, y nadie que tenga algo de conciencia obrera puede apoyar sus montajes de fachada. Menos aún para una fiesta, terrible ironía, del trabajo y de los trabajadores.
Hemos visto además los nulos resultados de huelgas y protestas, cada vez más vacías de contenidos, puras manifestaciones de derrota en fin de cuentas.

Hablamos además de una forma de entender el trabajo, la explotación asalariada, cada vez más superada en los viejos términos, pero más compleja y bajo el total chantaje de la globalización. Financiarización y deslocalizacones, contratos cada vez más soga al cuello, industrialización que se automatiza y deja sitio para la nueva economía del conocimiento, migraciones controladas como nuevos campos de concentración internacional, y luego con la aparición de todas las nuevas formas obreras que quieren desconocer, donde parece a veces que las ETT tienen más poder que el mismo sindicalismo.

¿SINDICATOS ESTRATEGICAMENTE VENCIDOS?

La crisis, u ofensiva capitalista de nuevo y viejo cuño, ya ha conseguido el logro político de llevar a las pocas organizaciones obreras que nos quedan hacia posiciones totalmente defensivas y hasta conservadoras.

Textos como este, de un sindicato vasco de hace unos pocos años, se han casi totalmente olvidado, según parece:

Con el reparto de la riqueza, concretado en el salario social(I) y en el reparto del trabajo, tratamos de plantear una nueva e ilusionante dinámica sindical que aborde con realismo el tema, recupere nuestra dignidad colectiva y abra horizontes para la transformación progresista de nuestra sociedad.
En Euskal Herria, estas medidas de salario social y reparto de la riqueza son una clave social fundamental de nuestra contraofensiva global contra el imperialismo, los estados-nación y el modelo neoliberal.

(?)El reparto del trabajo y la renta básica son dos propuestas concretas que inspiradas en el deseo de resolver el acuciante problema del paro y de la exclusión social, se apoyan en criterios distintos(?): la renta básica se sustenta en el derecho de ciudadanía. Comporta el derecho de toda persona a una parte del producto social por razón de pertenencia a esta sociedad. Es equiparable al derecho de toda persona a la esfera social. (?)Es una forma de garantizar un ingreso (de manera incondicional y sin ninguna contrapartida a cambio), que permita a toda persona afrontar en condiciones de normalidad su presente y su futuro.

(?)En este orden de cosas, conviene remarcar que la nueva dinámica de renta universal y reparto del trabajo aborda el conjunto del mercado del trabajo, y sólo será efectiva si se cimienta sobre la real cristalización de una alianza entre trabajador@s activ@s, precarizad@s, mujeres que trabajan en el hogar y excluid@s.

(?)Por lo tanto, la reducción del tiempo de trabajo debe ser general y significativa para que tenga eficacia económica, aceptación social e incidencia cultural positiva. (?)Así, si disminuimos la jornada laboral vigente en un porcentaje determinado (10%, 20% o 25% según sea el caso), al objeto de incrementar el empleo en la misma proporción, tendríamos que considerar tres escenarios posibles(?)
(Reparto del trabajo y salario social, Ipar Hegoa Fundazioa, 1998)

Casi increíble.
Por supuesto, hasta es posible que este tipo de textos representó únicamente alguna reacción de contención frente a propuestas más radicales de otros movimientos sociales, pero ilustran hasta que punto ahora el sindicalismo vasco entonces menos integrado haya sido también vencido.

Pero lo vencido de verdad es en realidad el viejo sector trabajador fijo industrial, en esta nueva fase del capitalismo, para dejar sitio a la masificación de la precariedad y a la flexibilidad, como le llaman a esta intensificación refinada de la explotación obrera, que golpea a la clase en su conjunto de forma mucho más directa. Quitando progresivamente fuerzas al sector trabajador fijo tradicional. Con la imposición estatal de los chantajes-montajes-crisis y la amneza global de la nueva organización del capitalismo, con el arma de las deslocalizaciones y de las migraciones totalmente en sus manos.

¿Qué hacer?

