Category Archives: Anarquisme

[Grecia] Incontrolable: Contribuciones a un Nihilismo Consciente.


Texto publicado en anarchistnews.org el 23 de mayo de 2011

“Athena: Hago solamente aquello que me es pedido. Pedidme la ciudad para trabajar en armonía y uniré a los esclavos y engordaré a sus amos. Así es como se forja la armonía del caos. Todos los que emigran y viven en las afueras de la justa Athena aceptarán este acuerdo, sea su ignorancia sobre este acuerdo sincera o falseada. Residir en mi ciudad requiere sumisión. Al igual que un toro que lleva el agua se somete a su yugo, así debe el ciudadano de la ciudad sujetarse a las leyes de la misma. Pero si os cansáis de esta situación, si el vino causa la enfermedad y las uvas se pudren en la vid. Alegremente destruiré aquello que me habéis pedido que criara. Pero todavía tengo que escuchar a cualquiera de vosotros, los mortales, los reyes y los rebeldes, pedirme que lleve a cabo esta tarea final:.. dejar que el Caos reine en los campos de Athena. Os falta el coraje para ver arder todo lo que os ofrece comodidad y abrigo. Hasta los más fuertes entre vosotros teméis el poderoso Caos y lo que él hará, al cual dejaré actuar libremente. Pero recuerda esto, joven alma, hago solamente aquello que me es pedido. Pídeme que te construya una ciudad y haré que funcione. Pídeme que acabe con la miseria de la ciudad y sólo tendré una opción: destruirla por completo.”

Eurípides, ATHENA POLIAS (Athena de la Ciudad), de las Tragedias Perdidas


En diciembre de 2008, un gran número de jóvenes atenienses descubrió algo terrible. Muchos de ellos tenían entre 13 y 19, cuando Alexis, a los 15 años de edad, recibió un disparo en el pecho y murió. Estos jóvenes, que sabían muy poco acerca de las asambleas anarquistas o sobre los métodos aceptables de lucha, pronto se inclinaron por la gente a la que veían quemar bancos, saquear tiendas, reventar los pedazos de mármol de las aceras de las calles, y lanzar fuego contra la Policía . Durante esos días nadie trató de detener su ira (que habían descubierto tener en demasía), excepto la Policía. Ellos sabían quién era el enemigo: los que trataban de detenerles.
Evidentemente, su capacidad para destruir dependía de la presencia de otros, creando en ellos un fuerte sentido de comunidad y poder de grupo que fue utilizado en contra de todo lo que les mantenía en orden, y creció mientras duró la insurrección. Cuando ésta terminó, cuando regresó la normalidad, estos jóvenes se mantuvieron alerta y conscientes de su poder, esperando la posibilidad de volver a usarlo.


En mayo de 2010, tres personas murieron en una sucursal del banco Marfin. Estaban encerrados por su jefe, temerosos de perder sus puestos de trabajo, cuando se lanzaron cócteles molotov en el interior que quemaron todo el bloque. Las muertes de estos simples empleados de un banco llevó a los anarquistas de Atenas a una crisis. Los medios de comunicación utilizaron las muertes como excusa y justificación para la represión. La sociedad se volvió contra los “asesinos” anarquistas. Junto con todo esto, los anarquistas se volvieron contra los anarquistas, en la búsqueda de una razón o una explicación o argumento para un acto tan horrible. De hecho, no había nada que encontrar. Algunos dijeron que los incendiarios eran grupos paraestatales, otros que había sido la Policía, otros dijeron que fue un accidente, y otros dijeron que estas muertes eran bajas aceptables en una guerra. Sólo algunos de los más “atentos” entre los anarquistas han visto lo que realmente sucedió: los jóvenes del 2008 habían quemado completamente un banco que había sido bloqueado por el patrón.


En mayo de 2011, los anarquistas de Atenas estaban inmersos en un auto-declarado momento crítico. Una de las razones más comunes fueron los días posteriores a la tragedia de Marfin Bank y las críticas internas, que no se habían detenido en un año. Otra razón fue la detención de los miembros de las nuevas guerrillas urbanas y la cantidad de apoyo necesario para los presos políticos, que han llegado a 40.
Ha habido muchas críticas a algunas de estas guerrillas, en especial a la campaña de cartas-bomba llevada a cabo por la Conspiración de las Células de Fuego. Se dijo que estas acciones eran inútiles y sólo ofrecían al Estado más ejemplos de terror anarquista para ofrecer al público. Dos anarquistas fueron arrestados y, más tarde, han asumido la responsabilidad por el envío de estas cartas bomba a varias embajadas extranjeras. Uno de los anarquistas detenidos tenía 22 años, uno de los jóvenes del 2008. Georgios Papandreou, el actual ministro griego del Gobierno, dijo lo siguiente acerca de estos jóvenes fuera de control: “Estos actos irresponsables y cobardes, no serán capaces de evitar nuestros enormes esfuerzos para restaurar nuestra credibilidad y reactivar nuestra economía”.


Estoy conectada a un amigo a través de alguna experiencia de elección, comprensión, o decisión que implique que el crecimiento de su poder sea el resultado del crecimiento del mío. Simétricamente, estoy conectada a un enemigo por elección, sólo que en este caso hay un desacuerdo. Para que mi poder crezca, necesito enfrentarme al suyo, necesito minimizar sus fuerzas.
–Virginia Wolff

La mayoría de las veces están en la línea de frente, preparados para tirar una bomba improvisada o un cóctel molotov, si tienen uno. Por lo general, no se contentan con piedras o palos. Cuando no ocurre nada, o la Policía está ausente, destruyen todo lo que les rodea: semáforos, kioscos, pequeñas tiendas, cualquier cosa. Algunas veces la gente intenta pararles, y a veces funciona. Recientemente, alguien trató de iniciar un incendio que fue rápidamente apagado por otros anarquistas. Mientras se desarrollan las asambleas en las ocupaciones, ellos están fuera provocando a la Policía, lanzando piedras y preparando trampas. Muchos de los anarquistas simplemente no los toman demasiado en serio. Algunos directamente los desprecian, diciendo que “no quieren tener nada que ver con el movimiento anarquista” por culpa de ellos. Estos jóvenes del 2008 se identifican como anarquistas, pero hay muchos otros anarquistas que rápidamente dicen que no tienen “calificación” para hacerlo.


El reciente ataque a una comisaría de policía en Exarchia trajo más críticas. Durante el ataque, una motocicleta se incendió y explotó en el momento en que un vendedor de un mercado de calle cercano trataba de extinguir el fuego. Al día siguiente, los periódicos estaban repletos de titulares diciendo que “los encapuchados” estaban quemando a la gente pobre. Esta acción se llevó a cabo en un mal momento: los fascistas habían celebrado recientemente una concentración frente al edificio del Banco Marfin, que había sido quemado un año antes, en un intento de capitalizar la ira popular y la desconfianza hacia los anarquistas. Después de que un ciudadano griego fuera asesinado, los fascistas proclamaban que los asesinos habían sido inmigrantes y rápidamente movilizaron a cientos de personas, preparando un pogromo racista que continúa hasta hoy. El ataque a la comisaría de policía se produjo en este período de tensión, y fue visto por algunos como un intento de atacar directamente a la misma Policía que había protegido a los fascistas mientras aterrorizaban el centro de Atenas. Dado el mal momento en que se produjo la lesión accidental del vendedor ambulante, algunos anarquistas rápidamente condenaron el ataque. El periódico de derecha Kathemerini ha citado a algunos residentes de Exarchia que dijeron que los “verdaderos anarquistas” nunca harían algo así.

Este ataque ha salido de Exarchia. Cientos de anarquistas paran por la plaza Exarchia, bebiendo, fumando y hablando. Muchos de los chavales del 2008 pasan sus noches aquí. Es aquí donde la información, las ideas y acciones planeadas rápidamente circulan como un reguero de pólvora entre los anarquistas. Estos jóvenes que paran por la plaza puede que no sean los mismos que mantienen el parque okupado de Exarchia, pero ciertamente lo frecuentan y lo defenderían de la Policía sin dudar. Aún así estos mismos jóvenes que suelen estar en primera línea de cualquier conflicto son los más despreciados por los anarquistas atenienses. Sus acciones no son perfectas, actúan irracionalmente, y tienden a tirar a la basura hasta los planes de los anarquistas.



Recientemente, mientras los anarquistas estaban haciendo su asamblea semanal en la Universidad Politécnica, estos jóvenes del 2008 atacaron a grupos de estudiantes marxistas que habían participado en las elecciones estudiantiles. Atacar las elecciones universitarias había sido una práctica común, pero hoy en día ya no lo es para los anarquistas, y ahora la tradición se mantiene sólo gracias a estos chavales. Los marxistas han cerrado las puertas de la universidad, algo que normalmente sólo se hace en defensa de los ataques de la Policía. Los anarquistas en la asamblea se precipitaron al exterior para ver de dónde venían las fuertes explosiones y gritos, para encontrar un gran grupo de marxistas defendiéndose de otros anarquistas. Una vez más, la mayoría dijo que este ataque era ridículo, con poca visión, y hecho en un mal momento, ya que los fascistas estaban en las calles atacando inmigrantes. Pero los jóvenes salvajes que atacaron las elecciones universitarias sólo sabían una cosa: la democracia apesta.


La historia es una pesadilla de la que trato de despertar. 

– Iggy Pop

Se ha hablado mucho sobre canibalismo social en Atenas, es decir, el cuerpo social devorándose a sí mismo. Proxenetas inmigrantes vendiendo a sus prostitutas inmigrantes a ricos hombres griegos; camellos griegos vendiendo sus drogas a yonkies griegos; los policías de Atenas enfrentándose entre ellos mismos; los ciudadanos atacando a los políticos; los anarquistas atacándose entre sí; los fascistas atacando a anarquistas. La guerra de todos contra todos. El caos. Ésta es la famosa imagen de Atenas siendo destruida por Athena, su diosa patrona.
Los medios de comunicación y el gobierno tienen un claro interés en promover esta idea de la descomposición social, porque al final, si las cosas se ponen realmente mal, es el Estado el que vendrá y restablecerá el orden. Al menos éste es el guión esperado. Sin embargo, algo diferente está pasando aquí en Grecia. La sociedad está realmente cayéndose a pedazos, más rápido de lo que por lo general cae en cualquier gran ciudad. Nadie tiene dinero, el gobierno ha decidido obtener otro préstamo de la troika, y todo el mundo es consciente del problema. La forma que adopta el problema es diferente dependiendo de con quién se hable: los fascistas dicen que el problema son los inmigrantes y la izquierda política; los políticos dicen que es la irresponsabilidad de las personas que no pagan sus impuestos, se niegan a pagar los peajes, y se niegan a permitir la construcción de vertederos en sus pueblos; los anarquistas dicen que el problema es el capitalismo y el Estado. La resonancia que estas fuerzas encuentran a sus ideas varía en las diferentes partes de Atenas.

Por ejemplo, en el centro, hay muchos crímenes antisociales, algunos de los cuales son practicados por inmigrantes, y algunos por griegos pobres. Una vez se produjo el asesinato de un griego en el centro de Atenas – del cual se intentó sacar provecho desde un principio – los fascistas encontraron el apoyo de gran parte del barrio a su teoría de que el problema estaba en los inmigrantes. En el mismo barrio también hay anarquistas, mayoritariamente centrados al rededor del centro social ocupado Villa Amalia.

Desde que comenzó el pogromo, los anarquistas se convirtieron en un aliado natural y muchos inmigrantes se mantuvieron cerca de Villa Amalia, no sólo por protección, sino también para encontrar amigos en un territorio hostil. Estos inmigrantes, que viven una vida precaria bajo el capitalismo, siempre han sido víctimas del canibalismo social y un recurso para pequeñas empresas capitalistas sólo para sobrevivir. Ahora están siendo demonizados y perseguidos, su esperanza de integración en el capitalismo griego se destruye por completo.

Estas fuerzas están acercando a los dos colectivos: inmigrantes extranjeros y anarquistas.

En el cuarto día del pogromo, los anarquistas y los inmigrantes habían recuperado el área alrededor de Villa Amalia. Música y proclamas eran gritadas a la calle a través de un altavoz. La asamblea semanal de Villa Amalia se anunció en el barrio y atrajo a decenas de no-anarquistas para discutir qué hacer durante este período de tensión. Los niños jugaban a fútbol, las familias paseaban arriba y abajo, y desapareció el temor que se había apoderado de la zona. Sin embargo, a pocas cuadras de la ocupa, el pogromo continuaba.


Hay algunos antagonismos que jamás se reconciliarán: los fascistas y la policía jamás se reconciliarán con los anarquistas y los inmigrantes. Hubo innumerables ejemplos (además de los anteriores) de los anarquistas y los inmigrantes en Atenas superando sus hostilidades y encontrando un terreno común. Hasta hacía poco, no había habido muchos momentos de coincidencia entre los dos grupos. Ahora hay otro antagonismo que apareció en primera línea, pero este antagonismo es entre anarquistas y anarquistas.


La negación de lo que existe para el beneficio del futuro que no existe

– Charles Darwin

El 18 de mayo de 2011 la Policía se acercó a dos personas que estaban de pie al lado de una motocicleta en el norte de Atenas. Uno de los hombres sacó un arma y comenzó a disparar contra los agentes, hiriendo a los dos. Los policías pudieron devolver los disparos, defendiéndose e hiriendo al atacante. El compañero del atacante logró escapar en el coche patrulla de la Policía que fue encontrado, más tarde, abandonado. El herido fue trasladado al hospital, donde dio un nombre falso. El 20 de mayo se supo que este hombre era un estudiante de 21 años, llamado Teophilus Mavropoulos. Se dijo que formaba parte de la Conspiración de las Células de Fuego. En diciembre de 2008, tenía 18 años.

La Conspiración reclama que sus integrantes son anarco-individualistas-nihilistas. Han criticado repetidamente al pueblo griego por ser demasiado cobarde, pasivo y ciego. Le echan la culpa al pueblo por su propia miseria, ya que éste es demasiado estúpido para cambiar su propia situación. La Conspiración es también crítica con la escena anarquista tradicional y con las limitaciones que se impone a sí misma al permanecer aferrada a las fórmulas ineficaces de siempre. Abogan por la creación de pequeñas células armadas federadas de manera informal a través de Grecia y en el mundo, células que atacan directamente a los símbolos y los mecanismos del poder autoritario. En general, no hablan con firmeza y con convicción acerca de la creación de cualquier otra cosa. Por otro lado son críticos con todo.



El nihilismo de la Conspiración es un reflejo del nihilismo creciente entre la juventud del 2008. Estos jóvenes no sólo han vivido y han sido testigos del colapso del sistema capitalista global, sino que también han sido testigos y han participado en la resistencia a ese sistema que ha fallado. Hay mucha gente de los años setenta que le puede decir a los jóvenes la forma correcta de luchar, pero para ellos, los viejos han fracasado, como todos los demás. Cuando estos jóvenes tratan de expresar su desesperación y la voluntad para actuar, suelen ser silenciados, callados, o ridiculizados por los anarquistas que tienen una relación más estrecha con las viejas tradiciones de lucha. El resultado de todo esto fue que la juventud saltó fuera de los centros de la conciencia del movimiento, prefiriendo permanecer en la periferia, donde son libres de hacer lo que quieran. Algunos de ellos rompieron por completo, como lo demuestra la Conspiración. 

Hay algunos guerrilleros y militantes que tienen la aceptación general y la admiración de la escena anarquista: los “ladrones de negro”, Lucha Revolucionaria, y Vassilis Palaeokostas, por nombrar unos pocos. Palaeokostas es conocido internacionalmente por ser el hombre que escapó de la cárcel en helicóptero. Estas personas, a pesar de su valor, siempre han mantenido sus vínculos teóricos con las escenas tradicionales autónomas y anarquistas. Creen en la revolución social y el potencial infinito de la población de rebelarse. Aunque por lo general comparten los mismos objetivos con los nihilistas (la destrucción del orden mundial y sus agentes), en varias ocasiones se han distanciado de ellos públicamente. La guerrilla y otros militantes tienen una esperanza y confianza en las personas que no comparten los nihilistas. Los nihilistas son los pocos que, invocando a Eurípides, han pedido a Athena que destruya la ciudad por completo. Pero están solos, empujados e ignorados por la mayoría de los otros anarquistas. En su aislamiento, los más decididos de ellos han desconectado completamente del medio del que venían y los están pillando poco a poco, uno a uno. Mientras están en la cárcel, la ciudad persiste.



Nada es verdad, todo está permitido

– Hillary Clinton

El actual nihilismo de la juventud no aparece de la nada. Es un reflejo del fracaso total tanto del capitalismo como de la resistencia. Muchos no ven alternativa y no quieren otra cosa que la completa destrucción de la bestia y de lo que la alimenta: la ciudad. Exponer estas perspectivas es muy difícil. Para las personas que quieren un cambio social, un cambio radical, la destrucción total suena tan loca como parece. El diciembre del 2008 pudo haber tenido la ayuda de actores conscientes que cuidadosamente seleccionaban los objetivos, pero los impulsos destructivos de todos los que participaron fueron de carácter general. Estos impulsos pueden haber sido formulados o canalizados por las diferentes ideologías cuando la insurrección hubo terminado, pero en su auge eran incontrolables. 

La primera explosión del mismo fuego que se extendió por el norte de África, tal como en 2008 fue la emergencia de algo nuevo. No fue el comunismo, anarquismo, o democracia. Fue el deseo de librarse de todo. En Egipto, este deseo fue canalizado a través de los partidos democráticos que han asesinado la energía, dejando al país en una dictadura militar. En Grecia, este deseo se ha canalizado de nuevo en los sindicatos, partidos políticos e ideologías. Lo que ha sustentado cada insurrección, lo que la mantuvo en su auge de cólera, fue la total ausencia de una mano guía. Tan pronto alguien tomó el control, tan pronto alguien prometió un futuro mejor, que ese futuro rápidamente ha llegado, igual a todos los días anteriores.


Hay un temor entre los anarquistas, en Grecia y a nivel internacional: el compromiso con los objetivos de su propuesta. El abismo de la libertad es aterrador. Sin la Policía, habría una guerra civil entre los diferentes grupos y sería peor que la lucha entre los anarquistas, los fascistas y los inmigrantes que vemos hoy. Sin la ciudad, la red y la infraestructura, habría una hambruna masiva y violencia. Es utópico imaginar a los trabajadores tomando las centrales eléctricas y el sistema de abastecimiento de agua o a la población reapropiándose de los recursos de la ciudad y poniéndolos a disposición de un mejor uso. Pero como la Bastilla, la ciudad de Atenas siempre mantendrá la finalidad para la cual fue construida. La Bastilla fue construida para ser una prisión, nada más. Atenas fue construida para dar cobijo a sus trabajadores y a sus amos. Mantuvo este carácter durante miles de años. Si el capitalismo desapareciera, el propósito de la ciudad desaparecería con él.

Es aterrador hacer frente a este hecho, y la mayoría retrocede a pre-existentes formas de lucha que al final no suman más que aceptación resignada y derrota permanente. Las mismas formas se pueden repetir, las mismas escenas y los mismos rituales pueden ser replicados, pero no funcionarán de repente cuando nunca lo han hecho. Es el miedo lo que aparta a la gente de la conclusión de que el proyecto más importante que nos ha sido dejado es la destrucción de lo que el capitalismo ha creado. ¿Quién quiere destruir el lugar donde vive? ¿Quién quiere caer en el caos sin poder prometerse a sí mismo y a sus amigos que algo mejor vendrá? No puede haber promesas en el futuro. Todas las promesas se convierten en mentiras, el engañado se convierte en el engañador, y la miseria actual persiste.

Los nihilistas y nuestros jóvenes no deben ser eliminados o llevados a la desesperación. Son parte de nuestros mundos anarquistas y reflejan algo que es al mismo tiempo nuevo y terriblemente viejo. Si no les escuchamos, actuarán independientemente de nuestra aprobación o reconocimiento. Si tratamos de controlarlos, no seremos para ellos nada más que extensiones del sistema que quieren destruir. Quizás haya más verdad en esto de lo que podemos imaginar. Tal vez seamos unos simples cobardes, esperando nuestro turno hasta que los héroes perfectos nos vengan a salvar, a prometer un futuro, a actuar primero para que después los podamos seguir.

Como anarquistas, sabemos que la destrucción del capitalismo es necesaria, pero ahora que el capitalismo se ha integrado tan profundamente en nuestras vidas, este conocimiento es aún más aterrador. Nos retiramos a los ochenta y noventa, a los dos mil, siempre aferrados al pequeño pedazo de la historia en el que nos mantuvimos, atrapados por las formas de ideas que no han cambiado.



Yo no quiero abandonar el anarquismo. De hecho, quiero difundir las ideas lo más lejos posible. Quiero que la gente recuerde los métodos y tácticas de los que vinieron antes que nosotros, quiero que la gente no utilice estos métodos sólo contra nuestros enemigos, sino que al hacerlo también sepan que no estamos construyendo un mundo mejor, ni lo prometemos. El anarquismo no trata de alcanzar la sociedad perfecta, que ponga fin a la población recientemente esclavizada, trata de crear el mundo que queremos ahora, para nosotros. Es necesario destruir lo que queremos y no tener miedo de lo que sucederá.

Promover la destrucción del capitalismo en el año 2011 es promover el nihilismo. Destruir el capitalismo es destruir todo lo que ha creado, y, honestamente, esta tarea se ve como nihilista por aquellos que han invertido algo en este mundo. Así que abogo por un nihilismo consciente, un nihilismo que no es una reacción a los padres anarquistas de las asambleas, a la demonización de los medios de comunicación, o a la indiferencia de la población. El nihilismo que defiendo se opone a todos aquellos que quieren gestionar el potencial del presente, y no a las personas que son manejadas. Nuestro enemigo no es la sociedad, nuestro enemigo son las personas que crean y mantienen la sociedad.

Este nihilismo consciente comienza con la simple idea de estar en contra de este mundo. Lo que viene después, un compromiso de estar en contra de este mundo, un compromiso que se materializa en la acción y no en el discurso, es la parte más difícil. Organizar conscientemente la destrucción de todo, más que atropellar o señalar a todo el mundo, es la tarea del nihilismo consciente. Debemos preguntarnos si queremos esperar, hacernos viejos, y existir en el mundo que despreciamos, o dar un salto en el abismo. Otros saltaron al abismo y ahora están cayendo. Es hora de llegar a nuestros jóvenes amigos, unirse a ellos en su salto y acordarnos de que no estamos solos cuando tenemos estos pensamientos locos, nihilistas.

Athena destruirá la ciudad si se lo pedimos. En la mitología, Atenea siempre ha ayudado a aquellos que tenían una tarea por completar. Y como Vassilis Palaeokostas escribió en la clandestinidad: “La suerte es mujer y se ocupa de los audaces.”



[Madrid] “Hoy sólo son Palabras, pero algún día serán Hechos”

Vivimos la manifestación que convocamos este domingo 3J con gran alegría e ilusión. Millar y medio de asistentes, muchos de ellos vecinos que participan en las Asambleas Populares, que se manifestaron de manera enérgica y reivindicativa a través de todo el trayecto Cibeles-Sol en pro de la absolución de los detenidos del 15M, en contra de los desahucios y despidos; y por la derogación de la reforma laboral.

No faltaron tampoco los cánticos que expresaban claramente los posicionamientos de los presentes, como por ejemplo: “hace falta ya una huelga general”, “todo el poder, para las asambleas”, “la crisis es, el capitalismo” o el “a, anticapitalistas, a”.

Una jornada marcada además por los juicios simbólicos que se realizaron frente a cuatro instituciones que representan parte de lo peor de este sistema:Banco de España, Ministerio de Educación, BBVA y la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

Por ahora nos conformamos con realizar juicios simbólicos a las instituciones políticas y económicas, pero más temprano que tarde el pueblo pasará a lo concreto, y lo ficticio se tornará real y efectivo.

Lo queremos todo y mucho más, No Podrán Pararnos.

Ver todo lo referente a los JUICIOS SIMBÓLICOS

Ver los vídeos de la manifestación

Ver fotografías de la manifestación

nopodranpararnos.wordpress.com

nopodranpararnos@gmail.com

[Textos] Algunas Notas sobre Anarquismo Insurreccional

El anarquismo insurreccionalista no es una solución ideológica a todos los problemas sociales, no es un artículo del mercado capitalista de las ideologías y opiniones, sino una praxis continua que tiene como objetivo acabar con la dominación del Estado y la continuidad del capitalismo, y que requiere para avanzar del análisis y la discusión. No buscamos una sociedad ideal u ofrecer una imagen de utopía para consumo público. A lo largo de la historia, la mayoría de l@s anarquistas, excepto aquell@s que creen que la sociedad puede evolucionar hasta el punto de dejar al estado al margen, han sido anarquistas insurreccionalistas. De una forma más simple, esto quiere decir que creemos que el estado no va simplemente a desaparecer, por lo que l@s anarquistas deben atacarle para que sea derrotado; lo que se necesita es un amotinamiento expansivo y la propagación de la subversión entre l@s explotad@s y excluid@s. En este texto aclaramos algunas ideas que nosotr@s y otr@s anarquistas insurreccionalistas hemos trazado a partir de este problema general: si el Estado no va a desaparecer por sí mismo, ¿cómo podemos entonces acabar con su existencia? Es por consiguiente, en primer lugar una práctica enfocada a la organización del ataque. Estas notas no son un producto cerrado o finalizado; esperamos que sean parte de una discusión continua por lo que serán bienvenidas las respuestas. La mayoría de estos apuntes proceden de números antiguos de la revista Insurrection y de panfletos de Elephant Editions.

