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[Egipto] Un pueblo sediento de libertad. Declarado Estado de Emeregencia.

ImagenLunes 28 continuan los enfrentamientos. Desafian el Estado de Emergencia declarado por el Gobierno con movilizaciones masivas.
Manifestaciones masivas en tres ciudades próximas al Canal de Suez: Port Said, Ismailía y Suez, donde hay toque de queda de 9 de la noche a 6 de la mañana. Mientras la capital, El Cairo, la plaza de Tahir continua siendo un campo de batalla.

Según Indymedia Atenas:

21:02, Lunes, 28 de enero 2013

  • Violentos enfrentamientos en El Cairo. Hace algún tiempo, los manifestantes atacaron un vehículo policial blindado que fue quemado, en la plaza Tahrir. Al mismo tiempo, miles de manifestantes desafían la represión y tratar de marchar hacia el Parlamento.
  • Confirmado información acerca de francotiradores cerca de la plaza Tahrir.
    Manifestaciones masivas en Suez, Ismailia y Port Said para romper el toque de queda, a partir de las 9 de la mejor manera. 4 estaciones de policía incendiadas en Suez.
  • Grandes protestas y enfrentamientos en Alejandría. Los manifestantes han bloqueado todas las vías de los trenes. Lo mismo en Minya.
  • La policía advirtió al gobierno que irán a la huelga si no se proporciona con un mejor equipo.

Video que muestra las fuerzas de seguridad para disparar y matar a manifestantes.

Més info en Alasbarricadas

[Egipte]Egipto, “transición en orden” y situación revolucionaria aún abierta

anarkismo.net

Centenares de miles de egipcios que se volvieron a tomar la plaza Tahrir el día 27 de Mayo para reclamar por la persistencia de las figuras del régimen de Mubarak en el Estado, la naturaleza represiva del Consejo Militar en el poder y la lentitud de las reformas del “gobierno de transición”, nos recuerdan que la situación revolucionaria abierta en Egipto en Enero, que ha dejado un saldo de más de mil muertos, aún no se cierra.

Contrariamente a quienes desde posiciones fatalistas pronostican que el proceso egipcio está agotado, los jóvenes de la revolución han logrado arrastrar tras de sí a significativos sectores populares para demandar la profundización del ritmo y la naturaleza de los cambios, demostrando que la caída de Mubarak, lejos de ser el final de la lucha, no es sino el comienzo de ésta.

La suerte del proceso egipcio no está echada. Hay un abanico de posibilidades abierto en esta pugna cada vez más enconada entre las fuerzas revolucionarias y la contrarrevolución. A medida que las posiciones se clarifican más, los indecisos toman partido y los que se subieron tarde y de mala gana al vagón de los cambios, se van bajando de éste. Cuatro actores moldean los eventos: el ejército, la tecnocracia, el Capital nacional-internacional, y los movimientos populares. De cómo se resuelvan las contradicciones entre éstos dependerá el futuro de la revolución egipcia, y con ella, de buena parte de los vientos de cambio que soplan en el mundo árabe.

El gendarme de la transición

Desde la caída de Mubarak, el poder ha reposado en el Consejo Superior de la Fuerzas Armas de Egipto (al que llamaremos sencillamente Consejo Militar) encabezado por Mohammed Hussein Tantawi, quien fuera Ministro de Defensa de Mubarak, y por Sami Hafiz Anan, un militar que cuenta con las simpatías de los Hermanos Musulmanes. En realidad, desde 1952, el poder en el país ha reposado en el Ejército, y en ese sentido, podemos decir que lo que se presencia desde la caída de Mubarak no es sino la continuidad de este patrón.

Mientras los medios presentaron al ejército como un actor neutral ante las protestas de Enero-Febrero y mientras sectores populares se ilusionaron con un ejército que, supuestamente, estaría de su lado, es preciso leer la negativa del ejército de atacar al pueblo (como sí lo hizo la policía), como un cálculo político que a la clase dominante egipcia les permitió mantener al pilar central de su poder en una posición clave para convertirse en garante de sus intereses en el Egipto post-Mubarak.

