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[Egipto] Un pueblo sediento de libertad. Declarado Estado de Emeregencia.

ImagenLunes 28 continuan los enfrentamientos. Desafian el Estado de Emergencia declarado por el Gobierno con movilizaciones masivas.
Manifestaciones masivas en tres ciudades próximas al Canal de Suez: Port Said, Ismailía y Suez, donde hay toque de queda de 9 de la noche a 6 de la mañana. Mientras la capital, El Cairo, la plaza de Tahir continua siendo un campo de batalla.

Según Indymedia Atenas:

21:02, Lunes, 28 de enero 2013

  • Violentos enfrentamientos en El Cairo. Hace algún tiempo, los manifestantes atacaron un vehículo policial blindado que fue quemado, en la plaza Tahrir. Al mismo tiempo, miles de manifestantes desafían la represión y tratar de marchar hacia el Parlamento.
  • Confirmado información acerca de francotiradores cerca de la plaza Tahrir.
    Manifestaciones masivas en Suez, Ismailia y Port Said para romper el toque de queda, a partir de las 9 de la mejor manera. 4 estaciones de policía incendiadas en Suez.
  • Grandes protestas y enfrentamientos en Alejandría. Los manifestantes han bloqueado todas las vías de los trenes. Lo mismo en Minya.
  • La policía advirtió al gobierno que irán a la huelga si no se proporciona con un mejor equipo.

Video que muestra las fuerzas de seguridad para disparar y matar a manifestantes.

Més info en Alasbarricadas

[Grècia] “No digas que somos pocxs, solo di que estamos determinadxs”—de la O.R. CCF y Theofilos Mavropoulos

Contribución de lxs nueve miembros presxs de la O.R. CCF y el anarquista preso Theofilos Mavropoulos al encuentro internacional anarquista convocado desde una perspectiva insurreccional (Zúrich, 10-13 de noviembre de 2012).

“No digas que somos pocxs… solo di que estamos determinadxs”

El asunto no es si vivimos más o menos pobres, sino si vivimos de una forma que no nos contenga. No queremos repetir cosas que ya se han dicho.

Hemos desterrado de nuestras mentes la idea de un Poder central y no creemos en los mitos del fantasma del proletariado. No tenemos ante nosotrxs, pues, un Estado aislado que, supuestamente, da órdenes desde los palacios del Poder, ni ante una sociedad que espera a que la despierten para rebelarse. Hoy en día, la sociedad es una difusa fábrica social productora de comportamientos, valores, ética y hábitos.

Funciona como una máquina social de muerte que devora tiempo, espacio, emociones y conciencias. El centro del Estado y el corazón del sistema se encuentran dispersos en millones de pequeñas y grandes representaciones del Poder en nuestro día a día. Se encuentran en la lengua que hablamos, en las imágenes de los anuncios, en la arquitectura de las ciudades, en la realidad virtual de la teconología, en la civilización antropocéntrica, en las armas de los maderos, en los símbolos nacionales de los fascistas, en las cerraduras de la propiedad privada, en los estándares de los que nos enamoramos, en los muros de las prisiones.

No hay inocentes. Todxs nosotrxs formamos parte de la máquina social del Poder. La pregunta es si somos el aceite o la arena de su engranaje. Por eso, rechazamos la idea de la inocencia aparente de la sociedad. El silencio nunca es inocente. Odiamos tanto la mano que sujeta el látigo como la espalda que pasivamente lo padece.

Hoy, la máquina social se está transformando. La crisis económica que se extiende sobre las privilegiadas sociedades occidentales produce la necesidad de transformar la gestión del Poder. Un nuevo Estado militar-policial, combinado con la dictadura de la tecnología, blinda ahora toda autoridad. Nuevos cuerpos de seguridad policial, campos de concentración para migrantes, reaparición del ejército en las calles, desarrollo de sistemas de seguridad, bancos de ADN y experimentos de control genético minan cada vez más sectores de nuestras vidas.

Paralelamente, la masa social pasa de la era del frenesí del consumo al periodo de las promesas económicas rotas y de la agonía prolongada.

En nuestros días, esta agonía sale a la calle, protesta, se indigna, grita, se queja. Es una mutitud heterogénea que titubea en sus contradicciones. Un mosaico de personas compuesto por gritonxs, demócratas, reformistas, izquierdistas, no alineadxs, ciudadanxs indignadxs, estudiantes secundarixs y universitarixs, sindicalistas, hooligans, nacionalistas, anarquistas y demás.

Por ello, lxs que ven en estos nuevos movimientos contra la crisis económica una perspectiva de liberación y consciencia anarquista se decepcionarán pronto.

Una gran parte de este “movimiento” añora el pasado de abundancia consumista y no desea ninguna rebelión contra la autoridad. Bastantes de estxs indignadxs se fueron a dormir con los bolsillos llenos y se levantaron con ilusiones en quiebra. Por eso, salieron a las calles exigiendo sus fantasías consumistas. Casi nadie realiza crítica alguna a su anterior forma de vida, ni busca un desvío libertario.

Al contrario, desean mantener el anterior orden de las cosas. Particularmente en Grecia, frente al miedo de las penurias económicas, muchxs recurren a la cobardía del racismo y de la propaganda fascista.

Por otro lado, los profesionales de la retórica “revolucionaria”, los reformistas de la izquierda y los sindicalistas vendidos consumen la rabia social generalizada en marchas-procesiones, desfilando con el cadáver del compromiso.

En cuanto a una buena parte de lxs anarquistas sociales de Grecia, ellxs fantasean con escenarios ficticios que hablan del despertar social y del momento mágico en que llegarán las condiciones objetivas. Pero quien se duerme con esperanzas, se despierta con pesadillas.
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[Grecia] Llamamiento internacional de solidaridad con el caso de Lucha Revolucionaria

Sobre el llamamiento de solidaridad y acción internacional:

GreciaComo asamblea por el caso de la Lucha Revolucionaria y continuando las acciones de solidaridad con el mismo, hacemos un llamamiento abierto a una campaña de solidaridad, tanto a nivel local, como internacional, para los días 22, 23 y 24 de noviembre.

Hemos decidido romper con el muro de silencio alrededor del caso de Lucha Revolucionaria (L.R.) y demostrar que lxs compas que se enfrentan a juicio no están solxs, que el caso de Lucha Revolucionaria es el caso de todxs nosostrxs y que está relacionado con la esencia de la lucha misma. Convocamos, pues, a lxs compas alrededor del mundo a contribuir con su accionar y enviar su propio mensaje de Solidaridad y Lucha.

Nuestro objetivo es la ampliación de las resistencias dinámicas con una perspectiva revolucionaria. Nuestro blanco, extender la Lucha por la subversión de lo existente, demostrando su necesidad histórica y el significado que tiene en el presente, mientras mostramos Solidaridad de facto con lxs compas que están en juicio.

El llamamiento internacional a tres días de solidaridad, contrainformación y acción por el caso de L.R. es parte y continuación de la guerra social y de clases por la subversión y la Revolución. Es justo ahí donde lo situamos y, así, se concibe históricamente el caso de la Lucha Revolucionaria en su conjunto.

Crónica del caso Lucha Revolucionaria:

El 10 de marzo de 2010, tras un enfrentamiento armado con fuerzas policiales, cae asesinado el compa anarquista Lambros Foundas. Durante esos días, Grecia cae bajo el control asfixiante de la Troika, días en los que Lambros Foundas, miembro de la organización L.R., pierde la vida en un tiroteo durante una acción preparatoria contra la élite política y económica que saquea el planeta a nivel global, que rapiña y desangra la riqueza social, rebajando la vida humana al nadir.

Un mes después y en un clima de terror-histeria, en abril de 2010, en el contexto de medidas preventivas para desarticular la organización L.R., arrestan a lxs anarquistas Kostas Gournas, Nikos Maziotis y Pola Roupa, que asumen la responsabilidad política de su participación en la organización. Al mismo tiempo, se arresta también a los anarquistas Vaggelis Stathopoulos, Christoforos Kortesis y Sarantos Nikitopoulos, quienen rechazan categóricamente, desde el principio de su detención, su participación en la organización, declarando que su persecución está relacionada con su participación desde hace muchos años en proyectos subversivos, su integración política en el espacio anarquista/antiautoritario y sus relaciones de compañerismo.

Por participación en la L.R., se acusa también a Kostas Katsenos, contra quien había una orden de arresto pendiente desde el momento de las primeras detenciones. El sistema, quierendo dar un golpe definitivo a la organización L.R., para el que se la considera una amenaza, extiende su ataque a través de estos arrestos, para aplastar así una parte más amplia del movimiento subversivo.

En el contexto de esta extensión del ataque represivo, 6 meses después, las autoridades llaman a declarar a decenas de compas del espacio anarquista/antiautoritario y familiares de lxs arrestadxs.

El carácter vengativo de los mecanismos queda de nuevo demostrado, llegando al punto de acusar a Marie Beraha, esposa de Kostas Gournas. Su persecución es una clara acción vengativa en contra de Kostas Gournas, para quebrar su posición combativa.

Desde el 5 de octubre de 2011, se lleva a cabo el juicio de L.R. en los tribunales especiales de las cárceles de Koridallos, a puerta cerrada, con ausencia total de publicidad. A pesar de que los media han estado siempre dispuestos a apoyar el ataque represivo y la propaganda estatal, esta vez de manera provocativa y tras una orden política, silencian todo lo relativo al juicio del caso de L.R.

Por su parte, el régimen lleva a cabo un juicio contra sus oponentes políticos, en un intento de amordazar cualquier mensaje de Lucha y distorsionar su significado. Por otro lado, lxs compas que han asumido la responsabilidad política de su participación en L.R, defienden las acciones y el plano político de la organización, mientras que el conjunto de lxs acusadxs, a través de sus posicionamientos, transforman las audiencias en fuertes ataques contra el sistema político-económico de miseria y explotación, contra el carácter de sus leyes y los regímenes especiales que impone a todxs lxs que resisten combativamente.

Hay que decir que actualmente ningun(a) de lxs compas está encarceladx. Vaggelis Stathopoulos, Sarantos Nikitopoulos y Christoforos Kortesis fueron puestos en libertad después de un año de prisión preventiva tras una orden de la fiscalia, mientras que Kostas Katsenos que se presentó en el juicio, permaneció 6 meses en la cárcel. Lxs miembros de la organización Lucha Revolucionaria, Kostas Gournas, Nikos Maziotis y Pola Roupa fueron excarceladxs después de que terminara el limite máximo de prisión preventiva (18 meses). Nikos Maziotis y Pola Roupa no han vuelto a presentarse en el juicio y están prófugxs (¡!).

En el momento en que se escribe este llamamiento, el juicio está en la fase de declaraciones de lxs testigos de la defensa. Kostas Gournas, Nikos Maziotis y Pola Roupa, que asumieron la responsabilidad por su participación en L.R. ya declararon. Lxs compas desde Grecia y el extranjero demostraron, a través de sus declaraciones, la importancia de la organización L.R. a nivel político e histórico, defendiendo la lucha armada, la totalidad y el carácter amplio de los proyectos revolucionarios. Los próximos días declararán lxs testigos de defensa de Vaggelis Stathopoulos, Kostas Katsenos, Sarantos Nikitopoulos, Christoforos Kortesis y Marie Beraha, quienes rechazan su participación en la organización pero demuestran la importancia de la lucha y la necesidad de resistir.

Durante los días del llamamiento internacional, se calcula que los procedimientos del juicio estarán cerca del momento de las apologías de lxs acusadxs. Por eso, consideramos muy importante que lxs compas alrededor del mundo envíen, a su manera, mensajes de solidaridad y resistencia, para demostrar que lxs compas en juicio no están solxs, que la Lucha por el derrocamiento de este mundo es siempre actual.

El caso de Lucha Revolucionaria dentro de la situación social, económica y política en Grecia:

Para entender el caso en su totalidad, al igual que su importancia, debemos examinar el contexto historico, social y político específico en el que el Estado se blinda tras persecuciones, arrestos, encarcelamientos, leyes especiales y tribunales especiales.