1. EL ESTADO NO VA A DESAPARECER; DEBEMOS ATACAR

  • El estado del capital no va a “esfumarse”, como parece ser que much@s anarquistas creen al no sólo atrincherarse en posiciones abstractas de “espera”, sino incluso posicionándose claramente en contra de los actos de aquell@s para quienes la creación de un nuevo mundo depende de la destrucción del viejo. El ataque es el rechazo a la mediación, al apaciguamiento, al sacrificio, a la acomodación y a la transigencia.
  • Es a través de la acción y de aprender a actuar, y no de la propaganda, como abriremos camino hacia la insurrección, a pesar de que la propaganda tenga un papel importante en la clarificación de cómo actuamos. Esperar sólo enseña a esperar; actuando un@ aprende a actuar.
  • La fuerza de una insurrección es social, no militar. La medida para evaluar la importancia de una revuelta generalizada no es la clase armada, sino por el contrario la dimensión de la parálisis de la economía, de la normalidad.

2. AUTO-ACTIVIDAD versus revuelta dirigida: de la insurrección a la revuelta.

  • Como anarquistas, la revolución es nuestro punto constante de referencia. Precisamente porque es un evento concreto, debe ser construido diariamente a través de un gran número de modestos intentos que no tienen todas las características liberadoras de una revolución social en un sentido estricto. Estos intentos modestos son insurrecciones. En ellos, el alzamiento de la mayor parte de l@s explotad@s y excluid@s de la sociedad y las minorías sensibilizadas políticamente abre el camino hacia que una posible implicación de estratos cada vez más amplios de explotad@s genere un flujo de rebelión que pueda conducir a la revolución.
  • Las luchas deben desarrollarse, tanto a largo plazo como intermedio. Es necesario el planteamiento de estrategias claras para permitir así la utilización de métodos diferentes de una manera coordinada y productiva.
  • Acción autónoma: la autogestión de la lucha significa que aquell@s que luchan son autónom@s en la toma de decisiones y en sus actos; justamente lo opuesto a una organización de síntesis que siempre intenta tomar el control de la lucha. Las luchas sintetizadas dentro de una única organización que las controle son fácilmente integradas dentro de las estructuras de poder de la sociedad actual. Las luchas auto-organizadas son por naturaleza incontrolables cuando se esparcen a través del contorno social.

3. DESCONTROLABILIDAD versus revuelta controlada: la propagación del ataque.

  • Nunca es posible conocer el resultado de una lucha concreta por adelantado. Incluso una lucha parcial puede llegar a tener las consecuencias más inesperadas. El camino desde varias insurrecciones que puedan tener lugar -parciales y específicas- hasta la revolución, no puede estar garantizado de antemano por ninguna estrategia a seguir.
  • Lo que el sistema teme no son estos actos de sabotaje en sí mismos, si no que se extiendan socialmente. Cada individu@ proletarizad@ que dispone incluso de los métodos más modestos puede alcanzar sus objetivos, sol@ o junto a otr@s. Es materialmente imposible para el Estado y el capital vigilar el aparato de control que opera sobre todo el territorio social. Cualquiera que quiera realmente combatir las redes del control, puede llevar a cabo su propia contribución teórica y práctica. La aparición de los primeros eslabones rotos coincide con la propagación de los actos de sabotaje. La práctica anónima de la auto liberación social puede expandirse hacia todos los campos, rompiendo así los códigos de prevención introducidos en su lugar por el poder.
  • Las pequeñas acciones, por consiguiente, fácilmente reproducibles, requieren de métodos no sofisticados al alcance de cualquiera, son por su simplicidad y espontaneidad incontrolables. Por ello se mofan incluso de los desarrollos tecnológicos más avanzados de la contra-insurgencia.

4. CONFLICTIVIDAD PERMANENTE versus mediación con las fuerzas institucionales.

  • La conflictividad debe verse como un elemento permanente en la lucha contra aquell@s que tienen el poder. Una lucha que pierda este elemento termina empujándonos hacia la mediación con las instituciones, creciendo acostumbrad@s al hábito de delegar y creyendo en una emancipación ilusoria consumada por decreto parlamentario, hasta el punto de llegar a participar activamente en nuestra propia explotación.
  • Deberían quizá ser razones individuales las que nos hicieran dudar sobre el intento de alcanzar nuestros propios objetivos con métodos violentos. Pero cuando la no violencia viene a ser elevada al nivel de principio de no violencia y la realidad está dividida entre “buenos” y “malos”, los argumentos dejan de tener valor, y todo se ve en términos de sumisión y obediencia. Los dirigentes del movimiento anti-globalización, a través del distanciamiento y denunciando a otr@s, han dejado claro una cuestión: que entienden sus principios como una demanda de poder sobre el movimiento como un todo.

5. ILEGALIDAD; la insurrección no es solamente robar bancos.

  • El anarquismo insureccionalista no es una ética de la supervivencia: tod@s sobrevivimos de varias formas, a menudo en compromiso con el capital, dependiendo de nuestra clase social, nuestro talento o nuestros gustos. Naturalmente no nos oponemos al uso de métodos ilegales para liberarnos de las cadenas del trabajo asalariado para así vivir y poder realizar nuestros proyectos, no obstante no divinizamos la ilegalidad ni la transformamos en algún tipo de religión con sus mártires; es simplemente un método y a menudo un método adecuado.

6. ORGANIZACIÓN INFORMAL; sin revolucionari@s o activistas profesionales, sin organizaciones permanentes.

De los partidos/sindicatos a la autoorganización:

  • Dentro del movimiento revolucionario existen diferencias muy profundas: la tendencia anarquista hacia la calidad de la lucha y su autoorganización y la tendencia autoritaria hacia la cantidad y la centralización.
  • La organización se emplea para tareas concretas: por ello estamos en contra de los partidos, sindicatos y de las organizaciones permanentes, todos ellos actúan para sintetizar la lucha y convertirla en elementos de integración para el capital y el Estado. Su fin pasa a ser su propia existencia, en el peor de los casos primero construyen la organización y después encuentran o crean la lucha. Nuestra tarea es actuar; la organización es sólo un método. Por ello nos oponemos a la delegación de la acción o de la práctica a una organización: necesitamos generalizar la acción que nos dirija hacia la insurrección, no controlar las luchas. La organización no debe servir para la defensa de ciertos intereses, sino para atacar ciertos intereses.
  • La organización informal se basa en un número de compañer@s unid@s por la afinidad; su elemento propulsor es siempre la acción. Cuanto mayor sea el número de problemas, est@s compañer@s los enfrentarán como una unidad, aumentando así su afinidad. Sabemos que la organización real, la capacidad efectiva de actuar junt@s, sabiendo donde encontrar al otr@, analizando y estudiando los problemas junt@s, pasando a la acción, todo tiene lugar en función de la afinidad alcanzada y no tiene nada que ver con programas, plataformas, banderas o partidos más o menos camuflados.La organización anarquista informal es por lo tanto una organización singular que se aglutina entorno a una afinidad común.

La minoría anarquista y l@s explotad@s y excluid@s:

  • Nosotro@s somos l@s explotad@s y excluid@s, y por eso nuestra labor es actuar. Aunque algun@s critiquen que toda acción que no es parte de un movimiento social visible y amplio sea “actuar en nombre del proletariado”. Por ello, aconsejan analizar y esperar, en lugar de actuar. Supuestamente, nosotr@s no somos explotad@s al lado de explotad@s; nuestros deseos, nuestra rabia y nuestra impotencia no son parte de la lucha de clases. Esto no es más que otra separación ideológica entre los explotad@s y l@s subversiv@s.
  • La minoría anarquista activa no es esclava de los números sino que continúa actuando contra el poder incluso cuando el conflicto de clases se encuentra a un bajo nivel dentro de l@s explotad@s de la sociedad. La acción anarquista no debe en consecuencia aspirar a organizar y proteger al conjunto de la clase explotada, en una amplia organización para presenciar la lucha desde el principio hasta el final, sino que debería identificar los aspectos individuales de la lucha y tenerlos en cuenta en sus conclusiones de ataque. También, debemos alejarnos de la imagen estereotipada de las grandes luchas de masas y del concepto del crecimiento infinito de un movimiento que está para dominar y controlarlo todo.
  • La relación con la multitud de explotad@s y excluid@s, no puede ser estructurada como algo que debe resistir el paso del tiempo, es decir basarse en el crecimiento sin fin y en la resistencia contra el ataque de los explotadores. Debe tener una dimensión específica más reducida, una que sea decididamente una relación de ataque y no de retaguardia.
  • Podemos comenzar a construir nuestra lucha de tal manera que las condiciones de la revuelta puedan emerger y el conflicto latente pueda desarrollarse y sacarse hacia el exterior. De esta manera se establece un contacto entre la minoría anarquista y la situación específica donde puede desarrollarse la lucha.

7. LO INDIVIDUAL Y LO SOCIAL: individualismo y comunismo, un falso problema.

  • Tomamos lo mejor del individualismo y lo mejor del comunismo.
  • La insurrección comienza con el deseo de l@s individuos de romper con las circunstancias forzadas y reguladas, el deseo de reapropiar la capacidad de crear nuestra propia vida como creamos adecuado. Esto requiere que venzan la separación existente entre ellos y sus condiciones de existencia. En el lugar donde un@s poc@s, l@s privilegiad@s controlen las condiciones de existencia, no será posible para la mayoría de l@s individu@s decidir realmente su existencia en base a sus decisiones. La individualidad sólo puede proliferar donde la paridad de acceso a a las condiciones de existencia son una realidad social. Esta igualdad de acceso es el comunismo; lo que l@s individuos hacen con ese acceso está limitado por ell@s mism@s y por aquell@s que le rodean. De tal manera que no hay igualdad o identidad de l@s individu@s implícita en el comunismo verdadero. Lo que nos fuerza a buscar una identidad o la igualdad son los roles sociales impuestos por el sistema actual. No hay contradicciones entre individualidad y comunismo.

8. NOSOTR@S SOMOS L@S EXPLOTAD@S, somos la contradicción: no es tiempo de esperar.

  • Ciertamente el capitalismo contiene profundas contradicciones que lo empujan hacia metodologías de adaptación y evolución, dirigidas hacia la evasión de las crisis periódicas que le afligen; pero no podemos permanecer pasiv@s en espera de esas crisis. Cuando ocurran serán bienvenidas si favorecen el proceso insureccional. Como explotad@s, sin embargo, somos la principal contradicción del capitalismo. Por ello cualquier momento es siempre el adecuado para la insurrección, precisamente por ello podemos percibir que la humanidad podría haber acabado con la existencia del estado en cualquier momento de su historia. Una ruptura en la reproducción continua de este sistema de explotación y opresión ha sido siempre posible.

[Debat] El sindicalismo del futuro

Rojo y Negro

Las cuestiones fundamentales a plantearse son:

  • ¿El sindicalismo (lucha reivindicativo-económica) tiene futuro (posibilidad de éxito)?
  • Los sindicatos ¿siguen siendo órganos de la clase obrera?
  • El balance de la participación anarquista en los sindicatos ¿ha sido positivo para el anarquismo?
  • ¿Los sindicatos son (pueden ser) instrumentos para la revolución social?
  • Marginalmente, ¿estamos en una fase del sistema que permite el sueño revolucionario o hemos entrado en una fase de larga duración comparable a la Edad Media europea, durante la que sólo puede esperarse sumisión y revueltas aisladas sin futuro alguno? (¿estamos en un sistema que se alimenta de su propia crisis?)

1. La lucha económica

La primera cuestión es fundamental. Planteémosla con claridad: ¿el sistema permite la conquista de nuevas mejoras económico-sociales perdurables? o sea, ¿puede el proletariado obtener mejoras económicas y de calidad de vida sin necesidad de cambiar de modelo social? Evidentemente, si la respuesta es positiva, la revolución social no sólo no es necesaria, sino que se convierte en una aberración psicópata; si la respuesta es negativa, toda lucha sindical está abocada al fracaso y nuestro trabajo en los sindicatos sólo serviría para remachar los grillos que mantienen sujeto al esclavo.

A este respecto, hay dos datos (hechos, no ideas) que deben hacernos reflexionar:

a) ¿Cuando fue la última vez que se logró un victoria sindical? Y no pregunto por lograr que la “autoridad laboral” sancione a algún empresario hooligan, que se haya logrado la readmisión de algún despedido o que, en la negociación de algún convenio (o de un ERE), hayamos logrado que, en vez de quitarnos 5, nos quiten 4. La pregunta es: desde la obtención de la jornada de 8 horas, ¿qué mejoras en la vida de los trabajadores (del conjunto de la clase) han resultado producto de la lucha sindical y no de las propias necesidades del mercado?

b) Hubo una época en que la obsesión de los empresarios era la expansión (la conquista de nuevos mercados); desde hace muchos años, sólo tienen una obsesión: reducir costes a cualquier precio para mantener la empresa competitiva.

Estos dos hechos, junto con los innumerables análisis que muestran que el capitalismo entró en su fase de crisis sistémica ―hecho manifestado por el estallido de la primera guerra mundial―, nos hacen pensar que el conjunto de la clase ya no puede alcanzar mejoras en el marco del capitalismo y que el futuro sólo tiene dos vías: o la revolución social que modifique por completo no sólo las “relaciones de clase”, sino esencialmente la “estructura” de la vida individual y de la humanidad o la constitución de una Época Oscura en la que la inmovilidad económica sea compensada por relaciones de vasallaje a la hora de obtener preponderancia social.

Naturalmente, preguntar por nuestra opción es inútil, pero la cuestión sigue siendo ¿cómo conecta la lucha económica, y con ella la organización sindical, con la lucha por la sociedad libertaria? O, lo que es lo mismo, ¿cuál es el baile de los sindicatos en esta fiesta?

2. Sindicato y capitalismo decadente

Con la creación de la “sociedad del bienestar” y la desaparición del sueño revolucionario al comprobar el curso seguido por los “estados proletarios”, hechos ambos ocurridos tras la segunda guerra mundial, la clase obrera penetra en un época de profunda derrota ideológica. La principal pieza de esta derrota ideológica es la aceptación de la legitimidad del estado por medio de la democracia formal (aceptación a la que tanto contribuyó la propaganda “antifascista” de la izquierda, incluída la libertaria).

Los mojones de la derrota ideológica:

  1. el poder estatal es legítimo, si es democrático

  2. la propiedad privada de los medios de producción es legítima (y, con ella, la apropiación privada de beneficios y la explotación del trabajo asalariado) y abre las puertas a la movilidad social

  3. la competencia en el mercado es la contrapartida de la democracia en la política y es el motor del desarrollo

  4. la injusticia social es un mal necesario que puede ser mitigado por las prestaciones sociales

  5. actuar contra la ley es actuar contra toda legitimidad y contra el conjunto de la sociedad

Este marco ideológico aceptado de buen grado (o por medio de la TV-hipnosis) conlleva el encadenamiento de los explotados a una situación sin salida y a las organizaciones que los “representan”, no sólo a compartir cadenas, sino incluso a fortalecerlas.

3. Organización y representación

La principal victoria de la democracia consiste en haber convertido al ciudadano en espectador. Esto es consecuencia (o, cuanto menos, contrapartida) de haberlo convertido de productor en consumidor.

Todo miembro de la sociedad tiene derecho a ser representado y, en el peor de los casos, a crucificar a su representante y substituirlo por otro, pero jamás, jamás, a decidir por sí mismo. De modo que el trabajador acaba enfrentándose con el sindicalista en vez de con el capital.

El sindicalismo participa de esta fiesta. Pese a que inicialmente pueda tener pretensiones “participativas”, si realmente quiere liderar a una masa de población enajenada en la representatividad, deberá ser su representante. Inevitablemente, el sindicato se convierte de organización de los trabajadores en organización de representantes de los trabajadores. O sea, en el marco de la democracia, no hay lugar para el sindicato-organización, sino sólo para el sindicato-representación.

La máxima democrática del imperio de la ley, convierte a las organizaciones obreras en el modelo impuesto por la ley, luego toda estructura organizativa “alternativa”, pese a ser democráticamente tolerada, está condenada a la marginalidad.

Esta representatividad de los sindicatos no sólo los convierte en instrumentos modelados por el poder y, con ello, contrarios a todo ideal libertario, sino que fortalece el papel de espectador del obrero. Iniciándose así un infernal círculo vicioso en el que la enajenación del obrero potencia la representatividad del sindicato y la representatividad del sindicato la enajenación del obrero.

Una organización que acepta, como marco de actuación, una legislación sobre la huelga como la española, la prohibición de las cajas de resistencia y de las luchas por motivos de solidaridad y políticos, no puede más que convertirse, so pena de marginalidad, en instrumento del propio sistema y debe competir con los otros sindicatos en el plano de la “obtención de favores”, de la mejor o peor “gestión de personal”, convertir a sus delegados en auxiliares del departamento de recursos humanos y acabar por defender a fuego y cuchillo al sistema, so pena de desaparecer como organización. Ésta es la base sobre la que se edifica el papel de bombero ejercido por los sindicatos en toda lucha obrera seria y de la generalizada corrupción sindical.

4. Sindicalismo y anarquismo

El anarquismo tiene un objetivo: la formación de una sociedad sin estado. Los anarquistas suelen tener a gala no hacer proyecciones de futuro. Confían en que la auto-organización de la sociedad conducirá a un orden justo. Más allá de este principio, aparecen los anarquismos con apellido, materia en la que no entraremos.

Sin embargo, la corriente anarquista que preconizó la entrada en los sindicatos y la lucha reivindicativo-económica (llamada de reivindicaciones “inmediatas” o “parciales”) fue mayoritariamente la anarco-comunista, o sea, la que preconiza una sociedad sin estado y con propiedad colectiva (global) de los medios de producción.

Así nació el anarco-sindicalismo: los anarquistas comunistas participaban en el sindicalismo para conducir a la clase obrera hacia la revolución social y el comunismo libertario. Un siglo más tarde, el anarco-sindicalismo se ha convertido en una profesión de fe que profesan algunos de los militantes de las organizaciones que todavía se autodenominan anarcosindicalistas.

La única característica que estas organizaciones logran mantener es la de la democracia directa en el interior de la organización. Y aún esta característica resulta matizada por dos hechos:

  1. hacia afuera de la organización no puede extenderse, tanto por la aceptación del marco de actuación, como por el temor a “asustar” al obrero medio, si se tratara el asunto,

  2. hacia el interior, la falta de participación de unos afiliados mayoritariamente “sólo sindicalistas”, cuando no simples “representados”, convierte a la democracia directa en una meta poco menos que inalcanzable.

Podríamos concluir que la participación anarquista en los sindicatos es altamente positiva en períodos prerrevolucionarios (véase la CNT en los años 30), pero que, en períodos de pasividad ―o de derrota ideológica― de la clase, la participación en los sindicatos conduce a la dilución del anarquismo en mero sindicalismo jurídico-administrativo.

5. Sindicato y revolución social

Ni aun el más negro de los anarcosindicalistas osa hablar de la revolución social (salvo para nostalgias de pretéritas glorias) ni del comunismo libertario fuera del círculo de sus más afines. Sin embargo, quien desee seguir usando el prefijo “anarco-” no puede obviar la cuestión del papel a jugar por el sindicato en la (eventual) revolución social o en su contrapartida de la Época Oscura.

La historia nos ha legado dos tipos de organizaciones que podemos considerar “propias” de las “clases populares”. El primer tipo es el de la organización permanente (sólo interrumpida por períodos de ilegalización por parte del estado bienhechor): el sindicato. El segundo son las formas de organización no permanente, que aparecen en momentos revolucionarios y que en cada revolución adoptan formas distintas, hasta hoy: la comuna y el consejo obrero.

Hay otra forma de organización inestable que los anarquistas se esfuerzan en revivir constantemente, por su capacidad de hacer de puente entre los otros dos tipos, y que los demócratas se esfuerzan en mistificar y manipular constantemente, por su capacidad legitimatoria: la asamblea.

La idea que se tenía de la revolución social en la época de las revoluciones podría resumirse en los versos de un antiguo canto: “los de hoy nada, mañana, todo han de ser”. Bastaba con invertir la sociedad existente, se suprimiría la propiedad de los burgueses y el poder de los políticos y se seguiría haciendo funcionar ―básicamente― la misma sociedad.

Hoy las cosas han cambiado radicalmente. La revolución social ya no puede ser una revolución industrialista y productivista, ya no se tendrá como objetivo prioritario el “reparto” del beneficio, sino el cómo y el qué se produce, ya no se trata de “remover los obstáculos al desarrollo de las fuerzas productivas”, sino de evitar la destrucción del planeta. En la revolución por hacer hoy en día, del mismo modo que no se podrá “usar” el estado de otro modo, sino que habrá que destruirlo para poder empezar la construcción de la nueva sociedad, tampoco se podrá “usar” la estructura productiva y económica de un “modo más justo”, sino que habrá que destruirla para poder empezar a construir la nueva sociedad.

Este planteamiento nos lleva a una cuestión crucial ¿la estructura de una organización adaptada punto por punto a la estructura productiva y social del capitalismo, el sindicato, puede ser una buena candidata a organización de la revolución? Su estructura orgánica, sus inercias prácticas, su bagaje cultural ¿le permitirán adaptarse a las exigencias de la nueva sociedad o la convertirán en un obstáculo más a superar?

La respuesta a esta pregunta es fundamental para un anarquista, pues ella dará o quitará sentido a su participación en los sindicatos actuales.

6. El futuro del sindicato

El futuro del sindicato está claro a partir de su presente: ser un ente auxiliar del estado en la gestión y contención de la mano de obra, tanto la ocupada como la desempleada o, simplemente, desaparecer (haber convertido a la clase obrera en una masa pasiva tiene, como una de sus consecuencias, la desaparición de la necesidad de sindicalistas-bomberos por parte de la burguesía y del estado).

El sindicalismo y la política obrerista es ―y viene siendo desde la segunda guerra mundial― un medio para limar asperezas en la relación laboral, esto es, hacer de contrapeso al “egoísmo” del burgués y mantener la resistencia obrera en el marco de la legalidad y, con ello, de acatamiento al sistema; en otras palabras, hacer prevalecer los intereses generales del sistema burgués por encima de los intereses privados de los burgueses. En este sentido, el sindicalismo ha facilitado extraordinariamente la constitución del mercado mundial. Con esto se pretende criticar no tanto la función del sindicato, como la ingenuidad de quienes lo consideran una organización apta para la revolución social.

La pregunta ¿son los sindicatos organizaciones de la clase obrera? No admite una respuesta simple. En principio, la respuesta es sí, pero con matices de importancia.

La primera matización es: el sindicato es una organización obrera en el sentido de que responde, con más o menos acierto y con más o menos corrupción según los casos, a las necesidades del obrero en tanto que obrero (trabajador asalariado), ahora bien, es cada vez menos una organización obrera en el sentido de que escapa cada vez más al control de los obreros, en la medida en que cada vez más el sindicalista profesionalizado se convierte en un remedo de funcionario estatal y el afiliado en un administrado. De ahí nace la gran tentación para todo obrerista libertario: la de querer devolver el sindicato al obrero por medio de su redemocratización, pero sin llegar a modificar en un solo punto su función social.

La segunda matización: el sindicato responde a las necesidades del obrero en la medida en que éste no deje de ser obrero, o sea, en la medida en que renuncie a dejar de ser obrero y, con ello, a toda veleidad de transformar radicalmente la sociedad. Un obrero que desea seguir siendo un obrero es necesariamente un contrarrevolucionario. La revolución social implica la destrucción del estado y la destrucción del sistema de trabajo asalariado. Pero, en una sociedad sin trabajo asalariado, no hay lugar para el sindicato ni para el sindicalista.

El presente muestra el futuro: el sindicato se convierte en un ente cada vez más alejado de sus afiliados y cada vez más integrado en el aparato de estado. Puede intentar compensar más o menos los excesos del empresariado, pero en el marco del sistema y de un sistema cada vez menos capacitado para hacer concesiones a sus esclavos, de modo que la propia supervivencia del sindicato como organización exige y exigirá un mayor control sobre los asalariados y una mayor integración en el aparato de estado. La consecuencia de ello sólo puede ser que los sindicalistas honrados e idealistas queden reducidos a una situación de marginalidad ―opción de recambio para el caso de una grave crisis en la institución sindical― y que los sindicalistas corruptos acaparen más y más poder dentro y fuera del sindicato. Y entre unos y otros mantendrán la potencial protesta obrera a raya, sea a través del “desencanto”, sea con nuevas ilusiones de “renovación” sindical.

7. El sindicato del futuro

Sin embargo, el sindicato es la única forma de organización obrera permanente con la que poder influir en la relación económica y social entre obrero y patrón. Hasta que el “genio creador de la masa revolucionaria” nos proporcione una organización más acorde con las necesidades de la revolución (junto con la revolución misma), es probable que no haya más alternativa que seguir manteniendo el sindicato. Quizá usándolo al modo de la escalera de Wittgenstein. De modo que debemos plantearnos la cuestión del modo siguiente: en las actuales circunstancias ¿cómo debería ser el sindicato para facilitar la lucha de resistencia obrera a las imposiciones del neoliberalismo, minimizar los rasgos integradores (el sindicalismo responsable) y abrir vías para traspasar el marco del sistema aunque ello conlleve la destrucción del propio sindicato?

