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[Textos] Texto repartido en las escuelas de Tesalónica para la huelga general del 15 de diciembre

Somos estudiantes, trabajadores, desempleados, precarios, algunos de nosotros profesores y todos siempre estudiantes.
Todos vivimos en un mundo dominado por la injusticia y la explotación.
Queremos un mundo que tenga los valores del respeto, la solidaridad, la autogestión de la sociedad, sin distinciones raciales o de otro tipo, y sin ningún tipo de dominación.
Estamos luchando en nuestros lugares de trabajo, en nuestro barrio, en nuestras universidades, en nuestra escuela.
Nuestros medios son las huelgas, los sindicatos de base, las ocupaciones, las marchas, los bloqueos de calles, las asambleas barriales, nuestra organización anti-jerárquica.
Vivimos en un mundo de destrucción y alienación, soñando con una realidad sin patrones y sin amos.
Profesores y estudiantes juntos en la lucha por una vida diferente.
Que la escuela se convierta en nuestro espacio libertario de encuentro.
¡Esta es la lección que todos tenemos que enseñar y que todos tenemos que aprender!

15/12/2010
¡Que sea esta una verdadera huelga general! ¡Que se detenga la producción!
Todos a las calles. Todo es nuestro.
¡Se salvará la economía o se salvará la sociedad!

Libertari@s

¡A los que les gusta este texto lo pueden fotocopiar y repartir donde quieran!

El texto en griego, inglés.

[Textos] Herramientas para un debate sobre antifascismo

Entendemos que tras la acción se hace necesaria la reflexión y la autocrítica. No hay nada peor para los movimientos sociales que introducirse en una inercia que implica, siempre, estancamiento. La fuerza que podamos mostrar se obtiene a través de una lucha cuya dinámica implique la ampliación de su ámbito de actuación. Para esto es necesario el debate, y antes de ello la reflexión:

Entrevista a Antifaschistische Linke Berlin (ALB)

Antifascismo: El peligro reformista y el camino a seguir.

Antifascismo: de la marginalidad al movimiento de masas

Así nos quieren ver. Reflexiones en frío y en caliente sobre el antifascismo

Antifascismo e inteligencia colectiva

Lógica antifascista: ¿sumar, restar, multiplicar o dividir?

Dialéctica antifascista: unidad, potencia, movimiento.

Algunos apuntes sobre el antifascismo

Fascismo, antifascismo y lucha de clases

[Textos] A 60 años de la Guerra de Corea

Presentamos aquí un interesante ensayo acerca de la guerra de Corea, esta cumple 60 años en este 2010. Vemos un claro ejemplo de como los estados funcionan con una lógica contraria a la dignidad y libertad humanas, superponiendo sus propios intereses de extensión de territorios y control político económico a los intereses de la población. Las personas, lejos de buscar una forma organizativa de la sociedad que hiciese impensable este tipo de sangrientos conflictos, se dejan llevar por un nacionalismo estatista que los lleva a cometer actos tales como el asesinato y la violación.

“En el campo político, sacrificarse por la conservación o el advenimiento de un gobierno siempre ha significado destriparse y degollarse. Mostradme un lugar donde el hombre se asesina en masa abiertamente, os haré ver un gobierno a la cabeza de la carnicería.”
Anselme Bellegarrigue

Buena lectura!

[Textos] Las clases en la sociedad capitalista

Introducción

Desde que empezamos a editar el Ruptura siempre lo hemos planteado más como una pregunta que como una respuesta. Una invitación a la reflexión y al análisis más que un intento de sentar cátedra, aunque no todos lo hayan tomado así. Por eso nunca hemos tenido reparos en plantear nuestras dudas ni tampoco en defender nuestras convicciones. En el número 2 intentábamos dejar claro que nuestra reivindicación de una postura de clase partía de la intuición de que es una realidad fundamental que determina nuestras vidas y el mundo el que se desarrollan, y no de la subscripción a una ideología determinada. Sin embargo, como algunos nos han criticado, no habíamos entrado en ningún número a explicar con detalle qué son para nosotros las clases, qué entendemos por proletariado y burguesía, qué significa la lucha de clases y, sobre todo, qué importancia le damos a todas estas realidades. En este artículo trataremos de hacer una primera aproximación al análisis de las clases en la sociedad capitalista

Antes de empezar nos gustaría hacer una serie de matizaciones. Nosotros no estamos interesados en un análisis de tipo académico, lo que no significa que tengamos que limitarnos a decir cuatro simplezas, así que como no basamos nuestro “prestigio” ni nuestro trabajo en la validez de nuestra teoría, no tenemos ninguna necesidad de defenderla con uñas y dientes si alguien nos demuestra que nos equivocamos. Igualmente, entendemos que hay cuestiones importantes y otras que no lo son tanto, o que no merece la pena detenerse en ellas, por reales que sean. Tampoco estamos suscritos a ninguna ideología (marxista, anarquista, situacionista, insurreccionalista etc.), así que no necesitamos repartir unas cuantas citas de este o aquel autor para respaldar nuestros argumentos, aun cuando hayamos utilizado sistemáticamente a dichos autores, y si lo que decimos no cuadra con ortodoxias, invariancias o principios, tácticas y finalidades, peor para ellas.

Lo que nos interesa entender de qué es el proletariado y qué es lo que implica ser proletario, o burgués, es comprender mejor cómo funciona el capitalismo pero, sobre todo, comprender mejor cómo funciona su destrucción: los conflictos, contradicciones y crisis que se producen en su seno. Para ello consideramos necesario entender cómo el capitalismo se fundamenta en la explotación y la dominación de una clase por otra, y los modos característicos en los que éstas se presentan. Esto no significa que el capitalismo y sus conflictos puedan reducirse a las luchas laborales. De hecho, como trataremos de explicar, el aspecto laboral o económico, por importante que sea, es simplemente uno de los aspectos de la lucha de clases. Por estos motivos nos centraremos fundamentalmente en los aspectos de nuestra realidad más cercana como proletarios y no dedicaremos mucho tiempo a relaciones que, aunque importantes para comprender la sociedad, nos quedan bastante lejanas a la hora de la práctica, como por ejemplo las relaciones entre diferentes tipos de capitalistas, etc.

Las clases sociales en el capitalismo

El capitalismo es una sociedad basada en la producción e intercambio de mercancías. Esto significa en última instancia que para adquirir cualquier servicio u objeto necesario para vivir hay que tener el dinero para comprarlo. En principio se podría pensar que lo que caracteriza a las diferentes clases es la forma en la que obtienen el dinero: los trabajadores reciben un salario y los capitalistas una parte de la plusvalía que aquellos generan, un beneficio. Sin embargo, esto es más bien una consecuencia de pertenecer a diferentes clases que lo que las define: los trabajadores reciben un salario por el hecho de ser trabajadores, y no a la inversa. Lo que define a las clases es su relación con los medios de producción y, a través de estos, con el resto de la sociedad, con el resto de clases. El proletariado se define en primer lugar en negativo, como aquel que está desposeído de todo medio de producción que no sea su propia capacidad para trabajar. Obviamente, esto es así porque existe otra clase social, la burguesía, que es propietaria de los medios de producción necesarios para reproducir esta sociedad. Lo importante aquí es lo que esta desposesión nos impone en el día a día: los proletarios no contamos con los medios y mecanismos para llevar la vida que queremos, para producir la sociedad en la que queremos vivir, por lo que para sobrevivir en la sociedad capitalista necesitamos dinero para comprar las mercancías que aquella produce. Para conseguir el dinero o las mercancías necesarias, los proletarios sólo tenemos tres formas de conseguirlo: trabajando, robando o mendigando. El que haga una cosa u otra es decisión “libre” de cada proletario, ya que, a diferencia de otros tiempos y lugares, como los esclavos o los siervos, los proletarios, al ser jurídicamente iguales a los burgueses, no estamos obligados a trabajar para ellos, pudiendo “elegir” entre venderles nuestra fuerza de trabajo… o morirnos de hambre. Evidentemente esta “libertad” y esta “elección” son puramente formales y esconden tras de sí la necesidad de trabajar para algún capitalista[1], pero aún así tienen una importancia crucial para el funcionamiento del sistema capitalista y, como veremos más adelante, para sus mecanismos de dominación.

Sin embargo, como decíamos, el trabajo asalariado no es la única opción que tienen los proletarios para sobrevivir. Pedir o tomar son las otras formas que le quedan a aquellos que no puedan o no quieran encontrar un trabajo asalariado. Hoy en día esto puede parecer meterse en pajas mentales, ya que la mayoría de la gente “normal” dedica la mayor parte de su tiempo a trabajar. Pero si vamos un poco más allá de las apariencias, vemos que generalmente nadie deja escapar la oportunidad para agenciarse algo en el curro, descargarse unas pelis, engañar a la báscula en el hiper, etc, etc.[2]

El que la gran mayoría de los proletarios tenga como fuente casi exclusiva o mayoritaria de dinero el trabajo asalariado no es motivo para hacer de éste lo que define al proletariado, ya que es la existencia del proletariado lo que, tanto histórica como lógicamente, determina la existencia del trabajo asalariado, aunque posteriormente la relación capital-trabajo reproduzca y refuerce la división entre proletariado y burgués[3]. Es muy importante recalcar esto por varias razones. De esta forma evitaremos caer en el obrerismo que reduce el proletariado al asalariado, o peor aún, al obrero fabril, pero también en el “antiobrerismo” (y su mitificación de la delincuencia y el “buscarse la vidilla”) o en distinciones entre ‘incluidos’ y ‘excluidos’. Con la crisis que estamos sufriendo y los pocos síntomas de recuperación económica que se vislumbran en el horizonte, el número de gente en el paro y/o que se va a ver abocada a formas más o menos ilegales o trapicheras para obtener dinero aumentará, y con ello, tanto la represión como los intentos por enfrentarnos los unos a los otros. Asalariado, parado, ama de casa, estudiante, ladrón… son diferentes formas que el proletariado puede asumir en la sociedad capitalista, pero, en su fluir, constituyen al mismo tiempo otros tantos momentos de una unidad orgánica en la que lejos de contradecirse son todos igualmente necesarios, y esta igual necesidad es la que constituye la vida del todo. Entender que todos somos parte de la misma clase, con unos intereses comunes a largo plazo será crucial para desarrollar formas y prácticas de resistencia contra la crisis.

Per a llegir la resta de l’article, a href=”http://www.klinamen.org/node/6008″>punxa en aquest enllaç de klinamen.

[Textos] ¿Decrecimiento o planificación económica con producción socialmente útil?

En los últimos tiempos se ha difundido por doquier la idea del decrecimiento como movimiento social, como medida anticapitalista de política económica-social-ecológica, incluso, vinculado a lo anterior, como una alternativa al capitalismo. Sirva este artículo para introducirme en el debate de estos posicionamientos y para tratar de evaluar sintéticamente las tres facetas antes comentadas que se desprenden de los libros y textos sobre decrecimiento. Asimismo sirva este articulo para añadir a este debate sobre desarrollo, los elementos de planificación económica y producción socialmente útil.

1. ¿Decrecimiento como política específica anticapitalista?

Para empezar, es evidente que el decrecimiento se ha conformado recientemente como movimiento social, y aunque se puedan hacer diversas valoraciones en este sentido no voy a extenderme en este punto. En lo que se refiere a las medias de política económica, social y ecológica (1), vamos a profundizar en este artículo sobre las posibles objeciones y dificultades para implementarlas. Para empezar creo que se apuntan para ser implementadas por instituciones que no las aplicarán nunca y sobretodo en un marco social, el capitalismo, que derrocha fuerza para neutralizar cualquier intento para ello. Así pues por un lado existe en general un voluntarismo poco fundado en creer que estas medidas es posible que sean aplicables por la política y el gobierno parlamentarios. Sin embargo, es difícil creer que el Estado capitalista, instrumento dedicado a facilitar la acumulación de riqueza a las patronales nacionales e internacionales, quiera ejecutar cualquier tipo de propuestas que perjudiquen esta rentabilidad. Hoy en día ni tan siquiera los ajustes de política fiscal van dirigidos a atacar los privilegios de la patronal y los ricos, mucho menos se aplicarían medidas dirigidas a fomentar su perdida de poder económico y la consiguiente redistribución de la renta para que el impacto de la menor actividad económica no repercutiera negativamente a la clase trabajadora, como de hecho está sucediendo en la actual crisis.

Por otro lado el elemento que define más nítidamente en el discurso esta carencia de instituciones útiles en las propuestas de decrecimiento, es precisamente la dinámica capitalista. Las teorías del decrecimiento no explicitan que la fuerza fundamental de impulso del sistema capitalista, conectado con el crecimiento, es la acumulación de capital y el beneficio. Sin dirigirte a atacar el proceso de acumulación de capital y la lógica de los beneficios no es posible implementar medidas de reducción de producción y consumo. En esta línea todos somos cómplices al ser un sistema autoritario, que nos obliga a encuadrarnos en empresas para vender nuestra fuerza de trabajo y reproducir el sistema. Toda esta fuerza social (empresarios, trabajadores manuales, trabajadores técnicos e intelectuales, los políticos, etc.), es la que se debe tener en cuenta cuando nos planteamos hacer cualquier propuesta de acción en la economía. Por lo tanto este aspecto fundamental del capitalismo (acumulación de capital y beneficio) y la fuerza social que lo impulsa es lo que en un determinado momento pretenden redirigir los partidarios del decrecimiento. Así pues esto nos lleva a pensar que sin un anarcosindicalismo masivo que opere en el ámbito económico sobre estos elementos, es imposible ni siquiera pensar en tratar en un futuro de aplicar a gran escala políticas decrecentistas.

Es evidente que si existiese la posibilidad de aplicar una política de decrecimiento sostenido dentro del capitalismo supondría operar en contra de la lógica del sistema actual, por lo tanto podríamos hablar de políticas anticapitalistas. Sin embargo esta posibilidad se esfuma en la medida que existen mecanismos sociales y económicos muy potentes diseñados para mantener y asegurar las estrategias para la propia supervivencia del sistema capitalista.

A todo ello deberíamos añadir que, para decidir si hay que reducir o no la producción, es necesario un control social de la inversión, que supondría el control laboral de los medios de producción, intercambio y planificación económica, es decir, seria necesaria una revolución social.

2. ¿Decrecimiento como alternativa al capitalismo?

Si aceptamos la dificultad, o imposibilidad de aplicar masivamente políticas decrecentistas dentro del capitalismo, otra cuestión que se plantea, cuya respuesta ya se ha apuntado, es si el decrecimiento es una alternativa al capitalismo. De entrada si consideramos el capitalismo como sistema, vemos que las propuestas de decrecimiento no se definen en clave sistémica por lo tanto no suponen por definición una propuesta de alternativa a la forma de organizar la producción y el consumo. Creo que no es muy correcto pensar que las propuestas de decrecimiento suponen per se una alternativa al capitalismo, desde el momento que no plantean explícitamente eliminar la propiedad privada de los medios de producción, ni la producción dirigida a la obtención de beneficio, y sustituirlo en todo caso por una propiedad social con planificación de una producción dirigida a satisfacer la necesidades básicas y no tan básicas de la población. Si bien es cierto que algunos militantes decrecentistas coinciden con este planteamiento, no es menos cierto que, por diversos motivos, no existe por parte de este movimiento un planteamiento y acción generalizada para toda una economía y sociedad en esta linea.

Una alternativa al capitalismo pasa no solo por ajustar la producción, el consumo y la generación de residuos a las necesidades y posibilidades de los equilibrios ecológicos, sino que pasa principalmente 1) porqué una mayoría de la población, la clase trabajadora, ejerza un control efectivo de los medios de producción adoptando sistemas de planificación social y sobretodo 2) porqué se prioricen los trabajos y la producción y consumo socialmente necesarios evitando todo despilfarro. Estos dos elementos suelen quedar al margen de las reflexiones sobre el decrecimiento y es evidente que son cruciales para tratar este tipo de cuestiones. El primero de ellos, además requiere a corto plazo de formas organizativas que incluyan en su funcionamiento y en su programa los elementos necesarios para estas finalidades, como es el caso de las anarcosindicalistas CNT y AIT en el mundo. El segundo elemento lo trato de desarrollar en el siguiente epígrafe.

3. Despilfarro y producción socialmente útil

Podemos encontrar los inicios de estos análisis con el economista libertario Christian Cornélissen (2) que plantea la necesidad de tener en cuenta el “valor de uso social”, en el momento de priorizar un consumo agregado u otro para una sociedad. Este valor de uso social, decidido por los trabajadores – consumidores, debería servir para priorizar tanto en distribución y cantidad de bienes, evitando el acaparamiento y el consumismo, como para decidir el tipo de bienes útiles socialmente, por ejemplo alimentos y no armas. Posteriormente el economista radical Paul A. Baran (3), conecta los elementos relativos a la producción con el concepto de “excedente económico potencial” que es la producción socialmente útil que podría obtenerse de organizar la producción y el consumo de forma no capitalista. Baran plantea que existe un despilfarro en la producción capitalista respecto al potencial que se podría obtener, en cuatro aspectos. El primero es un consumo excesivo de clases medias y ricas, que impulsa una producción irracional en ese campo. El segundo aspecto es el producto que pierde la sociedad por trabajadores improductivos que trabajan en producción de armamentos, artículos de lujo, objetos de ostentación y distinción social, burocracia, militares, policía, clérigos, especialistas en evasión fiscal, publicidad, bolsa, especuladores, etc. Un tercer aspecto es el producto perdido a causa de la organización dispendiosa e irracional del aparato productivo, que no aprovecha toda la capacidad instalada, supone no aprovechar economías de escala con pequeñas empresas o imponer conductas económicas irracionales gracias a los oligopolios, como puede ser tirar alimentos que no es rentable vender. Por ultimo no se materializa producto útil a causa de la existencia de desempleo por insuficiente demanda efectiva, falta de coordinación o la propia estructura política de la empresa y el mercado de trabajo.

4. Conclusiones

Existen otros varios factores importantes a tener en cuenta para abordar las propuestas de decrecimiento, como pueden ser el volumen de población y el necesario debate demográfico, el nivel de consumo necesario, la eficiencia tecnológica (cantidad de bienes para alcanzar una unidad de consumo), el papel del comercio internacional para cubrir las necesidades en otros países, la posibilidad de reorganizar los tiempos y espacios de trabajo, vivienda y ocio, así como el propio mercado de trabajo y los tipos de empleos que subsistan, etc (4). Es pues con todos estos elementos como se puede responder la pregunta del titulo de este artículo.

Será necesario decrecer o no en la medida en que no sea necesario para la sociedad todo lo que se produce hoy, y será necesario crecer o no en la medida que no se cubran estas necesidades. La intuición y algunos estudios nos dicen que hoy por hoy seria preciso decrecer en los países imperialistas del centro mundial (paises desarrollados) y crecer en los países dominados de la periferia (subdesarrollados). Sin embargo, esto dicho asi no sirve de mucho si no se ponen las bases para acabar con el capitalismo y las instituciones que lo sustentan como el Estado, se toma el control de la producción y la distribución y se establece un sistema de planificación social que priorice la producción socialmente necesaria e internalice y minimice los costes ecológicos.

Apuntar a estos objetivos necesariamente servirá para caminar en la dirección correcta, tanto en los análisis, los estudios empíricos, como en las luchas sindicales y sociales.

* Lluís Rodríguez es economista y estudiante de postgrado en Trabajo y Política Social. Miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA).

Notas:

1 Un excelente resumen de estas medidas se encuentra en el dossier sobre decrecimiento del numero anterior de Andalucia Libertaria (nº6 de Septiembre-Octubre 2010).

2 Cornélissen, Ch (1903). Théorie de la valeur. Refutation des théories de Rodbertus, Karl Marx, Stanley Jevons & Boehm-Bawerk. 2eme Edition. New York, Burt Franklin, 1970.

3 Baran, P.A (1957). La economía política del crecimiento. Fondo de Cultura Económica. 1975

4 Ver los articulos de Albert Recio (Apuntes sobre la economía y la política de decrecimiento) y Joaquim Sempere (Decrecimiento y autocontención) en la revista Ecologia Política nº35 (Junio 2008).

[Estat espanyol] El 20-N y el “Antifascismo” desde una óptica anarquista

Otro año más llega el “20N”. Una fecha plagada de macabras efemérides en la historia reciente de España. Desde la muerte de Durruti (1936), hasta el fallecimiento de Franco (1975) pasando por el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera (1936) y, más recientemente, el asesinato de Santiago Brouard (1984) a manos del GAL y Josu Muguruza (1989) tiroteado por dos fascistas de la organización Bases Autónomas, uno de ellos el célebre Ricardo Sáenz de Ynestrillas.

Y un año más por todo el territorio del Estado se organizan manifestaciones. Toda una exhibición de fetichismo obrero y parafernalia de temática antifascista tomando las calles de las principales ciudades del Estado como si en plena Guerra Civil nos encontrásemos. Quizá se produzca alguna carga policial, puede que incluso una auténtica reyerta contra unos neonazis. Pero al igual que todos los años llega el 20N, también es habitual que después llegue el 21, y con él, el fin de toda esta “ofensiva antifascista”. Desaparecen las manifestaciones, las banderas, las charlas, desaparece hasta el mismo “movimiento antifascista” que se echa a hibernar hasta el siguiente 20N, o bien hasta que algún partiducho neofascista convoque algún acto simbólico, casi pidiendo a gritos que alguien se lo intente reventar para tener su minuto de gloria en la televisión.

Lo curioso es que el “movimiento antifascista” no desaparece por falta de efectivos. Demostrado queda que es capaz de congregar a muchas más personas que la mayoría de movimientos sociales cuando la ocasión se presenta, como lo fue el asesinato de Carlos Palomino, precisamente en vísperas de un 20N que fue bastante concurrido a pesar de la presión policial. La realidad es que, pasadas estas fechas, todo se diluye y se convierte en un goteo de peleas callejeras, no muy distintas a las que protagonizan los miembros de diferentes bandas o tribus urbanas. Totalmente idénticas a ojos de un trabajador de a pie, que no se siente identificado con las motivaciones del antifascismo.

Y por qué. ¿Por qué la clase trabajadora no sale a la calle a luchar contra el fascismo? Muy posiblemente porque nadie ve al fascismo como una amenaza más que el propio “movimiento antifascista”. No es fácil convencer a nadie de que esos 50 cabezas rapadas que acuden a las manifestaciones del MSR o de Democracia Nacional (cada unos a las suyas, eso sí, que si no la lían) y que dan un aspecto patético rodeados por el triple de policías protegiéndoles de turbas que les apedrean allí por donde pasan, son el brazo armado del capitalismo democrático. No es fácil convencer a nadie, porque no es cierto.

Puede que en el primer tercio del siglo XX el fascismo tomara el papel de arma de la burguesía contra el imparable avance de los movimientos revolucionarios en toda Europa, pero si trasladamos esa situación al contexto actual la cosa no se sostiene. Al menos si consideramos que los grupúsculos neonazis son el verdadero fascismo hoy día. Atacar a los neonazis es simplemente ir a la superficie del problema que no es otro que elnacionalismo, la verdadera ideología que sostiene y legitima al estado, y de la cual, hoy en día el nazi-fascismo no es más que una interpretación llevada a extremos paranoicos como ese miedo/odio irracional hacia los extranjeros (sólo a los que son pobres, eso sí).

Llegados a este punto, podríamos concluir que la táctica antifascista es un error en la percepción del verdadero enemigo, que no está en los parques pintando esvásticas al revés sino sentado en las poltronas del Estado y de las grandes corporaciones. Podríamos, si no fuera porque la utilización de la famosa “unidad antifascista” por grupos dudosamente revolucionarios ya nos suena de algo.

No enumeraremos una vez más todas las luchas que los partidos de la izquierda autoritaria han vaciado de contenido y posteriormente domado y destruido en post de la famosa unidad. Nos limitaremos a intentar no entrar de nuevo en el juego. El hecho de que varios colectivos estén en contra de los neonazis es más un síntoma de cierta cordura que de identidad ideológica. Por lo tanto, seguimos considerando que no luchamos por lo mismo que los partidos marxistas, a pesar de que ambos sintamos un profundo desprecio por los grupos racistas y xenófobos. Y por lo tanto, no vemos la necesidad de que se produzca ninguna unidad en torno a una amenaza que no es tal, por mucho que digan, y que nos haga renunciar a cualquiera de nuestros principios tácticos.

Queremos unidad, sí, pero unidad contra el verdadero enemigo: el Estado, y su ideología: el nacionalismo. Unidad contra todo lo que posibilita que el nacionalismo cale en el pueblo alejándolo de toda ansia de emancipación. Unidad contra el autoritarismo, contra la censura, la represión y la explotación. Unidad contra el capitalismo y por el comunismo libertario:

POR UN MUNDO SIN FRONTERAS, SIN ESTADOS, SIN GOBIERNOS Y, POR LO TANTO, SIN FASCISMO

GRUPO ANARQUISTA LOS INCENDIADORES

http://losincendiadores.wordpress.com/

[Textos] Sobre Antifeixisme

A continuació recuperem dos textos del “Grupo Ruptura” analítics sobre l’antifeixisme des d’ una perspectiva anticapitalista. (Pel seu interes a aquest mes tant simbòlic) No són manuals contra coordinadores antifeixistes ni pretenen ser-ho, són anàlisis pràctics i teòrics que repasen la història del feixisme, la actualitat i les diferents respostes.
Aquestes opinions venen des de Madrid, però tracta d’abarcar tot el conjunt del estat espanyol.

Fascismo, antifascismo y lucha de clases

Algunos apuntes sobre el antifascismo

[Textos] La Vaga Infinita

Sens dubte, ho fa comptant amb les nostres inclinacions més miserables i amb la nostra insidiosa predilecció per la buidor i l’absència, en les quals hem oblidat com viure i com lluitar.
Però s’equivoquen. No tornarem a casa; nosaltres, les que no tenim casa enlloc, però que si tinguéssim un lloc que podríem considerar habitable, seria aquell moment en el que ens sentim vives, a les intensitats que prenen cos quan ens trobem. Sabem, però, que aquests moments estan supeditats, sobretot, als mitjans dels que siguem capaces de proveir-nos.