El juicio del caso de L.R. se lleva a cabo en un momento en el que el régimen se encuentra en crisis estructural y se le han caído las máscaras democráticas. La ferocidad con la que el régimen contemporáneo se impone en nuestras vidas no se diferencia mucho a las dictaduras del pasado. La cruel explotación y el control ampliado de nuestras vidas se proyectan como la única manera para salir de la crisis, dejando obviamente intacto el sistema que la creó, la impuso y la extendió a todos los aspectos de la vida personal y social.

Actualmente, pues, el régimen demanda la exterminación política y la exclusión política de lxs que luchan en su contra, de lxs que resisten a sus planteamientos, de lxs que trabajan por su derrocamiento. En este momento, en la Grecia de la crisis y la deuda, la perspectiva revolucionaria de la subversión del régimen se demuestra objectivamente necesaria. Es el dinamismo y polimorfia de las luchas lo que el Estado intenta detener y amordazar. Es la noción de solidaridad que se ha puesto como blanco y se prueba.

Algunas palabras sobre la escena internacional:

Más alla de las características específicas que tiene Grecia en estos tiempos de crisis, sería un error si viéramos el caso de Lucha Revolucionaria como un caso aislado en la escena internacional. La crisis no viene de la nada, se encuentra en el corazón del sistema capitalista mundial, en la forma de gobierno y explotación económica que imponen los dominadores de este mundo.

Sabemos muy bien que este mundo nunca se le regaló a lxs que resisten de manera dinámica a sus planes. Sabemos que la lucha por la liberación humana y de la sociedad ha sido siempre un camino difícil. Sabemos que las relaciones entre lxs luchadorxs son riqueza y parte importante de la esencia de la Lucha y su realización. Que sepan todxs, pues, que lxs que luchan no están solxs.

Obligémosles a aprender que las leyes especiales, los tribunales especiales y los regímenes de detención no pueden frenar la esencia misma de la Lucha.

Contra las leyes especiales, los juzgados especiales y las condiciones de detención especiales.

Solidaridad con todxs lxs perseguidxs por el caso de L.R.

Solidaridad con todxs lxs que luchan y les persiguen por su actividad subversiva.

NI OLVIDO, NI PERDÓN.

HONOR ETERNO AL COMPA ANARQUISTA LAMBROS FOUNDAS, MIEMBRO DE LA ORGANIZACIÓN LUCHA REVOLUCIONARIA.

Asamblea por el caso de la Lucha Revolucionaria
Para ponerse en contacto con la asamblea: RScase[arroba]espiv.net
Fuente: https://es.contrainfo.espiv.net/2012/10/28/grecia-llamamiento-internacional-de-solidaridad-con-el-caso-de-lucha-revolucionaria-para-el-22-23-y-24-de-noviembre/

La insurrección de la subclase inglesa

Artículo publicado originalmente en The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 2 (Summer 2011)
Introducción: el significado del término “subclase”
El levantamiento espontáneo de la “subclase” británica fue, por supuesto, fácilmente aplastado por la enorme fuerza que el Estado acumuló contra ésta, ilustrando una vez más una de las principales lecciones de la historia: que los levantamientos espontáneos nunca pueden derrocar un sistema socio-económico (aunque sí su personal político) si no están respaldados por un movimiento político organizado con su propio proyecto antisistémico, su propia visión de la sociedad futura y una estrategia de transición para pasar de aquí a allí.
Sin embargo, es importante evaluar la importancia de esta insurrección –que no es la primera (véase, por ejemplo, las insurrecciones similares en Francia[1] y Grecia[2] hace un par de años) ni será, por supuesto, la última, como reconoce incluso una revista sistémica como Spiegel[3]- y, en el proceso, tratar de interpretar sus causas y efectos. De hecho, todas estas insurrecciones por parte de lo que podemos denominar la “subclase” representan, en mi opinión, la tardía reacción de las principales víctimas de la globalización neoliberal y particularmente de aquellas que aún no han sido integradas en esta, a pesar de los buenos esfuerzos de la izquierda reformista, o lo que yo denomino la “izquierda” degenerada[4].


Pero, primero, es necesario aclarar el significado de “subclase”, ya que aquí, obviamente, no es un término utilizado en el sentido peyorativo habitual de “pobres” o “Lumpen” (proletariado) –el significado que vemos tan a menudo en los diferentes análisis de los medios de comunicación sistémicos. En cambio, deberíamos entender por “subclase” las víctimas por excelencia de la globalización neoliberal, es decir, los desempleados y los marginados, aquellos que viven cerca del nivel de subsistencia y particularmente los jóvenes sin futuro: en una palabra, los sans culottes de hoy, que no pertenecen a ninguna de las clases sociales establecidas ya que no han sido integrados (aún) en el sistema social de la economía de mercado internacionalizada y su complemento político, la “democracia” representativa –a diferencia de la clase trabajadora, por ejemplo, que ha sido integrada en éste en diversos grados. Así pues, la subclase es muy peligrosa para las élites, no porque pueda derrocar el sistema sino porque les fuerza a contraatacar inevitablemente para aplastar sus frecuentes insurrecciones, revelando así la verdadera naturaleza de lo que se hace pasar por “democracia” hoy en día –un sistema político basado en última instancia en la violencia física para reproducir la violencia económica sobre la que está fundado. Además, la reacción de las élites podría llevar a otros grupos sociales que actualmente sólo están parcialmente integrados en el sistema (personas con ingresos bajos, trabajadores temporales o a tiempo parcial, etc.) a participar en las insurrecciones del futuro y/o –aún peor para las élites- a organizarse “desde abajo” con el objetivo de trascender los sindicatos y partidos controlados por el sistema y crear un movimiento antisistémico.

