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Deseo y resistencia (1977-2007) Treinta años de movilización lésbica en el estado español

deseo y resistencia portada del libroEn los últimos años han aparecido diversos libros sobre la historia del movimiento LGTB en España. Lo que no se suele reconocer es que estos libros tenían poco de “L” y aún menos de T o de B. Al final la historia del movimiento de gays, lesbianas y transexuales siempre queda reducida a un movimiento de chicos, con alguna referencia marginal a las lesbianas y a las trans. El libro que Gracia Trujillo acaba de publicar viene a llenar un hueco muy significativo: la aportación fundamental de las lesbianas no sólo al movimiento LGTB, sino también al movimiento feminista español. Un artículo de Javier Saez

Gracia Trujillo es una de esas valiosas personas que ha nutrido su amplio bagaje intelectual y académico de las experiencias de una militante bollera, feminista y queer de base, que ha intervenido directamente en las políticas del feminismo y el lesbianismo español desde hace muchos años, y eso se nota en el libro. No estamos ante un tratado de sociología académica salido de un despacho universitario, sino ante el testimonio de una militante y activista, que además nos aporta entrevistas con otras activistas clave del movimiento bollero, como Empar Pineda o Fefa Vila, entre otras.

Trujillo traza en este libro las complejas relaciones del incipiente movimiento lesbiano español posfranquista, con el movimiento feminista, y también su evolución posterior con el resto del movimiento LGTB, el reciente movimiento queer, y con otros movimientos sociales de izquierda de los últimos 30 años. Pero la riqueza de este brillante estudio radica en que por primera vez el acento se pone en las lesbianas, en sus luchas diversas, en sus militancias, alianzas, disensiones, diferencias, deseos, y gracias al admirable trabajo de documentación realizado, la autora nos presenta también fanzines, revistas, carteles, flyers, todo un archivo gráfico de activismo que por fin ve la luz.

Trujillo no sólo es capaz de hacer una cartografía muy precisa y rica del movimiento de liberación de las lesbianas, sino también de su influencia en la política general: la representación del cuerpo de la mujer y del cuerpo bollero, la violencia machista, la homofobia, la lesbofobia y la transfobia, el aborto, el divorcio, el matrimonio, el trabajo, la construcción social del género, los movimientos nacionalistas, la guerra, son cuestiones que han cambiado y se han transformado gracias al esfuerzo de miles de lesbianas, muchas de ellas anónimas, que han estado en la vanguardia del movimiento feminista y de muchos otros movimientos sociales, y que han sido capaces de organizarse y de hacer política.

Por fin contamos con un ensayo rico, variado, divertido a veces, muy bien escrito, sobre esta amalgama de grupos y asociaciones de lesbianas que desde hace más de 30 años han contribuido al cambio social.

Un ensayo que nos transmite un mensaje que ya nadie podrá silenciar: el bollerío es político.

Javier Sáez


Deseo y resistencia (1977-2007): treinta años de movilización lesbiana en el Estado español.

Autora: Gracia Trujillo

Editorial EGALES, Madrid, 2008.

El Ataque de los mercados

Fotograma de La invasion de los profanadores, 1978, dirigida por Philip KaufmanTal y como lo relatan los medios de comunicación, “el ataque de los mercados”, recuerda al título de aquella legendaria película de ciencia ficción: “La invasión de los ladrones de cuerpos”.No es nueva la costumbre de humanizar conceptos de difícil concreción, por ejemplo se suele hablar de cómo “la comunidad internacional” “rechaza” a cierto régimen político. También es usual cosificar personas o grupos concretos transformándolos en algo parecido a fenómenos naturales catastróficos, por ejemplo cuando se habla del “azote del terrorismo”.

Un artículo de Juan Ibarrondo

En el caso del “ataque de los mercados” hay un poco de las dos. Se dice que nos ataca “algo” que llaman “los mercados”, sin decir qué es; y se utiliza el término dotándolo de características humanas. Es curioso también que se use el plural para definir un término que tradicionalmente se ha usado en singular: “el mercado” o “el sistema de mercado”, pluralizándolo de tal manera que parece que no es “el sistema de mercado” el que falla, sino que estamos ante el ataque de “ciertos personajes”, que no sabemos quiénes son, pero que nos atacan a la manera del terrorismo, los huracanes, o los terremotos… Ellos, “los mercados”, se convierten así en un sujeto, expresado en masculino tercera persona del plural; personalizado y cosificado a un tiempo.

En realidad, estas metáforas paradójicas que utilizan los medios, actúan como barreras lingüísticas para evitar hablar de las dificultades -cada vez más evidentes- del capitalismo a la hora de gestionar el sistema mundo globalizado.