Està clar. Un procés insurreccional es reforça a mesura que les evidències que, als nostres ulls, composen la realitat, esdevenen imperceptiblement, als ulls de totes, veritats flagrants. El capitalisme és una mentida universal, la forma de la seva negació, a la inversa, serà una pluralitat de mons, units solidàriament, per veritats que els mantindran junts.

Les paraules per les quals una situació esdevé comprensible per si mateixa, determinen, directament, la seva forma i el seu esperit. Les objectivitzacions forçades administraran, cada vegada millor, els contorns desdibuixats. La diversitat d’anàlisis, provinent de les sociòlogues o de les activistes radicals, propaguen desconcert i confusió: el de l’apologia del trencament o la del pessimisme interessat. En ambdós casos, són colpejats per la carència del mínim sentit tàctic pel qual una paraula troba la seva veritable comprensió, un veritable sentit Comú que permet alliberar les possibilitats obertes per la situació, i a través de les quals una pot alliberar-se a si mateixa, com despertant d’un malson, de la dependència programada.
La mordacitat d’aquesta paraula resideix tant a la tria d’aquesta com a la possibilitat de la seva orientació.

Per elevar la intel·ligibilitat dels esdeveniments en curs, se’ns fa necessari un primer gest. El de situar-nos i orientar-nos. Parlar des de certa distància, però no des d’un simple punt de vista, si no des del partit.

La vaga Infinita

[Textos] ¡El mundo no cambia en las urnas!

La libertad de elección de patrones no abole ni a los patrones ni a los esclavos

Texto de la colectividad de la ocupación de ” Evangelismós” en Heraclión, Creta

En las elecciones municipales y regionales que se van a celebrar dentro de unos días[1], todos los ciudadanos ”activos” de “nuestra ” democracia miserable serán llamados por una vez más a desempeñar el papel teatral al que el Poder llama “derecho democrático electoral”. Las elecciones son uno de los fraudes mejor montados por la Dominación, para cultivar en las mentes de sus súbditos la ilusión de que ellos y sólo ellos eligen el camino de su futuro. Sin embargo, este “futuro” en concreto está desde el principio adornado con dilemas, que todo Poder político plantea al pueblo. Antaño el dilema era el temor de la desviación constitucional mediante un golpe de estado, ahora se llama “sumisión a las decisiones del gobierno o desestabilización. Para las elecciones municipales y regionales de este año las planas mayores de los partidos han convertido este dilema en posición política principal de ellos. Con este truco la gente se convierte en víctima de varios chantajes (falta de gobierno a causa de la abstención electoral, colapso de la economía y quiebra del país, pérdida de la soberanía institucional y nacional, etc) de agentes políticos y económicos, y aterrorizada no puede ponerlos en duda, optando al final por su esclavitud voluntaria.Puede que las elecciones del 7 de noviembre se celebren para la elección de alcaldes y jefes de consejos regionales, pero en realidad las elecciones locales siempre han sido una micrografía de las nacionales, con los magistrados locales competiendo con los “padres de la nación” en demagogia, estafas, “favores”, y sobornos. Pues es natural, ya que los candidatos a alcaldes y los jefes de los consejos regionales, que también suelen ser elegidos y a la vez son mandos de partidos, mientras que muchos de ellos en los grandes centros urbanos han ostentado puestos gubernamentales y ministeriales, y como sabemos, tales puestos están íntimamente vinculados con ciclos de inversores y empresarios. Estos lazos vienen a potenciarse aún más a través del “proyecto Calícrates”, con el cual se pretende una limitación significante de los gastos corrientes de los municipios y de las regiones y recortar los recursos financieros y humanos. Este proyecto desarticula cualquier servicio social que se haya quedado, obsequiándolo a particulares. Asocia el funcionamiento de los servicios municipales con criterios basados en el beneficio, deshace relaciones laborales, poniendo las normas del mercado más profundamente en nuestra vida.

Todo esto conduce a la formación de los “gobiernos” locales, con el nombramiento de los vicepresidentes de los consejos regionales por el jefe de ellos, quien jugará el papel de un “primer ministro” local. Por lo tanto, en vez de la renombrada “descentralización” tenemos una concentración excesiva de instituciones de autoridad y de riqueza pública en manos de una élite minoritaria partidista y el aumento de la distancia de la gente de los centros de la toma de decisiones. La abstención consciente de las elecciones es un acto de dignidad política, que en cierta medida refleja el hastío de la gente ante un sistema político totalmente corrupto. Pero ahora es apremiante dar un paso más. A dejar de entregar nuestro destino a “expertos” y auto-proclamados “salvadores” y tomar la situación en nuestras manos.

A crear estructuras auto-organizadas tanto a nivel de las luchas sociales contra el presente y futuro sombríos que nos están preparando, como en cada aspecto de nuestra cotidianidad, en cada barrio, pueblo y lugar de trabajo. Estructuras sobre la base de una verdadera solidaridad y apoyo mutuo, en lugar de la competencia caníbal que nos están imponiendo. Con asambleas populares en las que decidiremos nosotros por nosotros, en conjunto y por igual los problemas que nos preocupan, sin la tutela de gobernantes, jefes, y de todo este vulgo de los zánganos de la Soberanía. Estas y otras percepciones anti-autoritarias similares por la gestión colectiva de los bienes a través de anti-instituciones participativas, de democracia directa y otros, que la gente libremente imagina y pone en práctica, no son solamente unas ideas de los movimientos anarquistas en toda la Tierra. Constituyen una necesidad apremiante frente a un modelo de organización social, las contradicciones y los disparates del cual, nos han llevado hoy a una situación de crisis multidimensionalmente límite que lleva la humanidad y la naturaleza a la extinción final. Tales modelos auto-organizados no son utópicos. Han existido a lo largo de la historia humana y siguen existiendo hoy a nivel de regiones, ciudades y pueblos enteros en España y América Latina, así como en lugares de trabajo auto-gestionados en Alemania, Argentina y en otros países. Es menester pues que empecemos a ir reflexionando sobre el poder de nuestras propias manos. Es necesario empezar a tomar decisiones claras acerca de nuestro futuro.

Abstención de las ilusiones electorales

A tomar nuestras vidas en nuestras manos

Auto-organización – Solidaridad – Asambleas populares

http://evagelismos.squat.gr/

El texto en griego, inglés.


[1] El domingo 7/11 y el domingo 14/11

[Textos] Espacios okupados, espacios con cuidado

Séptimo articulo del dosier “Tijeras para todas”. A propósito de una paliza sexual en el Centro Social Okupado El Laboratorio (Madrid)

Todas vivimos con rabia y dolor la violencia que los hombres imponen sobre las mujeres por esa división que hace y jerarquiza el mundo de los sexos. Las agresiones contra las mujeres, recurso primero y último, atraviesa el dominio más allá de lo particular de las relaciones y de las restricciones que cada sociedad o cada grupo ponga al orden del macho. Ya se trate de agresiones corporales o psicológicas, ya se produzca en forma de paliza, violación o acoso, ya acabe en asesinato, humillación o autodefensa, la violencia afianza el mando y lo localiza en los núcleos más sensibles de la experiencia: la integridad del propio cuerpo, la libertad sexual y la autonomía en la circulación y el pensamiento. Rara es la mujer que no la ha sufrido o bien en carne propia o por intervenir en contra de una agresión dirigida hacia otra.

El sentido de la vulnerabilidad y del dominio es una experiencia del cotidiano femenino que se compone, antes que nada, como experiencia de los límites y de la protección del propio cuerpo y su capacidad expresiva. Aunque tenga que ver con la edad, el espacio, la identidad, la situación e incluso con el sentimiento de seguridad que una expresa o deja de expresar, en realidad, la posibilidad de ser sometida a la violencia machista excede las circunstancias concretas y se extiende a la existencia-mujer en general. Está tan enraizada en nuestro ser que aunque pudiéramos instalarnos en otras coordenadas seguiríamos alimentándonos de esos secretos temores que nos habitan. Ninguna ha dejado de asumir esta condición de peligrosidad y mal que bien hemos aprendido a movernos con ella, a soportar de la manera menos traumática posible sus leyes y a disfrutar de las miserables victorias personales y colectivas que nos podemos permitir sin ponernos en situaciones de alto riesgo.

No podemos dejar de considerarla como imposición generalizada y, sin embargo, para luchar en su contra tenemos que cortarla a la medida de lo concreto y hablar de sus ocurrencias en los espacios y tiempos en los que participamos. La intervención de una mujer, feminista o no, en un Centro Social Okupado busca, entre otras cosas, la creación de un espacio seguro, un espacio de cuidado del propio cuerpo que anule la violencia y la interiorización del peligro sexual. Y lo busca no por vía de reglas, restricciones o dispositivos de vigilancia sino que lo busca como sentido, como sensibilidad, como actitud de toda la gente que lo habita. Por eso, lo más terrible de que ocurran agresiones sexuales, aparte de la vivencia de la que las sufre, es el sentimiento de todas no ya de constatar que estas cosas pueden suceder –esto ya lo sabemos– sino de que no se ha dado la actitud, el pensamiento y la acción que las hace difíciles. Que no hemos sido capaces de poner por delante esa disposición, la tensión colectiva y cotidiana que hace, por un lado, que los agresores perciban de inmediato que ahí no van a poder, que no es seguro y que pueden salir muy mal parados y que las mujeres, por otro, lleguen a sentir todo lo contrario, que ahí sí van a poder, que van a sentirse seguras y respaldadas en todo momento.

De nada sirve repetir una y otra vez lo de que los espacios liberados no son tales o que en las okupas se reproducen los mismos modelos y bla, bla, bla. Seguir hablando en estos términos estimula una paradoja bien estéril que se alimenta de la ilusión de lo liberado, para chocarse con la triste y de sobra conocida realidad, ejercer la denuncia pasado ya el momento de la autodefensa y vuelta al principio. Aparte de reincidir en la moraleja de que nada es lo que parece y afianzarnos en lo secundario de nuestros problemas dentro de lo colectivo, este desplazamiento en el lenguaje vale una mierda. Al despotenciar la diferencia del espacio e igualarlo a cualquier otro nos negamos la oportunidad de construir esa diferencia de un modo más dinámico saliendo de la oposición liberados, espacio utópico inexistente para toda aquella persona que esté en las nubes, y el resto del mundo, una totalidad uniformizada hecha de casas, calles, ciudades y países donde se actualiza lo mismo de lo mismo.

Para empezar habrá que idear formas concretas de comunicar este sentido de cooperación para la libertad sexual sin aconsejar a las mujeres mantenerse juntas o evitar lugares oscuros. Habrá entonces que forzar lo existente e interrogar el hábito. La visibilidad femenina y gay es un comienzo pero hace falta más. Y es que, además, para hacerse presente es necesaria cierta complicidad, no vamos a estar todo el día con los guantes puestos o frecuentando los lugares liberados-que-no-lo-son. La creación de este sentido pasa necesariamente por el cuidado de las situaciones que producimos.
Todo esto surge al calor de la tremenda paliza-violación que sufrió una chica hace no mucho en una fiesta en El Laboratorio que, por cierto, a poco pasa sin pena ni gloria a la historia de los incontrolables horrores a los que nos hemos acostumbrado. Para que un Centro Social difiera de la calle (lo suyo sería que transformara la calle) habrá que ir pensando que en él no cabe todo el mundo. Y es que no queremos ser compatibles con ciertos sujetos que desafortunadamente a veces están demasiado cerca. Claro que los buenos modales, en lo que a centros sociales y anti-sexismo se refiere, pueden aprenderse y practicarse de manera airosa sin levantar demasiadas sospechas pero incluso en estos casos quien así actúa ha de sentirse incómodo, fuera de sitio o terriblemente inclinado hacia la mutación.

Y ya que esta agresión ocurrió en una fiesta me voy a referir a ellas y además con particular furia porque siendo un acto colectivo para disfrutar las veo como el ejemplo más claro de un montón de cosas que me revientan y que nada tienen que ver con el tipo de lugar-momento en el que me apetece estar. Y no es que todas las fiestas, conciertos y demás sean iguales (estaría bien preguntar, sobretodo a mujeres, qué sucede en las fiestas en las que nos sentimos a gusto) pero ocurre que sí hemos estabilizado ciertos hábitos de la pasti-party en los que impera la falta de atención por la ocasión. En la fiesta en cuestión, a cargo del afortunadamente extinto Proyecto Ruido, a excepción del pasti-negocio y la decoración alucinante nada mereció especial preparación o seguimiento. Como la fiesta era gratix no había nadie en la puerta encargado no ya de controlar quien entra, que también, sino de expresar esa atención de la que hablaba: que hay gente concreta detrás y delante del tinglado y que va a responder o a organizar una respuesta ante posibles agresiones u otras cosas menos terribles. Comunicar, en definitiva, que lo que hay tiene una presencia hecha de gente interesada en lo que sucede y que no se limita a generar algo y luego a ver que pasa. Si no hay responsabilidad sobre lo que organizamos o lo que dejamos organizar a colectivos de fuera, ¿de qué nos asustamos? o si pensamos que no es posible ¿a qué hostias organizamos nada? Y es que es muy duro estar todo el rato pendiente de las miles de formas en que alguien puede faltar el respeto y no vamos a estar acercándonos a toda persona susceptible de ser víctima de abuso… no cuando el abuso ya se ha consolidado como una cuestión individual(cada cual que se las apañe como pueda y con quien pueda) por no decir normal.

Las consecuencias de dejar que las cosas sucedan sin más ya las conocemos, por lo menos en El Laboratorio. Hay gente que se ha aburrido o sentido sola al enfrentarse a movidas de todos los colores pero esto tampoco ha sido suficiente para dar el salto y poner esta cuestión en el punto de mira y recuperar así un espacio que se ha ido perdiendo en lo anecdótico.
Nos hemos acostumbrado a las fiestas sin fin, sin hora vamos. Perfectamente en sintonía con la agonía que nos empuja a agotar los momentos sin reconocer principios ni finales. A nadie apetece estar al loro o encargarse de hacer acabar lo que sí se ha sabido empezar. Antes que cortar la historia es mejor ver a la peña ir desapareciendo poco a poco por agotamiento o acoplándose en algún rincón. Así las cosas, la fiesta se convierte en la actividad más sagrada del centro social. Pocas son las cosas que pueden llegar a interrumpirla. Ni que lancen cocos, ni que le abran la cabeza a alguien, ni que una mujer salga danzando al hospital. Bastante paradójico es ya que mucha de la gente que asiste a las fiestas no se entera de lo que en ellas sucede por muy llamativo que sea, por ejemplo, alguien sangrando en mitad del patio y con un ataque de nervios.
En este sentido, hemos llegado al punto de que la fiesta resulta incompatible con la posibilidad de comunicar, decidir colectivamente y actuar. Para ello, acaso habría que cortar la música e interrumpir el evento, hecho que produciría una alarma innecesaria y todo eso.

Otra cuestión es el modo en que se afronta lo de ponerse. Ahora se ha generalizado el argumento de que hay gente que va toa puesta y no se entera y más que puesta lo que va es idiotizada. Me resisto a creer que cuando una está puesta no percibe lo que hay, más bien todo lo contrario, lo percibe y con una nitidez que asusta porque la visión se anticipa, se hace muy fina, tanto que se es capaz de leer movimientos imperceptibles, gestos, actitudes que expresan formas de encontrarse en el mundo: el miedo, la impotencia… Para muchas mujeres esto resulta bien claro y es por ello que a veces cuando tomas algo proyectas y experimentas las agresiones sexuales de lo micro. A veces hemos preferido no mirar en cierta dirección, la verdad es que no por ello hemos dejado de ver. Y ya que en cualquier caso vemos, acaso sea mejor mirar de frente. Ya se sabe lo que duelen las trampas que nos gastamos… Cuando no se puede o no se quiere o una no se ve capaz de discernir lo que sucede a su alrededor habrá que apostar por el contacto a no ser que se prefiera apostar por la estupidez, en cuyo caso ya no hay más que hablar.

Si esto es hábito habrá que entrar a saco por ahí porque la denuncia a posteriori es insuficiente, nos puede dejar mejor sabor de boca pero no vale para lo que viene después. Otro salto que hay que hacer posible es la atención a la mujer que ha sufrido la agresión. También ahí hemos andado bien
flojas. Primero, para entender y aprender sobre cómo se experimenta la agresión. Para eso hay que dejarse del una agresión es una agresión y punto y no tener miedo al intercambio y al fantasma del morbo. Cuando se producen agresiones hay que crear grupos de apoyo, de intermediación y seguimiento porque una vez ocurrida la agresión, quien la sufre sigue circulando por ahí y tiene mucho que digerir. Nada de invisibilizar sino saber, conocer cómo se siente la agredida, cómo define la violencia y actúa en su contra, contra la violencia del momento y contra la de los momentos posteriores. Enganchar con el ritmo y las exigencias de quien la vive. La mediación con la colectividad que es el Centro Social es importante como ejercicio contra el olvido y por la actuación en positivo, por la recuperación de un espacio maldito que ya no se desea pisar.
Repensar las definiciones desde esa actitud de escucha e intercambio puede revelar algunos estereotipos interesantes sobre las agresiones sexuales. Por ejemplo, qué ocurre cuando para la agredida lo que se pone en primer plano no es la violación sino el peligro de muerte o cuando actuar pasa por estrategias de autodefensa tan inteligentes y espontáneas como fingir sometimiento y complacencia ante una violencia desmesurada. ¿Vamos nosotras ahí a hablar con nuestro lenguaje o a trazar un puente real con la vivencia y los términos de quien tiene mucho más que decir? Estaría bien poner en común las subjetividades que se moviliza con todo esto.

Y más cosas. ¿Porqué se pregunta si realmente se trata de violación y se insiste desde las mujeres que sí, que lo que pasó es lo peor que podía haber pasado? Probablemente porque con la fuerza de las palabras se ha asumido una escala en los niveles de agresión que encuentra en la penetración su máximo exponente y que habría que redefinir, también para nosotras mismas. Y es que prevenimos así la disminución inevitable de lo ocurrido sin darnos cuenta de que presuponemos también las clasificaciones y definiciones al uso. ¿Gritamos que el sentimiento de vejación más terrible no siempre es la penetración o seguimos dando alas a los mitos? Para avanzar en esta dirección hace falta involucrar e involucrarse con la mujer agredida.

Y luego, ¿cómo romper ya de una vez lo de que es a nosotras a quien toca pelear esta cuestión dejando, de paso, bien claro cual es nuestra área de intervención en un Centro Social mixto? Pues claro que nos toca de cerca, también nos toca la colectivización de una actitud distinta. La que hace que las agresiones sexuales se conviertan en un asunto del Centro Social en su conjunto, algo que merece muchísima reflexión y actuación en común. Nuestra decisión, la de las mujeres, de separación y acumulación de iniciativas en este terreno tiene muchos aciertos pero también tiene sus desaciertos, sobretodo a la hora de crear una práctica general en contra del sexismo y las
agresiones sexuales. Al menos si no se anticipa y tiene en cuenta la parcialidad a la que terminamos reduciendo, nosotras a la cabeza, la violencia contra las mujeres. La mejor autodefensa, aparte de la que permite transformar la autoestima en golpes certeros, es la que genera una disposición colectiva en contra de las agresiones sexuales. La del golpe te defiende, la otra te sitúa a ti, a tus compañeras y a la comunidad en un espacio diferente.

¡ATENCION AGRESOR,MUJERES VIOLENTAS!

desde la Escalera Karakola, una ex-compañera del CSO El Laboratorio

[USA] Wall Street Y La Criminalización De Inmigrantes

En los últimos cuatro años aproximadamente un millón de inmigrantes han sido encarcelados en peligrosos centros de detención en el sistema privado de cárceles financiado por contribuyentes. Un número creciente de reportes e investigaciones confirman que para muchos de los que son empujados a este sistema, es una gran pesadilla. Niños fueron abusados, mujeres fueron violadas, y hombres se murieron por falta de atención médica básica.

Estos centros son manejados por dos empresas apoyados por Wall Street que activamente apoyan la criminalización y encarcelamiento de inmigrantes en los Estados Unidos- Corrections Corporation of América (CCA) y el Grupo GEO.

El centro T. Don Hutto de detención de inmigrantes en Taylor, Tejas provee un buen ejemplo conocido por los abusos que suceden dentro de cárceles privadas para inmigrantes.

Comenzando en Mayo del 2006 la cárcel Don Hutto fue utilizado para alojar a niños y a sus padres quienes estaban esperando su deportación. Surgieron reportes sobre el trato abusivo común y corriente de niños por el personal de la Corrections Corporation of América. Una demanda del ACLU presentada a causa de los casos documentados del abuso finalmente llego a cerrar el centro Don Hutto para hospedar familias en 2008. Después de excluir a niños, los detenidos en Don Hutto fueron solamente mujeres. Pero los abusos continuaron. Ha surgido evidencia que un número de mujeres fueron abusadas sexualmente en los últimos dos años en Don Hutto por personal de CCA. Abuso sexual, incluyendo violación, ha sido documentado en varios centros de detención.

La otra gran corporación de cárceles privadas contratados por el gobierno federal para manejar cárceles para inmigrantes es el Grupo GEO. Centros de detención de GEO son conocidos por su trato abusador a inmigrantes detenidos como también por las prácticas corruptas del personal que oprimen a los detenidos. El mes pasado hablamos con un miembro de familia de un detenido en un centro de GEO que le fue negada atención médica básica por la falta de fondos para pagar. La familia del detenido tuvo que recaudar fondos para que su familiar reciba atención medica en el centro de GEO. Otros detenidos de GEO han muerto a causa de falta de atención médica.

También nos informo otro familiar de un detenido de GEO que presos quienes evitan caen en el lado equivocado de los guardias de GEO pueden aspirar, a lo mucho, a un trabajo en la prisión que paga 17 centavos la hora para hacer el trabajo de la oficina.

Recientemente GEO acordó pagar indemnización por el abuso físico de sus empleados hacia presos que fueron desnudados y registrados en Pensilvania, Illinois, Tejas, y Nuevo México. En otro caso GEO tuvo que pagar $40 millones en la muerte injusta de un preso en detenido en Raymondville, Texas. GEO también ha enfrentado una demanda de siete niños quienes fueron abusados sexualmente por un guardia durante su detención en un centro de GEO.

Corrections Corporation of América (CCA), basada en Nashville, Tennessee, y el Grupo GEO, una corporación global basada en Boca Raton, Florida, son dos de las más grandes empresas de cárceles. Ellos manejan operaciones altamente integradas para diseñar, construir, financiar y manejar prisiones. GEO recibe $1.17 billones anuales en ingreso, y CCA aun más con $1.69 billones. Juntas estas empresas son la fuerza principal de la organización detrás del escenario de la ola de esfuerzos legislativos anti-inmigrante que, si tienen éxito, incrementarían dramáticamente el número de presos inmigrantes en más de 20 estados.

Persiguiendo el Dinero

El presidente de GEO, George Zoley, fue un apoyante de Bush cuyos esfuerzos ayudaron a recaudar más de $100,000 en contribuciones a la campaña de Bush-Cheney en 2000 y 2004. En Octubre del 2003, GEO fue exitoso en conseguir un contrato para manejar el Campamento de Detención de la Bahía de Guantánamo, en la Bahía de Guantánamo, Cuba.

GEO luego contrato los servicios de cabildeos quienes recientemente tenían puestos influyentes en el Departamento de Seguridad de las Fronteras de EEUU, Agencia de Prisiones, Oficina del Ministro de Justicia, y en aquel entonces el Líder de la Mayoría del Senado, George Mitchell, para presionar sus antiguos empleadores y el Congreso. A través del 2005 y culminando en la redada más grande de inmigración en la historia de EEUU en Diciembre del 2006, GEO y CCA combinados gastaron un total de más de $6 millones en esfuerzos para presionar políticos.

El 1 de Mayo del 2006 mientras millones de personas marcharon a favor de derechos de migrantes en 102 ciudades en todo el país, GEO y CCA estaban presionando al gobierno federal para más negocio. Los activistas, sin importar su número histórico y apoyo amplio de varios ciudadanos, no pudieron poner fin a la ola creciente de apoyo del gobierno a los planes de negocio de GEO y CCA.

La redada de Diciembre del 2006, en donde más de miles de hombres y mujeres empleadas en plantas empacadores de carne de Swift en varios estados fueron detenidas, marco un cambio en la aplicación de la ley de inmigración de 1995 por el gobierno federal. Por primera vez, muchos de los detenidos fueron procesados por crímenes como falsificación de documentos de identificación o robo de identidad que tendrían largas sentencias en la cárcel, en vez de un error en el número de seguro social, un delito menor.

Este solo cambio en aplicación de la ley existente creó un “mercado” potencial de más de 10 millones de nuevos delincuentes de la noche a la mañana, multiplicando el mercado lucrativo de encarcelamiento para la industria de prisiones privadas, y causando una ola de susto en todas las comunidades inmigrantes del país. Durante el tiempo de la redada Swift, USA hoy cito al Reverendo Clarence Sandoval de la Iglesia Católica Sto. Tomas Aquinas en Logan, Utah, diciendo “Esta llevándose a madres y padres y estamos muy preocupados de los niños. Estoy recibiendo llamadas de madres que me cuentan que no saben adónde se han llevado a su esposo.”

Con este cambio en la aplicación de ley federal, CCA y GEO de repente tenía una gran fuente de clientes cautivos, y comenzaron a ganar millones de dólares en fondos públicos para alojar, transportar, alimentar, y controlar inmigrantes.