Las insurrecciones del futuro, si están motivadas por un proyecto antisistémico como el proyecto de la Democracia Inclusiva, podrían a su vez establecer las condiciones para una sociedad futura con una distribución igualitaria de todas las formas de poder, es decir, sin relaciones o estructuras de poder –la causa última de cada aspecto de la crisis multidimensional actual [5].
La “criminalidad” de los insurrectos frente a la criminalidad real de las élites
La insurrección de la subclase británica fue considerada por todo el establishment británico y sus seguidores –la clase burguesa y, particularmente, la pequeña burguesía- como un caso de “pura criminalidad”. En otras palabras, los verdaderos criminales de las élites políticas, económicas y culturales han condenado las víctimas de su propia criminalidad y han estado pidiendo y tomando el peor tipo de venganza contra ellas por rebelarse contra un sistema que ha estado destruyendo sus vidas desde el día en que nacieron. Por supuesto, esto no es sorprendente considerando que, a lo largo de la historia, las élites dirigentes y los grupos sociales privilegiados han etiquetado las personas que se han rebelado contra ellas como criminales, desde las revoluciones francesa y rusa hasta las guerras civiles española y griega. Así:
  • todo el sistema político británico, es decir, los criminales de guerra del Partido Laborista que no vacilaron en destruir al pueblo iraquí[6], entre otros, o los correspondientes criminales del Partido Conservador, que de manera similar fueron entusiastas en destruir al pueblo libio[7] –siendo el objetivo, en ambos casos, integrar completamente los respectivos países ricos en petróleo en la economía de mercado internacionalizada- desempeñaron un papel primordial en crear una histeria tremenda contra la subclase, presumiblemente porque ¡deberían haber estado contentos con su suerte! Esto, a pesar del hecho de que, bajo la actual parodia de democracia llamada “democracia” representativa, la subclase no tiene ningún modo efectivo de expresar su descontento, dado que los dos partidos principales que se suceden el uno al otro en el poder implementan exactamente el mismo tipo de políticas (con variaciones mínimas), es decir, aquellas que la globalización neoliberal requiere;
  • los verdaderos criminales económicos (banqueros, financieros, etc.) que crearon la crisis financiera de 2007-08, así como la recesión actual[8] bajo la cual los Estados intervinieron para salvar la banca privada a expensas del gasto social y los restos de los estados de bienestar (mientras los beneficios de las élites económicas y las primas de los banqueros y demás han seguido incrementándose), ahora se vuelven contra los ladrones de poca monta que han estado robando para satisfacer las necesidades que el propio sistema ha creado. Los actuales “Misérables” son llamados “criminales” y consecuentemente son condenados a largas penas de prisión por parte de un sistema económico que no da a cada ciudadano los medios para satisfacer las necesidades que crea sino que, en cambio, privilegia unos y condena otros a una vida de mera supervivencia y anomia, no por culpa suya o de sus padres;
  • los medios de comunicación de masas sistémicos (que ya han sido conquistados por enormes conglomerados financieros[9]), cuyo papel en promover las guerras criminales de las élites políticas y la necesidad de medidas de “austeridad” que golpean duramente los grupos de bajos ingresos –supuestamente para “salvar la economía”- es bien conocido. No es de extrañar que hoy todos los medios de comunicación sistémicos promuevan de forma masiva el argumento de que las insurrecciones representan “pura criminalidad”, mientras que sus verdaderas causas sistémicas ni siquiera se mencionan e incluso los medios más liberales sólo remarcan las consecuencias de la globalización neoliberal (¡en términos de recortes en el gasto social o en efectivos policiales!) y nunca la propia globalización neoliberal!
Así que no hay sorpresas, aunque la despreciable posición del Partido Laborista muestra hasta que punto este partido ex-socialdemócrata se ha desplazado hacia el social-fascismo[10]. No es sorprendente que incluso un periódico liberal como el Independent necesitara recalcar en un artículo principal que:
Menos predecible, quizás, fue la casi-unanimidad que se puso en escena en el Parlamento el jueves, donde los parlamentarios de todos los partidos compitieron para identificar un malestar que deriva, según ellos, de una destructiva laxitud moral que domina Gran Bretaña. Desde los padres, a la educación y a la policía, un consenso entre partidos pidió disciplina, dureza y el restablecimiento y imposición de límites.[11]
Sin embargo, lo que fue aún más sorprendente fue la postura de “neutralidad”, si no de “tolerancia”, que mostraron los sindicatos y la clase trabajadora en general hacia esta posición del Partido Laborista y la tendencia relacionada de la sociedad británica hacia el pleno totalitarismo, el cuál es promovido por el establishment británico. Particularmente cuando este establishment, no contento con los arrestos masivos de miles de miembros de la subclase que participaron en la insurrección y la esperada imposición de las penas de prisión más duras posibles a la mayoría de ellos por parte del sistema de justicia burgués (creando la necesidad de aún más prisiones para alojarlos y siguiendo así fielmente el ejemplo de Estados Unidos, la nación con la tasa de encarcelamientos más alta en del mundo[12]), han procedido ahora a imponer castigos sociales, además de los duros castigos ya impuestos, que incluyen la privación del derecho de las familias de los insurgentes a la vivienda social, dejándolas sin hogar una vez más![13] ¡Claramente, “Les Misérables” del siglo XVIII se está repitiendo con venganza a comienzos del siglo XXI![14]
El movimiento “de las plazas” y el retorno de las insurrecciones tradicionales con venganza
A pesar de todo, la insurrección de la “subclase” inglesa también ha revelado un hecho de gran importancia en cuánto a la resistencia a la globalización neoliberal capitalista. En los últimos seis meses aproximadamente, la “izquierda” degenerada ha estado promoviendo sistemáticamente la concepción desorientadora de que manifestaciones pacíficas como las de los indignados en España o los aganaktismenoi en Grecia [15] representan un nuevo amanecer del radicalismo social que incluso podría conducir al derrocamiento de la globalización neoliberal, similar al derrocamiento de los regímenes tunecino y egipcio.
Sin embargo, ésta es una visión de los hechos totalmente distorsionada, diseñada para justificar la integración, inicialmente, de los pueblos tunecino y egipcio en el nuevo orden mundial de la globalización neoliberal y la “democracia” representativa[16] a través de su “liberación” de los regímenes tiránicos y, actualmente, la similar integración de los pueblos español y griego a través del esfuerzo sistemático de la “izquierda” para desactivar la granada que representa el desempleo masivo y la pobreza que conlleva su integración en el nuevo orden mundial. Claramente, el movimiento de las plazas en el marco de la “primavera árabe” no tiene nada que ver con derrocar el sistema en sí mismo, ya que el enemigo principal de este movimiento fue sólo una versión tiránica del sistema y los pueblos de esos países todavía aspiran a la “democracia” representativa, dado que nunca la han experimentado realmente. En otras palabras, el derrocamiento de Mubarak y Ben Alí (con la ayuda decisiva de los ejércitos egipcio y tunecino que están completamente controlados por la élite internacional) fue exactamente posible porque los intereses de las élites extranjeras y locales coincidieron con los de los manifestantes en las plazas. Por otro lado, los pueblos de España y Grecia están directa o indirectamente contra la globalización neoliberal en sí misma, y por tanto cualquier intento de engañarlos reemplazando los pseudo-socialistas, Papandreou y Zapatero, por otros miembros del personal político del sistema está condenado al fracaso, dada la larga experiencia de “democracia” representativa que estos pueblos han tenido.
La insurrección de la subclase británica, sin embargo, ha mostrado claramente que los pueblos desesperados están recurriendo otra vez a formas de rebelión históricas. La razón de esto es que saben perfectamente que estos levantamientos nunca pueden ser ignorados por las élites, como sí pueden serlo las manifestaciones pacíficas en las plazas –que son alabadas por las élites y los medios de comunicación sistémicos y que ahora incluso incluyen la manifestación pacífica de la clase media israelí sionista “progresista” en el Boulevard Rothschild del centro de Tel Aviv[17], ignorando (¡por supuesto!) incluso los derechos fundamentales, no sólo de los palestinos, sino también de los árabe-israelíes que constituyen el 20% de la población de Israel. Tal alabanza de las élites y sus medios por esas manifestaciones pacíficas no es sorprendente dado que, como vimos más arriba, los levantamientos son mucho más perjudiciales para ellas de lo que las manifestaciones pacíficas en las plazas podrán ser jamás.
¿Cómo puede ser derrocada la globalización neoliberal?
Es la violencia económica lo que empujó la subclase inglesa a la violencia física y al saqueo en la era de la globalización neoliberal, dado que su rabia, indirectamente si no directamente, tenía como objetivo la terrible desigualdad creada por la globalización capitalista. Una desigualdad que actualmente en Gran Bretaña ha asumido dimensiones victorianas, como mostró un informe reciente según el cuál la riqueza doméstica (incluyendo coches y otras posesiones) del 10% más rico de la población es ¡100 veces más alta que la riqueza del 10% más pobre![18] Los miembros de la subclase perciben correctamente –aunque a menudo inconscientemente- la naturaleza de la globalización neoliberal, que es resumida con precisión por Charles Moore, el editor de High Tory, antes Daily Telegraph, y biógrafo oficial de la baronesa Thatcher:[19]
Los ricos dirigen un sistema global que les permite acumular capital y pagar el precio más bajo posible por el trabajo. La libertad resultante sólo se aplica a ellos. La mayoría simplemente tiene que trabajar más duramente, en condiciones de inseguridad creciente, para enriquecer la minoría.
En otras palabras, la subclase se da cuenta implícitamente de que el derrocamiento de la globalización capitalista neoliberal no es una cuestión de derrocar a unos malvados conspiradores y sus catastróficas políticas que, supuestamente, reflejan simplemente algún “dogma” criminal basado en una nueva “estrategia” capitalista, sino que en realidad es una cuestión de derrocar el propio sistema de la economía de mercado, ¡cuyas dinámicas han conducido inevitablemente a la globalización actual! Así que la globalización neoliberal no es el resultado ni de una conspiración ni de algún dogma adoptado por economistas y políticos “malos”, como afirma engañosamente la izquierda reformista a través de canales como el best-seller de Naomi Klein[20], proponiendo una “teoría” de la conspiración sobre la globalización neoliberal, que es intensamente promovida por los medios de comunicación sistémicos y que (¡no por casualidad!) ganó el premio sistémico Warwick Prize for Writing (2008-09). En cambio, puede mostrarse que la globalización neoliberal es el resultado de las dinámicas de la economía de mercado capitalista, la cuál es ahora institucionalizada a escala global por la élite transnacional, ya sea “pacíficamente”, a través de las instituciones internacionales que controla (el FMI, el Banco Mundial, la UE, etc.), o a la fuerza (Iraq, Afganistán, Libia), con el objetivo obvio de integrar todos los países en la economía de mercado internacionalizada. Así pues, contrariamente a esas concepciones absolutamente ingenuas (si no también peligrosamente desorientadoras), como he tratado de mostrar en otras partes[21], la globalización es un fenómeno SISTÉMICO y sólo puede ser revertida mediante el derrocamiento de las instituciones en las que se fundamenta –particularmente los mercados abiertos y “liberalizados” de capital, trabajo, bienes y servicios (¡las “cuatro libertades”, como son eufemísticamente denominadas en el Tratado de Maastricht en el que se basa la UE!).
Esto, a su vez, sólo puede suceder cuando la economía de mercado capitalista sea reemplazada por un nuevo sistema de asignación de los recursos que no esté basado ni en la economía de mercado ni en la planificación central, las cuales están históricamente fracasadas. En cambio, debería basarse en una democracia económica, como parte de una democracia inclusiva en la cual las asambleas ciudadanas determinarían la asignación de recursos escasos de un modo que asegurara tanto la satisfacción de las necesidades básicas de todos los ciudadanos según la necesidad como la de sus necesidades no-básicas según el principio de libertad de elección[22].
La conclusión obvia es que el primer paso hacia dicha sociedad es la ruptura de los vínculos económicos de cada país con la economía de mercado internacional y la creación de las condiciones previas necesarias para una economía auto-dependiente (¡que no autárquica!) que dependería básicamente de los recursos económicos autóctonos para satisfacer las necesidades de su propio pueblo, mientras que participaría en relaciones bilaterales o multilaterales (en el seno de una unión económica de países con niveles de desarrollo económico similares) para satisfacer aquellas necesidades que no se pudieran cubrir localmente. Esto no es localismo, por supuesto, sino un nuevo internacionalismo genuino basado en los principios de solidaridad y autonomía colectiva, y no en el individualismo y la codicia por los beneficios, como en la actualidad[23]. Son las confederaciones de democracias inclusivas auto-dependientes las que podrían realmente derrocar el presente sistema catastrófico de globalización neoliberal y conducir a una nueva sociedad internacional basada en la autodeterminación, que conllevaría la desaparición de la explotación, la pobreza, el desempleo masivo o las guerras para imponer el poder de élites transnacionales o locales.
[1] T. Fotopoulos, “France: The revolt of the victims of neoliberal globalisation”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 2, No. 4, (November 2006).
[2] T. Fotopoulos, “A systemic crisis in Greece”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 5, No. 2, (Spring 2009)
[3] SPIEGEL ONLINE Staff, “Flash Points Across the Continent”, SPIEGEL, 12/08/2011.
[4] Ver la parte II de mi artículo largo sobre Libia, “The role of the degenerate ‘Left’”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No.1, (Winter-Spring 2011).
[5] T. Fotopoulos, Hacia una democracia inclusiva (1997); ver también La crisis multidimensional y la Democracia Inclusiva (2005).
[6] T. Fotopoulos, “Iraq: the new criminal “war” of the transnational elite”, Democracy & Nature, Vol.9, No. 2, (July 2003).
[7] T. Fotopoulos, “The pseudo-revolution in Libya and the Degenerate ‘Left’”, partes I y II, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 1 (Winter-Spring 2011)
[8] T. Fotopoulos, “The ‘new world order’ hype and the new version of social-liberalism”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 5, No. 2, (Spring 2009);
y “The myths about the economic crisis, the reformist Left and economic democracy,” The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 4, No. 4, (October 2008).
[9] T. Fotopoulos, “The conquest of speech by media conglomerates”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 4, No.2, (April 2008).
[10] T. Fotopoulos, “From Social-Democracy to Social-Fascism” The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 2, No. 4, (November 2006).
[11] Artículo principal “Liberalism has improved Britain – its defenders must speak up”, Independent, 11/8/2011.
[12] Ver The Sentencing Project, “U.S. PRISON POPULATIONS – TRENDS AND IMPLICATIONS “ (May 2003).
[13] Alistair Keely, “Councils set to evict rioters” y Kevin Rawlinson y Genevieve Roberts, “Mother of man arrested in riots is served with eviction notice”, Independent, 11/8/2011.
[14] Ver, por ejemplo, Matt Blake, “On the rap sheet: ‘looter’ who pocketed £1, and a suspect caught with an empty box”, Independent, 11/8/2011.
[15] T. Fotopoulos, “Greece: The myth of the revival of classical democracy in Athens”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 1, (April 2011).
[16] T. Fotopoulos, “The pseudo-revolution in Libya and the Degenerate ‘Left’”, partes I y II, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 7, No. 1 (Winter-Spring 2011).
[17] Tobias Buck, “Israel’s middle-class revolt hits fresh peak”, Financial Times, 12/8/2011.
[18] National Equality Panel Report (John Hill’s Report), An Anatomy of Economic Inequality in the UK, (2010); ver también el informe de Amelia Gentleman “Unequal Britain: richest 10% are now 100 times better off than the poorest”, (Guardian, 27/1/2010).
[19] Citado por Stefan Stern (profesor professor of gestión práctica en Cass Business School, London), “Marx was right about change”,Independent, 16/8/2011.
[20] Naomi Klein, La Doctrina del Shock: El auge del capitalismo del desastre (2007) o ver, por ejemplo, Φώτη Τερζάκη, “Ο νεοφιλελευθερισμός ως έγκλημα κατά της ανθρωπότητας”, (Βιβλιοθήκη, “Ε”, 21/5/2011).
[21] T. Fotopoulos, “Globalisation, the reformist Left and the Anti-Globalisation ‘Movement’”, Democracy & Nature, Vol. 7, No. 2, (July 2001).
[22] T. Fotopoulos, Hacia una democracia inclusiva, capítulo 6, o La crisis multidimensional y la Democracia Inclusiva, capítulo 14.
[23] T. Fotopoulos, “The Latin-Americanization of Greece and the lessons for the European South”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 6, No. 2/3, (Spring-Summer 2010);
ver también “The transition to an Inclusive Democracy”, The International Journal of Inclusive Democracy, Vol. 6, No. 2/3, (Spring-Summer 2010) o “Estrategias de transición y el proyecto de la Democracia Inclusiva”, Democracy & Nature, Vol. 8, No. 1 (March 2002).

Publicado por GADI Catalunya

[Memòria] El embrión de un ejército anarquista. La historia de los Comités de Defensa de la CNT.

Agustín Guillamón ha escrito un libro rescatando la historia de los Comités de Defensa de la CNT, de la editorial Aldarull. El libro se llama Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona (1933-1938).

La claridad con la que se exponen los hechos, ayuda a tener una perspectiva apropiada de las decisiones a las que tuvieron que enfrentarse en aquéllos años.

A pesar de ser generalmente ignorados u obviados, por las memorias y por la historiografía actual sobre la guerra civil y la revolución española, tuvieron una importancia clave para la victoria de la clase obrera organizada (que se conmemora el 19 de julio), así como para la formación de las milicias y los comités de barriada en Barcelona. Nos parece importante que volvamos a estudiar cómo se organizaron en el pasado, en estos temas estratégicos, con el fin de aprender para el futuro.

Sorprende la lucidez de aquellas gentes que organizaron un ejército clandestino durante años preparados para hacer la Revolución en cuanto se decidieran a ello los organismos superiores de su Organización. En esta entrevista se mezclan fragmentos del libro en cuestión con añadidos del autor.

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>Alb.- Pregunta obligada, ¿qué era un Comité de Defensa?