Sus rasgos esenciales deberían ser

  1. Sindicato único de clase. Superador de la división en sectores y oficios, trabajadores públicos y privados.

  2. Internacional e internacionalista (en realidad, anacional).

  3. Con un funcionamiento basado estrictamente en la democracia directa.

  4. Reideologizante

7.1. Sindicalismo de clase

Los principales rasgos objetivos (materiales) de la división de la clase obrera y de la fragmentación de su escasa respuesta a los ataques de la patronal son la separación entre trabajador público y trabajador “privado”, la subdivisión infinitesimal de los convenios colectivos y, con ello, de los sectores y subsectores de la producción que conlleva la subdivisión ad infinitum no sólo de la clase sino incluso de las mismas plantillas de empresa, lo cual no es más que la expresión orgánica del proceso generalizado de precarización y pauperización. Los rasgos subjetivos (nacionalismo, discriminación racial y religiosa, etc) les siguen fielmente como el trueno al rayo.

El sindicalismo ha tendido siempre a amoldar su estructura organizativa a la de la patronal. Hubo un tiempo en que la organización de la patronal y de la producción se correspondía a las características del proceso productivo. Adaptarse a ella, podía ser una buena táctica (de ahí surgió el sindicato de sector o “único de industria”). Hoy la organización patronal no se corresponde con las características del proceso productivo, sino con las técnicas de control del personal laboral y no tiene sentido que el sindicalismo se esfuerce en reproducir un organigrama en perpetua modificación y sin fundamentos objetivos anclados en el propio proceso productivo.

La condición básica para poder precarizar un sector estable sin desorganizarlo consiste en precarizarlo por partes y, a poder ser, con la complicidad de los (todavía) estables. Por ello, la única respuesta sensata de la clase obrera a la ofensiva precarizadora de la patronal es responder con la unificación del asalariado, cuya primicia no puede ser más que la unificación de la organización sindical, o sea, organizarse en sindicato único de clase y luchar por unas condiciones salariales y laborales idénticas en todo sector y subsector.

Si la privatización de los servicios públicos tiene como finalidad abaratar los sueldos de los trabajadores y precarizar sus condiciones de contratación, lanzar consignas para la defensa del carácter público de los servicios no tiene más sentido que una pataleta infantil, la única manera de evitar la privatización es quitarle sentido según las propias reglas del capitalismo: evitar que el trabajador “privado” que vaya a substituir al trabajador “público” tenga unas condiciones laborales distintas.

El esquema se repite en todas las empresas. La “externalización de servicios” sigue exactamente el mismo protocolo y objetivos que la privatización de los servicios estatales: pauperización salarial y división ―y, si es posible, enfrentamiento― entre estables y precarios, con el resultado final de substitución de los estables por precarios. No hay otra razón para el rosario de subrogaciones, cambios de convenio, remodelaciones…

Sólo hay un camino para atajar este proceso: la implantación de una escala salarial única para todos los asalariados, con independencia del sector en que trabajen, de si son “públicos” o “privados”, nacionales o extranjeros, fijos o “de contrato”, de plantilla o “externos”. ¿Por qué un trabajador del metal ha de cobrar más o menos que otro con la misma categoría de la química o de la madera?

Si la implantación de una escala salarial única para todos los trabajadores es la única respuesta coherente al ataque neoliberal, la lucha por la implantación de una tal escala es el único camino que hoy por hoy podemos vislumbrar para alcanzar la unidad de la clase obrera en la lucha.

Obviamente, el primer paso para ello, debe ser la reorganización de los anarcosindicalistas en sindicatos únicos de clase y el abandono de las estructuras sectoriales (federaciones de sector) ―que nunca han mostrado su utilidad en la lucha y que hoy resultan obsoletas por el propio desarrollo de la organización empresarial― y de las estructuras subsectoriales (coordinadoras de subsector) ―que intentan replicar cada modificación de la estructura patronal y que sólo pueden acabar remedando los antiguos sindicatos de oficio.

7.2. Sindicalismo internacionalista

En plena era de la globalización, tiene menos sentido la división de la clase obrera por naciones que por sectores u oficios. Es evidente la imperiosa necesidad de la coordinación internacional de la lucha obrera, pese a lo poco que se hace por ella. Por tanto, no abundaré en el tema.

Sin embargo, hay algo que siempre se pasa por alto: la dimensión internacional de la problemática, de la solución y de la única lucha posible. El reto del sindicalismo no consiste en la coordinación de las luchas “nacionales” a nivel internacional, sino en la unificación de estas luchas. Sólo una organización obrera internacional, una movilización internacional y un programa internacional pueden poner freno a las políticas de deslocalización, desindustrialización y descapitalización del neoliberalismo. Es evidente que una escala salarial única internacional convierte en papel mojado la directiva Bolkenstein, tan evidente como que cualquier otro tipo de solución no puede llevar más que la fracaso y al enfrentamiento entre sí de las fracciones nacionales de la fuerza de trabajo.

Hay que resaltar que esta condición ―no ya de internacionalismo sino de franco anacionalismo del sindicalismo necesario― no la exige ninguna veleidad revolucionaria o “ideológica”, sino la mera lucha sindical de subsistencia, de “reivindicaciones parciales”. ¡Cuánto más la exige el carácter revolucionario del anarcosindicalismo!

Sólo si la organización de clase se estructura internacionalmente sobre una base anacional, sólo si el obrero y el libertario aprenden a pensar y actuar en función de los intereses obreros a escala mundial, es pensable una transformación de la sociedad en un sentido anarco-comunista (la “revolución social”, que se decía antiguamente). Deben ser, pues, los anarcosindicalistas los primeros en abandonar las estructuras nacionales y organizarse sobre una base anacional.

7.3. Sindicalismo de democracia directa

De la rica tradición de lucha que nos ha legado el anarcosindicalismo, la práctica de la democracia directa es no sólo el logro más importante sino la piedra toque para toda organización libertaria. Un sindicalismo que caiga en la trampa del representativismo es un sindicalismo condenado a pasarse al enemigo.

Sólo un sindicalismo basado en la participación activa de los afiliados y en la elección y revocación inmediatas de todo cargo, representativo o no, por medio de la democracia directa en el seno de la organización puede mantener a ésta al margen de la burocratización, de la constitución de castas directivas y, en definitiva, de la fagocitación de la organización por el estado.

Mientras la organización obrera funcione estrictamente bajo los principios de la democracia directa, puede permitirse el lujo de cometer cualquier error. Por grande que éste sea, siempre podrá corregirse y volver al buen camino. Si se abandona la práctica de la democracia directa, aun sin cometer errores, aun avanzando de victoria en victoria, se habrá abandonado el camino ―y esa es la derrota definitiva. Jamás organización alguna se ha recuperado del abandono de la democracia directa, la única solución posible es volver a empezar la tarea organizativa desde el principio. Por ello, el anarcosindicalismo debe ser máximamente escrupuloso e intransigente en la práctica de la democracia directa.

Un sindicalismo que esté basado en este principio, no sólo es un sindicalismo que puede mantenerse combativo y ajeno a las intrigas del poder, es también un sindicalismo que puede extender al resto de la clase los principios y la práctica de la democracia directa, con lo que se avanza en el camino de la revolución social.

Sin embargo, como ya se ha expuesto, la práctica de la democracia directa es cada vez más limitada y difícil. Su peor enemigo es la pasividad, la inactividad de los afiliados, que conduce a las organizaciones libertarias a la inoperancia o a la conversión de la democracia directa en una mera idea regulativa.

7.4. Un sindicalismo reideologizante

Según la perspectiva de este escrito, la clase obrera sola puede aspirar a una mejora de sus condiciones de vida a condición de modificar substancialmente la estructura de la sociedad. Como consecuencia, la lucha por reivindicaciones parciales y la lucha por el comunismo libertario deberán avanzar por el mismo camino.

Un sindicalismo “sin ideología” es un sindicalismo con la ideología de la clase dominante. Un sindicalismo que no quiera convertirse en parte del estado y en un estorbo más en el camino hacia la emancipación de la clase explotada necesariamente ha de tener un fuerte, claro y transparente componente ideológico. Sin lucha ideológica no hay revolución posible y sin la revolución social (comunismo anarquista) no hay salvación posible ni para el proletariado ni para la humanidad.

El anarcosindicalismo debe apostar claramente por el debate ideológico, no sólo en las actividades específicas que pueda llevar a cabo, sino en toda la actividad sindical, en toda reunión de plantilla, de sección sindical o abierta al público en general, en toda su propaganda. Debate ideológico, cuyos puntos fundamentales deben ser:

  1. Democracia directa. La democracia directa debe ser el principio organizador de la sociedad, lo que implica

    1. Denuncia del representativismo y el politiqueo

    2. Denuncia del estado como principal escollo al desarrollo humano y como algo totalmente inútil para el progreso social

    3. Toma de decisiones por el conjunto de la comunidad

    4. Representantes elegibles y revocables en cualquier momento con mandatos cerrados

    5. Introducción de los métodos de democracia directa en la actividad cotidiana a escala local

  2. Apoyo mutuo. La inmoralidad del sistema basado en la explotación del trabajo humano sólo puede encontrar justificación en la descalificación de toda ética y moral. La base más firme para la edificación de la nueva sociedad son los principios éticos de justicia, equidad, solidaridad y apoyo mutuo. El desarrollo práctico de estos principios éticos implica ya el anarco-comunismo.

  3. Comunismo libertario. Único sistema social que implica la desaparición de la explotación económica, del trabajo asalariado, de la opresión política y del desvarío productivista al que estamos abocados.

  4. Universalismo. Mientras se enmascaren las diferencias de clase detrás de las fronteras, la nueva sociedad es imposible de construir. Una cultura universalista y anacional es imprescindible para abordar siquiera los primeros pasos para la transformación social e incluso para una simple lucha defensivo-economicista viable.

Conclusión

Naturalmente, una cosa es analizar las necesidades y otra muy distinta que el diagnóstico pueda tener eficacia práctica.

Es difícil predecir si el sindicalismo del futuro podrá ajustarse a las características apuntadas, pero lo que sí puede predecirse es que, en caso contrario, la fragmentación de la clase obrera no será superada y, aun si llegase a serlo, no lo sería con ayuda de los sindicatos sino pese a ellos.

En caso de que el sindicalismo no adopte estos principios y modos de actuación, muy probablemente esté abocado al fracaso e incluso a la desaparición y la intervención de los anarquistas en el el sindicalismo habrá sido baldía.

[Debat] La huelga general griega, la autoorganización y “nuestra función”

La Huelga General convocada en Grecia puede ser decisiva en lo que respecta a la lucha contra el Capitalismo y, naturalmente, los que participamos activamente de esa lucha debemos extraer las enseñanzas que pueda proporcionarnos. El hecho de que hay que romper con los sindicatos mayoritarios parece lo más llamativo a simple vista, pero no se trata sencillamente de romper la dependencia para convocar una huelga, sino de entender que las revueltas sociales son procesos complejos que requieren de una serie de condiciones que faciliten ese factor y muchos otros.

La autoorganización de la lucha es un proceso de mucha amplitud, tanto temporal como espacial, además el trabajo hecho se puede deshacer en un descuido, las cuerdas se pueden destrenzar fácilmente. Pero si fuese sencilla la tarea que nos hemos auto-encomendado ya la habrían realizado nuestros antepasados, cuyas condiciones de lucha eran más propicias y su ánimo personal y colectivo más adecuado a la altura que las circunstancias exigían.

No es este un texto que diga que función deben cumplir los “anarquistas”, o “libertarios”. ¿Qué anarquistas? ¿Qué libertarios? ¿Qué nos diferencia de las demás personas? ¿Qué función deben realizar que no sea la que ellos mismos se impongan como individuos? ¿Qué ideología se buscaba al leer este tipo de textos? Cuando dejemos de buscar la verdad absoluta nos daremos cuenta de que las mil facetas de la realidad confluyen en cada acción que se realiza y en cada palabra que se pronuncia. Pero esto no es relativismo, no se trata de afirmar que todo vale, sino de que todo es posible. Por lo tanto hay que dejar de actuar como un todo y descentralizarnos por la realidad: actuar en nuestro entorno inmediato, con la gente que, como nosotros, quiere cambiar las cosas. Dejar de lado el “ya se enterarán de cómo hay que hacerlo”, para que ellos dejen de lado el “es que sois unos utópicos”. Comprender que lo que los griegos realizaban hace unos años les estaba encaminando a esta huelga general al margen de los sindicatos mayoritarios nos tiene que llevar a comprender que el camino a seguir es el de la autoorganización social lo más extensa posible, y que los demás principios como acabar con el trabajo asalariado, la opresión de género, el especismo, y demás, requerirán de una continuación en ese mismo camino.

Un texto que diga lo que los anarquistas tienen que realizar, sin decir lo que la sociedad tiene que realizar, en las circunstancias actuales, es incompleto.

Los compañeros griegos han demostrado que han sabido jugar sus cartas contra una realidad que también les escondía sus ases en la manga. A la huelga griega le acompañan unas reivindicaciones reformistas, naturalmente. Pero ¿quién puede desmentir las palabras del último comunicado de la asamblea de Syntagma cuando afirma: “Es el punto de partida de un nuevo rumbo”?

La mejor manera de solidarizarnos con los compañeros griegos no es publicando las fotos de los disturbios por internet, ni mitificando sus manifestaciones, sino extendiendo la revuelta: grupos de afinidad, asambleas de barrio, acciones individuales, debates, propaganda…no existe una función a realizar, existe un camino a recorrer.

http://reflexionrevuelta.wordpress.com/2011/06/27/la-huelga-general-griega-la-autoorganizacion-y-%E2%80%9Cnuestra-funcion%E2%80%9D/

[Debat] Falsos mitos del anarquismo: organización y violencia

La ideología anarquista ha originado siempre una fuerte controversia entre la clase dominante a lo largo de la historia. Los anarquistas han sido víctimas de ataques de todo tipo, y no solo de la feroz represión con la que se encarceló, asesinó y persiguió a los libertarios, sino que también se realizaron grandes campañas de desprestigio por parte de los Gobiernos, la prensa e incluso otros sectores contestarios. Se les acusó de violentos y asesinos, llegando a ser nombrados como “bandidos con carné” refiriéndose a los miembros del sindicato anarcosindicalista CNT.

En la actualidad, el anarquismo sigue siendo objeto de erróneas interpretaciones, asemejándolo al desorden, al caos y a la violencia debido a las calumnias y ataques que por parte de los medios de comunicación, como fieles voceros del Capital, emprenden contra los partidarios de este movimiento.

En el presente escrito, pretendemos explicar a grandes rasgos en qué consiste el ideal anarquista que el pueblo trabajador abrazó en muchas ocasiones a lo largo de la historia, buscando así la consecución de un mundo más justo y libre, donde ninguna injusticia tuviera cabida, desmintiendo así algunas de las principales mentiras con las que se criminaliza a los anarquistas.

Nos centraremos en dos cuestiones fundamentales, que generalmente, debido a embustes y patrañas, son entendidas de manera errónea y confusa por el conjunto de los trabajadores y estudiantes: la violencia y la organización.

Anarquismo y organización

“Es absolutamente falso el afirmar que en la organización se pierden la individualidad y el sentimiento personal. Todo lo contrario, justamente por el constante contacto con iguales se despliegan recién las mejores cualidades de la personalidad” Rudolf Rocker

Se acusa falsamente a los anarquistas de estar en contra de la organización y de promulgar el caos y el desorden extremo. Nada más lejos de la realidad. Los anarquistas siempre han defendido la organización, entendida ésta como la libre asociación entre individuos, que tras aceptar libremente un pacto federativo, que no es otra cosa que un acuerdo de mínimos, actúan autónomamente. Esto recibe el nombre de Federalismo, lo cual, tal y como hemos explicado, se basa en la libre unión creándose así federaciones, las cuales a su vez, tienen libertad de federarse entre sí.

No existen mayores amantes del orden que los anarquistas, eso sí, un orden organizado por y para las propias personas, sin ningún líder ni autoridad que pretenda dirigir y solucionar los asuntos de los demás. Esto, lejos de ser una utopía, es el simple desarrollo natural de la búsqueda de soluciones por parte de las personas a sus problemas en la vida cotidiana, que comúnmente desde las asambleas horizontales, bajo la solidaridad y el apoyo mutuo, cooperan entre sí. Esto recibe el nombre de autoorganización.

Anarquismo y Violencia

[La] revolución tiene que ser necesariamente violenta, aunque la violencia sea en sí misma un mal. Tiene que ser violenta porque sería una locura esperar que los privilegiados reconocieran el daño y la injusticia de sus privilegios, y se decidieran a renunciar de ellos voluntariamente. Tiene que ser violenta porque la violencia revolucionaria transitoria es el único medio para poner fin a la mayor y más perpetua violencia que tiene esclavizados a la gran mayoría de los seres humanos. Errico Malatesta

Los medios de comunicación atacan vilmente a los anarquistas siempre que hay episodios de violencia en manifestaciones u otro tipo de actos de lucha, apodándoles de “violentos antisistema”. Los anarquistas odiamos la violencia. Aspiramos a un mundo donde topo tipo de violencia quede eliminada, donde toda coacción quede suprimida.

Ahora bien, vivimos en un sistema político y económico que ejerce la violencia contra las personas en el día a día. Violencia es cobrar 600 euros para vivir en un mes con un trabajo precario. Violencia también es vernos obligados a trabajar para enriquecer a otros, siempre con la amenaza candente de perder nuestro sustento y el de las personas a nuestro cargo. Violencia también es vivir en un sistema que controla todas las facetas de nuestras vidas, ya sea nuestra educación o nuestro tiempo de ocio, donde en ambos se nos manipula y esclaviza. El sistema capitalista ejerce la violencia de tal modo que provoca sufrimientos en la salud de las personas debido a la contaminación o los accidentes laborales. Se somete a tales presiones y aísla tanto a las personas que son miles los que sufren por tristeza y el desencanto, arrastrándolas a veces al suicidio.

Este sistema, somete a las personas a la privación de la libertad en cárceles, donde jamás se castiga el delito, sino la pobreza, ¿no es acaso violencia? El Estado hace la ley y se pertrecha de una serie de cuerpos represivos destinados a hacer que se cumpla, fortificando así su dominio para satisfacer los intereses de las clases privilegiadas.

Cuando intentamos ejercer nuestro derecho de manifestarnos, la policía, protegiendo el orden establecido nos reprime mediante golpes, torturas y detenciones.

El Estado y el Capital, ejercen la violencia en nuestras vidas cotidianas, por eso los anarquistas nos defendemos de ella mediante la autodefensa. El Estado tiene el monopolio de la violencia, nosotros nos defendemos de ella.

Es vergonzoso e indignante cómo se utiliza la legítima rabia que sentimos frente a esa violencia, para criminalizarnos y ponernos frente a los ojos de la sociedad como violentos y a veces incluso como “terroristas”. Todas las campañas mediáticas de desprestigio van destinadas a evitar que el conflicto se extienda al resto de la sociedad, porque tienen miedo de un verdadero cambio de orden y que los trabajadores y estudiantes tomemos conciencia de nuestra capacidad de lucha.

Esto es lo que somos, anarquistas. Somos personas corrientes, trabajadores y estudiantes. Planteamos nuestra alternativa y nuestro análisis desde la humildad, sin manipulaciones de ningún tipo, planteando nuestras principios, tácticas y finalidades en el día a día, procurando vivir lo más acorde posible dentro de la corrupta sociedad capitalista con los valores éticos libertarios. Nuestros medios actúan en concordancia con nuestros fines, intentamos hacer de nuestras aspiraciones una realidad en nuestra vida cotidiana y en nuestra forma de lucha.

Por más que se nos persiga, señale y difame no abandonaremos el camino de la lucha ni nuestro ideario y no cesaremos en el empeño hasta la instauración de un régimen de libertad donde no tenga cabida ningún tipo de explotación ni dominación. Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.

Grupo Bandera Negra, adherido a la Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (F.I.J.A)

http://grupobanderanegra.blogspot.com/

[Debat] Segunda carta al movimiento libertario:

“quienes deboran la vida con ansia corren el riesgo de ser deborados por la vida, aceptamos con gusto el riesgo de correr riesgos.”

“En cambio, el anarquismo con el que nos identificamos es aquel que,reconociendo la importancia de la participación en grupos de afinidad específicamente libertarios-, entiende que los valores anarquistas sólo podrán desarrollarse en un espacio dinámico de movimientos sociales, horizontales y autónomos, en conflictos concretos y reales por mejorar aqui y ahora las condiciones de vida de los oprimidos y oprimidas de cualquier signo. Y la intervención ácrata, junto a personas de otro pensamiento, no difumina nuestra identidad como anarquistas, por el contrario la potencia. Porque los valores-y no las etiquetas-que ha defendido nuestro
movimiento a lo largo de la historia aspiran a ser vividos por cualquier persona con aspiraciones de justicia social y libertad, y no sólo por un grupo reducido de anarquistas convencido/as”
Rafael Uzc{ategui “Cr{onica Negra n°2 Nov. 2010 Santiago de Chile

Hace algo más de un mes, al inicio de las luchas del movimiento 15M un grupo de
individuos libres nos reunimos para decidir colectivamente la conveniencia de participar en ellas aportando un prisma libertario al discurso y las acciones que en la plaza se sucedian.
En la primera carta al movimiento libertario expusimos los motivos que nos llevaron a ello e intentamos a través de ella promover la activa participación de muchas compañeras que echábamos en falta. Es dificil valorar las repercusiones de aquel escrito aunque la sensación que nos queda es que apenas provoco cosquilleos en algunas conciencias sin más trascendencia.
Si algo somos es obstinadas y el objetivo de esta segunda carta es por una parte
demostrar que el trabajo ha dado sus frutos y por otra y en consecuencia apelar a la
madurez y responsabilidad de las libertarias instándoles a estar donde el momento
histórico nos llama a estar.
Todos somos anarquistas hasta que toca demostrarlo. Os aseguramos que todas las reflexiones estan hechas: sabemos que mucha de la gente que se ha movilizado lo ha hecho ante una perdida de riqueza y buscan la implantación de medidas que restauren su poder adquisitivo, sabemos que mucha gente solo pide reformas democráticas que regulen la corrupción política, sabemos que para otros muchos es una fiesta reivindicativa, otra más, aqui y ahora como lo fueron las manifestaciones contra la guerra, por una vivienda digna o contra Bolonia, sabemos que hay quien busca sacar randimiento partidista de la coyuntura…
No somos imbéciles todo eso lo sabemos pero ante esas reflexiones podemos actuar de dos modos. Utlizarlas como parapeto, como autojustificación a nuestro inmovilismo. O abrir el zoom con inteligencia y darnos cuenta que a pesar de que esas sean algunas de las motivaciones de la movilización, hay mucha otra gente que está descubriendo poco a poco otro modo de hacer las cosas sobrepasando los límites legales, buscando modos nuevos de relacionarse sin el beneficio personal de por medio, gente capaz de construir realidades políticas por si mismas sin depender de autoridades partidistas, institucionales. Llevando a cabo aquello de lo que nosotros tanto presumimos y que muchas veces somos incapaces de poner en marcha sin ser responsabilidad exclusiva de las libertarias, el esfuerzo de estas ayudó a la descentralización de las protestas. A trasladar las luchas a los barrios e incidir críticamente en los discursos y acciones. En muchas de las asambleas de barrios el discurso que se oye, las líneas de trabajo que se promueven pasan únicamente por la dotación de instalaciones que aporten mayor bienestar al barrio: centros de salud, casas de cultura, parques y jardines, espacios deportivas, colegios publicos; o bien se hace segudismo de consignas que vienen de “arriba”, de la plaza 15M apelando a la reforma electoral…que carecen de debate previo
Estúpidas de nosotras, las anarquistas, nos lanzamos ferozmente a criticar estas
asambleas y este tipo de demandas porque todos tenemos claro que una casa de cultura dependería de la manipulación de los políticos y acabaría promoviendo evasión y no pensamiento crítico; criticamos la demanda de nuevos centros educativos porque tenemos clarísimo que la educación formal se basa en el encierro y en la transmisión de valores de competitividad; que una reforma electoral nos dejaría igualmente esclavas cambiando apenas la cadena…en fin el abc que toda buena libertaria debe conocer sobre los medios de control social.
Las que escribimos este texto nos preguntamos si acaso a una sola libertaria se le ha ocurrido pensar que eso que él tiene tan claro, su vecina lo desconoce por completo y que el desconocimiento de otras lineas de actuación le llevan a asumir en muchas ocasiones otras posiciones menos criticas. Nuestro trabajo es a diversificar el discurso y más que el discurso el trabajo real es arremangarse y dejar de llenarnos la boca de autogestión, autonomía, autodefensa, solidaridad, apoyo mutuo y hacer propaganda por el hecho. Bajar a la realidad, contactar con nuestras vecinas y construir con ellas, sin capitalizar ni liderar aportando nuestra experiencia.
La responsabilidad de que las posturas políticas maduren y se radicalicen es nuestra y en consecuencia si no lo conseguimos también será nuestra la culpa, nuestra enésima derrota provocada por el maldito inmovilismo.
A nadie nos parieron anarquistas, todas hemos ido madurando políticamente a lo largo de los años, todas nos hemos equivocado millones de veces y de ellas hemos aprendido millones de cosas. Concedamos la oportunidad a nuestras vecinos de las asambleas de barrio el derecho a equivocarse a provar diferentes modos de actuar y trabajemos nosotros desde nuestra experiencia. Mi vecina no puede ser mi enemiga ni el objeto de mis críticas por la candidez de sus propuestas.
Podemos pasarnos la vida contándonos unos a otras, asi casi al oido, dentro de nuestros centros sociales que es la pedagogia libertaria, o la liberación sexual, la autonomía, la lucha contra las prisiones o podemos aprovechar el momento ir a las asambleas de nuestro barrio y tejer redes sociales favorables a construir una educación no formal y entre todos no solo hacia los niños, cambiar las actitudes discriminatorias, construir espacios de intercambio sin dinero de por medio, organizar autodefensa ante despidos y situaciones de explotación laboral…
Eso supone trabajar y alguna se pensó que hacerse anarquista era lo contrario, le advertimos que está muy equivocado. Ser anarquista no significa asumir tal grado de libertad que uno pueda hacer lo que le venga en gana incluyéndose no hacer nada. Los que asi lo crean ya se pueden quitar la chapa y buscar otra tribu urbana, esto es un movimiento político. Ser anarquista significa tomar consciencia de las injusticias del mundo en que vivimos y actuar en consecuencia, responsablemente y con firmeza para cambiarlo.
Coordinación
Durante los primeros dias de las protestas del 15M una serie de individuos libres decidimos reunirnos de forma asamblearia para aclararnos como anarquistas cual era nuestro papel en esa lucha. A lo largo de más de un mes esas reuniones se han venido celebrando periodicamente siendo los acontecimientos los que han marcado las lineas de trabajo. Son un foro de debate sobre el presente y futuro del “movimiento 15M” y una puesta en comun de propuestas de acción y herramientas para la autoorganizacion, autonomía y difusión de la idea. También hacemos balance de como trancurren las luchas en aquellos barrios y pueblos en los que estamos presentes. Si alguien tiene interes puedes asistir libremente. Disculpad si por el carácter informal no decimos hora y lugar, preguntando por nuestros círculos lo averiguareis.
Asamblea de individuos iguales. Valencia Junio 2011

[Carta] Resistir para existir, por Walter Bond.