Previsiblemente, los costos para los contribuyentes incrementaron. Del 2006 al presente, el presupuesto de La Agencia de la Aplicación de Inmigración y Aduana (ICE) para la identificación, custodia, transportación, detención y deportación de inmigrantes ha incrementado 51%. El presupuesto para la Policía Judicial de EEUU (US Marshalls) para la custodia y transportación de inmigrantes durante el mismo periodo incremento 15% y el presupuesto de la Agencia de Prisiones para la detención de inmigrantes en el mismo periodo incremento 9%. Billones de dólares en incrementados gastos han proveído la fuente primaria para los billones en ingresos aumentados para CCA y GEO.

Además, hoy en día 625 agencias policiacas del estado, condado, y municipalidad están proporcionando identificación, custodia, transportación y detención de inmigrantes a través de acuerdos con el Departamento de Seguridad de las Fronteras de EEUU.

Según un estudio de la Oficina de Contabilidad del Gobierno federal del año pasado el costo de este programa a contribuyentes es desconocido porque 60% de gobiernos estatales y locales no mantienen datos de su personal, equipo del campo, material de la oficina y otros gastos relacionados con estos acuerdos, y por lo tanto no son reembolsados por estos costos. Sin importar el costo exacto, contribuyentes locales sintieron el incremento que este programa planear expandir a todas las 3,100 jurisdicciones de detención del estado, condado y municipio en toda la nación para fines del 2011. A causa de esto CCA y GEO pueden esperar un incremento de sus ingresos mientras que estados y condados incrementan los contratos a estas empresas para las responsabilidades de encarcelación.

El año pasado Seeking Alpha, un sitio de web popular con opinión y análisis sobre el mercado popular de Wall Street, reporto que el ingreso de GEO de servicios de cuidado de salud en la cárcel terminado en Marzo del 2009 llego a $1.0 billones, una ganancia de 5.8%. Seeking Alpha indico que las ganancias de CCA para el mismo periodo en 19 estados fue más de $1.9 billones, con margen de ganancia de 9.4%. En un artículo titulado “Donde Delincuencias Hacen Buen Negocio” la misma publicación indica, “, Desafortunadamente el crimen, es una industria creciente y el Grupo GEO ha mostrado ser un jugador exitoso en la tendencia hacia externalizacion para gobiernos en muchos niveles.” Empujando la criminalización de inmigrantes para lanzar una red más grande en la sociedad ha sido parte clave en ese “éxito”.

Muy pronto después que la Administración de Bush implementara este cambio en aplicación de ley afectando a inmigrantes, asesores de Wall Street recomendaron públicamente la compra de acciones en empresas privadas de prisiones como CCA y GEO. En ese tiempo, el Vicepresidente Dick Cheney estaba fuertemente invirtiendo en Vanguard, uno de los accionistas mayores en GEO.

La presión valió la pena para ambas empresas al conseguir grandes incrementos en ingreso de contratos del gobierno para encarcelar inmigrantes. Del 2005 al 2009, por cada dólar que GEO gasto presionando al gobierno federal recibió $622 en contratos de fondos de contribuyentes, por un total de $996.7 millones. CCA recibió un regreso de $34 por cada dólar gastado en presionar al gobierno federal, por un total de $330.4 millones. Además, ambas empresas incrementaron su ingreso a través del mismo periodo gracias a contratos de centros de detención con varios estados.

En el 2007 la Agencia de Aplicación de Inmigración y Aduana (ICE) organizo 30,407 redadas de inmigración en sitios de trabajo, vecindarios, y sitios públicos como paradas de camión y plataformas de trenes. El número de redadas organizadas ese año fue lo doble del total del 2006. El número de inmigrantes presos, detenidos por el crimen de haber nacido en el lugar equivocado, incremento de 256,842 en 2006 a 311,169 en 2007.

Como resultado del temor causado por las redadas y otros factores, marchas pro inmigrante del Primero de Mayo del 2007 fueron más pequeñas que los años pasados. A mediados del 2007, mientras varios organizadores se enfocaban en reforma de legislación, protestas públicas, eliminando las redadas, y ayudando familias y amistades de aquellos que habían sido detenidos por ICE y otras agencias policiacas, accionistas de GEO y CCA tuvieron grandes lucros. Ambas empresas emitieron acciones dos por uno que casi aumento el doble del valor de las acciones de los accionistas en las dos empresas.

Aunque los accionistas lucraron bastante durante del ingreso del incremento de contratos para ambas empresas, el incremento no fue suficiente grande para satisfacer algunos de los accionistas mayores. J.P. Morgan, un dueño mayor de GEO, abandono la mayoría de sus acciones y renuncio su posición de liderazgo en la empresa.

Un problema para inversionistas buscando grandes lucros del negocio lucrativo de cárceles fue que la tasa de ingreso no puede seguir subiendo porque las agencias federales no tenían suficiente personal para detener y procesar más inmigrantes que el número que estaban manejando actualmente. Estaba claro que la única manera de incrementar el ingreso a través de incrementar la cantidad de personas levantadas, detenidas, y encarceladas era contratar más personal policiaco.

La industria de cárceles privadas ahora necesitaba una nueva fuente de personal de aplicación de ley de bajo costo. El nuevo enfoque de expansión de negocios para CCA y GEO aparentemente se convirtió en gobiernos estatales. Ambas empresas incrementaron sus esfuerzos para recibir contratos de estados y gobierno locales que estaban entrando a acuerdo lucrativos con el Departamento de Seguridad de las Fronteras de EEUU para detener inmigrantes en centros de detención estatales y locales.

El resultado de este cambio en enfoque de negocios es demostrado por el papel de CCA en la ley SB1070 de Arizona y ambos papeles de CCA y GEO en otros esfuerzos legislativos dirigidos a incrementar el número de inmigrantes indocumentados detenidos en más de 20 estados. La gobernadora de Arizona Jan Brewer, quien recibió gran financiamiento de ejecutivos de CCA en Tennessee y emplea 2 antiguos cabildeos de CCA Chuck Coughlin y Paul Sensman, como asesores mayores, firmo la ley SB1070 el 23 de Abril.

El viernes 30 de Julio del 2010 la Asociación de Gobernadores Republicanos, quienes este año recibieron más de $160,000 en contribuciones de CCA, GEO, y sus cabildeos, enviaron una solicitación escrita al nivel nacional redactada por la Gobernadora de Arizona Jan Brewer pidiendo contribuciones para financiar una apelación de la orden restrictiva contra SB1070 de la juez.

A parte de los fondos recaudados de esfuerzos partisanos, los esfuerzos legales de Brewer han sido fortalecidos por escritos de apoyo presentados en las cortes de apelación por tres estados—Florida, Tejas y Virginia– que tienen contratos con GEO o con ambas GEO y CCA. Estas dos empresas de cárceles actualmente están elevando su involucramiento político en estos estados y en varios otros que tienen propuestas para leyes anti inmigrantes en sus respectivas legislaturas. En si, 20 estados están considerando leyes inspiradas por SB1070, las cuáles han sido patrocinadas por los candidatos republicanos para gobernador, financiadas en parte mayor por la Asociación de Gobernadores Republicanos.

El pasado Noviembre, la gerencia alta de CCA en Tennessee contribuyo el bloc más grande de contribuciones fuera del estado recibidas por la Gobernadora de Arizona Jan Brewer. CCA, quien ya tiene varios centros de detención en Arizona y espera expandir el negocio de prisiones inmigrantes en ese estado, está esperando un incremento grande de ingresos durante la implementación de SB1070. Actualmente, Latinos manejando fuera de la ciudad de Tucson en cualquier dirección son detenidos en retenes y se les pide mostrar documentos.

GEO y CCA ahora están bien involucrados en las elecciones legislativas estatales y de gobernador en estados donde planean expandir su participación en el mercado de cárceles y encarcelamiento. GEO, por ejemplo, apoyo el primer termino del Gobernador Republicano, Bob McDonnell, en Virginia el año pasado, y ha contribuido mucho a la Asociación de Gobernadores Republicanos y al Partido Republicano de Florida. Además de Jan Brewer en Arizona, CCA está contribuyendo a ambos candidatos para Gobernador en California, Republicano Meg Whitman, y Demócrata Jerry Brown. CCA está contribuyendo con dinero al Gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, aunque Jindal no está corriendo para reelección, y a la Asociación de Gobernadores Republicanos, que ha contribuido más de $1.5 millones a elecciones estatales este año.

Desde el cambio de Administración en Washington D.C., GEO ha expandido su presencia allí por agregar los servicios de cabildeos quienes anteriormente llevaban posiciones altas en la campaña Presidencial de Obama, al Administración de Clinton, y las Comités de Apropiaciones del Senado y Congreso. Actualmente, GEO retiene los servicios de tres cabildeos de Washington D.C. quienes también trabajan para Wells Fargo, el accionista mayor de GEO. Unos de cabildeos de Washington D.C. de GEO, Barbara Comstock, también es miembro de la legislatura del estado de Virginia. CCA depende en los oficiales para realizar presión en Washington D.C., donde algunos miembros de la junta, como antiguo Senador Estadounidense de Arizona Dennis Deconcini, tienen buenas conexiones.

La participación de CCA y GEO en el negocio financiado por fondos de contribuyentes de encarcelamiento de inmigrantes ha crecido bastante desde el 2006. Hoy por ejemplo cualquier personas recogida por ICE en Los Ángeles son enviados a un centro de CCA en San Diego mientras que aquellos recogidos por ICE en Seattle o Portland, OR son enviados a un centro de GEO en Tacoma porque los centros de detención que pertenecen y son manejados por el gobierno federal están al 137% de la capacidad sin espacio para alojar mas prisioneros.

El Papel de Wall Street

CCA y GEO empresas de instituciones grandes de Wall Street lucran del negocio de encarcelamiento de inmigrantes como accionistas mayores.

El inversor más influyente de CCA es un fundo de protección (hedge fund), Pershing Square, el cual es dirigido por inversionista gurú de Wall Street, Bill Ackman. Ackman también tiene un papel importante en Target Corporation y Kraft Foods. Wells Fargo es el inversionista más fuerte en GEO.

Otros inversionistas mayores con poder para influir la gerencia en uno o otra empresa son Vanguard, Lazard, Scopia, Wellington Management, FMR (Fidelity), y Bank of América. Cada uno de estos dueños mayores es sensitivo a la opinión pública en una forma u otra. Y cada uno de estos inversionistas mayores no dependen en CCA ni GEO para sus ganancias porque cada uno tiene la mayoría de dinero invertido en empresas no relacionadas con cárceles privadas.

Por casi cualquier medida, el número elevado de deportaciones de inmigrantes no ha tenido los resultados adecuados a nadie excepto a la industria de cárceles privadas. El desempleo entre ciudadanos nativos en el EEUU ha incrementado drásticamente mientras el número de inmigrantes deportados subió a más de 400,000 por año.

Los Estados Unidos ahora tienen más personas en la cárcel que cualquier otro país del mundo. A casi más de 2 millones, los Estados Unidos tiene medio millón más de personas encarceladas que China, que tiene la segunda población encarcelada más grande entre las naciones del mundo.

Uno quisiera pensar que presentando esta información a la atención del Congreso será suficiente para impactarlos a abandonar las pólizas que criminalizan inmigrantes. Sin embargo, lo más probable es que esto no suceda pronto.

La falta de acción por parte del Congreso no solo es a causa de las grandes contribuciones electorales que reciben los Senadores y miembros del Congreso de la industria de cárceles privadas. La mayoría de los miembros del Congreso tienen inversiones personales y más de uno son accionistas mayores de CCA y GEO.

Mientras que es cierto que muchas personas han invertido en CCA o GEO a través de sus pensiones sin saber, los reportes de las finanzas personales de algunos de los miembros claves del Congreso suponen que algunos de ellos tienen más que interés casual en las fortunas de CCA o GEO.

Un ejemplo de un grupo fuerte de Washington D.C. con interés financiero substancial en CCA es Senador de Wyoming Mike Enzi, uno de un pequeño grupo de inversionistas en Pershing Square, un fondo de protección que tiene el mayor número de acciones en CCA de cualquiera otra accionista. Senador Enzi, un Republicano con antigüedad que participa en la Comité de Presupuesto del Senado, fue asignado una clasificación de aprobación de 100% por el Control Fronteriza de EEUU (USBC), que se identifica como una “organización ciudadana de presión sin fines lucros. USBC es dedicada a terminar con la inmigración ilegal a través de asegurando la fronteras nacionales y reformando las pólizas de inmigración.”

Mientras se le pide al Congreso buscar formas de reducir el déficit creciente y aliviar el sufrimiento causados por la crisis económica, cambiando prioridades de las que se benefician empresas de cárceles hacia programas muy necesitados que benefician contribuyentes tiene mucho sentido.

Obligando al Congreso abandonar las pólizas que criminalizan inmigrantes probablemente va requerir, entre otras cosas, que convenzamos alguna combinación de nuestros fundos de pensión, Wells Fargo, y un fundo de protección clave o dos que despojarse de la industria de cárceles privadas y busquen otro lugar para ingreso.

Podemos lograr esto. IBM y Ford (Hewlett Packard) cuando fueron cuestionados no pudieron justificar sus inversiones en apartheid de Sur África. Como resultado del creciente movimiento de estudiantes, organizaciones religiosas, sindicatos y accionistas, estas empresas desinvirtieron sus fundos en 1986, contribuyendo a la caída del sistema apartheid racista y hacia la democratización.

Al igual, Wells Fargo, Pershing Square, y otros gigantes financieros no van a poder justificar sus inversiones en el sufrimiento masivo causado por la criminalización de inmigrantes mientras que el movimiento se une para exponer el daño causado al público a través de sus inversiones en la industria de cárceles inmigrantes.

¿Quien sabe? Quizás algunas de estas instituciones financieras vean la sabiduría de invertir en empresas que producen trabajos con sueldos para las familias.

[1] Contribuciones electorales de Arizona recompiladas por el National Institute on Money in State Politics muestra que el presidente de CCA Damon Hiniger, CFO Todd Mullenger, CDO Anthony Grande, y en aquel entonces el Asesor General, Gus Puryear, contribuyo a la campaña de Jan Brewer.

[2] National Institute on Money in State Politics.

[3] Center for Responsive Politics, Open Secrets.org

Peter Cervantes-Gautschi

[Textos] Chomsky y las 10 estrategias de manipulación mediática

El lingüista estadounidense Noam Chomsky, célebre por su militancia política progresista, elaboró una lista de las “10 estrategias de manipulación” a través de los medios. Prescindiendo de las consideraciones ideológicas que Chomsky agrega, las fórmulas de manipulación que sintetiza son, en líneas generales,en forma alternativa y a veces simultánea.

1- La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2- Crear problemas, después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3- La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4- La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7- Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8- Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9- Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!

10- Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

http://www.aurorafundacion.org

[Textos] ¿Quién teme a los procesos colectivos? Apuntes críticos sobre la gestión de la violencia de género

“El título de este artículo ha quedado sesgado en la cabecera por problemas de espacio. Título original:¿Quién teme a los procesos colectivos?: Apuntes críticos sobre la gestión de la violencia de género en los movimientos sociales”

El discurso contra la violencia hacia las mujeres forma parte implícita y también explícitamente del discurso político general. La violencia machista es rechazada por el conjunto de la sociedad y todo el mundo parece reconocer que es un problema político de primer orden. Por supuesto, también los movimientos sociales recogen estos planteamientos y muestran abiertamente su propio discurso antisexista. Hasta aquí perfecto.

Os preguntaréis por qué estamos escribiendo este texto… Nosotras nos preguntamos por qué hay tantas agresiones dentro de los movimientos sociales y por qué tanta incapacidad para gestionarlas colectivamente. Nos preocupa el nivel de tolerancia que hay en los espacios políticos ante las agresiones y la naturalización/normalización de ciertas formas de violencia. Nos inquieta la incongruencia entre discurso y práctica y la falta absoluta de sensibilidad al respecto; lo que demuestra que es un tema de cuarta, si es que llega a considerarse como tema. Nos enfurece que dentro de los movimientos sociales actuemos como si nos hubiésemos creído lo de que las cuestiones que plantea el feminismo ya fueron asumidas por tod*s y por tanto, ya están superadas y son repetitivas e innecesarias. Y ello a pesar de que reivindicaciones básicas de hace más de un cuarto de siglo siguen aún en el tintero, y cuando las mujeres de todo el mundo sufrimos distintos tipos de discriminación que coartan la libertad de expresión, de pensamiento, la libertad sexual y de movimiento. No solo eso, hay un retroceso en las prácticas colectivas y en el discurso respecto a un pasado no tan lejano en Barcelona, hecho sintomático de que apenas quedan grupos feministas, lo que demuestra que, una vez más, eran solo las mujeres las que se ocupaban de la violencia. Este retroceso en las prácticas colectiva no es un problema de los 4 babosos de turno, hablamos de un problema estructural y de una cuestión de responsabilidad colectiva.

Sin embargo, existe una gran dificultad para identificar las múltiples caras de la violencia contra las mujeres, así como para detectar los casos que pueden ser incluidos bajo ese nombre; este es un magnífico mecanismo para nadar y guardar la ropa, del tipo “la violencia está muy mal, pero esto
justamente no es violencia”. La violencia estructural contra las mujeres no es un concepto abstracto propio de los libros, ni una cosa de la vida de los otros, ajeno a nuestro micromundo en los movimientos sociales. La violencia estructural no son los cuatro abusos concretos en boca de todo el mundo, ni la suma infinita de agresiones que cada una puede constatar haber sufrido. Tampoco son aquellas acciones perpetradas por monstruos que vejan y apuñalan. El iceberg no sólo es punta.

Estamos hablando de pautas generalizadas de dominación que atraviesan la experiencia de ser mujer y todas las esferas de la cotidianidad: las relaciones personales, la percepción y el uso del espacio público, el trabajo, la autoridad reconocida, la percepción de los propios derechos o la ausencia de ellos, la relación con el propio cuerpo y la sexualidad, y así un largo etcétera. La violencia estructural es un mecanismo de control sobre las mujeres, pero no solo como forma extrema, amenaza de castigo omnipresente que necesita ser provocada o desencadenada, sino que es una forma de relación normalizada y naturalizada y que por lo tanto puede ser ejercida sin necesidad de justificación.

Pero no estamos haciendo una disertación teórica, hablemos de casos concretos. En el último año han habido numerosas agresiones físicas y sexuales hacia mujeres dentro de los movimientos sociales, y una reciente la ha sufrido una mujer de nuestro colectivo: una violación en su propia casa dentro del contexto político de Barcelona, por un habitante de la misma, que es uno entre tantos. Dicho sujeto se pasea tranquilo durante semanas, ajeno a cualquier movimiento que se pudiera estar cociendo por parte de ella, pues –angelito- ni siquiera era consciente de haber hecho nada malo… Pero se equivocaba. Ella quiso hacerlo público y plantearlo en un gran colectivo, con él presente, proponiendo su marcha inmediata. No solo porque lo ocurrido es una agresión hacia ella, sino porque es una cuestión política y colectiva de primer orden. Y este colectivo toma la decisión de que dicho sujeto ha de irse de la casa por una cuestión colectiva y política. Nosotras valoramos positivamente una cosa, y es que hace mucho, mucho tiempo que no veíamos reaccionar así a una mujer, ni a un colectivo, teniendo en cuenta las dificultades que encontramos para gestionar grupalmente estas situaciones. En un inicio, nos sentimos muy satisfechas de que esta agresión no hubiera sido silenciada como tantas otras y obtuviera una respuesta. En este sentido, este caso es una excepción. Sin embargo, a partir de aquí sucedieron muchas cosas, cambios de discurso, de posiciones y decisiones. Con el paso del tiempo, lo que en un inicio fue considerado político terminó relegado al terreno de los conflictos personales. Siete meses después, se tomó la decisión de que el sujeto regresara a los espacios públicos de la casa. Más allá de esta cuestionable decisión, lo que nos parece grave es el proceso por el cual se llega a este resultado, en definitiva semejante a tantos otros.

Que los grupos (aunque una minoría) traten de buscar una respuesta ante los casos de violencia que se producen en su seno supone un paso hacia delante en la reflexión, la gestión colectiva y la erradicación de la violencia. Pero notamos que en líneas generales, y a causa de la falta de profundidad y sensibilidad a la que nos referíamos, las respuestas que suelen darse desde
colectivos mixtos a nuestro entender son de mínimos, y a menudos sufren de algunos problemas de base que desvirtúan el proceso. Hablaremos aquí de tres de ellos que nos parecen particularmente graves:

· El primero, más recurrente y más influenciado por el trato mainstream de la materia, es el darle a los casos de violencia contra las mujeres un trato de problema privado y personal, a ser resuelto entre dos. Cuando lo que es denunciado como agresión se afronta como una cuestión personal donde intervienen emociones, o se lee como un asunto turbio donde no hay una verdad, sino dos experiencias muy distintas de una misma situación confusa, etc., entonces, perdemos la posibilidad de hacer política, que es al fin de lo que se trata cuando hablamos de violencia machista.

Hay incluso formas de trasladar el asunto a un plano personal dentro de una gestión colectiva. Por ejemplo, cuando se plantea cualquier trabajo del colectivo como hecho por y para la “víctima”, en vez de una tarea que el colectivo necesita para sí; cuando la intervención del grupo se plantea
como una forma de mediación entre las “partes afectadas”; o cuando se define el problema como un asunto particular del colectivo a ser resuelto de puertas adentro, o lo que es lo mismo, la versión numerosa de los trapos sucios se lavan en casa. Es decir, colectivizar no es condición suficiente para hacer política.

Cuando tomamos decisiones o posicionamientos políticos, siempre está la posibilidad de recibir críticas y entrar en discusiones. De hecho son muchos los debates que siguen abiertos dentro de los movimientos sociales en Barcelona. Pero resulta que ante las situaciones de gestión colectiva de violencia contra mujeres, se levantan murallas contra las opiniones, críticas y planteamientos externos; se intenta mantener a toda costa fuera del debate colectivo. ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué tanto miedo al debate? ¿No será fobia enfermiza a las feministas? ¿O es que ni siquiera le estamos dando la categoría de asunto político?

· El segundo problema de la gestión de los colectivos no feministas de casos de violencia contra las mujeres consiste en trabajar a partir del engañoso esquema víctima-agresor, propio de la crónica de sucesos. De acuerdo con éste, hay un agresor, que es el hombre malo, el monstruo, la excepción; y una víctima, la que necesita auxilio. Cuando el que tiene que ocupar el primer papel es un colega o compañero, tenemos muchos problemas para “colgarle la etiqueta”, y miedo a “demonizarlo”, porque además este esquema se plantea como un juicio integral sobre la persona. Pero, llamemos a las cosas por su nombre: agresión es lo que describe el hecho, agresor es el que la comete. Hacer esto no debería ser un obstáculo insalvable ni tampoco una opción reduccionista que niegue otras facetas que pueda tener una persona. Por eso, es mucho peor andarnos con eufemismos y relativismos.

Por el miedo a llamar a las cosas por su nombre pretendemos encontrar “otras explicaciones” o incluso justificaciones, del tipo “estaba borracho/drogado”, “ella se estaba insinuando, o se lo estaba buscando”, y también a cuestionar el grado de responsabilidad del agresor sobre sus actos, y así un largo etcétera. Como consecuencia de la inoperancia del esquema, solemos perdernos en juicios pormenorizados de los sucesos, como si ahí residiera la solución. Se traslada la discusión a factores externos o a detalles morbosos de los hechos en vez de abordarlo desde la comprensión de lo estructural de la violencia contra las mujeres y la necesidad de conservar una tensión y
atención constantes para no reproducirla. Si no, ¿por qué cuando el caso concreto nos toca de cerca, los principios que en otras circunstancias serían incuestionables se desvanecen?

El segundo papel dentro de este esquema se le atribuye a la mujer agredida, con lo que se la sitúa en una posición de incapacidad: todo lo que diga o haga la “víctima” será leído en clave de reacción emocional, nerviosismo, impulsividad e indefensión. Las actitudes paternalistas y proteccionistas hacia la que ocupa el rol de víctima obstaculizan su participación en plano de igualdad en el proceso colectivo.

Entonces, reconocer la estructuralidad de la violencia machista es crear las condiciones necesarias para evitarla, y en último lugar responsabilizarnos cuando sucede en nuestro entorno. Pero a menudo esto no se da porque asumir esa responsabilidad es abrirle la puerta a la posibilidad de reconocernos en los zapatos del agresor, lo que da pie a lamentables estrategias de corporativismo masculino, en el que los compañeros guardan silencio por miedo a que sus cabezas rueden junto a la del que está siendo señalado abiertamente en ese momento.

· Por último, en la práctica de la gestión colectiva de agresiones contra mujeres encontramos una jerarquización de intereses tácita, y en consecuencia una subordinación de todo lo referente a nosotras. Cuando lo que se prioriza por encima de todo es el consenso, en un grupo donde más de la mitad no tienen siquiera una reflexión propia previa y cuyo discurso pasa por simplificaciones precocinadas propias de cualquier telediario, y además estas opiniones se ponen a la misma altura que discursos fundamentados y sensibilidades desarrolladas a partir de un trabajo previo, entonces, nos dejamos arrastrar por la tiranía de lo mediocre, que conseguirá desvirtuar los argumentos y rebajar el discurso a un nivel de mínimos. Encadenar palabras grandilocuentes no significa articular un pensamiento elaborado.

El consenso aquí expuesto cumple dos funciones: mantener cierta cohesión en el grupo y dar una ilusión de legitimidad a las decisiones. Ante el riesgo de conflicto se agudizan los roles de género preestablecidos, que para las mujeres significa cumplir el papel de mediar, pacificar, comprender.
Paradójicamente nos encontramos con que otras mujeres actúan priorizando la unidad del colectivo y el consenso mediocre, como si la agresión a una de nosotras no fuera en realidad problema de todas. Esto es a su vez pone de manifiesto lo arraigadas que están las formas heteronormativas en nuestro hacer: la definición de lo que es público y político se hace de acuerdo con los cánones del universal masculino, y así las mujeres asumimos discursos construidos en esa clave y puestos en el centro bajo esa lógica y dejamos de politizar cuestiones que nos afectan por no aburrir o dar la nota, perpetuando la necesidad de aprobación de la mirada masculina y las formas de relación entre sexos. Otra vez nos vendieron la moto y nos dedicamos a cooperar para que nada cambie.