La realidad no tardó en imponerse cruelmente, echando por tierra las ilusiones que algunos albergaron sobre el “pueblo uniformado”: el 24 de Marzo, en medio de una ola de protestas y huelgas, el Consejo Militar decretó una ley que, en efecto, prohibía las huelgas y otras manifestaciones y protestas públicas, con el argumento elástico de que “son lesivas para el interés nacional”. Desde entonces, los Tribunales Militares han juzgado a más de 5.000 personas, imponiendo multas extraordinariamente onerosas y penas de hasta diez años de cárcel. Como siempre, la primera medida de los contrarrevolucionarios es “disciplinar” a la clase trabajadora y calmar con medidas draconianas a los empresarios, demostrando claramente de qué lado están.

Tampoco al Ejército le tembló la mano para reprimir al millón y medio de manifestantes que se tomaron la plaza Tahrir entre el 8 y el 9 de Abril para exigir castigo contra Mubarak, dejando dos cadáveres en las calles. Junto a la persistencia del Estado de Emergencia, queda claro que el Ejército juega un rol que puede ser calificado de todo menos de neutral.

El académico y dirigetne del nuevo Partido Socialista, Mamdouh Habashi, dice, respecto de las intenciones del Ejército: “lo que buscan es la transferencia del poder nuevamente a las viejas estructuras, que son las redes establecidas por Mubarak alrededor del aparato de seguridad.” Que estas redes están vivas, lo demuestra el hecho que tras el desmantelamiento oficial de la Policía Política de Mubarak, se estima que una buena porción del millón y medio de efectivos que tenía, serán reciclados en nuevos aparatos de seguridad. El bloguero y militante socialista Hossam el Hamalawy plantea con absoluta certeza que “si no se acaba con este poder que detenta el ejército, ninguno régimen podrá ser radicalmente diferente a lo que ya conocemos.” El desafío no es menor, dada la popularidad con la cual el Ejército aún cuenta debido a la mística de su historia de luchas anti-coloniales –aún cuando desde los Acuerdos de Camp Davis*, éste no sea más que un sumiso tentáculo de los EEUU, los cuales le han financiado directamente con U$1.300.000.000 anualmente. Esta popularidad, en todo caso, se está erosionando acelaradamente a medida que su verdadero rostro se perfila cada vez con mayor claridad.

El gobierno de transición

Como pantalla a este Consejo Militar, existe un gobierno cívico de transición, encabezado primero por Ahmed Shafiq, un militar nombrado primer ministro por Mubarak pocos días antes de caer, el cual fue forzado a renunciar por masivas protestas a comienzos de Marzo. Su reemplazo es Essam Sharaf, antiguo aliado de Mubarak y ex Ministro de Transporte, que se posicionó del lado del movimiento “pro-democracia” durante las jornadas de Febrero, que lidera un sector minoritario liberal dentro del gobierno.

El carácter de este gobierno de transición es definido por el Hamalawy como “tecnócrata, plagado de figuras del viejo régimen. Pero en realidad, está bajo el control de los generales de Mubarak. Ellos son el poder real en Egipto hoy.

Esto no significa que no existan contradicciones entre sectores del gobierno de transición y el Consejo Militar, como lo indica el anarquista egipcio Tamer Mowafy: “Debemos llamar la atención del heco que muchas de las figuras claves de la burguesía egipcia han sostenido, de un tiempo a la fecha, que un régimen más democrático sería más manejable y estable. Esto también lo han creído sectores de poder en los EEUU. Creo que ambos bandos, aún cuando sean concientes de los riesgos que les presenta la situación actual, piensan que ésta puede ser una oportunidad para remozar al régimen, reforzando sus vínculos con las potencias occidentales a la vez que dándole bases más firmes”.

Mientras el Ejército se evidencia como una fuerza conservadora, reticente al más cosmético de los cambios, en el gobierno de transición encontramos personas que, efectivamente, quieren una democracia burguesa liberal, por rudimentaria que sea y que la creen una precondición para desarrollar el modelo neoliberal que se ha venido imponiendo desde mediados de los ’70 en Egipto sobre bases sólidas.

De momento, los cambios políticos están sucediendo a un paso tremendamente parsimonioso: la Constitución de 1971 sigue en pie, aunque el 19 de Marzo se votaron una serie de reformas que algunos aprobaron pensando que “peor es nada”, en comicios en los que participó apenas el 41% de los votantes –lo cual quizás sea más que en las elecciones amañadas de Mubarak, pero ciertamente no refleja demasiado entuisiasmo de la población. Quizás la ley más significativa que ha pasado el gobierno, bajo la presión de las huelgas y las luchas de masas, es la libertad sindical que rompe en gran medida con el control estatal sobre las organizaciones sindicales.