Soy anarquista.

No soy el típico moderno políticamente correcto anarquista.

Tampoco soy un anarquista retórico.

Leer kilos de información sobre las diferentes facciones del anarquismo nunca me ha interesado demasiado. Soy un insurgente, un opositor. ¿Por qué? Porque nací así. Sigue leyendo

Walter Bond llega a cárcel de Utah para enfrentar más cargos por incendios provocados del ALF, EU

[Atenas] Las últimas horas de Pompeya. Algunos pensamientos sobre lo ocurrido en Syntagma en la huelga general del 15J

Syntagma, Atenas, 15 de junio de 2011. ¿Cómo poner en palabras lo que hemos vivido en esta plaza, en el transcurso de un solo día?
Una sociedad en un malestar espectacular; los sujetos más inusuales ahora han salido a la calle. Se pensaba Syntagma como epicentro del intento de hoy para bloquear el Parlamento, tal como había sido convocada por la asamblea popular de la plaza. También era el principal foco de la Huelga General. A veces, se sentían mundos en colisión: la inocencia del pacifismo, la fetichización de la violencia anti-policial. Y en torno a esta colisión, una miríada más… En Syntagma hoy combatimos a los neonazis del Amanecer Dorado, que tuvieron las narices de aparecer en una huelga general. Vimos manifestantes enfrentándose a la policía en la esquina sudeste de la plaza (por un tiempo injustificablemente largo) seguido de un sorprendente, pero momentáneo, barrido de miles de personas de su plaza. La gente atrapada en las tiendas, gaseadas como hormigas, desmayándose. Cuando la policía motorizada Delta trató de entrar en el juego, la gente ya había aprendido las reglas de este juego – y los echaron.
Doce horas de enfrentamientos casi ininterrumpidos, gases, carreras, peleas. En estas doce horas, Syntagma contuvo y mostró a la vista los patrones azarosos en los que las acciones de la gente están arrinconados por el orden social. Un orden social que está resquebrajándose, una autoridad en pérdida, incapaz ya de administrar su población. Un régimen que ya ha caído hace un tiempo, solo aguantando bajo la falacia de una unidad nacional para intentar un cambio, para alargar sus días.
¿Cómo nos podemos tragar esto? Las cientos de miles de personas que estaban en la calle en Atenas hoy ya lo saben: Syntagma era una tormenta; estamos esperando por el trueno.

Extraido de Occupiedlondon.

[Debat] Pensamientos intempestivos al acabar de sonar el tambor

Cuando los excesos de la dominación generan protestas cuya realidad queda certificada por los medios se produce una ilusión de conciencia, un despertar aparente que parece anunciar la reaparición de la cuestión social y el retorno del sujeto destinado a protagonizar un nuevo cambio histórico. Sin embargo, al comprobar el carácter trivial y frívolo de las reivindicaciones centrales y al oír las repeticiones chabacanas de las ideologías progresistas, se nos disipan las dudas respecto a lo que realmente ha vuelto a través de la protesta consentida, que no es otra cosa que el cadáver del sujeto. La cuestión social continúa sin plantearse en profundidad, mientras que todos los muertos guardados en los armarios de las ideologías salen de paseo. A pesar del contenido de verdad que tenga, una protesta que flote en aguas estancadas junto a los restos podridos de otras seudoalgaradas anteriores no es el lugar más propicio para la reformulación de un proyecto de cambio real. Aunque se dote de mecanismos horizontales de toma de decisiones, aunque se constituya en asamblea, quienes toman la palabra en ella son en su mayoría impostores o aprendices de impostores. La razón se siente impotente ante la avalancha de lugares comunes extraídos del vertedero de la Historia, constatándose que la dominación capitalista –el sistema—no ha retrocedido un ápice, y que más bien, manipulando a sus víctimas, ha creado una falsa oposición civil con la que disipar los fuegos de la rebelión. No podía ser de otro modo. La clase obrera fue derrotada irremisiblemente hace treinta años y en su lugar no quedaron más que despojos que el sindicalismo minoritario no consigue ni conseguirá jamás revivir, coexistiendo con un gueto juvenil de militantes y refractarios, reducido y parcialmente empantanado. Nada con lo que reemprender lo que Hegel llamaba “el rudo trabajo de la inteligencia” con la que ilustrar a las nuevas generaciones, que, cuando hayan de echar mano al concepto, se darán de bruces con el tópico.

En todas las nuevas protestas espectaculares dos rasgos comunes están siempre presentes: primero, una gran cantidad de amigos sospechosos, que desde los medios oficiales ponderan, reargumentan y justifican la protesta propiamente descafeinada, de la que podan con firmeza sus brotes radicales. Segundo, una voluntad obsesiva de no buscarse enemigos, ni en las fuerzas del orden, ni en los partidos, ni en el Estado, ni en la mismísima economía, puesto que todas las propuestas de máximos o de mínimos, por extrañas que suenen, caben dentro del sistema (otra cosa es que el sistema decida incorporarlas). De ahí el pacifismo enfermizo, su reverso lúdico-festivo, la ambigüedad ante las elecciones y la preferencia por medidas que impliquen más poder estatal o mayor desarrollo económico (más capitalismo), rasgos que determinan una ideología específica, el ciudadanismo, reflejo exacto de una manera de pensar en vacío que arraiga sin problemas en el terreno abonado de la contestación baladí. Al menos una cosa ha de quedar clara: la protesta ciudadanista no cuestiona el sistema, no persigue subvertir el orden establecido, ni quiere poner otro en su lugar. Lo que quiere es participar, así que no postula un modo de vivir (y de producir) radicalmente opuesto al modo vigente. Su programa, en caso de confeccionarse, no iría más allá de reformas destinadas a abrir vías a la colaboración institucionalizada y a repartir las consecuencias de la crisis económica con la clase dominante de forma más equilibrada. Es una simple llamada de civismo a la dominación. Nada de cambiar la condición de asalariado, votante, automovilista e hipotecado, sino preservarla –si eso es posible- con empleo estable, reformas electorales y salario suficiente. La condición proletaria subsiste, pero disimulada bajo una supuesta condición ciudadana. El combate por su abolición ya no es una disputa encarnizada entre clases por el control y gestión del espacio social como sucedía en tiempos pasados, sino el ejercicio tranquilo de un derecho político en el marco de un Estado asequible y neutral.

¿Existe realmente la “ciudadanía”? ¿es una nueva clase? Son preguntas que para responderse deberíamos tener presente una verdad incuestionable: que ni el proletariado industrial residual ni su heredero contemporáneo la masa asalariada son intrínsecamente revolucionarios, ni objetiva ni subjetivamente. La principal fuerza productiva es el conocimiento, no el trabajo manual; por otra parte, en el lado del sujeto, las luchas simplemente reivindicativas no destruyen al capitalismo, sino que lo modernizan gracias a la burocracia laboral que han generado. El aparato sindical y político disuelve la conciencia de clase y facilita la integración y la sumisión. Además, el crecimiento de la producción es fundamentalmente destructivo, por lo que el trabajador no puede inhibirse de las consecuencias de su propio trabajo y mucho menos desear autogestionarlo. La clase obrera ha concluido su rol histórico, ligado a una etapa de desarrollo capitalista ya finiquitada, y sus sucedáneos actuales no pueden tener otro sin condenar la función que desempeñan en el sistema y afirmar la necesidad de segregarse, pero sin conciencia y sin moral eso no es posible. El fin del proletariado como clase deja el terreno de la lucha social abandonado, sin sujeto, a merced de las clases intermedias que el propio sistema fragmenta, dispersa y excluye igual que hace con las clases laboriosas, en cuyo seno no florece de nuevo la vieja teoría revolucionaria del proletariado, sino la moderna ideología ciudadanista, esgrimida como arma antirradical y herramienta de cooptación por cuantos partidillos, grupúsculos, redes y candidaturas pululan en las protestas de la posmodernidad, infiltrándolas, banalizándolas y corrompiéndolas. Igual que pasó cuando había lucha de clases, el izquierdismo contribuye a la modernización sindical y política del capitalismo, sólo que entonces lo hacía en nombre del proletariado y hoy lo hace en el de una entelequia, la “ciudadanía”. El recurso a la ciudadanía, es decir, a todos los habitantes sometidos al Estado, es puramente retórico, como antaño el recurso al “pueblo.” La ciudadanía no existe, es un ente irreal que habita en la mentalidad progresista y sirve de sujeto postizo, de referente para todo. No obstante su inexistencia, se la encuentra en cualquier parte: del discurso del poder ha pasado al lenguaje militante de calle. Resulta de gran utilidad a quienes, como los izquierdistas, tratan de hacerse visibles e influyentes con las protestas generacionales infectándolas de ideología populista, de sectarismo manipulador y de sufrido obrerismo, a fin de que los radicales en formación presentes hagan como ellos o se asqueen y aparten. No lo suele conseguir a la primera, por lo que el mismo sistema le proporciona impulso a través de sus ingentes medios virtuales, realizando oscuras convocatorias y desencadenando procesos autocontenidos, que, proporcionando a los participantes unos días o unas semanas de gloria tolerada en la plaza, les provoquen la sensación de ser por un tiempo los amos del cotarro, como en Tahrir o en la Sorbona del 68. la operación puede escapársele de las manos, pero qué puede temer el sistema de las conductas derivadas de “la educación para la ciudadanía” promocionada en las protestas, que como una nueva moda se propagan entre la juventud de clase media que las constituye. ¿Cómo sobrecogerse por el hedonismo botellonero, la fanática no violencia, la animosa gestualidad, el consenso mutilador, la alegre cacerolada, la comunicación por Twitter..?. Dichos comportamientos son presentados como innovadoras prácticas de la libertad, por más que ese tipo de libertad abunde en las sociedades de esclavos y sirva de poco en los asaltos a los palacios de invierno. Pero ¿quién quiere, y, peor aún, quién puede asaltar hoy un centro de poder? Lo único que piden las protestas es diálogo y participación.

Estamos inmersos en un proceso duro de adaptación a la crisis llevado a cabo por el Estado según las directrices que marcan “los mercados”, un ajuste violento que deja víctimas por doquier: los trabajadores, los pensionistas, los funcionarios, los empleados públicos, los inmigrantes y … la juventud desclasada. Si la mayoría apenas tiene presente, con certeza los jóvenes –casi la mitad en el paro- tienen el futuro hipotecado, por eso protestan, pero no contra el sistema que les ha marginado, sino contra quienes consideran responsables, los políticos que gobiernan, los sindicalistas que callan y los banqueros que especulan. Las protestas marcan el inicio de una época confusa donde un tercio de la sociedad civil va a movilizarse de una u otra forma al margen de las instituciones, aunque no en su contra. No se siente bien representada en una democracia que “no lo es”, puesto que su gente no participa, por eso quiere reformarla. No quiere destruir el poder separado, sino separar los poderes constituidos. Para la clase media precarizada que se apropia del concepto burgués de democracia, Montesquieu no ha muerto, pero convendría recordar que Franco tampoco, que la democracia que “tanto costó conseguir” y que ella reivindica proviene de la reconversión pactada del aparato político-represivo de la dictadura, consolidada desde las cañerías y cloacas del Estado.

Las protestas transcurren en un medio considerado casi natural por quienes participan en ellas: el medio urbano. Sin embargo, se trata de un espacio creado y organizado por el capital, el más indicado para conformar y desarrollar su mundo. Las metrópolis y conurbaciones son los elementos fundamentales del espacio de la mercancía, un escenario neutralizado y monitorizado que funciona como fábrica, en donde la comunicación directa, y por lo tanto, la conciencia y la rebeldía, son casi imposibles. Cualquier revuelta verdadera ha de luchar por liberar el espacio de los signos del poder y abrirlo al encuentro en pro de la descolonización de la vida cotidiana; ha de ser una revuelta contra la sociedad urbana. La cuestión social es esencialmente cuestión urbana, por lo que el rechazo del capitalismo implica el de la conurbación, su recipiente idóneo. El punto de inflexión en el adiestramiento consumista y político puede producirse en esos dormitorios monitorizados llamados barrios, si las asambleas que consigan formarse durante las crisis devienen contrainstituciones desde donde pueda criticarse el modelo urbano metropolitano y confeccionarse un modelo alternativo en armonía con el territorio. En las asambleas de barrio representativas puede emerger un sujeto autónomo, una nueva clase que se resista a la problemática ciudadanista que llega de las plazas planteando y desplegando la cuestión urbana (autonomía del barrio, problemas logísticos, contacto real con el campo, ocupación de espacios públicos, recuperación del saber artesano, anticonsumo, lucha contra planes urbanísticos e infraestructuras, etc.). Nada de eso se colige de las protestas, que parecen encontrarse a gusto respirando el aire contaminado del ambiente urbanita, una porción del cual han convertido en ágora ciudadana, lugar en el que tienen carta blanca las vacuidades ciudadanistas. Sucede así porque la mentalidad de la clase media manda en la movilización y sus representantes llevan la iniciativa. Por eso la crisis social no se manifiesta sino como crisis política, crisis del sistema político, momento político de las recetas ciudadanistas.

El ciudadanismo es la ideología mejor adaptada a las conurbaciones, puesto que realmente no necesita de un espacio público para reproducirse, sino de algo que se le asemeje, una especie de espacio formal y simbólico en el que representar un debate aparente. Para que uno real pueda darse ha de existir un público real, una comunidad de lucha, pero una comunidad de ese estilo –un sujeto colectivo- es todo lo contrario de una asamblea ciudadana, agregado volátil de individualidades mutiladas que imita los gestos de la discusión directa sin concluir por lo tanto en la dirección requerida, pues cuidadosamente evita el riesgo rehuyendo el combate. Sus batallas son puro ruido y su heroicidad, nada más que pose. Una comunidad de lucha –una fuerza social histórica- solamente puede formarse a partir de una voluntad consciente de separación, de un esfuerzo desertor hijo de la oposición total al sistema capitalista, o lo que es lo mismo, del cuestionamiento profundo del modo de vida industrial, o sea, de la ruptura con sociedad urbana. Paro juvenil o recorte presupuestario, el punto de partida es lo de menos pues si los ánimos se caldean todos conducen al mismo sitio; lo principal reside en el logro de autonomía suficiente para desviarse de los cauces establecidos yendo al fondo de la cuestión –la libertad- sin mediadores “responsables” ni tutores vigilantes. Y eso no se consigue más que marcando distancias claras con el bando de la dominación y disponiéndose a una larga y ardua lucha contra ella.

Miquel Amorós

14-06-2011

[Barcelona] VII Mostra del llibre anarquista

La Mostra del Llibre Anarquista de Barcelona arriba a la seva setena vida. Què ens oferirà el futur? Ens diuen que vivim moments de crisi i incertesa. Alguns proclamen la fi del món per l’any que ve, el col·lapse, potser el naixement d’una nova era. La promesa de llibertat i joia del mil·lenarisme, o una reforçada dictadura global?

Tenim el convenciment que qualsevol canvi del que no participem serà, doncs, en contra nostra. El poder és enemic de la llibertat i es dota de nous mecanismes de dominació, s’adapta i crea noves condicions que ens sotmeten encara més. Anarquistes, com qualsevol ésser humà sensible, intuïm l’opressió que el poder esbossa al nostre horitzó. Analitzem doncs aquestes estratègies que s’elaboren a l’ombra dels medis de comunicació. L’ombra que projecta la seva llum cegadora.

Com un gat negre acostumat a la foscor, aprenem a veure amb claredat allò que se’ns vol ocultar. I anem esmolant les urpes, amb reflexions i debats, crítica i coneixement. A punt per a esgarrapar. La Mostra us convida a participar de la fi del vell món, del 27 de juny al 3 de juliol del 2011.

I l’any que ve… l’any que ve tornarem amb més força!

[Textos] Democracia: Elegir la servidumbre

Cuando más participativo es un sistema social, más total es su control, porque el individuo se identifica con su rol dentro del sistema. En otras palabras, una estructura democrática es el modo más eficiente que se haya desarrollado para integrar a los individuos en un sistema social, para hacerlos sentir que son en esencia una parte de la máquina social. Las rebeliones parciales, en forma de cuestiones “radicales”, que usan métodos democráticos o reclaman más justicia, igualdad o participación en los procesos democráticos, se convierten en lubricantes para la maquinaria del control social.

A quienes se rebelan contra el contexto social en su totalidad al enfrentarse a el en sus vidas, se les llama vándalos, delincuentes, enemigos del “Pueblo”. No pueden ser tolerados en un sistema democrático(ni siquiera en los sistemas de consenso de determinados grupos llamados radicales) porque sus acciones socavan la base ideológica de tales sistemas, al mostrar que la libertad individual surge de la actividad auto-determinada, no de ningún tipo de proceso de toma dedecisiones.

La democracia no es anárquica, no importa como sea de directa. Las decisiones democráticas no son las decisiones/acciones de individuos libres. Son simplemente elecciones hechas entre las opciones ofrecidas por el contexto social, elecciones separadas de las acciones de los individuos y usadas para controlar las mismas, para someterlas a la voluntad del grupo, de la sociedad. Por tanto elegir participar en procesos democráticos es elegir la servidumbre, ser un esclavo de una voluntad exterior a uno mismo. Ningún individuo de espiritu libre aceptaría la voluntad de la mayoría o del consenso del grupo como un modo de determinar como vivir más de lo que aceptaría la voluntad de un dictador o de un comité central. No queremos simplemente tener algo que decir sobre como la sociedad crea nuestra vida. Queremos que nuestras vidas sean nuestras para crearlas como deseamos.

Venomous Butterfly Publications

[Barcelona] Crida a la manifestació contra les retallades. Bloc Anticapitalista Antiautoritari

La indignació que des de fa un temps recorre Barcelona no cridaria tant l’atenció si no fós per la resignació que la precedeix. Estant habituats al consentiment i la impotència generalitzades, la resposta social a l’atac de l’Estat contra les nostres condicions de vida només pot entendre’s com un moment de ruptura.

Les places abarrotades de persones que per primer cop trenquen l’aïllament i debaten entre elles, els constants talls de carrer bloquejant el curs de la normalitat, la gent acorralant a les unitats d’antidisturbis, els habitatges en perill blindats per veïns i veïnes que aturen desnonaments, els barris que s’auto-organitzen al marge de representants, les persecucions contra immigrants sabotejades per solidaris… Aquestes i moltes altres són les múltiples expressions d’una força que s’està descobrint a si mateixa, i que ve a anunciar la fi de l’obediència massiva.

Ara el repte és mantenir viva aquesta força i desenvolupar-la fins al final. No només per a contenir l’ofensiva capitalista que en aquest moment concret empobreix les nostres vides, sinó per a acabar també amb les condicions que ja la feien miserable abans. Aquests dies ens hem demostrat que podem fer molt més del que crèiem. Però encara podem anar més lluny. Valem per a molt més que per a donar cops a una olla, o per a prendre una plaça. Podem copejar qualsevol cosa que ens separi d’una vida que valgui la pena, i podem prendre tot allò que necessitem per a acostar-nos a ella. Ara nosaltres decidim.

De nosaltres depèn deixar que aquesta força mori prematurament, reduint-la a unes quantes demandes formulades als mateixos dirigents que ens estan duent a l’escorxador, o fer-la madurar fins que qüestioni la misèria des de les seves arrels, des de les relacions de poder que estructuren la societat. Mitjançant les mobilitzacions i la lluita en el carrer, mitjançant l’auto-organització, l’acció directa, i el suport mutu. Amb la solidaritat davant els atacs dels patrons, els desnonaments, les agressions sexistes, la pobresa, l’expulsió i la repressió.

Que la manifestació del diumenge no sigui la fi d’un moment puntual de protesta, sinó l’inici d’un procés permanent de revolta.

PERQUÈ SI NO CANVIEM TOT, NO CANVIARÀ RES.
19 DE JUNY, TOTES I TOTS AL CARRER

Bloc Anticapitalista Antiautoritari
Manifestació contra les retallades
19 de juny 17:00 Pl Catalunya (davant del Banc Central)

[Textos] Apagafuegos e incendiadores

CrimethInc. Traducido por alasbarricadas.org

Barcelona, Primavera de 2011:

Cronología de un Evento Inesperado

Construcción:

29 de Septiembre de 2010: Las principales centrales sindicales, CCOO y UGT, junto con la CGT anticapitalista, la CNT anarcosindicalista (que en Barcelona tiene dos escisiones), y otros sindicatos pequeños, llevan a cabo una huelga general para protestar contra los rescates bancarios y las medidas de austeridad anunciadas, entre las que está la Reforma Laboral. En muchos centros de los pueblos y ciudades y en las zonas industriales, la participación en la huelga es masiva. En Barcelona, las calles estallan en unos significativos disturbios de un día de duración. Los piquetes de CCOO y UGT por el contrario, tienden a ser simbólicos y espectaculares. Ambas organizaciones a continuación firman la Reforma. Antes -o poco después de la huelga- en media docena de barrios de Barcelona se forman “asambleas sociales” de barrio.

28 de Noviembre de 2010: En las elecciones de Catalunya el Partido Socialista pierde el gobierno a favor de Convergencia i Unió, conservadora, que adopta una retórica de línea dura pro-policial.

27 de Enero de 2011: Actuando al margen de los principales sindicatos, la CGT, las CNTs y la COS (una central sindical de la Esquerra Independentista catalana) convocan una huelga general en Catalunya, que también se convoca en Euskadi y en Galicia. La huelga coincide con la aprobación de la Reforma Laboral, apoyada ya por los principales sindicatos y por el Partido Socialista (que ha gobernado desde el 2004). En ciertas ciudades, la huelga recibe un apoyo sustancial en el transporte y en sectores manufactureros, pero en general genera poca participación. En Barcelona, barricadas en llamas, sabotajes, piquetes y protestas combativas logran cierta visibilidad para la huelga.

1 de Mayo de 2011: En Barcelona, la protesta anticapitalista del Primero de Mayo, apoyada por las CNTs, la CGT, la COS y la esquerra independentista, y anarquistas autónomos (o “black bloc”), reúne a miles de personas en un barrio rico emblemático, Sarrià, en donde los manifestantes queman containers y coches de lujo, se rompen aproximadamente 100 cajeros, tiendas de moda, y un coche de reparto, se cubren las paredes con graffitis, y se lanzan botellas y bombas de pintura a la policía antes de ser dispersados mediante una fuerte carga. El ambiente es exultante. La semana antes y la de después está marcada por una alta cantidad de sabotajes y ataques.

Per tal de llegir la resta de l’article, punxa en aquest enllaç d’Alasbarricadas.