Los comités de defensa eran la organización militar clandestina de la CNT, financiada por los sindicatos y su acción estaba subordinada a éstos.

En octubre de 1934 se abandonó la vieja táctica de los grupos de acción, en favor de una seria y metódica preparación revolucionaria. Decía el CNCD “No hay revolución sin preparación. Hay que acabar con el prejuicio de las improvisaciones. Ese error, de la confianza en el instinto creador de las masas, nos ha costado muy caro. No se procuran, como por generación espontánea, los medios de guerra inexcusables para combatir a un Estado que tiene experiencia, fuerte armamento y mayor capacidad ofensiva y defensiva”.

Los comités de defensa eran la organización militar clandestina de la CNT, financiada por los sindicatos y su acción estaba subordinada a éstos.

El grupo de defensa básico, debía ser poco numeroso, para facilitar su clandestinidad y agilidad, así como un conocimiento profundo del carácter, conocimientos y habilidades de cada militante. Debía estar formado por seis militantes, con funciones muy específicas:

1.- secretario: contacto con otros cuadros, creación de nuevos grupos, informes.

2.- investigación de personas: determinar la peligrosidad de los enemigos.

3.- investigación de edificios: levantar planos y elaborar estadísticas.

4.- estudio de los puntos estratégicos y tácticos de la lucha callejera.

5.- estudio de los servicios públicos.

6.- investigar dónde obtener armas, dinero y abastos.

Se consideraba que ese número de seis militantes era la cifra ideal para constituir un grupo o cuadro de defensa, sin dejar de considerar que, en algún caso, podía sumarse algún miembro más para cubrir tareas “de sumo relieve”. La clandestinidad debía ser absoluta. Eran los núcleos básicos de un ejército revolucionario, capaces de movilizar a grupos secundarios más numerosos, y éstos, a su vez, a todo el pueblo.

El grupo de defensa era la célula básica de esa estructura militar clandestina de la CNT, constituida por seis militantes. Su ámbito era una demarcación muy precisa dentro de cada barrio. En cada barrio se constituía un Comité de Defensa de la barriada, que coordinaba todos esos cuadros de defensa, y que recibía un informe mensual de cada uno de los secretarios de grupo. El secretario-delegado de barrio realizaba un resumen que entregaba al Comité de Distrito; y éste, a su vez, lo tramitaba al Comité Local de Defensa “y éste al Regional y al Nacional sucesivamente”.

La Ponencia del CNCD también detallaba la organización de los comités de defensa a escala regional y nacional, encuadrando además a aquellos sectores de trabajadores, como ferroviarios, conductores de autocar, trabajadores de teléfonos y telégrafos, carteros y en fin, todos los que por características de su profesión u organización, abarcaban un ámbito nacional, destacando la importancia de las comunicaciones en una insurrección revolucionaria. Se dedicaba un apartado especial al trabajo de infiltración, propaganda y captación de simpatizantes en los cuarteles.

Las funciones esenciales de los comités de defensa eran dos:

1.- Obtención, mantenimiento, custodia y aprendizaje en el manejo de las armas.

2.- Intendencia en el sentido amplio de la palabra, desde provisión de abastos para la población y sostenimiento de comedores populares hasta la creación y mantenimiento de hospitales, escuelas, ateneos… o incluso, en los primeros días de reclutamiento de milicianos y aprovisionamiento de las columnas que partieron hacia el frente.

Los cuadros de defensa existieron ya desde poco después de la proclamación de la República, y podían considerarse como la continuidad, reorganización y extensión de los grupos de acción y autodefensa armada de los años del pistolerismo (1917-1923).

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>ALB.- ¿Cómo se pasó de los grupos de acción a los cuadros de defensa?

En enero de 1935 los grupos anarquistas Indomables, Nervio, Nosotros, Tierra Libre y Germen, en el Pleno de la Federación de Grupos Anarquista de Barcelona presentaron la fundación, en Barcelona, del Comité Local de Preparación Revolucionaria.

Frente a un panorama histórico, realmente desolador; el auge del fascismo en Italia, del nazismo en Alemania, del estalinismo en la Unión Soviética, de la depresión económica con un paro masivo y permanente en Estados Unidos y Europa; la ponencia elaborada en ese Pleno, oponía la esperanza del proletariado revolucionario. Decía: “En la quiebra universal de las ideas, partidos, sistemas, sólo queda en pie el proletariado revolucionario con su programa de reorganización de las bases de trabajo, de la realidad económica y social y de la solidaridad”.

Se hacía una profunda crítica a la pueril táctica, ya abandonada en octubre de 1934, de la gimnasia revolucionaria y de la improvisación: Decían: “La revolución social no puede ser interpretada como un golpe de audacia, al estilo de los golpes de Estado del jacobinismo, sino que será consecuencia y resultado del desenlace de una guerra civil inevitable y de duración imposible de prever”.

La preparación revolucionaria para una larga guerra civil exigía nuevos desafíos, impensables en la vieja táctica de los grupos de choque. Decía: “Dado que no es posible disponer de antemano de los stocks de armas necesarios para una lucha sostenida, es preciso que el Comité de preparación estudie el modo de transformar en determinadas zonas estratégicas las industrias […], en industrias proveedoras de material de combate para la revolución”. Ahí estuvo el origen de la comisión de industrias de guerra, constituida el 7 de agosto de 1936, que en Cataluña levantó de la nada más absoluta una potente industria bélica gracias al esfuerzo de los trabajadores, coordinados por los cenetistas Eugenio Vallejo Isla, metalúrgico; Manuel Martí Pallarés, del sindicato de Químicas, y Mariano Martín Izquierdo; aunque más tarde el éxito se lo apuntaron los políticos burgueses (Josep Tarradellas), que si bien contribuyeron a su éxito, éste “pertenece íntegramente a los trabajadores de las fábricas, y a los técnicos, a los dele
gados responsables que la CNT ha puesto desde el comienzo de la guerra en los cargos de dirección”.

De los grupos de acción y de choque para la práctica de la gimnasia revolucionaria, anteriores a 1934, se había pasado a la formación de cuadros de información y combate, considerados como células básicas de un ejército revolucionario.

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>ALB.- Una pregunta que mucha gente se hará es si podían los anarquistas tomar el poder.

Durante el primer semestre de 1936 el grupo Nosotros se enfrentó al resto de grupos de la FAI, en Cataluña, en agrios debates sobre dos concepciones fundamentales, en un momento en el que se conocían con certeza los preparativos militares para un cruento golpe de Estado. Esos dos conceptos eran la “toma del poder” y el “ejército revolucionario”. El pragmatismo del grupo Nosotros, más preocupado por las técnicas insurreccionales que por los tabúes, chocaba frontalmente con los prejuicios ideológicos de otros grupos faistas, esto es, con el rechazo a lo que denominaban “dictadura anarquista” y un profundo antimilitarismo, que lo dejaba todo a la espontaneidad creativa de los trabajadores.

Este duro ataque a las “prácticas anarco-bolcheviques” del grupo Nosotros se expresó ampliamente en la revista Más Lejos, dirigida por Eusebio C. Carbó, y en la que figuraban como redactores Jaime Balius y Mariano Viñuales. Más lejos publicó las respuestas a una encuesta que había planteado en su primer número, de abril de 1936, que consistía en dos preguntas sobre la aceptación o rechazo del abstencionismo electoral, y una tercera sobre la toma del poder, que decía así: “¿Pueden los anarquistas, en virtud de tales o cuáles circunstancias, y VENCIENDO TODOS LOS ESCRÚPULOS, disponerse a la toma del Poder, en cualquiera de sus formas, como medio de acelerar el ritmo de su marcha hacia la realización de la Anarquía?”

Casi todos respondieron negativamente. Pero ninguna respuesta ofrecía una alternativa práctica a esa negativa generalizada a tomar el poder. Teoría y práctica anarquistas parecían divorciadas, en vísperas del golpe de Estado militar.

En el Pleno de Grupos Anarquistas de Barcelona, reunido en junio de 1936, García Oliver expuso que la organización de los cuadros de defensa, coordinados en comités de defensa de barrio, en la ciudad de Barcelona, eran el modelo a seguir, extendiéndolos a toda España, y coordinando esa estructura a nivel regional y nacional, para constituir un ejército revolucionario del proletariado. Ese ejército debía complementarse con la creación de unidades guerrilleras de cien hombres. Muchos militantes se oponían a las concepciones de García Oliver, confiando más en la espontaneidad de los trabajadores que en la disciplinada organización revolucionaria. Las convicciones antimilitaristas de muchos grupos de afinidad, produjeron un rechazo casi unánime de las tesis del grupo Nosotros, y muy especialmente de García Oliver.

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>ALB.- ¿Cómo se transformaron esos Comités de Defensa en Milicias Populares y comités revolucionarios de barrio?
<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>

El diecisiete de julio el ejército se había sublevado en Melilla. El 18 la rebelión militar se había extendido a todo Marruecos, Canarias y Sevilla.

La guarnición militar de Barcelona contaba con unos seis mil hombres, frente a los casi dos mil de la guardia de asalto y los doscientos “mossos d´esquadra”. La guardia civil, que nadie sabía con certeza por el lado que se decantaría, contaba con unos tres mil. La CNT-FAI disponía de unos veinte mil militantes, organizados en comités de defensa de barriada, dispuestos a empuñar las armas. Se comprometía, en la comisión de enlace de la CNT con la Generalidad y los militares leales, a parar a los golpistas con sólo mil militantes armados.

El 19 y 20 de julio de 1936, en plena lucha en las calles de Barcelona, al tiempo que se derrotaba a los militares sublevados, los miembros de los comités de defensa empezaron a llamarse y a ser conocidos como “los milicianos”. Sin transición alguna, los cuadros de defensa se transformaron en Milicias Populares. La estructura primaria de los cuadros de defensa había previsto su ampliación y crecimiento, mediante la incorporación de cuadros secundarios. Bastó con dar cabida en ellos a los millares de trabajadores voluntarios, que se sumaron a la lucha contra el fascismo, extendida a tierras de Aragón. Las milicias confederales se convirtieron en la vanguardia de todas las unidades armadas, que se desplazaban en busca del enemigo fascista que batir. Eran la organización armada del proletariado revolucionario. Fueron imitados por el resto de columnas, incluidas las de origen burgués. Ante la ausencia de un ejército proletario único, los distintos partidos y organizaciones crearon sus propias milicias de partido o sindicato, sin un mando centralizado y con una coordinación muy precaria.

Hubo una doble TRANSFORMACIÓN de esos cuadros de defensa. La de las Milicias Populares, que definieron en los primeros días el frente de Aragón, instaurando la colectivización de las tierras en los pueblos aragoneses liberados; y la de los comités revolucionarios que, en cada barrio de Barcelona, y en cada pueblo de Cataluña, impusieron un “nuevo orden revolucionario”. Su origen común en los cuadros de defensa hizo que milicias confederales y comités revolucionarios estuviesen siempre muy unidos e interrelacionados.

Esos comités revolucionarios ejercieron, en cada barriada o localidad, sobre todo en las nueve semanas posteriores al 19 de Julio, estas funciones:

1.- Incautaron edificios para instalar la sede del comité, de un almacén de abastos, de un ateneo o de una escuela racionalista. Incautaron y sostuvieron hospitales y diarios.

2.- Registros en los domicilios privados para requisar armas, alimentos, dinero y objetos de valor.

3.- Pesquisa armada en cualquier edificio sospechoso, con el objetivo de detener “pacos”, emboscados, curas, derechistas y quintacolumnistas. (Recordemos que el paqueo de los francotiradores, en la ciudad de Barcelona, duró toda una semana).

4.- Instalaron en cada barrio centros de reclutamiento para las Milicias, que armaron, financiaron, abastecieron y pagaron (hasta mediados de septiembre) con sus propios medios, manteniendo hasta después de mayo del 37 una intensa y continuada relación de cada barriada con sus milicianos en el frente, acogiéndolos durante los permisos.