Así como están las cosas, tanto este gobierno transitorio, como el Consejo Militar, facilitarían elecciones en Septiembre, tras lo cual cederían el poder a un gobierno “democrático”. Nadie se hace muchas expectativas sobre el resultado del proceso de “transición en orden”, como lo llamó Obama. Aún la izquierda que apuesta por la vía electoral, está reticente de lo que pueda suceder en estas elecciones, ya que la nueva ley de partidos hace prácticamente imposible que nuevas alternativas puedan formalizarse para esa fecha –se requieren 5.000 miembros inscritos, una cantidad millonaria de dinero para pagar el registro, y la publicación de estatutos en un diario oficial, lo que cuesta otro dineral. Según Habashi, el bloque en el poder está tratando de acelerar lo más posible para garantizar que solamente los partidarios de Mubarak y los Hermanos Musulmanes puedan capitalizarla:

no podemos aceptar que el nuevo parlamento esté compuesto solamente por islamistas y representantes del antiguo régimen, que son los únicos con el poder finaciero para copar estas elecciones. El tiempo es un tema muy importante. El plan de los contrarrevolucionarios es apurar las elecciones lo máximo posible, para hacerlas en Septiembre. Este nuevo parlamento comenzaría entonces a organizar la asamblea constituyente con el antiguo régimen y los islamistas.

Los banqueros de la transición

Se dice que a río revuelto, ganancia de pescadores. Y es exactamente lo que está haciendo en estos momentos la mano de los EEUU en Egipto, donde, secuestrando las demandas populares de reformas y de mayor libertad, están presionando por profundizar el proyecto neoliberal que venía implementándose durante las últimas cuatro décadas, primero con Sadat, luego con Mubarak. Mientras los manifestantes volvían a ocupar Tahrir el 27 de Mayo, la reunión del G8 en Francia anunciaba un paquete de U$20.000.000.000 en “ayuda” para Egipto y para Túnez. Egipto, se estima, recibiría unos U$15.000.000.000 en inversiones, ayuda y préstamos de los países del G8 (sobretodo EEUU), de los Emiratos del Golfo y de las Instituciones Financieras Internacionales. Estos fondos serán utilizados para “fortalecer” al sector privado y, en general, para promover un paquete de medidas tendientes a la liberalización del mercado y a “reformar las instituciones” para adaptarlas mejor a los requerimientos del capital transnacional.

La libertad, mutas mutandi, se convierte en una cuestión de libre mercado, en circunstancias que el pueblo exigía libertad como un acto de empoderamiento colectivo. De la misma manera, para reforzar este secuestro de las consignas y de las demandas de la revolución a fin de profundizar la agenda económica neoliberal, se redujo el sentido profundo del movimiento del 25 de Enero a una mera protesta en contra de la “dictadura”, dejando de lado el componente social y las demandas económicas de un pueblo que se rebeló hambreado en contra de las medidas neoliberales de Mubarak.

Así, los EEUU están ocupando la caída de Mubarak para profundizar su política económica a contravía de las demandas populares, como por ejemplo, de la nacionalización y re nacionalización de empresas y sectores claves de la economía (donde ya existen algunas conquistas significativas), de control al capital foráneo, de servicios públicos decentes y de calidad, de control de los precios, de confiscación de los dineros de orígen ilícito.

Para impulsar la reforma económica, contarán con la presión de la exorbitante deuda egipcia (U$35.000.000.000 y un pago de U$3.000.000.000 anuales, lo que hace que la deuda sea un lucrativo negocio para los organismos financieros internacionales), el 85% de la cual fue adquirida por la dictadura de Mubarak. Obama ofreció “perdonar” U$1.000.000.000 de la deuda, a cambio de un paquete de reformas económicas que abrirían aún más Egipto a los EEUU. Tanto el Banco Mundial como el FMI han prometido préstamos siempre y cuando ciertas condiciones se cumplan en cuanto a la modernización de la economía (apertura, flexibilización laboral, etc.). Y tanto la UE como los EEUU y las monarquías medievales del Golfo, han dejado en claro que tienen miles de millones para invertir en Egipto, particularmente en privatizaciones.