Como vienen diciendo las feministas desde hace décadas, es necesario hacer políticas las cuestiones que nos afectan a las mujeres, y no solo de palabra ni como coletilla. Si apostamos por los colectivos mixtos, coloquemos dichas cuestiones en el centro dándoles la importancia que tienen.
Siguiendo con lo anterior, los colectivos que asumen gestionar una situación de violencia de género han de hacer público su posicionamiento y permitir el debate para que sirva de precedente y que así se produzca una acumulación de experiencias (no partir siempre de cero). De lo contrario, estamos privatizando, restando trascendencia y practicando seudo política de auto consumo.

En definitiva, ¿qué vamos a hacer al respecto de todo lo expuesto? Lo peor del sexismo se reproduce en los movimientos sociales, pero no estamos asumiendo las responsabilidades colectivas para hacer una gestión adecuada de la violencia de género. Es evidente, pues, la necesidad de colectivos feministas así como de recoger el trabajo y las aportaciones que estos grupos vienen haciendo.

LasAfines
Aportaciones y comentarios a: lasafines@hotmail.com
Texto publicado en el blog mambo.pimienta.org, 2007

[Textos] Reflexiones de Félix Rodrigo Mora acerca del 29S

Presentamos aquí un par de textos aparecidos en Alasbarricadas.org que profundizan en la crítica al ciudadanismo de la izquierda en la Huelga General, y el papel que esta cumplió.

Meditaciones sobre la Huelga General del 29S

Pasada la explosión de ilusiones fáciles y cómodas, específicamente posmodernas en su frivolidad e insustancialidad, que ha suscitado el evento, ahora ha llegado el momento de la reflexión, tarea mucho menos grata y sencilla, sobre todo para quienes llevan años aquejados de la letal enfermedad del activismo sin contenidos ni estrategia, cosmovisión específicamente izquierdista y socialdemócrata.

En primer lugar hay que decir que la huelga no fue, ni mucho menos, general, pero que, sobre todo, no fue revolucionaria. Más bien al contrario. Convocada por los sindicatos amarillos, hechura del Estado y de la burguesía, fue en primer lugar, por sus objetivos reales, un tipo peculiar de cierre patronal. En efecto la clase empresarial, así como el ente estatal y el partido en el gobierno, necesitaban, ante la pertinacia y gravedad de la crisis, realizar un lavado de cara de sus instrumentos para el control y manejo de las clases trabajadoras, a fin de dotar a éstos de una legitimidad que estaban en trance de perder.

Por tanto, la convocatoria de la así llamada Huelga General servía perfectamente a los fines políticos estratégicos y tácticos (en éstos destaca la regeneración del PSOE, vía UGT y ala izquierda de la socialdemocracia, tras 6 años de desgaste en el gobierno) del sistema de dominación en su totalidad, y contaba con la mano de obra de siempre, el obrerismo trasnochado y el izquierdismo posibilista y verborreico.

La cuestión, ciertamente, no está en apoyar o no la convocatoria, como suponen los “prácticos” de siempre, sino en los contenidos, en el enfoque, en el programa, con que ello podía hacerse, o no hacerse. Tales sujetos, en realidad, como ya hicieron en 2004, están ligados a la cosmovisión y la política socialdemócrata de manera irremediable, se pongan las etiquetas que se pongan. Por tanto, en cuanto hay una situación algo difícil para la clase empresarial y el Estado, ahí están para echar una mano, para contribuir a que la acumulación de capital continúe sin problemas a través de la retórica izquierdista, de la apología de “las luchas” y “las movilizaciones” promovidas desde arriba. Ahora hastían a todos narrando las batallitas del 29-S, sin hacerse la pregunta esencial, ¿a quién ha beneficiado la HG?

Tampoco puede aceptarse que un radicalismo de tres al cuarto sostenga que lo que diferencia al espíritu reformista del revolucionario sea mantener algunas ínfimas escaramuzas con las fuerzas represivas, y no los contenidos, los programas, la cosmovisión básica, las metas.

Muchos no logran comprender que desde el final del franquismo el capitalismo español ha hecho de la izquierda y el progresismo su fuerza política preferida, de manera que aquél y éste, no la derecha, no el PP, son los herederos principales, de la manera más rigurosa, del franquismo.

Para mantener legitimados, por tanto operativos, a sus aparatos para la dominación política y social en primera instancia, la patronal convoca periódicamente cierres patronales a los que denomina huelgas generales: la del 29-S fue la séptima del periodo de dictadura parlamentaria y partitocrática.Es curioso que muchos vivan la realidad actual con la ideología de hace un siglo, o más, como si la noción de Huelga General, con mayúsculas, fuera inmune al paso del tiempo y al cambio en las condiciones sociales, sin querer entrar en lo esencial: que una HG o es revolucionaria o es una parodia. Es el contenido que se la otorgue, el programa, lo que la hace revolucionaria o reaccionaria, no ella en sí, no la retórica expelida, no las formas de acción o lucha utilizadas.

Para salvarnos de la impostura y el teatro (quizá sería mejor hablar de circo) en que se ha convertido hoy la lucha de clases por causa de la falta de espíritu revolucionario de quienes se llaman “revolucionarios” hay que realizar una ruptura con la socialdemocracia, en lo ideológico, lo programático, lo político, lo emocional y lo vivencial, hay que situar en el centro a la noción de revolución, como realización integral de la libertad, el autogobierno, la convivencialidad, el colectivismo y la autogestión, en una sociedad nueva en lo más sustantivo, sin ente estatal ni clase empresarial.

Pero la pseudo-HG del 29-S fue, en los contenidos, una penosa reivindicación de los tres grandes males que ahora nos aniquilan como seres humanos, la sociedad de consumo, el aparato tecnológico y el Estado de bienestar.

Todo ello se hace en nombre de “las luchas” y exhortando a “las masas” a movilizarse por vivir “mejor” aquí y ahora, para consumir, contaminar y despilfarrar más, para ser triturados todavía más por las dádivas envenenadas del Estado de bienestar, para perder la condición de seres humanos, para hacerse ya definitivamente pura barbarie y subhumanidad ultra-sometida.

Quienes creen que las reivindicaciones económicas son el primer paso hacia una toma de conciencia proletaria tiene en su contra la experiencia: se lleva haciendo desde hace más de siglo y medio con resultados desastrosos. Tal estrategia no sólo no atrae a “las masas” al ideario revolucionario sino que transforma a sus apologetas en agentes del capital y del Estado, en reaccionarios de nuevo tipo, generación tras generación.

Nada se puede hacer, por ende, para eliminar el fanatismo logrero, tripero, gozador, fiestero, estatolátrico, frívolo, insociable, amoral, despilfarrador, descerebrado y posibilista de las mentes de la gran mayoría de lo que aún sobrevive del izquierdismo institucional y el anarquismo de Estado [1], atados por mil lazos al PSOE. Es inútil recordarle la frase de Soledad Gustavo, “las revoluciones no son hijas del estómago, son hijas del pensamiento” [2] que expresa una sabiduría ciclópea y magnífica, imprescindible. En realidad, con esa gente todo es inútil, pues repudian la revolución, veneran el orden establecido y no ven más allá de lo que es posible alcanzar ahora, ya, aquí.

Siguiendo la reflexión de Soledad Gustavo, una mujer magnífica porque se mantuvo ajena a las perversiones y atrocidades del feminismo de Estado y el feminismo burgués, debemos replantear nuestra acción política y compromiso social justamente en la dirección que ella marca: desarrollar el pensamiento para hacer posible la revolución [3] dejando en un modesto y secundario lugar las exigencias del estómago.

Por tanto, como práctica posterior a la tristísima HG del 29-S está el desarrollo del pensamiento, de la conciencia, en lucha contra la cosmovisión socialdemócrata, economicista y fruidora. Se trata de, superando el activismo, que hace de cada acontecimiento un remedo de campaña electoral, y considerando de una manera revolucionaria, a partir de la verdad, los principales problemas de nuestro tiempo, ofrecer una alternativa a ellos que esté netamente diferenciada de la institucional, izquierdista y progresista.

Para llevar un mundo nuevo en nuestros corazones lo primero y principal que tenemos que hacer, en buena lógica, es derrocar dentro de nosotros mismos el ideario y programa socialdemócratas, con el fin de auto-construirnos como sujetos aptos para la acción revolucionaria. ¿Nos atreveremos a hacerlo?, ¿nos decidiremos a romper con el narcisismo y egocentrismo de la posmodernidad para reconocernos responsables, y culpables?, ¿nos golpearemos la cabeza contra un muro, metafóricamente hablando, hasta conseguir auto-cambiarnos, hacernos seres humanos renovados?

Luego, tras esa necesaria conversión interior, después de romper con el activismo y la cosmovisión reformadora, estaremos en condiciones de realizar el esfuerzo exterior que permitirá, quizá, que la próxima HG sea no sólo general sino, sobre todo, revolucionaria.

Félix Rodrigo Mora

1.- Utilizo esta expresión a partir de la lectura de un texto excelente, “El efecto Chomsky o el anarquismo de Estado”, en “Trébol negro” nº 1, CNT-AIT Almería. Pero, con todo, la reflexión comunicativa sobre el anarquismo de Estado ha de continuar, sobre todo en torno a la cuestión del Estado de bienestar.

2.- Este asunto lo desarrollo con cierta extensión en el libro “Seis estudios”, editorial Brulot, de inminente publicación, en particular en el capítulo “La función de la conciencia en la revolución”.

3.- En la Introducción al libro “Antología de textos de Los Amigos de Ludd”, mis antiguos compañeros me censuran por aferrarme a la idea de revolución, que ellos consideran inapropiada. Desde luego, me declaro culpable de tal imputación, si. Pero, o estamos por la revolución o estamos por el poder constituido, no hay una tercera posibilidad, no hay término medio. Por tanto, la pregunta a mis queridos ex-colegas es, ¿dónde se sitúan ellos?

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INTERVENCIÓN EN EL DEBATE SOBRE LA HG DEL 29-S
Félix Rodrigo Mora

Antes que nada agradezco a quienes han participado en la controversia suscitada por mi posicionamiento ante la HG su sinceridad y cordialidad, además de su preocupación desinteresada por esclarecer un asunto de importancia, sobre el cual aún nadie (yo tampoco) ha alcanzado conclusiones fiables y suficientes.

Tras considerar con atención todas las aportaciones realizadas, paso a exponer mi criterio, parcial y provisional por el momento.

1. En las condiciones actuales cualquier HG no tiene, y no puede tener, la misma significación que en el pasado. Es imposible que sea como la de 1917, por ejemplo. Eso ya se comprobó en la HG de 1988, que aunque fue general (lo que no se alcanzó el 29-S) careció de importancia. El porqué de ello debe ser motivo de deliberación, considerando los cambios fundamentales que han tenido lugar en los últimos 50 años, que en lo sustancial están por estudiarse.

2. Una HG no puede derribar el capitalismo: para ello hay que acudir a la revolución, que es un acto político. Pero quienes sobreestiman más allá de toda racionalidad la función de la economía en la vida de las sociedades han mitificado la forma de lucha Huelga General precisamente para arrinconar la única manera de extinguir el capitalismo, al destruir el Estado, la revolución. Es significativo que en el 29-S la idea de revolución haya sido desdeñada e ignorada por casi todos. Con tristeza, constato que tampoco aparece en el debate. La pregunta claves es ¿queremos destruir al sistema o sólo protestar contra él?

3. ¿Puede desembocar una HG en una situación revolucionaria? Quizá, si se dan dos condiciones, a) una crisis política de extraordinaria gravedad, esto es, una crisis del Estado, b) que sectores significativos de las clases populares tengan el alto nivel de conciencia, así como el espíritu de esfuerzo y sacrificio necesarios para en tal coyuntura alzarse insurreccionalmente. La expresión “sectores significativos” no ha de entenderse en el sentido cuantitativo, sino en el cualitativo, pues la noción de “las masas” es una argucia socialdemócrata destinada al manejo politiquero y electoral de las multitudes.

4. Dado que una HG, tal como es concebida por el radicalismo socialdemócrata dominante, se centra en asuntos económicos, y pretende lograr mejoras bajo el capitalismo, conservándolo y perfeccionándolo, su significación revolucionaria es ínfima, o negativa. En efecto, parte de una concepción de la lucha de clases que trata meramente de arrancar mejoras a los patronos y normas protectoras al Estado, en vez de buscar la eliminación de unos y otro. Por tanto, la HG económica o no tiene mucha importancia, en una estrategia revolucionaria, o es una mascarada para contentar al votante medio de la izquierda con una parodia de “lucha”.

5. Hoy domina una concepción de lo que es el capitalismo falta de realismo, que lleva directamente a la apología de lo existente. Se ignora al Estado, nada menos, y se nos exhorta a “luchar” contra el capitalismo pero olvidando al ente estatal, presentado por muchos incluso como “aliado” de las clases populares. Todo eso se ha manifestado en la HG pasada, en la que la apología del Estado de bienestar ha sido la parte más sustancial del programa de los partidos y sindicatos convocantes, con alguna excepción.

6. Ignorar al Estado es ridículo, además de reaccionario. La Constitución actual, de 1978, ordena a la policía y al ejército intervenir cuando el orden vigente esté en peligro, esto es, si la lucha de los trabajadores cuestionase realmente el régimen capitalista. En tal caso amenaza con establecer el estado de excepción (régimen de terror policial) y si éste no basta, el estado de sitio (dictadura militar con anuencia parlamentaria). Por tanto, un cierto “anticapitalismo” que cree que todo consiste en hacer huelgas generales puramente económicas, sosteniendo que éstas son la forma superior de lucha, se engaña a sí mismo y engaña a los trabajadores. Si algo ha demostrado la crisis económica actual, con 4,5 millones de parados, un 20% de la población en la pobreza y una situación de paz social casi perfecta, es que sin conciencia revolucionaria no hay luchas (y si estás se dan carecen de importancia y significación).

7. Lo que está en el centro de todo es, ¿queremos terminar con el capitalismo o meramente vivir “mejor” bajo él? Quienes se inclinan por la segunda respuesta son los más entusiastas de una HG como la del 29-S convocada en primera instancia por los sindicatos del Estado (por tanto, del capital), UGT y CCOO, con fines politiqueros y de lavado de cara, a fin de relanzar al PSOE para las próximas elecciones. Hoy abunda el espíritu conformista disfrazado de anticapitalismo de pega, con fórmulas como “reformismo radical”, “conquistas” paso a paso, defensa del Estado de bienestar y otras muchas, que han creado una atmósfera espiritual lúgubre y desesperanzada, sin épica ni entusiasmo, al estar todo dirigido a los “pequeños logros” que se reducen siempre a lo mismo: movilizarse por dinero, por más dinero, siempre por dinero, y por servicios cuantificables en dinero. Ello sólo puede atraer a los mediocres, conformistas y triperos, mientras nos aísla de los potencialmente más combativos, generosos y reflexivos.

8. La noción de alzase por una nueva sociedad, libre del capital y del Estado, y por unos nuevos seres humanos, cualitativamente superiores y mejores a los actuales (lo cual no es pedir demasiado, dado el abismo de deshumanización, destrucción de la esencia concreta humana y barbarie en que estamos), ha desaparecido casi del todo, como se ha podido comprobar en la mayoría de las convocatorias hechas para el 29-S.

9. Una HG es revolucionaria si desencadena la revolución o bien, si no se dan las condiciones para ello, como sucede hoy, porque contribuye a prepararla, apartando a los trabajadores de la idea de vivir “mejor” bajo el sistema burgués, así como de la noción de que con más dinero y más prestaciones sociales bajo el régimen actual de dictadura estatal-capitalista todo está resuelto. Eso es miserable, además de repugnante, y quienes lo preconizan, especialmente aquellos que usan con tal fin una retórica pseudo-radical, deberían avergonzarse de sí mismos, en vez de reafirmarse en su sempiterno narcisismo, irreflexión, aislamiento de la realidad y autocomplacencia.

10. En una coyuntura como la actual lo que se necesita es claridad de ideas y nítida diferenciación con la socialdemocracia. Todo depende de los contenidos, de las ideas, de la política, de los programas, de la cosmovisión y de los valores. Por tanto, invito a quienes deseen profundizar esta cuestión a que estudien comparativamente los programas del dúo CCOO-UGT y de los pretendidos “radicales”. Hacerlo lleva a una conclusión bien triste: el espíritu revolucionario se ha quedado reducido a su mínima expresión.

11. Esta indiferenciación, o insuficiente diferenciación en otros casos, de la línea y programa socialdemócrata es, al mismo tiempo, liquidacionista. En efecto ¿por qué van a acercarse las personas más conscientes a un movimiento “radical” que, en lo sustantivo, no se distingue de lo que preconizan los sindicatos y partidos gubernamentales? Con ello, se promueve el desinterés por la política, conforme a la idea de que “todos son iguales”. Así, como consecuencia de una estrategia suicida, el “radicalismo” va, paso a paso, menguando y descomponiéndose, de tal manera que en unos años, si no hay una reacción, será una mera nada. Empero, dado que el PSOE está electoralmente en una fase depresiva, pronto le veremos renacer para echar una mano a la izquierda, como hizo en 2004.

12. Las luchas por mejoras económicas, por servicios, ventajas y dinero, no son nunca, y nunca pueden ser, revolucionarias. En algunos casos son justas, y han de recibir respaldo, pero de ellas no pueden salir ni la conciencia revolucionaria ni las personas afectas a la revolución ni una política revolucionaria ni la revolución como gran acontecimiento emancipador en sí mismo. Quienes destinan lo mejor de sus esfuerzos y tiempo a la actividad reivindicativa con la idea de que a partir de ella se generará conciencia, organización y acciones anticapitalistas sin comillas, se equivocan. Sólo conseguirán, como ha demostrado la experiencia de los últimos 150 años, convertirse a sí mismos en lacayos verbalmente radicalizados del capital, por tanto, del Estado.

13. Cuando el 29-S se llamó a “las masas” a la Huelga General, en defensa del Estado de bienestar y de la sociedad de consumo se ocultó que el estilo de vida hoy impuesto, que los “anticapitalistas” reivindican en la calle, incluso llegando al cuerpo a cuerpo con la policía, no puede mantenerse. Se agota el petróleo, el cambio climático acecha, los bosques están desapareciendo, los suelos agrícolas se aproximan al colapso, escasea el agua potable, todo está siendo contaminado y destruido. Vivimos con mucho más de lo que necesitamos, cuando podemos hacerlo con el 10% de lo que consumimos. Pero el radicalismo de opereta en curso olvida eso y sale a la calle con su grito de guerra sempiterno, “más”, “más”, “más”, esto es, más bazofia tóxica y más servicios degradantes y embrutecedores para todos bajo el capital y el Estado, por tanto más devastación y ecocidio.

Necesitamos destruir el capitalismo para consumir menos, para sustituir una vida volcada en lo material, que nos deshumaniza, por otra orientada a los bienes y valores del espíritu, la libertad, la verdad, el bien moral y la virtud, por tanto, sin ente estatal.

14. El anticapitalismo verdadero es desinterés, rechazo del dinero, desdén por las ventajas materiales, entrega magnánima al bien general. Por tanto, las luchas interesadas, monetizadas, por beneficios tangibles, egoístas y corporativistas, lejos de dañar al capitalismo introducen lo medular de éste en el corazón y el cerebro de las clases trabajadoras. Con tales contenidos, éstas han sido progresivamente integradas en el orden constituido.

15. ¿Cuál es mi propuesta? Lo diré: a) romper con la política, ideología y programa socialdemócrata, de manera detallada y minuciosa, en lucha con quienes lo defienden dentro de la pretendida radicalidad, considerando los principales problemas de nuestro tiempo, no las cuestiones salariales y económicas, b) hacer de la categoría de revolución, contra la burguesía y el Estado, la noción organizadora, c) considerar como central el desarrollo de la conciencia, y no las luchas por ventajas y mejoras, que han de quedar como asunto de segundo o tercer orden, d) dar de lado el activismo, que es siempre el vehículo de las ideas socialdemócratas, para constituir por todas partes equipos y grupos de trabajo para rearmarnos con ideas, con argumentos, con formulaciones decisivas, que se refieran a los grandes problemas que preocupan y afectan a millones de seres humanos, exponiendo en todos y cada uno la verdad, a saber, que no hay solución aquí y ahora para ellos, bajo la dictadura del Estado y del capitalismo, e) no pretender ganar a “las masas” ahora, pues eso es imposible, dirigiendo el esfuerzo a constituir núcleos revolucionarios fuertes en lo cualitativo, enfrentando calidad a cantidad, para derrotar el sistema de dominación a partir de la calidad, que es precisamente su talón de Aquiles ya y cada vez más, f) poner las metas inmateriales en el centro: libertad (de conciencia, política y civil), autogobierno, convivencialidad, desinterés, autogestión, vida frugal, eticidad, pluralismo y mutuo apoyo, dejando las reivindicaciones del estómago en el lugar que le corresponden.

16. Con ello la próxima Huelga General será, probablemente, revolucionaria

Fuente: alasbarricadas.org Leer más…

[Textos] Meditaciones sobre la Huelga General del 29S

Pasada la explosión de ilusiones fáciles y cómodas, específicamente posmodernas en su frivolidad e insustancialidad, que ha suscitado el evento, ahora ha llegado el momento de la reflexión, tarea mucho menos grata y sencilla, sobre todo para quienes llevan años aquejados de la letal enfermedad del activismo sin contenidos ni estrategia, cosmovisión específicamente izquierdista y socialdemócrata.

En primer lugar hay que decir que la huelga no fue, ni mucho menos, general, pero que, sobre todo, no fue revolucionaria. Más bien al contrario. Convocada por los sindicatos amarillos, hechura del Estado y de la burguesía, fue en primer lugar, por sus objetivos reales, un tipo peculiar de cierre patronal. En efecto la clase empresarial, así como el ente estatal y el partido en el gobierno, necesitaban, ante la pertinacia y gravedad de la crisis, realizar un lavado de cara de sus instrumentos para el control y manejo de las clases trabajadoras, a fin de dotar a éstos de una legitimidad que estaban en trance de perder.

Por tanto, la convocatoria de la así llamada Huelga General servía perfectamente a los fines políticos estratégicos y tácticos (en éstos destaca la regeneración del PSOE, vía UGT y ala izquierda de la socialdemocracia, tras 6 años de desgaste en el gobierno) del sistema de dominación en su totalidad, y contaba con la mano de obra de siempre, el obrerismo trasnochado y el izquierdismo posibilista y verborreico.

La cuestión, ciertamente, no está en apoyar o no la convocatoria, como suponen los “prácticos” de siempre, sino en los contenidos, en el enfoque, en el programa, con que ello podía hacerse, o no hacerse. Tales sujetos, en realidad, como ya hicieron en 2004, están ligados a la cosmovisión y la política socialdemócrata de manera irremediable, se pongan las etiquetas que se pongan. Por tanto, en cuanto hay una situación algo difícil para la clase empresarial y el Estado, ahí están para echar una mano, para contribuir a que la acumulación de capital continúe sin problemas a través de la retórica izquierdista, de la apología de “las luchas” y “las movilizaciones” promovidas desde arriba. Ahora hastían a todos narrando las batallitas del 29-S, sin hacerse la pregunta esencial, ¿a quién ha beneficiado la HG?

Tampoco puede aceptarse que un radicalismo de tres al cuarto sostenga que lo que diferencia al espíritu reformista del revolucionario sea mantener algunas ínfimas escaramuzas con las fuerzas represivas, y no los contenidos, los programas, la cosmovisión básica, las metas.

Muchos no logran comprender que desde el final del franquismo el capitalismo español ha hecho de la izquierda y el progresismo su fuerza política preferida, de manera que aquél y éste, no la derecha, no el PP, son los herederos principales, de la manera más rigurosa, del franquismo.

Para mantener legitimados, por tanto operativos, a sus aparatos para la dominación política y social en primera instancia, la patronal convoca periódicamente cierres patronales a los que denomina huelgas generales: la del 29-S fue la séptima del periodo de dictadura parlamentaria y partitocrática.Es curioso que muchos vivan la realidad actual con la ideología de hace un siglo, o más, como si la noción de Huelga General, con mayúsculas, fuera inmune al paso del tiempo y al cambio en las condiciones sociales, sin querer entrar en lo esencial: que una HG o es revolucionaria o es una parodia. Es el contenido que se la otorgue, el programa, lo que la hace revolucionaria o reaccionaria, no ella en sí, no la retórica expelida, no las formas de acción o lucha utilizadas.

Para salvarnos de la impostura y el teatro (quizá sería mejor hablar de circo) en que se ha convertido hoy la lucha de clases por causa de la falta de espíritu revolucionario de quienes se llaman “revolucionarios” hay que realizar una ruptura con la socialdemocracia, en lo ideológico, lo programático, lo político, lo emocional y lo vivencial, hay que situar en el centro a la noción de revolución, como realización integral de la libertad, el autogobierno, la convivencialidad, el colectivismo y la autogestión, en una sociedad nueva en lo más sustantivo, sin ente estatal ni clase empresarial.

Pero la pseudo-HG del 29-S fue, en los contenidos, una penosa reivindicación de los tres grandes males que ahora nos aniquilan como seres humanos, la sociedad de consumo, el aparato tecnológico y el Estado de bienestar.

Todo ello se hace en nombre de “las luchas” y exhortando a “las masas” a movilizarse por vivir “mejor” aquí y ahora, para consumir, contaminar y despilfarrar más, para ser triturados todavía más por las dádivas envenenadas del Estado de bienestar, para perder la condición de seres humanos, para hacerse ya definitivamente pura barbarie y subhumanidad ultra-sometida.