5.- A la custodia de las armas, en la sede del comité de defensa, se sumaba un local o almacén, en el que se instalaba el comité de abastos de la barriada, que se abastecía con las requisas de alimentos, realizados en las zonas rurales, mediante la coacción armada, el intercambio, o la compra mediante vales.

6.- Imposición y recaudación del impuesto revolucionario en cada barrio o localidad.

Los comités revolucionarios ejercían una importante tarea administrativa, muy variada, que iba desde la emisión de vales, bonos de comida, emisión de salvoconductos, pases, celebración de bodas, abastecimiento y mantenimiento de hospitales, hasta la incautación de alimentos, muebles y edificios, financiación de escuelas racionalistas y ateneos gestionados por las Juventudes Libertarias, pagos a milicianos, o a sus familiares, etcétera.

La coordinación de los comités revolucionarios de barriada se hacía en la sede del Comité Regional, a donde acudían los secretarios de cada uno de los comités de defensa de barriada. Existía además, de forma permanente, el Comité de Defensa Confederal, instalado en la Casa CNT-FAI.

Para los aspectos relacionados con la incautación de importantes cantidades de dinero y objetos de valor, o todas aquellas tareas de detención, información e investigación, que excedían por su importancia las tares del comité revolucionario de barriada, acudían al Servicio de Investigación de la CNT-FAI, dirigido por Escorza en la Casa CNT-FAI.

<b style="mso-bidi-font-weight:
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<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>ALB.- <b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>¿Hubo un vacío de poder? ¿Los comités de barriada que se formaron venían de los de Defensa? ¿Y los de abasto?

El auténtico poder de ejecución y resolución estaba en la calle, era el poder del proletariado en armas, y lo ejercían los comités locales, de defensa y de control obrero, expropiando espontáneamente fábricas, talleres, edificios y propiedades; organizando, armando y transportando al frente los grupos de milicianos voluntarios que previamente habían reclutado; quemando iglesias o convirtiéndolas en escuelas o almacenes; formando patrullas para extender la guerra social; guardando las barricadas, ahora fronteras de clase, que controlaban el paso y manifestaban el poder de los comités; poniendo en marcha las fábricas, sin amos ni directivos, o reconvirtiéndolas para la producción bélica; requisando coches y camiones, o alimentos para el comité de abastos; “paseando” burgueses, fascistas y curas; sustituyendo a los caducos ayuntamientos republicanos, imponiendo en cada localidad su absoluta autoridad en todos los dominios, sin atender órdenes de la Generalidad, ni del Comité Central de Milicias Antifascistas (C
CMA). La situación revolucionaria se caracterizaba por una atomización del poder.

La noche del 19 no había más poder real que el de “la federación de barricadas”, sin más objetivo inmediato que la derrota de los sublevados. El ejército y la policía, disueltos o acuartelados, desaparecieron de la calle, después del 20 de julio. Habían sido sustituidos por Milicias Populares formadas por obreros armados, que confraternizaban con soldados licenciados y guardias desuniformados en un solo bloque victorioso, que les había convertido en la vanguardia de la insurrección revolucionaria.

En Barcelona los comités de defensa, transformados en comités revolucionarios de barrio, en ausencia de consignas de cualquier organización y sin más coordinación que las iniciativas revolucionarias que cada momento demandaba, organizaron los hospitales, desbordados por la avalancha de heridos, constituyeron comedores populares, requisaron coches, camiones, armamento, fábricas y edificios, registraron domicilios privados, detuvieron sospechosos y crearon una red de Comités de abastos en cada barrio, que se coordinaron en un Comité Central de Abastos de la ciudad, en el que adquirió notable presencia el Sindicato de Alimentación. El contagio revolucionario afectaba a todos los sectores sociales y a todas las organizaciones, que se decantaban sinceramente a favor de la nueva situación revolucionaria. Esa era la única fuerza real del CCMA, que aparecía ante el pueblo en armas como el organismo antifascista que debía dirigir la guerra e imponer el nuevo orden revolucionario.

El 21 de julio, un Pleno de Locales y Comarcales había renunciado a la toma del poder, entendida como una dictadura de los líderes anarquistas, y no como imposición, coordinación y extensión del poder que los comités revolucionarios ya ejercían en la calle. El 23 un pleno conjunto, y secreto, de los comités superiores de la CNT y de la FAI cerró filas en cuanto a la decisión tomada de colaborar en el CCMA, y de preparar el Pleno del día 26 para vencer la resistencia de la militancia.

El 24 habían partido las dos primeras columnas anarquistas, al mando de Durruti y Ortiz. Durruti hizo un discurso por radio en el que alertaba sobre la necesidad de estar vigilantes ante una posible intentona contrarrevolucionaria. Había que congelar la situación revolucionaria en Barcelona, para “ir a por el todo” después de tomar Zaragoza.

El 25 de julio se presentó Companys en la Escuela Náutica para recriminar a los miembros del CCMA su ineficacia en el control del orden público, ante la indiferencia de un García Oliver que le despidió amenazadoramente.

El 26 de julio fue ratificada, por la mañana, en el Pleno Regional la colaboración definitiva de la CNT-FAI en el CCMA, acordada por los comités superiores de la CNT-FAI en su debate del día 23 y en el anterior Pleno Regional reunido el día 21.

El Pleno del día 26 confirmó, por unanimidad, que la CNT seguiría manteniendo la misma posición, aprobada ya el 21 de julio, de participar en ese nuevo organismo de colaboración de clases llamado CCMA. Ese mismo pleno del día 26 creó una Comisión de Abastos, dependiente del CCMA, a la que debían someterse los distintos comités de abastos surgidos por doquier, y ordenaba al mismo tiempo un fin parcial de la huelga general. El resumen de los principales acuerdos alcanzados en este Pleno se editó en forma de Bando, para su general conocimiento y acatamiento.

El CC de Abastos era una institución fundamental, que aseguraba un requisito indispensable para unos obreros voluntarios que abandonaban sus puestos de trabajo para ir a combatir al fascismo en Aragón: asegurar en su ausencia la alimentación de unos familiares que dejarían de percibir el semanal del que vivían.

ALB.- <b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>¿Qué fueron las Patrullas de Control?

El 11 de agosto de 1936 se crearon las patrullas de control como policía revolucionaria dependiente del Comité Central de Milicias Antifascistas (CCMA).

Sólo la mitad aproximada de los patrulleros tenía carné de la CNT, o eran de la FAI; la otra mitad estaba afiliada al resto de organizaciones componentes del CCMA: POUM, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y PSUC, fundamentalmente. Sólo cuatro delegados de sección, sobre los once existentes, eran de la CNT: los de Pueblo Nuevo, Sants, San Andrés (Armonía) y Clot; otros cuatro eran de ERC, tres del PSUC y ninguno del POUM.

Las Patrullas de Control dependían del Comité de Investigación del CCMA, dirigido por Aurelio Fernández (FAI) y Salvador González (PSUC), que sustituyó a Vidiella. Su sección Central estaba en el número 617 de la Gran Vía, dirigida por los dos delegados de Patrullas, esto es, José Asens (FAI) y Tomás Fábregas (Acció Catalana). La nómina de los patrulleros, de diez pesetas diarias, era abonada por el gobierno de la Generalidad. Aunque en todas las secciones se hacían detenciones, y algunos detenidos eran interrogados en la antigua Casa Cambó, la prisión central estaba en el antiguo convento de monjas clarisas de San Elías.

ALB.- ¿Cuál fue el balance del Comité Central de Milicias Antifascistas?

El 26 de septiembre se formó un gobierno de la Generalidad con presencia de consejeros anarquistas. El 1 de octubre se oficializó la disolución del CCMA.

El decreto del 9 de octubre, complementado con el publicado el 12, declaraba disueltos todos los comités locales que habían surgido el 19 de julio, que serían sustituidos por los nuevos ayuntamientos. Pese a la resistencia de muchos comités locales a su disolución, y al retardo de varios meses en la constitución de los nuevos ayuntamientos, se trataba de un golpe de muerte del que no se recuperarían. La resistencia de la militancia cenetista, que se desentendía de las consignas de los comités superiores o de las órdenes del gobierno de la Generalidad, amenazaba el pacto antifascista. Los dirigentes anarcosindicalistas estaban bajo la doble presión de una militancia, reacia a obedecerles, y la acusación por parte del resto de fuerzas antifascistas de que era necesario cumplir y hacer cumplir los decretos del gobierno, poniendo en cintura a “los incontrolados”.

Este era el balance real dejado por el CCMA en sus nueve semanas de existencia: el paso de unos comités locales revolucionarios, que ejercían todo el poder en la calle y las fábricas, a su disolución en beneficio exclusivo del pleno restablecimiento del poder de la Generalidad. Del mismo modo, los decretos firmados el 24 de octubre sobre militarización de las Milicias a partir del 1 de noviembre y de promulgación del decreto de Colectivizaciones completaban el desastroso balance del CCMA, esto es, el paso de unas Milicias obreras de voluntarios revolucionarios a un ejército burgués de corte clásico, sometido al código de justicia militar monárquico, dirigido por la Generalidad; el paso de las expropiaciones y el control obrero de las fábricas a una economía centralizada, controlada y dirigida por la Generalidad.

El retraso en la aplicación de los decretos, provocada por la sorda pero enconada resistencia de la militancia confederal, que aún estaba armada, hizo que el gobierno de la Generalidad se planteara como objetivo prioritario el desarme de la retaguardia, impulsando una campaña de propaganda contra los llamados “incontrolados”, que derivó hacia el objetivo secundario contenido en el repetitivo eslogan: “armas al frente”.

La fuerte resistencia de la base anarcosindicalista a la militarización de las milicias, al control de la economía y de las empresas colectivizadas por la Generalidad, al desarme de la retaguardia y a la disolución de los comités locales se manifestó en un retraso de varios meses al cumplimiento real de los decretos del gobierno de la Generalidad sobre todos estos temas. Resistencia que, en la primavera de 1937, cristalizó en un gran malestar, al que se sumó el descontento por la marcha de la guerra, la inflación y la penuria de productos de primera necesidad, para desembocar entonces en una crítica generalizada de la militancia cenetista de base a la participación de los comités superiores de la CNT-FAI en el gobierno, y a la política antifascista y colaboracionista de sus dirigentes, a quienes se acusaba de la pérdida de “las conquistas revolucionarias del 19 de julio”.

En octubre de 1936 el decreto de militarización de las Milicias Populares produjo un gran descontento entre los milicianos anarquistas de la Columna Durruti, en el Frente de Aragón. Tras largas y enconadas discusiones, en marzo de 1937, varios centenares de milicianos voluntarios, establecidos en el sector de Gelsa, decidieron abandonar el frente y regresar a la retaguardia. Se pactó que el relevo de los milicianos opuestos a la militarización se efectuaría en el transcurso de quince días. Abandonaron el frente, llevándose las armas.

Ya en Barcelona, junto con otros anarquistas (defensores de la continuidad y profundización de la revolución de julio, y opuestos al colaboracionismo confederal con el gobierno), los milicianos de Gelsa decidieron constituir una organización anarquista, distinta de la FAI, la CNT o las Juventudes Libertarias, que tuviera como misión encauzar el movimiento ácrata por la vía revolucionaria. Así pues, una nueva Agrupación se constituyó formalmente en marzo de 1937, tras un largo período de gestación de varios meses, iniciado en octubre de 1936. La Junta directiva fue la que decidió tomar el nombre de “Agrupación de Los Amigos de Durruti”, nombre que por una parte aludía al origen común de los ex-milicianos de la Columna Durruti, y que como bien decía Balius, no se tomó por referencia alguna al pensamiento de Durruti, sino a su mitificación popular.

Esta oposición revolucionaria a la militarización de las Milicias Populares se manifestó también, con mayor o menor suerte, en todas las columnas confederales, destacando el caso de la Columna de Hierro, que decidió en diversas ocasiones “bajar a Valencia” para impulsar la revolución y enfrentarse a los elementos contrarrevolucionarios de la retaguardia.