Un pueblo en movimiento

Por otra parte, el pueblo utiliza el impulso ganado con el movimiento del 25 de Enero para presionar por las demandas más básicas así como por las más elevadas. Comités Populares piden fijar los precios de los productos de la canasta básica; los sindicatos independientes surgen por todas partes y demandan desde mejoras salariales hasta la re-nacionalización de sus puestos de trabajo; grupos de mujeres presionan para lograr consolidar los avances que se les han negado en décadas de organización y lucha, basadas en la nueva confianza que lograron en las barricadas; organizaciones estudiantiles piden reformas sustanciales al sistema educativo y la remoción de los personajes nombrados por la dictadura; hasta los profesionales han sido arrastrados por la marea de demandas obreras, uniendo sus voces a la protesta popular. Los jóvenes en particular, pero detrás de ellos el conjunto de los sectores populares, han perdido el miedo a la palabra y no temen tomarse las calles nuevamente si la situación lo amerita.

Lo que queda claro con las protestas del 27 de Mayo, es que la lucha no solamente está aún en curso, sino que está también comenzando a clarificarse. Que los Hermanos Musulmanes se hayan automarginado como organización de estas manifestaciones y las hayan atacado, diciendo que ya no habían razones para protestar, los evidencia como parte del bloque en el poder. En cuanto tal, no tienen ningún rol que jugar en el parto del nuevo Egipto.

Las demandas concretas que exigían los manifestantes, convocados por la Coalición de Jóvenes de la Revolución**, son el aceleramiento del juicio a Mubarak y sus colaboradores, así como que se les procese por crímenes políticos y no solamente por corrupción; purga de los colaboradores del régimen en el Estado; re-estructuración de la policía y que se dé de baja a los culpables de la represión; independencia del poder judicial y purga de jueces corruptos; establecimiento de un salario mínimo que sea equivalente a la línea de la pobreza; así como el llamado a redactar una nueva constitución política.

El pueblo egipco tiene claro que no puede abandonar la presión popular ni la acción directa para alcanzar sus objetivos. Como dice Hossam el Hamalawy: “Ha habido cambios pero siempre ha sido por presión desde abajo. Por ejemplo, a uno de los hombres de confianza de Mubarak, Ahmed Shafiq el Consejo Superior del Ejército lo respaldó desde el comienzo, pero fue la protesta popular la que lo derrocó. También debido a la presión popular se vieron forzados a re-estructurar la Policía de Seguridad del Estado, la Policía Política de Mubarak, pero cuando el pueblo se cansó de estas medidas insuficientes y tomó cartas en el asunto mediante el asalto al cuartel general de la Policía Política, tuvieron que suprimirla.

Así las cosas, estamos ante una situación maleable y fluida, que puede inclinarse hacia un lado o hacia el otro. El sector contra-revolucionario cuenta con las armas, el dinero y el respaldo de la “comunidad internacional”. Los revolucionarios, en cambio, cuentan con el respaldo de las masas, que tomaron conciencia de su poder y que probaron el gusto de la libertad en Tahrir y en las calles y plazas de las ciudades más importantes de Egipto. Y saben, por sobre todas las cosas, que ya no puede haber un Egipto sin ellos.

José Antonio Gutiérrez D.
3 de Junio, 2011


* Acuerdos mediante los cuales, en 1978, Israel y Egipto normalizaron relaciones y acordaron la paz. Como parte del Acuerdo, Egipto ha colaborado con Israel desde entonces en contra del pueblo palestino y el ejército egipcio ha recibido miles de millones de dólares en ayuda militar de los EEUU.
** Coalición conformada por las principales agrupaciones juveniles que estuvieron tras las protestas, incluido el grupo “Todos Somos Khalid Said”, el “Movimiento 6 de Abril” y la rama juvenil escindida de los Hermanos Musulmanes.

[Tunísia i Egipte] Dos revueltas. 2010-11

extraido de http://panfletossubversivos.blogspo…

[se publica a continuación un análisis, mas que un panfleto sobre este tema, del cual es tan complicado encontrar información por fuera de los medios masivos de propaganda del Capital]

El mundo árabe contiene el aliento y mira hacia Egipto. La lucha que allí está a punto de desplegarse prefigura el resultado de las luchas que quizá surjan pronto por toda la región. Una derrota del levantamiento egipcio, sea a manos de los militares o a manos de los islamistas, se traduciría en una derrota para los levantamientos ya en curso, en Libia, el Sudán árabe, Yemen y Argelia. Determinará lo que salga de ellos de un modo u otro.