(I)
Se llama aquí salario social, lo que se suele denominar también renta obrera internacional de seguridad, renta social, renta básica, etc., siempre referidos a una renta universal e incondicional, aplicada según cuantificaciones bio-regionales y determinadas por otros factores a desarrollar.

Extraido de: INDYMEDIA EH.

Després de les anarcofeministes: qué queda de la lluita de gènere?

Els conflictes esclaten alhora que moltes impulsen jornades, xerrades, debats, grups oberts i tancats, per a endegar la reflexió i produir un canvi individual i social.Un dels temes més candents dins el moviment llibertari i segurament en el conjunt de moviments socials (encara podriem abarcar tota la societat) es vulgui reconèixer o no, és el conflicte de gènere, latent i sútil entre les altres lluites, tot i que sovint no l’atenguem com es deu.

Per què organitzar unes jornades anarcofeministes en el marc del Centenari de la CNT?

Al llarg del temps que algunes portem al sindicat ens hem adonat que, tot i que la CNT com a anarcosindicalista hauria d’haver interioritzat els principis antiautoritaris, entre d’ells els feministes, encara avui dia hi ha la necessitat de tocar aquests temes. Qüestions que normalment no es tracten al sindicat, de fet ni tant sols es tracten dins el moviment llibertari amb la profunditat i atenció que es mereix.

Si ara creus que no és un tema que es toqui massa, com era la CNT de fa 30 anys respecte al conflicte de gènere?

Les companyes més grans ens han explicat que el tema s’havia procurat treballar, però que sempre han vist la necessitat de fer-ho al marge del sindicat des de col·lectius de dones. De fet Mujeres Libres va resorgir després del franquisme amb aquesta intenció.

El treball en grups de dones era present, però el treball mixte no pel que sembla?

Hi ha diversitat d’opinions perquè l’Anna Sigüenza, primera dona que va ser secretaria general de CNT, diu k no va tenir cap problema al sindicat com a dona i que els companys la van recolzar sempre alhora d’assumir càrrecs, però altres diuen k han tingut problemes greus de masclisme en el seu entorn polític.

Ara en l’actualitat, com veus la situació dins el sindicat?

Queda molt per treballar, hi ha companys que ho tenen molt present, reflexionen i analitzen la situació procurant deconstruir-se, però n’hi ha d’altres que no ho fan.

I dins el moviment llibertari?

No és un treball gens fàcil perquè són qüestions molt arrelades i interioritzades, tant que costa d’identificar-les. A més, el fet que molta gent doni per treballat el tema i assumida la desigualtat pel sol fet de ser anarquistes, agreuja la situació perquè ens creiem que tot està fet.
A BCN el tema encara no és part principal de l’agenda politica. Tot i el treball de certs col·lectius o els processos de treball a raó d’una agressió concreta, en proporció a tota la gent que som, el tema encara no és prioritari per a molts.

Arribant al rovell de l’ou, com veus que el conflicte de gènere es treballi un cop ja han sorgit conflictes concrets?

La clau seria prevenir i no partir de l’experiència negativa, potser el problema és el que et comentava, si donem per treballada la desigualtat de gènere i ens sembla extern a nosaltres, qualsevol dona pot sentir-se còmoda a priori dins un col·lectiu fins que esclata un conflicte de sobte.

Què és el que ens manca com a anarquistes en aquest terreny?

Treball individual de reflexió en principi, i en segon terme que dels propis colectius sorgeixi la necessitat de treballar certs temes rellevants com seria el gènere. Si volem assolir que el col·lectiu sigui el més semblant a un col·lectiu anarquista, cal que es treballi el tema superant una forma d’autoritat entre homes i dones. I sobretot que no hagin de ser les dones qui proposin aquest treball.

I centrant-nos en les jornades, hi hagut l’assistència que us esperàveu?

Estem contentes perqué hi hagut molta gent, sobretot cares conegudes. En canvi, cercàvem arribar a gent que políticament no estan en el nostre cercle d’afinitats i això potser no s’ha assolit del tot a pesar de fer les jornades en llocs que fugen de les okupes, ateneus, etc.