En febrero de 1937 se celebró una asamblea de columnas confederales que trató la cuestión de la militarización. Las amenazas de no suministrar armas, alimentos, ni soldada, a las columnas que no aceptaran la militarización, sumada al convencimiento de que los milicianos serían integrados en otras unidades, ya militarizadas, surtieron efecto. A muchos les parecía mejor aceptar la militarización, y adaptarla flexiblemente a la propia columna. Finalmente la ideología de unidad antifascista y la colaboración de la CNT-FAI en las tareas gubernamentales, en defensa del Estado republicano, triunfaron contra la resistencia a la militarización, que fue finalmente aceptada hasta por la recalcitrante Columna de Hierro.

ALB.- ¿Entraron en colisión los comités de defensa con los comités superiores?<b style="mso-bidi-font-weight:
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De finales de noviembre a primeros de diciembre de 1936, la CNT debatió el papel que debían asumir los comités de defensa en Barcelona.

Desde una visión estrictamente sindical, que no veía con buenos ojos la importancia adquirida, en los barrios, por los comités de defensa y los comités de abastos. Consideraban que sus funciones, superada la insurrección revolucionaria y su posterior etapa, de carácter excepcional, eran provisionales y, en todo caso, debían ser asumidas, ya, por los sindicatos.

En noviembre/diciembre de 1936, los comités de defensa eran un estorbo para la política gubernamentalista de los comités superiores cenetistas; y se imponía, por lo tanto, su hibernación y sumisión a los sindicatos, como meros anexos armados, un tanto molestos e inútiles.

Lo que se discutía era el grado de autonomía de los comités de defensa de las barriadas respecto a los sindicatos. Las propuestas iban desde el reconocimiento de una personalidad propia al Comité de Defensa Local y su total independencia, reconociéndolos como LA MILICIA DE LA CNT, hasta la plena y absoluta sumisión a los dictados de la Federación Local de Sindicatos, que no sólo debían discutir las situaciones y decidir las acciones, sino que además debían custodiar las armas, controlar a los hombres y financiar a los Comités de Defensa.

El problema fundamental, según el Comité Regional, era la desobediencia generalizada a las consignas de desarme: “las barriadas las tenemos como nuestros peores enemigos”.

En octubre de 1936, la entrada de la CNT en el gobierno de la Generalidad supuso la creación de una Junta de Seguridad Interior, caracterizada por una conflictiva dualidad de mando de las fuerzas de orden público, entre CNT y gobierno de la Generalidad. Las Patrullas de Control fueron perdiendo autonomía y capacidad de decisión, mientras la Comisaría de Orden Público, controlada por PSUC y ERC, iba incrementando su poder coercitivo, revitalizando los cuerpos de Guardias de asalto y de la Guardia Nacional Republicana (antigua Guardia civil). A fines de enero de 1937 los milicianos del PSUC-UGT abandonaron las Patrullas de Control, siendo sustituidos por elementos de CNT, ERC y POUM. La perspectiva de desaparición de las Patrullas de Control, absorbidas en el seno de un nuevo Cuerpo único de Seguridad, decretado el 4 de marzo de 1937, suponía la pérdida de la hegemonía de los cenetistas en las labores policíacas y represivas de la retaguardia.

En el frágil equilibrio político y armado, existente en la primavera de 1937 en la retaguardia barcelonesa, el incremento y amenaza de las fuerzas represivas burguesas, que tendían al monopolio de la violencia; revitalizó la reorganización y preparación de los comités de defensa, en los barrios, para un enfrentamiento que parecía, ya, inevitable.

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>ALB.- ¿Por qué se perdió el control de abastos? ¿Qué fue la “guerra del pan”?
<b style="mso-bidi-font-weight:
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El 20 de diciembre de 1936, Joan Comorera (PSUC), consejero de Abastos, pronunció un importante discurso, en catalán, en la sala del Gran Price de Barcelona.

Comorera argumentó la necesidad de un gobierno fuerte, de plenos poderes, capaz de hacer cumplir unos decretos que no se quedasen en papel mojado, como había sucedido con el primer gobierno Tarradellas, en el que participó Nin por el POUM. Un gobierno fuerte, capaz de llevar a cabo una política militar eficiente, que agrupara todas las fuerzas existentes en el frente.

Comorera atribuía, la carencia y el encarecimiento de alimentos a la existencia de los comités de defensa, no al acaparamiento y especulación de los detallistas. Era el discurso que justificaba y explicaba el eslogan de las pancartas y octavillas de las manifestaciones de mujeres de fines del año 1936 y comienzos de 1937: “más pan y menos comités”, promovidas y manipuladas por el PSUC. Era evidente el enfrentamiento entre dos políticas de Abastos opuestas, la del PSUC y la del Sindicato de Alimentación de la CNT. El Sindicato de Alimentación, a través de los trece almacenes de abastos de las barriadas, custodiados por los comités revolucionarios de barrio (o mejor dicho, por sus secciones de defensa), suministraba gratuitamente alimentos a los comedores populares, donde podían acudir los parados y sus familiares, y sostenían además centros de atención a los refugiados que, en abril de 1937, en Barcelona, ascendieron ya a 220.000 personas. Era una red de abastos que rivalizaba con los detallistas, que sólo obedecían a la ley de la oferta y la demanda, y que intentaba, sobre todo, evitar el encarecimiento de los productos, ya que el alza de precios los hacía inasequibles a los trabajadores, y, por supuesto, a parados y refugiados. El mercado negro era el gran negocio de los detallistas, que realizaban excelentes ganancias gracias al hambre (literalmente) de la mayoría. La guerra del pan de Comorera contra los comités de abastos de las barriadas, no tenía otro objetivo que el de arrebatar a los comités de defensa cualquier parcela de poder, aunque esa guerra implicase el desabastecimiento de Barcelona y la penuria alimenticia.

Comorera finalizó su discurso con un llamamiento a la responsabilidad de todas las organizaciones, en aras a conseguir una férrea unidad antifascista. Para comprender el discurso de Comorera es necesario tener en cuenta la estrategia, propugnada por Gerö, de efectuar una política SELECTIVA frente al movimiento anarquista, que consistía en integrar a los dirigentes en el aparato de Estado, al mismo tiempo que se practicaba una bestial represión de los sectores revolucionarios, calificados infamantemente como incontrolados, gángsteres, asesinos, agentes provocadores e irresponsables; que Comorera identificaba muy claramente en los comités de defensa.

Los almacenes de abastos de los comités de barrio controlaban qué, cómo, cuánto y a qué precio de venta al público se aprovisionaba a los detallistas, una vez satisfechas las necesidades “revolucionarias” del barrio, esto es, de enfermos, niños, parados, comedores populares, etcétera. Comorera propugnaba la desaparición de esos comités revolucionarios de barrio y el libre mercado. Sabía, además, que una cosa implicaba la otra, y que, sin la supresión de los comités de defensa, el libre mercado sería una quimera.

Un abastecimiento racional, previsor y suficiente de Barcelona, y Cataluña, hubiera supuesto ceder a las pretensiones del Consejero de Economía cenetista, Joan P. Fábregas, que de octubre a diciembre de 1936 batalló inútilmente, en las reuniones del Consejo de la Generalidad, por conseguir el monopolio del comercio exterior, ante la oposición del resto de fuerzas políticas. Mientras tanto, en el mercado de cereales de París, diez o doce mayoristas privados catalanes competían entre sí, encareciendo las compras. Pero ese monopolio del comercio exterior, que ni siquiera era una medida de carácter revolucionario, sino sólo apropiada a una situación bélica de emergencia, atentaba contra la filosofía del libre mercado, propugnada por Comorera.

Había un hilo que relacionaba las colas del pan en Barcelona con la irracional competencia de los mayoristas en el mercado de cereales de París. Ese nexo Barcelona-París se hubiera roto con el monopolio del comercio exterior. Con la política de libre mercado de Comorera se consolidó. Además el PSUC alentó la especulación de los tenderos, que implantaron una auténtica dictadura sobre el precio de todos los alimentos, enriqueciéndose con el hambre de los trabajadores.

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>ALB.- ¿Cómo y por qué esos Comités de Defensa volvieron a reorganizarse?

El domingo, 11 de abril, en el mitin de la plaza de toros La Monumental, se vieron pancartas que exigían la libertad de Maroto y de los numerosos presos antifascistas, en su mayoría cenetistas. Federica Montseny fue abucheada y silbada. Los gritos favorables a la libertad de los presos arreciaron, una y otra vez. Los comités superiores culpabilizaron del “sabotaje” a la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Federica, muy molesta, amenazó con no volver a dar un mitin en Barcelona.

El grupo 12, de Gracia, presentó una proposición por escrito:

El lunes, 12 de abril de 1937, se desarrolló, en la Casa CNT-FAI, una sesión del pleno local de Grupos Anarquistas de Barcelona, con asistencia de los grupos de Defensa confederal y de las Juventudes libertarias”.

“El Pleno tomando en consideración, después de amplia discusión, los resultados de nueve meses de política ministerial, constatando la imposibilidad de ganar la lucha armada en los frentes en contra del fascismo sin supeditar todos los intereses particulares, económicos, políticos y sociales al supremo objetivo de la guerra; considerando que sólo con la socialización total de la industria, del comercio y de la agricultura, es factible el aplastamiento del fascismo; considerando que toda forma de gobierno es por esencia reaccionaria y, por ende, contraria a toda revolución social; acuerda:

1º.- Retirar todos los hombres que actualmente ocupan sitio en los estamentos antifascistas gubernativos.

2º.- Ir a la construcción de un Comité revolucionario antifascista para la coordinación de la lucha armada contra el fascismo.

3º.- Socializar inmediatamente la industria, el comercio y la agricultura.

4º.- Ir a la implantación del carnet de productor. Poner en práctica la movilización general de todos los hombres capacitados para el manejo de las armas y de las herramientas del trabajo para el frente y la retaguardia.

5º.- Y por fin, hacer sentir a todos y a cada uno el peso inflexible de la disciplina revolucionaria, como garantía de que los intereses de la revolución social no se pueden burlar en vano”.

Esta reunión se le había escapado de las manos a la burocracia. En ese Pleno habían intervenido los Comités de Defensa de Barcelona, o lo que es lo mismo, la delegación de los comités revolucionarios de barriada, y también las Juventudes Libertarias, radicalizando, sin duda, los acuerdos tomados.

Y esa FAI de Barcelona, junto a las secciones de defensa de los comités revolucionarios de barrio y las Juventudes Libertarias, pese al escándalo y la histérica oposición de algunos burócratas, había decidido terminar con el colaboracionismo, retirar a los consejeros (ministros) anarquistas del gobierno de la Generalidad y constituir un Comité revolucionario que dirigiese la guerra contra el fascismo. Era un paso decisivo hacia la insurrección revolucionaria, que estalló el 3 de mayo.

El Pleno constataba, por otra parte, una brecha ideológica, no tanto entre CNT y FAI, como entre revolucionarios y colaboracionistas, que apuntaba a una escisión organizativa del movimiento libertario, en Barcelona, que se manifestaba en la creciente oposición y la abismal diferencia de objetivos entre las secciones de defensa de los comités de barrio y las Juventudes Libertarias, por una parte, y los comités superiores, de otra.

Esta radicalización era fruto de una situación cada vez más insostenible en la calle. El 14 de abril, una manifestación de mujeres, que esta vez no estaba manipulada por el PSUC, partió de La Torrassa para recorrer los distintos mercados de Collblanc, Sants y Hostafrancs, protestando por el precio del pan y de los productos alimenticios. Se dirigió al Comité Revolucionario de la plaza de España para que intervinieran en el problema, pero el Comité les dijo que no era de su incumbencia. Las manifestaciones y protestas se extendieron a casi todos los mercados de la ciudad. En días posteriores se reprodujeron, con menor virulencia, tumultos y manifestaciones en diverso mercados. Algunas tiendas y panaderías fueron asaltadas. El hambre de los barrios obreros de Barcelona había salido a la calle para manifestar su indignación y exigir soluciones.