1. En Egipto las cosas han llegado a un punto en el que hay claros indicios de descomposición revolucionaria y reorganización de la sociedad.
La odiada policía casi se ha desintegrado, se ha retirado de la calle, no se la veía por ninguna parte. Esta asombrosa observación, que nadie pudo pronosticar y que topó con la incredulidad y la desconfianza de los manifestantes, no es indicio de la relativa fuerza de estos últimos —en términos militares— sino de la debilidad interna de la policía.
Dicha fuerza se mostró medianamente fiable mientras se vio a los manifestantes como gente de clase media con formación universitaria. Parece ser que esta noción se vino abajo cuando personas de los estratos inferiores de la sociedad, tras algunas vacilaciones, comenzaron a interesarse por su lucha y salieron a la calle a apoyarles.
La policía, compuesta en su mayor parte por gente de esos estratos inferiores, parece haber titubeado instantáneamente frente a un levantamiento que en gran medida ha demostrado ser proletario.
La desaparición de la policía de la calle, y la oleada instantánea de saqueos que le siguió —según la mayoría de los egipcios organizada por la propia policía— provocó una respuesta de las masas: empezaron a organizar comités de barrio dedicados a salvaguardar a la población y a organizar su defensa, tanto contra el Estado como contra las bandas.

2. Otra forma de autoorganización cobró existencia de un modo muy parecido: comités de fábrica obreros, al menos en los bastiones industriales, donde los trabajadores se unen para defender (lo que podríamos traducir como: ocupar) su lugar de trabajo y organizar una huelga general. También partió de estos círculos el intento de formar sindicatos independientes.
Estos acontecimientos son significativos en la medida en que en esta fase ya no existía el control estatal sobre partes de la vida social. A la gente se le dio la ocasión, y la obligación, de organizarse a sí misma.
Parece que si hay un criterio que defina a la social revolución frente a la mera revolución política, es éste. Lo que ahora estamos presenciando en Egipto es una auténtica revolución social.
A juzgar por cómo fracasó la revolución iraní en 1979, ya se puede deducir que existe un peligro profundamente arraigado en la doble estructura de esta autoorganización nueva y espontánea. Las dos ramas, si se quiere, podrían tender a tomar rumbos divergentes porque representan necesidades completamente diferentes y obedecen a una dinámica totalmente distinta; y eso podría acabar utilizándose para arruinarlas.
En 1978-1979, los comités de barrio, los komiteha, acabaron bajo la influencia de los clérigos islamistas y sus seguidores porque en esos círculos tenían muchos seguidores y muy devotos, temerarios y organizados, que no estaban dispuestos a respetar las reglas de la democracia revolucionaria, y que decidieron aplastar a sus adversarios. Más tarde, su brazo armado se incrustó en lo que acabaría siendo la organización pasdaran, de una forma muy semejante al modo en que Feliks Dzershinsky creó la Cheka a partir de lo que quedaba de los comités militares de los soviets locales, tras purgarlos de todos los no-bolcheviques y convertirlos en un mero instrumento.
Por otra parte, los consejos obreros fueron controlados poco a poco por grupos leninistas y populistas de izquierda que redujeron la trascendencia y el impacto potencial de estos consejos a la condición de un mero instrumento político; cuando llegó el momento en que los islamistas se volvieron contra los obreros, toda su organización cayó en cuestión de meses.
Así fue cómo la autoorganización del proletariado sucumbió ante la contrarrevolución islamista.
Estas dos ramas representaban dos tendencias diferentes, y en última instancia servían a dos clases distintas: los comités de barrio representaban cada vez más a lo que podría llamarse una pequeña burguesía, y los consejos de fábrica al proletariado industrial. No había ninguna organización, sin embargo, capaz de ocuparse de la organización de la sociedad posrevolucionaria en su conjunto; la democracia insurgente, nacida de la necesidad de autodefensa, demostró su parálisis, y en última instancia fue incapaz de hacer frente al enemigo.
En estos momentos no vemos qué podría ayudar al levantamiento egipcio a evitar este escollo.