Heu trobat a faltar alguna franja d’edat?

Molta falta de gent jove, la mitjana era d’uns 30 anys.

Pel que fa la programació? Perquè veu plantejar-vos aquests 5 eixos?

Les organitzadores vem estar discutint temes rellevants, que alhora no fossin els que ja van tractar-se l’any passat en unes altres jornades anarcofeminsites. Vem valorar molt la qüestió del Centenari per això la rellevància del món laboral i sindical, el col·lectiu Mujeres Libres, etc. Però també hem volgut tocar coses més poc treballades com la sexualitat o la relació entre l’opressió de gènere, de raça i de classe.

Quina ha estat la xerrada amb més assistents?

La de Mujeres Libres, segurament el fet de portar a l’autora va atraure a més públic. A banda és un tema emocionant que agrada i resulta simbòlic.

No creieu que l’anarcofeminisme i el feminisme en general atrau més per una qüestió històrica i mitomana, però que alhora de posar els conceptes en pràctica ja no agrada tant?

[riu l’entrevistada]Potser allò històric té un aura més mística i atrau, de fet sabem que sovint posem gent en pedestals per a ser personatges històrics, però el que importa és l’ara i com aplicar els principis de l’anarquisme en la nostra vida diaria.

Com han anat els tallers?

Han estat coberts, inclús com l’espai havia de ser limitat, moltes dones han quedat fóra. El dia del cinefòrum “A la Deriva” sí que va haver menys gent, només hi havia 5 persones.

Perquè un taller d’autogestió de la salut?

Creiem que l’autogestió també passa per les nostres pròpies vides, per a no dependre sempre de professionals el tema de l’autoexploració és important. Tot i que és un taller difícil perquè no es pot fer amb molta gent si es vol crear un clima íntim i relaxat. En general el taller d’autogestió de la salut sol ser també molt participatiu perquè totes tenen algún remei per a poder compartir.

Com es desenvolupa un taller d’autodefensa feminista?

Doncs aquest encara no s’ha fet perquè les que l’impartien no van poder però vem quedar que quan tinguéssim el dia ens posarem en contacte amb les noies que van apuntar-se i el farem, el reprendrem aviat.

El taller està orientat tant a l’autodefensa física com la psicològica, que de fet és la que més patim al dia a dia, tots els abusos amagats per part de coneguts i desconeguts. I no juga al nostra favor haver estat educades per a aguantar el que ens vingui a sobre. És important pel canvi treballar els nostres límits també.

Com va anar la xerrada de raça, génere i classe?

Va venir molta gent també, segurament pel tema, és novedós, però també perqué hi havia interès en veure que explicaven les ponents, sobretot Karla.
És curiòs perquè en principi haviem pensat que el tema podria ser tractat per la Mary Nash que té un llibre sobre aquestes relacions, però clar, és una dona blanca, profe universitaria i bé, buscàvem algú que pogués tractar el tema des de l’experiència, com diu la mateixa Karla: des de las “tripas”.

Tornant al context del moviment llibertari, en quina línia s’està treballant el coflicte de gènere?

Últimamnt s’ha treballat bastant arrel d’agressions k s’han fet públiques, normalment físiques. Qualsevol persona del moviment llibertari que sap d’alguna agressió física no té gaires problemes en posicionar-se si és quelcom físic, ara bé quan parlem de agressions psicològiques, micromasclismes, etc tothom necessita saber versions, tothom ho posa en dubte. Són agressions d’un àmbit molt privat que en l’àmbit públic sovint no es noten. Podem conviure amb maltratadors psicològics i no saber-ho. Costa que la gent es posicioni a favor d’una dona que ha sentit un tracta xungo per part d’un home a nivell psicològic i emocional.

Sentiu k heu assolit els objectius que us veu proposar al organitzar les jornades?

Hi ha hagut coses positives i d’altres a millorar, però bàsicament sí. La participació ha estat activa. S’ha reflexionat, ara només falta que també es reflexioni dins el sindicat. Personalment he sentit una predisposició bona, cosa que ens alegra.