[Sol] Lxs otrxs anarquistas y el 15-M

El pasado 15 de mayo se convocan por varias ciudades de la peninsula manifestaciones contra la crisis económica actual con el populista lema de “no somos mercancia en manos de politicos y banqueros” ( lema ambiguo, facil , ya que a una gran parte de la población no le gustán ni lxs unxs ni lxs otrxs aunque en su vida real ,no la de las redes sociales, sigan sus directrices, un lema que no hace plantearse nada) a la que acuden miles de personas en su inmensa mayoria jovenes. La manifestación de Madrid, en la que en algunos momentos no se sabe si es una protesta o una rave debido a la gran cantidad de gente bailando, haciendo malabares, tocando batucada y risas… aquí no pasa nada. A excepción del bloque “libertario y autonomo” que pese a sus esfuerzos, sus consignas se las lleva el ruido ya que a más de 10 metros no se escuchaba nada debido al jolglorio del resto de la manifestación. La manifestación transcurre pacificamente hasta su final en Sol. Una vez llegados a Sol se decide subir hasta Gran Via y cortar el tráfico. Se empieza a subir hacia Callao, en ese momento lxs organizadorxs hacen quitar la pancarta del bloque autonomo e indican que no se pueden gritar ciertas consignas que no sean unitarias, como por ejemplo, “muerte al Estado y viva la anarquia”. He aqui el principio del fin, con tal de “estar con la gente” se cede a las exigencias de lxs organizadorxs , cayendo en el truco del consenso, despersonalizador. Se sube hacia Callao encontrandose apenas dos unidades de antidisturbios faciles de sobrepasar para llegar al obejtivo, la Gran Via. Sin embargo lxs primerxs que llegan agachan la cabeza y levantan las manos siendo golpeadxs brutalmente por la policia y produciendo una desbandada general. Se intenta volver a subir, ya mucha menos gente, pero otra vez la policia rechaza a lxs manifestantes formandose entonces distintos grupos, unos hacia Malasaña y otros hacia Tirso de Molina, que provocarán diversos destrozos en tiendas y mobiliario urbano, lxs que a partir de entonces se conocerán como los “antisistemas” ( etiqueta que utilizan lxs periodistas desde hace varios años, antes eran lxs okupas, a quién produce daños y se sale de los cauces de la legalidad democrática real o irreal). Dentro de estos grupos y en Callao se producen más de una docena de detenidos que serán llevadxs a la comisaria de Moratalaz, donde recibirán torturas físicas y psiquicas. Después de todas estas algaradas cientos de personas deciden quedarse en Sol a dormir, sobre las 5 de la mañana serán desalojadxs por lxs antidisturbios.

EMPIEZA EL ESPECTÁCULO MEDIATICO

El lunes por la mañana se produce una concentración en los juzgados de Plaza de castilla donde se encuentran lxs detenidos del dia anterior, en la plaza de los juzgados se encuentran decenas de periodistas, esxs malditxs mantenedores del orden y amantes del espectáculo, una parte de los concentradxs les hace el juego y les concede entrevistas, gritando de cara a la galeria, a las camaras. Ante diversas actitudes de auténtica infamia, por parte de lxs periodistas, un grupo de anarquistas decide plantarles cara y se les forzará a que dejen de grabar, ante la estupefación de otrxs componentes de la concentración que con cara de resignación hablaban con lxs periodistas “no se puede hacer nada, son unxs violentxs”.

En todas las cadenas, “debates” televisivos se habla de lo mismo. Ese mismo dia miles de personas vuelven a Sol y deciden acampar. Lxs medios de información conscientes del espectáculo deciden llevar a decenas de unidades móviles a Sol y allí estarán 24 hrs, incluso hay una cámara, tipo Gran Hermano, está grabando 24 horas la acampada. Los medios de izquierda defenderán la idea de la acampada, ya que entienden perfectamente que en ningún momento pone ni siquiera en duda el orden existente, y venden la ilusión, la idea de que lxs jóvenes se están rebelando que por fin se están organizando, ese es el principal papel de los medios de comunicación en todo lo que ha pasado. Los medios de derechas se dedicarán a lo “contrario” (en el fondo su papel es el de transmitir lo mismo) se dedicarán a informar de que la juventud se está “rebelando” de forma que también venden la idea de “revolución ” en todo esto de cara a la opinión pública y aumentar el espectáculo. Sólo que los medios de derechas informarán con sus habituales pajas mentales, atacando la acampada.

Dentro de la acampada de se organizarán diversos debates acerca del papel de los medios de comunicación, en casí ningún caso se critica la existencia de estos, sólo su labor en la información del “movimiento” del 15- m, es decir, si los medios no hubiesen manipulado ciertos aspectos del movimiento serán sin duda mucho mejor bienvenidos.

-La revolución no será televisada- Todos los medios de comunicación están, y estarán, al servicio del poder, de intereses empresariales y político-ideológicos, por lo tanto hacerles el juego, convierte cualquier revuelta en servil al poder que se supone que combate. Por ello es necesario comprender que no son necesarios, que no nos hacen falta, para transmitir nuestras ideas y acciones (que convertirán ambas en parte del espectáculo). Si queremos comunicarnos entre nosotrxs y otrxs es necesario echar abajo todo el imperio tecnológico de las redes sociales y medios de comunicación, para poder hablar libremente y directamente es necesario que empezemos por ahi, por la comunicación directa, sin intermediarios mecánicos. Volver a hablar directamente sin que haya camaras a nuestro alrededor, ni nadie nos haga fotos, esto no es un espectáculo.

LA ASAMBLEA Y EL CONSENSO

Una vez acampadxs en Sol va pasando la semana y debido a la gran afluencia de gente es necesario hacer una organización fuerte. Se opta por el metodo asambleario, en realidad no queda otra. Se inician asambleas donde decidir que hacer….. Estas se dividen en comisiones , llegando a aparecer hasta comisiones de escultura, de música……???!!!!! Al ser las asambleas tan grandes se decide por optar a que todo el mundo tenga “participación” mediante unos gestos con los brazos, cada gesto significa a favor, en contra….. de forma que realmente no des tu opinión, pero creas participar, en realidad desde el principio muchas ideas fueron asimiladas por la gran masa, como la no violencia y el respeto, por lo tanto las opiniones contrarias al “sentir popular” son anuladas mediante un gran movimiento de brazos, quedando claro que el consenso es quien manda y las ideas contarias anuladas. La socialdemocracia ha ganado, seguiremos “muertxs” mucho más tiempo. El espectáculo de las asambleas también es infame. Se utilizan los sentimientos, los aplausos, los lloros, manipulando así el sentir de la gente, por ejemplo si habla una señora mayor (diga lo que diga) será aplaudida fuertemente. y así.

– La “asamblea” es parte de la democracia- Durante la transición, la clase dirigente estudió como dirigir a lxs pobladores, ya no valian los metodos de la dictadura del porrazo, el disparo y la negación a participar y tener opinión. Por ello se produjo un cambio de valores, que acabo con la rebeldia de la población que habia comprendido que democracia y dictadura es lo mismo, se empezo a dejar que la gente participase en asuntos superfluos de forma que pensase que estaba decidiendo sobre su propia vida, fue el inicio de lo que será conocido como ciudadanismo. Este cambio de valores fue extendido a todos los aspectos de la vida cotidiana, escuela, centros de trabajo, familia, coopertaivas, asosiacaiones de vecinxs; así en la escuela el profesor ya no seria quién te “pegaria collejas”, sino “tu amigo”. Desde las instituciones se insistirá en que las clases se realizen en asamblea, con “metodos igualiarios”, de forma que parezca de que todo el mundo participe y alejando al profesor de la figura de autoridad, nada más lejos de ello, es la aiienacion del esclavx feliz. Preparandonxs de esta forma para una nueva sociedad participativa, donde no participas en nada, preparandonos para los nuevos centro de trabajo con esas ideas importadas de los EEUU donde todxs somos iguales y nuestra opinion cuenta igual que la del jefe, afirmando contentos el consenso, nada más lejos de ello. Por ello las asambleas de Sol, no son nada nuevo para la mayoria de la gente ya que está acostumbradx a esta forma de organización.

LA SOCIAL DEMOCRACIA Y LA NO VIOLENCIA

El llamado “movimiento del 15-M”, es un nuevo movimiento en la partida de ajedrez de la socialdemocracia. La población tiene la necesidad de mostrar su descontento, su rabia ante unos tiempos dificiles en los que cada vez es más dificil vivir. La socialdemocracia ha realizado perfectamente su papel de canalizador y pacificador de este descontento, como casi siempre. Y no le hacostado mucho. Ha realizado un movimiento esteril, de una acampada en Sol (vaya forma de demostrar el descontento), se ha creado un “necrocosmos” dentro de la necrópolis, una acampada que sigue los dictamines y los roles de la socialdemocracaia (antiracismo, no violencia,medicina alternativa, antisexismo, “asamblearismo”, reciclaje; todas ellas cosas necesarias para el perfecto funcionamiento de este sistema) sin poner nunca en cuestionamiento el sistema. Mientras Sol se declará zona antiredadas (nunca se han visto redadas en Sol), se siguen produciendo a escasos 200 metros como en Montera y en el propio metro, eso es espectáculo. No querer destruir la realidad existente. Se a escuchado en las asambleas que Sol es un espacio arrebatado al “capital”, reapropiado dicen, incluso algunxs han llegado a decir que es revolucionario porque se a abolido el dinero (!!!!!!!!!!), esta estupidez es tan grande que mejor no perder el tiempo respondiendola. No se puede arrebatar un espacio al capital sin ni siquiera poner en duda a este, un espcio arrebatado al capital no esta lleno de policias uniformados y no (la comisión de respeto) preparadxs para actuar en el momento en que alguien se salga de los limites marcados. Un espacio arrebatado en el que las mercancias del tan criticado mercado siguen corriendo a diestro y siniestro………..Como alguién dijo no se puede hablar de libertad dentro del actual estado de cosas. El espacio ha sido tan desnaturalizado, tan artificializado que que no existe niniguna propuesta posible de reapropiaserlo si queremos ir a por todas lo único que podemos hacer es destruirlo, así lo mejor que podriamos hacer con Sol, es destruirlo. Así todas estas palabras como “espacio arrebatado”, “revolución”, abolición del dinero”…. no hacen más que alejarnos de la realidad de lo que está sucediendo, convirtiendo aún más el espectáculo en dantesco. Otro “espacio” que la socialdemocracia a echo creer que está en poder la gente es el de las redes sociales, este “espacio virtual” creado por lo dominadores para sustentar su poder, nunca podra estar en manos de la gente, Siempre al servicio de los dominadores que favorecen las relaciones “virtuales”, artifiacilaizando y delegando aún más si cabe nuestras vidas.

Una de las grandes proclamas del “movimiento” es lo “no a la violencia”, uno de lxs grandes conceptos de la socialdemocracia ciudadanista. Desde aqui no se quiere hacer una apologia de la violencia pero tampoco somos tontxs, sabemos que si de verdad queremos destruir lo existemte algún dia tendermos que empuñar un arma, nos guste o no. La no violencia es la desnaturalización del ser humano, es parte de la cultura demócrata que sólo persigue conseguir alguna mejora en su misera vida. Quienes sufrimos, la mayor parte de la población, la violencia diaria, en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, desde la alimentación, la medicina, la TV, el dinero, el aire que respiramos, el trabajo asalariado, todo es violencia, la que aplican los gestores de nuestra vida para mantenernos alienadxs y mantener esu dominación, no podemos aceptar está negación a defendernos a atacar a volver a tomar el control sobre nuestras vidas de una forma violenta y sin remordimientos de ningún tipo, porque aquellxs que nos envenenan, nos someten, nos torturan, nos eleminan sólo merecen la muerte, las cosas claras, no se quiere engañar a nadie. Por ello la violencia es una forma necesaria, nos guste o no, para acabar con este sistema, su negación es aceptar nuestro consentimiento, es suicidarse.

LXS ANARQUISTAS Y SU INTERVENCIÓN

Desde el primer momento lxs anarquistas aparecimos por Sol (algunxs desaparecimos rapidamente al ver lo que allí se cocia), en un primer momento quizas nos vimos sorprendidos por ver a tanta gente, no sabiendo muy bién como reaccionar, sin embargo, al paso de las horas todo se iba dislumbrando, un paso más de la socialdemocracia hacia la asimilación, hacia la pacificación de una población desencantada. Analizando la situación más en frio, al dia siguinete, observamos que quién habia salido a la calle era la clase media en su mayoria, reclamando la vuelta del Estado del bienestar. Observamos también gran cantidad de estudiantes con el miedo de después de haber estudiado 5 años de carrera no encontrar un buén trabajo , ni poder comprarse una buena casa (ecológica, eso si, para no desobedecer los nuevos dictamenes eslogistas de lxs gestorxs de la vida)…. etc…
Algunxs anarquistas participan cohibidos (ya que ciertas cosas son tabú) en las asambleas dando sus ideas.

-Cantidad vs calidad-
La vieja dicotomia sigue presente, muchxs anarquistas sorprendidxs por la cantidad de gente, miles de personas, se vieron sorprendidxs e ilusionadxs. El gurtto en muchxs casos hace que nos alejamos de la realidad de la gente, que pensemos que son tontxs. ¿tontxs o alienadxs? …….. Por eso de repente parece que a aparecido el nuevo “sujeto revolucionario”, está vez en forma de estudiante de clase media, nada más lejos de ello, mucha gente sabe que lxs políticxs les engañan, que los empresarios y banqueros son unxs ladrones, que la publicidad rige sus vidas, que comen veneno y respiran mierda, que los msindicatos son los mejores amigos de la patronal….. y todo no lo han visto ahora es algo que se escucha en cualquie esquina, siempre terminando con un “es lo que hay”, “no se puede hacer nada”, “antes era peor”. Porque leyendo algunxs textos y escuchando opiniones parece que de repente la gente a visto la luz, lo que está pasando es que la salida del tunel después de 15M quedará más lejos. Parece que después de años haciendo charlas, debates, acciones, jornadas… en las que no participàban nás de 20 personas, ahora es el momento pre revolucionario. Para que esto ocurra debe haber nuchas o pocas personas con un crítica radical al sistema y con ganas de actuar.

-Agitación vs participación-
Una cosa es participar en los conflictos y otra bién distinta es participar en ellos. Decia un texto hace poco de intervenir en ciertos “conflictos sociales” queria decir participar en ellos, hablaba de la lucha contra la privatización de la sanidad, de estar del lado de la gente, de lxs trabajadorxs, no hay que ir muy lejos en Madrid lo que estas llamadas a la unidad a cualquier precio terminan provocando tiempo, esfuerzo perdidos y ostias recibidas (se habla aqui del intento de la unidad a raiz del asesinato de Carlos, con ciertos grupos estalinistas, en nombre del antifascismo.) Se quiere,ahora, apoyar a lxs trabajadorxs para que puedan seguir explotadxs, apoyar la sanidad pública que representa todo a lo que nos oponemos (delegación, jerarquia, autoridad, químicos, industria…..). Si los anarquistas apoyamos la Sanidad Pública estamos apoyando al Estado y todo lo que conlleva. Esto se justifica co “el no quedarse solos”, “estar con la gente”, y se excusa en el típico etapismo con tufo marxista. Las luchas se pueden agitar y los conflictos extender, pero sin renegar a nuestrxs ideas, explicando que es lo que queremos y dinamizandolos, porque parece que hasta que no actua nadie nostrxs nos quedamos quietxs,… ¿por el que dirán ? será que tenemos miedo a decir que es lo que somos. Agitar es dinamizar, romper con lo establecido y cuestionar todo lo que este allí representado: instituciones, sindicatos, el trabajo….. Se ha apoderado la idea en el ambiente anarquista que la “gente” esto no le entiende que hay que hay que ir poco a poco. Quiza porque se cree que la gente son tontxs que hay que ir despacio, nada más alejado de ello. No confundirse con que se pretende lazar proclamas incendiarias que de vez en cuando también son necsarias, simplemente explicar lo que pensamos y el por qué y como dijimos antes, dinamizandolo es imprescindible que la crítica vaya acompañada de la acción y viciversa, sino se queda en mero espectáculo.

[Debat] Reflexiones (I) en torno al movimiento 15-M: ‘Cuando la comunicación real empieza, el Estado se desvanece’

· Fenomenal escrito que analiza comparativamente algunos rasgos comunes de la movilización masiva en Argentina en 2001 con la actual en España, y extrae algunas lecciones útiles para conducirnos por las aguas turbulentas, y muchas veces contradictorias, de la revuelta en gestación.
· Escrito que profundiza en algunos de los riesgos que amenazan la praxis de un movimiento tan heterogéneo como éste. Crítica de la banalización del movimiento y la deriva tolerante con el Capital, a que nos conducen las estrategias de éste y su difusión mediante sus voceros habituales.
· Escrito que plantea profundizar el movimiento a través de la negación; de la afirmación de lo que no queremos. Todo eso sin prisas. La revuelta no se hace en dos días y sin discusión.
· Escrito desde Valencia que realiza autocrítica de los sectores de la izquierda y del gueto anclados en visiones idealizantes, con objeto de extraer herramientas de la movilización del 15-M para llevar las ideas a la práctica con más eficiencia y menos arrogancia.
· Propuesta para reemplazar el Manifiesto Democracia Real Ya por una serie de puntos organizativos orientados a la asamblearización de todos los ámbitos para impedir la vuelta a la normalidad democrática imperante hasta el momento.
· Octavilla repartida en Pl. Catalunya apelando a la extensión de la revuelta sin quedarnos en la limitación de la legalidad.
· Intervención de Agustín García Calvo en la Puerta del Sol

[Debat] Los zombis socialdemócratas te sonríen… no huelas su apestoso aliento

El artículo de Público del 29/05/2011 titulado “15-M: La nueva utopía tiene los pies en el suelo” (http://www.publico.es/espana/378927/15-m-la-nueva-utopia-tiene-los-pies-) es un auténtico desfile de académicos alcahuetes (con alguna honrosa excepción) y de alegres vampiros recuperadores buscando ansiosamente algo fresco que llevarse a la boca. Empecemos por la metáfora del “pájaro metálico”, el “piloto y las luces” de Ignacio Urquizu, y el ancestral deseo humano de invadir los celestes dominios de Dios: Como decía el socialista libertario francés P. J. Proudhon este no es más que una metáfora del conjunto social, una cristalización que tiende a anular los aspectos dinámicos que nos muestra el devenir siempre errático de la historia. El organismo mecánico sucede así al organismo pluricelular del sociólogo Herber Spencer y al conjunto “tendiente hacia Dios” de la filosofía kantiana de Krause y Ahrens. El correlato digamos “estructural” a estas transformaciones conceptuales no fue otro que la fuerte impronta del desarrollo del maquinismo industrial de principios del siglo XX, y en adelante, con sus consecuencias de disciplinamiento erótico del cuerpo para hacerlo funcional a la explotación capitalista: Ignacio Urquizu no nos quiere (hay que decirlo ya) a diferencia del gran freudomarxista Herbert Marcuse.

El señor Urquizu, seguramente satisfecho con la imagen de su “pájaro metálico” sin terminaciones nerviosas que ni siente ni padece, obvia la obviedad (valga la redundancia) del “constreñimiento estructural” en la toma de decisiones por parte del Estado: Diferentes estudios de sociología histórica (McNeill, Tilly) han relacionado la génesis de los Estados-nación modernos en Europa con un lento y dificultoso proceso de “conversión civil” a manos del campesinado y la burguesía, por entonces revolucionaria … ¿Contra qué? Básicamente contra las Fuerzas Armadas que son la esencia misma del aparato estatal. Esta nueva centralidad que se otorga a la idea de un Estado genéticamente militar (y que pone énfasis en la crítica a cierto marxismo ortodoxo que no concibe también al desarrollo de los “medios de destrucción” como concomitantes a esta génesis) permite añadir una nueva dimensión a la comprensión de las luchas sociales del siglo XX en adelante: No estaríamos hablando entonces de una lucha contra el “Estado” o el “Capital” sino contra el “Capital-Estado” como fusión indisoluble. Su avión Urquizu no será jamás de pasajeros: esta “constreñido estructuralmente” en una capa de pintura de camuflaje que lentamente y con tesón se fue ocultando por la lucha abnegada de miles y miles de hombres y mujeres cuyos huesos reposan desperdigados por la piel de toro y que gracias a nuestra maravillosa transición, con sus claudicaciones y prebendas, resurge con más fuerza que nunca. Ahí están los hechos para demostrarlo.

En este mismo sentido, el politólogo Toni Comín afirma jocosamente que la causa de la “incapacidad” (no sabemos exactamente para que) de la “izquierda” (si Babeuf levantara la cabeza …) europea es no estar “articulada a nivel europeo”. ¿Articulada para qué? ¿Para seguir erosionando la calidad de vida de la clase trabajadora como hasta ahora y con mayor efectividad si cabe? La socialdemocracia ya ha cumplido con creces su “propio proyecto” Toni Comin: Introducir la confusión imperdonable y el desaliento consecuente entre los explotados al defender al capitalismo bajo la bandera del proletariado. Un giro lingüístico que anula de forma terrible las contradicciones del sistema capitalista desarmando simbólicamente a quienes tienen más razones para oponerse a él. Aunque no por mucho tiempo. Esto lo sabía perfectamente la gran revolucionaria alemana Rosa Luxemburgo: Por eso acabó ejecutada extrajudicialmente por la socialdemocracia alemana, que todo socialdemócrata que se precie admira tanto y tiene como referente.

Por otra parte, resultan paradigmáticas las declaraciones del dirigente de IU Ramón Luque sobre la “comodidad” y el énfasis tan trascendental que le otorga a la substitución fotográfica: Ni una sola mención a los cambios micropolíticos, a la transformación de las cotidianidades, a las esperanzas y los anhelos … no … lo más importante parece ser esta fantasía, políticamente ilusionante para él y su partido, de una cantera “permanentemente renovable” (y situada en un único punto para ser más fácil de localizar, claro). Vamos, un banco de sangre siempre dispuesto a regenerarse por sí a la principal “alternativa” electoral le entra un apretón sanguíneo de noche y está demasiado vieja como para ir buscandolo por ahí (¡ay! ¡qué grande es la ciudad y yo con estos achaques!) a los indignados e indignadas que fluyen constantemente por los entresijos de la cárcel urbana. Y si, en efecto, Juantxo López es “muy positiva” pero sobretodo para superar el discurso “ciudadanista” que Equo representa y su dirigencia de clase media progresista tan bién amoldada a esta fase cognitiva del capitalismo. No queremos su migajas de “desarrollo sostenible” y su “mayor inversión en I+D”: LO QUEREMOS TODO Y LO QUEREMOS AHORA.

La forma en que se presenta el cadáver insepulto del mayo del 68 por parte de Público es realmente insultante: Parece que conviene sacarlo a pasear de vez en cuando, eso sí, sin que se vea el azul mono fabril que se esconde debajo de ese estudiante que se subleva “por aburrimento”, no vaya a ser que a alguien se le ocurra imitar a los millones de obreros franceses que se pusieron en huelga y el Capital-Estado empiece a crujir de verdad. Por otra parte, parece que los jóvenes indignados de hoy no escriben carteles con los nombres de “Plaza Tahrir” o “Plaza Palestina” o siguen con atención los acontecimientos de la siempre incombustible Grecia. Son unos buenos chicos y chicas “con los pies en suelo” que aspiran a un “mejor funcionamiento” funcional (valga la redundancia) de esta mentira democrática de génesis militar, como ya se ha dicho. Fantástico la presentación de la pluralidad y expansión geográfica del movimiento por parte de Público (sarcasmo). ¿Y los puntos consensuados por el movimiento de los indignados con el “pisotón de la economía capitalista” en Barcelona?. Lo único importante, Madrid. Menudo centralismo interesado (sin acritud con los compas madrileños, sólo fue una constatación).

Cobo, fotógrafo de 26 años, el único que no es “experto” ni “dirigente político”, de los que se jacta de consultar Público, es quien aporta una visión más clara sobre el sacudimiento de los remanentes clasificatorios del ni-ni que ha provocado la ebullición popular, el carácter de radical extrañamiento de la Junta Electoral respecto a las protestas y que confirman el progresivo desenmascaramiento de todo el aparato estatal y la capacidad de desbordar todo este tinglado. “Y no me cabe duda que se hará”. Sublime. Cierto Juan Subirats es absurdo exigir que se aporten “soluciones viables” pero no porque “nadie las haya encontrado” sino porque NO EXISTEN dentro de este sistema político y económico. HAY QUE DECIRLO YA. Ante esto que cabe ¿el vacío? En absoluto. Hay miles y miles de experiencias en todo el mundo que nos muestran que la utopía es posible: desde el movimiento Abahlali BasemJondolo de los “asentamientos autogestionados” en Suráfrica (www.abahlali.org) hasta las redes de economía solidaria y autogestiva en Catalunya. NO HAY QUE PROPONER NADA porque el cambio social no es teleológico sino que está por todas partes abriendo grietas cada vez más grandes. Y AHORA MUCHO MÁS.

Hay que ver como Público le da Cancha a Subirats, tres párrafos, para que nos dé una clase magistral de sistemas políticos comparados (que si España que si Alemania) que si el famoso Foro de Porto Alegre … Ninguna presencia de otros planteamientos más asamblearios como el Encuentro Latinoamericano de Organizaciones Populares Autónomas (www.elaopa.org) o el más insoslayable quizás Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) del mismo país y su estrategia de ocupación de latifundios (si esto no es “revolución económica” que baje el “pájaro mecánico” de Urquizu y lo vea). Ese Urquizu idealista nos conmueve: “escuchar todas las voces” la de los banqueros y ciudadanos por igual. Reunámonos si, con el Estado si, ¿todos juntitos de la mano o va a ser por turnos? ¿Y qué hará el Estado, un nodo crecientemente militarista y policiaco, obligar a los banqueros a apretarse un cinturón que trasciende los límites del Estado-Nación con cada vez mayor intensidad en forma de “paraísos fiscales” y otras lindezas? BASTA DE MENTIR AL PERSONAL CON FALSAS ILUSIONES la única solución está en la extensión global de todas las luchas y alternativas sistémicas. El discurso de oponer el Estado al Capital es un remanente “comedor de cerebros” (cerebroooooo …) que hay que sacudirse cuanto antes.