3. El ejército egipcio no parece saber si volverse contra Mubarak o contra el levantamiento. Ha entrado en las ciudades, donde fue vitoreado por la multitud, que lo acogió como contrapeso a la detestada policía; hasta el momento se ha abstenido de reprimir al pueblo insurgente.
Son pocos los analistas que no creen que pueda hacerlo. No es nuestro caso, sin embargo, porque no vemos cómo el ejército podría evitar correr la misma suerte que la policía; y si lo hiciera, entonces los desertores armados se sumarían al levantamiento, que entonces estaría armado. Y eso supondría el fin de cualquier intento de restaurar el orden pronto, que es lo que pretende el liderazgo militar.
Además, los militares quieren desesperadamente ser percibidos como parte de la solución, no como parte del problema. Por tanto, sólo reprimirán las protestas si se encuentra una solución política, es decir, un llamado gobierno de unidad nacional bajo Baradei u otro, con o sin la participación del PND.
El día en que se encuentre esa solución será el día en que comience en serio la represión.
El último factor de la ecuación son los Ikhwan al muslimun. Los islamistas no parecen estar a punto de saltar al primer plano ni de tratar de hacerse con el poder. Aguardarán al momento en que se sepa quién es el ganador, y entonces harán su apuesta. Mantienen una presencia en gran medida simbólica dentro de las protestas y negocian entre bambalinas. Saben que formarán parte de cualquier solución política, y que tienen suficiente fuerza en la calle para que su voz sea oída en ella en caso necesario.
Son un enemigo a tener en cuenta. Nadie puede pensar que hayan sido marginados. Sólo se muestran cautelosos. De un modo u otro, tendremos noticias suyas.
Cualquier supuesta solución política, recordémoslo, no es una solución. Esto no tiene que ver con el establecimiento de un nuevo gobierno; de haber sido ese el caso, nada de esto habría sucedido.
El mundo árabe, y no sólo el mundo árabe, está observando. Están a punto de suceder grandes cosas. Nadie sabe cómo saldrán. Todo podría salir horriblemente mal. Para que no salgan horriblemente mal, las cosas necesitan asistencia. Hacen falta iniciativas, en Europa y en otras partes. Todos los interesados en el éxito de la revolución egipcia deberían ponerse en movimiento. Si no sois unos completos chalados —cosa que algunos sois— sabréis lo que tenéis que hacer.

# traducción de un análisis en alemán publicado en el blog In The Absence Of Truth en Enero de 2011 por No había futuro

[Egipte] Mas de 300 muertos y 2.500 heridos en la revolucion

El pueblo y los fascistas han mantenido en las ultimas horas peleas “cuerpo a cuerpo”.
La tensión sigue en las calles, donde se anuncian nuevas movilizaciones

Las seudo democracias occidentales (U.E y EE.UU) miran de nuevo hacia otro lado, mientras el pueblo sigue luchando contra el dictador fascista Hosni Mubarak.

El Cairo * Rep Egipto

Se mantiene la tensión en la plaza de la Liberación y los militares piden a los periodistas que se vayan aduciendo que lo que hay allí es incontrolable. Los fascistas pagados por el gobierno de Mubarak buscan a los comunicadores para agredirlos y sobre todo buscan a los periodistas de Al Jazzera.
Las ultimas noticias hablan de detonaciones. También indican que los manifestantes contra la dictadura de Mubarack mantienen la plaza Tahrir de El Cairo y los ultraderechistas se han tenido que replegar poco a poco, pero la tensión sigue.

La revolucion egipcia lleva ya mas de 300 muertos y 2.500 heridos, caidos en la lucha por la libertad, en los ultimos dias.

[Egipte] Después de Túnez: Egipto..la revuelta se expande por el mundo Árabe

Dia 1 : La ola de Túnez llega a Egipto


Decenas de miles de egipcios le han perdido este martes el miedo al régimen de Mubarak. En las imágenes de arriba, se puede ver cómo en dos ocasiones seguidas la gente consigue que la policía antidisturbios tenga que retirarse. Es en el mismo centro de El Cairo. En la plaza Tharir, por la noche seguían allí no menos de 10.000 personas lanzando gritos contra Mubarak. Los más celebrados son los que reclaman al faraón que se vaya a Arabia Saudí a hacer compañía a Ben Alí. También ha habido movilización en Alejandría.Fyl4Ofq0ulE

Está confirmada la muerte de cuatro personas, tres manifestantes y un policía.