Téns alguna proposta política de treball contra les desigualtats de génere dins el moviment llibertari veient com està el pati?

No puc parlar per les organitzadores però individualment et puc dir que veig la necessitat de seguir treballant les dones per separat dels homes, però evidentment també cadria tenir espais mixtes per a treballar en la convivència i les relacions. En relació amb això sé d’un grup de dones que treballa ara mateix en aquesta doble línia, un grup vinculat a la XarxaAnarquista que treballa de forma interna entre les dones, però que també s’ha plantejat l’objectiu de portar els debats al exterior, dins del moviment llibertari. Per exemple a les jornades anarquistes que es faran a Sabadell hi haurà un dia dedicat a qüestions de l’anarcofeminisme i en general del gènere. Volem posar sobre la taula un tema que casi no es tracta.

Igual hi hauria la possibilitat de crear coordinacions de grups que tractin el tema?

estaria bé, de la mateixa forma que hi ha coordinacions antirepressives o d’okupació, etc, així potser no hi hauria la sensació de partir de zero o de sentir-te sola.
El patriarcat està tan interioritzat, d’una forma tan sutil i entrellaçada en tot el que fem, que no es revela com una lluita absolutament necessaria a ulls de la majoria. No ens adonem que la primera forma d’autoritat està en les nostres carns, en les nostres relacions, en el nostre tracte diari.

” No em puc anomenar anarquista perquè fer-ho seria haver assolit els màxims ideals, si de cas he de treballar per a arribar a ser-ho”

LaHaine.org

Grecia en una trampa: Cuando las barbas de tu vecino veas cortar…

x Paula Bach

Los miembros de la eurozona piden a cambio del “rescate” que el gobierno griego privatice un conjunto de empresas estatales y reduzca salarios y ayudas sociales

La economía griega está entrampada. Una “espiral mortal hacia el default”, dice Paul Krugman. Cuanto más los capitales financieros internacionales sospechan que Grecia puede entrar en cesación de pagos, mayores intereses le cobran para proveerla de fondos. Mediante este mecanismo, la deuda que hoy alcanza el 113% del PBI crece de manera cada vez más acelerada, las posibilidades de pago se vuelven más dudosas con lo cual el precio de los bonos baja, el interés crece y el riesgo de default se hace más intenso.

Luego del acuerdo incierto del 25 de marzo [1], días atrás, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI nuevamente han buscado, sin éxito, calmar a los mercados financieros internacionales respecto de la situación de Grecia. Delinearon un “plan de salvataje” más concreto en cifras que el anunciado previamente, aunque igualmente indefinido en los plazos y en las condiciones de su efectiva aplicación. Según el acuerdo, del que trascendió que sólo se llevaría a la práctica en caso de emergencia, los miembros de la eurozona aportarían el primer año 30.000 millones de euros (Alemania contribuiría con aproximadamente el 28%, seguida de Francia, Italia y España) a una tasa de interés del 5%, mientras el FMI aportaría 15.000 millones de euros a una tasa de alrededor del 3%.

El anuncio, no obstante, si bien calmó levemente a los mercados por unos pocos días, no logró revertir la situación que, por el contrario, fue empeorando. Desde el mes de enero Grecia tomó prestados 25.000 millones de euros y tendría cubiertos sus vencimientos para el mes en curso. El problema es que debe afrontar vencimientos por 11.000 millones en mayo y por 40.000 antes de fin de año. En los últimos días los bonos a diez años que Grecia emite por su deuda llegaron a pagar 7,8% de interés, cifra récord que está por encima de la tasa que forzó el preacuerdo del Eurogrupo.

Grecia además vio desvanecerse la esperanza de colocar en Estados Unidos un bono diseñado para reunir parte de los fondos necesarios para afrontar los vencimientos de mayo, como también había fracasado hace un tiempo en el intento de obtener financiación en Asia. Frente a esta situación, en los últimos días Grecia solicitó oficialmente la “ayuda” ofrecida por la eurozona y el FMI. Actualmente se encuentra en Atenas una delegación de ambas instituciones, negociando las condiciones del “salvataje”.

