Hablemos de drogas, hablemos ya; marihuana, hachis, opio, alcohol, tripis, anfetas, cocaína, extasis, ghb, ketamina, pastillas, poppe, caballo y los nuevos combinados. Todo un menú al alcance de nuestras tristes vidas, para vivir en nuestras mentes; aquello que no logramos experimentar en la realidad.
Cada vez hay mas clases de drogas, cada vez mas jóvenes que la consumen y cada vez mas presentes en nuestro ámbito. Yo me drogo; nos drogamos…Es urgente hablar, debatir, reflexionar…
Las drogas son malas o buenas… según las usemos. Evadirse, alcanzar un placer inmediato…ese refugio a donde huir, o ese efecto calmante, que apaga nuestras ansiedades o nos distrae de la aburrida realidad, te da risas, te desinibe…
Podriamos adentrarnos en el mundo de las drogas y sus efectos sobre la salud, el cerebro y la conciencia…pero se nos haría muy largo este escrito y no es el tema principal a donde se quiere llegar con estas letras. Si me gustaría abordar el tema social, las consecuencias que empezamos a vivir y el papel de estas como control social. Y sobre todo la falta de alerta existente ante este tipo de engaño del sistema.
Nos drogamos; es raro encontrar a quien no fume porros o beba alcohol. No es muy difícil encontrar a quien se toma extasis, coca o anfetas los fines de semana. Y sobre el caballo y la ketamina, no es frecuente, pero siempre hay quienes se atreven.
En paralelo; no es difícil conocer hoy en dia a un amig@ que se tomo un tripi y no volvió, tampoco empieza a serlo encontrar a amig@s con ataques de ansiedad, problemas de sueño, estado transitorios de paranoia, pánico, esquizos… y es ya demasiado habitual encontrarnos falta de concentración, dispersión mental, problemas de memoria, apatía, falta de voluntad y dificultar de organización cotidiana.
Quienes están encargad@s de controlar las revueltas deben estar contentísim@s.” Una sustancia que nos da dinero, nos controla a la juventud y que no solo no es difícil introducirla en las estructuras y ámbitos revolucionarios sino que además son ellos mismos quienes las demandan e incluso a veces, hasta las venden.”
Y para que; nuestra preocupación por los toxicos en los alimentos, los transgénicos, la medicación masiva y a veces involuntaria, los medicamentos antidepresivos, los chentrails que rocían químicos, los sistemas electrónicos de control social, las herramientas de borreguismo como la tv; estamos preocupadísim@s por todo ello y preferimos ignorar que cuando nos metemos una droga estamos mandando a tomar por culo todas estas preocupaciones; no es incoherente? –las drogas engloban todos estos problemas en uno y encima nadie nos esta obligando a tomarla…
Las drogas despersonalizan completamente al individu@, este deja de ser ella mism@ y la droga pasa a apoderarse de todo su ser, lo termina suplantando.
Por otro lado ejercen bien la funcion para la que fueron diseñadas; desmovilizar a la población de sus tradicionales luchas sociales frente a los abusos de las oligarquías, para quedar así sumida en un mensaje vacío e infantil.
Las drogas han servido como sedante para la sociedad ya que desvía la atención de los verdaderos problemas, lo que ha otorgado poder un mayor control sobre esta proveyéndole de una válvula de escape, evitando así contestaciones sociales que pudieran terminar teniendo efectos indeseables y desestabilizadores. El sistema nos quiere drogados y pasivos para poder continuar con su opresión.
Pero este cuestionamiento existe vagamente entre nuestr@s compañer@s… De una manera ajena; lo sabemos, pero no lo queremos saber, no queremos mirarnos a nosotr@s mism@s y hacernos responsables de una verdad a la que nos enfrentamos cada fin de semana, cada fiesta, incluso cada dia encendiéndote un porro.