No se ha visto nada así desde finales de los 70. Sólo es el primer día, pero la posibilidad de que se repita allí lo que ocurrió en Túnez debe de provocar escalofríos en EEUU y en todo Oriente Medio. Egipto es un país de 80 millones de habitantes en el que la mitad de la población vive con menos de dos dólares diarios. Las posibilidades de una explosión social son tremendas.

El Gobierno ya ha utilizado la bicha islamista para meter miedo con la acusación de que los Hermanos Musulmanes están detrás de algunos de los disturbios. Los islamistas lo han negado y es probable que sea cierto. No parece que se hayan escuchado eslóganes cercanos a las ideas de los Hermanos.

Hay que recordar que el Gobierno no puede responder con la declaración del estado de emergencia porque en realidad ya está en vigor desde hace 29 años. Dice mucho de las características del régimen.

¿Será éste el momento en que los egipcios decidan que no pueden volverse atrás?

Dia 2

Dos personas han muerto en los disturbios, según AP. La policía intentó impedir la celebración del funeral de dos muertos del día anterior, lo que ha acrecentado la furia popular. Ha habido rumores sobre la intervención de unidades militares, pero procedían de la confusión sobre los uniformes. No parece que sean ciertos.
Resulta difícil saber lo que ha ocurrido en Suez. Las comunicaciones con teléfonos móviles son imposibles, al menos en el centro de la ciudad. Los habitantes de los barrios de la periferia cuentan que ven grandes nubes de humo y gas lacrimógeno procedentes del centro.
Aquí, una reveladora foto de la represión policial.
Vídeo: la gente rodea a la policía en el Metro cuando intentaba identificar a unas personas.
El día 2 de la revuelta de Egipto ha demostrado que el Gobierno de Mubarak no se va a rendir fácilmente. El despliegue policial ha sido inmenso en la plaza Tahrir de El Cairo, escenario de la movilización más impresionante del martes. Además, contaba no sólo el número de policías antidisturbios sino el de policías de paisano que copaban la plaza y que han hecho la mayoría de las detenciones.
Según un recuento de AP, hay ya 860 detenidos.
Hay que precisar una diferencia con Túnez. Aunque el régimen de Ben Alí se disolvió de forma imprevista para muchos, las manifestaciones se habían sucedido durante cuatro semanas, pero hasta los últimos tres días no habían recibido una gran cobertura en la prensa internacional. Además, Túnez es un país más pequeño y de menor importancia estratégica que Egipto, con lo que la preocupación era menor.

Sin embargo, las protestas han existido hoy en Egipto y no parece que vayan a parar. Quizá hayan sido más intensas en Suez, Alejandría y otras ciudades menos pobladas que en El Cairo. En la capital, se ha podido apreciar muy rápidamente que el régimen aumentará el nivel represivo si es necesario. Una concentración de periodistas (foto) frente a la sede del sindicato profesional ha sido disuelta. Hay noticias de 26 periodistas detenidos. Uno de ellos ha sido el británico Jack Shenker, que desde el mismo furgón policial ha podido grabar su testimonio.

Los disturbios más violentos se han producido en Suez. Una comisaría de policía ha sido atacada y ha acabado en llamas. La Policía ha respondido con balas de caucho y en algunos casos con fuego real (en concreto, escopetas de perdigones).Inevitablemente, el acceso a móviles o a Twitter y Facebook es más difícil que ayer en la capital. No está claro que se haya cortado el acceso a todas las redes sociales, pero mucha gente no ha podido usarlas durante buena parte del día.En Twitter, se puede seguir a dos periodistas que están en El Cairo. Jack Shenker, de The Guardian, y Tim Marshall, de Sky News. Algunos egipcios son Nadia Ahmed, Mahmoud Abu Sharkh y los bloggers Zeinobia y Sandmonkey.
>Dia 3: Muabrak bloquea internet

Hace unas horas, surgió el rumor de que Egipto había quedado aislado del exterior. Varias fuentes lo confirman. El régimen egipcio ha cortado todas las comunicaciones vía Internet, lo que incluye obviamente Twitter y Facebook. El apagón es total y ha comenzado a la mismahora.
Las compañías de telefonía móvil han recibido la orden de impedir el envío de SMS. Es probable que la orden afecte a otras zonas del país.
Se ha comentado que ha ocurrido unos minutos después de que la agencia AP difundiera estas imágenes en las que se ve cómo un manifestante recibe un tiro a larga distancia.
Es una coincidencia porque no se trata de un arrebato provocado por la información que ha salido hasta ahora de Egipto. Están pensando en lo que puede ocurrir este viernes. Está convocada una movilización general de protesta contra la dictadura de Mubarak aprovechando que se trata del día de la oración. Centenares de miles de personas, quizá millones, van a estar en la calle.