Trabajo de pinzas

La histeria europea sobre las condiciones de un plan que anuncia en cuotas responde a múltiples factores. Entre ellos, ganar tiempo buscando imponer relaciones de fuerza más categóricas entre los grandes participantes de la zona euro. Aunque Alemania ha estado intentando mostrar al mundo quién manda realmente en la eurozona e impuso sus condiciones en la primera vuelta [2], se vio obligada a retroceder en el segundo acuerdo frente a las presiones de Francia e Italia. A la vez, desde el punto de vista de la política interna, el tiempo resulta una cuestión clave debido a que el 9 de mayo hay elecciones regionales en Alemania, donde existe una fuerte oposición de la población a otorgar cualquier plan de salvataje a Grecia.

Pero más allá de estos factores el resultado consiste en un verdadero juego de pinzas sobre la economía griega. Cuanto más se atrasa la definición del “plan de salvataje”, más caro le cuesta a Grecia financiarse en el mercado de capitales y más se acerca al default. En estas condiciones, la tasa de interés altísima que le ofrece la eurozona se le vuelve “favorable” comparada con el interés que le exige el mercado. Así mientras los capitales financieros mundiales (fundamentalmente europeos – en primer lugar alemanes, y en segundo lugar franceses-) se garantizan tasas de interés superlativas por el dinero que le prestan, Grecia se ve obligada a arrodillarse cada vez más frente a las condiciones que Europa y el FMI le exigen a cambio de “ayuda”.

Con “ayudas” como ésta…

Durante el período de bonanza, los bancos alemanes, franceses y británicos financiaron el endeudamiento público y privado de Grecia, las multinacionales alemanas y francesas se fueron adueñando del mercado griego estimulando su déficit comercial y avanzaron entre otras cosas sobre el control de su red telefónica y energética. Frente al avance de la crisis van por mucho más. Ahora los miembros de la eurozona, piden a cambio del “rescate” que el gobierno griego privatice un conjunto de empresas estatales como la telefónica, los ferrocarriles y la estructura de lotería.

¿En qué consiste el “rescate”? Se trata de prestarle a Grecia fondos a un interés muy superior al que paga Alemania en el mercado (que obtiene fondos a un 3,5%) para que la República Helénica “honre sus deudas” con los piratas alemanes y franceses. Pero como los bancos alemanes y franceses son los mayores acreedores de Grecia, la operación consistiría en realidad en un rescate de sus propios bancos, cobrando encima un interés mucho más alto que el que pagarían en el mercado. Grecia además debería cederles por semejante favor, engranajes centrales de su economía. Esto significa un plan aún peor -si es que esto es posible- que la estafa del Plan Brady al cual fue sometida la Argentina y distintos países latinoamericanos en los años ‘90 de la mano del Consenso de Washington. Por su parte el FMI, a cambio de una tasa de interés menor exige, como advirtió su director general Dominique Strauss-Kahn, un proceso general de deflación, es decir, reducir aún más salarios y precios para que Grecia aumente su “competitividad”.

En conclusión el FMI junto con el Eurogrupo y otros miembros de la Unión Europea por fuera de la zona del euro como Suecia, exigen además de la entrega de sectores claves de la economía griega al capital más concentrado europeo una reducción más profunda del déficit (que implica un estrangulamiento del empleo público -que cuenta con un millón de trabajadores- y de las jubilaciones), y un hundimiento de los salarios públicos y privados (se comenta que estarían exigiendo la abolición de los convenios colectivos de trabajo) para que Grecia, manteniéndose en los marcos del euro, consiga volverse “competitiva” frente a Alemania y Francia. De este modo obtendría el superávit comercial necesario para “honrar sus deudas”.