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>ALB.- ¿Qué papel jugaron los Comités de Defensa en mayo de 1937?

<b style="mso-bidi-font-weight:
normal”>El lunes, 3 de mayo de 1937, hacia las tres menos cuarto de la tarde, tres camiones de guardias de asalto, fuertemente armados, se detuvieron ante la sede de la Telefónica en la plaza de Cataluña. Estaban dirigidos por Eusebio Rodríguez Salas, militante de la UGT y estalinista convencido, responsable oficial de la comisaría de orden público. El edificio de Telefónica había sido incautado por la CNT desde el 19 de julio. La supervisión de las comunicaciones telefónicas, la vigilancia de las fronteras y las patrullas de control eran el caballo de batalla, que desde enero había provocado diversos incidentes entre el gobierno republicano de la Generalidad y la masa confederal. Era una lucha inevitable entre el aparato estatal republicano, que reclamaba el dominio absoluto sobre todas las competencias que le eran “propias”, y la defensa de las “conquistas” del 19 de julio por parte de los cenetistas. Rodríguez Salas pretendió tomar posesión del edificio de la Telefónica. Los militantes cenetistas de los pisos inferiores, tomados por sorpresa, se dejaron desarmar; pero en los pisos superiores se organizó una dura resistencia, gracias a una ametralladora instalada estratégicamente. La noticia se propagó rápidamente. De forma inmediata se levantaron barricadas en toda la ciudad. No debe hablarse de una reacción espontánea de la clase obrera barcelonesa, porque la huelga general, los enfrentamientos armados con las fuerzas de policía y las barricadas fueron fruto de la iniciativa tomada por los comités de defensa, rápidamente secundada gracias a la existencia de un enorme descontento generalizado, las crecientes dificultades económicas en la vida cotidiana causadas por la carestía de vida, las colas y el racionamiento, así como a la tensión existente en la base militante confederal entre colaboracionistas y revolucionarios. La lucha callejera fue impulsada y realizada desde los comités de defensa de los barrios (y sólo parcial y secundariamente por algún sector de las patrullas de control). Que no existiera una orden de los comités superiores de la CNT, que ejercían de ministros en Valencia y Barcelona, o de cualquier otra organización, para movilizarse levantando barricadas en toda la ciudad, no significa que éstas fueran puramente espontáneas, sino que fueron resultado de las consignas lanzadas por los comités de defensa.

Fuera cual fuese la importancia del papel jugado por algunos dirigentes, antes de mayo, todos ellos fueron rápidamente superados y desbordados. Los comités de barrio desencadenaron y protagonizaron la insurrección del 3 al 7 mayo de 1937, en Barcelona. Y no cabe confundir a los comités de defensa de los barrios con una ambigua e imprecisa “espontaneidad de las masas”, propugnada por la historiografía oficial.

Así lo describió Nin, secretario político del POUM, el 19 de mayo de 1937: “Las jornadas de mayo en Barcelona han hecho revivir ciertos organismos que, durante estos últimos meses, habían jugado un cierto papel en la capital catalana y en algunas localidades importantes: los Comités de Defensa. Se trata de organismos principalmente de tipo técnico-militar, formados por los sindicatos de la CNT. Son éstos, en realidad, quienes han dirigido la lucha, y quienes constituían, en cada barrio, el centro de atracción y organización de los obreros revolucionarios”.

Los Amigos de Durruti no iniciaron la insurrección, pero fueron los combatientes más activos en las barricadas, repartieron una octavilla que exigía la sustitución del Gobierno de la Generalidad por una Junta Revolucionaria.

Los trabajadores confederales, desorientados por el llamamiento de sus dirigentes ¡los mismos del 19 de julio! habían optado, al fin, por abandonar la lucha, aunque al principio se habían burlado de los llamamientos de la dirección de la CNT a la concordia y al abandono de la lucha, en aras de la unidad antifascista.

ALB.- ¿Cómo se disolvieron los Comités de Defensa?

La fuerza militar de los comités de defensa en la ciudad de Barcelona había permanecido intacta, pese a que los Hechos de Mayo fueron una terrible derrota política de los revolucionarios, que iba a materializarse a partir del 16 de junio de 1937, con la detención del Comité ejecutivo del POUM y la ilegalización de ese partido.

A partir de ese momento también se desencadenó una represión selectiva contra la CNT, iniciándose una ofensiva judicial en varios frentes:

1.- contra los comités revolucionarios locales creados en las jornadas del 19 y 20 de julio;

2.- contra quienes habían participado en la rebelión de mayo de 1937;

3.- contra delitos de opinión, lectura de prensa clandestina, derrotismo o portar armas sin permiso;

4.- contra algunos destacados responsables cenetistas, como Aurelio Fernández, Barriobero, Eroles, Devesa, etcétera.

Pero, a finales de mayo de 1937, los comités de defensa eran aún lo bastante fuertes como para organizar varias compañías armadas, dependientes de los comités de defensa de barriada.

Los comités revolucionarios de barrio, en Barcelona, surgieron el 19-20 de julio y duraron, como mínimo hasta el 7 de junio, cuando las restauradas fuerzas de orden público de la Generalidad disolvieron y ocuparon los distintos centros de las Patrullas de Control, y de paso algunas sedes de los comités de defensa, como la del barrio de Les Corts. Pese al decreto que exigía la desaparición de todos los grupos armados, la mayoría resistió hasta septiembre de 1937, cuando fueron sistemáticamente disueltos y asaltados, uno a uno, los edificios que ocupaban. La última en ser ocupada, y la más importante y fuerte, fue la sede del comité de defensa del Centro, sita en los Escolapios de San Antonio, que fue tomada al asalto el 21 de septiembre de 1937 por fuerzas de orden público, que utilizaron todo un arsenal de ametralladoras, tanques y bombas de mano. Sin embargo, la resistencia de Los Escolapios no cedió al fuego de las armas, sino a las órdenes de desalojo, dadas por el Comité Regional.

A partir de entonces los comités de defensa se ocultaron bajo el nombre de Secciones de coordinación e información de la CNT, dedicados exclusivamente a tareas clandestinas de investigación e informativas, como antes del 19 de Julio; pero ahora (1938) en una situación netamente contrarrevolucionaria.

Sin embargo, aún fueron lo bastante fuertes y combativos como para publicar un órgano clandestino, titulado Alerta…! del que editaron siete números entre octubre y diciembre de 1937. El número 1 salió el 23 de octubre de 1937. Las constantes de este periódico fueron la solidaridad con los “presos revolucionarios”, exigiendo su liberación y denunciando la gestión y los abusos en la Cárcel Modelo; la crítica del colaboracionismo y de la politización de la FAI; la denuncia de la desastrosa política de guerra del gobierno Negrín-Prieto y del predominio estalinista en el ejército y el Estado. Lanzó saludos de confraternización con las Juventudes Libertarias y la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Una característica indeleble de la publicación fueron sus constantes llamadas a “hacer la revolución” y al abandono de todos los cargos por parte de los comités superiores: “Que la Revolución no puede hacerse DESDE EL ESTADO, sino CONTRA EL ESTADO”. En el último número, fechado el 4 de diciembre de 1937, denunció las checas estalinistas y la brutal persecución de los cenetistas en la Cerdaña.

En 1938, los revolucionarios estaban ya bajo tierra, en la cárcel o en la clandestinidad más absoluta. No fue la dictadura de Franco, sino la República de Negrín quien acabó con la Revolución.

[Textos] Algunas Notas sobre Anarquismo Insurreccional

El anarquismo insurreccionalista no es una solución ideológica a todos los problemas sociales, no es un artículo del mercado capitalista de las ideologías y opiniones, sino una praxis continua que tiene como objetivo acabar con la dominación del Estado y la continuidad del capitalismo, y que requiere para avanzar del análisis y la discusión. No buscamos una sociedad ideal u ofrecer una imagen de utopía para consumo público. A lo largo de la historia, la mayoría de l@s anarquistas, excepto aquell@s que creen que la sociedad puede evolucionar hasta el punto de dejar al estado al margen, han sido anarquistas insurreccionalistas. De una forma más simple, esto quiere decir que creemos que el estado no va simplemente a desaparecer, por lo que l@s anarquistas deben atacarle para que sea derrotado; lo que se necesita es un amotinamiento expansivo y la propagación de la subversión entre l@s explotad@s y excluid@s. En este texto aclaramos algunas ideas que nosotr@s y otr@s anarquistas insurreccionalistas hemos trazado a partir de este problema general: si el Estado no va a desaparecer por sí mismo, ¿cómo podemos entonces acabar con su existencia? Es por consiguiente, en primer lugar una práctica enfocada a la organización del ataque. Estas notas no son un producto cerrado o finalizado; esperamos que sean parte de una discusión continua por lo que serán bienvenidas las respuestas. La mayoría de estos apuntes proceden de números antiguos de la revista Insurrection y de panfletos de Elephant Editions.

1. EL ESTADO NO VA A DESAPARECER; DEBEMOS ATACAR

  • El estado del capital no va a “esfumarse”, como parece ser que much@s anarquistas creen al no sólo atrincherarse en posiciones abstractas de “espera”, sino incluso posicionándose claramente en contra de los actos de aquell@s para quienes la creación de un nuevo mundo depende de la destrucción del viejo. El ataque es el rechazo a la mediación, al apaciguamiento, al sacrificio, a la acomodación y a la transigencia.
  • Es a través de la acción y de aprender a actuar, y no de la propaganda, como abriremos camino hacia la insurrección, a pesar de que la propaganda tenga un papel importante en la clarificación de cómo actuamos. Esperar sólo enseña a esperar; actuando un@ aprende a actuar.
  • La fuerza de una insurrección es social, no militar. La medida para evaluar la importancia de una revuelta generalizada no es la clase armada, sino por el contrario la dimensión de la parálisis de la economía, de la normalidad.

2. AUTO-ACTIVIDAD versus revuelta dirigida: de la insurrección a la revuelta.

  • Como anarquistas, la revolución es nuestro punto constante de referencia. Precisamente porque es un evento concreto, debe ser construido diariamente a través de un gran número de modestos intentos que no tienen todas las características liberadoras de una revolución social en un sentido estricto. Estos intentos modestos son insurrecciones. En ellos, el alzamiento de la mayor parte de l@s explotad@s y excluid@s de la sociedad y las minorías sensibilizadas políticamente abre el camino hacia que una posible implicación de estratos cada vez más amplios de explotad@s genere un flujo de rebelión que pueda conducir a la revolución.
  • Las luchas deben desarrollarse, tanto a largo plazo como intermedio. Es necesario el planteamiento de estrategias claras para permitir así la utilización de métodos diferentes de una manera coordinada y productiva.
  • Acción autónoma: la autogestión de la lucha significa que aquell@s que luchan son autónom@s en la toma de decisiones y en sus actos; justamente lo opuesto a una organización de síntesis que siempre intenta tomar el control de la lucha. Las luchas sintetizadas dentro de una única organización que las controle son fácilmente integradas dentro de las estructuras de poder de la sociedad actual. Las luchas auto-organizadas son por naturaleza incontrolables cuando se esparcen a través del contorno social.