Quienes creen que las reivindicaciones económicas son el primer paso hacia una toma de conciencia proletaria tiene en su contra la experiencia: se lleva haciendo desde hace más de siglo y medio con resultados desastrosos. Tal estrategia no sólo no atrae a “las masas” al ideario revolucionario sino que transforma a sus apologetas en agentes del capital y del Estado, en reaccionarios de nuevo tipo, generación tras generación.

Nada se puede hacer, por ende, para eliminar el fanatismo logrero, tripero, gozador, fiestero, estatolátrico, frívolo, insociable, amoral, despilfarrador, descerebrado y posibilista de las mentes de la gran mayoría de lo que aún sobrevive del izquierdismo institucional y el anarquismo de Estado [1], atados por mil lazos al PSOE. Es inútil recordarle la frase de Soledad Gustavo, “las revoluciones no son hijas del estómago, son hijas del pensamiento” [2] que expresa una sabiduría ciclópea y magnífica, imprescindible. En realidad, con esa gente todo es inútil, pues repudian la revolución, veneran el orden establecido y no ven más allá de lo que es posible alcanzar ahora, ya, aquí.

Siguiendo la reflexión de Soledad Gustavo, una mujer magnífica porque se mantuvo ajena a las perversiones y atrocidades del feminismo de Estado y el feminismo burgués, debemos replantear nuestra acción política y compromiso social justamente en la dirección que ella marca: desarrollar el pensamiento para hacer posible la revolución [3] dejando en un modesto y secundario lugar las exigencias del estómago.

Por tanto, como práctica posterior a la tristísima HG del 29-S está el desarrollo del pensamiento, de la conciencia, en lucha contra la cosmovisión socialdemócrata, economicista y fruidora. Se trata de, superando el activismo, que hace de cada acontecimiento un remedo de campaña electoral, y considerando de una manera revolucionaria, a partir de la verdad, los principales problemas de nuestro tiempo, ofrecer una alternativa a ellos que esté netamente diferenciada de la institucional, izquierdista y progresista.

Para llevar un mundo nuevo en nuestros corazones lo primero y principal que tenemos que hacer, en buena lógica, es derrocar dentro de nosotros mismos el ideario y programa socialdemócratas, con el fin de auto-construirnos como sujetos aptos para la acción revolucionaria. ¿Nos atreveremos a hacerlo?, ¿nos decidiremos a romper con el narcisismo y egocentrismo de la posmodernidad para reconocernos responsables, y culpables?, ¿nos golpearemos la cabeza contra un muro, metafóricamente hablando, hasta conseguir auto-cambiarnos, hacernos seres humanos renovados?

Luego, tras esa necesaria conversión interior, después de romper con el activismo y la cosmovisión reformadora, estaremos en condiciones de realizar el esfuerzo exterior que permitirá, quizá, que la próxima HG sea no sólo general sino, sobre todo, revolucionaria.

Félix Rodrigo Mora

1.- Utilizo esta expresión a partir de la lectura de un texto excelente, “El efecto Chomsky o el anarquismo de Estado”, en “Trébol negro” nº 1, CNT-AIT Almería. Pero, con todo, la reflexión comunicativa sobre el anarquismo de Estado ha de continuar, sobre todo en torno a la cuestión del Estado de bienestar.

2.- Este asunto lo desarrollo con cierta extensión en el libro “Seis estudios”, editorial Brulot, de inminente publicación, en particular en el capítulo “La función de la conciencia en la revolución”.

3.- En la Introducción al libro “Antología de textos de Los Amigos de Ludd”, mis antiguos compañeros me censuran por aferrarme a la idea de revolución, que ellos consideran inapropiada. Desde luego, me declaro culpable de tal imputación, si. Pero, o estamos por la revolución o estamos por el poder constituido, no hay una tercera posibilidad, no hay término medio. Por tanto, la pregunta a mis queridos ex-colegas es, ¿dónde se sitúan ellos?

[Textos] Ser gobernado es ser constantemente vigilado

Si bien las fábricas van desapareciendo por la terciarización de la economía o por su traslado a países en desarrollo, los ingenios colonizan la vida cotidiana; todas las actividades humanas son marcadas con el estigma de la seguridad y del trabajo, y el mundo entero se convierte en fábrica, o lo que viene a ser lo mismo, en lugar de confinamiento. Agitados por un deseo de protección miles de ciudadanos solicitan el derecho a enrejarse. Los límites entre la arquitectura y el mantenimiento del orden se van borrando. El devenir fábrica del mundo conlleva literalmente la transformación del mundo en cárcel. A nadie pasa desapercibido el monstruoso incremento de las medidas de control de la población en los últimos quince años: la creación de la Europol, el espacio judicial europeo y la Euro-Orden; la extensión de la videovigilancia en las ciudades; la puesta en marcha de diversos sistemas de escucha, grabación e interceptación de mensajes en Internet, teléfonos, buscas o faxes, tales como Insight, Echelon, Enfopol 98, o Carnivore; la invención de sistemas algorítmicos para el espionaje de masas o la de sistemas de marcaje y seguimiento de individuos (como el IUR); la identificación por escáneres de retina; la creación de bases de datos de huellas genéticas… Por doquier existen circuitos cerrados de TV, más del 40% de las empresas admiten espiar a sus empleados y a sus clientes, nos sobrevuelan satélites GPS y las fronteras de la sociedad industrial son cada vez más herméticas. La sociedad del control puede registrar cualquier acontecimiento de la vida pública y de la privada, estudiar hábitos, establecer perfiles sicológicos e inducir comportamientos. Los sectores más desfavorecidos o menos controlables de la población son criminalizados y utilizados como chivos expiatorios. El sistema penitenciario es cada vez más duro (en España existe el régimen FIES para presos; por otra parte, el código penal del 95, el de la democracia, que impedía la redención de penas por el trabajo, ha sido modificado obligando al cumplimiento integral de las penas). Las innovaciones en el derecho son claramente regresivas. Las leyes no hacen sino sancionar el estado de cosas, volver legal una situación que vulneraba derechos ya impracticables como la confidencialidad, la intimidad o la presunción de inocencia, frente a los que la mayoría de la población es ya indiferente. Leyes como la de videovigilancia, la de protección de datos personales, la de juicios rápidos, las antiterroristas, la de extranjería, las de seguridad ciudadana, la de defensa de la constitución, etc., son leyes de excepción y confieren a los regímenes políticos que las utilizan el carácter de auténticas dictaduras, encubiertas, sin dictadores visibles, donde el control de las gentes se efectúa a través de máquinas. Son dictaduras de nuevo tipo, que no necesitan el auxilio de partidos fascistas o de militares reaccionarios: son piezas de una dictadura más amplia, por encima del Estado. Su objetivo es el mantenimiento de las condiciones políticas, sociales y culturales que garantizan la soberanía del mercado mundial, la dictadura de la economía de mercado.

SER GOBERNABLE ES SER TRANSPARENTE

La entrada en escena de la energía nuclear ya planteó en su momento la necesidad de un poder total determinando la cuota de vigilancia necesaria y en general, los nuevos métodos de gobierno. Pero la exigencia de un control social absoluto entraba en contradicción con el postulado neoliberal de un Estado mínimo, contradicción aparente, puesto que el Estado adelgazaba en cuanto asistencia social para engordar en cuanto a protección de la economía global. El Estado devenía más bien la policía privada del capital en proceso de mundialización lo que se traducía en más cárceles y en más presos por cárcel. La razón de Estado desaparecía frente a lo que podríamos llamar la razón de Mercado, mucho más poderosa y exigente, cosa que comportaba un espacio jurídico, económico y policial unificado dando lugar a la instauración de un estado de excepción en todo el planeta. Según esta razón lo dominante es el fin, no el derecho, y el fin es la defensa y la protección del Mercado. El hombre tiene el derecho y el deber de consumir. El Mercado es un valor en sí mismo y el ejercicio del poder orientado a su preservación es meramente técnico, extraño a la jurisprudencia. No ha de respetar normas extraeconómicas, puesto que el poder judicial ya no existe separado del poder de las finanzas. Impondrá unilateralmente las suyas, sus propias reglas de juego. Al otro lado sólo están las masas, que son el material a configurar no sólo en el sentido de favorecer sus inclinaciones consumistas, sino configurar al pie de la letra; sin ir más lejos, la ley de la clonación humana, o la de reproducción asistida permiten la manipulación genética de óvulos y embriones y anuncian el advenimiento de un mundo feliz. Las masas no son de fiar: precisamente porque nunca son enteramente previsibles, son sospechosas. Las masas son irresponsables y peligrosas, proclives a la desviación; han de ser controladas; su intimidad ha de ser suprimida para que sigan siendo dominadas. Todos los poderes que aspiran a la totalidad se apoyan en el axioma de la maldad humana. Las masas para el poder pueden concretarse en los tipos particulares que minan la imagen de seguridad: el disconforme, el obrero huelguista, el inmigrante sin papeles, el manifestante violento, el consumidor de drogas, el pandillero, etc. En una palabra: los marginados y los que se marginan; los asociales y los disidentes, porque toda forma de disidencia es una forma de sabotaje y quien lo comete es “terrorista” y sujeto a persecución. La calificación es personal pues según la ley cualquier delito es terrorista si la comisión correspondiente dictamina que la intención de quien lo comete es hostil al Estado. Pero sería erróneo creer que el poder, el poder del Mercado, vista la tolerancia cero que emplea con “radicales” o “anarquistas”, teme a los enemigos que nombra. Sus enemigos le proporcionan la excusa. Por un lado, a quien realmente teme es a la desorganización que el mismo produce y que es la causa de que sus propias masas consumidoras protagonicen fabulosas revueltas de redistribución como las ocurridas en Los Ángeles y otras ciudades americanas en 1992 tras conocerse el apaleamiento de Rodney King. Por el otro, el control a través de máquinas, auxiliado por mecanismos legales de excepción y parcialmente privatizado, sigue la lógica de la megamáquina: es más económico y se supone que técnicamente más eficaz.

SER GOBERNADO ES SER ESCLAVIZADO

La sociedad de la vigilancia y el control nació cuando hubo que defender a los propietarios de las clases peligrosas. El ejercicio del poder sobre los individuos bajo la forma de vigilancia, control y corrección fue en efecto una invención de clase. La burguesía basó su dominio en un sistema punitivo compuesto en sentido estricto por la policía, el derecho penal y la cárcel, y en sentido amplio, añadiendo la familia, la escuela, los manicomios y las fábricas. Para vincular los hombres al trabajo y para proteger las nuevas formas de riqueza hubo que montar todo un sistema de vigilancia y coacción que ha imperado hasta los años ochenta, cuando las nuevas circunstancias históricas se han puesto a transformarlo. En todas partes se siguió la misma trayectoria pero con etapas diferentes, según el desarrollo y la composición de la propia burguesía. En España las bases del orden burgués fueron tímidamente avanzadas por los ministros borbónicos en el siglo XVIII, pero hasta bien entrado el siglo XIX la burguesía no creó sus instituciones ni conformó las leyes de acuerdo con sus intereses. Es característico de España, país con una burguesía predominantemente terrateniente, que el primer cuerpo policial que funcionó fuese la Guardia Civil. La defensa de la propiedad agraria y de las cosechas contra los bandoleros y las revueltas campesinas adelantó a la búsqueda de seguridad en las ciudades. Las fuerzas represivas tal como las conocemos ahora, divididas en tres cuerpos, la policía de paisano, la policía uniformada y la guardia civil, datan de 1852, aunque la primera Dirección General no fue creada hasta 1886, sin demasiados resultados. Esa misma estructura ha sido la de la Monarquía alfonsina, la de la República, la del franquismo y la del actual régimen. La policía dependió durante mucho tiempo de los gobernadores civiles y éstos, de las oligarquías locales. La reforma del Código Penal en sentido burgués fue hecha en 1870 y la primera cárcel “modelo”, la de Madrid, se construyó en 1884. La de Barcelona, destinada a reprimir el movimiento obrero, no se construyó hasta 1904. El movimiento anarquista provocó en 1884 la creación en Barcelona de la Brigada Político Social, funcionando a base de confidentes y agentes provocadores, y más tarde, en 1905, la de los Servicios Especiales. Esos servicios proliferaron durante la dictadura franquista y estaban dirigidos por militares. Durante el periodo de la transición estos servicios fueron unificados en uno, el CESID, pero siguieron en manos del ejército; hoy están siendo remodelados de nuevo, bautizados como Centro Nacional de Inteligencia, dotado de poderes extralegales en consonancia con los tiempos. Así pues, el sistema ha funcionado más o menos idéntico mientras ha durado la sociedad de clases, es decir, hasta la liquidación de las clases por el propio sistema productivo, hasta el imparable ascenso de la sociedad de masas, la sociedad del consumo obligatorio, mediatizada fundamentalmente por máquinas.

SER GOBERNABLE ES SER MANEJABLE

El crecimiento exponencial de las fuerzas productivas ha desplazado al obrero de la producción y lo sustituyó por máquinas, hasta tal punto que la relación entre hombre y máquina se ha invertido. De las máquinas, prótesis humana, se pasa al hombre, prótesis mecánica. Bajo esta perspectiva, por ejemplo, no es el hombre quien se compra un coche; es el coche quien adquiere un conductor. La técnica utiliza a los hombres, no al contrario. La máquina es la medida de todas las cosas. Las máquinas son libres, el mundo les pertenece. Las máquinas imponen la forma de vivir. Los hombres se relacionan entre sí a través de ellas. Las máquinas determinan al hombre y determinan su servidumbre, puesto que le dominan. Las máquinas, al interponerse entre los hombres, los vuelven manipulables y controlables. Tal es el deplorable estado de la condición humana bajo el destino de la técnica. Domina una visión mecánica del hombre. El hombre pasaría a definirse en negativo como lo no mecánico, o como lo no suficientemente mecánico; en todo caso, como lo accesorio de las máquinas. Desde un punto de vista técnico, es un objeto que “falla”, un peligro pues al que hay que controlar, en espera de que la ingeniería genética lo repare definitivamente.

SER GOBERNABLE ES SER ATEMORIZABLE

La máquina, desde el punto de vista humano, si todavía puede expresarse como tal, es un sujeto esclavizador y aniquilador. Las fuerzas productivas, básicamente mecánicas, liberan al extenderse gran cantidad de fuerzas destructivas. Las amenazas y los peligros llegan a ser el producto principal de la industrialización frenética. Las crisis entonces se vuelven cotidianas y la sociedad se instala en la catástrofe. La catástrofe viene a ser lo normal y la población se habitúa. El miedo la paraliza y la somete. Los miles de muertos que provocan por ejemplo los accidentes de tráfico (en España, más de siete mil por año), los paros cardiacos, las nuevas epidemias, los suicidios y el cáncer, aunque sean causados por el sistema de vida dominante no despiertan repulsa sino miedo. Desaparecida la solidaridad, el miedo es el único nexo que subsiste entre los gobernados. La lógica del miedo domina sobre las aspiraciones igualitarias, sobre los instintos de clase sublimados o reprimidos. Se clama histéricamente por la seguridad, y la seguridad se convierte en negocio (los primeros que la exigen suelen ser los comerciantes). Pues el miedo y la destrucción se han convertido en algo más que en auxiliares del gobierno: son factores económicos de primera magnitud; la sociedad industrial explota la catástrofe y se reproduce gracias a ella. Los medicamentos y productos dietéticos, el comercio de la seguridad privada o la protección medioambiental son fuentes de enormes beneficios. Conurbaciones como Los Ángeles inducen la creación de complejos penalindustriales que han llegado a ser cabecera del sector agroalimentario en California y promotores inmobiliarios de primer orden. La gestión de la catástrofe es la base de la economía, y por lo tanto, de la política.

SER GOBERNADO ES SER REPRIMIDO

La dominación tecnoeconómica, es decir, el complejo de poder que gobierna el mundo al que Mumford llamó “la Megamáquina”, se alimenta de la destrucción que produce y de los bárbaros que ella misma crea. La dominación extrae hoy su legitimidad del peligro que ella misma provoca. La lógica de la catástrofe impone prácticas de control social tanto más totalitarias cuanto que muchas instituciones disciplinarias e integradoras de base están arruinadas: los talleres, los siquiátricos, la familia o la escuela, antaño puntales del orden, ya no funcionan, ni tampoco las instituciones de sustitución como la asistencia social, la reclusión de menores o los centros de desintoxicación. El sistema de dominio ha renunciado a la disciplina y se contenta con la contención del caos. El edificio social se desmorona, pero una organización más compleja del mismo se levanta. La reconstrucción crea nuevos peligros, los cuales a su vez acarrean nuevos horrores y una mayor demanda de seguridad y de vigilancia. En esa particular dinámica de la destrucción crecen la megamáquina y el control. Pero al mismo tiempo, como si se tratase de una ley de Clausewitz, crece su vulnerabilidad, a duras penas conjurada con medidas excepcionales. Si la excepción es el poder de saltarse el derecho en caso de peligro, cuando el peligro es permanente, la excepción es la regla. Sin embargo no hay solución, cuanta más información dispone, más posibilidades tiene de bloquearse; cuantos más mecanismos controladores pone en marcha, mayores interferencias produce, cuantos más engranajes fabrica, peores consecuencias tienen sus averías. Una mínima causa puede provocar un enorme “apagón”. La combinación de pequeños desastres pueden colapsar países enteros como Argentina. La extrema anomia social puede despertar a lo que Jack London llamó “pueblo del abismo”.

SER LIBRE ES SER INGOBERNABLE

Un adversario de la dominación, debería estar al tanto de esas ocasiones y andar por la tecnología como enemigo. Aparte, organizar una supervivencia al margen del sistema, salir del juego, tratar de sustraerse a su influencia. Crear “zonas oscuras”, soslayar la represión cuando no se la puede detener, esos son problemas de la acción, que tiene una vertiente en parte técnica y en parte moral. Así que, dado el lamentable estado de los individuos –su infelicidad apática, su desorientación neurótica, su insolidaridad cobarde, su narcisimo agresivo– cualquier proyecto de resistencia no debería descuidar la cuestión de la dignidad humana. Para recobrarla lo primero que hay que hacer es perder el miedo y lo que va ligado al miedo: el fatalismo, la inconsciencia, el egoismo. Y no dejarse controlar. Un resistente es un incontrolado, un irreductible. Lo que en este mundo de esclavos, significa ser culpable.

“Ser gobernado es ser, en cada operación, en cada transacción, en cada movimiento, anotado, registrado, censado, tarifado, sellado, tasado, cotizado, patentado, despedido, autorizado, apostillado, amonestado, impedido, apartado, rectificado, corregido. Es, bajo pretexto de utilidad pública, y en nombre del interés general, ser obligado a contribuir, puesto a prueba, extorsionado, explotado, monopolizado, expoliado, presionado, mistificado, robado; y luego, a la menor resistencia, antre la menor palabra de queja, reprimido, multado, vilipendiado, vejado, acosado, reprendido, aporreado, desarmado, amarrado, encerrado, fusilado, ametrallado, juzgado, condenado, deportado, sacrificado, vendido, traicionado, y para colmo, engañado, burlado, ultrajado, deshonrado ¡Este es el gobierno, esta es su justicia y esta es su moral!”

Idea General de la Revolución en el Siglo XIX, Pierre-Joseph Proudhon

Miguel Amorós

Charlas debate en La Makabra, local ocupado, Barcelona, y en Xaloc, centro social, Valencia, el 15 y el 28 de noviembre de 2003.

[Textos] Lo cortés no quita lo valiente

Esta reflexión parte de experiencias compartidas e individuales de unas mujeres de Valencia. Obviamente, nos basamos en vivencias personales, al habernos involucrado de distintas maneras en el llamado movimiento feminista. Es un encuentro sinérgico, que nos ha llevado a expresar una serie de opiniones y puntos de vista que pensamos sean válidos más allá de su subjetividad y que además, en algunos casos, son extrapolables a otros movimientos sociales.

Partimos del supuesto de compartir una conciencia de la represión de género, concretamente desde nuestra realidad como mujeres. Reconocemos la labor del movimiento feminista en la lucha por la liberación de la mujer, aportando pensamiento y práctica; pero también vemos los límites que ha impuesto. Nos interesa animar a la reflexión sin miedos, por eso no es nuestra intención ofender sino redefinir las maneras de afrontar esta lucha. Nuestro objetivo a la hora de escribir éste artículo ha sido proporcionar un punto de partida para el debate dentro y fuera del movimiento feminista.

Al plantear nuestras cuestiones estamos dando por supuesto muchas aportaciones que las mujeres que han luchado por su emancipación han ido haciendo a lo largo de la historia, y al tiempo queremos destacar otras que nos parecen conflictivas.

“La luna me embrujó y me llevó hasta ti,
veneno del amor que yo feliz bebí,
y aunque mi pecho ardió y me abrasó la piel,
me supo dulce como la miel”
Azúcar Moreno

La Ideología

Los grupos feministas que han ido surgiendo en los últimos años han ido recogiendo las bases de pensamiento sobre las que se apoyaban los grupos ya existentes. Estos pensamientos los han hecho suyos, marcando las pautas, tomándolos como verdaderos y, a veces, incuestionables. La falta de replanteamiento y análisis de base, considerando las experiencias de las personas que deciden formar un colectivo feminista, ha empobrecido el movimiento. De este modo unas ideas y prácticas que sirvieron a unas determinadas mujeres en un momento determinado se han vuelto fijas y universales, convirtiéndose en pura ideología . Cualquier cuestionamiento de la misma se siente como un ataque a la lucha feminista.

El aferrarnos a la ideología nos puede dar seguridad, porque establece unas pautas y reglas inequívocas. Ponerla en duda en cambio, significa ponernos en duda a nosotras mismas. Nos encontramos en plena crisis de identidad y de relaciones interpersonales, provocada por la violencia de vidas uniformadas y resignadas. Las pautas y reglas que hemos ido creando con el feminismo nos pueden servir como una moral, la nuestra, que nos ayuda a dar un sentido a nuestras vidas. Así hemos renunciado a la moral judeocristiana impuesta por ser represiva, y hemos asumido otra sin cuestionarnos la naturaleza represiva de la moral en sí misma.

La exigencia desde el feminismo de convertir todo lo privado en político nos ha llevado, por una parte, a reconsiderar nuestras vidas desde otra perspectiva, pero por otra parte, nos podemos sentir obligadas a compartir nuestras miserias íntimas al tener que analizarlas a través del filtro de la ideología. Con los parámetros que ésta nos marca acabamos juzgando y sintiéndonos juzgadas en nuestras actitudes cotidianas, cargando sobre nuestras espaldas los ojos de todo un movimiento. Hacer así del feminismo una moral para juzgar nuestras vidas y las de l@s demás igual nos puede hacer sentir mejor, pero desde luego no nos ayudará a superar la miseria en nuestras vidas.

Deberíamos considerar que no hay una sola ideología feminista y que las diferentes interpretaciones están en continua contradicción. Es importante cuestionar nuestros propios planteamientos, debatir y discutirlos para hacerlos realmente “nuestros”.

El Grupo

En los grupos de mujeres compartimos y debatimos realidades que nos conciernen sólo a mujeres, basadas en la voluntad de abatir la explotación patriarcal. El ambiente de estos grupos es de confianza; se siente una cercanía, solidaridad y comunicación que, nosotras solemos decir, no se encuentra en los ambientes mixtos. La supuesta calidad en las relaciones que esto conlleva nos hace compartir un sentimiento generalizado de comprensión mutua, que genera serenidad en las personas que viven esta experiencia.

El encuentro entre mujeres de esta manera resulta fácil y positivo, puesto que se comparten sentimientos, sensaciones y reflexiones profundas que nos afectan. Por el alto nivel de comprensión humana que existe, estos grupos suelen funcionar muy bien.

Por otro lado habría que plantearse, si con este mecanismo de basarnos en unos sentimientos compartidos no seguimos perpetuando el rol femenino tradicional con su “cultura del sentir”. Vamos a examinar algunos puntos que llegan a afirmar esta cultura.

Los colectivos de mujeres son autosuficientes porque, si no se quiere, no se necesita el contacto con el exterior. Así se pueden vivir como una fuente de seguridad afectiva y psicológica, usándose hasta como terapia emocional. La excepcionalidad y centralidad con la que vivimos estos grupos da sentido a toda nuestra vida, convirtiéndose en la mayor motivación para tirar pa’lante. Al mismo tiempo, pueden causar el abandonado de otros tipos de relaciones y de otros ámbitos sociales más conflictivos para nosotras. Es decir, en vez de sacar fuerza de estos espacios afectivos para enfrentarnos al mundo, nos refugiamos en ellos y huimos del conflicto.

Son autocomplacientes porque nos hemos acostumbrado a subirnos la autoestima unas a otras. El revés de la medalla es que no somos capaces de criticarnos a nosotras mismas y de afrontar las relaciones con claridad y conflictividad. Decirnos lo que pensamos, aunque sea negativo, y asumir sus consecuencias nos cuesta. El “buen rollo” que reina en los grupos de mujeres a veces es en realidad un espejismo, una consecuencia de eludir temas conflictivos y de exponernos a críticas.

Son auto referenciales puesto que encontramos todas las soluciones en nosotras mismas y en las que son como nosotras.

Estamos hartas de que se metan con nosotras y de recibir críticas hechas desde el desprecio y la aversión. Estamos tan hartas que toda crítica es desvalorizada o desaprobada, y consideramos sólo la actitud de rechazo, sin cuestionarnos de dónde viene la crítica, quién la hace y lo que pueda aportar. Esto nos empobrece. Así continuamos sintiéndonos víctimas de este mundo hostil.

Confiamos en las personas y nos hemos dado cuenta de que no siempre ni necesariamente hace falta el espacio no mixto para la superación de roles.

La Comunicación.

Los estilos comunicativos en los grupos de mujeres son, muchas veces, más cercanos (también a nivel físico), y abren más canales de comunicación. En general, las mujeres nos relacionamos con una actitud más receptiva y con la intención de comprendernos. Creamos códigos de interacción propios y endogámicos (exclusivos del grupo).