La indignación será antiestatista y anticapitalista o no será

¡Arriba lxs que luchan!

Alma Apátrida (Una humilde contribución de un indignado que está muy lejos pero muy cerca)

[Llibres] “Invertidos y rompepatrias, socialismo y homosexualidad en el Estado español”.

Hola muy buenas, acabamos de coeditar junto con Eztabaida y Violent World el libro “Invertidos y rompepatrias, socialismo y homosexualidad en el Estado español”, en el que se trata la homofobia existente dentro de parte del movimiento libertario, marxista y socialista durante la II república, la guerra civil, el franquismo, la cual se fue transformando durante la llamada transición a la democracia parlamentaria en homofilia, terminando haciendo un análisis sobre la actualidad desde un punto de vista autocrítico y revolucionario. Consta de 200 páginas y se distribuye a 3€ (2€ a distris y librerías, gratuito para bibliotecas sociales), ha sido impreso en Irrintzi, proyecto autogestionado y libertario, en una primera edición de 400 ejemplares. Si quieres conseguir un ejemplar o estás interesadx en distribuirlo, escríbenos un correo electrónico, saludos malignos.
distrimaligna@yahoo.es

[Debat] Los anarquistas y el 15M

Este texto está escrito en Madrid, por lo que muchas de las descripciones y reflexiones pueden no ajustarse a la realidad de otras localidades, especialmente dada la heterogeneidad del movimiento 15M. Aun así, pensamos que puede resultar útil como punto de partida para la reflexión a todos los compañerxs que se están implicando en las asambleas, independientemente del sitio. El texto ha sido redactado y corregido precipitadamente para que estuviese disponible antes de la convocatoria de asambleas de barrios y pueblos del 28 de mayo. Tenedlo en cuenta a la hora de leerlo y disculpad las meteduras de pata que pueda tener. 0. Unas palabras para empezar…

Dejemos las cosas claras. Lxs que firmamos este texto somos anarquistas, comunistas antiautoritarios, anticapitalistas o la etiqueta que más os guste. Es decir, estamos por la abolición del trabajo asalariado y el capital, la destrucción del estado y su sustitución por nuevas formas horizontales y fraternales de vivir en común. Creemos que los medios para conseguirlo deben ser lo más coherentes posible con los fines que buscan y, por tanto, estamos contra la participación en instituciones, contra los partidos políticos (parlamentarios o no) y las organizaciones jerárquicas, y apostamos por una política basada en el asamblearismo, la solidaridad, el apoyo mutuo, la acción directa, etc. Porque estamos convencidos que estos medios son los más eficaces para llevarnos a la revolución. Si decimos esto es para eliminar cualquier suspicacia y marcar las líneas sobre las que queremos que se mueva esta contribución. Ahora bien, el que estemos por una revolución social que destruya el capitalismo, el estado y que suponga la abolición de las clases sociales (y de tantas otras cosas), no significa que pensemos que esto puede ocurrir a corto plazo, de la noche a la mañana. Lo que hemos planteado aquí son fines, es decir, situaciones a las que, con suerte, llegaremos tras un largo recorrido y un desarrollo considerable del movimiento revolucionario. Pensar lo contrario no es que sea utópico, es un ejercicio de delirio y ensoñación inmediatista. Un planteamiento revolucionario debe plasmarse en una estrategia a corto plazo, en una serie de propuestas para intervenir en la realidad que nos acerquen a situaciones en las que estén en juego cuestiones como la abolición del trabajo asalariado, la instauración del comunismo libertario, la revolución social… cuestiones que hoy en día, obviamente, no están, ni de lejos, sobre la mesa. Esta intervención no puede limitarse a repetir machaconamente la rabiosa necesidad de revolución y de abolir el estado y el capital. Ser anarquista no significa ser un chapas que persigue a los demás repitiendo una y otra vez lo malo que es el estado y lo buena que es la anarquía. Y sin embargo, a raíz del movimiento 15-M, en los últimos días hemos leído por internet textos y comentarios cercanos al delirio inmediatista y, lo que es peor, hemos oído de compañerxs y amigxs posiciones que resbalan hacia el abismo del anarco-chapismo, que, con toda su buena intención, se atrapan en el maximalismo de las consignas grandiosas, de las propuestas a largo plazo, etc. Sabemos bien de lo que hablamos, todxs nosotrxs hemos estado en dichas situaciones y, lo que es peor, hemos contribuido en muchas ocasiones a su extensión. Dejemos claro también que este texto tiene tanto de crítica como de autocrítica, y que nos sirve, ante todo, para tratar de no caer nosotrxs mismxs también en dichas trampas. Para ir acabando, hay que tener en cuenta que este texto ha sido escrito deprisa y corriendo, al ritmo que marcan los acontecimientos, con el objetivo de que saliese antes del día 28, cuando se han convocado las Asambleas Populares en diferentes barrios y pueblos de Madrid, así que no os extrañe que en algunos puntos se note la precipitación y la urgencia. No damos para más.

En resumen, este texto pretende ser una reflexión y una propuesta para romper con el impasse en el que hemos estado anclados mucho tiempo, para deshacernos de lastres que muchxs arrastramos y nos inmovilizan. Es, en el fondo, una reflexión para intentar aclararnos en qué manera podemos aportar y participar en lo que ocurre a nuestro alrededor.

1. El Movimiento 15-M: coordenadas básicas

Y lo que ocurre a nuestro alrededor es, obviamente, el llamado movimiento 15-M, que en la última semana ha irrumpido como un elefante en la cacharrería en la política nacional. Nos guste o no, y lo queramos o no, el movimiento 15-M ha roto todas las expectativas y ha sorprendido a todo el mundo: policía, políticos, periodistas, convocantes, gente corriente, ciudadanistas, izquierdistas y, por supuesto, a los anarquistas. En primera instancia todo el mundo se quedó en fuera de juego y, a partir de ahí, todo ha sido una serie de intentos más o menos afortunados de tomar posiciones frente a o dentro del 15-M. No vamos a entrar a analizar sus causas o a repasar las diferentes teorías conspiranoicas o intoxicaciones que han surgido a su estela; no es importante para lo que queremos decir. Vamos a tratar de aportar lo que entendemos que son las coordenadas básicas en las que se mueve eso que llamamos movimiento 15-M o, al menos, las más importantes para ver si es posible (y en ese caso cómo) una participación anarquista o anticapitalista en él. Como es lógico, será una descripción fragmentaria, parcial e incompleta. Nos da igual, las cosas van demasiado rápido.

Lo primero que hay que decir es que el movimiento 15-M es un movimiento social real y, como tal, es tremendamente heterogéneo y contradictorio. Hay de todo y todo está en diferentes dosis. Es decir, todo lo que digamos aquí no debe tomarse como características definitorias absolutas, sino más bien como tendencias, matices, etc. Expresiones de un movimiento en construcción en cuyo seno hay luchas, tensiones y un continuo cambio.

Dicho esto, por su composición social y por las consignas que más se oyen en las asambleas y grupos de trabajo, así como por las opiniones de la gente que está continuamente publicitándolo en internet (twitter) podría decirse que, principalmente, es un movimiento ciudadanista y abiertamente demócrata. O mejor dicho, son este tipo de planteamientos de reforma política y social (reforma electoral, democracia real, mayor participación, crítica de los partidos políticos mayoritarios pero no del sistema representativo o los partidos en general…) los que, en general, aglutinan a más gente y manos alzadas a su alrededor.

Sin embargo, este contenido se expresa bajo formas asamblearias, que rechazan toda representación clásica (como por ejemplo, convertirse en otro partido político) y que reniegan de toda ideología, símbolo o forma política precocinada (desde partidos a banderas republicanas, pasando por las A circuladas). Hay una consigna que rula por twitter “Esto no va de izquierdas o derechas, sino de arriba y abajo”. Que, por el momento, apuesta mayoritariamente por la auto-organización, por la acción directa (no violenta) y la desobediencia civil, aunque no utilice estas palabras mágicas. La no-violencia es, de hecho, otra de las coordenadas fundamentales del 15-M, algo que, sin duda, es asumido colectivamente sin discusión. Entraremos en esto más adelante.

Todo esto no quita para que en su seno se pueda ver claramente una “lucha de poder” entre diferentes “facciones”, organizadas o no. Miembros y militantes de partidos políticos de izquierdas, miembros de los movimientos sociales, libertarios, gente normal y corriente “indignada” que va con su propia visión del mundo, etc. todos pugnan en su interior a todos los niveles, desde la orientación ideológica o práctica del movimiento, al control (y en muchos casos, manipulación) de las asambleas, comisiones, etc. En muchas comisiones y grupos se está viendo de todo: pérdidas casuales de actas, personalismos, gente que se aferra a las portavocías, delegados que se callan cosas en las asambleas generales, comisiones que se saltan acuerdos, grupitos que quieren mantener el chiringuito, etc. Muchas, seguro, fruto de la inexperiencia y los egos; otras, parecen directamente sacadas de los viejos manuales de manipulación de asambleas.

Alrededor de esta lucha, está también toda la gente que se acerca por allí. Gente que se acerca a participar, a escuchar, a ser escuchado, a aportar comida u otros materiales, a ver qué pasa, o simplemente a echarse unas fotos en plan turista en su propia ciudad. Bajo las carpas de Sol uno tiene la sensación de estar en un gran bazar en el que no se vende ni se compra nada.

Por otro lado, uno de los grandes problemas de las acampadas es la dificultad de participar en ella plenamente: no todo el mundo puede ir al centro todos los días, ni todo el mundo puede quedarse a dormir, ni todo el mundo puede participar habitualmente en las comisiones, etc. Esto sin duda puede favorecer la creación de liderazgos informales, camarillas, cosas raras y sesgos extraños que la gente, que gilipollas no es, lo va a notar, lo va a comentar y a actuar en consecuencia. De hecho, una posible consecuencia de quién está llevando el mayor peso del campamento (y también de quién está más habituado a ir y proponer actividades) es la progresiva guetización que ha sufrido la acampada el fin de semana. Comparada con el ambiente de encuentro y de protesta de los días más intensos (especialmente el viernes, dada la expectación por la prohibición de la Junta Electoral Central) el fin de semana la cosa perdió fuelle y comenzó a notarse un ambiente más lúdico y menos de protesta, a pesar de que las comisiones, subcomisiones y grupos de trabajo siguieron funcionando. A ratos, #acampadasol parece estar reproduciendo lo peor y más banal de las okupas del gueto: talleres, conciertos, batucadas, comedores, actuaciones, clowns, etc. a costa de sus aspectos iniciales, mucho más marcadamente de protesta, política e “indignación” (por pro-demócrata y limitada que fuese). En twitter, que no olvidemos que tiene gran culpa del ascenso del movimiento 15-M y del campamento de Sol, se está filtrando ese descontento en mucha gente, que no ve con buenos ojos esta deriva. Un ejemplo claro de ese descontento que tuvo lugar el fin de semana fue el tema botellón sí-botellón no, el sábado una de las asambleas tuvo que irse de Sol por la cantidad de gente que estaba a su pedo, y el tema de las batucadas, que el domingo obligaron incluso a aplazar a alguna asamblea que no oía con tanto ruido (aunque hay que decir, que las batucadas tuvieron bastante seguimiento, igual que el botellón).

Es obvio que el movimiento 15-M no es una revolución, eso es de primero de militancia, y quien lo critique en base al hashtag #spanishrevolution con el que se extendió inicialmente debería darse cuenta de que era una mezcla de marketing, gracieta e ilusión. Sin más.

El último apunte que queríamos hacer es lo que, para nosotrxs, quizás sea lo más importante que hemos visto junto con su marcado carácter asambleario y horizontal (con todos sus defectos, que son muchos): el cambio brutal de actitud que hemos podido observar en los alrededores de Sol durante toda esta semana. Recapitulemos. Tras la multitudinaria manifestación inicial del 15 de mayo y, especialmente, tras el desalojo de los primeros acampados, la gente ha tomado masivamente noche tras noche la Puerta del Sol de una manera que ninguno de nosotrxs habíamos visto nunca. Las movilizaciones contra la guerra, aunque alguna fuera más masiva, no tuvieron, ni de lejos, la continuidad, participación, actitud y ambiente que hemos visto esta semana en Sol. Es como si, de repente, la pasividad y el ir cada uno a lo suyo se hubiesen roto alrededor del Km. 0. Repartir panfletos en Sol y sus calles aledañas es una gozada, la gente te entra para pedirte que le des uno, los coge con una sonrisa, te pregunta, te da las gracias… Los primeros días, si hacías un corrillo para hablar de algo, la gente arrimaba la oreja para intervenir, para escuchar. Ha sido normal ver a la gente de lo más variopinta discutiendo en pequeños grupetes. Los grupos de trabajo y las asambleas generales son acontecimientos masivos de entre 500, 600 y 2000 personas (sentadas, de pie, arrejuntándose para oír algo), etc. Y aparte de esto, esa sensación permanente de buen ambiente, de “esto es algo especial”. Todo esto alcanzó su punto álgido la noche del viernes al sábado, cuando empezó la jornada de reflexión. Escuchar a más de 20.000 personas gritar “Somos ilegales” y disfrutar como niños de saltarse la ley, la verdad, impresiona. Bien es cierto que ese ambiente intenso, de participación y de política real empezó a decaer a partir de esa noche. En parte por el subidón del viernes noche, en parte por la decisión de “no hacer política” durante el sábado y el domingo, el fin de semana ha tenido un tono mucho más festivo, más “circense” que los días anteriores. Aun así, nosotrxs no recordamos nada parecido, la verdad.

2. Lo que no está en juego. Una visión estratégica.

Dicho esto, ¿qué pintamos los anarquistas por allí? Para cualquier libertario con dos dedos de frente, afortunadamente la gran mayoría, es evidente que es necesario estar allí, que ahí hay tema. Lo que ninguno tenemos tan claro es qué podemos hacer, qué podemos aportar y qué podemos esperar del movimiento 15-M. Y es lógico, dada la heterogeneidad y contradicciones que abarca. En esta sección vamos a intentar expresar cómo y en qué sentido vemos nosotrxs que puede ser interesante participar y aportar en dicho movimiento. Decimos visión estratégica porque es una visión general, que intentaremos acotar más adelante con propuestas concretas y algunas consideraciones tácticas.

La mayor parte del proceso que se desarrolla actualmente en el movimiento del 15-M consiste en tratar de encontrar las consignas y reivindicaciones políticas que van a definirlo. Ese proceso se está dando tanto en los grupos de trabajo como en las propias comisiones. En los primeros está más el debate y la pelea ideológica, en algunas de las segundas, en las que se concretan dichos debates, es donde se están viendo las artimañas, tejemanejes, etc. No hay que ser muy listo para saber dónde está el lio: comisiones como comunicación, interna, asamblea y política son donde uno se va a encontrar mayor número de políticos por metro cuadrado. Mientras que en comisiones como infraestructura, alimentación o respeto, las cuchilladas serán mucho menores. Ojo, que no estamos diciendo que en las comisiones sólo se esté haciendo esto, pero algunas cosas que hemos visto o nos han contado tienen tela.

Como hemos dicho anteriormente, las reivindicaciones con mayor eco en #acampadasol son las de reforma política y, en menor medida, social, de gran contenido ciudadanista: reforma de la ley electoral, una ley de responsabilidad política, mayor participación, ley de dación en pago de las hipotecas, etc. Los miembros y militantes de partidos de izquierda (IU, IA, etc.) y movimiento sociales están tratando de virar el barco más hacia la izquierda, para que asuma reivindicaciones clásicas de la izquierda (desde la renta básica o la condonación de la deuda externa, a la nacionalización de la banca) aunque en frente tienen a los que prefieren que el movimiento sea lo más neutral posible (por ejemplo, http://twitpic.com/51lyqa) y se centre en un #consensodeminimos básico[1]. En nuestra opinión, creemos que lo más probable es que el objetivo final de unos y otros sea que, o bien mediante algún tipo de Iniciativa Legislativa Popular[2] o bien de la mano de algún partido político, seguramente IU, se presente una propuesta al Congreso y se pida su aprobación mediante un referéndum. En este sentido, unos y otros se juegan los contenidos de dicha propuesta y seguramente cómo se va a hacer, pero en un momento dado pueden confluir en ciertos puntos básicos.

Obviamente, los anarquistas estamos convencidos de que si se lograran algunas de estas reformas, aun cambiando algunos de los “defectos” del sistema que más sulfuran a la gente, no van a modificar para nada lo esencial. El problema no es la corrupción política, sino la política como esfera separada de la vida, el problema no es la falta de transparencia de los gobiernos, son los propios gobiernos, y el problema no es la banca y los banqueros, sino la explotación capitalista: la grande, y la pequeña.

Dicho esto, creemos que los anarquistas ni estamos ni deberíamos estar en esa pelea, la de las reivindicaciones grandilocuentes y la política de altos vuelos. No deberíamos entrar en ese juego, aunque si queremos estar en las asambleas debemos asumir que tendremos que tragar y enfrentarnos a ello. A nosotrxs no se nos ha perdido nada en ese tablero. El movimiento del 15-M no es un movimiento anarquista o anticapitalista, así que las reivindicaciones anarquistas maximalistas están fuera de lugar. No tiene sentido luchar por que las asambleas generales asuman cosas como la autogestión generalizada, la abolición de las cárceles o incluso simplemente la huelga general indefinida, porque es evidente que la gente que está ahí y la gente que lo sigue con expectación y simpatía no está por eso. Suponiendo (y es mucho suponer) que por alguna extraña razón, o tejemaneje, se consiguiese que la asamblea general o las asambleas de los barrios aceptasen y asumiesen como propia alguna de estas consignas, lo más seguro es que el movimiento 15-M se desinflaría rápidamente, perdiese buena parte de sus apoyos y simpatías, y se quedase en un extraño cóctel frentepopulista de militantes izquierdistas, ciudadanistas, comunistas y anarquistas. Es decir, justo lo que siempre hemos criticado y donde nunca hemos querido estar. En política existe un término que se llama “votar con los pies”, significa que cuando no te gusta la gestión de un lugar, simplemente te vas a otro lado. Algo parecido pasa en todas las asambleas, hay mucha gente que cuando algo no le gusta o no se siente cómodo, se calla, agacha la cabeza y deja de pasarse, sin reflejar su descontento.

¿Por qué ocurre todo esto? Pues porque los movimientos reales suelen ser bastante complejos. Tienen su composición, su idiosincrasia y sus desarrollos, y, sobre todo, porque no se puede pretender que la gente se haga anarquista de la noche a la mañana. Ninguno de nosotrxs hemos llegado a serlo rápida e indoloramente, sino a base de equívocos, ilusiones, incoherencias, desengaños, debates, frustraciones, flipaduras y de darnos muchas veces de bruces contra el suelo (a veces en un sentido literal, con un policía encima). Da igual que en estas ocasiones, las personas y las cosas cambien vertiginosamente. Lo sentimos, pero creemos que, simplemente, no funcionará.

Tenemos que ser conscientes de la representatividad de las comisiones frente a las personas que integran la movilización. Esto se vio claramente en la comisión de Política, que en el momento de mayor auge pudo aglutinar unas 350 personas entre las dos subcomisiones (corto y largo plazo), está claro que las asambleas son abiertas y todos y todas podrían participar en ellas pero lo cierto es que al final se han convertido en dos subcomisiones que aparentemente se han separado por fases temporales, pero que realmente marcan dos postulados muy diferentes, el “reformista” y el “revolucionario”, entre los que están exigiendo y legitimando a las estructuras de poder con pequeñas (o grandes) reformas legislativas, y los que quieren marcar una hoja de ruta de ruptura con el modelo impuesto por el capitalismo.

Esto es un grave error ya que medidas “revolucionarias” o radicales, puede haberlas a corto plazo y a largo, sólo hay que tener claro de contexto actual y los pasos que queremos dar. Por citar un ejemplo, en la Comisión a Corto Plazo se plantean cambios en la Constitución española, y en la Comisión de Largo Plazo consensos como huelga general. No creemos que un cambio en la Constitución (necesita la aprobación de ¾ partes del Congreso de los Diputados) sea mucho más factible a corto plazo que convocar una huelga general (que es más una herramienta de lucha que un fin en sí mismo), por mucho que esto sea, a día de hoy, bastante complicado.

Creemos necesaria una reflexión sobre nuestra implicación en las comisiones, intentar que sean eficientes y el desgaste y el derroche de energías esté bien canalizado. No sirve de nada que 200 personas con un ideario “similar” se junten y marquen un rumbo que no sea ni asumible por este movimiento (a día de hoy) ni dejar que las exigencias a corto plazo sean simplemente un alegato a fortalecer el estado del bienestar… En dicha reflexión deberíamos hacer una autocrítica y plantearnos de forma inmediata propuestas a corto y largo plazo asumibles y que caminen o que nos hagan avanzar pasitos hacia una revolución social de verdad, ya que si no terminaremos en la inanición propia de un grupo de personas que están por encima del momento. Deberíamos mostrar cierta inteligencia y sumarnos de forma real a la ilusión de cambio que se respira estos días por la puerta del Sol, a ver si entre todos conseguimos que ese cambio vaya un poco más allá de cuatro arreglos en la fachada de la democracia.

Entonces ¿qué otras opciones tenemos?

Seguro que muchos se habrán planteado, o incluso se habrán encontrado haciéndolo casi sin darse cuenta, lo que podríamos llamar rebajar el discurso, es decir, edulcorar nuestras propuestas a ver si con un poco de azúcar pasan mejor. Por ejemplo, jugando un interesado confusionismo semántico que habla de “democracia directa” en vez de “anarquía”, tragar con todo lo que tengamos que tragar para mantener la historia en el tiempo, etc., etc.

Otra opción es abandonar el chiringuito por reformista. Tal y como nosotrxs lo vemos esto es simplemente absurdo. Básicamente porque ni actualmente ni a lo largo de la historia, los movimientos revolucionarios brotan de la nada o surgen solos, sino que son los propios revolucionarios, y los acontecimientos, los que con su esfuerzo y tesón a veces consiguen que los movimientos sociales dejen de ser el coto de partidos, aprovechados, etc.

Aunque hablaremos de esto más adelante, dejemos claro que nuestra idea no es convertir el movimiento 15-M en un “movimiento revolucionario” de masas, algo igual de peliculero que pensar que la anarquía vendrá mañana si lo deseamos con suficiente fuerza. Tampoco estamos diciendo que tengamos que estar por estar hasta el final. Tenemos bastante claro que, si no hacemos las cosas bien, en algún momento habrá que irse o, también bastante probable, nos acabarán echando. Pero nos parece obvio que ese momento no ha llegado aún, que todavía hay oportunidades de aportar y participar en esta historia, sobre todo de cara a la convocatoria de asambleas populares en los barrios.

Sirva esto para dejar claro que no somos unos ilusos, a los que el 15-M les ha nublado la vista o que han cerrado sus chiringuitos “por revolución” (más marketing), sino simplemente somos anarquistas que hemos visto una oportunidad clara, la primera en muchos años, de participar en un movimiento real de tamaño considerable.

3. Por una participación anarquista práctica y concreta.

En nuestra opinión, lo que está en juego en el movimiento 15-M es conseguir que sea un punto de partida capaz de activar la lucha cotidiana por aspectos concretos y básicos, una lucha que se lleve a cabo desde la horizontalidad, el asamblearismo, la acción directa, la participación directa, la solidaridad, etc. que forman parte de las coordenadas básicas del movimiento 15-M. Que las asambleas no sólo sean sitios desde los que pedir (¿A quién? ¿Cómo?) leyes, reformas y referéndums (¿Cuáles?), sino que sean espacios en los que la gente debata sobre sus propios problemas, busque soluciones y decida cómo llevarlas a cabo por ellxs mismxs. Que se conviertan en puntos de encuentro, de comunicación y participación real. Pequeños (o grandes) núcleos solidarios de resistencia.

Está claro que una parte importante de este proceso es qué problemas y qué soluciones se van a tratar, qué contenido, por así decirlo, van a expresarse en dichas asambleas. Ese podría ser la otra tarea que podríamos marcarnos, intentar que los temas a tratar en las asambleas sean cuestiones de clase, de género, etc. que profundice, desde la práctica, en la crítica del Estado, el capital y el trabajo asalariado.

Dicho de otra forma, nosotrxs proponemos una participación práctica y concreta desde una perspectiva y unas formas de funcionar antiautoritarias, sobre cuestiones básicas de clase y otras opresiones igual de importantes como el patriarcado, el racismo, etc.

Para complementar esta contribución práctica también debemos aportar nuestro punto de vista y nuestro discurso, una vez más, sin caer en maximalismos del tipo “¡Revolución ya!” y cosas por el estilo.