3. DESCONTROLABILIDAD versus revuelta controlada: la propagación del ataque.

  • Nunca es posible conocer el resultado de una lucha concreta por adelantado. Incluso una lucha parcial puede llegar a tener las consecuencias más inesperadas. El camino desde varias insurrecciones que puedan tener lugar -parciales y específicas- hasta la revolución, no puede estar garantizado de antemano por ninguna estrategia a seguir.
  • Lo que el sistema teme no son estos actos de sabotaje en sí mismos, si no que se extiendan socialmente. Cada individu@ proletarizad@ que dispone incluso de los métodos más modestos puede alcanzar sus objetivos, sol@ o junto a otr@s. Es materialmente imposible para el Estado y el capital vigilar el aparato de control que opera sobre todo el territorio social. Cualquiera que quiera realmente combatir las redes del control, puede llevar a cabo su propia contribución teórica y práctica. La aparición de los primeros eslabones rotos coincide con la propagación de los actos de sabotaje. La práctica anónima de la auto liberación social puede expandirse hacia todos los campos, rompiendo así los códigos de prevención introducidos en su lugar por el poder.
  • Las pequeñas acciones, por consiguiente, fácilmente reproducibles, requieren de métodos no sofisticados al alcance de cualquiera, son por su simplicidad y espontaneidad incontrolables. Por ello se mofan incluso de los desarrollos tecnológicos más avanzados de la contra-insurgencia.

4. CONFLICTIVIDAD PERMANENTE versus mediación con las fuerzas institucionales.

  • La conflictividad debe verse como un elemento permanente en la lucha contra aquell@s que tienen el poder. Una lucha que pierda este elemento termina empujándonos hacia la mediación con las instituciones, creciendo acostumbrad@s al hábito de delegar y creyendo en una emancipación ilusoria consumada por decreto parlamentario, hasta el punto de llegar a participar activamente en nuestra propia explotación.
  • Deberían quizá ser razones individuales las que nos hicieran dudar sobre el intento de alcanzar nuestros propios objetivos con métodos violentos. Pero cuando la no violencia viene a ser elevada al nivel de principio de no violencia y la realidad está dividida entre “buenos” y “malos”, los argumentos dejan de tener valor, y todo se ve en términos de sumisión y obediencia. Los dirigentes del movimiento anti-globalización, a través del distanciamiento y denunciando a otr@s, han dejado claro una cuestión: que entienden sus principios como una demanda de poder sobre el movimiento como un todo.

5. ILEGALIDAD; la insurrección no es solamente robar bancos.

  • El anarquismo insureccionalista no es una ética de la supervivencia: tod@s sobrevivimos de varias formas, a menudo en compromiso con el capital, dependiendo de nuestra clase social, nuestro talento o nuestros gustos. Naturalmente no nos oponemos al uso de métodos ilegales para liberarnos de las cadenas del trabajo asalariado para así vivir y poder realizar nuestros proyectos, no obstante no divinizamos la ilegalidad ni la transformamos en algún tipo de religión con sus mártires; es simplemente un método y a menudo un método adecuado.

6. ORGANIZACIÓN INFORMAL; sin revolucionari@s o activistas profesionales, sin organizaciones permanentes.

De los partidos/sindicatos a la autoorganización:

  • Dentro del movimiento revolucionario existen diferencias muy profundas: la tendencia anarquista hacia la calidad de la lucha y su autoorganización y la tendencia autoritaria hacia la cantidad y la centralización.
  • La organización se emplea para tareas concretas: por ello estamos en contra de los partidos, sindicatos y de las organizaciones permanentes, todos ellos actúan para sintetizar la lucha y convertirla en elementos de integración para el capital y el Estado. Su fin pasa a ser su propia existencia, en el peor de los casos primero construyen la organización y después encuentran o crean la lucha. Nuestra tarea es actuar; la organización es sólo un método. Por ello nos oponemos a la delegación de la acción o de la práctica a una organización: necesitamos generalizar la acción que nos dirija hacia la insurrección, no controlar las luchas. La organización no debe servir para la defensa de ciertos intereses, sino para atacar ciertos intereses.
  • La organización informal se basa en un número de compañer@s unid@s por la afinidad; su elemento propulsor es siempre la acción. Cuanto mayor sea el número de problemas, est@s compañer@s los enfrentarán como una unidad, aumentando así su afinidad. Sabemos que la organización real, la capacidad efectiva de actuar junt@s, sabiendo donde encontrar al otr@, analizando y estudiando los problemas junt@s, pasando a la acción, todo tiene lugar en función de la afinidad alcanzada y no tiene nada que ver con programas, plataformas, banderas o partidos más o menos camuflados.La organización anarquista informal es por lo tanto una organización singular que se aglutina entorno a una afinidad común.

La minoría anarquista y l@s explotad@s y excluid@s:

  • Nosotro@s somos l@s explotad@s y excluid@s, y por eso nuestra labor es actuar. Aunque algun@s critiquen que toda acción que no es parte de un movimiento social visible y amplio sea “actuar en nombre del proletariado”. Por ello, aconsejan analizar y esperar, en lugar de actuar. Supuestamente, nosotr@s no somos explotad@s al lado de explotad@s; nuestros deseos, nuestra rabia y nuestra impotencia no son parte de la lucha de clases. Esto no es más que otra separación ideológica entre los explotad@s y l@s subversiv@s.
  • La minoría anarquista activa no es esclava de los números sino que continúa actuando contra el poder incluso cuando el conflicto de clases se encuentra a un bajo nivel dentro de l@s explotad@s de la sociedad. La acción anarquista no debe en consecuencia aspirar a organizar y proteger al conjunto de la clase explotada, en una amplia organización para presenciar la lucha desde el principio hasta el final, sino que debería identificar los aspectos individuales de la lucha y tenerlos en cuenta en sus conclusiones de ataque. También, debemos alejarnos de la imagen estereotipada de las grandes luchas de masas y del concepto del crecimiento infinito de un movimiento que está para dominar y controlarlo todo.
  • La relación con la multitud de explotad@s y excluid@s, no puede ser estructurada como algo que debe resistir el paso del tiempo, es decir basarse en el crecimiento sin fin y en la resistencia contra el ataque de los explotadores. Debe tener una dimensión específica más reducida, una que sea decididamente una relación de ataque y no de retaguardia.
  • Podemos comenzar a construir nuestra lucha de tal manera que las condiciones de la revuelta puedan emerger y el conflicto latente pueda desarrollarse y sacarse hacia el exterior. De esta manera se establece un contacto entre la minoría anarquista y la situación específica donde puede desarrollarse la lucha.

7. LO INDIVIDUAL Y LO SOCIAL: individualismo y comunismo, un falso problema.

  • Tomamos lo mejor del individualismo y lo mejor del comunismo.
  • La insurrección comienza con el deseo de l@s individuos de romper con las circunstancias forzadas y reguladas, el deseo de reapropiar la capacidad de crear nuestra propia vida como creamos adecuado. Esto requiere que venzan la separación existente entre ellos y sus condiciones de existencia. En el lugar donde un@s poc@s, l@s privilegiad@s controlen las condiciones de existencia, no será posible para la mayoría de l@s individu@s decidir realmente su existencia en base a sus decisiones. La individualidad sólo puede proliferar donde la paridad de acceso a a las condiciones de existencia son una realidad social. Esta igualdad de acceso es el comunismo; lo que l@s individuos hacen con ese acceso está limitado por ell@s mism@s y por aquell@s que le rodean. De tal manera que no hay igualdad o identidad de l@s individu@s implícita en el comunismo verdadero. Lo que nos fuerza a buscar una identidad o la igualdad son los roles sociales impuestos por el sistema actual. No hay contradicciones entre individualidad y comunismo.

8. NOSOTR@S SOMOS L@S EXPLOTAD@S, somos la contradicción: no es tiempo de esperar.

  • Ciertamente el capitalismo contiene profundas contradicciones que lo empujan hacia metodologías de adaptación y evolución, dirigidas hacia la evasión de las crisis periódicas que le afligen; pero no podemos permanecer pasiv@s en espera de esas crisis. Cuando ocurran serán bienvenidas si favorecen el proceso insureccional. Como explotad@s, sin embargo, somos la principal contradicción del capitalismo. Por ello cualquier momento es siempre el adecuado para la insurrección, precisamente por ello podemos percibir que la humanidad podría haber acabado con la existencia del estado en cualquier momento de su historia. Una ruptura en la reproducción continua de este sistema de explotación y opresión ha sido siempre posible.

[Grècia] 48 horas en la calle. Toda Grecia a Síntagma: Nuestra cita combativa para el 28 y 29 de junio

Comunicado de la asamblea popular de la plaza de Síntagma.

Todo apunta a que los dos días de huelga general pueden dar lugar a un levantamiento en todo el país.

Nuestra cita combativa para el 28 y 29 de junio. Faltan pocas horas para la movilización que llevaremos a cabo en toda Grecia durante los días 28 y 29 de junio. Todo apunta a que los dos días de huelga general pueden dar lugar a un levantamiento en todo el país, un levantamiento que será la tumba del paquete de recortes del gobierno. Esta batalla no es importante solo para nuestro futuro, es una luz de esperanza para todos los pueblos del mundo que quieren tomar la vida en sus manos. Es el punto de partida de un nuevo rumbo.

El 28 de junio nos concentramos desde las 9 de la mañana en la plaza de Síntagma para esperar la llegada de las manifestaciones de los trabajadores en huelga y unirnos en la plaza. A las 6 de la tarde dará comienzo un gran concierto popular que durará hasta bien entrada la noche.

El 29 de junio coordinamos nuestras fuerzas para poner en práctica el cerco total del Parlamento. Las asambleas de los barrios del norte de Atenas se concentrarán desde las 8 de la mañana en el metro de Evangelismós. Allí estarán las asambleas de Ayia Paraskeví, Jalandri, Jolargós, Papago, Soografo, Glicá Nerá, Palini, Galatsi, Amarusi, Hiraclio, Nea Ionía, Patisia, Nea Filadelfia, Guisi, Pireo, Ambelóquipi-Hospital de la Cruz Roja, Poligono. Las asambleas populares de los barrios del sur y del este se concentrarán desde las 8 de la mañana en el estadio de Calimármaro. Allí estarán las asambleas de Nea Smirni, Bironas, Ayios Dimitrios, Bula-Bari, Neos Cosmos, Petrálona-Cisío-Cucaqui, Elinicó. Los barrios del oeste, Petrúpoli. Egáleo, Peristeri, Jaidari, Ayii Anaryiri-Camateró, se concentrarán en Síntagma, en la calle Amalías con Basilisis Sofías. Los sindicatos de base y las asambleas del resto de Grecia participarán también en diversos puntos de la concentración.

Para la gente que vendrá de otras partes de Grecia se han preparado lugares de alojamiento. Las personas que por cualquier motivo no puedan participar a pie en las concentraciones es importante que ayuden en el cerco con sus coches desde las 8 de la mañana, podrán participar en una “manifestación” motorizada. Si varios centenares de automóviles circulan a una velocidad de entre 10 y 20 quilómetros por hora en las avenidas Quifisías, Mesoyíon y Mijalacopúlu y regresan por vías alternativas cuando los desvíen los agentes de circulación, podrán crear un enorme problema para el acceso de los diputados al Parlamento. Insistimos en que seguiremos manteniendo como hemos hecho desde el 25 de mayo hasta el día de hoy nuestro carácter masivo y nuestra determinación como principales armas de lucha. Pedimos a todo el mundo que respete y que salvaguarde esta opción.

Al gobierno y a los comisionados de la Troika les advertimos: que no piensen que van a lograr romper nuestra movilización mediante la represión.

A lo que ha dicho el sr. Pangalos de que hay que elegir entre “el paquete de medidas o los tanques” le contestamos que “de casta le viene al galgo…”, ¡que se acuerde de su abuelo! (el abuelo del vicepresidente del gobierno, T. Pangalos, fue general responsable del golpe de estado de 1925 y nombrado primer ministro a consecuencia del mismo durante la dictadura de 1925-1926).

No nos marcharemos hasta que no se vayan ellos y sus opciones de “paquetes de medidas o tanques”.

Las plazas son nuestras. La razón está de nuestro lado. Reivindicamos lo evidente:

LIBERTAD – JUSTICIA – DIGNIDAD

Tengamos confianza en nuestras fuerzas. O nosotros o ellos.

Estamos condenados a vencer. ¡El paquete de medidas NO PASARÁ!

¡Democracia directa ya!

La asamblea popular de la plaza de Síntagma, a 26 de junio de 2011.