Por ello no es difícil sentirnos avasalladas en ambientes mixtos, en los que hay dinámicas de comunicación distintas a las nuestras. La agresividad percibida en las discusiones altera nuestra sensibilidad que tanto hemos ido desarrollando (en ocasiones dejando de lado otros aspectos). Corremos el peligro de sentirnos vulnerables fuera de esos espacios de comunicación “ideal”, cuando uno de los objetivos fundamentales de los grupos de mujeres es sentirnos más libres, más fuertes (en cualquier ambiente / contexto).

Basándonos en esta “comunicación ideal”, a veces nos cuesta afrontar conflictos y, por lo tanto, evolucionar. Porque es la misma dialéctica conflictiva entre personas que comparten una intención comunicativa la que nos hace avanzar en el discurso y en la práctica.

Solemos dar por supuesto que la agresividad que percibimos en ambientes mixtos procede de la “sección masculina”. Y así podemos acabar trasladándola a una dimensión política, sin plantearnos que podría tratarse de un problema de comunicación al margen de los roles de género. Así, vemos que no somos capaces de enfrentarnos individual y directamente al agresor y que necesitamos implicar a la “opinión pública” para hacerle frente.

El Lenguaje

El hecho de utilizar códigos de comunicación únicos en el lenguaje es un símbolo de pertenencia al grupo. Nosotras establecemos qué términos o expresiones son correctas y cuáles no, unívocamente, atendiendo a la sensibilidad antisexista. Se convierte en una actitud autoreferencial, puesto que sólo nosotras hablamos así.

El lenguaje es un proceso vivo y en constante evolución. Las palabras van adquiriendo con el uso una serie de connotaciones que van más allá de su significado inicial. Si dejáramos de utilizar determinados términos por considerarlos sexistas, desaparecerían de nuestro vocabulario y quizás preferiríamos seguir usándolas cambiándoles el significado.

El lenguaje sexista es tal en el momento en que se convierte en instrumento de represión y desvalorización, es decir, cuando la persona que lo usa -intencionadamente o no- transmite los significados tradicionales asignados por el patriarcado.

El filtro ideológico en el uso de palabras o frases relativas a los aparatos y prácticas sexuales (polla, coño, tomar por culo, joder…), justificada al considerarse como sexistas, nos puede llevar a perpetuar el tabú referente al sexo, estableciendo una actitud sexófoba. En este sentido no queremos establecer más precauciones, a la hora de hablar de sexo, de cuantas ya tomamos. Queremos llamar a las cosas por su nombre, pues, “si no las nombras no existen”, y hacerlo en actitud liberadora. Las formas de expresión son cambiantes, y es maravilloso crearlas conforme a nuestras realidades, transformarlas según nuestras experiencias vayan cambiando, adaptarlas a nuevas circunstancias, nuevas personas con las que nos relacionamos… De este modo se convierte en una actitud creativa cotidiana. El peligro consiste en concluir que “eso” es ofensivo, y lo será siempre; y decir “aquello” es respetuoso y por tanto deseable. Cuando salimos de esa burbuja-colectivo nos damos cuenta que ni todas ni todos se ríen de nuestras gracias, ni les puede parecer tan respetuoso cierto uso del lenguaje del cual ni siquiera tienen formados unos esquemas mentales. En realidad, no estamos generando en esas personas una reflexión sobre el lenguaje y su interacción con la realidad.

Por todo esto hemos llegado a la conclusión de que queremos practicar la libertad (desde el respeto) en el uso del lenguaje. Pudiendo cambiar ese uso, así como la connotación de los conceptos, traspasando los tabúes. Queremos sentirnos libres de utilizar el lenguaje en toda su riqueza como algo vivo que es. Queremos cambiar las connotaciones sexistas y jerárquicas de ciertos términos como forma de cambiar la realidad a través del lenguaje, así como crear nuevos códigos que empiecen a reflejar otras realidades, siempre evitando la univocidad.

El victimismo

Los grupos de mujeres son un espacio ideal para el consuelo. Una vez que nos damos cuenta, nos autocomplacemos de lo maravillosas que somos todas (y de hecho lo somos), regocijándonos en este espacio de afectividad y seguridad en el que tan a gusto nos sentimos. Pero puede ocurrir que en vez de aprovechar esta fuente de fortaleza para enfrentarnos a nosotras mismas y al mundo, aceptamos el rol de víctima que nos ha venido impuesto por defecto, dejando al grupo la responsabilidad que nos pertenece como individuas de afrontar nuestras propias inseguridades. Centramos nuestros esfuerzos, principalmente, en crear un mutuo apoyo que nos da fuerza; en éste empeño a veces desvalorizamos el trabajo individual. De esta manera este sentimiento de fuerza que percibimos dentro del grupo no transciende, y, por tanto, nos seguimos encontrando sin recursos fuera de él. Hemos visto crear fuertes personalidades, seguras de ellas mismas, que una vez fuera del grupo han entrado en crisis por la opresión que sabemos que ejerce este mundo cruel.

Considerando, como se ha hecho desde el feminismo, que “lo personal es político”, perdemos de vista nuestra responsabilidad como individuas en nuestros problemas, achacando a la opresión patriarcal todas sus causas. No dudamos de que muchos de los problemas que tenemos son debidos a ella pero, hay vida más allá del patriarcado. Nosotras mismas también podemos ser causantes de nuestros propios problemas y ser conscientes de ello es la condición para superarlos.

Los hombres

Los hombres han llegado a ser, a veces, los culpables ideales de todas las miserias y conflictos del mundo, como consecuencia de percibirlo a través del prisma del patriarcado. Al reconocer el peso del Hombre en la sociedad, nuestra reacción a nivel personal puede ser la del distanciamiento con los hombres. Porque pasamos del análisis general sociopolítico e histórico de las relaciones de género a esperar las mismas pautas en las personas masculinas concretas con las que nos relacionamos, olvidando que los mecanismos de agresión del sistema patriarcal son variados y complejos. Como consecuencia de ello perpetuamos el rol de victima, y por lo tanto el de agresor.

Algunos de los objetivos de los colectivos feministas son la superación de los sentimientos de culpa y la revalorización de nosotras mismas. No nos merecemos ni la agresión concreta ni la agresión del sistema. No nos merecemos el rol de víctimas como tampoco ellos se merecen el de verdugos. El reparto de papeles en el drama social no es unívoco.

Nosotras pensamos que es un trabajo colectivo y en gran medida personal el aprender a enfrentar los conflictos y las agresiones sin actuar como victimas o agresoras, es decir afrontándolos asertivamente.

Por otra parte, pensamos que el género no debería determinar con quién nos relacionamos. Al entrar en grupos feministas tendemos a separarnos de los hombres, lo cual empobrece nuestras relaciones, al excluir automáticamente a personas sólo por el hecho de pertenecer al género masculino. Con ello no cuestionamos el hecho de que existan grupos exclusivos de mujeres. Existen diferentes maneras de vivir el feminismo, y en ocasiones parece que son nuestros gustos sexuales los que determinan nuestra actitud con respecto a hombres y mujeres. Podemos tener buenas y malas relaciones tanto con hombres como con mujeres. Después dependerá de la libertad de cada una la elección de relacionarse con quien le resulte más satisfactorio.

Queremos dejar de percibir a los hombres como potenciales agresores, aún más cuando esta actitud se ve asimilada por el feminismo institucional, presentándonos como solución el endurecimiento penal sobre ellos, como violadores y maltratadores domésticos. Es una excusa más para aumentar la represión social evadiendo las causas estructurales del problema. La sexualidad

La violación es un hecho cotidiano que lo cometen desconocidos fugaces, familiares cercanos, novios celosos, maridos frígidos y sin fantasía y demás productos de la pobreza sexual cotidiana. El falo, en este sentido, es un instrumento real y simbólico de agresión. A veces, desde el feminismo, hemos hecho tan trascendental ese poder simbólico que nos impide contemplarlo como una fuente más de placer y vivir una sexualidad sin prejuicios. Cada una debe elegir sus modos de expresión y desarrollo sexual que más le satisfagan, basándose en los deseos y el respeto de l@s participantes del encuentro.

Respecto a las opciones heterosexuales, en ocasiones al haber considerado a los hombres como nuestros enemigos, hemos llegado hasta a renunciar a follar con ellos, aunque nos apeteciera. En consecuencia en vez de intentar currarnos las relaciones con las personas más allá de los géneros, podemos llegar al extremo de mitificar el onanismo y las relaciones entre nosotras como únicas prácticas verdaderamente liberadoras.

El amor libre ha supuesto el paso de la relación monógama, al ideal anti-pareja, pasando de una norma moral a otra que nosotras mismas nos hemos impuesto, autoconvenciéndonos de nuestra liberación afectiva y sexual. Las relaciones implican un esfuerzo siempre, sean éstas exclusivas, abiertas, estables, esporádicas, heterosexuales, lésbicas, homosexuales, transexuales… Apostamos por relaciones sinceras, respetuosas y liberadoras entre las personas, bien sean encuentros fugaces o cotidianos, porque no hay un solo camino.

Hay muchos temas relacionados con la sexualidad que son críticos y que no tienen una sola vía de interpretación. Sobretodo últimamente han aparecido diferentes puntos de vista al respecto, que han generado interesantes debates como: la búsqueda de una pornografía no patriarcal, la inclusión de la prostitución como una posibilidad más dentro del mercado laboral…Rechazamos el moralismo por el juicio de valor que aplica a los aspectos sexuales, y lo consideramos otra forma de represión. En cambio nos parece importante el no perder de vista las relaciones de poder basadas en la mercantilización que sustentan tanto la pornografía como la prostitución y la publicidad.

Las relaciones de poder

Las relaciones de poder no son solo una cuestión ínter genérica. Las mujeres también pueden establecerlas: dominando el espacio doméstico, controlando las relaciones familiares, compitiendo sexualmente entre ellas… – relaciones mediatizadas por las formas que tradicionalmente nos han sido asignadas. Estos mecanismos ya que forman parte, aunque no seamos conscientes de ello, de nuestra manera de comportarnos, los trasladamos a los colectivos de mujeres.

La estructura y dinámica de relación en los grupos (no solo de mujeres) se crea a través de la interacción de las personas que lo forman. Cada una aportamos al grupo nuestras experiencias y nuestras particularidades. Por lo tanto cada colectivo posee unas pautas específicas de interacción entre sus miembros. Pero creemos que algunas características pueden ser comunes a muchos colectivos, puesto que son estructurales (reglas de comportamiento y funcionamiento impuestas).

De esta manera, en los grupos de mujeres también podemos mantener relaciones de poder. Se establece así, la división y la especialización en las tareas, lo que puede generar jerarquías, al seguir guiándonos por pautas productivistas. Una vez creadas estas jerarquías ellas mismas determinan en las mayoría de los casos, el posicionamiento (ideológico y práctico) de los grupos.

Nos gustaría, respetando la idiosincrasia de cada una, reconocer la posible existencia de estas relaciones de poder y nuestro papel en ellas, para poder llegar a ser capaces de mantener unas interacciones equilibradas.

Reflexiones Finales

Hemos olvidado muchas veces que nosotras también formamos parte del sistema patriarcal, porque hemos sido socializadas en él. En mayor o menor medida, lo seguimos reproduciendo a pesar de nuestra sensibilidad y nuestro curro de deconstrucción personal.

Por otro lado, el pretender reproducir unas pautas de comportamiento alternativas a las dominantes (que libremente se asumen), siempre nos va a crear problemas y contradicciones con el mundo y con nosotras mismas. Precisamente reconocerlas, analizarlas y aceptarlas es lo que nos permite avanzar. Esto sucede en concreto con el ideal feminista; estamos tan ocupadas en el proceso de interiorizarlo, que podemos no ver estas contradicciones.

Crear discurso no significa desarrollar un pensamiento único porque existen tantas diferencias y matizaciones como personas comparten una lucha. Las diferencias pueden crear riqueza y deberíamos considerarlas en un discurso, con intención dialéctica. (muchas veces son estas diferencias las que nos acaban separando, en lugar de respetarlas y valorar lo que tenemos en común.)

Una vez creamos sistema de pensamiento nunca nos vamos a poder identificar plenamente en él, ya que no abarca todos nuestros matices y particularidades. Porque tanto la realidad como las ideas son complejas y cambiantes.

Con este artículo hemos pretendido aportar otras perspectivas al feminismo, puesto que hemos querido cuestionarlo desde el análisis de la praxis. Nos ha servido para aclarar ideas y compartir y debatir ciertas dudas que la experiencia nos ha planteado. Nos hemos dado cuenta de que no tenemos porque llegar a conclusiones comunes (de hecho así ha sido) y al mismo tiempo, se nos han quedado muchas cuestiones abiertas. Esperamos que sirva de base también para otros debates futuros, nuestros y de otr@s.

Cerdas Agridulces

[Burgos] ¡Por una Huelga revolucionaria y Salvaje!

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Texto de la Asamblea Autónoma de estudiantes repartido en la UBU.
La nueva universidad que se planta ante nuestras narices no es más que la antesala del matadero laboral, el nuevo espacio europeo de educación superior recién aprobado lo ha dejado claro: los estudiantes ya no son calificados como entes pensantes, sino como piezas laborales, lo que priman son los incentivos económicos, la especialización y la competitividad; si quieres un buen puesto de trabajo, sé un buen subordinado, acata ordenes y agacha la cabeza ante las humillaciones.

El mundo laboral es exactamente lo mismo: asume la explotación día a día, tu tiempo invertido en trabajo jamás te lo devolverán, tu vida está atada a su dominación. La educación paso a paso va modelando al ser de manera que lo convierte al final de su preparación en el subordinado poco pensante que el mercado laboral necesita en esa pieza que cuando se estropea o se mueve demasiado será rápidamente, en un visto y no visto, recambiada.

Todo está absorbido por el mercado: cuantas más piezas preparadas, mayor mano de obra adoctrinada. Pero ha llegado el momento de plasmar nuestra rabia, de decir hasta aquí hemos llegado, se acabó, no queremos tragar más, sabemos lo que hay y no lo aguantamos, la mierda lo ha ensuciado todo.

El 29 de septiembre de 2010, los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, han convocado una huelga contra la reforma laboral exactamente 20 días después de que fuese aprobada, es decir, sin posibilidad alguna de cambiarla. Esta huelga está convocada tarde y mal; parece hecha casi aposta para que sea un fracaso, y eso es lo que será.

A pesar de esto y en vista de cómo pinta el panorama, nosotrxs, como tantxs otrxs, creemos que la única forma de aprovechar la convocatoria de huelga general del 29-S es convertirla en un punto de partida para empezar a cambiar la situación a la que nos han llevado todos estos años de conformismo, comodidad y dejar hacer a los sindicatos. En nuestra opinión, en primer lugar deberíamos arrebatarles a los sindicatos la huelga del 29-S y recuperarla para los trabajadores, los parados, los estudiantes, etc.

Esta huelga la vemos necesaria porque estamos hartos de conformarnos con las migajas, hartos de la explotación diaria, de las órdenes, de las subordinaciones, de las jerarquías… La universidad no es más que la antesala de nuestra manipulación de cara al mercado competitivo, todo lo que haces y te hacen hacer se reproduce idénticamente en el trabajo, volverás a ser dominado, subordinado, pisoteado mientras te hacen a su antojo.

Por ello con esta huelga pretendemos acabar con la cotidianidad que todo lo llena. ¡Basta de líderes y obligaciones! No queremos que la huelga se convierta en un día festivo más en nuestras vidas; queremos hacer de la huelga ese instrumento que nos haga salir a las calles, autoorganizarnos, compartir experiencias. Queremos una huelga indefinida y revolucionaria. No queremos un día de vacaciones, no queremos protestar pidiendo un mejor trabajo o unas mejores condiciones, deseamos aferrarnos a la vida, acabar con todo, romper barreras y paredes, plantarnos en las calles con nuestrxs compañerxs, sentir y experimentar la libertad, perder el miedo a no tener quien nos guíe. Con igual sentimiento soñamos con derribar los muros que encierran el conocimiento, para plasmarlo en la calle y hacerlo de todxs.

Es el momento de plantar cara a las desigualdades y las imposiciones. Debemos autoorganizarnos. La huelga no debería quedarse en ese día “puntual”. Es el momento de dejar claro que se acabaron los cumplidos. O con nosotrxs o contra nosotrxs, ya basta de palabras vacías y falsas sonrisas. Estamos hartos de esta mierda que nos vendéis como buena. Queremos sentir la libertad de verdad, no queremos invertir nuestro tiempo en vuestras fábricas, queremos llenarlo de experiencias, de conocimientos, de igualdad, de alegría…

Saldremos a las calles para plasmar nuestro odio hacia la monotonía que nos hacéis sentir cada vez que salís en la tele o en la prensa. Cada vez que abrís la boca nos obligáis a sentir cada vez más odio. Pero la huelga se convertirá en indefinida e incontrolada. Se convertirá en nuestra arma. Llegó el momento de que sintáis lo que es el miedo.

¡Por una huelga revolucionaria y salvaje!

LUNES 27 DE SEPTIEMBRE A LAS 13 H. EN EL HALL DE HUMANIDADES
29 DE SEPTIEMBRE HUELGA

[Textos] Otras corrientes Straight edge

Este texto se ha extraído del fanzine “Libres de drogas”.
Quienes editamos este fanzine nos consideramos antiautoritarixs y antifascistas, por lo tanto nos oponemos y enfrentamos a lxs nazis o fascistas, que en nombre de la supremacía racial, la prepotencia y la discriminación han llevado a cabo tantas masacres y persecuciones.
Al creerse superiores al resto de razas o etnias, creen que han de conservar dicha superioridad y es por ello que entre otras cosas, parte del movimiento nacional socialista o nacional revolucionario, deciden no consumir ningún tipo de droga para así mantenerse sanxs y no destruir su propio cuerpo.
Ellxs se autodenominan straight edge, al igual que algunos de ellxs se llaman así mismxs skin heads, punks, veganxs o revolucionarixs, en un intento desesperado de copiar cada una de las filosofías o formas de lucha que llevamos a cabo nosotrxs, que no te engañen.
Otra corriente que se llama así misma straight edge, es la que se dedica a darle palizas a borrachxs, porrerxs, yonkis…, en un intento inútil de tratar de ayudar a las víctimas mediante la ultra-violencia.
Pensamos que no es una manera real de ayudar a quienes sufren los estragos de las drogas, sino que se está focalizando de manera equivocada la energía y la violencia de quienes luchan contra las drogas, ya que se podría atacar a lxs verdaderxs responsables de esta fatídica situación (Estado, farmacéuticas, narcos, policías, establecimientos…).
También hay una corriente proveniente de diversas religiones (budismo, cristianismo, catolicismo…) que se opone al aborto, tratando de eliminar la autonomía de cada mujer a hacer con su cuerpo lo que ella decida, intentando hacernos creer que un feto humano de apenas un par de meses ya es un ser viviente y que es capaz de sentir y de tener conciencia.
Realmente no sé muy bien que tendrá que ver el consumo de drogas con las vertientes más reaccionarias de sectas y religiones que se oponen a que una mujer que ha sido violada o que por cualquier motivo (carencia de recursos, problemas psicológicos, complicaciones para la madre o la criatura…) decida no tener un bebé.
Además hay otras cuestiones que han tratado de ser influenciadas por estxs sacerdotes y monagillxs como son la sexualidad, ya que hay quienes piensan que las personas straight edge se oponen a la promiscuidad e incluso a mantener relaciones sexuales, cuando cada una de las personas que deciden no tomar sustancias que afectan a su organismo es libre de decidir a la hora de relacionarse o mantener cualquier tipo de relación sexual o amorosa, ¿o acaso quienes sean homosexuales, bisex, trans, queer, etc… no pueden ser straight edge?.

[Extremadura] Breve análisis de las políticas desarrollistas: imposición disfrazada de derecho

Extremadura vive inmersa en una profunda transformación económica y social. Desde hace ya tres décadas las distintas políticas enfocadas al desarrollo de esta comunidad han prefigurado lo que serían las bases del motor económico en esta tierra, a saber, una mezcla de grandes extensiones agrícolas y ganaderas, un turismo cada vez más en auge y grandes extensiones de terrenos disponibles para la construcción de plantas energéticas en todas sus diferentes versiones: centrales nucleares, térmicas, campos solares, eólicos, refinerías, etc.

Además de ese cóctel en gran medida subvencionado por las políticas de convergencia europea, las oligarquías han aprovechado la situación estratégica de Extremadura para realizar grandes inversiones y mejoras en lo que a la movilidad interprovincial e interregional se refiere, así como los pasos fronterizos con el estado vecino, Portugal.

Salta a la vista que todas esas mejoras han ido encaminadas a ponérselo cada vez más fácil al tráfico rodado de camiones y al vehículo privado, en detrimento de los transportes públicos, los autobuses locales y el tren regional. Por fortuna y nos tememos que es sólo cuestión de tiempo, Extremadura se parece bastante poco a los lugares más industrializados del estado, donde el territorio se halla profundamente deteriorado por un sinfín de carreteras, autovías, autobuses que conectan de manera frecuente cualquier rincón del territorio, etc. Digamos que en esta tierra, el puesto de trabajo sigue siendo mayoritariamente desarrollado en un ámbito local y los grandes desplazamientos suelen ser sólo debido al tráfico de mercancías, los extremeños nos desplazamos muchos menos que los habitantes de otros puntos de la geografía ibérica, donde miles de trabajadores deben recorrer cientos de kilómetros diariamente para ir a trabajar como ocurre por ejemplo en la gran ciudad vasca Bilbao-Vitoria-San Sebastián, auténtico paradigma de la “vertebración territorial” y la intermodalidad en las formas de desplazamiento .

Sin embargo, parece que las políticas económicas no libran a Extremadura de jugar algún papel por nimio que sea en esto de la sociedad de la movilidad (de personas y de cosas). Así, las regiones que carecen de tejido industrial y productivo como es el caso de la nuestra, podrán pasar a ser centros logísticos donde la mercancía llegue, se acumule y se redistribuya. Por otro lado y de manera complementaria, cacareados valores inmateriales de esta tierra como su benigno clima y sus espacios naturales pasan a ser parte de esa riqueza en auge (turismo y energías renovables), siempre y cuando claro está, la velocidad de su flujo sea acorde a los tiempos modernos.

Dentro de esta política, hay dos proyectos clave en fase de desarrollo, dependientes e interrelacionados entre sí, uno de ellos es la plataforma logística del suroeste ibérico, que se ubicará en Badajoz y el otro es la línea de tren de alta velocidad que unirá Madrid con Lisboa. Aparte de estos dos proyectos de orden preferente, en los últimos 10 años se han construido un sinfín de autovías, conectando las ciudades extremeñas entre sí y a su vez con ciudades importantes del territorio ibérico.

Con la “vertebración del territorio” se favorece por un lado la circulación de mercancías a lo largo de la ruta de la plata (Andalucía-Norte peninsular) y a lo ancho de la autovía del suroeste (Madrid-Badajoz-Lisboa) y por el otro se acerca Extremadura a todo tipo de turistas y visitantes, dejando muchos puntos de Extremadura a unas 2 horas y media en coche desde Madrid y desde Lisboa. El siguiente paso consiste en acercar Extremadura al mundo, gracias al bendito AVE y a la ampliación del aeropuerto de Badajoz.

En esta tierra tan acostumbrada a aceptar con resignación cualquier tipo de cambios que vistan las etiquetas “por el empleo y por el progreso” realizar una crítica profunda a las políticas de desarrollo puede ser tenido por un frívolo ejercicio intelectual que se sitúa al margen de los intereses inmediatos de sus habitantes, identificados éstos como el empleo y las oportunidades necesarias para estudiar, trabajar y en definitiva vivir en este lugar. En Extremadura no se quiere continuar con el éxodo que se ha sufrido durante decenios y este fenómeno lo analizamos como un drama social desde cualquiera de las perspectivas. Sin embargo, esas necesidades inmediatas no pueden ser asumidas bajo los discursos reaccionarios que apuestan por el empleo a toda costa o lo que es lo mismo, por empleos basura, ni tampoco asumir que ese éxodo y esa falta de calidad de vida se frenan pagando el precio que conlleva la destrucción del territorio, la artificialización de la vida y la sumisión a los intereses del mercado.

La construcción de todas estas infraestructuras cuenta con un elaborado programa de propaganda, nadie se cuestiona lo necesario de una autovía, los millones de euros que cuesta, el dinero que ganan grandes empresas privadas, la precarización de los empleos que genera, el brutal impacto que tienen sobre la fauna y la flora local, al fin y al cabo todos circulamos más cómodos por ellas y nos ahorramos unos minutillos en llegar a nuestro destino, pero en definitiva quien gana en movilidad y para quienes están destinadas son las empresas de transporte de mercancías y las personas atrapadas en una dinámica laboral que les obliga a desplazarse diariamente.

Esa grieta entre el supuesto interés general y el verdadero interés de las clases dirigentes se acentúa hasta límites desconocidos con el AVE, proyecto con un ingente derroche económico de las arcas estatales y europeas y un brutal impacto medioambiental. Aquí abajo, en el pueblo llano nadie sabe muy bien por qué es tan necesario que el tren de alta velocidad pase por Extremadura, sin embargo los políticos y los economistas se abrazan al proyecto del AVE como al becerro del oro, dando por hecho y tienen razón, que dentro del AVE viaja hacia Extremadura más desarrollo, más progreso, más capitalismo y lo que es más importante, a más velocidad. El AVE es el tren de los poderosos, de los ejecutivos, de los hombres de negocios, de los rápidos, de los modernos, de aquellos para los que el “tiempo es oro”.