El sistema de mercado, o el capitalismo, se nos presenta como el único sistema económico posible. Como una tendencia natural de los seres humanos, calificados -a la manera de Hobbes- como seres competitivos y egoístas por naturaleza. El mercado sería entonces el Leviatán que regiría indefectiblemente los destinos de la humanidad.

Sin embargo, si evaluamos el sistema de mercado en su trayectoria histórica, nos daremos cuenta de que no es sino el sistema económico propio de una época concreta. Bastante reciente si lo consideramos en parámetros seculares, pero a la vez demasiado viejo en su funcionalidad presente.

La primera bolsa de valores se estableció en Ámsterdam en el siglo XVII. A partir de ese momento el “mercado” se fue imponiendo como regla rectora de las políticas internas y las relaciones internacionales. Poco a poco, pasó también a regular las relaciones interpersonales en todos los ámbitos de la vida. Sin embargo (como explicaba Karl Polany en su ensayo “La gran transformación”) durante los siglos precedentes a ese alumbramiento mercantil, eran otros los parámetros que regían la economía y la vida humana.

A pesar de las fantasías neoliberales al respecto, nada hace pensar que el sistema de mercado sea el último capítulo de la historia; a no ser que ello se entienda como el fin de la humanidad en una hecatombe nuclear. De no ser así, más bien parece que a lo que estamos asistiendo es al fin del capitalismo -o del sistema de mercado- como paradigma económico hegemónico.

Las contradicciones de fondo que aquejan al capitalismo tardío no se producen entre “los mercados” y los Estados (o bien las uniones económicas entre Estados) pues es evidente que responden a los mismos intereses. Las grandes contradicciones se establecen en dos campos. Por una parte, entre el sistema capitalista y la propia sociedad: entendida como forma racional y placentera de relación entre las personas. Por otra, aunque no menos importante, entre la imprescindible conservación de la biosfera y un sistema económico que tiende a su destrucción acelerada.

Es decir, que la capacidad humana para la reproducción de la vida y la sociedad, se ve constreñida por un sistema económico inadecuado: el capitalismo, que necesita extraer cada vez más tiempo de nuestras vidas -y cada vez más recursos de una naturaleza que ahora sabemos finita- para su propia conservación.

Por eso, el debate de fondo que ahora se plantea en el viejo continente estriba en saber hasta qué punto los trabajadores europeos aceptarán condiciones laborales todavía más precarias. Si aceptaremos un sistema en el que la plusvalía es la esencia y la circulación financiera su delirio. Si consentiremos que hasta la propia tierra sea arrastrada en la carrera a ninguna parte en que nos vemos envueltos. Lo demás, son sólo cortinas de humo que no nos permiten ver el fondo de la cuestión.

Juan Ibarrondo.

Absolución de EGUNKARIA tras siete años de linchamiento mediático

ABSOLUCIÓN EN EL CASO EGUNKARIA TRAS SIETE AÑOS DE LINCHAMIENTO MEDIÁTICOTras siete años después del cierre judicial del diario en euskera EGUNKARIA, la Audiencia Nacional absolvió el lunes 12 a los cinco imputados por esa causa. En la resolución se destaca que ni el diario, ni los acusados tenían la menor vinculación con ETA.

Atrás quedan siete años de linchamiento mediático y de profundo apoyo popular por parte de la sociedad vasca. Es importante señalar que la sentencia, lejos de demostrar que España es un sistema garantista, es simplemente el reconocimiento de un error judicial demasiado evidente para sostenerse. Sin embargo quedan todavía muchos otros casos, resueltos y por resolver, que dejan en evidencia que en España la justicia está condicionada por decisiones políticas y razones de Estado. No podemos olvidar en ese sentido a todos los condenados por el sólo hecho de mantener posiciones políticas que no gustan a los poderes del Estado Español. Un buen ejemplo de ello es el caso de Arnaldo Otegi encarcelado pese a su “apuesta inequívoca y exclusiva por las vías pacíficas y democráticas para alcanzar sus objetivos políticos”.
Incluimos hoy en EUTSI dos artículos sobre este tema. El sociólogo Cesar Manzanos reflexiona sobre el uso de la tortura en España, algo de especial relevancia hoy, ya que varios de los periodistas absueltos denunciaron haber sido torturados. Por otro lado el escritor Juan Ibarrondo reflexiona en tono literario comparando la actual situación judicial española con la Inquisición.

Lee el artículo completo en este enlace de Eutsi.org