Tal y como nosotrxs lo vemos, intentar que la gente haga suyo nuestro discurso no es, no debería ser, ir a machacar con las consignas y principios anarquistas de toda la vida. Consignas que, en nuestra opinión, estarán fuera de lugar. No porque no tengan sentido o no sean verdad, sino porque no están en la onda de lo que está pasando, están fuera de contexto. Esto es como si tú estás hablando con un colega de fútbol y viene otro a contarte nosequé historia de una película iraní, pues ni caso. ¿Significa esto que debemos abandonar el anarquismo y pasarnos a la democracia? Lógicamente no. ¿Debemos escondernos? No. ¿Debemos exhibir al mundo que somos anarquistas? Para nosotrxs, no tiene ningún sentido si eso no va más allá que “ser anarquista”. Llamarse a uno mismo anarquista no significa nada en sí mismo, no dice nada: ni bueno, ni malo. En nuestra opinión no se trata ni de escondernos ni de exhibirnos, sino de practicar el anarquismo en un contexto determinado. Un ejemplo: de todos los lemas que algunxs de nosotrxs y otrxs compañerxs cantamos uno de los primeros días en Sol sólo un par de consignas se extendió mínimamente más allá de nuestro circulo: “el pueblo unido funciona sin partidos” y “A, anti, anticapitalistas”, ¿Por qué? No porque los lemas fuesen gran cosa, que no lo son, ni porque fuesen ingeniosos, que tampoco, creemos que fue porque, en ese momento y en ese lugar, eran lemas que puede contactar al menos con parte de la gente que estaba allí. Nos guste o no, la gente ahí no estaba contra la policía nacional, ni quería tumbar al Estado… el trabajo es mucho más de fondo… Si nos limitamos a cantar o a proponer en las asambleas consignas descontextualizadas, lo que hacemos es caer en la propaganda pura y dura, en el peor sentido de la palabra, no en la participación.

Y es que en muchas ocasiones nos puede la inercia, seguramente como a todxs lxs demás. En vez de pensar qué podemos y queremos decir acabamos yendo a lo fácil: al “la lucha es el único camino”, al “de norte a sur, de este a oeste….”, “muerte al estado….”, etc. Un discurso, en nuestra opinión, fuera de lugar y, por tanto, ineficaz. En el Bloque Libertario de la mani del 15M pasó un poco lo mismo, tras una primera fase con lemas (mejores o peores, más o menos útiles, eso es lo de menos) pero sobre el tema en cuestión (democracia, capitalismo, crisis) se pasó a un remix del gueto (desde los presos a Patricia Heras pasando por el policía asesina), resbalamos hacia la autorreferencialidad, hacia el hacer piña… Por desgracia, por allí nadie sabía quién era Patricia Heras más que nosotrxs cuatro, ¿qué sentido tenía gritar sin un panfleto que lo explicase?, sólo desconcertamos a la gente, que nos mira como si viniésemos de otra película… Todo tiene un momento y un lugar, y si no sabemos adaptar nuestro discurso al momento y al lugar, nos irá mal. Adaptar el discurso no es rebajar el discurso, es adecuar el mensaje al contexto y adecuar el código al receptor, es dar nuestra opinión sobre lo que la gente está hablando, no sobre lo que nosotrxs creemos que debería estar hablando la gente…. Y dar esa opinión en su “idioma”, no en nuestro “dialecto”, lleno de tecnicismos y modismos, cómodos para hablar entre nosotros, pero que generan barreras y confusiones con quien no los maneja.

4. Algunos objetivos y posibles ejes de actuación

Esta propuesta de participar desde la práctica y desde lo concreto tiene varios objetivos. Obviamente, mejorar nuestras condiciones de supervivencia dentro del capitalismo. Seguro que algunx lo tachará de reformismo, para nosotrxs es simplemente necesidad. Otro objetivo es ser capaces de señalar y desmontar, durante el proceso, todas las contradicciones y miserias del capitalismo, la democracia, los sindicatos, etc. No mediante discursos elaborados y prefabricados, sino a través del debate y la reflexión sobre lo que nos vayamos encontrando, algo mucho más complejo y trabajoso que simplemente editar libros escritos en otro momento y en otro lugar. También busca crear y extender una cultura de lucha entre la población, un sentimiento colectivo de que las cosas se consiguen luchando junto a otros iguales, solucionando los problemas por los mismos afectados, desde la solidaridad y el apoyo mutuo, sin delegar en profesionales de la mediación o la representación. Un sentimiento de “hoy por ti, mañana por mí” que cale entre la población y que desplace al “cada uno a lo suyo” y el “menos mal que no me ha tocado a mí” que arrasa en nuestra sociedad.

Por último, si algo nos ha quedado claro en esta última semana es que, si bien lxs anarquistas tenemos mucho que aportar, tenemos también mucho, muchísimo que aprender, tanto de la gente que nos encontremos en el camino como de las situaciones a las que tengamos que enfrentarnos. Participar en las asambleas será la oportunidad perfecta de aclararnos nosotrxs mismos, nuestras posturas y la manera en las que se las comunicamos a nuestros iguales. Esto es lo normal. La mejor manera de darnos cuenta de nuestros fallos e incoherencias (que las tenemos y seguramente serán muchas) es tratar de explicar y compartir nuestra postura con quien la desconoce.

Creemos sinceramente que esta puede ser una buena manera de salir de la trampa de una intervención desde la ideología, que pretenda que se aprueben principios u objetivos a largo plazo específicamente anarquistas, algo que, como hemos repetido unas cuantas veces ya, no es algo que esté o pueda estar en el orden del día de aquí a mañana. Creemos también, que puede ser una manera de obviar y esquivar las luchas de poder que se darán en las asambleas por las cuestiones de alto nivel (leyes, etc.) sin tener que dejar por ello de participar en un movimiento que aún puede dar mucho juego. Meternos en una guerra de desgaste para que no salgan dichas propuestas o enfrentarnos abierta y continuamente a todos los izquierdistas, ciudadanistas y gente normal que sólo quiere un par de cambios no nos va a valer para nada. Tenemos que ser conscientes en todo momento de dónde estamos y hasta dónde puede llegar. Si no hacemos este ejercicio de análisis y de reflexión continuamente nos vamos a llevar un palo muy serio y una frustración considerable.

Por supuesto, al participar en el movimiento 15M siempre vamos a correr el riesgo de acabar haciéndole el curro y el trabajo sucio a la izquierda y al ciudadanismo. Nosotrxs creemos que a día de hoy, dada nuestro escaso poder de convocatoria y apoyos, este riesgo siempre va a estar ahí, en cualquier movilización real a la que nos sumemos (huelgas, conflictos antidesarrollistas, etc.). Es un riesgo que no se puede prever, y seguramente sea algo que, hasta cierto punto, no se pueda evitar, lo único que podemos hacer es permanecer atentxs, no dejar llevarnos por la emoción y tratar de valorar en qué momento nuestra participación se está limitando a la de ser mano de obra de otrxs, en ese momento será necesario abandonar el chiringuito.

Para acabar esta sección, vemos necesario concretar algunas líneas de actuación que se nos han ocurrido como ejemplo de lo que tenemos en mente. Ni son las únicas, ni son las mejores, de hecho son bastante vagas, sólo son algunos ejemplos que se nos han ocurrido o que hemos escuchado estos días en las asambleas. Entre todos deberíamos completarlas, clarificarlas, criticarlas, etc…

· Vivienda: Autoorganizarse para resistir frente a los desahucios y el mobbing inmobiliario. Proponer la okupación como alternativa temporal en los desahucios que no se frenen. Presionar a los caseros que pasan o se aprovechan de sus inquilinos. Presionar mediante la acción directa a las sucursales bancarias de las que dependen las hipotecas de familias en problemas para que las renegocien o simplemente para visibilizar el conflicto. Visibilizar el conflicto mediante banderas o similares en los balcones de las casas que estén siendo presionadas.

· Trabajo/Paro: Aprovechar el ejemplo asambleario de Sol para llevarlo a los curros, debatir y hablar en las asambleas sobre los conflictos laborales, sobre nuestros problemas como parados, proponer que las asambleas sean un punto de apoyo si tenemos algún problema en el curro. Visitar y denunciar los trabajos en los que se produzcan accidentes laborales…

· Migraciones: Tratar de implicar a los inmigrantes, que seguramente estén subrepresentados en un primer momento, informar a la gente de lo que pasa en los CIEs, informar y proponer mecanismos de actuación frente a las redadas contra inmigrantes, autoorganizarse para ofrecer información legal, mediante asesorías, talleres, etc.

· Salud-Sanidad: tratar de implicar a trabajadores y usuarios-sufridores de la sanidad pública en la lucha contra su deterioro y la inaccesibilidad, evitar que nos enfrenten a unos contra otros (“la culpa es de los trabajadores que curran poco” o “la culpa es de los viejitos que van mucho”).

· Género: hay que ver cómo contrarrestar la enorme oleada actual de anti-feminismo que se masca a nivel social, y que se ha expresado varias veces en las acampadas. Podría ser interesante tratar de incidir o debatir sobre la violencia machista…

· Organización: Tratar de mejorar el funcionamiento asambleario. Luchar por una horizontalidad real, no meramente formal, evitar la formación de camarillas de especialistas o de representantes perpetuos, evitar convertirnos en una camarilla de especialistas o representantes perpetuos.

Estos temas y propuestas son claramente limitados, fruto de la prisa y de nuestra propia inexperiencia en este tipo de movidas. Hay que mejorarlas, afinarlas y compartirlas. Y sobre todo, hay que construirlas en común con la gente que vaya a las asambleas, en un proceso que cambiará tanto las propuestas como a los que las asumen y las ponen en práctica y que, seguramente, irá de menos a más. No nos pensemos ahora que por ir con cuatro propuestas concretas en vez de con la cantinela ácrata de siempre, la gente las va a aceptar por arte de magia. No, no estamos proponiendo conjuros, tenemos que tener claro, que aun siendo capaces de iniciar este proceso, será un camino largo y difícil. Creemos que con el tiempo, todos iremos aprendiendo y sacando más cosas en claro. De alguna forma, los anarquistas tenemos que tomarnos las asambleas del 15-M como un laboratorio en el que experimentar, proponer, equivocarnos, aprender y volver a empezar.

5. Asambleas de barrio: esperanzas y localismos

En buena parte este texto se ha escrito con la mente puesta en que llegue antes de las asambleas populares en los barrios que se han convocado para el 28 de mayo, de ahí su urgencia, su precipitación y buena parte de los errores que tendrá.

La extensión a los barrios es una extensión lógica porque la acampada en Sol es insostenible a largo plazo y porque, por sus características, permite una participación mucho más limitada, como ya hemos comentado.

Hablando con muchos compañerxs hemos visto que algunos tienen bastantes esperanzas en las asambleas de barrio. La idea es “ya no hay nada que hacer en Sol, vamos a los Barrios”. No nos engañemos, si el movimiento 15-M sigue su tirón los barrios van a ser Puertas de Sol en pequeñito, con todas sus cosas buenas pero con todos sus defectos, incluidos los militantes de partidos que van de pesca, los ciudadanistas, etc. En algunos barrios y pueblos del Sur de Madrid, de hecho la proporción de militantes de partidos políticos puede incluso aumentar respecto a la que nos encontramos en Sol. Puede que el terreno de juego sea más pequeño y menos abrumador, pero la heterogeneidad, los problemas, contradicciones y conflictos van a ser los mismos o incluso mayores.

Nosotrxs creemos que lxs militantes izquierdistas, así como toda la gente corriente que está por las cuatro reformas básicas, van a tratar de que las asambleas populares se conviertan en focos desde los que promocionar las consignas y reivindicaciones por las que han peleado en Sol. Que se encarguen de recoger firmas, y de hacer propaganda de las movilizaciones y de sumar apoyos en los barrios (asociaciones vecinales, de comerciantes…) de cara a la estrategia que tengan a medio plazo para llevar a cabo los cambios legales. Y poco más. Los ciudadanistas puede que intenten empujar un poco más hacia problemas específicos de los barrios, estableciendo lazos con las asociaciones de vecinos que puedan, potenciando sus locales, centros sociales y oficinas de derechos sociales allá donde los tengan, etc.

Ya hemos comentado en el punto anterior que creemos que puede ser una manera interesante de participar en dichas asambleas, no nos extenderemos. Sí que nos gustaría comentar que en cada barrio y pueblo algunos temas y propuestas pueden tener más calado que otros (por ejemplo, en algunas zonas las redadas contra inmigrantes son más frecuentes que en otras, en algunos sitios la sanidad está peor que en otras, etc.) Habrá que ver qué es más necesario y más importante en cada caso concreto, aquí no hay fórmulas mágicas.

6. Cuestiones tácticas

El texto se va alargando y queremos cerrarlo con algunas reflexiones -intentaremos ser breves- sobre ciertos aspectos tácticos que hemos visto, y que seguiremos viendo, en los próximos días.

· Violencia/No violencia: Como comentamos al describirlo, el rechazo a la violencia es un punto básico sobre el que se asiente el movimiento del 15M. Los iniciadores (Democracia Real Ya) se encargaron de expresarlo de la manera más asquerosa posible: desmarcándose de los incidentes tras la mani y señalando a quien hiciese falta. Tampoco es que sea muy extraño, dado el bombardeo mediático con este tema los últimos años. A través de la policía, medios como La Razón o Público no dudaron en alertar sobre el peligro de los “400 antisistema” que trataban de controlar y/o reventar el movimiento. Una semana después, nada de nada. Parece que la gran mayoría de los anarquistas hemos asumido (con mayor o menor problema) que no pasa nada porque alguien se declare no violento. La violencia o autodefensa es una cuestión que siempre va a estar ahí, pero que es completamente secundaria. Si dejamos de considerarla algo que puede ser útil o no, beneficiosa o perjudicial según las circunstancias y la transformamos en algo irrenunciable, o nos entra la pataleta por que el 15-M cante las bondades de la violencia estaremos perdiendo el norte completamente. Hoy toca no violencia, otro día tocará otra cosa.

· Asamblearismo: se escucha mucho la crítica de que las asambleas no son verdaderas asambleas, que no hay una horizontalidad real, que hay algunos que tratan de manipularlas, etc. Lógico, porque son asambleas de verdad, con gente normal, en medio de una pelea entre diferentes sectores por “controlar” (conscientemente o no) la situación. La horizontalidad, la igualdad, la eficacia de las asambleas, la comunicación de las asambleas, el que sean saludables, no es algo que venga dado porque la gente se reúna en una plaza y hablen entre ellos. Ni de coña. Hay que pelearlo frente a los manipuladores, políticos e intoxicadores; y hay que construirlo frente a los años de desmovilización, de gregarismo y delegacionismo cotidiano. Si no tenemos esto claro, estamos en manos de los que van para que las asambleas sean las correas de transmisión que se limiten a aprobar o a aceptar sus propuestas cocinadas en casa.

· Luchar contra monstruos: Participar en asambleas en las que hay gente que está dispuesta a hacer lo que haga falta (manipular, mentir y, la mayoría de las veces, hacerse el tonto) para que salga su historia es muy complicado y frustrante. Cualquiera que haya pasado por ese trago puede decir que es una jodida mierda. Primero, por todo lo que te toca tragar, segundo porque no todo el mundo suele verlo, con lo que si acusas a alguien acabas siendo tú el que levanta sospechas, tercero, porque acabas confundiendo lo que son simples fallos o despistes con intentos descarados de manipular (rozando la paranoia) y, por último, porque en cuanto no te das cuenta acabas haciendo o viéndote obligado a hacer cosas parecidas a ellos. En estos días hemos oído cosas como “copar las comisiones”, “tomar los puestos de poder en las asambleas”, “dispersarse por las asambleas”, “hacer como que no nos conocemos” y otras lindezas, por parte de compañerxs de los que no tenemos ningún tipo de duda o sospecha, y a los que por supuesto, no vamos a juzgar. Este tipo de situaciones son así, la frustración, el cabreo con los manipuladores y el encontrarse contra la espada y la pared te hacen decir y hacer cosas del estilo. Contra esto no hay más remedio que estar atento constantemente, hacer autocrítica y saber criticar y encajar las críticas, sin acusaciones histéricas o victimismos estúpidos. Y asumir que en algún momento que otro nos vamos a manchar las manos, lo queramos o no. Pasa en las mejores familias.

· “No tengas miedo, sólo ve adelante y juega” Ch. Parker: Enlazando con lo anterior, hay que ser conscientes de que participar en el movimiento 15-M es entrar en territorio desconocido para la mayoría de nosotrxs. Asumamos que la vamos a cagar y mucho. Lxs anarquistas ni somos ni queremos ser perfectxs, tenemos todo el derecho del mundo a equivocarnos. Negarse a actuar por miedo a transformarse en un reformista, o peor aún, por miedo a que algún imbécil te tache de reformista o de vanguardista es tan absurdo como renunciar a pensar por miedo a equivocarse.

· Vanguardismo anarquista: Dos palabras que juntas podrían parecer una contradicción pero que no lo son, ni mucho menos. Algunas corrientes marxistas se consideran y se jactan de ser vanguardia o de pretender serlo, aun cuando nadie les haga ni caso. Lxs anarquistas rechazamos convertirnos en vanguardia, lo que no quita para que, si nos despistamos, acabemos cayendo en el vanguardismo. Si se trata de ir mucho más deprisa que el ritmo de los acontecimientos, se corre el riesgo de irse desligando más y más de ellos hasta quedarse solo, lejos de la realidad y de lo que está pasando. Aún más, eso ni siquiera te asegura estar “por delante” de lxs demás, puedes haber cogido un camino equivocado. Lxs anarquistas no queremos decirle a la gente lo que tiene o no tiene que hacer en base a un mejor conocimiento de algún libro sagrado o del santoral revolucionario, pero eso no implica que en ocasiones acabemos creyéndonos mejores al resto y que pensemos que deberían “seguir nuestro ejemplo”, especialmente cuando participamos en conflictos de este tipo.

· Simbología y dialectos: Para que nuestra participación sea eficaz y podamos construir colectivamente algo que merezca la pena es necesario que dejemos a un lado toda la simbología, códigos propios, palabras fetiche y demás merchandasing propio de nuestro movimiento-gueto. Igual que comentamos más arriba con el tema del discurso. Esto no significa rebajar el discurso o engañar a la gente, significa abandonar las palabras mágicas y las ideas fuerza que solemos utilizar. Conceptos como abstención activa, acción directa, apoyo mutuo, revolución, etc. no tienen por qué ser entendidos a la primera por gente que no está familiarizada con su uso. No sirve de nada enquistarse en ellos. Es más útil tratar de explicarlos en un lenguaje llano y sencillo, sin intelectualismos ni tecnicismos anarquistas. Lo mismo valdría para la estética de la propaganda, que suele ser tan uniforme como lejana para la mayoría de la gente. Un ejemplo claro es el problema que hubo con las A circuladas en la acampada de Sol. Como no se permite ningún símbolo político o banderas, mucha gente de la asamblea veía, con mayor o menor razón, que las A circuladas tampoco tenían lugar ahí. Entendiendo que las A circuladas no son símbolos políticos sino todo lo contrario algunxs anarquistas se lo tomaron bastante a mal. Otros, dando un ejemplo de que la horizontalidad y el consenso muchas veces se respetan sólo cuando les interesa, siguieron utilizándola en pancartas y pintadas. En cualquier caso, deberíamos reflexionar si todo esto no es nuestra culpa, de no haber sabido hacer ver durante todos estos años que no somos lo mismo que todos los demás, aunque, en nuestro favor, hay que decir que la decisión de dejar fuera también las A circuladas parece que fue discutida. El tema aquí es que las A circuladas es lo de menos, lo importante son los mensajes que queremos dar, y si tenemos que dejar de ponerlas, pues tampoco pasa nada. Al fin y al cabo, como decía con razón un compañero el otro día, no tenemos nada que vender (lo cual es cierto cuando en la práctica nos comportamos así, lo que no siempre es el caso). Peor que el caso de las A circuladas, que por mucho que nos pueda doler, es hasta cierto punto comprensible, es el caso del feminismo, que está encontrando cierta oposición tanto en las acampadas como en twitter, con gestos bastante feos y comentarios fuera de lugar.

7. El fin, al fin.

Terminamos, ya, por fin, haciendo una última reflexión. El movimiento 15-M ha tenido un principio y tendrá un final. Siendo realistas y teniendo en cuenta lo pocxs que somos lxs anarquistas y nuestra inexperiencia es bastante improbable que nuestra participación en él sea el componente que determine su desarrollo y su fin. Aun así, creemos que tenemos margen y capacidad para participar en él y aportar, y que no se limite a un movimiento de reforma ciudadana, o al chiringo de cualquier partiducho. Esta propuesta va en ese sentido, en el de intentar ir un poco más allá. No tenemos muchas esperanzas en que el movimiento 15-M cambie radicalmente la naturaleza de la sociedad actual, no podría ni aunque quisiera, y todo parece indicar que no quiere. Aunque consiga sus objetivos, todo se traducirá en una reforma del sistema democrático o incluso en un reforzamiento temporal del estado del bienestar. Aun así, esto no son excusas para quedarse en casa. Creemos que hay que estar allí y participar, porque si lo hacemos medianamente bien, puede ser beneficioso para el anticapitalismo y el anarquismo a medio y largo plazo.

En primer lugar, nosotrxs creemos que el sistema democrático y el capital son como son, y que todos los partidos, en el fondo, son iguales. Si el movimiento 15-M prospera y consigue reformar el sistema democrático, acabando con el “bipartidismo” y la “partitocracia”; con el tiempo, los partidos minoritarios acabarán por quedar en evidencia, porque el sistema democrático y el capital son así.

En segundo lugar, hay una cosa positiva en todo esto, pase lo que pase. Hace un mes, el sentimiento general era “que mierda es todo, pero qué podemos hacer. No se puede hacer nada, etc.” Hoy hay bastante gente que cree que se puede cambiar la ley electoral, que es lícito saltarse lo que diga la Junta Electoral cuando es injusto, etc. Por algún sitio se empieza. Si el movimiento 15-M continúa y se consiguen cosas a través de movilizaciones y asambleas, y estas más o menos funcionan, independientemente del resultado, es una baza a explotar. En este país no se ha ganado nada de nada desde hace mucho tiempo: la entrada en la OTAN, nada, el PRESTIGE, nada, la Guerra de Irak, nada, las luchas en la Universidad, nada… De hecho, el único cambio que mucha gente asumió como propio fue cuando el PSOE gano al PP después del 11-M ¡y se hizo votando!, lo que encima reforzó las ilusiones democráticas.

En tercer lugar, el movimiento 15M ha conseguido sacar a la calle a la gente a hablar colectiva y públicamente de política, de algunos de los problemas sociales y políticos que les rodean. Esto era algo que hacía mucho tiempo que no se veía. La mayoría de las conversaciones son en torno a cuestiones de reformas, de cambios mínimos, pero, como decíamos antes, por algún sitio se empieza. De alguna forma ha abierto una brecha en el “no te metas en política”, el “desencanto” y el “no se puede hacer nada”, los tres regalitos que franquismo, transición y democracia nos habían dejado. Lo que no puede ser es que cuando la gente se quede en casa, la critiquemos por que no sale a la calle y cuando sale a la calle la critiquemos porque lo que pide no es la revolución social. Eso no tiene ningún sentido.

Si se consiguen algunas cosas mediante la lucha en la calle, creemos que cuando todo esto acabe, quizás sea más fácil convencer a la gente de que una asamblea en el curro puede funcionar, de que salir a la calle a protestar sirve para algo, que se puede ganar una huelga o echar abajo un plan urbanístico: mediante la solidaridad, la acción directa, etc. Por supuesto, si lo que se consigue se hace exclusivamente a través de maniobras políticas, votaciones, referéndums, etc. (algo bastante improbable si no hay una presión considerable desde la calle) lo único que va a salir reforzado es el sistema democrático. Ahí está la cuestión, y ahí debemos estar los anarquistas.

Veremos cómo acaba todo esto, pero el movimiento anarquista saldrá reforzado si sus prácticas, su forma de afrontar la realidad y algunos de sus puntos de vista se extienden y echan raíces en el ideario colectivo. El movimiento anarquista también será más fuerte si nuestra participación en el movimiento del 15M se traduce, tras la crítica, la autocrítica y el análisis público, en nuevas experiencias colectivas. Es poco probable que nuestros objetivos a largo plazo crezcan significativamente a nivel social gracias al 15-M, independientemente de que podamos convencer a cierta gente en el proceso. Esta lucha va por otros caminos, por el trabajo constante de abrir locales, de editar material, de análisis, de hacer jornadas, charlas, etc. que en ningún caso deberíamos abandonar sólo por estar en el 15M.

Algunxs anarquistas madrileñxs

[1] Durante la corrección del texto, la acampada de sol ha aprobado los cuatro puntos que conforman el llamado #consensodeminimos. No vamos a valorarlo, ya que no creemos que cambie esencialmente lo dicho en el texto, algo así nos esperábamos tarde o temprano.

[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Iniciativa_popular

[València] Carta al Movimiento Libertario de Valencia sobre las Movilizaciones del 15-M

Esencialmente tímidos, se asocian con otros como ellos mismos con el conocimiento tácito de que nadie medirá las opiniones de los demás ni actuará contra prácticamente ningún estándar de inteligencia crítica; que ninguno de su o sus logros individuales estará muy por encima del nivel prevaleciente; y, sobre todo, que nadie desafiará las contraseñas de la ideología anarquista.

Bob Black

Desde hace ya más de una semana, como todxs sabremos se está llevando a cabo un movimiento asambleario y horizontal de masas. Este movimiento está dotado de una larga lista de ideas, las cuales no están todas reflejadas en los manifiestos escritos por la organización, lo cual puede dar lugar a muchas confusiones, pensando que este movimiento, es en exclusiva un movimiento social-demócrata, que tan solo busca, perpetuar el capitalismo y mejorar el actual estado de bienestar en el que vivimos. Pese a que esa es la idea que han plasmado en sus comunicados, que la prensa ha difundido, no es la auténtica idea imperante en la Plaza del quince de Mayo. Podemos ver más gente que no solo se queda en eso, que esta en contra del autoritarismo que se está llevando desde las comisiones dominantes y que busca más allá, y de verdad están trabajando en ello. Son gente que, sin saberlo, están llevando un comportamiento más libertario que muchas de las actitudes que se pueden haber visto en centros sociales más puristas. Que la gente no adopte completamente nuestra forma de pensar y actuar es completamente normal y saludable, adaptarnos a ello y saber lidiar con el mundo real puede aportarnos mucho más que años de inercias vacías. Sabemos que en una asamblea también puede existir autoritarismo, manipulación, fenómenos de masas, etc. precisamente la presencia antiautoritaria se hace más necesaria en este tipo de movilizaciones que en los centros sociales.