El AVE es una fuente de especulación urbanística, de desarrollo comercial e inmobiliario, mayormente en áreas periféricas de medianas ciudades como las que componen Extremadura donde se suelen ubicar las estaciones, abre las puertas a la hiper movilidad como rasgo esencial del modelo de vida, a la deslocalización a escala regional del lugar de trabajo, de ocio y de residencia, es decir, favorece la destrucción del territorio como espacio de vida, de arraigo, de comunidad… dentro del AVE viaja la anomia social.

Todas estas grandes infraestructuras tienen un alto coste energético, conllevan un ingente consumo de recursos y como hemos dicho, favorecen una sociedad hiper movilizada, con el coche privado y el tren de alta velocidad como elemento estrella. Para que esa ingente cantidad de energía y recursos esté a disposición del AVE y de los vehículos, es necesario seguir construyendo centrales de refinado de petróleo, centrales térmicas y grandes extensiones de naturaleza cubiertas por paneles solares y gigantescas torres eólicas.

Una vez más, los poderes extremeños ofrecen la tierra de todos como sostén de este contaminante modelo social. Mientras nos meten hasta en la sopa el “desarrollo sostenible”, se deja al descubierto su insalvable contradicción, a saber, que el sistema no es sostenible, sino que descansa sobre la voracidad y sus pilares se asientan sobre la depredación del medio humano y natural.

Desarrollar un análisis profundo y argumentado sobre la realidad del modelo económico, político y social extremeño nos llevaría muchísimas páginas. Hemos intentado en estas pocas líneas reflejar la contradicción sobre la que se asienta este sistema y la necesidad de elaborar críticas que cuestionen el modelo social en su conjunto, poniendo al descubierto la interrelación de los procesos económicos sobre los que el capitalismo está sustentado. No es posible generar una crítica sensata a una política de infraestructuras determinada o a un proyecto concreto sin cuestionar todo el edifico social que hace imprescindible esa política. Es más, creemos que cualquier dinámica de lucha y de oposición deben ser desarrolladas desde modelos organizativos populares, de base, asamblearios, al margen de intereses de partidos y grupos económicos, que tengan total independencia de poderes e instituciones para así, ser capaces de profundizar en la crítica social y establecer otros modelos de organización social que rompan la dinámica autoritaria, jerárquica y competitiva del sistema capitalista.

El camino de la autoorganización es poco transitado y está lleno de baches, es un camino para ir lento, aprender del viaje y conocer a tus acompañantes, pero preferimos aventurarnos por una senda llena de imperfecciones, a paso lento pero reflexivo, a deslizarnos velozmente por la pendiente del desastre social asumido como irreversible….al fin y al cabo hacemos camino al andar…

Texto repartido el 7 de septiembre en la concentración anual en Mérida como contribución a la lucha extremeña contra las grandes infraestructuras y el modelo social que las impone

Extremadura-Verano 2010

Textos relacionados:

Alta Voracidad en Extremadura: imposición disfrazada de derecho

Los Cornudos de la Mundialización: El AVE por Extremadura

[CrimethInc.] Luchando en el Nuevo Terreno – Qué ha cambiado desde el siglo XX

traducido por alasbarricadas.org

Hace ya 10 años que publicamos Days of War, Nights of Love, uno de los libros anarquistas más influyentes del cambio de siglo. Desde entonces han tenido lugar tremendos cambios tecnológicos y culturales. Al reflexionar sobre ello, parece que muchos de los cambios radicales incidentales que estábamos pidiendo ya hayan tenido lugar, pero que no haya ocurrido ninguna transformación fundamental. Podemos aprender mucho estudiando cómo ha ocurrido esto y qué es diferente hoy en el contexto actual.

Hacia este fin, presentamos Fighting in the New Terrain: What’s Changed since the 20th Century, producto de meses de debates. Esperamos que inspire nuevos análisis y estrategias, y os invitamos a compartir vuestros avances con nosotrxs.

Obertura: Cuantas más cosas cambien…

Había una vez en que, el bloque básico del edificio del patriarcado era la familia nuclear, y pedir su abolición era una demanda radical. Ahora las familias están cada vez más fragmentadas – ¿esto ha extendido el poder de la mujer o la autonomía de lxs hijxs?

Había una vez en que, los medios de masas eran solamente unos cuantos canales de televisión y varias emisoras de radio. No sólo se han multiplicado en una infinidad, si no que están siendo suplantados por otras formas de comunicación como el Facebook, Youtube y Twitter. ¿Pero ha provocado esto un consumo pasivo? ¿Y cuánto control tienen lxs usuarixs sobre estos nuevos formatos, hablando estructuralmente?

Había una vez en que, las películas representaban el sumario de una sociedad basada en el espectáculo; hoy, los video-juegos nos hacen ser la estrella en nuestras épicas disparar-a-todo-el-mundo, y la industria del video-juego hace casi tanto negocio como Hollywood. En una audiencia, al mirar una película todo el mundo está solo; lo más que puedes hacer es abuchar si el argumento te resulta insultante. En los nuevos video-juegos, por otra parte, puedes interactuar con versiones virtuales de otros jugadores en tiempo real. ¿Es esto mayor libertad? ¿Es esto mayor comunidad?

Había una vez en que, se podía hablar de medios sociales y culturales de masas, y donde las propias subculturas parecían subversivas. Ahora la “diversidad” es un premio para nuestros dominadores, y la subcultura es un motor esencia de la sociedad de consumo: cuantas más identidades haya, más mercados.

Había una vez en que, la gente crecía en una misma comunidad igual que sus padres y abuelxs, y los viajes podrían ser considerados una fuerza desestabilizadora que interrumpía las configuraciones estáticas sociales y culturales. La vida de hoy se caracteriza por un constante movimiento ya que la gente lucha por mantener las demandas del mercado; en lugar de configuraciones represivas, tenemos un movimiento permanente, una atomización universal.

Había una vez en que, lxs trabajadorxs estaban en un puesto de trabajo durante décadas, desarrollando lazos sociales y puntos de referencia comunes que hacían posible los desfasados sindicatos. Hoy, el empleo cada vez es más temporal y precario, ya que cada vez hay más trabajadorxs saliendo de las fábricas y los sindicatos hacia la industria de servicios y la flexibilidad obligatoria.

Había una vez en que, el trabajo asalariado era una esfera diferenciada de la vida, y era fácil reconocer y rebelarse contra las formas en las que se explotaba nuestro potencial productivo. Ahora todos los aspectos de nuestra existencia se están convirtiendo en “trabajo”, en el sentido de actividad que produce valor en la economía capitalista: sólo mirando tu cuenta de email incrementas el capital de los anunciantes. En lugar de distintos roles especializados en la economía capitalista, vemos cada vez más una producción flexible y colectiva de capital, y una gran parte de ella no se paga.

Había una vez en que, el mundo estaba lleno de dictaduras en las que el poder estaba claramente impuesto desde arriba y podía ser contestado como tal. Ahora éstas han dado paso a democracias que parecen incluir a más gente en el proceso político, legitimando así los poderes represivos del estado.

Había una vez en que, la unidad esencial del poder estatal era la nación, y las naciones competían entre ellas para imponer sus intereses individuales. En la era de la globalización capitalista, los intereses del poder estatal trascienden las fronteras nacionales, y el modo dominante de conflicto ya no es la guerra, sino el estado policial universal. Se usa ocasionalmente contra las naciones pícaras, pero continuamente se aplica contra la gente.

Había una vez en que, se podía dibujar líneas, sin embargo arbitrarias, entre el llamado Primer Mundo y el Tercer Mundo. Hoy el Primer y el Tercer Mundo coexisten en cada metrópolis, y la supremacía blanca está administrada en los Estados Unidos por un presidente afro-americano.

Per a llegir la resta de l’article de CrimethInc.traduit, punxa en aquest enllaç de alasbarricadas

[Textos] ¿Alternativa al sistema o una reproducción cutre?

Este texto se ha extraído del fanzine “Okupación: más que 4 paredes”.
Esta es una pregunta que deberíamos hacernos (sobre todo aquellxs que tengan o vayan a tener un proyecto de Centro Social Okupado), ya que muchas veces las reflexiones, análisis y autocríticas de los CSO´s llegan una vez que el espacio ha sido desalojado o ya no existe, a no ser que se vuelva a okupar, impidiendo mejorar y cambiar aquello que no nos gusta.
Para nosotrxs, los CSO´s deberían de ser espacios en los cuales se realizaran de forma tangible todas y cada una de las cuestiones que preconizamos, esto es llevar a la práctica la utopía o la sociedad revolucionaria en la que queremos vivir, para desmontar los argumentos calumniadores de nuestrxs enemigxs y para acercar a lxs incrédulxs a nuestra forma de vida.
Pero muchas veces lo que se consigue más que eso, es crear una pequeña recreación de la misma sociedad a la que tanto criticamos y además de forma cutre (vendiendo mercancías a cambio de dinero, freeway cola en vez de coca-cola, fomentando el consumo de drogas legales como la cerveza y basando la financiación de los espacios con esta droga, DYC en vez de Chivas, Speed en puesto de la cocaína e incluso carne de animales muertos.
Generando roles de líderes, patriarcas, porterxs de discoteca, drogadictxs, marginadxs, incomprendidxs, políticxs, especialistas, electricistas, fontanerxs…
Sin duda, nosotrxs no queremos vivir en una sociedad así, por lo tanto no vamos a colaborar en que los CSO´s sean así, construyendo espacios en los que no se consuman ni vendan drogas (ni legales, ni ilegales), en los que a nuestrxs compañerxs animales no se les trate como si fueran comida o mascotas, tratando de construir espacios de colaboración y apoyo mutuo y no de circulación de mercancías, tratando de evitar reproducir roles negativos y especializaciones, que conducen a las jerarquías y al delegacionismo.
Quienes intentan argumentar que es imposible financiar un espacio okupado sin contratar a grupos comerciales, sin vender carne, alcohol o sin que haya especializaciones, no hacen más que contribuir en que esto siga siendo así y su intención es mantenerlo eternamente, nosotrxs hemos experimentado que esto es un dogma, ya que hemos conseguido financiarnos al margen de estas prácticas y lo seguiremos haciendo.
Tú sabrás si quieres construir un espacio en el que la gente venga a emborracharse, drogarse, robar, pelear… o si por el contrario quieres crear un lugar donde la gente se respete, aprenda, participen activamente, se apoyen mutuamente, desarrollen sus peculiaridades y construyan una comunidad sin jefxs, jueces, policías, psicólogxs, verdugos, kostras… No todo es culpa de lxs demás, también depende de lo que ofrezcas y cómo lo ofrezcas. El fin no tiene por qué justificar los medios.

[Textos] Sobre la sexualidad infantil, el placer corporal y la autorregulación

En Octubre editaremos una recopilación de textos de Casilda Rodrigáñez, aquí va uno de esos textos:

(Este texto fue escrito para el debate del encuentro de Amaryi de noviembre 2007, sobre el tema en cuestión).-
En la discusión que tuvimos en el anterior encuentro de Amaryi en Zarzalejo, me dio la impresión de que había que aclarar lo que entendemos por ‘sexualidad infantil’, porque creo que en nuestro lenguaje existe una confusión entre sexualidad y genitalidad. Creo que la sexualidad es el placer corporal, es decir, la producción y la expansión del placer en el cuerpo humano.
No es que el placer sea bueno para el cuerpo, es que es imprescindible para su autorregulación y cumple una función muy importante, que voy a tratar de resumir. Somos un conjunto hipercomplejo de sistemas: molecular, plasmático, celular, órganos, sistemas varios, etc., que forman el cuerpo.
Cada sistema tiene una capacidad de autorregulación propia, pero tiene que mantener su apertura y su relación con los demás, con los sistemas que engloba y en los que es englobado; esa relación es necesaria para el funcionamiento sinérgico, es decir, para que funcionen todos al unísono, con un mismo ritmo interior unísono: es lo que hace que si nos pegan un pisotón, o ingerimos una sustancia venenosa, todo el cuerpo reaccione, y que cada sistema realizando su propia autorregulación, realice también la sinergia del conjunto. (Sobre la sinergia de los sistemas: Henri Laborit (1)
El placer no es una ilusión del neocortex: es un movimiento interno que tiene lugar en todos los sistemas del cuerpo humano: plasmático, celular etc., y cumple la función de mantener el ritmo unísono entre los sistemas, manteniendo la fluidez de la relación entre unos y otros. La idea de la importancia que tiene este movimiento para el mantenimiento de la vida, nos la da la percepción con la que evolutivamente se ha fijado; es decir, que si este movimiento se ha fijado, en la evolución de las formas de vida, unido a esa manera de percibirlo, es para que los cuerpos lo busquen y se dejen guiar por él.
Fue nuestra civilización patriarcal, quien creó la cultura de oposición al placer corporal que hoy todavía tenemos; precisamente para introducir una determinada desvitalización y quebrantamiento de la autorregulación y para establecer la dominación, la jerarquía, y el sometimiento de las criaturas humanas (lo de la castración del toro para hacer el buey). Por eso nuestra civilización condenó el placer, en especial el de las mujeres y la infancia.
Ahora ya no se dice que el placer es pecado, pero tampoco se le reconoce la importancia que tiene, se hace como si no existiera. Se habla de las necesidades del bebé y se habla claro está de afecto, pero ese afecto no siempre incluye el placer corporal, sino que más bien lo excluye.
Las criaturas humanas necesitan el placer corporal. Groddeck (1923, El libro del ‘ello’, Taurus, Madrid 1981), decía que si la salida de nuestros productos de desecho está en zonas erógenas, es para que su limpieza produzca el placer necesario: el que las madres mamíferas proporcionan a sus cachorrxs al lamerles para limpiarles.
Esto lo digo porque no se puede hablar de ‘abuso’ o de ‘intromisión’ en la intimidad de la criatura (al menos en la etapa primal tal intimidad es compartida al menos con la madre), si al mismo tiempo no se habla de la necesidad del placer corporal; porque entonces en nombre de la intromisión se puede negar la caricia y el placer corporal de las criaturas. De hecho es lo que en los tiempos actuales, de puritanismo globalizado, sucede.
Creo que todo el mundo sabe la diferencia que hay entre la caricia y la agresión, entre la complacencia y el abuso; no se puede meter todo en el mismo saco. Lo peor es que este puritanismo globalizado que niega el placer corporal produce seres violentos.
Es lo que demostró el neurólogo norteamericano James W.Prescott con su trabajo publicado en el Atomist Scientist de noviembre de 1975 Body Pleasure and the origins of violence (puedo facilitar una fotocopia a quien le interese). Estudió en 49 pueblos, que vivían todavía en condiciones preindustriales, una serie de aspectos.
Unos sobre la libertad sexual que gozaba la mujer, la unión madre-criatura, el placer corporal en la infancia y la libertad de relaciones sexuales en la adolescencia; y otros sobre la violencia y tendencias destructivas en dichos pueblos. La correlación entre, a menos libertad sexual más violencia fue altamente significativa; solo uno de los pueblos contradecía dicha correlación; la conclusión fue que se podía predecir con solo un 2% de posibilidad de error que a más represión del placer corporal se produciría más violencia.
Esto ya es una de las correlaciones más altas que se puede establecer en un estudio científico; pues bien posteriormente se ha revisado el estudio de Prescott y se ha encontrado que se equivocó, y que la correlación se establecía para el 100% de los pueblos estudiados (es decir, hay 0% de posibilidades de que la correlación no se dé). Este estudio le hizo decir a Carl Sagan en su libro Cosmos, que si queremos hacer algo por la humanidad, cuando viéramos a un/a niñx que lo cogiéramos en brazos y le abrazáramos.
La sexualidad, no identificada con la genitalidad adulta, sino como toda producción y expansión del placer corporal, es necesaria para la autorregulación de las criaturas. La confusión entre sexualidad y genitalidad es muy grave porque es lo que está haciendo que se reprima la sexualidad infantil; incluso por parte de lxs mayores defensorxs de los derechos de la infancia.
Esta confusión le lleva incluso a Alice Miller a negar la existencia de la sexualidad infantil en su libro L’enfant sous terreur (en alemán, 1981; en francés, 1986); quizá por eso es uno de sus pocos libros que Tusquets no ha traducido; Alice Miller en una conversación una vez me expresó su extrañeza de que no se lo hubieran querido traducir en España, porque ella lo considera uno de sus libros más importantes (y en muchos aspectos lo es); pienso que Tusquets no se lo ha publicado por la negación explícita que hace de la sexualidad infantil. La cuestión es que Alice Miller llama sexualidad a lo que solo es un aspecto de la misma, la genitalidad adulta coital.
Creo que la idea que existe en general es que sí, que hay una sexualidad general difusa, pero que la sexualidad-sexualidad verdadera, es la coital. Creo que si se entiende por sexualidad la producción y la expansión del placer, como hacen muchos autorxs, el concepto queda bien precisado.
(1) Henri Laborit (Mecanismos biológicos y sociológicos de la agresividad, en: La violence et se causes. Ed.UNESCO, Paris 1981. Se puede descargar en www.unesco.org): Se entiende que cada nivel de organización debe tener por finalidad la del conjunto, y que la finalidad del conjunto debe permitir la de cada nivel de organización subyacente… si en un organismo no existen jerarquías, no existe relación de dominio, es porque cada célula, cada órgano, cada sistema, cumple una función cuya finalidad es participar en la conservación de la estructura del conjunto, sin la cual ningún nivel de organización, del más simple al más complejo, podría sobrevivir (pág.49).

[Textos] La caza

Este texto se ha extraído del fanzine “¿Por qué hacerse veganx? y algunas recetas que te pueden ayudar.
Cada año en España lxs cazadorxs acaban con la vida de 60.000 ciervxs, 120.000 jabalís, 140.000 zorrxs, 1 millón de liebres, 1 millón de codornices, 3 millones de perdices, 4 millones de conejxs y otros 5 millones de animales más de otras especies.
Casi 1 millón de personas se dedican a la caza, realizando 250 millones de disparos al año y pagando más de 150 millones de euros anualmente.
Uno de los argumentos más utilizados por lxs cazadorxs, es que gracias a la caza no hay superpoblación de animales, manteniendo así el hábitat en el que viven lxs mismxs.
Ésta afirmación no tiene mucho sentido, en primer lugar por que lxs cazadorxs cazan lo que se encuentran a su camino, sin importarles mucho que la especie que han asesinado sea más o menos numerosa en esa zona y segundo, la superpoblación en las especies que asesinan es muy improbable, ¿o acaso cuando vamos por el monte nos encontramos con muchxs zorrxs, lobxs, ciervxs…?
Además, si éste argumento tuviera algún sentido no existirían las granjas cinegéticas. En estos lugares se “producen” de forma intensiva especies animales que servirán para la repoblación de lxs animales cazadxs anteriormente y que debido a su extinción en un territorio o a su muy difícil avistamiento, se crían en estas granjas para más tarde soltarlxs en cotos privados de caza.

La teoría del foco insurreccional

Presentamos acá un texto sobre estrategia revolucionaria escrito por Abraham Guillén, militante libertario desde su adolescencia como trabajador de la Madera en la España de los años 30, más tarde con un puesto de responsabilidad en la economía socializada durante la Guerra Civil Revolucionaria y después, en el exilio, como teórico de la economía y de la guerra de guerriilas, al servicio de la revolución social latinoamericana y mundial.

Abraham Guillén, Desafío al Pentagono; Guerrilla latinoamericana, Capítulo III.
Este texto es el capítulo tercero de dicho libro, se puede consultar el primero en la siguiente URL:
http://www.anarkismo.net/article/15943

Abraham Guillén

Abraham Guillén

Luego de terminada la segunda guerra mundial, han proliferado las guerra revolucionarias, si bien las guerrillas yugoeslavas, albanesas y chinas se insertaron o surgieron con la guerra a la escala universal. Apenas habían silenciado su tronar los cañones de la guerra imperialista, estallaron guerras revolucionarias: Grecia, Irán, Indochina, Argelia, Colombia, Cuba, El Congo, Angola, etc. Todo lo cual demuestra que estamos viviendo en una época de grandes conmociones sociales, muy similar a la de las guerras de religión (Reforma); pero ahora mucho más universal, vasta y revolucionaria; en el Siglo XVI emergía el capitalismo de las cenizas de la Edad Media; en nuestra época, aflora el socialismo por todos los poro sangrantes del capitalismo; pero no por evolución, sino más bien por revolución.

Objetivamente las condiciones históricas son revolucionarias; pero la victoria de los revolucionarios depende, subjetivamente, de emplear o no una política, una dialéctica, una estrategia, que conjugadas sean operacionales. De ahí que el camino hacía la Revolución sea dificil, cuando no se cuenta con una estrategia general (conocimeinto pleno de los principios que rigen el arte de la guerra) y una estrategia específica (conocimiento de las leyes estratégicas válidas para un país dado, para una situación concreta). En este orden de ideas, sucede frecuentemente que un país o una región del mundo presentan, objetivamente, condiciones revolucionarias: (crisis económicas, guerras, caos social y político, etc.); pero, subjetivamente, no hay revolucionarios preparados para transformar las crisis económicas en crisis revolucionarias y las guerras nacionales o imperialistas en guerras civiles.

Desde la más remota antigüedad se han producido -en todos los tiempos- ocasiones históricas revolucionarias; pero los esclavos, los sirevos o la plebe, no estaban preparados para conducir las fuerzas históricas; para quitar del Poder a las clases dirigentes; para sustituir un modo de producción decadente por otro régimen más expansivo, dinámico, en que las relaciones de producción (fuerzas productivas, formas de la propiedad, formas de Estado, etc.), estuvieran en armonía con las relaciones sociales (clases sociales, superestructura jurídica, filosofía, etc.). Si Espartaco hubiera sustituido la economía esclavista por una economía que consiguiera más libertad y mayor acumulación de capital, etc., hubiera vencido, largamente, a las legiones romanas. La derrota de Espartaco fue política, ya que sus huestes lograron muchas victorias tácticas, pero ninguna victoria política y estratégica.

Una clase, una nación o una civilización, desaparece o surgen en una batalla: perdida o ganada. En ese sentido, pudiera decirse, pues, que la “violencia es la partera de la historia”; pero hay que saber ejercerla estratégica, táctica y políticamente, para obtener más victorias que derrotas. Trazarse una estrategia correcta -antes de comenzar una guerra- es merecer el triunfo al terminarla. Ello es posible cuando un pueblo insurreccionado, un ejército, o una clase oprimida, cuentan con un Estado Mayor, con unos comandantes que reununcian a todo menos a la victoria, por más sacrificios que ella exija para merecerla. En este orden de ideas, Napoleón decía: “la moral es al material como tres a uno”. Esta tesis ha quedado demostrada en Viet-Nam, donde la estrategia logística (potencia militar de fuego y de número), a favor de los norteamericanos, no consigue vencer a un pueblo en armas (moral y movilización masiva de las masas populares). Frente a la estrategia logística (poderío económico y militar de una gran potencia) un pueblo subdesarrollado puede vencer a un país industrializado, si sabe emplear la estrategia de la guerra revolucionaria (guerra en superficie, en todas partes y en ninguna con frente fijo), hasta que la duración de la guerra desmoralice al adversario, no teniendo éste más remedio que negociar la paz, con abandono del espacio ocupado por la fuerza bruta: logistica, metalúrgia, mecánica, etc.

Un país imperialista (ya se trate de una u otra ideología) será siempre obligado a utilizar la diplomacia, primero; la guerra, después; para coupar los espacio económicos y geoestratégicos que lo conviertan en potencia mundial, en el epicentro de un grupo de potencias satelizadas: Estados Unidos (en la OTAN y el Mercado Común Europeo); la URSS, (en el Pacto de Varsovia y el COMECOM). Pero, a corto o largo plazo, se rebelan las naciones oprimidas: caso de Francia contra la colonización financiera del dólar; Rumania (1966), Hungría (1956), Checoslovaquia (1968), Albania 1961), China (1960), Yugoslavia (1948), contra el predominio económico del rublo; incluso la guerra puede estallar más posiblemente entre algunos países del Este que entre ciertos países del Oste.

La URSS y el EEUU siempre practican, como todas las potencias, la “estrategia de la alcachofa”: ir comiendo poco a poco, hasta que se acaba toda la alcachofa; pero entonces suele estallar una rebelión: Hungria, 1956; Santo Domingo, 1965; o el repliegue progresivo en una alianza de la que se va un país: Francia contra EEUU; Rumania, Checoslovaquia, China, Yugoslavia y Albania, contra la URSS.

La verdad es que un pueblo, por chico que fuere, si está unido, detrás de un gobierno que haga de comité revolucionario, puede desafiar militarmente a una gran potencia como Viet-Nam a EEUU; cosa que pudiera hacer igualmente, en defensa de su soberanía e independencia, frente a la URSS, Albania, Rumania, Checoslovaquia, Yugoslavia, China, etc. La guerra revolucionaria es válida tambienén en el Este… Cuba, en el Oeste, existe revolucionariamente en la periferia de Estados Unidos, casi al lado del pentágono; pero más por sus posibilidades de guerra revolucionaria contra EEUU que por la “ayuda” de la URSS.

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[Textos] Criando Cuervos

Hay muchísima gente (yo diría que prácticamente todxs) que se cree un copo de nieve blanco, hermoso y único, simplemente porque usan excusas diferentes a las del vecino para hacer la misma mierda de cosas.Ansiedad, depresión, odio, son motivos. Raves, consumismo, militancia, son excusas. Autodestrucción, despersonalización, angustia, son consecuencias. Si algo nos enseñó Fausto es que hay que tener cuidado con los deseos (pueden cumplirse).El caso es que el espectáculo cotidiano es una cosa, pero la sucia realidad es simple y asquerosa, y claro, cuesta mirarla a la cara porque la llevamos dentro, pero tú no, porque tu eres un copo de nieve únicx e irrepetible (ya te gustaría).Vamos que si a lo mejor te integras en un grupo social o colectivo, llámese moda musical, equipo de fútbol o ideología de turno, probablemente no sea porque tengas las mismas motivaciones que tu compañerx, sino porque compartís las excusas. A lo mejor tienes mas en común con la persona del equipo contrario que con el tuyo propio.Bueno, tu no , eso otra gente que conoces y critícas, gente que es un “pastel”, tu no, tu eres mas purx, sientes los colóres y reconoces formas geométricas sencillas.