Podría ser una muestra de pánico o algo peor. El adelanto de que el Gobierno pretende sofocar la rebelión con el uso indiscriminado de la violencia cueste lo que cueste.En sólo tres días, la situación en Egipto ha alcanzado una gravedad similar a la que se vivió en Túnez después de cuatro semanas de protestas. El régimen no está dispuesto a que se llegue tan lejos y el precio puede ser un baño de sangre o el fin de la revuelta. ***Departamento de Estado norteamericano ante la pregunta de si Mubarak es un dictador y debe abandonar el poder:

Mubarak ha sido un aliado en un numero de cosdas. Y muy responsable en, temas geopoliticos de interés en la región, el proceso de paz en medio Oriente; las acciones que Egipto a tomado en relación a la normalizacion de relación con – con Israel. … no definiría como un dictador.”

Está claro que la palabra clave es Israel.

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Un gráfico sobre el corte de Internet en Egipto.
Robert Fisk: Egypt’s day of reckoning.
We are all Khaled Said: información actualizada en Facebook
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Las primeras imágenes de BBC, aún no en su web, muestran a decenas de miles de personas manifestándose en El Cairo. El corte de las comunicacionesvía Internet y móviles no ha amedrentado a la gente, a pesar de lo que significa. El régimen está dispuesto por cualquier medio necesario a poner fin a la revuelta. La primera impresión es que no lo han conseguido, pero el día es muy largo.
Como dice Jack Shenher desde El Cairo, los manifestantes egipcios no son“revolucionarios de Facebook”. Lo malo es que los policías tampoco. Están golpeando a la gente con porras, palos y bates de béisbol, utilizando el gas lacrimógeno y balas de caucho. Hay algunos incidentes en los que ha habido disparos de fuego real. Según Al Jazeera,
dos soldados fueron detenidos por no disparar anoche en Suez, escenario de disturbios más graves que los de El Cairo, pero menos conocidos.
Los llamamientos religiosos no parecen haber estado muy presentes en las calles. Y no se trata de una revuelta social contra el precio de alimentos básicos. Los manifestantes reclaman la dimisión de Mubarak y el fin de su dictadura. La presencia de multitud de jóvenes desmiente la realidad de un pueblo hasta ahora patético y alejado de la política.

Via GuerraEterna.

[Egipte] Revolución

Egipto sigue a Túnez.

Hoy medio millón de manifestantes salieron a la calle en Alejandría, segunda ciudad del país. En Suez y Alejandría, fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policía, y ejército. Manifestantes han prendido fuego a la sede del partido del presidente Mubarak en El Cairo. El Gobierno egipcio ha sacado los tanques a la calle, ha declarado toque de queda en varias ciudades, ha cortado Internet, el servicio de mensajería de móvil, y finalmente también toda la telefonía movil.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Gobierno/egipcio/saca/tanques/calle/elpepuint/20110128elpepuint_4/Tes

http://www.europapress.es/internacional/noticia-egipto-mas-medio-millon-manifestantes-asumen-control-ciudad-alejandria-yazira-20110128163034.html

[Egipte] La revuelta se extiende

Inspirad@s por la revuelta tunecina, l@s egipci@s han salido masivamente hoy a las calles en una convocatoria llamada el “día de la ira”. Mubarak, el presidente de Egipto desde 1981 mantiene con firmeza un régimen político que restringe las libertades enormemente. Se esperan más movilizaciones los próximos días.

Tres muertos en las protestas de Egipto (Aljazeera)

Miles de egipcios desafían a la policía y piden el fin del presidente Mubarak (El mundo)

La policía egipcia y cientos de manifestantes se enfrentan en El Cairo en el ‘día de la ira’ (El País)