El pequeño problema de esta genial estrategia es que Grecia durante sus once años de estancia dentro del euro fue convertida en cliente de Alemania y Francia, quienes estimularon persistentemente su déficit comercial alentando un progresivo proceso de desnacionalización de su economía. Dicho sea de paso, uno de los factores que permitieron a Alemania gran competitividad externa fue que durante los años ‘90 fue el país que más claramente mantuvo una política de reducción de costos salariales. Los salarios brutos nominales aumentaron 1% entre 1996-2006 en Alemania, mientras en el resto de la zona euro crecieron casi 2.8 % (Datos extraídos de La Jornada, 7-04-2010). Para que Grecia alcanzara los niveles de competitividad tan sólo en términos salariales, ya no de Alemania sino de Francia, debería reducir el costo laboral (es decir, bajar los salarios) un 25% (Les Echos, diario de negocios de París, 31-3-2010).

Grecia: un espejo

Grecia se está volviendo un caso testigo. Todos miran a Grecia y todos se miran en Grecia. El Eurogrupo y la Unión Europea con la complicidad del FMI han estado tirando, debido a sus propias debilidades, demasiado de la cuerda. El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, acaba de decir al semanario ‘Spiegel’ que “no podemos permitir que Grecia sea un segundo Lehman Brothers”. Las condiciones catastróficas de la economía griega ya están dejando trascender que su deuda impagable va a tener que ser reestructurada de algún modo. El problema es si esa “reestructuración” se va a producir de forma caótica como sucedió en Argentina en 2001 o de forma relativamente “ordenada” con la colaboración directa de los buitres alemanes, franceses y del FMI.

Si Grecia entra en default es muy probable que sea seguida por otros países que se encuentran en una situación similar como Portugal, Irlanda y peor aún España e Italia que, de conjunto, enfrentan vencimientos para el año en curso superiores a los 400.000 millones de euros.

En una situación semejante la viabilidad del euro quedaría fuertemente cuestionada. Las contradicciones interestatales que durante un período de relativa “bonanza” fueron subsumidas bajo relaciones imperialistas un tanto light, en época de crisis se ponen de manifiesto de forma descarnada. Las desigualdades entre estados ya no pueden cohabitar bajo la fórmula de la moneda única, el euro, y bajo la falacia del “supraestado” europeo. Pero si Grecia acepta todas las condiciones y si el “rescate” finalmente se concreta es muy probable que se produzca un salto en la lucha de clases que también arriesga ser contagioso. Sería otra vía por la cual el euro y el “supraestado” europeo se verían seriamente cuestionados.

Grecia está frente a una encrucijada profunda. Las variantes que le ofrecen tanto los capitales financieros internacionales como los Estados imperialistas europeos y el FMI, la conducen invariablemente hacia una tragedia moderna. La disyuntiva de Grecia se plantea entre la tragedia del capital y el desarrollo de la lucha de clases en el camino de la revolución obrera y socialista.

Pero mucho más allá de Europa, en el lejano espejo griego también se ven reflejados otros “grandes”, como EE.UU. Consejeros del gobierno de Obama como Paul Krugman miran a Grecia y sufren…porque cuanto más se agrava la crisis griega más temen, debido a que más al desnudo queda la vulnerabilidad del propio endeudamiento norteamericano. Más temen entonces que se impongan los “halcones partidarios del dinero escaso”, es decir, los que están por aumentar las tasas de interés que, si se imponen, como dice Krugman “puede pasar cualquier cosa”.

La economía capitalista mundial esquivó una depresión gracias al salvataje casi inmediato de los estados. Pero ahora, éstos, habiendo sólo pateado la crisis para adelante, se convirtieron en el blanco principal. Estamos frente a los primeros elementos de un nuevo capítulo de la crisis económica internacional [3] que es aquel de la crisis de la deuda pública, y Grecia es el espejo en el que, más allá de los tiempos en los que este episodio se desarrolle, todos se ven reflejados.


Notas

[1] Ver “Alemania intenta imponer su hegemonía en Europa…sobre la cabeza de Grecia y otros países imperialistas más débiles”, Juan Chingo, lvo Nº 368.

[2] ídem.

[3] Ver “Crisis económica internacional: ¿Comienza el segundo capítulo?”, Paula Bach, LVO Nº 361.

Panorama Internacional