La diferencia entre adaptarse mediante la teoría y la imposición de una ideología se muestra aquí muy clara. Es la eterna dicotomía entre rehuir lo que nos genera problemas (dificultad de llevar a cabo asambleas con gente que no está acostumbrada, tener que argumentar continuamente contra la ley electoral y el estado del bienestar, etc.) y adaptarse a ello para seguir avanzando como individuos que buscan un desarrollo personal y como movimiento que busca una transformación social. Lxs que buscaban una tribu urbana pueden irse con la palabraría y la estética bien lejos de la lucha. Lxs que pensaban que esto se limitaba exclusivamente a los grupos de afinidad no entienden que las herramientas son miles y lxs individuos que las usan, otrxs tantxs.

Muchxs de nosotrxs siempre hemos estado a favor de la autorganización de los seres humanos, de la autogestión y autonomía de dichas asambleas de cualquier órgano partidista y sindical, esta acampada es un claro ejemplo de ello, el cual pensamos ha sido prejuzgado y abandonado de lado con una idea derrotista, y por lo cual inmovilista, en la cual parece que pretendamos que la chispa revolucionaria salga de la nada, y este dotada espontáneamente de las estructuras organizativas en las cuales nos sintamos a gusto. No podemos dejar de lado este movimiento que, ciertamente esta vacío una de idea homogénea sobre los caminos a tomar, pero pensamos que el hecho de que las personas que lo componen, se autoorganizen por sí mismxs ya es un gran paso tomado, en el cual tenemos que involucrarnos para ayudar a mejorarlo. Por supuesto, no debemos de caer en las tácticas de partidos políticos, de ir allí a imponer nuestras ideas, si no de dotar a las asambleas de una auténtica funcionalidad de democracia directa, a través de nuestra experiencia en los diversos movimientos sociales, y conseguir que el movimiento se acerque a dichos movimientos.

Desde hace varios días, se están llevando a cabo debates espontáneos sobre temas como, estructuras de poder dentro de las asambleas, soberanía alimentaria, asambleas de barrios, economía crítica, género, los CIES, centros de menores etc. y de los cuales están saliendo propuestas interesantes. También decir que la acampada tiene dos caras muy distintas. Por un lado la del día con un ambiente lúdico-festivo, esta está plagada de interesadxs que van a echar un ojo y no volver, además de los más populistas que tan solo van a la asamblea-circo que se celebra a las 20.00, la cual es la más visible. Pero por el otro lado está la que se ve por las noches, donde están los auténticos ejemplos de gente luchadora que no pretende abandonar, que se organizan con propuestas más claras e interesantes.
Dejar pasar esta lucha, está en nuestras manos, o no, cada individuo es libre de decidir si participar o no en ella, pero pensamos que dejarlo pasar es justo lo que se quiere desde las esferas más poderosas: la ausencia del pensamiento más crítico y peligroso con el sistema en ese ambiente y que este se propague en el movimiento de una manera eficaz y contundente. Por eso mismo os invitamos a todxs a uniros a la lucha cotidiana que se está llevando a cabo desde los grupos de base.

Un par de individuos libres.

[Corea del Sud] Anarquista condenadó a 18 meses de prisión por objeción de conciencia


El joven anarquista Corea del Sur, Ahn Jihwan fue condenado a 18 meses de prisión por objeción de conciencia el 17 de febrero de este año en Seúl. Actualmente se encuentra encarcelado en Youngdengpo y debe ser puesto en libertad el 16 de agosto de 2012. Jihwan recibió 18 meses de prisión por sus creencias y su rechazo del servicio militar.

En su declaración, que establece lo siguiente:

“No veo ninguna razón – ya sea un punto de vista jurídico o moral – para explicar a usted lo que mi criterio de conciencia, y la historia de cómo se logró este objetivo, o la verdad de esta conciencia, como declaro que me niego al servicio militar, de acuerdo con mi propia conciencia. No estoy diciendo esto de una manera infantil, pero esto es realmente mi creencia. Así que me gustaría subir una montaña en la mañana, o ir a la playa cuando llueve, tomar una siesta después del almuerzo, y recoger flores silvestres y ponerlas en un jarrón en la habitación – todas esas cosas que usted puede hacer libremente, sin permiso. Para mí, no es el servicio militar para – una cuestión de libertad individual. Si alguien trata de considerar que la libertad lejos de mí, se trata de alguien que debe explicar por qué lo hace. No estoy tengo que explicar por qué me siento feliz cuando la cosecha de una flor, o culpable por hacerlo, y todos los cambios emocionales de otros y las razones por las cuales me gusta poner las flores en un florero cuando lo reciba. “

“Hoy, el principal problema es que después de mi declaración, el proceso legal va a comenzar. En primer lugar, se trata de un problema de pedirle a alguien que es consciente de que los informes, demuestra su conciencia, y en segundo lugar, existe el problema de que no eran suficientes para comprender los debates debido a que el Estado-nación (o, mejor dicho, la comunidad) se está llevando a la libertad alguien. Esto es básicamente una cuestión de la violencia por el Estado-nación. “

Aunque Corea del Sur ha sido recordado en varias ocasiones por el Comité de Derechos Humanos que las Naciones Unidas deben reconocer el derecho de objeción de conciencia – tanto a través de las observaciones finales del Estado, así como en su jurisprudencia en el caso de los objetores de conciencia en Corea del Sur – que no se ha hecho. Un proyecto del gobierno anterior a la introducción del derecho de objeción de conciencia fue derrocado por el actual gobierno.

En noviembre de 2010, 965 objetores de conciencia cumplían condenas en las cárceles, por lo general durante 18 meses. En la actualidad, una de las observaciones finales de los casos que habían llamado a la Corte Constitucional está pendiente. Sin embargo, los tribunales siguen enviando a los objetores a la cárcel.

Cartas de apoyo objetor de conciencia Jiwahn Ahn se puede enviar a esta dirección:

Jihwan Ahn

2568

P. O. Caja 164

Geumcheon-gu

Seúl, República de Corea

153-600

> Traducción de Ferrari Felipe

agencia de noticias anarquistas-ana

[Bologna] Son trasladados Ana, Martin y Stefi, algunos de los acusados del caso “outlaw”

Algunos de los cinco compañeros detenidos en Bolonia el 6 de abril procesados en el caso “outlaw” (fuera de la ley) fueron trasladadados de las cárceles en donde se encontraban.Anna estaba en Mantua, Stefi en Vigevano y Martín en Vercelli.

La nueva dirección para escribir a los compañeros y poder hacerle sentir nuestra solidaridad es la siguiente:

Anna Maria Pistolesi
c/o Casa Circondariale di Mantova
Via Carlo Poma 3
46100 Mantova

Martino Trevisan
c/o Casa Circondariale di Vercelli
Via del Rollone 19
13100 Vercelli

Stefania Carolei
c/o Casa Circondariale di Vigevano
via Gravellona 240,
27029 Vigevano (PV)

Además, aquellos que quieran apoyar económicamente a los compañeros atacados por la represión en Bolonia pueden ayudar ingresando en el siguiente numero de cuenta:

Anna Morena
4023 6006 0259 8221

[Madrid] Razones para unirte al bloque el 15 de mayo

Porque en el casino capitalista la banca siempre gana…

Porque 600 euros de sueldo es violencia…

Porque nuestras hipotecas sí que son terroristas…

Porque cada vez estamos más jodidos…

Porque si ni tan siquiera les plantamos cara nos joderán todavía más…

Porque tenemos todo por ganar y nada que perder…

Porque no nos gusta el mundo que han creado…

Porque no queremos que sigan decidiendo por nosotros…

Porque hay que echarlos a todos: políticos, banqueros, capitalistas y todas las instituciones que les representan…

Porque soñamos un mundo muy distinto…

Porque somos más de los que creemos…

Porque el capitalismo está en bancarrota y no queremos ninguna tabla de salvación para él y sus lacayos…

Porque deseamos vivir de otra manera y lograremos hacerlo…

Porque se acabó que políticos, banqueros y capitalistas hagan lo que quieran y esto no explote…

Porque queremos lo que muchos dicen imposible y ni siquiera llegaron a soñar con ello…

Porque queremos apropiarnos del tiempo y no ser más esclavos del tiempo de los capitalistas…

Porque no necesitamos ser representados, nos representamos a nosotros mismos…

Porque en el Bloque no hay líderes…

Porque en el Bloque caben muchos colores…

Porque no queremos sobrevivir; queremos vivir…

Porque la política está en la calle…

Porque el discurso capitalista tiene arena en sus engranajes…

Porque ellos son el CRIMEN ORGANIZADO.

Las hogueras han empezado a arder.

El Bloque está en la calle: 15/05/2011 | 18 horas, junto a la salida del metro Banco de España.

Libertarios y autónomos de madrid

**********************************

[València] Manifestació per l’autoorganització i l’abstenció

Diumenge 15; 18:30 Plaça de Sant Agustí. Manifestació de Democracia Real Ya (un grapat de col·lectius anticapitalistes han decidit recolzar la manifestació demanant l’abstenció a les pròximes eleccions i clamant per una democràcia directa i assemblearia)

[CSA El Montó | Alcàsser] Jornades anarquistes

Com cada any, durant tot el mes de maig celebrem les jornades anarquistes. Ací vos deixem la programació per a tot el mes i el cartell:

– dissabte 7: documental “El mundo según Monsanto” (transgènics). a les 19:30h

– diumenge 8: documental “Earthlings: quin ús fem dels animals?”. a les 19:30h

– dissabte 14: xerrada “100 anys de la CNT” a les 19:00h
i després n’hi haurà tapeo i concert de “Cifu” i “Todo o nada”. 4euros

– dissabte 21: taula rodona d’alternatives al consum. a les 20:00h

– diumenge 22: festa per l’abstenció
a les 12:00h obertura d’urnes per l’abstenció
a les 14:00h paella
després cercavila

– dissabte 28: documental “Vivir de pie”. a les 20:0h

esperem la vostra participació

salut!

[Textos] Más, mucho más

Desde que Conspiración de Células del Fuego iniciase sus ataques y sus comunicados explicando su concepción de una tercera vía revolucionaria (nihilista-individualista, frente a la social y la insurreccional) son bastantes los debates que se han generado a su alrededor. Si bien no han sido los primeros, ni mucho menos, en pensar y actuar de esta forma, sí han sido los primeros en articular un discurso, apoyado en una poderosa práctica, muy coherente y extensa. Sus críticas han sido muy certeras y sus acciones, como no podía ser de otra forma, también. Pero hasta qué punto nos puedan ser útiles sus ideas y prácticas es cosa a ver en el tiempo que tenemos por delante. Por el momento, otrxs ya han cogido el relevo, y lxs que se han declarado miembros del grupo en prisión continúan con decisión y firmeza su acción (desde negarse a participar del juicio farsa revocando a sus abogados e insultar a lxs lacayxs del Sistema durante el juicio hasta atacar a los enemigos de la libertad en prisión).

Para contribuir al debate dejamos un texto del ámbito anarquista insurreccional italiano en que se cuestiona la dicotomía pasividad-banda armada. Un artículo publicado en la revista Canenero hace unos años y publicado en castellano en forma de libreto recopilatorio de varios artículos de reflexión, ‘El desorden de la libertad’, de Ediciones Intemperie.

Los administradores de la pasividad han impuesto siempre una falsa alternativa: o inmovilismo o banda armada. Cualquiera que escape de los roles de la normalidad debe entrar a la fuerza en los de la emergencia. El juego tiene sus reglas: o se acepta el poder o se limita. Todo esto, además de para el poder, es de gran utilidad para quienes aún declarándose revolucionarios quieren edificar un nuevo Estado. ‘Sin poder militar no hay poder político’ era la divisa no hace muchos años. Y poder militar no sólo implica una organización jerárquica y autoritaria que transforma a los individuos en soldados, sino que es además la representación de una contraposición entre Estado y partido armado que querría hacer de nosotros simples espectadores, inocuos hinchas prestos a hacer masa en torno a uno u otro contendiente, el más fuerte de los cuales, el Estado, se asegura la victoria.
El terreno común de este enfrentamiento representado es el del sacrificio y el eslogan, la especialización y la ideología. Y la pérdida de todo placer y autonomía, la negación de todo proyecto apasionante de subversión. Es la separación producida entre la vida cotidiana y la transformación de lo existente, la fragmentación de la totalidad y la sustitución por un presunto centro a conquistar y –como una imagen invertida- al que contraponerse. Sin poder militar no hay poder político. Exacto. ¿Y los anarquistas? Si se quiere destruir el poder político, ¿qué hacer con el poder militar? Nada. O mejor, hacer con él medida en negativo de la coherencia entre nuestra teoría y nuestra práctica.
Estos razonamientos parecen ligados a una realidad, la de los años setenta, hoy extinta. Ejercicios de memoria histórica, les suelen llamar. Y sin embargo resurgen ahora de la mano de la tan bufonesca como infame fiscalía de Roma. Si el objeto de este montaje judicial[1] fuese sólo reprimir a los anarquistas arrestados y, más en general, al resto de investigados, el razonamiento serviría al único fin de desmontar las manifiestamente absurdas acusaciones lanzadas por los jueces. Pero no es sólo eso. Los jueces saben bien que no existe la organización anarquista de la que hablan. Saben que el modelo de banda armada –obtenido mirándose en el espejo- no lo pueden aplicar a las relaciones reales entre anarquistas. Individuos que se juntan sobre la base de la afinidad, esto es, partiendo de la diferencia y desarrollando iniciativas sin formalizar sus uniones; individuos que se organizan, cierto, pero nunca de manera rígida o vertical, no pueden ser una ‘banda armada’. Y no sólo porque rechazan la clandestinidad (rechazo significativo, en cualquier caso), sino porque no aceptan encuadrarse –ni tampoco por tanto siglas ni programas- en una estructura que hace del enfrentamiento armado una realidad separada de la totalidad subversiva. Nada de esto cambia si algún anarquista, individualmente y asumiendo sus propias responsabilidades, decide usar armas. Pero incluso si todos los acusados, o incluso todos los anarquistas del mundo hubieran –además de escribir, debatir, hacer el amor, pegar carteles, insultar a sus jefes, desertar del trabajo, ocupar espacios, saquear mercancías- usado armas, tampoco esto haría de ellos una ‘banda armada’. Es el poder quien necesita inventarla. Pero como decíamos, el problema no se puede reducir a esta cuestión, hacerlo significa comprender de manera parcial el proyecto represivo del Estado.
Lo que los jueces pretenden promover es, una vez más, la idea de que fuera de la supervivencia y la espera sólo está la organización armada. Así, una vez consumado miserablemente el espectáculo de los partidos combatientes, se pone fuera de juego cualquier discurso insurreccional. Todo el que quiera insurrección es en el fondo un leninista enmascarado (en este sentido la teoría policial de los ‘dos niveles’ es una auténtica joya[2]); el cambio sólo puede ser gradual –so pena de convertirse en ‘terrorista’-, esto es, democrático. Del objetivo inmediato de parar por el mayor tiempo posible a una docena de anarquistas, se pasa al de –este bastante más serio- acabar con toda la tensión subversiva, todo ataque al Estado y el Capital. Esto afecta a todos, y ningún anarquista puede sentirse a salvo. Por suerte la insurrección no es lo que los órganos represivos querrían que fuese.
En un mundo en el que las fuerzas de la dominación y la alienación son cada vez más solidarias entre ellas, en el que la producción de mercancías, el control totalitario del espacio, la fabricación publicitaria de falsas necesidades y la negación sistemática de los deseos son elementos inseparables de un mismo proceso; en tal mundo de terror, la insurrección tiene cada vez más la concreción de la totalidad y el gozo de la impaciencia. No existe ningún centro de esta sociedad del trabajo, y de las clases, de la jerarquía y del deber, que se pueda asaltar. Y es por esto que los amos de la separación nos quieren encerrar en una banda, para sustituir el cambio real por su imagen embustera.
Un proyecto revolucionario es un movimiento colectivo de realización individual o no es nada. O implica, como dijo Fourier, un ensalzamiento inmediato del placer de vivir, o es falso. Quien se erige en especialista de las armas es un enemigo. La fiesta revolucionaria no es una ‘lucha armada’, porque es mucho más. La transformación subversiva es más amplia, consciente y apasionante y el enfrentamiento militar es menos necesario. Es la pasividad lo que crea la lucha armada, y viceversa. El teorema del Estado por tanto está al revés. Del control político y sindical, del embellecimiento reformista de la miseria cotidiana, nace la falsa necesidad de la banda armada. De la teoría práctica de la insurrección nace por el contrario la acción creadora, la poesía de la vida que liquida la obediencia a los amos, que une en la diferencia y arma a todos contra el poder, el sacrificio y el aburrimiento. Y los deseos armados pondrán el mundo patas arriba.
Como ven, señores jueces, el juego es mucho más peligroso.

Massimo Passamani

[1] Se refiere al montaje Marini.
[2] Para la fiscalía romana los anarquistas encausados desarrollarían actividades ‘públicas’ como publicación de libros o periódicos, asistencia a asambleas, etc, como coartada para sus actividades terroristas. Se vino a denominar ‘teoría de los dos niveles’.

[Textos] ¿Qué hacer?

¿Qué Hacer?

Texto del panfleto repartido en Carrara durante el tercer congreso de las Federaciones Anarquistas celebrado en los días 23 hasta 26 de marzo del 1978, por el grupo “Azione Rivoluzionaria”.

“Hacemos un llamamiento a todos aquellos compañeros anarquistas, reunidos en este enésimo congreso, todavía no escientizados y prematuramente envejecidos por la continua y ardua tarea de pisar las tablas, quien como actor, quien como espectador de las representaciones asamblearias y congresuales y aquellos compañeros que todavía no devolvieron todo su espíritu y sus energías revolucionarias en una práctica que hace de la espera y de la defensa sus principales prerrogativas. Es justamente aquí en Carrara, como en Venecia (en la conferencia sobre la tecno-cracia), que quieren revivir las ramas viejas de la confusión, de la incapacidad y de la estaticidad del movimiento. Se quiere ver con claridad, se quiere comprender con verdadera pasión.

Pero, por desgracia, conociendo ya la triste historia de estas conferencias (solamente útiles como prueba para tocadores de trombón), estamos seguros de que no apenas se les ocurre en la cabeza de todos los compañeros la certeza de haber aclarado o confirmado su propio “que hacer”, la realidad nuevamente será mudada así de manera que la obstinada seguridad y la convicción tenaz se encontrarán frente a una barrera parecida a un muro infranqueable. Y entonces los compañeros volverán a caer en la confusión, la apatía y la decepción, o peor aún, otros persistirán en sus imágenes mentales y volveremos a escuchar, o mejor dicho escuchamos hablar de sindicato, de anarco-sindicalismo: imágenes mentales bien viejas para la sociedad y la realidad de hoy en día y quizás, reflexionado un poco, ni siquiera así revolucionario para la sociedad de ayer (pero cómo… ¿Y la España? ¡Ay, sí! La España… ¿¡¿pero sin la FAI ?!?). O también, de lucha de clases, de organización de masas; imágenes mentales aún más podridas y decrépitas de las antecedentes… en la patologia médica se llamaría: “fagocitosis marxista en un estado inconsciente de degenerada involución”. Compañeros, buscamos de renovarnos de una vez, para estar al tanto con los tiempos, o mejor dicho para prevenir los tiempos. ¿Cómo podemos aspirar a ser incisivos si los métodos de intervención, sobre todo en cuanto a la pequeña propaganda teórica, ya son así viejos y gastados que reducen los anarquistas a un movimiento de opinión estéril e improductivo, capaz de movilizarse o a la defensiva cuando el poder lanza sus flechazos represivos, (inútil recordar en sus detalles el caso Valpreda o peor, el caso Marini con eslogan: “¡Defenderse de los fascistas no es un delito, compañero Marini seráis liberado!”), o como “séquito”, ni siquiera alternativo, de aquella turbulenta y obscena política de los distintos ex-extra-parlamentarios.

Compañeras y compañeros, dejamos la política de los eslogans, de los planes, de los hechos de hace cien años: tratamos de ser proactivos. Es también un llamado que dirigimos a aquellos compañeros que acusan a nuestra estrategia de ser suicida. ¿Cómo se puede ver el suicidio de la lucha armada, cuando un número creciente de compañeros, trabajadores, desempleados y marginales, se rebelan con las armas contra la crueldad del poder? ¿Es acaso suicidio el hecho de haber abandonado una práctica sin estrategia y táctica de los grupos anarquistas tradicionales, que no saben cómo moverse, desorientados por la evolución de los acontecimientos, para volver a abrazar la llamada “propaganda por el hecho” como un ejemplo para generalizar la acción directa? ¿Es acaso suicidio el hecho de haber identificado en la lucha anti-nuclear, no sólo una forma de combate en un sector específico, tal vez con matices ecologistas, sino una certera lucha contra el poder? ¿Y es todavía suicidio desestabilizar el Estado en todas sus formas centrales o periféricas, ridiculizándolo, poniéndolo en crisis y arrojándolo a mostrar su verdadero rostro, hecho de coacción y de violencia? pero antes de que alguna trompeta solista vuela a sonar la ya familiar: “Pero ¿quiénes son éstos: F.A.I., G.I.A. o G.A.F.”.

Nos presentamos: somos anarquistas, ya lo dijimos, la nuestra es una organización revolucionaria en que los verdaderos grupos se reunieron a nivel local, o del encuentro de varias historias personales, sobre la base de una afinidad entre las diferentes experiencias y concepciones de los compañeros. Grupos de afinidad que mantienen su autonomía y libertad de acción y en los cuales las relaciones entre compañeros no son de mera eficiencia, sino se caracterizan por un máximo de conocimiento, intimidad y confianza mutua. Lo que queremos es aportar una crítica destructiva del Estado, a través del uso de la violencia revolucionaria, la lucha armada, la propaganda por el hecho. Queremos acelerar los tiempos y ampliar el frente interno del enfrentamiento para llegar a una desestabilización del Estado. Creemos que la presencia crítica constructiva, utopística no sea una condición suficiente, aunque necesaria, si paralelamente no se desarrolla una presencia critica negativa, destructiva de los procesos en marcha. La crítica de las armas es ahora la única fuerza que puede hacer creíble cualquier proyecto.

Crear organizar 10 100 1000 núcleos armados!

Azione Rivoluzionaria.”

Publicado en Conspiración Acrata nº 10

en italiano: iconoclasta.noblogs.org
————————————————————————————-
notas del traductor

1) Volante de Carrara – Valpreda fue el anarquista involucrado en lo que fue “la strage di Piazza Fontana”, con una fuerte criminalización contra los anarquistas italianos.

-Marini, anarquista italiano que para defenderse de un ataque fascista mató a uno de ellos. Pasó largos años en la carcel.

-FAI: federazione anarchica italiana -GIA: gruppi di iniziativa anarchica -GAF: gruppi anarchici federati estas tres organizaciones caracterizaron el movimiento anarquista italiano organizado en las décadas de los ’60 y de los ’70. Actualmente queda en vida solo la FAI.

(N. de R. Que la Fai –Federación anarquista italiana- está con vida es sólo un decir, hace años que esta organización formal tiene el cerebro en estado de coma).

[Portugal] 1º de mayo anticapitalista libertario víctima de una represión brutal

pt.indymedia.org

Por segundo año consecutivo se realizó en Setubal, Portugal, un 1º de Mayo anticapitalista y anarquista. A la convocatoria respondieron cerca de 200 personas de diversas partes de Portugal, que se manifestaron de una forma coherente y anti-autoritaria. Las pancartas, banderas negras, verdes anarquistas y el color negro no dejaban sobra de duda: la guerra social, la insurrección, el rechazo de la sumisión al patrón, al estado, al capital:

” o povo unido não precisa de partido”, “auto-organização”, “o povo organizado não precisa do estado”, “Blocagem…greve selvagem!”
Un manifestante que se enfrentó a la policía fue baleado en ambas rodillas, se cree que con balas de goma, aunque también fueron utilizadas armas reales. Testigos recogieron fotos y los casquillos de las balas reales. El manifestante fue detenido, teniendo que contactar inmediatamente con un abogado. Muchas personas fueron heridas tanto por el uso de porras como por gases lacrimógenos y balas de goma a corta distancia. Los policías tiraban contra botellas vacías, de modo que los cristales cayeran sobre los manifestantes. Pequeños grupos en fuga fueron perseguidos a la carrera, siendoles disparadas balas de goma, hiriendo en algunos casos a los manifestantes.
Es digno de mención el apoyo de algunas personas que acogieron en sus casas a aglunos heridos. La policía impidió el final de la manifestación y comenzó a reprimir. Muchas personas terminaron con heridas en el cuello, en las costillas y en el abdomen.
Lo que hemos visto en Setubal ha sido una tentativa de imponer el terror policial en una manifestación solidaria llena de revuelta ante una situación insostenible: el ataque capitalista y la ingerencia del FMI en Portugal.