Hemos caído y estamos en su trampa… en su jaula; cuando apaguemos el porro y el humo se disperse podremos visualizar con claridad las rejas que nos rodean. Pero la coherencia es dura…sobretodo para nosotros; que hem@s sido domesticad@s con drogas para hacernos vag@s y dispers@s… Acaso no lo habéis notado?…todos tenemos esa voluntad; pero se dispersa, se diluye…se apaga…una calada al porro y quedaremos felizmente desconectados de nosotr@s mism@s, de nuestros pensamientos, nuestra vida deja de ser nuestra… Estamos renunciando a lo que amamos. Y es nuestro enemigo el que nos lo esta facilitando.
Debido a la gran importancia que las drogas han adquirido dentro de la estrategia política y social de las oligarquías, se ha hecho fundamental el control de las principales rutas de tráfico de drogas, las mismas que conectan los centros de producción con los inmensos mercados occidentales. Por esto, muchos conflictos armados que se han presentado bajo un prisma equivocado respondían, en realidad, a las pretensiones por parte de las potencias económicas mundiales de hacerse con el control de dichas rutas, o de mantener la producción de estupefacientes en determinados países (como es el caso de Afganistán).
Se asume públicamente que la sociedad, o buena parte de ella, consume drogas y que ello no se puede ni evitar ni cambiar, por lo que la única posibilidad es intentar evitar que su consumo no genere importante malestar social ni conflictos que puedan hacer peligrar la estabilidad. No se combate, sino que únicamente se pretende gestionar sus consecuencias.
El sistema comprende que la naturaleza del tipo humano actual, el burgués, no quiere otra cosa más que estabilidad, seguridad y que nadie ponga en peligro su estrecha parcela de individualismo. Por esta razón se ponen en marcha proyectos orientados a enseñar a la gente, especialmente a las jóvenes, a cómo consumir drogas de manera que los efectos negativos sean lo menores posibles. Así surgen las narcosalas, los programas de prevención de riesgos, etc… Se busca minimizar daños, como: evitar que alguien se encuentre jeringuillas en un parque, altercados en lugares públicos y de ocio, delincuencia, etc…
Actualmente se confunde todo, se justifica todo y como siempre nos mienten a todos, nos desunen, nos venden conceptos de rebeldía “química” para que no existan cambios de pensamiento reales que lleven a cambios sociales reales. Pero que el sistema emplee una estrategia mas en su lucha por el control mundial e individual, no es de extrañar. Pero que nosotr@s que conocemos bien sus intenciones, que sabemos bien esa estrategia, que combatimos su represión y su control sobre nosotr@s; estamos inmers@s en la trampa de cabo a rabo. Las drogas rodean nuestro ámbito de una manera completamente exaltada y no es entendible…
Y mucho menos entendible es que sigamos en esta carrera cuando nuestros mas queridos amigos están descendiendo por pendientes peligrosas en las que la “realidad” que nos ofrecen las drogas sea por siempre su realidad. No es entendible que cuando alguien intente salir de la “jaula” deba dejar a sus compañeros detrás y no poder volver a estar con ellos sin correr el peligro de volver a verte encerrado. No es entendible que tengas que huir del entorno social al que te uniste en una lucha ; para poder seguir luchando.
Piensa en que es lo que deseas, porqué eso será para lo que servirá tu existencia.
Yo me drogo; y es tristemente posible que lo vuelva a hacer, porque soy victima de un enganche psicológico a ellas. Pero como rebelde, como anarquista me veo ahora en la contradicción de fumar un porro o rechazar el consumo de las drogas, y juntamente con ello a rechazar también la moral de esclav@s inducida por el hedonismo exacerbado.
Estamos hipotecando nuestro futuro, como individuos y como lucha. Vendemos nuestra libertad a cambio de efímeros momentos de placer artificial. Y estamos ya tan inmersos es esta jaula; que los jóvenes que queden por venir tendrán muchas posibilidades de quedar en ella… y no continuaran nada de nada. Y no habrá sido el estado que nos haya encerrado, ni tiroteado, ni detenido, ni perseguido, ni criminalizado. Habremos sido nosotros mismos los que habremos elegido seguir siendo esclavos.
Desde Galicia con amor y rabia