Es inevitable que me recorra una carcajada sarcástica cuando escucho hablar de movimientos y luchas sociales ¿De que lucha hablamos?
Se supone que una lucha es un combate ¿no? y ante tal perspectiva se busca la victoria, a menos que seas unx cristianx culpable y victimista o unx Ghandi de la vida, entonces tu lucha será contra tu dignidad.Pero si no hay enfrentamiento ¿como puede haber lucha? No digo que ahora todo el mundo tenga que tirarse al monte para que dicho conflicto exista.Pero si no existe conflicto, no hay tales batallas, no existe lucha, estaríamos hablando de otra cosa. No voy a entrar en moralinas de que es bueno o malo, solo trato de definir unos conceptos cada día más prostituídos.

Luego esá el movimiento que se organiza en torno a esa lucha inexistente en la mayoría de los casos, o como decía un amigo “el meneíllo”. Un movimiento sería el conjunto de infraestructuras humanas y de recursos que efectúan dicha lucha. Por lo tanto un movimiento existe porque efectúa una lucha, tiene unos objetivos concretos y definidos, aunque en su seno los métodos para alcanzarlos varíen, sus miembros tienen unos fines comunes que diferencian a ese movimiento y lo definen.
¿como puede haber un movimiento sin lucha, una organización o coordinación sin una finalidad concreta?¿como puede haber un movimiento cuyos integrantes en su mayoría nada tienen que ver unxs con otrxs ni en sus motivaciones ni en sus objetivos, tan solo en los tecnicismos?Esto es aplicable a la mayoría de luchas sociales, incluyendo a la anarquista.

Claro que en este buque de nécios a la deriva hay gente cuyas motivaciones y objetivos coinciden, existe la afinidad y se realizan interesantes proyectos constructivos-destructivos, que buscan de verdad acercarse a la anarquía, borrar de la tierra la sombra del dominio, y en sus motivaciones, la principal es un egoísta amor a la vida.Por ello esta lucha no tiene fin, pero sirve para caminar, igual que el horizonte.Aún así no olvidemos que en las guerras hay batallas, que no queremos un pastel , sino toda la jodida pastelería.Claro que hay individuxs afines, pero normalmente están aislados de otrxs afines por una marabunta heterogénea de copos de nieve dentro de un mezcladillo que nadie entiende y que echa para atrás a los de fuera, y que dentro frustra a unxs y divierte a otrxs.
¿Buscamos la victoria? Rompamos el aislamiento, pensemos que es lo que lo provoca. A lo mejor hay muchxs que no están y otrxs que están y que no son compañerxs, gente que aisla y frustra, y gente que huye al observar el lamentable panorama, temblando ante la idea de proponer cualquier proyecto serio a ese mundillo variopinto esperpéntico. Y ya no es solo que aislado un movimiento esté abocado al fracaso, sino que sin contacto con otras realidades, carece de la información necesaria para realizar un análisis de lo social que le permita diseñar estrategias vencedoras.Para conocer algo tienes que vivirlo, conocemos el mundo a través de la experiencia propia, o a través de la de otrxs. La mayoría de nosotrxs solo conocemos una pequeña parte de lo social por eso no somos lo suficientemente fuertes como movimiento, por desconexión con lo social, una de las causas de falta de estructura y análisis.

También hacen falta medios, eso es un obstáculo y por lo tanto tenemos que saltarlo, este problema lo hubo siempre y siempre los anarquistas se han buscado la vida (no sin esfuerzos) para realizar sus proyectos y alcanzar sus objetivos.Para eso sirve el entrenamiento. Tenemos un arsenal de ejemplos historicos para armarnos de ellos y aprender. Claro que lo primero es tener motivación, desearlo de verdad, porque sino en vez de correr 2Km diarios te quedas en tu casa fumando porros y/o jugando a la play. Haz lo que quieras o lo que debas, sea pasar de todo o tomar las riendas de tu vida, pero se sincerx, porque si mientes no voy a perder el tiempo contigo, así que vete porque si juegas con mis motivaciones y objetivos igual un día me canso y te alejo a ostias.

Discordia

[Texto] Planificación anarquista para las economías del Siglo XXI: Una propuesta

Por Robin Hahnel

Escrito para la Conferencia de Conmemoración del Centenario de la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) celebrada en Barcelona, Cataluña, el 10 de abril de 2010

Introducción

No soy capaz de imaginar ninguna conferencia, en ningún otro lugar del mundo, en la que mi participación pudiera honrarme y emocionarme más que ésta que conmemora los 100 años de la fundación de la CNT, la más importante organización obrera que el mundo haya visto jamás, aquí en Barcelona, La Meca que todo socialista libertario debiera visitar antes de morir.

Ante todo estoy aquí para escuchar y aprender más acerca de la historia de la CNT. Pero se me ha pedido que comparta algunos pensamientos sobre un tema en el que he invertido más tiempo en los últimos cuarenta años que en ningún otro: cómo mejoran los trabajadores y consumidores sus vidas autogestionando e interrelacionando las actividades económicas por sí mismos.

Como a muchos de vosotros, estoy seguro de ello, se me ha preguntado muchas veces por qué creo que esto es posible. En vista de la elasticidad y resistencia del capitalismo globlal, y en vista del fracaso que todas las economías del siglo veinte llamadas “socialistas” sufrieron al intentar poner en marcha algo siquiera parecido a la autogestión de los trabajadores, ¿por qué continúo creyendo en una alternativa al sistema de mercado y a la planificación desde arriba? Los socialistas libertarios responden a esta cuestión de distintas maneras:

  1. Algunos señalan que el impulso hacia la autogestión ha tenido lugar en cada insurrección revolucionaria y que éste ha sido reprimido invariablemente por medio de la violencia. A pesar de ser cierto, me cuesta basar mi argumento en este razonamiento, ya que a pesar de existir esta tendencia a la autogestión cuando los regímenes autoritarios se vienen abajo, esto no demuestra que dicho impulso inicial pueda sostenerse en el tiempo, incluso en ausencia de violencia, que es al fin y al cabo a lo que nuestro interlocutor se refiere. Además los debates sobre la fortaleza de ese impulso hacia la autogestión y la magnitud de la represión en determinados momentos históricos, se convierten rápidamente en debates sobre las credenciales de los distintos historiadores.
  2. Otros hacen énfasis en que la capacidad y el deseo de alcanzar la autogestión económica son componentes de la naturaleza humana en su búsqueda de la libertad, de lo cual se han dado muchas evidencias a lo largo de la historia de la humanidad. Como persona que suele utilizar este argumento en primer lugar, suelo señalar posteriormente que el punto de vista contrario (que nosotros los seres humanos somos, para nuestra desesperación, tan deficientes en términos sociales, que somos incapaces de coordinar conscientemente nuestras economías de una manera eficiente y justa) es un mito que favorece la propagación de las élites que quieren gobernarnos.
  3. Por último, aquéllos que son capaces de dejar atrás sus sentimientos sobre nuestras potencialidades, y que están más familiarizados con la historia reciente del socialismo libertario argumentan que es posible porque ya pasó una vez. Ocurrió en España cuando las poderosas organizaciones libertarias, siendo la CNT la más importante de todas, engendraron una economía autogestionada por los trabajadores que funcionó bastante bien bajo las circunstancias acaecidas entre 1936 y 1939, cuando fueron aplacadas manu militari por el ataque violento del fascismo europeo.

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[Textos] Contra el fetichismo obrero

Apuntes para superar la terminología marxista entre los anarquistas.

Mira qué fácil es todo, cuando está bien explicado, me han dicho que el mundo es la lucha entre los buenos y los malos. Que está la clase explotada y enfrente la explotadora y la lucha entre los dos bandos es el único motor de la historia. Cualquiera que sea un currante, por el mero hecho de serlo, está de nuestro lado y merece nuestro respeto. Por contra están los ricos, que son siempre los culpables de todo lo malo que ocurra y de todo lo malo que pase. Y yo pienso que esta forma de no pensar es una mierda que impide ver los problemas tal como son, la realidad tal como es. Simplificarlo todo así, sólo nos puede conducir a darnos contra una pared y creernos que eso es resistir” (Producto Interior Bruto)

Hay entre los que se reclaman revolucionarios hay un cierto grado de sacralización de las figuras del obrero, del sindicalismo, de las masas y de la idea de lucha de clases. Si uno plantea la transformación social sin centrar el análisis en estos sujetos, conceptos y espacios, se estaría cometiendo herejía. Entre más “popular” vista el individuo o su organización, más genuinamente revolucionario es. Si no te llenas la boca con “proletariado”, “lucha de clases” otras palabras del mismo tono y no centras la acción cotidiana en ellas, ya no eres uno de ellos. A lo sumo serás un ambiguo postmoderno, un infantilista irresponsable o, derechamente, un reaccionario. Por supuesto, esta situación no es ajena a los llamados anarquistas. Y a mi entender esto se debe a que no nos hemos sabido librar completamente de la herencia analítica, estética y discursiva de los paradigmas revolucionarios marxistas de los sesenta, setenta y ochenta. El anarquismo criollo no ha superado del todo el trauma del izquierdismo que alguna vez reemplazó su lugar en el combate anti-estatal (MIR, FPMR, MJL). Hablo de trauma porque el rebrotar de la actividad libertaria en los noventa encontró huérfano al “movimiento anarquista” de referentes locales de su propia ideología (extintos hace tiempo), lo que llevó a muchos, explícitamente a veces, inconscientemente en otras, a acercarse a los modelos de análisis marxistas, a adoptar su estética, su memoria histórica y, lamentablemente, a copiar en ciertos casos sus modelos de organización. Las consignas, las demandas, los 29 de Marzo y los 11 de Septiembre, son los ejemplos más visibles de este proceso.

El recuerdo de los que combatieron y murieron por la libertad y el de las experiencias subversivas de otras vertientes ideológicas es sumamente importante si buscamos en ello herramientas para el hoy, pero es contraproducente cuando rememorar se vuelve un porfiado ejercicio para traer fórmulas del pasado que ya no resisten al presente. Por mucho que se le enrostre al marxismo la burocratización y el autoritarismo en cada una de sus experiencias históricas, cuestión irrefutable por lo demás, no vemos un vivo atrevimiento ni la intención a lo menos de cuestionar y cambiar tajantemente las herramientas de investigación sociológica que ellos emplean y que nosotros no abandonamos aún.

El principal problema que veo en esto es que por no cuestionar las claves de análisis del marxismo y sus terminologías, concluimos encerrándonos en sus mismas lógicas estrechamente economicistas en donde la revolución depende de las estructuras de producción, excluyéndose del estudio (y combate) las múltiples aristas del sistema de dominación que no necesariamente se vinculan al trabajo asalariado. A saber, la cultura, la política, el inconsciente colectivo, las diferencias étnicas y etcétera. Según los marxistas todo esto depende de los modos de producción (estructura y superestructura), entonces si trasformamos la economía, cambiaremos todo lo demás. (1) Y para modificarla hay que tomar el control político del Estado con la consiguiente y macabra dictadura del proletariado, que no es más que la dictadura del Partido Comunista. Pero para nosotros quienes sostenemos que no hay igualdad ni libertad en donde existen jerarquías y control policiaco, ninguna dictadura es deseada. Y aún en el caso de que trasformemos la economía suprimiendo en el proceso la estructura orgánica del Estado (instituciones, espacios y capacidad de control), aquello no importa una relación directa con la modificación del pensamiento individual. Es más fácil hacer notar a alguien que su jefe lo explota a explicarle que deje de creer que su compañera es su propiedad, que el peruano o el argentino no es su enemigo o que se puede vivir mejor sin autoridad alguna. Por muy comunista que sea la economía, no hay revolución alguna si no hay un cambalache categórico de las estructuras mentales. Y la economía no determina las cosmovisiones, sino una serie de factores que tienen que ver primordialmente con las experiencias particulares de cada ser. (2) La cuna no determina tu lugar en la lucha, eso sería creer que la distribución de mentalidades en el orden actual es como generalmente lo fue en la edad media europea. Un obrero puede ser tan enemigo de la libertad como su patrón. ¡Falsa conciencia! -nos gritan los marxistas y quienes creen en sus metodologías: como los poderosos controlan la cultura, modifican las aspiraciones de los obreros y los hacen renegar de los “verdaderos” intereses de su clase, pero cuando llegue el día –nos advierten- en el que todos los trabajadores se hagan la idea de que son una gran unidad histórica y de que juntos deben hacer la revolución anteponiendo sus intereses a los de las clases hegemónicas, se acabará la falsa conciencia y la sociedad de clases. Bonita ilusión, decimos, que no considera siquiera las dinámicas de la sociedad moderna en donde los roles se confunden anulando las divisiones nítidas entre los diversos actores sociales.

Hoy, un siglo y medio después de cuando se trazaron las ideas genéricas del materialismo histórico, tiempo en que todas las estructuras de dominación se han perfeccionado y sofisticado sobremanera, urge cuestionar todo aporte teórico desde esas vertientes. Y no se trata de destruir por destruir, por cierto.

Apremia también cuestionar el modelo de “explotados y explotadores”, pues ya no hay sociedad –y nunca la hubo- dual. Las redes de poder y los conflictos en sus entretejidos son muchísimo más complicadas que un simple encontrón entre burgueses malvados y proletarios descamisados. En todo individuo hay un opresor, en todo trabajador hay un capitalista, en todo militante hay un militar: es preciso acabar con todos.

Si bien el anarquismo tuvo una época en que su relación con el mundo de las organizaciones de trabajadores era estrecha, innovando orgánicamente y aportando de diversas formas a sus luchas contra las redes de poder económico y estatal; su cuerpo teórico concibió ideas de redención que sobrepasaban los márgenes productivos. La idea era la transformación integral del individuo y con él de la sociedad toda. No te liberas en cuanto a tu clase, sino en tu calidad de ser. Ni opresores ni oprimidos, he ahí la cuestión primera.

Volviendo a la necesidad de superar al materialismo histórico en el campo anarquista me resulta preocupante el afán de muchos de “reafirmar el carácter de clase del anarquismo”. Haré referencia a un artículo de la revista plataformista Hombre y Sociedad, pero insisto en que esto no solo está presente en dicha corriente. No criticaré punto por punto sus postulados que, asumo, están inspirados de buena fe, aunque no concuerde con la mayoría de ellos. Pero sí me interesa ejemplificar el problema con éste, un típico caso de matrimonio entre anarquismo y fetichismo obrerista, en donde abundan los términos “proletariado”, “dialéctica”, “conciencia de clase”, “masas”. Aunque, como veremos, la similitud no sólo está en las palabras, sino también en las claves de lectura de la realidad. Espero no distorsionar el sentido del texto, como ocurre casi siempre cuando se cita para debatir, pero creo que este párrafo habla por sí sólo. Dicen desde H&S para combatir a los detractores de su tendencia:

“Así la resistencia a la plataforma aparece como la resistencia a dar el salto de un anarquismo abstracto, marginal, a ser parte activa en la lucha de clases, a hacerse parte de las dificultades reales que experimentan los movimientos sociales, por temores virginales a lidiar con la política real, se trata del temor natural que produce esta idea de que el anarquismo es sólo una posibilidad que hay que hacer parir, además del miedo al dolor y al trabajo que éste implica necesariamente” (3) (la negrita es mía).

¡Hay de nosotros los abstractos, los marginales y ajenos a las reales dificultades, los de vírgenes temores, los miedosos al dolor y al trabajo! Pero más allá de la arrogancia evidente, y de la ignorancia respecto a los costos que implica desarrollar la anarquía en otras formas, lo que me urge referir sobre este artículo es el porfiado tema de la lucha de clases. En donde no se concreta un cuestionamiento a la terminología marxista sino que, sirviéndose de ella, se permiten definir entre anarquismos concretos y abstractos. Personalmente valoro todo trabajo que se haga para mermar el sistema de dominación, cuanto más diversos mejor, y me agrada la preocupación por hacer más efectiva la presencia de las prácticas y valores libertarios en la sociedad, como supongo a la gente de H&S, pero me parece peligroso que se alimenten del materialismo histórico sin hacer al mismo tiempo una crítica profunda (más allá de los lugares comunes: antiburocracia, antipartidismo, etc.) de sus estrechos marcos economicistas. ¡La vida social es mucho más compleja que las relaciones con el malvado capital! Antes que el capital está la autoridad, y no hablo solo de las fuerzas evidentes del Estado o sus edificios y símbolos (Ejército, carabineros, cárceles, escuelas, edificios administrativos), sino –y principalmente- de aquella red de creencias que hacen de él una fortaleza aparentemente inexpugnable. Creencias como aquella hegemónica –y pilar de la dominación- que nos advierte que no se puede vivir sin autoridad. Y a esa máxima no la acabaremos únicamente con piedras y bombazos, ni con huelgas ni grandes manifestaciones. Aunque todo sirve, por cierto.

Y como soy un convencido de que las formas de combatir los mil rostros de la dominación pasan por multiplicar mil espacios de respuesta y contraofensiva, no puedo dejar de cuestionar aquella creencia (que también empieza a abundar entre los ácratas) que invita a distanciarse completamente de la lucha económica por considerarse funcional al orden. En esa lógica, por ejemplo, el sindicalismo vendría a ser otro instrumento más de dominación.

Veamos un caso. En el nº 53 de la publicación anti-plataformista Libertad! de Buenos Aires apareció un artículo firmado por Patrick Rossineri que sintetiza esta idea (4). Coincidimos en su análisis, más no en las conclusiones. Ante la pregunta de si acaso es posible o deseable para los anarquistas horizontalizar y autogestionar los sindicatos, el articulista remata negativamente, aunque deja en claro la necesidad de fortalecer entidades anarcosindicales, el trabajo en los barrios y con los no sindicalizados, con los cesantes. Bien dice Rossineri que el sindicato está inserto en el sistema de dominación en tanto reproduce al mismo en las estructuras jerárquicas de su funcionamiento interno, así como en su disponibilidad a las subvenciones estatales. Y es cierto que el sindicato es hoy un organismo autoritario y pancista, sólo preocupado en demandas inmediatas de caracteres gremiales y restringidos a su particular radio de acción. Ya no existe la huelga política, la huelga solidaria, como otrora cuando por ejemplo los gremios paraban sus labores para apoyar a otros sindicatos o reclamar la libertad de los presos políticos. Pero, a nuestro juicio, que el sindicato esté amarrado a la estructura de poder no implica negar la posibilidad para un anarquista de luchar en él. Requerimos transformar todos los espacios en los que nos desenvolvemos ¿por qué éste no? Y esto tampoco significa claudicar, hay que combatir a los politicastros, a los legalistas y todo dirigente sindical debe ser objeto de desconfianza en tanto autoridad, pues la delegación y la sumisión muchas veces visten ropajes simpáticos. El sindicato es una herramienta como tantas otras y además se ha mostrado útil para detener el abuso patronal en no pocos casos. Creo más bien que el problema pasa por no hacer del sindicato y el sindicalismo la panacea. Por su parte el anarcosindicalismo es una solución parcial y limitada a la burocratización del sindicato legal y partidista, pero no es en sí mismo la solución al general sistema de dominación.

La gesta libertaria trasciende nuestro lugar en el sistema de producción y el entretejido de relaciones salariales en el que sobrevivimos. Hasta acá llegamos hoy. El llamado es a cuestionar el uso indiscriminado y acrítico de la terminología y las claves de análisis marxistas entre los anarquistas, y para sugerir cuidado sobre su antípoda antieconómica. Y es que el anarquismo no depende de las estructuras de producción, pero tampoco puede desentenderse de las mismas. Pero y en todo caso, no es la verdad anarquista la que habla hoy, sino la limitada opinión de uno de los miles que se reclaman como tal. Provocar a la reflexión es la idea.

Citas:

[1]. A pesar de las reformulaciones y “actualiza­ciones” del pensamiento marxista, por ejemplo con el rescate de los aportes sobre “hegemonía” de Gramsci (opacado por largo tiempo en A.L. por Althusser y compañía), estas ideas continúan intactas. Entre otros véase, Marta Harnecker, Los conceptos elementales del materialismo histórico, X edición, Siglo XXI, Santiago, 1972.
[2]. Incluso los mismos historiadores marxistas lo han notado, aunque no se note en las directrices de sus partidos. Estúdiese los aportes de E. P. Thompson y su “Formación de la clase obrera en Inglaterra”, Editorial Crítica, Barcelona, 1989.
[3]. El artículo referido es “A propósito de las resistencias a “La Plataforma”: Contribución a un anarquismo de masas.”, Hombre y Sociedad, nº 24, Invierno 2009, Santiago, p.15.
[4]. “El sindicato como herramienta de domina­ción”, Libertad!, nº 53, Octubre-Noviembre 2009, Buenos Aires.
Autor: Manuel de la Tierra
Publicado en: El Surco Nº15 – Chile
Tomado de: Prensa Anarquista

[Textos] [Patriarcat vs. Capitalisme] Última hora: està guanyant el capital!

El patriarcat, aquest monstre que regula les nostres relacions domèstiques, sexuals i afectives ha resultat greument ferit en dues de les seves extremitats: el masclisme i la homofòbia. Tot i així, sembla ser que és capaç de sostenir-se sobre dues potes—la monogàmia i l’adultisme—les quals romanen intactes; ni les més coratjoses guerreres antipatriarcals gosen enfrontar-s’hi. Ningú gosa qüestionar si la monogàmia i el seu mite de garantir relacions econòmico-afectives exclusives per tota la vida juntament amb la normalització social del divorci o trencament amorós, és una de les principals (per no dir LA principal) causa de dones maltractades o mortes en mans dels seus marits o enamorats. Tampoc ningú gosa qüestionar si un infant té sexualitat i encara menys si té dret a gaudir-ne.

El matrimoni, com a màxima institució de la monogàmia, va de capa caiguda, però informalment i inconscientment seguim reproduint la monogàmia en les nostres relacions afectivo-sexuals. Un ritual d’un sol dia—el casament—no marca grans diferències entre un matrimoni qualsevol i una parella que comparteix habitatge, turisme i militància als moviments socials. Les gelosies o la repressiva exclusivitat sexual, el lloguer, hipoteca o crèdits compartits i les discussions per escollir una pel·lícula o el tedi de no tenir res nou per dir-se, són el seu pa de cada dia indistintament.

Per altra banda tenim l’adultisme, una silenciosa i desconeguda però omnipresent opressió. Les categories socials construïdes a partir de l’edat biològica dels individus són construccions socials al servei de la supremacia dels adults. La despossessió de infants, joves i ancians és anàloga a la dels aturats i mestresses de casa, amb la diferència que els primers no tenen sindicats ni departaments del govern que vetllin per ells.

Tanmateix, en les tenebres habita un poderós monstre que creix dia a dia guanyant cada cop més terreny al patriarcat: el capitalisme. Contràriament al que creuen molts activistes, el patriarcat no va de bracet del capitalisme, sinó que aquest últim s’està menjant al patriarcat amb patates. El capitalisme no necessita per res al masclisme ni la homofòbia ni la monogàmia ni l’adultisme, molt millor si totes les dones treballen “lliurement” en el lliure mercat; molt millor si l’homosexualitat és un orgull molt rendible enlloc d’un vergonyós estigma; molt millor si tots els individus es comporten de forma completament individualista i poden consumir al màxim sense haver de donar suport a la parella o el seu producte: la família; molt millor si infants i joves consumeixen “lliurement” (sense les restriccions que imposen els pares o tutors).

Si bé el patriarcat es manifesta a través de la cada cop més raquítica família, el capital ho fa a través del cada cop més robust estat-mercat liberal. Així ens trobem en què cada cop més competències que durant mil·lennis han pertangut a la família són transferides a l’estat-mercat: l’educació dels infants, l’assistència a la gent gran, l’assistència mèdica, la producció i preparació d’aliments, l’oci… Entre les joves generacions trobem els individus més avançats en aquesta transició de l’ordre patriarcal al capitalista. Aquests individus ja no conviuen amb familiars i tampoc amb altres humans (tot i que a vegades coexisteixen amb humans dins d’un mateix habitatge!), així no han de fer cap esforç per posar-se d’acord sobre res amb ningú. A nivell sexual, l’ambient gai fou el primer a alliberar-se del patriarcat per encadenar-se a la lògica del capital: aquí les relacions sexuals es consumeixen com xiclets que s’exprimeixen i escupen en un tres i no res (tot i que a vegades ensopegues amb un xiclet que ja havies mastegat i costa desenganxar-lo de la bamba).

L’única feblesa del capitalisme enfront el patriarcat és que no ofereix prou incentius per reproduir l’espècie; la criança monoparental suposa molt d’esforç i sacrifici, faltaria subsidiar-la més o desenvolupar un electrodomèstic capaç de canviar els bolquers dels nadons. És per això que inclòs els post-moderns transmarikabolloqueers, quan decideixen reproduir l’espècie, sovint retornen al model més conegut: la clàssica família nuclear. Així que no t’estranyi veure un activista transfeminista-intersex que havies vist fent una transgressora performance post-porno a Can Vies, ara fent una performance patriarcal, passejant el seu fill amb cotxet per la rambla, agafat de la mà de la seva parella monògama.

Hi ha qui lluita contra el patriarcat sense tenir consciència que alimenta al capitalisme i viceversa. Això és així perquè actualment en la nostra societat només hi ha aquests dos models/monstres possibles. Si no els ataquem conjuntament, trascendint el nostre ghetto polític i la nostra lluita parcial i especialitzada, sortirem del foc per caure a un altre foc. Si volem bastir una lluita amb alguna possibilitat de superar capitalisme i patriarcat, l’haurem de desenvolupar paral·lelament a la construcció d’altres formes de viure i relacionar-nos que vagin omplint el buit que deixarem amb la seva progressiva demolició.

Na Pai

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